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Teoría y aplicación del análisis narrativo en material transcrito: actantes, atributos y transformaciones
Theory and Application of Narrative Analysisin Transcribed Material: Actants, Attributesand Transformations
Teoría y aplicación del análisis narrativo en material transcrito: actantes, atributos y transformaciones
Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, vol. XXVIII, núm. 55, pp. 57-83, 2022
Universidad de Colima

Recepción: 13 Agosto 2021
Aprobación: 05 Octubre 2021
Resumen: El objetivo del presente escrito es mostrar cómo la teoría estructural del relato es una metodología atinente para analizar el material recolectado empíricamente en entrevistas. Se explica qué es la teoría del relato y se ejemplifica, mediante una unidad empírica, cómo fragmentar la información y cómo realizar un análisis profundo del texto con material de entrevistas en ciencias sociales. Se destacan los actores principales en las narrativas, sus acciones, atributos, así como las transformaciones prevalentes: encubrimiento, conocimiento y de estatus. Éstas quedan al servicio de escenas de subjetivación: ser indígena mixteca, joven, urbana, mujer. Se concluye que el análisis narrativo es pertinente para identificar los ideales y evidenciar el proceso de configuración de la identidad cultural de personas indígenas que han sido domeñados por la cultura hegemónica.
Palabras clave: Método, Análisis narrativo, Identidad social, Entrevistas.
Abstract: The purpose of this essay is to show how the structural analysis of narrative is a right methodology for study the material collected empirically in interview. It explains what the theory of the story is and exemplifies, through an empirical unit, how to fragment information and how to perform a thorough analysis of the text. The main actors in narratives, their actions, attributes, as well as the prevailing transformations stand out: cover-up, knowledge, status revelation; which are at the service of the subjects of native mixteca, young, urban, female. The conclusion is that the narrative analysis is pertinent to identify the ideals and show the process of configuration of the cultural identity of indigenous people who have been dominated by the hegemonic culture.
Keywords: Method, Narrative Analysis, Social Identity, Interviews.
El análisis del texto se desarrolla gracias a estudios hermenéuticos y exegéticos de escritos antiguos, bíblicos y filosóficos. Hacia la mitad del siglo XX, se desarrollan estudios lingüísticos y semióticos retomando la tradición de la retórica, la poética y la hermenéutica. El texto Análisis Estructural del Relato, puede ser considerado un parteaguas en este tránsito. En él se encuentran capítulos que explican la teoría general del análisis del relato y sus antecedentes (Barthes, 1970) así como su aplicación al análisis literario y mítico (Greimas, 1970); de notas periodísticas (Gritti, 1970) y de filmes. Se puede considerar que, la propuesta estructuralista es un previo importante a los análisis de discurso que se realizan actualmente en ciencias sociales. El problema en ese tránsito surge cuando se pasa del estudio de textos literarios a discursos orales generados por entrevistas en investigaciones de psicología de las colectividades y ciencias sociales. Esta nueva circunstancia implica un rodeo, pues el material es un discurso oral convertido en texto para su análisis.
Las investigaciones desde la Sociología, la Psicología Social o Clínica deben contemplar no caer en los atajos denunciados por Antaki, Billing, Edwards y Potter (2003), sino justificar los procedimientos de tratamiento del material. Otros atajos más que se podrían sumar a los explicitados por estos autores son: el uso de la información de las entrevistas como un argumento en sí mismo, como si lo expresado fuese nítido y no requiriera un procesamiento de análisis de segundo grado. En esos casos se usa el material de noticias o redes sociales como enunciados de verdad, que son tomados por el investigador para sostener alguna creencia o supuesto de investigación y, con frecuencia, más que estudios, es la justificación de posiciones ideológicas o prenociones. Un escotoma más que se puede evidenciar en el manejo del material de análisis es que, bajo el lema de lo interdisciplinario, hacen uso de diversas metodologías o teorías sin justificar la validez de su articulación. Es frecuente encontrar que los presupuestos metodológicos y el paradigma de interpretación no son conmensurables. Una teoría de la complejidad que busca el diálogo interdisciplinario implica reconocer los alcances de cada disciplina como de cada metodología y teoría, por lo que se debe hacer uso de ellas declarando al menos los alcances y límites, así como los elementos irreconciliables.
En búsquedas recientes se han encontrado títulos provocativos como la Investigación narrativa: apuesta metodológica para la construcción social de conocimiento científico (Arias Cardona y Alvarado Salgado, 2015). Este artículo hace referencia a una diversidad de formas de hacer análisis del texto, algunas focalizadas en los contenidos y otros en los presupuestos propios de la teoría del relato: las acciones de los personajes, sus atributos, la temporalidad, entre otros. En este escrito se muestra el uso del método, sus alcances y sus límites, aunque se pasa desapercibido explicar cómo se articula el marco teórico y el metodológico.
Otro artículo interesante es La investigación narrativa en Psicología: definición y funciones de Domínguez y Herrera (2013), los cuales siguiendo a Denzin y Lincoln (2000), problematizan dos conceptos fundamentales, la historia de vida y la Historia de vida. La primera referida a la vivencia biográfica de la persona, mientras que, el segundo, al contexto socio-cultural e histórico. Estos mismos autores (Domínguez y Herrera, 2013) exponen, siguiendo a Frank (1995), que los sujetos cuentan historias mientras que las narraciones tienen un sentido usado en los trabajos académicos. Proponen que la investigación narrativa implica procesos de estudio del material ofrecido en los relatos de los sujetos entrevistados: “estudiar las narrativas para comprender las historias y analizar historias para obtener narrativas” (624). Plantean, además, que toda investigación implica una serie de asunciones epistemológicas y ontológicas, que están tanto en el diseño de la investigación como en el proceso y análisis de la información recolectada. En coincidencia con esta idea, es importante enfatizar que esta articulación es precisamente lo que en los trabajos de grado y en los artículos de investigación en ciencias sociales no se puede omitir. Asimismo, exponen dos grandes perspectivas en el estudio de las narrativas, por una parte, la neopositivista la cual asume que la realidad está ahí independiente del observador y se puede acceder a ese conocimiento, por lo que el investigador puede distinguir en los relatos entre las experiencias de las personas y cómo son en realidad. Mientras que la relativista o construccionista, parte de que el mundo y realidades son múltiples, el significado no está en la mente sino en el interjuego que se da entre el investigador y el entrevistado, por lo que los relatos sonconstrucciones sociales (Domínguez y Herrera, 2013).
