Resumen:
Los humedales representan una transición entre un ambiente terrestre y acuático, constituyéndose como uno de los sistemas naturales más importantes debido a sus múltiples funciones; no obstante, a pesar de su importancia, representan uno de los ecosistemas más vulnerables. Los humedales de la costa de la región de Coquimbo-Chile configuran un sistema dinámico con gran presencia de biodiversidad en un área con predominio semi-árido. En este contexto, resulta importante acercarse a un mayor conocimiento de estos sistemas con el fin de promover su conservación y/o restauración, siendo una fundamental herramienta las experiencias educativas.
Objetivo. Determinar cómo es percibido el futuro del humedal “El Culebrón” por estudiantes de enseñanza media a través del desarrollo de escenarios cualitativos.
Materiales y métodos. Se generó inicialmente un conjunto de escenarios a partir de una proyección de 10 años, los cuales fueron reinterpretados mediante el software NVIVO9.
Resultados. El análisis permitió diferenciar cuatro escenarios: “responsabilidad social”, “cambio climático”, “crecimiento de lo natural” y “urbanización”. Conclusiones. Se puede inferir un futuro amenazante de los humedales desde la perspectiva percibida por los estudiantes debido a la interacción de impulsores de cambio indirectos, entre los que se destacan elementos naturales (cambio climático y eventos extremos) cambios demográficos (urbanización) y culturales (conciencia ambiental precaria o insuficiente).
Palabras clave:humedaleshumedales,educación ambientaleducación ambiental,cambio climáticocambio climático,contaminacióncontaminación.
Abstract:
Wetlands represent a transition between a terrestrial and aquatic environment, becoming one of the most important natural systems due to their multiple functions. However, despite their importance, they represent one of the most vulnerable ecosystems. The wetlands of the coast of the Coquimbo Region, Chile, form a dynamic system with a large presence of biodiversity in an area with semi-arid predominance. In this context, it is important to approach a greater knowledge of these systems to promote their conservation and/or restoration, educational experiences being a fundamental tool.
Objective: to determine how the future of “El Culebrón” wetland is perceived by middle school students, through the development of qualitative scenarios.
Materials and methods: A set of scenarios was initially generated from a 10-year projection, which were reinterpreted using NVIVO9 software.
Results: the analysis allowed to differentiate four scenarios: "social responsibility", "climate change", "natural growth" and "urbanization".
Conclusions: a threatening future of wetlands can be inferred from the perspective perceived by students due to the interaction of indirect drivers of change, among which natural elements (climate change and extreme events), demographic elements (urbanization) and cultural changes (poor or insufficient environmental awareness) stand out.
Keywords: wetlands, environmental education, climate change, contamination.
Investigación original
Percepción futura del humedal “el culebrón”, Coquimbo (Chile): una experiencia educativa interdisciplinaria
Future perception of "el culebrón" wetland, Coquimbo (Chile): an interdisciplinary educational experience

Recepción: 21 Noviembre 2018
Aprobación: 08 Abril 2019
Los humedales pueden considerarse como una interfase entre un ambiente húmedo y seco, por lo que es difícil una categorización específica. Una de las definiciones de mayor uso es la proporcionada por RAMSAR (Convención Relativa a los Humedales de Importancia Internacional, 1971), quienes afirman que son:
Extensiones de marismas, pantanos y turberas o superficies cubiertas de aguas, sean éstas de régimen natural o artificial, permanentes o temporales, estancadas o corrientes, dulces, salobres o saladas, incluidas las extensiones de agua marina cuya profundidad en marea baja no exceda de seis metros. (RAMSAR, 1971, p. )
Estas estructuras se constituyen como formas naturales con trascendental importancia en el desarrollo del ser humano (CONAF, 2010), debido a los múltiples beneficios que ofrecen: suministro de agua y alimentos, biodiversidad, mitigación ante el cambio climático, prevención de inundaciones y recarga de los acuíferos (RAMSAR, 2017a); asimismo, poseen relevancia social a nivel cultural, religioso/cosmológico, estético y artístico (RAMSAR, 2016) y, por sobre todo, vinculado a las funciones ecológicas que brindan a las aves, específicamente en su nidificación y alimentación (Gómez, Cortes, Cárcamo y Vega, 2014), por estas razones son reconocidos como uno de los ecosistemas más productivos del mundo (Nabahungu y Visser, 