Reflexiones

CONSIDERACIONES BÁSICAS SOBRE LA FORMACIÓN POR COMPETENCIAS DEL EDUCADOR AMBIENTAL

BASIC CONSIDERATIONS ON COMPETENCE-BASED TRAINING OF ENVIRONMENTAL TEACHERS

Isidro E. Méndez-Santos
Universidad de Camagüey “Ignacio Agramonte Loynaz”, Cuba
Bárbara M. Carvajal-Hernández
Universidad de Camagüey “Ignacio Agramonte Loynaz”, Cuba
Daemar Ricardo Marrero
Universidad de Camagüey “Ignacio Agramonte Loynaz”, Cuba

CONSIDERACIONES BÁSICAS SOBRE LA FORMACIÓN POR COMPETENCIAS DEL EDUCADOR AMBIENTAL

Luna Azul, núm. 46, pp. 350-368, 2018

Universidad de Caldas

Recepción: 01 Septiembre 2016

Aprobación: 21 Abril 2017

RESUMEN: El objetivo del presente artículo es socializar la experiencia de la Universidad de Camagüey “Ignacio Agramonte Loynaz”, referida a la formación continua en el cuarto nivel de enseñanza, de educadores ambientales con amplio espectro de actuación. Se asume al desempeño como aspiración y resultado del proceso y a las competencias como sus formas concretas de expresión. A partir de identificar las principales exigencias de la profesión, de describen cinco competencias específicas cuyo desarrollo se ha asumido como objetivo y eje que articula las acciones formativas. Para cada una se precisan: las unidades y elementos que la integran, los indicadores de desempeño, así como los patrones de logros y saberes esenciales a dominar. Las competencias guardan relación con: la auto-gestión de la información, el diagnóstico socio-ambiental, el protagonismo en la gestión ambiental, la dirección del proceso educativo y la incorporación del ciudadano al manejo sostenible de su entorno.

Palabras clave: Educación ambiental, educador ambiental, desempeño del educador ambiental, competencia del educador ambiental, descripción de competencias.

ABSTRACT: The objective of this article is to socialize the experience of the Universidad de Camaguey “Ignacio Agramonte Loynaz” concerning continuous education in the fourth level of education of environmental teachers with a wide spectrum for action. Performance is assumed as an aspiration and as a result of the process, meanwhile competences are seen as their corresponding concrete forms of expression. From the identification of the main requirements of the profession, five specific competences, whose development has been assumed as an objective and axis that articulate the training actions, are described. For each of them, the units and elements that comprise it, the performance indicators as well as the patterns of achievement and essential knowledge to be mastered, are described. The competences are related to information self-management, socio environmental diagnosis, importance of environmental management, direction of the educational process, and incorporation of the citizen to sustainable management of the environment.

Key words: Environmental education, environmental teacher, performance of the environmental teacher, competencies of the environmental educator, description of competences.

INTRODUCCIÓN

El surgimiento de la educación ambiental está asociado a la búsqueda de opciones para enfrentar el creciente y sostenido deterioro del entorno que se hizo más evidente a partir de la década del 60 del siglo XX (Stapp, 1969; Moreno, 2008; Zabala y García, 2008; Howe, 2009; Flores, 2011; Indiana y Silvana, 2014). Se le considera la alternativa más efectiva, a largo plazo, para revertir tal situación, pues busca desarrollar en cada ciudadano los conocimientos, los valores y las competencias necesarias para modificar sus estilos de vida, a la vez que le permita contribuir a compatibilizar los intereses sociales con la existencia de las restantes especies y la continuidad del funcionamiento del medio ambiente como sistema complejo.

Así mismo, constituye una dimensión de la educación general que se distingue mayormente por la especificidad relativa de sus objetivos, el enfoque que exige del contenido, los escenarios en que puede realizarse y, en alguna medida también, por emplear sus propios métodos, medios y formas de evaluación. Son esas peculiaridades las que hacen necesaria una relativa especialización en las personas responsabilizadas con la dirección del proceso mediante el cual se lleva a efecto (a quienes se identifica normalmente como educadores ambientales) y condicionan la formación profesional de estos últimos.