En miras de abonar a las investigaciones sobre identidad cultural, el presente artículo tiene dos propósitos: ejemplificar, con material recolectado en una entrevista, cómo realizar la fragmentación del material transcrito en relatos y cómo hacer el análisis profundo del texto, siguiendo los presupuestos de la teoría estructural del relato, a saber: destacar en ellos los actantes, sus acciones y atributos, así como los tipos de transformaciones, para finalmente determinar el autor implícito, es decir lavisión del narrador.
Congruente con esta perspectiva, el presente artículo declara que tiene como lector imaginario a doctorantes e investigadores del campo de la Psicología y las ciencias sociales.
El material textual que se usa fue recolectado por medio de una entrevista a profundidad que se realizó a una mujer, joven, mixteca y activista. Esta entrevista como unidad muestra es tomada de otras tantas que se han realizado en el Proyecto jóvenes activistas en la ciudad. La pretensión investigativa del proyecto es evidenciar los ideales y la causa eficiente que los han llevado y los mantiene actuando (militando) en sus respectivos colectivos. Respecto al principio de autonomía y respeto, los entrevistados firmaron una carta de consentimiento informado, además fueron enterados de que el material sería usado para proyectos académicos y artículos de investigación. Y en concordancia con el principio de justicia, se acordó que terminada la investigación se les retribuirá con información atinente y pertinente sobre sus colectivos (guardando tanto el sigilo como el anonimato en temas y personajes particulares). Reconocemos además que, la escucha atenta y cuidadosa de sus historias tiene ya en sí misma un aporte al proceso de simbolización de sus experiencias. Narrar la vivencia socio personal dada en una cultura permite la autocomprensión de sí frente al otro ajeno, en ese acto interlocutivo tanto el entrevistado como el entrevistador salen enriquecidos. Se asume con ello que: “el hombre es un ser que se comprende al interpretarse” (Ricoeur, 2009:214).
Esta investigación es un aporte al estudio de las juventudes en su diversidad cultural ya que se analizan relatos biográficos sobre el trayecto cultural de una mujer indígena que actualmente es activista social. Ser joven no depende sólo de cambios biológicos sino sobre todo del rol que juegan socialmente en una determinada cultura. Su capacidad de agencia pende tanto del querer ser personal como de los espacios que las instituciones les posibilitan. Amén del capital social que es la base de la acción colectiva (Coleman, 1990).
El método de análisis que se expone y usa en el presente escrito se basa en la teoría estructural del relato y para el análisis final se usan conceptos expuestos en Maisonneuve (1979) y Erikson (1979). Es conmensurable la propuesta metodológica con la teórica, en tanto que autores de la teoría general del relato éstos psicólogos sociales reconocen como una de sus fuentes la psicología de las colectividades de estirpe psicoanalítica.
La estructura del artículo es la siguiente: primero se hacen consideraciones epistemológicas sobre el análisis narrativo, después se desarrolla qué es la teoría del relato y posteriormente se describe cómo realizarlo (la práctica). La parte central del escrito es el análisis descriptivo de la entrevista y se toman como muestra empírica unidades semánticas emergentes en el proceso de fragmentación, las cuales sirven para ejemplificar el uso del análisis estructural del relato (muestra teórica). Para concluir, se somete a diálogo este análisis del texto con referentes teóricos de la psicología social, así como de estudios sobre identidad y etnicidad.
Consideraciones epistemológicassobre el análisis del relato
El material de análisis son transcripciones, es decir un discurso hecho texto, por lo que la evidencia recolectada está atravesada por el uso de la lengua. El objeto de estudio es el texto, devenido por una trasmisión producida en una entrevista, en una interlocución. Por lo que el dispositivo mismo de relación, entrevistador–entrevistado, preforma lo que se dice y lo que se omite.
La perspectiva epistemológica de análisis es socio cultural. La relación entre entrevistador–entrevistado es posible porque se comparte el contexto cultural y el código lingüístico. La lengua es trasmitida por otros (paradigmática) y es usada por cada hablante a su manera (sintagmática), es así como podemos diferenciar con Saussure (1993) entre la lengua general y el habla de cada cual. En esto último podemos asumir que la singularidad del hablante y el campo de sentido expresado está necesariamente entramada con lo socio-cultural, entendiendo por esto el código mismo del lenguaje, que posibilita las palabras que se usan, la sintaxis, la gramática, así como el desarrollo de la competencia comunicativa para discriminar qué palabras deben utilizarse y en qué contextos.
La palabra cultura tiene más de un significado, se puede entender como un conjunto de conocimientos, un proceso o un patrimonio, así como una totalidad explicativa que permite dar consistencia al imaginario social (Harari, 2019).
Desde la sociología, la palabra cultura está estrechamente relacionada con la esfera simbólica –de los significados– en donde los individuos y grupos comparten unos mismos hábitos; “un capital cultural” que designa estatus (Bourdieu, 1988, citado en Rubio Gil y San Martín Pascal, 2012:199). Se asume en este escrito que la cultura es un conjunto simbólico en donde el lenguaje, así como las instituciones regladas son el sine qua non para la construcción de las identidades. Así pues, no hay un solo modo de subjetivación, ya que esta se configura gracias a las relaciones sociales y a la apropiación o rechazo de los ideales culturales. La adscripción a una imagen de sí mismo con otros, se da identificándose con los modelos familiares, escolares o laborales y, de manera indirecta, por los ofrecidos por los medios de comunicación y redes sociales.
La vigilancia epistémica de todo investigador en ciencias sociales implica no olvidar que el objeto de estudio sea que observemos algo de la naturaleza como cuando tomamos algún acto o actor social para investigarlo, tiene como alcance y límite ese real ineluctable que es el uso del lenguaje en una cultura determinada.
La actitud del investigador (en concordancia con el concepto de estructura), es deseable que sea abierta y dinámica. Es decir, por un lado, ser riguroso en evidenciar lo cristalizado dado por las repeticiones, redundancias u omisiones, y por otro, dar cabida a las novedades y diferencias emergentes cuando se analiza el texto de los entrevistados. La perspectiva del investigador, por tanto, es aquella que no sólo busca las consistencias que posibilitan lo predecible sino además las variaciones, los cambios sea en los contenidos o en el ritmo del relato, sus transformaciones. Las narraciones son interminables y diversas, por lo cual se advierte que el hombre está habitado y vive permanentemente experiencias las cuales necesita contar a alguien. Se reconoce, además, que lo narrado y el sujeto empírico de la narración no coinciden; el narrador es más que su relato. El narrador, no es reductible a sus relatos, ni agota su existencia en ellos, sino que aquellos son sólo esbozos de ciertas vivencias. Bajo estos principios, es que se puede proponer que la metodología de análisis de las narrativas implica ciertos momentos de cierre comprensivo y otros de apertura a nuevas preguntas de investigación para seguir profundizando en el campo de sentido expresado en los relatos contados, lo que le permite alinvestigador hacer conjeturas e inferencias, es decir, un relato sobre el relato.