2011). A pesar de su evidente preponderancia, son uno de los ecosistemas más vulnerables (Hu et al., 2017), estimándose que desde el año 1900 se habría generado una pérdida de entre el 64 % y 71 % de los humedales a nivel mundial (Davidson, 2014). Las principales amenazas para los humedales provienen o se asocian con de la escasez de agua, cambio en la biodiversidad, factores antrópicos-humanos (Chatterjee, Bandoyopadhyay, Gosh & Kar, 2015), modificaciones en el uso de la tierra (Gao, 2016) y la excesiva urbanización (McCauley, Jenkins y Quintana-Ascencio, 2013; Faller y McCleery, 2016). A a lo anterior se agregan los impactos del cambio climático, estimándose negativos efectos en los humedales, producto de alteraciones en las temperaturas y precipitaciones, así como el aumento en el nivel del mar (Junk et al., 2013); de esta manera, se plantea que el cambio climático traerá consigo modificaciones en los regímenes hidrológicos, siendo los humedales perjudicados debido a su susceptibilidad a los cambios en la cantidad y calidad del agua (Erwin, 2009)
Se consideran las múltiples amenazas a las que están expuestos y su destrucción paulatina, así como la falta de conocimiento de las personas acerca de su importancia y los beneficios que genera (Mitsch, et al., 2008). En palabras de Rolston (2000), los humedales constituirían los paisajes menos comprendidos, por lo que se requiere la generación de estrategias que promuevan el despertar de la conciencia ecológica de los sistemas. Por lo anterior, resulta importante su conservación y gestión sostenible, debido a su rica diversidad de flora y fauna (Lamsal, Pant, Kumar & Atreya, 2015). En este ámbito, resultan significativos los lineamientos y herramientas políticas a fin de proteger estos entornos, los programas de conservación y por, sobre todo, la educación; en este contexto, la educación ambiental constituye una estrategia relevante a fin de preservar el medio ambiente, promoviendo la restauración de los humedales (Nesmith et al., 2016).
Dado lo anterior, se pueden mencionar experiencias educativas innovadoras que han vinculado a estudiantes con los humedales, generando un mayor acercamiento en torno a estos valiosos ecosistemas (Papapanagou, Tiniakou y Georgiadis, 2005; Liu, 2017) y, en el plano local, lo reportado por Piñones y Zuleta (2015) en torno a una academia escolar de ornitología que se desarrolló en marco de un humedal costero. Por otra parte, a nivel de la conservación y restauración de los humedales existen variadas iniciativas, desde los compromisos gubernamentales hasta estrategias comunitarias a nivel local orientadas hacia el logro de una gestión sustentable de los humedales (RAMSAR, 2016), tal es el caso en Chile de la restauración del humedal costero laguna Conchalí, el cual ha mejorado sus indicadores ecológicos y de avifauna (Contreras, Novoa y Rubilar, 2018).
En el contexto anteriormente reseñado, el trabajo presenta una experiencia de investigación cualitativa realizada en un contexto educativo de carácter interdisciplinario, en el que participaron profesores y alumnos de enseñanza media de una institución regional chilena. El objetivo se focalizó en determinar la percepción futura de un humedal de la región de Coquimbo, Chile (“El Culebrón”) a través del desarrollo de escenarios cualitativos, identificando impulsores de cambio y generando medidas para promover la conservación de estos ecosistemas. Los escenarios cualitativos constituyen narraciones que destacan cómo se podría desarrollar el futuro considerando el rol de múltiples factores que interactúan con los ecosistemas (Ahmed y Saleh, 2010). A su vez se recomienda el uso de escenarios (Ahmed y Saleh, 2010) como herramienta de análisis debido a que permiten analizar futuros complejos de forma creativa (Enfors, Gordon, Peterson & Bossio, 2008). Es preciso destacar el enfoque altamente participativo del presente trabajo, lo cual va en consonancia con la literatura, en el sentido de que esta aproximación proporciona información importante y permite comprender de mejor forma las dinámicas de los sistemas socio ecológicos (Bosma, Glenk y Novo, 2017). Por esta razón, los escenarios cualitativos participativos han sido utilizados ampliamente como una herramienta de gestión ambiental (Enfors et al., 2008; Palomo, Martín-López, López-Santiago & Montes, 2011; Plieninger et al., 2013, Kerschbaumer et al., 2014, Wesche & Armitage, 2014). Finalmente, es preciso considerar que de acuerdo con Alcamo (2008), el anticipar cambios ambientales más allá de lo observado, puede inspirar políticas para una mejor gestión de los recursos o adaptación de los ecosistemas, lo cual resultaría fundamental en este entorno natural altamente amenazado.
