Artículos
Magnitud y selectividad de la migración de retorno en Uruguay (1986-2015)
Magnitude and selectivity of return migration in Uruguay (1986-2015)
Magnitud y selectividad de la migración de retorno en Uruguay (1986-2015)
Revista Latinoamericana de Población, vol. 10, núm. 18, pp. 107-133, 2016
Asociación Latinoamericana de Población

Recepción: 18 Marzo 2016
Aprobación: 13 Junio 2016
Resumen: El artículo se centra en describir la intensidad y la selectividad por edad, sexo y nivel educativo de la migración internacional de retorno en el Uruguay reciente, desde los principales países de emigración: España, Estados Unidos, Argentina y Brasil. Entre las conclusiones se destaca que la magnitud de la migración de retorno ha alcanzado su máximo nivel histórico en 2011, ligeramente por encima de la observada luego del fin de la última dictadura militar, aunque, en términos de intensidad, la propensión al retorno de los emigrados observada en el período 2010-2015 sería ligeramente inferior a la estimada para el período 1991-1996. También se constata la disminución de la magnitud de los flujos de retorno en el final del período —entre 2013 y 2015— y la selectividad del fenómeno, más importante entre los varones y la población en edades activas entre 25 y 34 años. Respecto al nivel educativo se encuentra un patrón de selectividad negativa entre los retornados procedentes de Estados Unidos y positiva entre quienes regresan desde Argentina.
Palabras clave: Migración de retorno, Intensidad, Selectividad, Uruguay.
Abstract: The primary objective of the article is to describe the intensity and selectivity by sex, age and educational attainment of international return migration in Uruguay, from the leading countries of emigration: Spain, United States, Argentina, and Brazil. Between the conclusions stands that the magnitude of return migration reached its highest level ever in 2011, slightly above the observed after the end of the last military dictatorship, although concerning intensity, the propensity to return of emigrants found in the period 2010-2015 would be slightly lower than that estimated for the period 1991-1996. Another result is the decreasing magnitude of return flows at the end of the period -between 2013 and 2015- and selectivity of the phenomenon, most significant among males and the active population aged between 25 and 34 years. Regarding educational attainment, a pattern of negative selectivity is found among the returnees from the United States and positive among those returning from Argentina.
Keywords: Return migration, Intensity, Selectivity, Uruguay.
Introducción
La migración internacional de retorno es un tema que ha adquirido un creciente interés en los últimos años, a escala nacional e internacional. En el contexto de recesión económica que han experimentado los países desarrollados, acompañado de un endurecimiento de las políticas migratorias y de la implementación de programas que incentivan el retorno, se han intensificado los flujos de retorno hacia la región latinoamericana, particularmente entre los migrantes que residían en España, donde la crisis afectó severamente al empleo (Cerrutti y Maguid, 2014; Recaño y Jáuregui, 2014; Prieto, Pellegrino y Koolhaas, 2015). De todos modos, ni siquiera en el país ibérico se ha verificado una salida masiva de extranjeros con destino a los países de origen (Cerrutti y Maguid, 2014; Martínez, Cano y Soffia, 2014; Recaño y Jáuregui, 2014; Domingo y Sabater, 2013).
En Uruguay el tema ha adquirido un peso significativo en la agenda pública en los últimos años, asociado a una creciente preocupación por los temas demográficos, en el marco de un perfil de país con transición demográfica muy avanzada. Desde el gobierno nacional se han hecho esfuerzos por alentar el retorno y apoyar la reinserción de los retornantes,2 al tiempo que parte de la población retornada se ha organizado para actuar colectivamente en reclamo de la eliminación de obstáculos que dificultan su reinserción social y económica.3
Asimismo, el retorno ha sido señalado como el principal componente explicativo de los saldos migratorios positivos observados a partir de 2009 en Uruguay y ha contribuido a explicar que la población residente estimada con base en los resultados del censo de 2011 superara a la cifra proyectada por el Instituto Nacional de Estadística (ine) luego del recuento poblacional de 2004 (Koolhaas y Nathan, 2013; ine, 2012).4
Sin embargo, es escaso el conocimiento sobre cuestiones elementales de este fenómeno, como su magnitud y selectividad, en diferentes contextos históricos. El propósito de este artículo es estudiar la dinámica de la migración internacional de retorno a lo largo de las últimas tres décadas en Uruguay, en términos de su magnitud e intensidad por sexo, edad y nivel educativo. El estudio se plantea las siguientes preguntas: ¿cómo ha evolucionado la magnitud de la migración de retorno en las tres últimas décadas y en particular desde que se inició la crisis económica internacional?, ¿cuándo ha sido más intenso el retorno y qué diferencias en su intensidad se verifican entre los principales países receptores de la emigración uruguaya?, ¿quiénes son más propensos a retornar?