Para la formación profesional de los educadores ambientales se utilizan variadas alternativas que pueden diferir en dependencia de la institución y el país que las implementa. Por lo general, durante la preparación básica de maestros y profesores se les habilita para realizar esa labor desde la escuela (Wilke et al., 1987; González, 1995; Arias, 2001; North Carolina Environmental Education Advisory Council, 2007; North American Association for Environmental Education, 2010), pero es frecuente que se trabaje también en función de perfeccionar el desempeño de ese personal cuando ya se encuentra en el ejercicio de sus funciones, para lo cual se utilizan distintas variantes del postgrado, orientadas no sólo a la actualización y complementación, sino también a la especialización (González, 1995; Arias, 2001; Freire y Bozelli, 2009; Ponce y Tojar, 2013; Tojar, 2013; Ariza, 2014).

Como muchos otros centros de enseñanza superior, la Universidad “Ignacio Agramonte Loynaz”, de Camagüey, Cuba, ha trabajado en la preparación de los recursos humanos necesarios para desarrollar la educación ambiental. En un primer momento, los esfuerzos estuvieron centrados en fomentar capacidades en los profesores para ejercerla en o desde la institución escolar, pero a partir de 1998 se comenzaron a formar también profesionales especializados en esa tarea. Las particularidades del proceso educativo destinado a tal fin han sido descritas por Méndez (2007), 2008 y 2013), Méndez y Loret-de Mola (2010), Loret-de Mola, Méndez y Rivero (2013).

En el presente artículo se expone la concepción del educador ambiental que egresa de la Universidad “Ignacio Agramonte Loynaz”, se valoran las potencialidades del cuarto nivel de enseñanza para su formación profesional y se describen las competencias específicas identificadas para asegurar su desempeño. Así mismo se utilizan, como punto de partida, las experiencias acumuladas por los autores en el diseño y dirección de los programas de postgrado implementados a tal efecto por la citada institución. Se incorporan también resultados de un amplio proceso de consulta al resto de los integrantes de la planta de profesores, egresados que ejercen la profesión, directivos de las entidades que los emplean y especialistas de las agencias que coordinan la política ambiental definida por el Estado cubano. Se utilizó el estudio documental para determinar los referentes teóricos necesarios, así como el enfoque de sistema y los métodos: analítico-sintético, inductivo-deductivo e histórico-lógico, para sistematizar la información obtenida y describir las competencias.

EL PROFESIONAL DE LA EDUCACIÓN AMBIENTAL

La escuela constituye un escenario idóneo para la educación ambiental. No obstante, si se acepta que esta debe constituir un proceso permanente dirigido a la totalidad de los habitantes del planeta (Arias, 2001; North Carolina Environmental Education Advisory Council, 2007; North American Association for Environmental Education, 2010), con independencia de su edad, nivel académico y posición social, resulta evidente que no puede quedar circunscrita al marco de la citada institución o lo que puede hacerse desde ella. Por el contrario, debe involucrar también otras dependencias gubernamentales, de la sociedad civil, a los medios de comunicación, así como a entidades dedicadas a la investigación, los servicios y la producción.

Tampoco es únicamente el docente tradicional quien se desempeña como educador ambiental, pues frecuentemente también ejercen como tal: comunicadores, investigadores, directivos estatales y de organizaciones no gubernamentales, líderes comunitarios y otros entes capaces de servir como mediadores sociales. Sin embargo, no basta con que los maestros, profesores, investigadores, especialistas, periodistas o expertos en cualquier otro tipo de actividad realicen contribuciones a la educación ambiental de manera colateral a su desempeño principal; se necesita, sobre todo, de profesionales especializados, que proyecten sus propias acciones y las implementen con sistematicidad, desde las instituciones donde ejercen su labor.

Es a ese especialista a quien se ha identificado en la Universidad “Ignacio Agramonte Loynaz” como educador ambiental. Se concibe como un profesional preparado teórica, metodológica y axiológicamente para diseñar proyectos educativos que respondan a necesidades del medio ambiente previamente identificadas en su ámbito de actuación, e implementarlos en los escenarios en que resulte necesario, por vías formales, no formales e informales, para propiciar el desarrollo de una cultura que permita movilizar el aporte personal del sujeto a una gestión ambiental orientada a la sostenibilidad ecológica. Así mismo, proporcionarle a ese personal una formación especializada que les permita enfrentar las particularidades de los problemas profesionales que enfrentarán al intervenir en la práctica social, ha constituido un imperativo de la Universidad “Ignacio Agramonte Loynaz”.