Se estima que en el territorio de Chile existen alrededor de 18.000 humedales (Ministerio del Medio Ambiente, 2017a), de los cuales solo 13 han sido considerados de importancia internacional (RAMSAR, 2017b). La Región de Coquimbo, donde se ubica el humedal “El Culebrón”, concentra una superficie de 14.900 hectáreas de humedales (Ministerio del Medio Ambiente, 2017b), donde los humedales costeros poseen una gran importancia en torno a la biodiversidad, existiendo una diversa avifauna, estimada en unas 150 especies (Vargas-Rodríguez, Pastén-Marambio y Cortez-Echeverría 2016). En este marco se clasifica el humedal “El Culebrón” de tipo estuarino (figura 1; figura 2; figura 3), inserto en el área urbana de la ciudad de Coquimbo a próximamente a 1 km del centro de la ciudad, posee una extensión de 25 hectáreas y una longitud de 18 kilómetros (Vargas-Rodríguez, Pastén-Marambio, Cortéz-Echeverría, 2016), nace en la quebrada del mismo nombre y desemboca en la playa Changa. En términos hidrogeológicos, el estero el Culebrón depende de un acuífero de origen subterráneo (Menceyra, 2016), poseyendo también una alimentación hídrica mixta, por una parte, de la Quebrada El Romeral y marina desde pleamar (Tabillo, Burmeister, Chávez-Villavicencio, Zöckler, 2016).



El humedal es un ecosistema altamente vulnerable, debido a las presiones antropogénicas existentes: microbasurales, depósitos de escombros y el tránsito de un ferrocarril metalero (Corporación Ambientes Acuáticos de Chile, 2005); a lo que se suma la presencia de canes que cazan las aves silvestres del humedal, visitantes y vehículos motorizados (Chávez-Villavicencio, Molina-Pérez y Tabilo Valdiveso, 2015), también se visualizan como amenazas la urbanización y la “toma de terrenos” (Ceresa y Martínez, 2007). Estos factores han desencadenado problemas ambientales como: pérdida de cobertura vegetal; alteración en la composición estructural y bioquímica del suelo, modificación biológica y transmisión de enfermedades, pestilencia, compactación de suelo, modificación de agua, alteración y pérdida de fauna y disminución de áreas superficiales (Cavieres, 2014).
Sobre la biodiversidad, , en primer término, podemos consignar la flora; de acuerdo con Luna y Mena (2006), “presenta en su mayor parte una cubierta de hierbas perennes adaptadas a vivir en condiciones de saturación de suelo (vegetación hidrofítica), y de carácter halófito (plantas que crecen en terrenos salinos)” (p. 23); los autores también refieren que la cantidad de tiempo en que el agua está retenida en el humedal y la profundidad, son influencias importantes sobre la distribución, abundancia y diversidad de la vegetación presente; en este ámbito se han identificado las siguientes asociaciones vegetales: formaciones acuáticas, juncal, matorral sub arbustivo halófilo, matorral arbustivo ribereño, pajonal palustre, pradera halófila, pradera ribereña y totoral (https://www.esteroelculebron.cl). En el caso de la avifauna, se destacan aves playeras y migratorias, las cuales poseen un patrón de distribución variante según la estación del año y las especies de flora que favorecen la nidificación, refugio y alimentación (Cerasa y Martínez, 2007). Hay identificadas alrededor de 74 especies, de las cuales: 80 % son residentes, 20 % son visitantes, 13,5 % están presentes solo durante el verano y 12 % están presentes solo en invierno (Menceyra, 2016), en este ámbito, podemos mencionar algunas: gaviota dominicana, pelícano de Humboldt, gaviota garuma, gaviota de Franklin, zaparito común, yeco, huaravo común, trile, etc. (https://ebird.org).