Método: Análisis estructural del relato
El análisis estructural del relato parte de reconocer que, en todo discurso se puede detectar dos campos de sentido, el expresado por el sujeto del enunciado y otro el de la enunciación. La unidad mínima de sentido es la frase, la sumatoria de varias de ellas posibilita los discursos. La oración por su parte, se enriquece por el uso de los modos verbales, así como por adjetivos y adverbios. La sintaxis con la que organizamos nuestras expresiones orales o textuales suelen tener cierta reiteración, por lo que se puede sostener que está regida no sólo por la gramática general (lo paradigmático) sino por los modos particulares en que cada cual usa la lengua (sintagmático).1
En lo sintagmático se identifican ciertas recurrencias que los estudiosos formalizan como estilos retóricos. Cada palabra en tanto fuente de expresión verbal puede ser dicha de muchas maneras, mismas que están categorizadas de algún modo en la gramática; algunas son exclamaciones, otras interrogaciones, órdenes, plegarias, entre otras. La forma de la enunciación, lo ilocutivo, tiene como base la configuración proporcional dada por la lengua (lo locutivo) y es usada por el hablante con cierta intención consciente o inconscientemente. Cuando se habla, se pretende algo y hay un efecto en el interlocutor (lo perlocutivo). En esta interacción dialógica podemos inferir la posición del hablante, en tanto sujeto de la enunciación.
Por otro lado, es importante reconocer que, en la sumatoria del uso de cada frase, lo dicho puede ser entendido y estudiado desde el contenido mismo que se expresa. Las frases concatenadas pretenden un algo en el escucha: argumentar para persuadir o para negar lo dicho o lo hecho, para engañar.
El relato puede ser comprendido como un acto del habla por el uso que se hace de él. Es decir, el entrevistado relata para contar hechos del pasado, informar al oyente o para argumentar o ilustrar, como precisa Blanchet (1989) en sus estudios sobre la relación dialógica en la entrevista.
Por otra parte, también se puede destacar y analizar en lo relatado ciertas recurrencias dadas a los personajes por sus atributos o sus acciones. En esas insistencias narrativas los estudiosos infieren cierta estructura en lo relatado, por ejemplo, en los estilos literarios: novelas o cuentos, los cuales pueden ser de suspenso, terror, entre otros. En los estudios hechos por sociólogos, antropólogos y psicólogos también se destacan ciertas consistencias narrativas en los sujetos entrevistados. Ya que, como advierte Barthes (1970) “[…] nadie puede combinar (producir) un relato, sin referirse a un sistema implícito de unidades y reglas” (10). Las recurrencias narrativas en los estudios socio culturales se pueden ver como cristalizaciones de cada hablante y prefiguran intenciones o acciones colectivas cuando se hacen estudios profusos con miembros de un grupo.
Se decía en párrafos anteriores que, en un discurso, la concatenación de frases pretende diversos sentidos con intenciones diversas como informar o argumentar para persuadir. El análisis del relato, si bien parte de la frase se distancia de la argumentación en tanto que su pretensión está henchida del mito individual y dada la pretensión protagónica natural de los actores sociales (entrevistados), hay una intención implícita en susrelatos, cuentan cómo es el mundo desde lo vivido y, al narrar, hay voluntad de verdad, de hacer creíble la vivencia. Dada esta calidad discursiva lo relatado requiere de un procesamiento metodológico, que permita justificar cuál es la visión narrativa.
Para comprender la teoría narrativa es importante inquirir ¿qué es un relato? y ¿cómo se puede identificar el mismo en una entrevista que se ha vuelto texto? De acuerdo con Ducrot y Todorov (1985), “[…] El relato es un texto referencial con temporalidad representada. La unidad superior a la proposición que se distingue en los relatos es la secuencia, constituida por un grupo de al menos tres proposiciones” (340). Además, precisa con Levi-Strauss, que, en todo mínimo relato se identifican atributos de un agente y un proceso de transformación o mediación que evidencia el paso de un momento a otro.
El tipo de secuencia de cada texto analizado dependerá en mucho del modo de narrar de cada sujeto, si bien se reconoce que en toda secuencia narrativa hay un inicio, un medio y un fin (Ricoeur, 2009). Bremond (1970) destaca el tipo de secuencia dependiendo del proceso, por ejemplo, lo hace depender de la cadencia narrativa si es de mejoramiento o degradación. El relato del héroe inicia cuando recibe cierta encomienda y ayuda de un aliado. El segundo momento es cuando adquiere los medios para cumplir su tarea, el proceso de adquisición de los mismos y el final, cuando se destaca cómo queda la relación entre el héroe y el anterior poseedor de los medios.
Es importante advertir que además se puede categorizar las secuencias dependiendo del tipo de intrigas. Ducrot y Todorov (1985), precisan tres: por el destino, por el dilema que el personaje tiene que resolver o por los procesos de pensamiento que tiene el personaje principal. Las intrigas no son excluyentes sino complementarias para el análisis. Además, hay que decir que cada una de ellas se deriva en otras más específicas.
Operativamente se puede detectar la dinámica narrativa gracias a las transformaciones discursivas. En todo análisis del relato, el uso del verbo y su relación con el adjetivo o con los adverbios nos permiten evidenciar el tipo de transformación que se expone. Ducrot y Todorov (Ibidem)proponen dos tipos de transformaciones: las simples, que pueden ser de modo, de intención, de resultado, de manera, de aspecto, de estatus, y las complejas, que son de apariencia, de conocimiento, de descripción, de suposición, de subjetivación, de actitud.
