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CONTRADICCION CAPITAL-TRABAJO Y CUESTION SOCIAL EN EL PROYECTO NEOLIBERAL

CAPITAL-WORK CONTRADICTION AND SOCIAL QUESTION IN THE NEOLIBERAL PROJECT

Olga Pérez Soto
Universidad de La Habana - UH; Universidad Federal de Espírito Santo - UFES, Cuba
Arelys Esquenazi Borrego
Universidad Federal de Espírito Santo - UFES, Brasil

CONTRADICCION CAPITAL-TRABAJO Y CUESTION SOCIAL EN EL PROYECTO NEOLIBERAL

Revista de Políticas Públicas, vol. 22, núm. 1, pp. 445-465, 2018

Universidade Federal do Maranhão

Recepción: 20 Enero 2018

Aprobación: 20 Abril 2018

Resumen: Este artículo profundiza en el debate sobre la cuestión social y sus relaciones con la contradicción de la lógica del capital desde la perspectiva de la Econo- mía Política marxista. Igualmente, se analiza críticamente el avance del pro- ceso y proyecto neoliberal; así como, su manifestación a través de diferentes problemas sociales globales contemporáneos. El objetivo del artículo es funda- mentar que el debate sobre cuestión social y/o sus formas de expresión, no son suficientes para explicar esencialmente, ni para articular respuestas alternati- vas, en relación al avance de las generaciones de contra-reformas del capital, entendido este como relación social global capitalista.

Palabras clave: Cuestión social, contradicción capital-trabajo, proyecto y proceso Neoliberal.

Abstract: This article goes depeer into the debate on the social question and its relations with the contradiction of the logic of capital from the perspective of the critique of marxist political economy. This also serves as a basis for critically analyzing contemporary global social problems as a result of the progress of the neoli- beral process and project. The objective is to argue how the social question debate and/or its forms of manifestation, is not enough to explain essentially as to articulate alternative answers in relation to the advance of the generations of capital counter-reforms, understood as capitalist global social relation.

Keywords: Social issue, Capital-labor contradiction, neoliberal project and process.

1 INTRODUCCIÓN

La consolidación del proceso y proyecto neoliberal se podría ubicar en los últimos treinta años. Este es un proceso que comienza a gestarse desde finales de los años sesenta y principios de los setenta del siglo XX. La década del noventa del siglo pasado se reconoce como el momento de su instalación consolidada y por tanto, del avance del fenómeno denominado globalización de la economía mundial. Son dos procesos que se sintetizan coherentemente, a través de la denominada globalización neoliberal, para dar respuesta a las necesidades de readaptación del mecanismo económico del sistema capitalista en esta etapa.

Lo cierto es que a través de dicho proceso, la lógica del capital encontraba una forma de ajustar el patrón de acumulación para garantizar la continuidad del proceso de valorización. Para el éxito del ajuste hacia este nuevo patrón de acumulación, con énfasis en la financierización, la lógica del capital necesitó y articuló además una moderna mano invisible, una potente mano ideológica-militar para acompañar y disciplinar el ajuste del patrón de acumulación transnacional. La articulación de ambos procesos ha implicado el reforzamiento y profundización de la explotación y alienación a través de las formas más fetichistas de la realidad.

La globalización de la economía mundial debe ser entendida como un proceso de ajuste, tanto del portafolio de acumulación, como de la ideología que sustenta al proyecto societario capitalista. Ambos ajustes, el de la acumulación y el de la ideología, son una unidad irreductible. Esa articulación orgánica corrige constantemente sus postulados originales para cumplir sus objetivos esenciales. Este proceso proyecto en su desarrollo contiene reformas de varias generaciones, en donde incesantemente se han reformado las reformas, en una suerte de continuas contrarreformas neoliberales.

Todo este proceso ha sido portador de cambios en el metabolismo social, que ha avanzado más o menos silenciosamente, desde las ciencias y hasta las practicas más concretas de Estados-nación y gobiernos. Ha avanzado, desafortunadamente, en naturalizar como única opción de sobrevivencia humana al capitalismo. En este em- peño ha realizado verdaderos procesos de reciclaje e implantación de nuevos términos, que han buscado explicar de maneras diferentes lo que ya había sido explicado esencialmente. Ha sido un proceso que se ha presentado con la apariencia ingenua de la neutralidad axiológica, pero que sin dudas es esencialmente ideológico; que comenzó apostando por la hegemonía de un pensamiento único y luego mutó al apostar por el no pensar, por el automatismo social.

Lo anterior ha impactado profunda y negativamente a las ciencias sociales; no sólo como proceso colonizador de pensamiento, sino también como proceso de desconstrucción de demarcaciones científicas. El resultado ha sido un continuo avance y predominio del positivismo y el posmodernismo dentro de las ciencias; y, como implicación de ello, una apropiación acrítica de la realidad.

El debate resultante ha sido parcelado, atomizado, fragmentado, politizado, ideologizado, renombrado y secuestrado. Los res- ponsables de las consecuencias de la acumulación del capital, son los que colocan el debate, y al hacerlo, parten de su no neutralidad de la ciencia. Toman la iniciativa y reconceptualizan, a partir de la fenomenología de la sociedad, procesos y conceptos que expresaban esencialmente y críticamente el contenido de la acumulación del capital desde sus causas.