El trabajo se enmarca en un paradigma descriptivo-interpretativo en el cual los investigadores estudian el proceso de interpretación que la comunidad de estudiantes del colegio hace de su realidad, la cual presenta un carácter dinámico y subjetivo.
Participantes. La muestra estuvo compuesta por 27 alumnos cuyas edades fluctuaron entre los 15 y 16 años, pertenecientes a tercer año de Enseñanza Media y a un establecimiento particular-subvencionado ubicado en el radio urbano de la ciudad de Coquimbo.
Instrumentos. a). Se utilizó como base el programa del electivo de Biología: “Evolución, Ecología y Ambiente” de Tercer Año de Enseñanza Media, aprobado por el Ministerio de Educación. En este contexto, se puede señalar que se trabajó con un componente interdisciplinario abarcando los núcleos de ciencias naturales (Biología y Ecología) y ciencias sociales (Psicología Ambiental y Geografía). Los contenidos a desarrollar se asociaron con análisis de la biodiversidad del entorno estableciéndose comparaciones entre humedales y especies. A nivel social se estudiaron los componentes socio-geográficos dando énfasis a las diversas dinámicas e interacciones del entorno cercano al humedal. El desarrollo de los contenidos y la visita a terreno contó con la participación de los docentes de la asignatura involucrada. b). Paralelo a la presentación de contenidos curriculares, se efectuó una visita a terreno en donde los estudiantes realizaron un registro fotográfico del entorno físico y de la flora y fauna del humedal, continuándose con la completación de guías de trabajo. c). Guías de trabajo, previo a la realización de la guía se realizó una capacitación sobre el uso de escenarios cualitativos, enfatizándose su importancia a nivel de la gestión ambiental y la posibilidad de trazar líneas posibles de acción en un territorio determinado. La guía se desarrolló considerando 4 focos: 1. Descripción del territorio considerando elementos físicos/naturales (geografía, biodiversidad, ecología, etc.) y humanos/sociales (asentamientos humanos, dinámica local, actividades antrópicas, etc.). 2. Respuesta a una gran pregunta (Big Question) “¿cómo será-estará el humedal en 10 años más?”, proyectándolo de acuerdo con lo que “podría suceder” (sin dejar de percibir “lo que está sucediendo”); 3. Identificación, definición y justificación de los “impulsores de cambio” que podrían incidir en el desarrollo del escenario y, 4. Respuesta a pregunta focalizada en la acción “¿qué podemos hacer para contribuir a la conservación del humedal?” cabe señalar que para los focos 2, 3 y 4, y tomando en consideración los efectos pedagógicos, se realizó una adaptación del “Exercise: Scenario Planning” propuesto por Miesing y Van Ness (2007).
Análisis de los datos. Se organizaron las respuestas de los estudiantes correspondientes a la guía de actividades a través de una matriz con el uso del programa Word, separando y definiendo los cuatro componentes (focos) establecidos en la guía de trabajo. A partir de este ordenamiento se analizaron los datos a través de la técnica de análisis de contenido temático. Producto de este primer análisis emergieron 13 escenarios; posteriormente se estudiaron los datos obtenidos mediante el programa NVIVO. En este contexto, la información se sistematizó a través de la selección de categorías en forma selectiva, lo cual proporcionó dos macro escenarios (positivo y negativo), en torno a los cuales se agruparon 9 factores asociados. Finalmente se representaron las categorías generadas a través de tablas realizadas en procesador de texto, proporcionando 3 unidades analizadas: escenarios, impulsores de cambio y estrategias o medidas de conservación. Una vez obtenidos y sintetizados los resultados se consideraron instancias de retroalimentación durante la realización de grupos focales, los cuales incluyeron todos los participantes y donde se aprovechó la ocasión para analizar los resultados de los objetivos de aprendizaje programados.