Propuesta de operación de la teoría general del relato al texto transcrito
Desde la experiencia de análisis del autor de este escrito, se expone a continuación la forma de operar la teoría general del relato en el estudio de textos de entrevista en una investigación sobre ideales sociales en la vivencia cultural de una joven de origen Ñuu sávi. Se advierte que las reglas generales posibilitan localizar en los textos los micro relatos, que incardinados unos a otros, hacen una secuencia mayor de sentido, lo que permite al investigador categorizarlas en ciertas unidades semánticas. Al clasificar así su contenido, se determinan las transformaciones o secuencias complejas incardinadas en los micro relatos; este campo de sentido es emergente y tiene que ver con lo ofrecido por la textualidad misma. El material empírico de la entrevista aporta una gran riqueza de relatos, por lo que se hace dialogar la teoría general del relato con el contenido singular de la narración dada por el entrevistado.
Para ejemplificar esta vinculación entre la teoría general y su operación, a continuación, en relatos muestra, se destacan los atributos o acciones de los actantes cumpliendo con los dos niveles formales de análisis propuestos por Barthes (1970) y Greimas (1970): la historia que comprende las acciones y la sintaxis de los personajes (tiempos, modos y aspectos de los personajes).
El primer paso en el tratamiento de la información es la fragmentación de la entrevista en micro relatos. Para ello es importante discriminar en el texto cuándo hay relato, a saber: identificar una unidad mínima de sentido (isotopía) configurada por al menos tres proposiciones referidas a un sujeto, un verbo y cierta temporalidad lógica o cronológica en un antes y un después. Esta lógica narrativa puede aspirar a contar una mínima escena de hechos vividos por el narrador o por otros narradores de quien se escuchó la historia. Por ejemplo, en el siguiente extracto de entrevista:
Y mi papá, mi familia, allá en el pueblo se dedicaban a sembrar.Entonces en ese tiempo cuentan que llegó un grupo de personas, deseñores, a ofrecer como unos sobres de cosas que eran como fertilizantes, según eso dijeron, para las tierras y que iban a ayudar con no sé qué.Total, que una parte de la gente, la mayoría del pueblo lo usó, y lo que hizo más bien fue descomponer toda la tierra y ya no se daban los frutos, los cultivos, y pues ya no había manera de sobrevivir con eso que era lo único que ellos trabajaban y se dedicaban.
Si centramos la atención en los actantes y sus acciones, podemos fragmentar el párrafo en las siguientes escenas: 1.- Mi familia allá en el pueblo se dedicaba a sembrar; 2.- En ese tiempo llegó un grupo de personas a ofrecer sobres de fertilizantes para la tierra; 3.- La mayoría del pueblo los usó y descompuso la tierra; ya no se daban frutos, ni cultivos; 4.- Ya no había manera de sobrevivir, era lo único en lo que ellos trabajaban.
La escena así fragmentada guiados por las verbalizaciones, acciones atribuidas a los personajes, permite comprender de mejor manera ese micro relato que podríamos intitular de manera sintética bajo una unidad semántica: origen de los padres de la voz narradora. Si sumamos a esta fragmentación la sintaxis de la historia basados en Brémond (1970), la comprensión de la historia sería la siguiente: un estado inicial del relato, donde el personaje familia–pueblo tenía un quehacer; llegan actores desde una exterioridad ofreciendo un regalo envenenado (momento de degradación), que tiene por efecto la descomposición de la tierra y del oficio del actante pueblo–familia, con un final disfórico, pues se atenta y amenaza el estado inicial y existencial del personaje principal.
Este micro relato es indicial y sostiene la trama en una intriga de destino–acción, en tanto que se abre la interrogante: ¿qué ocurrió después de ese encuentro de degradación de un estado inicial de paz? ¿Qué sucedió con los agentes externos quienes provocan un maleficio? Además, se abre una intriga dilemática: ¿cómo sobrevivieron? ¿Cómo resolvieron talencrucijada?
Las posiciones actanciales son: pueblo-familia, quienes se encuentran con un grupo de personas externas, quienes otorgan un regalo envenenado, el “fertilizante”, el cual descompone la tierra, sus productos y el quehacer laboral de los destinatarios. A este micro relato se suman otros tantos, que incardinados hacen una historia más completa como lo veremos más a detalle en el siguiente apartado.
En el material analizado hay otros relatos que son contados como procesos de pensamiento (también llamadas por Ducrot y Todorov (1985) operaciones psíquicas) por lo que su localización está dada por premisas lógicas en donde se contrasta lo oído o lo vivido con un antes entendido y un después resignificado. Como se ejemplifica en el siguiente relato ya fragmentado y reconstruido:
Cuando me meto más al grupo de mi hermana, empiezo a entender más el tema de los pueblos; entendí con otra mirada, veía los eventos,escuchaba a las personas, empecé a concientizarme un poco en eso; empecé a entender que yo era mixteca, que había Huicholes, Willas,que hay Coras, o sea muchas variedades y distintas historias.
En esta concatenación de escenas, hay una expresión de la vivencia, ya no de hechos. Los verbos reiterativos son: empezar y entender. Se reconoce que el empiezo no tiene que ver con un inicio de hechos, sino de vivencia subjetiva donde expresa el antes-durante, que es cualificado en esta oración compleja (en un después) por otros verbos de acción: entender, concientizar (diferencias entre los grupos), que deriva en transformar su mundo, dice “otra mirada”. En este relato hay varias transformaciones incardinadas, la primera es de conocimiento, la cual se detecta por el uso de los verbos entender y concientizar, así como por la metáfora “otra mirada”, y de subjetivación por la adscripción “yo era” y, finalmente, una de estatus: “mixteca”.
En este proceso de pensamiento se infiere una discriminación que hace la voz narradora sobre sí misma: una afirmación de su origen (mixteca) frente a otros iguales a ella (indígenas), pero diferentes (Huicholes, Willas, Coras). En ello podemos fundamentar la visión narrativa del autor implícito, el cual nos trasmite cómo por el conocimiento tiene una revelación sobre su subjetividad y etnicidad. Dado este análisis de las transformaciones del relato se puede inferir que la intriga que la sostiene es pensamiento–revelación.
Hay otros micro relatos que están basados en descriptores de lugares o personas. Estos últimos tienen como meta caracterizar a los actores o el espacio tiempo donde se despliega la historia. Los criterios que ayudan a identificar estas escenas son proposiciones, juicios de atribución, sobre un actante de quien se expresa un verbo, un adjetivo o adverbio.Por ejemplo, en el siguiente ordenamiento del relato:
Había en ese tiempo personas como líderes del pueblo y lo empezaron enseñar a mi papá todo lo que tenía que aprender y cómo hablar con la gente; mi papá es una persona que siempre está aprendiendo y quiere aprender. Mi papá estaba en el Consejo de Ancianos, son personas que se han ganado un papel muy importante en el pueblo por buscar el bienestar del pueblo.