Todo lo anterior es muestra de las necesidades del capital de gestionar sus crisis a través de constantes ajustes económicos, políticos, conceptuales e ideológicos, que impactan las más diversas esferas de la vida social.

Este artículo pretende ser uno entre varios, en el que las autoras, apostando por la necesidad del cambio social como solucióna los problemas sociales globales provocados por la lógica del capital, analizan algunos de los temas que han sido secuestrados por las contrarreformas neoliberales contemporáneas. Es por ello que se comienza analizando las contrarreformas concretadas en la desnaturalización de la contradicción esencial de la lógica del capital, y su vinculación con el debate de la llamada cuestión social. Para eso se examina el desarrollo de la contradicción capital-trabajo en la contemporaneidad a partir de los impactos del proyecto y proceso neoliberal.

2 LA CUESTIÓN SOCIAL: un término en debate

El término cuestión social constituye uno de los pilares básicos a partir del cual se estructura una gran parte del debate latino- americano sobre política social. Por ser un término neurálgico ha ocupado históricamente un lugar central dentro de las polémicas a través de varias décadas. La riqueza y complejidad de la discusión por ende es muy amplia, lo cual implica que sería prácticamente imposible abarcar exhaustivamente todo el debate y hacer referencia a todos los autores que ha contribuido al mismo. Por ello, el criterio seguido para presentar, a grandes rasgos, la discusión sobre la cuestión social es el de identificar puntos de consensos y disenso dentro de esta polémica, realizando adicionalmente en cada caso algunas reflexiones propias sobre estas temáticas.

Uno de los elementos más complejo y menos consensuado dentro del debate es la determinación de las causas que generan/ condicionan al fenómeno denominado cuestión social. Al respecto existen dos posiciones: una que enfatiza en la existencia de una pluricausalidad de factores y otra que lo explica a través de la contradicción esencial del modo de producción capitalista, pero desde diferentes niveles de análisis.

Dentro de la primera postura se pudiera destacar a Pastorini (2010, p. 91, traducción nuestra). Al respecto la autora resalta:

Cuando el asunto es cuestión social, la verdadera problemática que se anuncia es traducida en la definición de su contenido, de su plu- ricuasalidad y de sus multifacéticas manifestaciones en lo cotidia- no. […] El problema se encuentra en la carga semántica contenida en la expresión “cuestión social”.

La segunda visión es más compleja de resumir pues hay autores que en distintas publicaciones, o incluso dentro de un mismo artículo, hacen referencia a esas contradicciones que están en diferentes niveles de abstracción o planos de análisis para explicar la cuestión social. En este sentido, hay investigadores que analizan las determinaciones desde un nivel más esencial, de esta forma la cuestión social es analizada como resultado de la contradicción económica fundamental del capitalismo, determinada por el carácter cada vez más social del proceso de producción y privado de la apropiación de sus resultados, ejemplo de ello pudiera destacarse a Iamamoto (1999, 2001, 2008).

La Cuestión Social puede ser definida como el conjunto de las ex-presiones de las desigualdades de la sociedad capitalista madura, que tiene una raíz común: la producción social es cada vez más colectiva, y el trabajo se torna más ampliamente social, en tanto la apropiación de sus frutos se mantiene privatizada, monopolizada por parte de la sociedad (IAMAMOTO, 1999, p. 27, traducción nuestra).

Por su parte, otros autores explican la cuestión social y sus manifestaciones a partir de una génesis común que es la contradicción capital-trabajo. Entre estos investigadores pudiera destacarse: Machado (1999), Paulo Netto (2001), Nascimento (2003), Guerra, Grave Ortiz y Valente (2007) e Leiva (2012), entre otros. “El análisis de Marx ofrece en El Capital revela, luminosamente, que la cuestión social está elementalmente determinada por el trazo propio e peculiar de la relación trabajo/capital - la explotación.” (PAULO NETTO, 2001, p. 45, traducción nuestra).

En un nivel de abstracción menor, es decir en un plano menos esencial, la cuestión social también es interpretada a través de la ley general de la acumulación capitalista. Autores como: Paulo Netto (2001), Iamamoto (2001, 2003) y otro grupo de investigadores, como por ejemplo Closs (2015), que citan directamente a estos autores y también comparten este enfoque explican el término a través de la polarización de desigualdades que genera la lógica del capital. “Se genera así una acumulación de miseria relativa a la acumulación del capital, encontrándose ahí la raíz de la producción/reproducción de la ‘cuestión social’ en la sociedad capitalista.” (IAMAMOTO, 2001, p. 16, traducción nuestra)

De igual forma, otra vía para analizar los determinantes de la cuestión social, está asociada a identificar sus causas con la contra- dicción de intereses de clases (burguesía y proletariado), que deriva en una lucha de clases sociales en los marcos del capitalismo. Desde esta perspectiva, la cuestión social es comprendida como una arena de conflictos y/o disputas políticas dentro de un proyecto societario en el que antagonizan intereses de clases. Nótese que se trata de un análisis que disminuye su nivel de abstracción y que se acerca cada vez a lo concreto-visible. Este énfasis en la dimensión contradictoria de la cuestión social, como síntesis de desigualdad-resistencia/lucha, es desarrollado por autores como: Iamamoto y Carvalho (1983), Iamamoto (1999, 2001, 2003), Iamamoto y Carvalho (2005); Yazbek (2001) e Pereira, A (2001).