Los escenarios generados apuntan a resultados dicotómicos: positivos y negativos, no apreciándose consenso. Los factores claves que emergieron apuntan a las potenciales iniciativas políticas que podrían facilitar un escenario positivo (instauración de medidas políticas) y la ausencia o fracaso de la generación de proyectos u ordenanzas que propiciaría un escenario con connotación negativa; la acción humana, de preferencia comunitaria, se manifiesta a través de la toma de conciencia o bien a través de descuido del entorno; así también, el rol de los elementos naturales y de biodiversidad se expresan en polos dicotómicos (aumento o disminución de esta). En otro ámbito, un escenario positivo se encuentra dado por la emergencia de iniciativas focalizadas, vinculadas a la conservación y restauración del medio ambiente, lo cual se puede lograr mediante la implementación de proyectos con financiamiento externo. Finalmente, los escenarios negativos se asocian con la emergencia de proyectos inmobiliarios que generarían una transformación profunda en el paisaje y presión antrópica (creación de viviendas y otras); asimismo, la existencia de un conjunto de exposiciones como el cambio climático y eventos naturales del tipo terremoto-tsunamis traería consigo modificaciones importantes en la dinámica biológica y ecológica del humedal (tabla 1)

Los impulsores de cambio descritos por los estudiantes tendrían una influencia directa en la ocurrencia del escenario, en el sentido de que estos inciden en que dicho “futuro posible” se concrete. De esta manera, se identifican dos componentes con sus correspondientes vertientes positivas y negativas; se considera el impulsor de cambio de tipo “económico” como un eje importante; ya que esta variable podría influir en la inyección de recursos que permitieran que el humedal sea un lugar turístico, trayendo consigo ingresos por concepto de visitas y tours. Otro eje importante está representado en el elemento “naturaleza” el cual se vincula directamente a la ocurrencia de eventos extremos como terremotos y tsunamis, los cuales cambiarían la organización del territorio en torno al humedal, impactando sus elementos paisajísticos, geográficos, ecológicos y de regulación hidrológica. Por otra parte, se debe consignar el eje “políticas”, el cual pudiera tener una influencia positiva, en el sentido de que los “gobiernos se interesen por el humedal” y generen acciones tendientes a conservarlo y/o restaurarlo, promoviendo la conciencia medio ambiental; por el contrario, se apreciaría como una influencia negativa en el caso de que los gobiernos no se preocupen por el humedal o no continúen con políticas públicas a favor de este entorno. Finalmente, el eje “sociales” se presenta con polaridades, expresadas en que el polo positivo estaría dado por el cambio de mentalidad, lo cual apunta directamente a la generación de una conciencia ambiental que facilite la protección y conservación de este tipo de áreas; en otro ámbito, se avizora como un elemento perjudicial para el humedal, el incremento demográfico, el cual estaría precedido por una excesiva urbanización con cambio del uso del suelo que, de alguna forma, invadiría y le restaría espacio a lo natural, perjudicando a la biodiversidad (aves, flora y fauna) (Tabla 2)

Por último, se realizó una actividad a fin de definir medidas y estrategias de conservación para el humedal; en este punto, se pueden desprender tres ejes fundamentales que podrían facilitar y/potenciar la conservación del humedal. El primero se refiere a la educación, expresado en la realización de actividades en terreno, a fin de que los estudiantes de la comuna conozcan de primera fuente la realidad del entorno natural, sumado a la necesidad de que estas actividades se inicien en los niveles iniciales de enseñanza con miras a promover una conciencia ambiental a través del tiempo. El segundo eje se vincula con la sociedad civil, enlazando al establecimiento y/o “potenciación” de grupos de personas que ayuden a limpiar y proteger el humedal, siendo necesario que estas actividades se realicen de forma permanente. Por último, el tercer eje apunta a la institucionalidad política, la cual debe articular un sistema de protección del humedal el Culebrón a través de la generación de ordenanzas que multen a las personas que arrojen basura, así también, debiera dotarse al humedal de infraestructura que permita su preservación, tal es el caso de basureros, vallas, cartelería, etc. (Tabla 3)