Para estimar la intensidad de la migración de retorno se calculan indicadores que relacionan la población uruguaya retornada en un período determinado con el stock de emigrados en una fecha inicial. Con este propósito se utilizan fuentes estadísticas transversales de diversa procedencia: censos y encuestas de hogares levantadas en Uruguay, muestras de microdatos censales de los cuatro principales países de destino de la emigración uruguaya (Argentina, Brasil, España y Estados Unidos), estimaciones de stock de emigrados uruguayos por sexo y país de destino elaboradas por la Organización de las Naciones Unidas (onu) y estimaciones de población realizadas por el Instituto Nacional de Estadística (ine) de España con base en registros administrativos (Padrón Municipal Continuo).
Entre las principales contribuciones de este artículo al estudio de la migración internacional de retorno en Uruguay deben destacarse al menos dos. En primer lugar, se aporta nueva evidencia sobre la evolución de la magnitud del retorno utilizando una fuente de información continua (Encuesta Continua de Hogares, ech), desde la perspectiva del país de retorno. En segundo lugar, se examina la selectividad del retorno de uruguayos por sexo, edad y nivel educativo respecto a la emigración, considerando los cuatro principales países de destino.
El presente artículo se estructura en seis secciones. Luego de esta introducción se presentan los principales antecedentes en el estudio del tema. Seguidamente, se describe el contexto económico y de la migración internacional en Uruguay y los países principales de emigración en el período bajo estudio. En la cuarta sección se presentan la metodología y las fuentes de información empleadas, y, en la quinta, se analizan la intensidad y la selectividad por sexo, edad y nivel educativo de la migración de retorno. Finalmente, se discuten los principales resultados en el marco de las contribuciones a la literatura especializada.
Antecedentes
La migración de retorno es un asunto implícitamente presente en el origen de los estudios migratorios y ha sido estudiado desde perspectivas teóricas como la economía neoclásica, la nueva economía de la migración laboral, el estructuralismo, el transnacionalismo y la teoría de las redes sociales (Cassarino, 2004).5 Con la emergencia de la crisis económica internacional alrededor de 2007 y la percepción generalizada de que ha sido un fenómeno que ha aumentado su intensidad, se ha renovado e incrementado el interés de los estudiosos por poner empíricamente a prueba las distintas teorías involucradas en las explicaciones de la migración de retorno.
Todas estas contribuciones se han centrado, principalmente, en los determinantes micro de la decisión del retorno o en la reinserción de los retornados en las sociedades de origen, o a medio camino de las sociedades de origen y destino. Sin embargo, como se ha dicho, son escasos los trabajos que se ocupan de analizar la magnitud, intensidad y selectividad del retorno. A continuación se reseñan algunos de los pocos trabajos que se centran en estos aspectos y que constituyen antecedentes inmediatos de investigación para este artículo.
Un estudio empírico pionero en elaborar estimaciones de la magnitud del retorno para varios países del mundo a partir de fuentes censales (ronda 2000), registros y encuestas de población activa de países europeos y de Estados Unidos es el de Dumont y Spielgovel (2008), quienes encuentran que una proporción importante de los inmigrantes (entre un 20% y un 50%) abandonan el país de destino a los cinco años de haber arribado. Dicho estudio incluye información censal de cinco países latinoamericanos —Argentina, Brasil, Costa Rica, Chile y México— que permite corroborar que el retorno desde Estados Unidos y España del período 1995-2000 hacia esos países, con excepción de Brasil, no mostraba diferencias sustantivas en la intensidad por sexo, pero sí por grupos de edad y nivel educativo, siendo mayor entre jóvenes y retirados, y entre los menos y los más educados.
De forma similar, Dustmann y Weiss (2007) encuentran que las migraciones temporarias son frecuentes en el Reino Unido, dado que estiman que luego del primer año de arribo un 40% de los varones y un 55% de las mujeres inmigrantes abandonan el país cinco años después.
Los estudios dedicados al análisis de las tendencias de la migración de retorno latinoamericana y su selectividad también se han incrementado sustantivamente en los últimos años, aprovechando los avances de los sistemas estadísticos en migración internacional de Estados Unidos y de España, y la realización de los censos de población correspondientes a la ronda 2010 en varios países latinoamericanos.