Ejemplos de interpretaciones diferentes dentro de esta misma agrupación son, la de Pereira (2001, p. 54, traducción nuestra) cuando plantea que: “[...] la cuestión social no es sinónimo de la contradicción entre trabajo y capital y entre fuerzas productivas y relaciones de producción - que generan desigualdades, pobreza, desempleo y necesidades sociales - sino del embate político, determinado por esas contradicciones.”;

Y, por su parte, la visión de Iamamoto y Carvalho (2005. p. 77, traducción nuestra) cuando expresa:

[...] la “cuestión social” no es sino las expresiones del proceso de formación e desenvolvimiento de la clase trabajadora y de su ingreso en el escenario político de la sociedad, exigiendo su reconocimiento como clase por parte del empresariado y del Estado. Es la manifestación, en lo cotidiano de la vida social, de la contradicción entre el proletariado y la burguesía.

De manera general, es posible apreciar la diversidad y mistura de ópticas de análisis que son utilizados para explicar los elementos esenciales que determinan la cuestión social. De esta forma se entremezclan planos de análisis y niveles de abstracción científica tanto en la valoración, como, en el uso de dicho término. La cuestión social termina siendo explicada, no siempre de manera articulada, a través de distintos desdoblamientos que asume la contradicción económica fundamental.

Lo anterior conduce a que no quede claro en el debate en qué nivel de abstracción se encuentra la llamada cuestión social. La misma no está al nivel de las determinaciones más esenciales que es donde los autores colocan las contradicciones que dan lugar a ella; ni está al nivel de la apariencia donde se concreta de forma fetichizada y fragmentada. El nivel de totalidad que implica la cuestión social, queda en un punto intermedio bastante difuso, en donde un poco se desdibuja dentro de perspectivas de análisis tan misturadas.

Más allá de estos aspectos, la principal limitación es que la llamada cuestión social no se enfoca de forma directa al elemento más esencial, que es el determinante de última instancia de todos los niveles de la contradicción antes resaltados, que es la forma en que se constituyen las relaciones de propiedad-producción-apropiación en el capitalismo.

La mayoría de los autores latinoamericanos defiendan acertadamente que no basta con gestionar las formas de manifestación de la cuestión social, y por ende que es preciso ir a la esencia y transformar la propia cuestión social. No obstante, para pensar una alternativa a la lógica del capital, no basta con hacer ruptura con la cuestión social. Se concuerda con que la posibilidad de lograr transformaciones estructurales dentro del sistema capitalista es extremamente limitada, y con ello se defiende la necesidad de ruptura y superación del sistema capitalista. Sin embargo, para lograr este monumental cambio social, es vital enfocarse en la contradicción capital-trabajo y no en la cuestión social. La esencia de lo que hay que transformar es la contradicción de la lógica del capital entendida en sus múltiples determinaciones, a través de un análisis de totalidad y complejidad.

Por su parte, como parte del diálogo con el debate latinoamericano sobre la cuestión social es interesante también analizar los elementos que son consenso en la polémica. En este punto, una vez resaltados los elementos de más anuencia en el debate también se realizan algunas consideraciones generales.

El primer aspecto a destacar es la unanimidad al considerar que la cuestión social es una expresión polisémica, que tiene interpretaciones muy variadas en torno a su significado y sus formas de expresión/concreción en la realidad social. Otro aspecto reconocido entre los investigadores, y en estrecha relación con lo anteriormente analizado, es que el término cuestión social no es algo concreto; es decir, no existe en sí mismo, sino que se manifiesta a través de múltiples expresiones. Las formas concretas a través de las cuales se presenta la cuestión social, entendida como abstracción, se reflejan de forma transversal a las más variadas dimensiones de la vida coti- diana. Por ello su ejemplificación a través de fenómenos, problemas o contradicciones sociales concretas, tiene siempre un etc o entre otros, que denota la imposibilidad de abarcar en toda su amplitud la diversidad de manifestaciones que asume en la realidad.

De igual forma, es comúnmente aceptado ubicar el origen del término cuestión social en la primera mitad del siglo XIX, contexto en que se consolida el desarrollo de la Revolución Industrial, se afirman las dos clases sociales principales del sistema capitalista, burguesía y proletariado; y también porque es el contexto histórico donde es reconocida por la ciencia convencional la situación de pau- perismo en el capitalismo como fenómeno social.

Pese a las comprensiones diferenciadas en torno a la expresión cuestión social y también sobre su génesis histórica y recurrencia contemporánea, hay, por lo general, un consenso en cuanto a su di- fusión en el siglo XIX, como expresión de una nueva dinámica de la pobreza, expresada en el fenómeno del pauperismo. También es consenso que ella es puesta para la sociedad a partir de la amenaza que la clase operaria pasa a representar para la orden burguesa. (NASCIMENTO, 2003, p. 59, traducción nuestra).