Los humedales costeros son ecosistemas extremadamente sensibles que representan la interfaz entre ambientes terrestres y marinos (Meza et al, 2018), esta sensibilidad del humedal al estar inmerso entre dos sistemas se ve reflejado en los resultados obtenidos; en este sentido, el análisis de los datos revela incertidumbre respecto a la percepción del futuro del “Culebrón”, advirtiéndose pronósticos de carácter tanto negativos como positivos. Uno de los tópicos trascendentales asociados a un escenario de tipo negativo se vincula con el fenómeno de cambio climático el cual se ha documentado ampliamente en la literatura, existiendo consenso en torno a que dicho fenómeno antrópico-natural generaría modificaciones en los humedales a nivel mundial; puntualmente el IPCC (2007, 2014) hace referencia a la posibilidad de un cambio en el tipo y estructura de los ecosistemas de humedales, debido a la variabilidad de la temperatura y lluvia, lo que se suma a la vulnerabilidad inherente de estos ecosistemas ante los cambios de la calidad y cantidad del suministro de agua (Erwin, 2009). El panorama genera preocupación asociada a la importancia de estos ecosistemas, dado el rol que desempeñan en torno a la mitigación del cambio climático y el aporte adaptativo que pudieran proporcionar a los humanos, especiamente por el papel que desempeñan en la mitigación y en la protección a las comunidades de los impactos del cambio climático (Moomaw et al., 2018), gracias a su función de garantizar la seguridad del agua y los alimentos (RAMSAR, 2009).
Otro elemento que se advierte como una amenaza, se relaciona con el crecimiento demográfico aparejado con la urbanización del territorio; este panorama implica la emergencia de una serie de fenómenos tales como: reducción del humedal debido a la utilización de la zona para fines inmobiliarios y/ comerciales, tránsito de personas y aumento de basura. Los factores mencionados generarían un deterioro a nivel global del sistema, trayendo consigo pérdida de la biodiversidad, detrimento a nivel paisajístico y de las funciones biológicas y ecológicas del humedal. Su inserción en el contexto urbano dominado por el ser humano tiene un especial sentido, sustentado en que los humedales con estas características se encontrarían muy amenazados (Hettiarachchi, Morrison y McAlpine, 2015); en este punto McCauley et al. (2013) han destacado que la urbanización puede conducir a la degradación progresiva y pérdida de humedales en cuestión de décadas. En el caso particular de El Culebrón, la evidencia actual documentada, así como lo visualizado en terrero, da cuenta de que la presión antrópica es un eje que representa una gran amenaza, expresada en el paso de un ferrocarril metalero, tránsito de vehículos, emergencia de micro basurales, ausencia de rutas delimitadas, contaminación en el agua, siendo este último un elemento sensible y de relevancia pública (Ruiz, 2012; Rosales, 2015; El Observatodo, 2016); al panorama anterior se suma el crecimiento demográfico y las trasformaciones espacio-territoriales que ha tenido la conurbación Coquimbo-La Serena, sumado a su crecimiento y el proceso de metropolización (Hidalgo, Arenas y Monsalve, 2009). De esta manera, emerge el interrogante en torno a cómo este sistema socio ecológico se puede resguardar en una urbe en aumento y cómo se puede asumir un proceso de resignificación y revaloración a fin de facilitar su conservación.
