Reseñas

Ecofeminismos indígenas Filosofías de las mujeres del Abya Yala

Native Ecofeminisms Philosophiesof Women from Abya Yala

Sailis Quesada Requejo
Universidad de Colima, México

Ecofeminismos indígenas Filosofías de las mujeres del Abya Yala

Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, vol. XXV, núm. Esp.5, pp. 219-224, 2019

Universidad de Colima

Tapia González Aimé. Tapia, A. (2018). Mujeres indígenas en defensa de la tierra. Madrid, España: Cátedra.. 2018. España. Cátedra. 312pp.. 9788437639000

Ecofeminismos indígenasFilosofías de las mujeres del Abya Yalai

Los estudios indigenistas han cobrado auge desde hace varias décadas, tanto en las instituciones públicas como académicas, sin embargo es frecuente que esas aproximaciones a grupos tan cultural y filosóficamente ricos se realicen con base en alguna de las teorías o de las corrientes filosóficas occidentales que han sido hegemónicas.

En el libro Mujeres indígenas en defensa de la tierra, publicado en 2018 por Ediciones Cátedra,iii la filósofa Aimé Tapia González rescata el pensamiento de indígenas mayas del sureste mexicano, aimaras y quechuas de Bolivia y, en menor medida, mayas y xinkas guatemaltecos; analiza la relación de las mujeres de esos pueblos con la naturaleza y distingue la lógica entre sus ideas y las del ecofeminismo, aunque muchas de ellas no se consideren a sí mismas feministas, ni ecologistas.

No habla de creencias ni de religiosidad, sino de filosofía, pues parte de reivindicar la ciencia hecha por indígenas, que usualmente ha sido marginada y tratada como magia o brujería. Los planteamientos que retoma la autora, proponen soluciones a la crisis ambiental contemporánea, no a través de políticas públicas, ni acuerdos de organismos internacionales, sino mediante un modo de vida que implica el respeto al otro, entendiendo como otro no sólo a la humanidad (mujeres y hombres), sino también a las plantas, los animales, el agua, la tierra, toda la naturaleza.

A través de un análisis teórico de los saberes indígenas, manifiestos en sus lenguas, movimientos de resistencia y prácticas cotidianas, la autora encuentra las características de los feminismos de los pueblos del Abya Yala, expresión kuna para nombrar al continente americano, cómo están deconstruyendo estereotipos de género negativos, sus puntos en común y de conflicto con los feminismos occidentales de origen ilustrado y sus aportes a una ética de la sostenibilidad.

Es un libro dirigido a un público especializado, aunque no exclusivo para quienes investigan y hacen ciencia, pues aporta también a la vida cotidiana de cualquier lector, porque obliga a cuestionar la idea de la felicidad, la riqueza, qué es bienestar, desarrollo, a qué se debe aspirar como individuo y como sociedad. El lenguaje es fluido, ameno y accesible al público no especializado, lleva a una lectura intensa, útil y agradable.

La ética del ke ‘netik:el nosotros/nosotras maya

El primero de los cuatro capítulos retoma las ideas del filósofo y lingüista Carlos Lenkersdorf y de la socióloga Silvia Rivera Cusicanqui, sobre la ética biocéntrica indígena. Aparece el lenguaje como elemento clave para comprender la filosofía de cada pueblo; por ejemplo, en el maya tojolabal no existe un sujeto principal y otros subordinados o complementos, sino que todos son iguales: unos, en función agencial y, otros en función vivencial. En castellano se dice “Les dije”, mientras que en tojolabal sería: “Dije, ustedes escucharon” (Lenkersdorf, 2008, en Tapia, 2018:33) esta manera de expresar es el reflejo de lo que la autora llama “ética intersubjetiva” que, junto a la comunidad y el nosotros, constituyen los pilares del pensamiento maya, aymara y quechua.

Desde esta perspectiva, la comunidad es vista como una forma de orden social, política y cultural alternativa y, el nosotros, como una forma de comunión, de convivencia armónica entre hombres, mujeres y medio ambiente.

En momentos caracterizados por el individualismo y la apatía, Aimé Tapia propone retomar el nosotros/as (ke ‘netik) maya, que al traducirlo al castellano pierde su carácter incluyente, pero en su lengua originaria es una palabra de género común para ambos sexos. Significa el respeto a los otros/otras como seres colectivos, sin que pierdan su individualidad.

Parte de la potencia de esta obra está en retomar los saberes indígenas sin idealizarlos, los reivindica sin perder la postura crítica hacia ellos y hacia la tradición occidental ilustrada, entre los que genera un diálogo equilibrado.