No obstante, muchos investigadores resaltan que pese a que el término sea creado alrededor de la tercera década del siglo XIX (1830), no se puede perder de vista que la génesis de la cuestión social, no como término, sino como fenómeno está determinado por el propio surgimiento del capitalismo. En este aspecto, la distinción entre el surgimiento de dicha problemática y su evolución, en relación a la forma en que es percibido socialmente es la clave para explicar el desfasaje entre el momento en que se acuña la expresión cuestión social y su verdadero origen como fenómeno. En este sentido, es consenso que la cuestión social es un fenómeno histórico y particular del modo de producción capitalista, que se encuentra en constante evolución.

Asociado a la temática anterior otro elemento compartido dentro del debate es un abierto rechazo o al menos escepticismo al respecto de la pertinencia del adjetivo nueva, con el que algunos autores comenzaron a cualificar la esencia de los problemas más contemporáneos, dando lugar a la expresión nueva cuestión social. Este aspecto ha sido ampliamente criticado desde la perspectiva latinoamericana por ser una visión muy fetichista que trata de ocultar la existencia de una causa común a todos los problemas de la sociedad capitalista, lo cual redunda en un análisis superficial y ahistórico.

Cabe enfatizar que “distintas expresiones de la cuestión social” no se configuran como “otra” o como “nueva cuestión social”. Desde nuestra perspectiva no existe una nueva cuestión social, ni tampoco una nueva desigualdad social, generada por la exclusión. Lo que existe son “nuevas formas para viejos contenidos”. (MOTA, 2000, p. 2, traducción nuestra).

Por su parte, también se concuerda en la importancia de considerar los condicionamientos históricos y sociales para entender los rasgos peculiares que asumen las formas de manifestación del fenómeno. Los autores, usualmente resaltan, la relevancia de analizar las particularidades de la cuestión social en diferentes contextos socio-históricos. En sentido, establecer las interrelaciones entre lo singular-particular-universal se torna esencial para el análisis de las distintas realidades latinoamericanas dentro de un contexto de sub-desarrollo, que a su vez está condicionado por tendencias mundiales.

No obstante, este es un aspecto que ha sido concientizado con más fuerza en la última década, antes no era lo suficientemente potenciado dentro de los análisis. De ahí el llamado de atención de Santos (2008, p. 49, traducción nuestra) cuando destaca:

Sin despreciar la importancia de ese enfrentamiento entre las diferentes concepciones acerca de la “cuestión social”, me gustaría llamar la atención para la insuficiencia, que corresponde, desde mi punto de vista, a la insuficiente centralidad conferida a las mediaciones del nivel histórico-concreto. [...] Dicho de otro modo: falta conferir centralidad al plano histórico, ontológicamente fundante, de la concepción afirmada, que, por estar referida especialmente a la sociedad brasileira, requiere el abordaje de las particularidades estructurantes de esa formación social.

También entre los diversos elementos que pudieran ser resaltados como consensos dentro de la polémica, uno de los más relevantes es que aunque todos los autores destacan el papel de las políticas sociales y específicamente el lugar de distintas instituciones, fundamentalmente el Estado, en la gestión de las distintas manifestaciones de la cuestión social. Al mismo tiempo, la generalidad de los autores, defiende que la incidencia sobre dichas problemáticas y su capacidad de solución dentro del sistema capitalista es limitada. La necesidad de realizar el cambio social es una reflexión permanente en el debate latinoamericano más alternativo.

Finalmente, un aspecto relativamente común entre los autores es la utilización entre comillas del término cuestión social. Lo anterior es resultado de cierta cautela o inconformidad en cuanto a su manejo por parte de una gran mayoría de intelectuales latino-americanos debido a la identificación de su génesis conservadora. La generalidad de los autores identifica el origen de dicho término a partir de la corriente de pensamiento liberal. No obstante, cabría preguntarse qué tan imprescindible y efectivo es este artilugio; no solo el de colocar la comillas como forma de distanciamiento sutil, sino también el de reciclar un término de origen liberal por sus aparentes potencialidades y otorgarle una significación desde la teoría marxista. Habría que repensar si esta decisión no tiene consecuencias de gran alcance desde el punto de vista epistemológico.

Es tarea del marxismo desmitificar las doctrinas por detrás de estas construcciones terminológicas burguesas. Los términos no son neutrales, responden a determinadas epistemes filosóficas y metodo- lógicas, por lo cual tienen un trasfondo ideológico que no puede ser pasado por alto; el cual tiene como función velar por la reproducción de las relaciones sociales de producción del proyecto societario al cual se suscribe, en este caso dado su génesis, el capitalista. Por eso la apología del capitalismo ante la imposibilidad de continuar negando desde la teoría la realidad, comienza a reconocer la existencia de la cuestión social y la necesidad de incidir sobre ella. Dicho término lleva la marca del pensamiento convencional de asumir estas con- tradicciones como problemas sociales, pero sin explicitar que son problemas de la sociedad capitalista.

No existen simple palabras. Al respecto se defiende que el pensamiento latinoamericano ha sido crítico al identificar que la cuestión social es una tergiversación conservadora; no obstante, aun así la continúa utilizando a partir de una resignificación. Sin embargo, no basta con hacer esta crítica, no es suficiente utilizar el término entre comillas en señal de distanciamiento, es necesario hacer ruptura con él.