Un elemento de riesgo identificado para los humedales se asocia a la potencial ocurrencia de desastres naturales (terremotos y tsunamis), los cuales pueden causar perturbaciones abruptas en los humedales costeros, generando cambios a nivel topográfico, ecológico y paisajístico; en el caso del humedal El Culebrón existen riesgos por tsunami y/o inundaciones (Luna y Mena, 2006; Menceyra, 2016). Así, el terremoto ocurrido el 16 de septiembre de 2015 de 8.3 grados (Ye, Lay, Kanamori & Koper, 2015) y el posterior tsunami que azotó la bahía de Coquimbo, tuvo drásticas consecuencias en la zona costera y el humedal mismo (Contreras-López et al., 2016; Tabilo et al, 2016); dicha situación también se vio reflejada en un humedal costero del sur de Chile y las consecuencias del terremoto ocurrido el año 2010 (Rojas et al., 2017). El panorama anterior, sin lugar a duda, representa una amenaza para el humedal, sobre todo considerando el historial de terremotos y tsunamis que ha afectado la zona a través del tiempo (Lomnitz, 2004). El escenario futuro plantea interrogantes acerca de definir cuáles serían las medidas preventivas que se debieran adoptar en caso de inundaciones por lluvias torrenciales, aumento del nivel del mar y ocurrencia de terremotos y/o tsunamis.
A fin de contrarrestar el escenario negativo, un aspecto fundamental se vincula con la generación de políticas públicas a nivel nacional y local que apunten a la conservación y/o restauración de este patrimonio natural. A nivel nacional se estima que Chile cuenta con 18 mil humedales y solo el 2 % cuenta algún tipo de protección (Ministerio del Medio Ambiente, 2017a), dicho marco regulatorio, a la luz de los datos y la importancia de estos ecosistemas, se tornaría insuficiente. Cabe señalar que si bien existe de parte del Estado chileno una adscripción al convenio RAMSAR que data de 1971 (Biblioteca Congreso Nacional, 1981), dicha convención solo es aplicable a los sitios RAMSAR, entre los cuales no se encuentra El Culebrón. Por su parte, a nivel de políticas públicas podemos hacer referencia a diversos instrumentos (CONAMA, 2002, 2003, 2005a, 2005b), como también un proyecto de ley en trámite que busca proteger estos ecosistemas y generar un marco regulatorio para su intervención (Cámara de Diputados, 2018). A pesar de lo anterior, de acuerdo con Amstein (2016), los humedales pueden encontrarse bajo varias, una o ninguna categoría de protección; dicha situación se torna alarmante en función de que además de las presiones antrópicas y naturales ya mencionadas, existirían en el caso de Chile dificultades a nivel del marco regulatorio actual, el cual no sería extensivo a todos los humedales.
Se destaca rol de algunos centros de investigación sustentados con fondos regionales y/o privados (CEAZA y REDAVES) quienes han elaborado guías de aves y otras publicaciones asociadas (Vargas et al., 2016; CEAZA, 2016a), representando un avance importante para la conservación en el humedal. A esta condición se suma la concesión del humedal entregada a CEAZA por el Ministerio de Bienes Nacionales y la generación de un sendero interpretativo que constituiría un aporte al turismo (CEAZA, 2016b; CEAZA, 2016c). Cabe señalar que el humedal posee una gran diversidad de aves, por lo que iniciativas como las desarrolladas por el movimiento de ciencia ciudadana podría ser un medio efectivo para involucrar a los actores sociales en los procesos de conservación y valoración del entorno. De igual forma se analiza la idea de la conversión del humedal en una sala de clases al aire libre (Ministerio del Medio Ambiente, 2017c), como también la solicitud generada por diputados a fin de ejecutar planes de conservación del estero El Culebrón (Cámara de Diputados, 2016) o el reciente dictamen de una ordenanza municipal al respecto (Municipalidad de Coquimbo, 2018). En esta línea, se puede considerar lo planteado por Menceyra (2016) quien planteó la posibilidad de realizar un observatorio natural en el sector para generar un polo de conservación y turismo.
Un elemento fundamental que emerge en los escenarios tiene que ver con la necesidad de conocer los humedales, a fin de poder conservarlos y entender su valor. En este ámbito, Lee (2016) refiere que estos entornos son cada vez más destruidos, y un factor contributivo principal es la falta del conocimiento de su importancia, unido a lo anterior otros autores han referido que instar a las personas a participar en la restauración de los humedales es importante para diseñar programas de restauración más efectivos y eficientes (Wei, Guan y Zhu, 2016). Finalmente, Larson, Heintzman, Titus & Zhu (2016) han reseñado que el mayor conocimiento de estos ecosistemas urbanos conduciría a una restauración más exitosa, unido a la generación de proyectos. En este ámbito se plantea que aún se estaría a tiempo de controlar y revertir la destrucción de los humedales costeros, siendo fundamental para ello la participación de los ciudadanos y el respaldo de la comunidad científica (Vargas, Pastén, Cortez y Nuñez, 2016).