En este relato se cuenta que el personaje papá recibió de los líderes del pueblo el don de hablar con la gente. Y lo destaca como sujeto de acción y con un deseo: aprender. Así como un lugar frente a otros iguales a él: consejo de ancianos. Con quienes no sólo comparten el primer atributo sino una meta: “el bienestar del pueblo”. Este relato que describe los caracteres de los personajes permite precisar algunos de los lugares actanciales propuestos por la teoría del relato: los líderes del pueblo como modelos del padre y el consejo de ancianos (otros como él).
Las posiciones paradigmáticas propuestas por Greimas y Courtes (1982) son: sujeto/objeto; donante/destinatario; ayudante/opositor. En el relato analizado los actantes que se pueden englobar como donantes, comparten el atributo: aprender, enseñar y ofrecen el don de aconsejar (por el lugar social: Consejo de Ancianos) y quienes tienen un objeto desiderativo común, el cual es buscar el bienestar del pueblo. Los opositores están expresados en el primer relato aquí analizado, a saber: los extranjeros que ofrecen un don envenenado-engaño.
Maldavsky (2004) siguiendo a Greimas (1970) precisa que, el valor o ideal de la voz narradora se puede inferir del atributo o acción dada al modelo, mientras que en la mostración de deseo se expresa el objeto-meta que se persigue.
Resultados del análisisdescriptivo de una unidad muestra
Después de ejemplificar cómo se desmenuza el análisis del relato siguiendo los tipos de narrativas, se desarrolla a continuación el análisis profundo a la entrevista realizada a la joven activista. Para este análisis se toma fundamentalmente lo desarrollado con anterioridad desde la teoría general del relato, las posiciones actanciales (Barthes, 1970; Greimas, 1970) así como los tipos de transformaciones propuestas por Ducrot y Todorov (1985).
Sinopsis
La entrevistada es una mujer de 25 años de origen oaxaqueña de la comunidad étnica: Ñuu savi. Su familia emigró a Guadalajara y actualmente sus padres viven en otro municipio de la ZMG. Estudió primaria, secundaria y preparatoria en escuelas públicas. Es egresada de universidad privada de la licenciatura de Educación. Durante el trayecto por la universidad participó en distintas agrupaciones y actualmente es miembro de un colectivo que promueve la cultura de los pueblos originarios.
Tratamiento de los datos
Después de fragmentar la entrevista trascrita, se identificaron varios micro relatos, los cuales se organizaron en tres grandes secuencias: los referidos a un antes, es decir relatos sobre el origen de su familia y sobre el inicio de la entrevistada, niña nacida en una familia Ñuu savi en una ciudad de mayoría mestiza; un durante, que implica su proceso de estudiante de preparatoria y universidad donde se convierte en activista y un después, que son aquellos relatos que expresan su quehacer al terminar la universidad y hasta su estado actual. En estos tres momentos, se sitúan diversas unidades de sentido, algunas referidas a terceros: su padre, hermanas y un compañero activista también de origen indígena; otras, sobre las acciones que realiza(n) en el colectivo durante su formación; y unos relatos que están referidos a lo vivido en el presente y desde donde se abre un nuevo proyecto narrativo. La historia de la voz narradora está entretejida en la de los otros personajes, pues como refiere la teoría del relato, el narrador se coloca como la voz omniconocente, así como en personaje de la historia que interacciona con otros actores. Dada la riqueza de relatos para los objetos de este escrito, se presenta sintéticamente el sentido de lo relatado: el tipo de narración, destacando la insistencia de los actores principales para después presumir los tipos de transformaciones narrativas en las cuales se coloca la voz narradora. El tratamiento de todo el material analizado permite tener una mirada panorámica de la historia que devela al autor implícito, la visión narrativa.
Secuenciasanalizadas
En el relato ejemplo, que nominamos el origen, se visibilizó el despliegue de dos tipos de actores principales: los propios de la etnia (familia–pueblo) y los agentes externos (los que ofrecen el abono que envenena tierras). La relación entre lo propio y lo externo es una recurrencia narrativa que se encontró en todo el material analizado, aporía en la cual hay que centrar la atención, ya que en ese entre dos se dan los procesos de reacción de los distintos actores, así como la emergencia de actantes puente o procesos de pensamiento o acciones que hacen las veces de respuesta–reacción (intrigas de destino, dilema o proceso de pensamiento). Las Tablas I, III y IV están articuladas sobre estas tres coordenadas, lo interno, lo externo y en medio (el entre dos) la zona de reacción en ese encuentro.
En la Tabla I se presentan tres dilemas, los dos primeros referido a lo contado por los padres y el tercero a la propia vivencia infantil de quien narra. Como se ve en la Tabla I (TI), inciso 1, en la fila de en medio se precisa el dilema a modo de pregunta, debajo del cual se enuncia la resolución expresada narrativamente. La intriga de destino que se había abierto tiene su respuesta ya que, roto el estado inicial de labor del padre y sus co-pobladores, no pueden vivir más de la tierra, entonces migran. El segundo dilema se abre cuando el padre busca dónde establecerse en ese nuevo territorio (TI, inciso 2). Inicialmente, usan un espacio marginal al costado de las vías. En este intento de consumar el deseo de tener un nuevo lugar para habitar, desde lo exterior emerge el obstáculo, los colonos–mestizos, piden que se vayan. Aunque el padre líder defiende a la familia y al grupo, optan por migrar a Tonalá. Como ya se decía en la secuencia, los actores principales se discriminan por los atributos o por las acciones que realizan. Los actores colocados en el interior (nos-otros) son familia-pueblo y el padre, con atributos como enseñar, hablar, tener conocimiento, aprender, defender. Mientras que, los actores que vienen de la exterioridad (los otros) son hostiles a la interioridad de la comunidad y están referidos por actos de engaño que destruyen los recursos de subsistencia o de intento de expulsión de su asentamiento al costado de las vías (“los querían correr”).
Se señalan también en la columna tres, los verbos transitivos que se atribuyen al actante padre, los cuales indican acciones logradas, es así como está expresado en cada escena: “Sale del pueblo; estudia secundaria; se apropia de un predio abandonado; construye casa; se defienden de los colonos que los quieren echar; defiende y hace por la comunidad”. Dado este uso verbal se puede sostener que las narraciones son de transformación de resultados; se presume con ello las hazañas logradas.