Así, habla de cómo los pueblos indígenas aprendieron nuevas prácticas sexistas de los agentes colonizadores, sin ignorar que en las etapas prehispánicas también preexistían diversas formas de androcentrismo; este fenómeno puede apreciarse, por ejemplo, en las mujeres que eran ofrendadas como tributos entre ciudades o reinos y la preponderancia de los hombres como gobernantes y líderes religiosos, entre otras que luego se mezclaron con las costumbres europeas, en un proceso de transculturación del sexismo. Partiendo de esa perspectiva, explora cómo se construye el género desde las epistemes indígenas y qué hacen estas mujeres para deconstruir los estereotipos que les afectan.

Feminismos y multiculturalismos

El segundo capítulo aborda ideas de feministas enfocadas en los pueblos autóctonos, tales como Sylvia Marcosiv y Rosalva Aída Hernández Castillov. A través de una revisión de los documentos publicados por el Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN), ayuda a comprender el feminismo latinoamericano, sus orígenes y su relación con otros feminismos del llamado tercer mundo.

Aimé Tapia habla todo el tiempo de “feminismos” y como promete en los objetivos de su libro, logra establecer un diálogo entre los indígenas y los occidentales/noratlánticos, buscando interrelaciones y similitudes entre sí, cuestionando la pretendida universalidad de estos últimos. La autora se detiene en caracterizar a los surgidos en las urbes –que se han preocupado más en la eliminación de la violencia doméstica y la legalización del aborto– y los rurales –más cercanos a los feminismos indígenas, con los que comparten la preocupación por el empobrecimiento económico.

Sin embargo, a pesar de las distancias que separan las luchas de mujeres rurales y citadinas, frecuentemente los programas destinados a las primeras se diseñan desde la óptica de las feministas de la urbanidad, lo que incide en su limitado impacto positivo sobre las estructuras de origen autóctono.

La relación feminismo-multiculturalismo, desde las concepciones de Celia Amorós, María Luisa Femenías y Alicia Puleo, en diálogo con el feminismo de las mayas Gladys Tzul Tzul y Aura Cumes, la india Vandana Shiva y la aymara Julieta Paredes, entre otras, se debate en el capítulo tres del libro reseñado. Luego, vuelve sobre críticas al concepto de ese “desarrollo” que considera “pobres” a quienes se alimentan de lo que producen, en vez de comprar en cadenas de súpermercados, a quienes fabrican sus ropas con fibras naturales y oculta que la economía de subsistencia está muy lejos de significar pobreza, pues ésta representa, en cambio, un alto nivel de calidad de vida.

La autora encuentra los vínculos entre los feminismos comunitarios y el ecofeminismo y explica por qué a las indígenas no se les debe cargar el peso de ser las salvadoras del planeta, ni dejar sobre su sabiduría y prácticas toda la responsabilidad, cuando lo justo es tomar en cuenta sus saberes y modos de vida para enriquecer la ciencia contemporánea.

Ellas, abogan por la conformación de naciones plurales, en la que se garantice la protección efectiva del medio ambiente desde la Carta Magnavi. En contraposición a los ecologismos antropocéntricos que promueven la preservación de la naturaleza para garantizar la vida de las generaciones futuras, los ecofeminismos indígenas defienden la preservación de todos los seres vivos y de los recursos naturales porque que son valiosos en sí mismos, por lo que también defienden el respeto y la empatía entre los dos sexos.

Mujeres en defensa del agua

l último capítulo se compone de historias de mujeres que han encabezado luchas para proteger su entorno, la mayoría de estos conflictos se tratan de movimientos en defensa del agua. Entre otros, narra el caso de las mujeres nahuas de Zacualpan, Colima, México, que lograron impedir la apertura de una mina de oro que, a largo plazo, provocaría que se secara el último manantial de la comunidad, que abastece a la ciudad capital del estado y la lucha de las mazahuas que habitan las zonas aledañas al sistema hidráulico de Cutzama

El último capítulo se compone de historias de mujeres que han encabezado luchas para proteger su entorno, la mayoría de estos conflictos se tratan de movimientos en defensa del agua. Entre otros, narra el caso de las mujeres nahuas de Zacualpan, Colima, México, que lograron impedir la apertura de una mina de oro que, a largo plazo, provocaría que se secara el último manantial de la comunidad, que abastece a la ciudad capital del estado y la lucha de las mazahuas que habitan las zonas aledañas al sistema hidráulico de Cutzamala, (Estado de México, Ciudad de México y Michoacán), con la mayor planta potabilizadora de Latinoamérica atravesando su territorio carecen de agua entubada en sus comunidades. Además, los residuos de los procesos de potabilización contaminaron las aguas, secaron arroyos y ríos, arruinaron terrenos fértiles y empeoraron las condiciones de vida de los habitantes originarios.

La mirada con perspectiva de género en los problemas con el agua, se debe a que ellas, como principales encargadas del trabajo doméstico, deben caminar más para abastecer sus casas de agua, cuando viven en zonas urbanas marginadas a veces deben pasar la noche a la espera de que llegue agua para llenar los envases, deben cuidar de quienes enferman a causa del consumo de aguas contaminadas. Sin embargo, no son tomadas en cuenta en las políticas sobre el uso del agua en el país, pues éstas se enfocan básicamente en la agricultura y, en las últimas tres décadas, en permitir el acceso a los inversionistas privados (The Coca-Cola Company, Pepsico, Nestlé, entre otros).