En síntesis, en función de los resultados y considerando la revisión de la literatura, el panorama del humedal El Culebrón es más bien incierto, no obstante, existen voluntades a nivel institucional por parte de organizaciones científicas, miembros de la sociedad civil (ONG) y algunos actores políticos interesados en la preservación de este ecosistema; en el caso de concretarse ciertas iniciativas y articularse una política nacional integral, vinculada a la conservación, preservación y restauración de estos entornos, y que –por sobre todo– sea compartida por todos los actores sociales, el panorama podría ser positivo. Un aspecto pendiente se vincula al eje de educación ambiental en el sentido de la necesidad de generar un cambio de conciencia social de todos los actores involucrados a nivel transgeneracional; en este sentido, el valorar estos entornos naturales debiera ir aparejado a la premisa de “conocer para conservar”.
En términos de las implicancias pedagógicas, de acuerdo con la evaluación posterior a la experiencia realizada con los estudiantes, se habrían producido cambios en la percepción donde los estudiantes fueron capaces de describir el humedal como un entorno vivo, acercándose a su complejidad y sus múltiples funciones. Así se generaron reflexiones, lo cual permitió describir el humedal ya no como “lugar para dejar basura” “poza de agua” sino como un “ecosistema importante”. Debe también destacarse que dicho cambio se facilitó gracias a la metodología interdisciplinaria y participativa utilizada en atención a que estos enfoques permiten un acercamiento integral al entorno natural, en el sentido que hacen posible no solo visualizar el humedal desde una óptica biológica o social sino también como un entorno con un alto flujo humano y natural que se inserta en un contexto geográfico y temporal. De este modo, un aspecto fundamental para la conservación de los humedales se vincula a divulgar la importancia de estos ecosistemas y facilitar el acercamiento de la sociedad civil al entorno natural; en palabras de Rivera, Quiroz y Arancibia (2009) “solo el acercar la naturaleza a las personas podrá generar un sentido de pertenencia, entiendo a este humedal urbano como propio y como legado histórico y natural de la ciudad” (p. 13). Finalmente, es importante destacar la utilidad de los humedales como entornos educativos, en el sentido que se constituyen como espacios abiertos al alcance de todos, tal como lo plantea Papapanagou et al. (2005) estos entornos proporcionan una oportunidad para que los profesores involucren a los estudiantes en temas importantes de biología ambiental y/o ecología. Finalmente, en una era de cambio ambiental global, los estudiantes se encuentran de mejor forma para comprender los problemas ambientales y desarrollar el conocimiento y las habilidades para ayudar a mitigar o resolver la situación de estos ecosistemas (Liu, 2017)
Los autores agradecen a la Institución Educativa Francis School, quien entregó las facilidades para realizar la experiencia educativa, diseminación de los resultados y elaboración del manuscrito. Específicamente se agradece a los estudiantes de tercer año medio del electivo “Evolución, Ecología y Ambiente” año 2017, quienes, con su trabajo y esfuerzo, realizaron contribuciones esenciales en la realización de la experiencia educativa y posterior investigación: Francisca Aguirre, Carolina Álvarez, Catalina Carretta, Javiera Fernández, Carol Jopia, Aracely Aldana, Gabriela Calcagno, Valentina Herrera, Mauricio Ocaranza, Renata Rodríguez, Katherine Tapia, Felipe Valdivia, Gabriela Vilches, Camila Villegas, Anais Zambra, Millaray Araya, Belén Betancourt, Valentina Delgado, Isidora Eade, Amanda Mauad, Beatriz Mauad, María Ignacia Olivares, Matías Pérez, Monserrat Pérez, Anita Rivera, Alannis Trejos y Natalia Díaz.