Hagámosle la crítica al término cuestión social, pero no nos apropiemos de él como base de la crítica marxista. Tal vez sea necesario crear desde el paradigma marxista un nuevo término, uno que dé cuenta esencialmente de la complejidad de lo que se quie- re expresar a través de él: las contradicciones sociales inherentes a la lógica del capital. O tal vez siempre estuvo en nuestras manos, partiendo del núcleo duro de dicho paradigma, la brújula que debe orientar los análisis desde la crítica de la economía política marxista. En este sentido, los problemas y/o contradicciones sociales, deben ser analizados como una expresión de las relaciones de explotación y/o alienación resultantes a su vez de la relación capital-trabajo, en los marcos de la contradicción de la lógica del capital.

3 LA CONTRADICCIÓN DE LA LÓGICA DEL CAPITAL DESDE LOS FUNDAMENTOS EPISTEMOLÓGICOS Y TEÓRICOS MARXISTAS: su relación con la cuestión social

En el acápite anterior se comentó dentro del debate algunas de las principales posturas en relación a la polémica sobre la tematica de la cuestión social. Al mismo tiempo se resaltó la relevancia de concentrar los esfuerzos de los cientistas sociales en el análisis y en la transformación de la contradicción capital-trabajo, y no en llamada cuestión social. Es por ello que en el punto que se desarrolla a continuación, a modo de complementar lo anteriormente expuesto, pretende realizar algunas reflexiones generales asociadas a los fundamentos marxistas, epistemológicos y teóricos, que sustentan la llamada contradicción de la lógica del capital.

El punto de partida es resaltar la existencia de una diferencia esencial entre ciencia positiva y el marxismo como ciencia. Ambas se apalancan en ideologías que sustentan y defienden intereses de clases con epistemes distintas. Los métodos que se utilizan para pensar la sociedad llegan a objetos de estudio que se desencuentran. La ciencia positiva o fenomenológica coloca en un segundo plano el pensar a la sociedad en su totalidad.

El método dialéctico, materialista e histórico, como parte de la esencia de dicho paradigma, sustenta al marxismo como ciencia e ideología. La relación entre el método y el objeto de estudio, su coherencia interna, define el criterio de demarcación científica y por tanto, su episteme como ideología y ciencia. Es importante entender el método como la unidad entre diferentes elementos: totalidad; lógica dialéctica; concepción materialista de la historia; devenir: lógico e histórico; simple y complejo; singular, particular, general y universal; análisis y síntesis; abstracto y concreto, tránsito de lo concreto sensible a lo concreto pensado.

Desde esta perspectiva cognitiva, el conocimiento de los hechos como conocimiento de la realidad pensada, se sustenta en la integración de totalidad con el devenir histórico. Se parte de las determinaciones simples e inmediatas del mundo capitalista, hacia el conocimiento de la totalidad concreta como reproducción de la realidad en el pensamiento. Esta totalidad concreta no es dada de forma inmediata al pensamiento ya que para Marx lo concreto es unidad de lo múltiple a través de la síntesis de varias determinaciones.

En este sentido, resaltar que la lógica del capital contiene a la contradicción económica fundamental del capitalismo; la cual se expresa en la unidad dialéctica entre el carácter más social de la producción y más privado de la apropiación. El proceso de acumulación por ende concentra cada vez más la producción, la propiedad y la apropiación.

La lógica del capital y su contradicción económica fundamental, son las responsables por la fractura entre la acumulación de riqueza por un lado, y la acumulación de pobreza y pauperismo por otra. Se concentra la riqueza y la pobreza en polos extremos. Se concentra el crecimiento empobrecedor de los países y regiones por un lado, y al mismo tiempo se concentra la acumulación de graves problemas sociales.

La contradicción económica fundamental del capitalismo se desarrolla como parte del proceso de acumulación capitalista, que funciona como una ley económica fundamental. La contradicción económica fundamental y la ley económica fundamental constituyen la esencia para entender la teoría valor-trabajo marxista con todas sus determinaciones y desdoblamientos. Es por ello que, la teoría valor-trabajo marxista, y su desarrollo en teoría de la plusvalía, contienen como su base esencial a la contradicción capital-trabajo.

La lógica del capital es esencialmente una relación social de producción (hoy global) que se concreta en la contradicción capital-trabajo; cuya determinación de última instancia son las relaciones de propiedad sobre los medios de producción. De lo anterior se deduce que para la teoría valor-trabajo las relaciones de explotación y alienación se derivan de las relaciones de propiedad establecidas desde el mismo proceso de producción. Es por ello que, los problemas sociales y/o contradicciones sociales deben ser analizados como expresiones de relaciones de explotación y/o alienación resultantes de la explotación del trabajo por el capital.

La contradicción de la lógica del capital es la contradicción de la enajenación de trabajo por el capital, a partir de mecanismos de alienación y explotación no solo circunscritos al mundo del trabajo. La lógica del capital es esencialmente más que la cuestión social. Esta última no alcanza para expresar la multiplicad de determinaciones concretas en la que se manifiesta la contradicción capital-trabajo.

La contradicción de la lógica del capital parte de la contradicción capital-trabajo y la multiplica en las determinaciones concretas. Sus manifestaciones también van más allá de la cuestión social. La contradicción de la lógica del capital es la cuestión de la explotación, alienación, enajenación y aniquilación del ser humano y su naturaleza social. Es la cuestión de la explotación del trabajo por el capital. La anulación de la reproducción del sujeto social como parte de la sociedad.