EL CUARTO NIVEL DE ENSEÑANZA COMO ESCENARIO PARA LA FORMACIÓN PROFESIONAL DEL EDUCADOR AMBIENTAL

Para poder contar con educadores ambientales capaces de realizar su labor en los variados contextos descritos en el epígrafe anterior, se necesita prepararlos también como maestros, profesores, investigadores, especialistas, comunicadores o desarrollar su liderazgo en diferentes organizaciones sociales. En tanto, resultaría totalmente imposible lograr una formación inicial que le permita a una misma persona dominar tan disímiles escenarios para realizar su labor, la Universidad “Ignacio Agramonte Loynaz” identificó el cuarto nivel de enseñanza como contexto idóneo para habilitar a este profesional de perfil amplio. De manera que:

Los diplomados y las maestrías se encuentran entre las variantes de posgrado más utilizadas para la formación de educadores ambientales en el cuarto nivel de enseñanza (Arias, 2001; Ponce y Tojar, 2013; Tojar, 2013). Sin renunciar a ello, la Universidad de Camagüey asumió como principio la concatenación y sistematización de acciones para hacer posible la formación continua, por lo cual se han implementado diferentes programas orientados a su actualización, especialización, desarrollo de competencias profesionales y el fomento de avanzadas capacidades para la investigación y la innovación.

Ese conjunto de acciones ha sido denominado como “sistema de enseñanza de postgrado para la formación de educadores ambientales”, el cual fue básicamente descrito por Méndez (2008), pero que, a los efectos de la presente contribución, resulta necesario caracterizar, al menos de manera sucinta:

COMPETENCIAS ESPECÍFICAS PARA UN DESEMPEÑO ESTRATÉGICO DEL EDUCADOR AMBIENTAL

Para que el sistema de acciones de postgrado descrito en párrafos anteriores pueda resultar realmente efectivo en lo que respecta a la formación del educador ambiental, se requiere clarificar las cualidades que resulta necesario desarrollar en ese profesional. El punto de partida en ese análisis lo constituye el desempeño, asumido como categoría de máximo rango en la dimensión desarrolladora del proceso pedagógico, que integra cualidades cognitivas y actitudinales. Constituye, a su vez, el atributo más abarcador en la esfera de autorregulación ejecutora o cognitivo-instrumental de la personalidad, en estrecha articulación con rasgos de índole motivacional-afectivos de carácter inductor (Tobón, 2006a, 2006b; Alles, 2007; Méndez, 2013).

El desempeño se asume como fin y resultado, pues el sistema está concebido para formar al educador ambiental en el propio ejercicio de su profesión. En tanto fruto del proceso, se toma como criterio para evaluar los logros que alcanza el sujeto (Loret-de Mola, Méndez y Rivero, 2013); visto como meta, deviene referente principal para definir aquellos saberes que, convenientemente movilizados, le permitirán un actuar estratégico, con motivación, sentido de reto y responsabilidad social.

Como elementos que integran el desempeño se toma a las competencias. Esta categoría se asume como un constructo teórico para identificar aquellas configuraciones psicológicas complejas que determinan la calidad de la actuación profesional del sujeto (González, 2002 y 2006; González y González, 2008; Tobón, 2006a, 2006b, 2008a, 2010 y 2013; Alles, 2007; Castillo y Cabrerizo, 2010; Méndez y Carvajal, 2014). En ella se integran los conocimientos con otros saberes de índole motivacional (emprendimiento, enfrentamiento de desafíos), actitudinal (compromiso ético, visión de mejoramiento continuo) y desarrolladores (flexibilidad, creatividad, perspectiva metacognitiva).

Para caracterizar esos elementos de desempeño que se necesitan desarrollar durante el proceso de formación del educador ambiental, se adaptaron, con las adecuaciones pertinentes, procedimientos propuestos a tal efecto por: Tobón, 2006a, 2006b y 2008b; Tobón et al., 2010 y Alles, 2007. Se siguieron los pasos siguientes (véase más información al respecto en Méndez y Carvajal, 2014):

  1. 1. Identificación de las principales exigencias de la profesión.
  2. 2. Identificación de las competencias.
  3. 3. Identificación de las unidades que integran esas competencias.
  4. 4. Identificación de los elementos que integran las unidades de competencias.
  5. 5. Identificación de los indicadores de desempeño a evaluar para comprobar el dominio de los diferentes elementos de competencia.
  6. 6. Identificación y descripción de patrones de logros a alcanzar con el desarrollo de las competencias.
  7. 7. Identificación de los saberes esenciales a dominar para desarrollar las competencias.

Esos elementos fueron identificados inicialmente por los autores y consultados con los integrantes de los comités académicos de los diferentes programas de postgrado implementados por la institución. Luego se discutieron en talleres con la participación del resto de los integrantes de la planta de profesores, egresados y representantes de las entidades empleadoras. Finalmente, fueron sometidos a varias rondas de consulta con directivos y especialistas de las agencias que coordinan la política ambiental cubana.