Este capítulo cumple dos grandes objetivos, que van más allá de denunciar meros casos particulares (por más estremecedores que sean): el primero, mostrar cómo a pesar de que muchas de estas mujeres viven en comunidades patriarcales –e, incluso, algunas de sus luchas o participaciones como activistas reforzaron el papel tradicional de “la madre cuidadora” o de única responsable del trabajo doméstico—, en todas se manifestaron necesidades comunes, su capacidad de organizarse e incidir y las estrategias para lograrlo. El segundo, es denunciar problemas sustanciales históricamente silenciados, pues los conflictos actuales de muchas de estas comunidades son la parte evidente, cuando el problema de fondo es que a largo plazo esos mantos acuíferos (como el de Cutzamala) se van a secar y dejarán sin agua a toda la región, desde las comunidades rurales, hasta las zonas más ricas de la capital

Valoración final

El libro reseñado es resultado de una investigación profunda, que le tomó más de cinco años a su autora, además de las revisiones de los textos de las feministas de la región latinoamericana y del resto del mundo, se entrevistó directamente con algunas de las principales activistas de los movimientos de resistencia y de las pensadoras que analiza.

Su primer acierto, en mi opinión, es la naturalidad y la cercanía con que expone las ideas e historias de las mujeres indígenas, la autora se implica, se siente parte, hace suya esa sabiduría, lejos de esas posturas que los ven de manera folklórica y ajena, desde las primeras páginas declara:

[…] quien escribe estas líneas es una mujer, que vive en una pequeña ciudad tropical de México, en el llamado Tercer Mundo, formada en el pensamiento filosófico occidental y la teoría feminista de orígenes ilustrados, pero que, paralelamente ha recibido la influencia de la filosofía latinoamericana y de las éticas y epistemologías que están en la base de los procesos de reconstrucción de los pueblos indígenas (Tapia, 2018:7).

Aunque a lo largo de todo el libro combate la hegemonía del saber occidental, al utilizar la expresión Occidente, como si se tratara de un espacio único y homogéneo, entra en contradicción con esa multiculturalidad de la que ella es una buena exponente o excluye a quienes estudia e, incluso, se autoexcluye. Sin embargo, éste es un elemento que no le resta potencia al texto, porque al debatirse en él precisamente la falacia de este occidente único, el empleo de la palabra señalada se convierte en una cuestión meramente formal.

A quienes hacen investigación científica les alerta, desde sus reflexiones filosóficas, sobre el intento de imponer a estas comunidades indígenas un modelo de “desarrollo” o en sus propios términos “mal desarrollo” que ha llevado a dañar terriblemente el planeta, en vez de tomar en cuenta su sabiduría. Mujeres indígenas en defensa de la tierra es un libro crítico, basado en un análisis serio y profundo, que lleva a replantear la manera en que se vive e investiga.

Referencias

Tapia, A. (2018). Mujeres indígenas en defensa de la tierra. Madrid, España: Cátedra.

Notas

i. Tapia, A. (2018). Mujeres indígenas en defensa de la tierra. Madrid, España: Cátedra.
ii. Doctorado en Ciencias Sociales y Humanidades, U. de Colima; squesada@ucol.mx
iii. Específicamente por la colección Feminismos, en la cual se han publicado a autoras como Simone de Beauvoir (El segundo sexo); Kate Millett (Política Sexual) y Ana de Miguel (Neoliberalismo sexual y El mito de la libre elección).
iv. Socióloga y psicóloga que ha estudiado la participación de las mujeres en la religión, el género y la sostenibilidad desde la perspectiva de pueblos indígenas. Autora, entre otras numerosos textos, de Cruzando fronteras: mujeres indígenas y feminismos abajo y a la izquierda. (2010). Chiapas, México: Universidad de la Tierra y de Actualidad y cotidianidad: La ley Revolucionaria de Mujeres del EZLN (2014).Chiapas: CIDECI, Universidad de la Tierra.
v. Antropóloga mexicana especializada en la situación y derechos de mujeres indígenas. Autora de La Otra Frontera. Identidades Múltiples en el Chiapas Poscolonial (2003). México: CIESAS/Miguel Ángel Porrúa y de Multiple InJustices: Indigenous Women, Law, and Political Struggle in Latin America. (2016). TUCSON: University of Arizona Press.
vi. Aunque las constituciones nacionales establecen el derecho de los individuos a gozar de un medio ambiente sano y existen leyes complementarias para garantizarlo (Ej. En México el Artículo 4to., párrafo tercero de la Constitución y la Ley General de Equilibrio Ecológico y la Protección al Ambiente) esto no ha garantizado que en efecto se cumpla.
HTML generado a partir de XML-JATS4R por