La cuestión social ha sido utilizada por la lógica del capital para centrar el debate en un nivel tan abstracto, o difuso, que conduce a su no cuestionamiento. La cuestión social puede implicar apostar por resolver la contradicción de la lógica del capital como un proceso de conciliación de clases. Es preciso entender las contradicciones sociales como resultado de la contradicción de la lógica del capital; y por ende la necesidad de hacer ruptura y superación, desde lo más esencial, para pensar una sociedad realmente alternativa.

4 LAS NUEVAS DETERMINACIONES DE LA CONTRADICCIÓN DE LA LÓGICA DEL CAPITAL A PARTIR DE LA CONSOLIDACIÓN DEL PROYECTO NEOLIBERAL

La globalización de la economía mundial es al mismo tiempo un proceso y un proyecto. Expresa el ajuste del proceso de la acumulación del capital a finales de los años sesenta y principios de los setenta ante la caída de la cuota de ganancia. Ese ajuste provocó cambios en la producción, comercialización y financiación de la lógica del capital. Significó el reacomodo del portafolio de valorización con un sesgo fundamentalmente financiero. Dicho proceso implicó un cambio en los patrones de financiamiento, basado fundamentalmente en el paso de un patrón de financiamiento bancario, hacia un patrón de financiamiento bursátil. Ese cambio de patrón de financiamiento implicó un ajuste hacia un patrón de acumulación rentista. Fue acompañado del proyecto neoliberal que propició las normas, ideologías, fundamentos y políticas necesarias para el éxito del ajuste financierizado de acumulación global.

La globalización financiera es reconocida como la parte más dinámica de oxigenación que encontró el capital transnacional. Pro- vocó el desarrollo de nuevos productos financieros, nuevos segmentos de mercado y nuevos agentes financieros que sirvieron como vehículo idóneo para administrar el ahorro mundial, diversificando a nivel global el riesgo más eficiente y asimétricamente. De esta forma, los activos financieros tienen la función de facilitar la asignación intertemporal de los recursos a partir de la tasa de interés como factor importante de la determinación del ahorro y la inversión. El rápido cambio y crecimiento de los mercados financieros interna- cionales es una forma de aumentar la competitividad del capital y buscar mayores niveles de rentabilidad; es por eso que el crédito internacional se convierte en la principal expresión del nuevo nivel de funcionamiento global del capital.

La globalización fue y sigue siendo el proceso y el proyecto de la lógica del capital para dar respuesta a la necesidad de reacomodar el patrón de acumulación transnacional; sesgándolo hacia el rentismo en lo fundamental, para garantizar la recomposición de sus portafolios de valorización del capital, necesitando ampliar la participación de los sujetos en sus procesos de reproducción. Al mismo tiempo, sus necesidades de acumulación metabolizan todas las esferas de la vida social.

La restructuración de la economía mundial implica una deter- minada estrategia del capital, que consiste principalmente en la in- tegración de los países en la economía global mediante los modelos de competitividad global basados en las exportaciones. Supone una política económica dedicada a la búsqueda de la estabilidad interna y externa en su conjunto, lo que se pretende lograr con la implantación de programas neoliberales de la política económica, (donde las políticas se ocupan de la inflación y el desempleo) y externo (donde se dedica al estudio de una economía abierta al comercio y finanzas internacionales); así como, el rol que juega la intervención estatal en esa lógica.

La política económica neoliberal como gestión del capital. El proyecto que implica la globalización del capital es la estrategia que la misma propugna para la gestión de la economía y contiene tanto las cuestiones referidas a la política económica - entendida como las recomendaciones de actuación de tipo macroeconómico y a corto plazo - como a los modelos de crecimiento económico, a plazo más largo. La estrategia neoliberal expresa la forma concreta que asume, en la etapa de la globalización, la gestión del capital; en otras palabras, cómo lograr gestionar los problemas con los que la economía se encuentra para continuar con el patrón de acumulación, sin alterar sus elementos esenciales.

El proceso y proyecto de la globalización neoliberal implica en esencia, el proceso y proyecto de ajuste de la estrategia para la reestructuración de la economía mundial en función de garantizar, ante nuevas condiciones, la valorización del capital. Esa reestructuración (globalización) del capital a escala planetaria, ha necesitado sesgar el patrón de acumulación hacia uno principalmente rentista neoliberal que defiende los intereses de los países del centro de esa econo- mía mundial y que necesita implicar a partes de la periferia, países subdesarrollados, en la estrategia de ajuste de la gestión del capital.

El ajuste del patrón periférico de acumulación es parte de la readaptación del sistema como un todo; el cual se encuentra en función de las necesidades de ajuste rentable de acumulación del centro. El patrón de acumulación rentista neoliberal es muy heterogéneo y por ello emite unas señales para el centro, y otras para la periferia. El patrón de acumulación del centro subordina al patrón de acumulación de la periferia a través de la política económica neoliberal y la propuesta de inserción que proscribe, esencialmente subordinada al capital extranjero internacional.

Las necesidades del ajuste neoliberal de la lógica del capital son la forma gestionar continuamente respuestas a la contradicción trabajo-capital. Es por ello que la globalización de la economía mundial, entendida como proceso-proyecto, en su desarrollo contiene reformas de varias generaciones, en una suerte de continuas contrarreformas neoliberales.