Principales exigencias de la profesión

Para que el educador ambiental pueda responder a las exigencias anteriormente citadas, fueron identificadas y descritas cinco competencias que, de acuerdo con el criterio de Tobón (2013), clasifican como específicas, en tanto conforman el núcleo básico de la profesión. Ellas son:

Competencia I. Autogestionar la información necesaria para la ejecución de proyectos de educación ambiental.

Unidad de competencia I.1. Acceder con eficiencia a la información necesaria para satisfacer las necesidades de los proyectos educativos que ejecuta y que está disponible en diferentes recursos, soportes y fuentes.

Elementos de la unidad de competencia I.1.:

Unidad de competencia I.2. Procesar la información, con apego a la norma asumida, para sistematizar con efectividad el conocimiento que se aborda en los proyectos educativos.

Elementos de la unidad de competencia I.2:

Unidad de competencia I.3. Comunicar con locuacidad el conocimiento adquirido, al dirigir proyectos educativos y socializar sus resultados.

Elementos de la unidad de competencia I.3:

Indicadores de desempeño para la competencia I:

Patrón de logro para la competencia I.

Comunica de forma ética y legal la sistematización realizada sobre la base del acceso, evaluación y procesamiento de la información necesaria para los proyectos de educación ambiental que ejecuta.

Competencia II. Investigar la realidad ambiental y sociocultural en que se desarrollan los proyectos de educación ambiental.

Unidad de competencia II.1. Seleccionar la variante óptima que pueda ser sustentada por el conocimiento precedente para implementar y validar proyectos de educación ambiental orientados la sostenibilidad ecológica de la gestión ambiental.

Elementos de la unidad de competencia II.1.

Unidad de competencia II.2. Explorar racionalmente los límites de lo posible, para lograr una gestión y educación ambiental que satisfaga el desarrollo sostenible, como parte de los proyectos que ejecuta.

Elementos de la unidad de competencia II.2.

Indicadores de desempeño para la competencia II.

Patrón de logro para la competencia II.

Sobre la base de un diagnóstico exhaustivo y de una profunda sistematización del conocimiento precedente, así como de sus propios aportes teóricos y metodológicos, diseña, implementa, evalúa y perfecciona proyectos educativos destinados a preparar a las personas para contribuir a la sostenibilidad ecológica de la gestión ambiental, a la vez que comunica sus resultados a la comunidad científica.

Competencia III. Educar al sujeto en la gestión ambiental orientada a la sostenibilidad ecológica.

Unidad de competencia III.1. Planificar actividades que conviertan a la educación en una herramienta efectiva de la gestión ambiental orientada a la sostenibilidad ecológica.

Elementos de la unidad de competencia III.1.

Unidad de competencia III.2. Dirigir la ejecución de acciones que resulten eficaces para educar al sujeto en la gestión ambiental orientada a la sostenibilidad ecológica.

Elementos de la unidad de competencia III.2.

Unidad de competencia III.3. Perfeccionar el proceso de educación ambiental, sobre la base de la evaluación de los resultados parciales.

Elementos de la unidad de competencia III.3.

Indicadores de desempeño para la competencia III.

Patrón de logro para la competencia III.

A partir de la derivación y enunciación adecuada de objetivos: concibe el contenido con profundidad, actualización científica y adecuación a las necesidades de las personas que educa; elige los métodos que mejor se corresponden con el contexto y proyecta la evaluación; logra la planificación de programas y actividades de educación ambiental, dirige eficazmente su ejecución con apego a lo planeado; evalúa a los educandos, al proceso y su propia labor, así como perfeccionar la planificación para próximas etapas.

Competencia IV. Intervenir en la gestión ambiental del territorio o contexto en que se desempeña profesionalmente, para contribuir a la sostenibilidad ecológica.

Unidad de competencia IV.1. Participar activamente en acciones de gestión ambiental, dando prioridad a la educación de los sujetos para que contribuyan a alcanzar la sostenibilidad ecológica.

Elementos de la unidad de competencia IV.1.

Unidad de competencia IV.2. Interactuar eficazmente con instituciones existentes en su ámbito de actuación, que evidencien potencialidad para apoyar la ejecución de programas de educación ambiental.

Elementos de la unidad de competencia IV.2.

Indicadores de desempeño para la competencia IV.

Patrón de logro para la competencia IV.