El tercer dilema (TI, inciso 3) lo precisamos con la pregunta ¿qué hacer con la lengua materna? En la columna intermedia se agruparon los relatos sobre vivencias infantiles de la voz narradora. Hay tres secuencias completas: una referida a su ingreso a la primaria en el municipio de Guadalajara, otra cuando ingresa a la escuela en Tonalá y una más cuando atraviesa la secundaria. En la primera secuencia (T1 columna 2, relatos A), inicia con confusión por no saber por qué los niños no le contestaban en su idioma, desde la exterioridad viene la prohibición de la maestra por hablar su lengua materna y le impone hablar español. Los sentimientos expresados en estos relatos son culpa, pues cree que está haciendo un daño (transformaciones de suposición) y angustia, ya que cualquier signo que evoque la escuela le despierta este afecto. Así como preguntas de desconcierto: ¿qué voy a hacer?, ¿qué sucederá en esa espacialidad donde lo interno no puede ser expresado?

En la columna dos TI relato B, el micro relato apunta a una escena en donde ya sabe qué hacer en la escuela, es decir, resolvió el dilema previo. Y el afecto expresado es eufórico, logra adaptarse y queda tranquila. Si bien narra posteriormente (relato C) que, en la secundaria, la angustia social vuelve a emerger ante la posibilidad de que sus papás fueran a la escuela a las reuniones de padres de familia. Se suscitan los mismos afectos de la primera escena (3A), a la cual se agrega: vergüenza de que sus padres puedan mostrar con su presencia rasgos de ese origen acallado.
Las transformaciones principales que se dan en estas tres vivencias de la voz narradora se pueden leer en la TII. Estas son: de aspecto, apariencia, actitud, modo, estatus, las cuales apuntalan una trama de fingimiento y ocultamiento de lo interno. En la tercera columna se subrayan los verbos que permiten sostener la calificación del tipo de transformación.

En la Tabla III (TIII) se presentan las narrativas del durante. Esta secuencia inicia “cuando cursaba la prepa”, fue invitada por una de sus hermanas a presentarse en un festival para bailar. Esa experiencia le abrió una espacialidad con actantes diferentes a los que había enfrentado en la exterioridad que desdeñaba lo nativo, como cuando estaba en la primaria, secundaria y algunos compañeros de preparatoria (TIII, inciso 1). En esta temporalidad y espacialidad hay una escena de transformación reveladora, se da cuenta que es mixteca y que hay otros como ella, pero diferentes: huicholes y coras (ver apartado anterior: el segundo relato ejemplo).
En el encuentro con esa colectividad se entera de lo que hacen sus hermanas, narra cómo frente al problema interno de la pérdida de empleo de los varones, las mujeres tuvieron que salir a vender a los cruceros. La exterioridad de nuevo aparece como hostil, pues una dependencia municipal que atiende familias, amenaza con quitarles sus niños a las que salían a trabajar a los cruceros. La resolución puesta en la columna intermedia es: su hermana crea una agrupación (TIII, inciso 2). Hay un relato homogéneo a este en donde expresa que su segunda hermana, quien estudió administración, hace una cooperativa de artesanos. En estas secuencias las hermanas aparecen como quienes otorgan defensa a sus compañeras de origen, replicando las acciones del actante-modelo: padre. Así pues, las escenas que cuenta sobre las mujeres son de resultados logrados: Salen a los cruceros; hacen un grupo o cooperativa; se dedican a las artesanías. Y son acciones de respuesta a la escena previa donde los hombres pierden su trabajo y las mujeres salen a trabajar (escena de transformación de estatus de las mujeres).

En el inciso 3, TIII, se expresa la experiencia de paso por la universidad. Durante ese trayecto conoce actantes nuevos que, aunque devenidos de la exterioridad no son hostiles, sino que algunos son ayudantes (aparecen los personajes: académicos y Universidad).
Es importante advertir que, en las narrativas, los actantes no son uniformes, hay matices, pues en el trayecto de su paso por la universidad también encuentra compañeros y docentes por los que se vive desestimada, no comprendida. Y aún, los académicos modelos, hablan desde un “yo sé”, “ustedes no entienden”. En esas secuencias los personajes compañeros estudiantes y académicos, aparecen con doble valencia, por un lado, son quienes reconocen sus raíces y les ofrecen espacios de expresión, mientras que otros pretenden imponer el conocimiento abstracto por sobre el saber de la vivencia concreta de los originarios. Las escenas referidas a su participación en la espacialidad Universidad solidaria son también de transformación de resultados: “Hicimos mesas de diálogo”; “Convocamos”; “Nos formamos”.
Cabe señalar que este cambio de la primera persona del singular al plural tiene como referente una escena nodal, peripecia propia de la poética. Cuenta que el grupo la elige como coordinadora y le piden que hable al público universitario en una actividad de diálogo universitario donde los estudiantes indígenas iban a trasmitir sus experiencias. En su primer intento no lo logra y sale de esa escena pública y se regresa a su casa. Hay un proceso de pensamiento que media ese tránsito, se interpela a sí misma: “tienes que hablar”, “tú eres su voz”. El “su voz” se refiere al colectivo y a sus co-nativos, es una redefinición del yo singular como yo social. El reto es asumir el lugar del líder, así como las modelos hermanas, padre. Ahí desfallece el mí “no pude hablar” y se autoconvence bajo el lema tú “eres su voz”. Ya no se trata sólo de sí mismo, sino del “nos”.
Este relato en un primer momento es disfórico, aunque alude que sí termina siendo coordinadora, por lo que el final de la escena es eufórica. Las escenas prevalentes en estos relatos son de conocimiento en miras de sostener un nuevo estatus y posición subjetiva.
En la temporalidad del después, se narran dos dilemas: el pasar de ser un colectivo a una asociación civil y el entrar al ámbito político, gestionando políticas públicas. Como se ve en la Tabla IV (TIV), el colectivo es lo interno, el Estado lo externo y sus anhelos junto con sus procesos de pensamiento, los modos de resolución. Las escenas son de transformación en miras de reasignación de un nuevo estatus. En la primera escena reconoce que tiene una interioridad valiosa, pues lo indígena ya no es vergonzoso, sino algo por expandir desde un espacio logrado internamente en el colectivo y se pretende comunicarlo a los otros, los de la ciudad; dice el relato: “no sólo danzamos”, “también sabemos” y anhelan ser consultados. Son escenas donde la intención y actitud se transforman, aspiran a sensibilizarlos, concientizarlos, reivindicarlos (a los otros).