Todo ello es muestra de las necesidades del capital de solucionar sus crisis a través de ajustes de diferente naturaleza, en donde las generaciones de reformas siguen la retórica de: reformar las re- formas; retomar las reformas; reciclar la agenda del desarrollo (capitalista). Se trata en definitiva del desarrollo de un proceso continuo de contrarreformas cada vez más rentistas, parasitarias, hegemónicas y discriminatorias. Estas contrarreformas logran gestionar cada vez menos los graves problemas sociales nacionales y globales de la también acumulación social del capital.

Debido a lo anterior, y también porque muchas veces dentro del propio paradigma marxista se aplican lecturas equivocadas, surge esta motivación para compartir una interpretación desde la crítica de la Economía Política. Parece necesario, prudente y urgente, compartir la importancia de delimitar en cada debate, reflexión, y o discusión sobre alternativa social, qué cuestión está en el centro de la agenda: ¿si estamos debatiendo la necesidad del cambio social o cómo hacer ese cambio social? Pudiera parecer irrelevante tal demarcación, pero es epistémica. No hacerla, en el mejor de los casos implica ingenuidad o ignorancia; en el peor de los casos, expresa suscripción explícita o implícita paradigmática sin confesión.

La lógica del capital y su desarrollo nos da las claves para entender la necesidad del cambio social. El desarrollo de la acumulación capitalista, hoy bajo la apariencia de la globalización neoliberal, trae consigo la profundización; desintegración; exclusión; y desaparición del mapa institucional, financiero, demográfico y estadístico del mundo de la mayoría de la población mundial. El desarrollo de la relación trabajo-capital sintetiza la polarización de la riqueza mundial y la desconstrucción del ser humano, en medio de un creciente proceso de precarización de la vida de la mayoría de la población mundial; más allá incluso del mundo del trabajo. Significa más subdesarrollo moderno como forma de desarrollo del capitalismo globalizado.

La lógica del capital nos trata de seducir con una propuesta muy concreta. Sumarse al tren de la acumulación globalizada, como único pasaje histórico al desarrollo futuro, sin pensar en el pasado, pues no hace falta memoria histórica para ese viaje, porque es sobre las mismas bases del pasado: con subordinación productiva, tecnológica, comercial, financiera; y ahora con más modernidad, pero con un añadido de subordinación medio ambiental, militar, cultural, civilizatorio, migratorio, comunicacional, educacional, en fin, axiológico.

La proposición de la lógica del capital es seguir viviendo, los que puedan, en los estrechos márgenes que ofrece, mientras sea posible. Es seguir en el camino del suicidio social y humano colectivo, a toda costa y a todo costo. Pensar en la ruptura con esta propuesta y en cómo luchar contra ella, puede parecer una utopía revolucionaria pero, aun así, es sin dudas más convincente que la utopía del desarrollo capitalista bajo cualquiera de sus fórmulas.

5 CONCLUSIONES

El marxismo es una propuesta para pensar la sociedad a través de un método. El método implica una ruptura epistemológica por basarse en la crítica para la interpretación esencial de la realidad; pero no como ejercicio estéril, sino que propone buscar las causas y nexos entre apariencia y esencia de los fenómenos, a través de sus regularidades, con un enfoque de totalidad. Es una concepción del mundo a través del estudio crítico del devenir histórico proponiendo la trasformación social como ruptura y superación a la lógica del capital; es lucha de clases; es colocar al hombre como objeto y sujeto de la misma a través de la práctica social.

Lo anterior significa defender que el marxismo es la ideología y la espíteme que fundamenta el proceso de transformación social. Mas allá del alcance de los procesos de transformación y sus denominaciones, implica identificar, a través del núcleo duro que fundamenta a dicho paradigma, lo que se necesita superar y al mismo tiempo cómo poderlo hacer. En ese sentido, proponerse superar la contradicción de la lógica del capital, implica sin dudas algo más complejo que superar la cuestión social.

La cuestión social no es un concepto, ni una definición, ni una categoría; se considera que es una declaración ideológica, una expresión manipuladora de la realidad producida por los viejos y los nuevos representantes de las reformas y las contrarreformas. La cuestión social se abstrae de la sociedad, la cosifica para dejarla de pensar en sus dinámicas y contradicciones esenciales. Esa cosificación se extiende a las formas de resistencias, de luchas de clases y sus expresiones políticas. Es por eso que, la cuestión social necesitaba en las reformas, de la conciliación de clases y en las contrarreformas, la conciliación de cosas. La cuestión social como ideología está por encima de la sociedad, la anula; al mismo tiempo que desarticula todas las formas de organización social. Como ideológica del capital busca silenciar la realidad y la sociedad.

La lógica del capital en su gestión de la contradicción capital-trabajo, precisó desarrollar contrarreformas como generaciones de reformas. Trocó con toda intencionalidad explotación por pobreza; derecho a la vida por derechos humanos; organización y consciencia social por cohesión social; luchas sociales por luchas políticas; clases sociales por ciudadanos; disciplina social por control social; justicia social por igualdad de oportunidades; sociedad por individuos; inversión social por inversión individual; clase trabajadora por clase emprendedora; desarrollo por crecimiento; derechos sociales por servicios sociales; derecho al trabajo y al empleo por políticas de activación, o de transferencia de renta o de seguro al desempleo; políticas laborales por políticas de asistencia social; pensiones por gastos; políticas públicas por privatización; universalidad por focalización y selectividad. La cuestión social es también parte de este proceso de largo alcance histórico de reformulación teórica, de constantemente reformar para conservar: y también del continuo proceso de la lógica del capital de asistencialización de la sociedad.