Participa frecuentemente en la gestión ambiental que se realiza en su ámbito de actuación; implementa sus propios proyectos orientados, en lo fundamental, a la educación de los recursos humanos; logra para ello el apoyo (incluso financiero) de otras entidades; acredita resultados que certifican el uso de las asignaciones según lo convenido; valora el impacto que todo ello ha tenido y perfecciona la planificación para futuras etapas de trabajo.

Competencia V. Implicar al sujeto en la gestión ambiental orientada a la sostenibilidad ecológica.

Unidad de competencia V.1. Conducir eficazmente a diferentes sectores sociales en el diagnóstico ambiental del territorio en que se encuentran asentados.

Elementos de la unidad de competencia V.1.

Unidad de competencia V.2. Movilizar con efectividad a diferentes sectores sociales para la ejecución de acciones endógenas a la gestión ambiental orientada a la sostenibilidad ecológica.

Elementos de la unidad de competencia V.2.

Indicadores de desempeño para la competencia V.

Patrón de logro para la competencia V.

Conduce a diferentes sectores sociales a identificar necesidades de la gestión ambiental en su contexto de actuación, así como determinar sus propias potencialidades y necesidades educativas para generar soluciones a esas prioridades; logra que se preparen, incorporen y participen, de manera protagónica, en proyectos endógenos orientados a la sostenibilidad ecológica.

Saberes esenciales a dominar para desarrollar las competencias profesionales específicas del educador ambiental

Cognitivos

Procedimentales

Motivacionales y axiológicos

Conclusiones

Las singularidades que distinguen la educación ambiental, hacen que el perfil del profesional responsabilizado con la dirección del proceso mediante el cual se lleva a efecto, no sea totalmente congruente con el del docente tradicional.

Para poder contar con los educadores ambientales que se requieren actualmente en el planeta resulta ineludible estabilizar procesos de formación que permitan su preparación para enfrentar las exigencias de la profesión y ejercerla en disímiles contextos.

El cuarto nivel de enseñanza se encuentra entre las alternativas más promisorias para concatenar y sistematizar acciones destinadas a la formación continua de educadores ambientales, dada su potencialidad para, de manera flexible, reorientar a las exigencias de la educación ambiental la preparación básica que proporcionan diversas carreras universitarias, sobre la base de un amplio intercambio académico, el debate científico, la cooperación, el trabajo en equipo y la integración en redes, así como el desarrollo de capacidades para la investigación, innovación y socialización de resultados científicos.

La definición y descripción de las unidades específicas de desempeño potencial (competencias), constituye una alternativa viable para articular la continuidad en la formación de educadores ambientales, mediante programas sucesivos de postgrado.

La descripción de las competencias específicas del educador ambiental, puede hacerse a partir de la identificación de: las principales exigencias de la profesión, las competencias propiamente dichas, las unidades y elementos que las integran, los indicadores de desempeño y los patrones de logros que deben ser evaluados para comprobar el dominio alcanzado, así como los saberes esenciales a dominar.

Para responder a las exigencias de su profesión, el educador ambiental debe desarrollar, al menos, cinco competencias específicas, que le permitan: auto - gestionar la información que necesita; enriquecer el conocimiento de la realidad ambiental y sociocultural con la cual interactúa; involucrarse activa y oportunamente en la gestión ambiental que se lleva a cabo en ese escenario; dirigir el proceso destinado a educar ambientalmente a diferentes sectores sociales; y lograr la incorporación de estos últimos a acciones orientadas a la sostenibilidad ecológica.

En el desarrollo de esas cinco competencias específicas, en tanto saberes que, convenientemente movilizados, le permitirán al profesional un actuar estratégico, con motivación, sentido de reto y responsabilidad social, se han centrado los objetivos de la formación del educador ambiental en la la Universidad de Camagüey “Ignacio Agramonte Loynaz”.

Las competencias descritas son sólo aquellas de índole más general que conforman el núcleo básico de la profesión. Será necesario continuar develando otras de carácter particular, que deriven de ellas, para complementar la concepción del sistema de cualidades que resulta necesario desarrollar en el educador ambiental, para asegurar el éxito en su desempeño.

Referencias

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Notas

Para citar este artículo : Méndez, I. E. Carvajal, B. M., y Ricardo, D. (2016). Consideraciones básicas sobre la formación por competencias del educador ambiental. Revista Luna Azul, (46), 350-368. Recuperado de http://200.21.104.25/lunazul/index.php/component/content/article?id=287. DOI: 10.17151/luaz.2018.46.18
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