En la segunda secuencia (TIV, inciso 2), Laura es un personaje que condensa la resolución y se vuelve un emblema de ese encuentro en la Comisión Estatal, donde ni siquiera los querían considerar indígenas, es dirigida por una compañera que fue miembro del grupo de la Universidad y del colectivo de jóvenes indígenas. Este personaje conquista la exterioridad, se dice que esta nueva dirigente les da confianza. Le atribuye el valor de ser joven, mujer indígena Ñuu savi. Además, le da el calificativo de logro extraordinario, ya que ningún dirigente de ese organismo había tenido esos atributos.

LEMA: “si nosotros no damos la voz, se va a se guir reproduciendo lo mismo”
Elaboración propiaEn esta temporalidad también hay una narración que permite evidenciar la posición actual del autor implícito. El dilema es: ¿hay admisión o no de su vida como activista en el interior de su comunidad? ¿Es admisible que la mujer haga lo que ella hace?
En la Tabla V (TV), se puede identificar en la primera columna el relato analizado, en la segunda columna, se ve el tipo de secuencia y en la tercera se precisa el tipo de verbo usado, el cual permite hacer la inferencia del tipo de transformación (columna dos).

En la secuencia 1, TV, decanta una posición nueva del sujeto narrador quien dado el trayecto entre lo interno y lo externo, lo familiar y lo extraño, lo propio y lo ajeno, va configurando un nuevo personaje con atributos y acciones producto de esas mixturas. El conflicto nodal gira alrededor del estereotipo de mujer que ha escuchado al interior de su familia y que coincide con algunas posiciones sociales de la exterioridad (transformaciones de descripción). Los hombres desde la interioridad y aún su madre, son portadores de esa expectativa social del papel y lugar del personaje mujer, dice el relato: “la mujer debe casarse, cuidar a sus hijos a su esposo” (transformación de estatus) “no andar de argüendera” (transformación de apariencia-ocultamiento). El tono de esta secuencia 1A contrasta con la 1B, en la cual se intercalan distintas transformaciones, que van de descriptivas a las subjetivas, las de actitud y las de intención; quiere que los hombres de la interioridad comprendan lo que ella está entendiendo. La tarea de la activista que defiende la cultura interna, lo nativo, ahora habla con valores devenidos desde la exterioridad puente Universidad, por lo que se impone ya no sólo la tarea de hacer valer lo indígena, sino además el ser mujer (transformación de estatus). Reconoce en sus relatos que el haber estudiado le dio herramientas para tener y pensar otras formas, por lo que se convence en su reflexión sobre ese don que le dio la exterioridad, la cual la configura fuera de los atributos y acciones de las mujeres indígenas. Hay una secuencia que expresa cómo afronta al obstáculo familia, que “le impide varias cosas”. Confronta al padre con sus propios valores y le hace ver que ella está replicando-lo en su actuar. Ahora es ella quien defiende, habla por los otros. Y frente a la posibilidad de la muerte, toma la posición del héroe cuando expresa: «al final, si nos morimos o no nos morimos, uno no decide eso, simplemente puede pasar”; “qué mejor que haber hecho algo importante, impactando en tu vida, y ya cumpliste con algo bueno en tu vida». En estas secuencias sobre lo actual se coloca como un agente-líder que otorga a otros ese don: hacer entender a sus semejantes de origen otro modo de ser mujer indígena.
Esta transformación subjetiva sería la síntesis entre lo interno y lo externo. Ya no comulga con el papel impuesto, desde la interioridad y la exterioridad. Ella ha tomado conocimientos de la exterioridad–Universidad quien como puente entre lo interno y lo externo, le ha permitido emerger con la revelación de un nuevo ideal de sí: mujer indígena urbana (síntesis).
Finalmente, en el punto 2 de TV, se precisa un nuevo dilema: usar o no la vestimenta de origen. Es una escena posible de fingimiento, ¿se dará la transformación de apariencia? Según el relato, la voz narradora opta por una formación de compromiso, ni todo ni nada, terminando el relato con una transformación subjetiva: “estoy pensando usar la blusa de bordados”.
Estos dos últimos dilemas que presentamos son la coda de toda la historia en tanto que, narrativamente hablando, las escenas de transformación de conocimiento están intrincadas con las de estatus vía la revelación de la propia subjetividad. De modo que el narrador y su narración, en tanto actor y autor están traslapados en las escenas, las cuales, al ser narradas al entrevistador, dejan entrever quién ha venido siendo y quién anhela ser. Dado este análisis, se puede sostener la visión narrativa del entrevistado, la cual emerge entre el “[…] narrador y el universo representado” (Ducrot y Todorov, 1985:369). Se asume por tanto que: “La existencia de una visión (de un narrador) significa al mismo tiempo la existencia de una temporalidad de la escritura… –en donde– el narrador nunca puede estar ausente” (Ibidem:362). Pero lo relatado no habla por sí mismo, sino por la organización impuesta por el investigador que hace surgir en sus repeticiones y consistencias narradas, al narrador mismo (visión del narrador).
Consideraciones conclusivas
Como recordarán, el propósito del artículo es describir cómo estudiar entrevistas transcritas mediante la teoría estructural del relato en investigaciones cualitativas en ciencias sociales en miras de evidenciar la visión del narrador. Cumplida esa tarea, queda pendiente realizar el diálogo del material analizado con teorías conmensurables a esta perspectiva investigativa. Para ello se plantean las siguientes preguntas: ¿qué aporta el método de análisis del relato a los estudios sobre la identidad cultural? ¿El estudio de los actantes, sus atributos y la inferencia de la visión narrativa es conmensurable con la perspectiva teórica de investigaciones psicosociales sobre la identidad o personalidad social? Para responderlo, se presenta los acercamientos teóricos articulados con los resultados.
Maisonneuve (1979) propone que el personaje social se gesta en la diferenciación entre el yo y el otro, en cuyo trayecto el mí del niño tiene que saber descodificar el guion impuesto y los roles sociales. Hay ciertos compromisos para consolidar lo interno: reflejar empatía por imitación (factores de acercamiento) y de agresividad y descontento (factores de oposición). En la adolescencia emerge la pregunta por los compromisos y los guiones impuestos bajo el imperativo social del “sé así” (actitudes y roles adoptados). También precisa que el personaje social puede tener facetas: como rol social (pretender ser), como ideal a alcanzar (querer ser) y como máscara (fingir ser). Esta perspectiva es conmensurable con otras propuestas de corte antropológico y sociológicas las cuales sostienen la identidad cultural: “[…] como un proceso, constituido por prácticas, con un significado cultural, ideológico y social claramente delimitado” (Aguado y Portal, 1991:31). En donde lo ideológico no se asume desde la definición negativa marxista sino como un “espacio ordenador” para apropiarse la experiencia vivida. Y precisan que se trata de identidades (no de Una), las cuales se construyen en la diferencia de un “afuera constitutivo”, en contraste entre lo que es y lo carencial (Sánchez, 2011).