El resultado de este proceso es que las políticas sociales derivadas de esta gestión de la cuestión social son cada vez más: residuales, procíclicas, contingenciales, estigmatizadoras, subsidiarias, asistencialistas, focalizadas, temporales, compensatorias, correctivas, gestionadoras de riesgos sociales, auxiliadoras, condicionadoras, mercantilizadas, privatizadas, meritocráticas, etc.

No basta con enfrentar las expresiones de la contradicción de la lógica del capital. Si la lucha de clases no se enfoca en transformar/superar esencialmente la contradicción capital-trabajo, serán esfuerzos encomiables, pero a largo plazo las contrarreformas los harán compatibles con la gestión del capital y no en la ruptura con él.

Por eso más que conquistas permanentes, han sido luchas muy fuertes, admirables, pero con resultados de contención en el mejor de los casos y no de solución. La cuestión social se conforma con conquistas sociales y ellas, incluso aquellas que son constitucionales, son puntuales, temporales y adquiridas a partir de una posición de subordinación y perpetuación de la contradicción capital-trabajo.

La cuestión social asume las conquistas sociales puntuales como parte de la participación en la gestión del capital, y las naturaliza través de la conciliación de clases. El análisis de la contradicción capital-trabajo desde las relaciones de propiedad, como relación social, busca hacer la ruptura con la lógica del capital. La cuestión social enmascara el objeto de las luchas sociales, lo desfigura y desconstruye sustituyéndolo por la conciliación de clases.

La cuestión social como etiqueta ideológica del capital encapsula las causas de los problemas sociales engendrados por el capitalismo, los socializa; convirtiendo a las víctimas en responsables y socios de su delito. Eso es así porque la cuestión social no expresa las contradicciones esenciales capital-trabajo de la lógica del capital.

A modo de resumen, se resaltan las principales limitaciones asociadas a la apropiación, por parte de algunos cientistas sociales marxistas, del término cuestión social:

• No se refiere a la esencia de la contradicción capital-trabajo: relaciones de propiedad, apropiación y producción capitalista.

• Sólo se refiere a determinados problemas sociales; es su expresión fenoménica y no causal.

• No es que solo que atienda sus expresiones fenoménicas sino que en ellas, solo asume las más ambiguas: desigualdad, pobreza, marginalidad, exclusión, entre otras.

• No deja explícito si es un concepto, una categoría, una expresión del discurso político o el resultado de la relación de clases sociales y por tanto, de relaciones de propiedad.

• La cuestión social no es parte del sistema conceptual, ni categorial marxista; es una forma ideologizante de manipular la brújula de la lucha de clases.

• La cuestión social es coherente con buscar como objetivo de la lucha de clases la lucha por derechos constitucionales burgueses convertidos en conquistas sociales. Lo cual también es coherente con convertir y reducir la lucha de clases en formas de resistencias. El resultado es aceptar formas de resistencia, que aun cuando sean valerosas, se concretan a largo plazo en la conciliación de clases.

• Contribuye para secuestrar, transfigurar o desconfigurar los objetos de estudio de las ciencias sociales y de los respectivos ejercicios de las profesiones vinculadas; para, consciente o inconscientemente, convertirlos en agentes sin sueldo del capital, haciéndolos participar en el control social a favor del capital.

• La apropiación de la contradicción capital-trabajo por las ciencias sociales solo en el discurso, no es trivial, es parte de las contrarreformas que actúan sobre las ciencias y sobre los procesos formativos. Es muy importante por la relación que ella tiene con los objetos de estudio de cada una de estas ciencias.

• La vieja cuestión social (lógica del capital y sus reformas) sustituyó explotación por problemas del trabajo y pobreza. La nueva cuestión social, profundiza la sustitución y ahora además, reemplaza la relación esencial por desigualdad fragmentada en: género, raza, etnia, generaciones, etc.

• La crítica marxista a la cuestión social es más que comillas, es un método para analizar las relaciones sociales de producción como forma de desarrollo de fuerzas productivas

• La contradicción capital-trabajo es la lucha de clases; es la explotación del trabajo por el capital a nivel global. Es un proceso de enajenación de trabajo y alienación del ser humano.

• La cuestión social vieja o nueva resulta insuficiente para expresar incluso fenomenológicamente las mudanzas de la lógica neoliberal del capital y sus contrarreformas. Ni siquiera es contestataria, es apologética y difusa, quiere decir lo que cada cual quiera significar.

Para discutir verdaderamente la alternativa a la lógica del capital, es vital enfocarse en la contradicción capital-trabajo y no en la cuestión social. La esencia de lo que tiene que ser transformado no puede ser simplemente la cuestión social, ni las expresiones de la contradicción capital-trabajo, es la contradicción de la lógica del capital, entendida en sus múltiples determinaciones como análisis de totalidad y complejidad.

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