Pensar la identidad desde la diferencia y la multiplicidad, dada por el pluriculturalismo y la diversidad de representaciones simbólicas, ha venido siendo un hallazgo en el estudio de las “tribus urbanas” de la posmodernidad, así como por los estudios sobre etnicidad. Esta última entendida como un proceso complejo, en donde juegan diversos binomios: semejanza/diferencia; proximidad / distancia/ lo propio y lo ajeno (Ramírez, 2014). Dado la complejidad del objeto de estudio (la identidad del actor social), los investigadores recomiendan acercamientos interdisciplinarios y desde hace años promueven los estudios cualitativos basados en los análisis de las historias narradas (Sánchez, 2011).
En el siglo pasado, el psicoanalista Erikson (1979), innovó el concepto atomista del individuo, cuando expone que en las llamadas crisis de identidad participan tanto lo psíquico como lo social; desarrolla que la identidad social emerge en comunidad, dentro de la cual participa el individuo. Ese yo en devenir, con continuidades y discontinuidades, ambigüedades y ambivalencias, pende de modelos dados al interior de la familia como de la comunidad. Por tanto, el ser joven está entramado con la coherencia ideológica del mundo en el que participa y de su referente comunitario. Lo social esta intrincado con la vivencia particular (lo psíquico) por lo que la percepción de la mismidad y continuidad de la existencia del yo joven depende de un tiempo y espacio (circunstancia histórico cultural).
En concordancia con estos autores, se propone en este artículo que las identificaciones tienen cierta consistencia en el imaginario social, el cual se puede entender como una narrativa espectral de un yo que expresa con cierto connotado su ser en el mundo, en cuyos relatos despliega los sentidos que da a sus relaciones y búsquedas, sin percatarse conscientemente, que en ellos va guiado por emulaciones naturalizadas y consignas dadas por el uso mismo de la lengua (la visión narrativa es preconsciente).
Hablar de identidad desde la lógica investigativa, implica diferenciar dos perspectivas distintas: lo vivido y expresado, dentro de circunstancias socio históricas por un narrador (la historia) y la lectura sistemática que hace un estudioso sobre lo vivido (la historia en tanto estudio de los relatos sobre el devenir del yo discurrente). Desde la mirada del investigador, el texto es un precipitado de una cultura y, desde el narrador, el relato es una forma de aprehender-se en lo vivido. Se asume en este artículo que los campos de sentido entre entrevistado e investigador pueden entrar en diálogo en la cultura, en tanto que en ella se despliega el proceso de simbolización de imaginarios instituidos; en donde distintos actores ejercen prácticas, disciernen discursos y ejercitan rituales.
El presente artículo aporta a los estudios de la identidad cultural o del personaje social una metodología que permite identificar en los relatos, acciones y atributos de los actantes, así como sus transformaciones. El contenido de lo narrado como las formas de enunciar de la voz narradora posibilita entender las formas diversas en que emerge el autor, el actor del relato y su relación de éste con los otros. El estudio de las recurrencias, consistencias y divergencias del relato, así como las acciones de los personajes, permite al estudioso inferir el modo narrativo y el ficcional (Ricoeur, 2009), así como la visión narrativa (Ducrot y Todorov, 1985). Por ejemplo, en el material analizado, se evidencia que la voz narradora expresa su historia bajo dos circunstancias: un proceso que va del ser niña a joven, y otro, de lo indígena a lo urbano. Las transformaciones de fingimiento y ocultamiento de la infancia tanto en la primaria como en la secundaria pueden leerse como juegos de roles entre lo impuesto como pretensión social (Maisonneuve, 1979; Sánchez, 2011) y la necesidad de usar la mascarada (lo ficcional o ideológico) para sobrevivir la exterioridad: un discurso hegemónico de exclusión o acallamiento de lo nativo. Las escenas de transformación que van del saber-conocer, hacia la revelación de un nuevo rol social conllevan una pretensión futura: querer ser. En esta transformación subjetiva hay un personaje social emergente el cual tiene tres atributos: mujer, indígena, urbana (narrativa de autopoiesis). Al comparar las primeras escenas con estas últimas, se puede inferir desde la psicología social e identidad cultural que se va adquiriendo mayor agencia y autonomía del medio. Asumir su voz como parte de la voz comunitaria (nos) desde una mismidad comunitaria (lo indígena), pero diferente: mujer de la urbe.
El actor social entrevistado también aparece en sus relatos acompañado de acciones colectivas, en donde las escenas iniciales de fingimiento y ocultamiento cambian a transformaciones de resultados cumplidos por las acciones del colectivo, donde el personaje social narrado se transforma en un “nos”. Esta forma de enunciarse en el colectivo implica una pretensión de ser comunidad y trasmitir esa experiencia a la exterioridad, a los diferentes, a los que se vivieron o viven como obstáculo (personajes hostiles). El criterio que precisa Maisonneuve (1979), para diferenciar el “nos” de una comunidad bloque a un grupo de referencia tejido en la camaradería, es: “[…] que los intercambios privados circulan libremente y la singularidad no ahoga la emulación, ni el juego de las influencias recíprocas, y en la que cabe la fantasía y la crítica” (50). Desde esta perspectiva se puede sostener que, la pretensión del ser social que aspira la voz narradora en su colectivo es la camaradería.
Se prevé que el reto de convertir El Colectivo en Asociación Civil implicará un nuevo modo de hacer vínculo social: jugar el papel de la comunidad racional; la cual se rige por reglas y funciones sociales establecidas, quitándole lo eventual a las acciones por realizar. Este paso implicará retos en donde la jerarquía y los roles fijos pueden impedir la relación de respeto y reciprocidad de las singularidades dentro del grupo, esto es tan sólo una conjetura del investigador, lo que queda claro es que ahí se prevé nuevas escenas de dilema y de intriga: ¿qué sucederá? No lo sabemos, pero lo que sí sabemos es que la narración no acaba, sino que siempre será una pausa de sentido el cual se modificará por lo vivido y algún día narrado a un otro como tú.
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Notas
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