Un estudio comparativo que utiliza datos censales de la ronda 2010 para indagar, con referencia al período 2005-2006 y 2010-2011, la intensidad y la selectividad del retorno desde España y Estados Unidos hacia cinco países latinoamericanos (Brasil, Ecuador, México, República Dominicana y Uruguay), constata que la intensidad del retorno procedente del país ibérico supera al procedente de Estados Unidos en todos los casos (Prieto, Pellegrino y Koolhaas, 2015). La mayor intensidad del retorno reciente desde España se explica allí por cuatro factores: 1) la rigidez de la política migratoria estadounidense, que incrementa el costo de reemigración hacia este país para los retornados; 2) el carácter más reciente de la inmigración latinoamericana en España; 3) la mayor agudeza de la crisis sobre el mercado de trabajo español, y 4) las políticas de estímulo al retorno promovidas por el gobierno español.
El mismo estudio indaga en la selectividad del retorno y encuentra una mayor intensidad de retorno de varones y que los migrantes latinoamericanos procedentes de Estados Unidos tienden a concentrarse en edades un poco mayores que los procedentes de España. Por un lado, los autores sostienen que ello refuerza la hipótesis de que los retornos procedentes del país ibérico responden en menor proporción a una estrategia planificada y, por otro, se explica porque la estructura de edades de los emigrados en Estados Unidos está más envejecida que la encontrada en España debido a la mayor antigüedad del stock de residentes latinoamericanos en dicho país.
La información extraída de las bajas del padrón municipal de habitantes en España ha permitido la elaboración de varios estudios que analizan las tendencias recientes de los flujos de emigración exterior de población inmigrante en el país ibérico,6 en los que se destacan al menos cuatro hallazgos: 1) la propensión a abandonar España por parte de los inmigrantes se asocia a una menor antigüedad de residencia en el país ibérico (Cerrutti y Maguid, 2014; Recaño y Jaúregui, 2014); 2) si bien se desconoce el país de destino de la mayoría de flujos de emigración exterior de inmigrantes en España, si se consideran los destinos conocidos, se aprecia un amplio predominio de la opción del retorno frente a la reemigración a terceros países (Larramona, 2013; Recaño y Jáuregui, 2014); 3) se identifica una mayor probabilidad de retorno en las edades de retiro, después de los 65 años (Larramona, 2013; Recaño y Jaúregui, 2014); 4) la población masculina es más propensa a retornar que la femenina (Cerrutti y Maguid, 2014; Recaño y Jáuregui, 2014).
Con relación a la selectividad del retorno por nivel educativo, los estudios han identificado evidencias mixtas. Un trabajo pionero de Borjas y Bratsberg (1996) basado en estimaciones indirectas de flujos de salida de extranjeros en Estados Unidos en la década del ochenta encontró que los retornados estaban negativamente seleccionados en los casos en que la emigración (o inmigración desde la perspectiva del país de acogida) es seleccionada positivamente y, viceversa, el retorno es positivamente seleccionado respecto a los emigrantes cuando la emigración es negativamente seleccionada respecto a los no migrantes.
Prieto, Pellegrino y Koolhaas (2015) identifican tres patrones diferenciados según la dirección de los flujos migratorios para algunos de los países de la región: un patrón de selectividad positiva (que alude a una mayor propensión al retorno entre los más educados), uno de selectividad negativa (refiere al predominio de los menos educados entre los retornados) y otro de selectividad polarizada, que indica un retorno significativo de los menos y los más educados. Este último patrón es el más común entre los países analizados. No obstante, el estudio encontró que los retornados uruguayos varones se seleccionan negativamente entre los emigrados tanto en España como en Estados Unidos, mientras que en el caso de las mujeres uruguayas retornadas se verificó un patrón de selectividad negativa en el primer caso y uno de selectividad polarizada en el segundo.
En sintonía con el patrón de selectividad polarizada identificado en términos generales por Prieto, Pellegrino y Koolhaas (2015) para el retorno de latinoamericanos, estudios recientes enfocados en los países de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (ocde) encuentran una mayor propensión a retornar en los primeros cinco años de estadía en el exterior de los migrantes de ingresos bajos y altos (Bijwaard y Wahba, 2013; Bijwaard, 2015).
En suma, la literatura internacional ha identificado patrones heterogéneos en la dinámica de la migración de retorno, que varían de acuerdo a los diferentes contextos geográficos y temporales. En términos generales, puede decirse que hay resultados mixtos que sugieren que las distintas teorías explicativas de la migración de retorno son parcialmente complementarias, en la medida en que las motivaciones y los perfiles de los retornados son diversos. De todos modos, en el marco de la reciente crisis económica internacional, hay un consenso en cuanto a que la migración de retorno de latinoamericanos ha aumentado moderadamente su intensidad con respecto al período anterior a la crisis y ha modificado su perfil, con una reducción de los movimientos de retorno planificados y un incremento de la intensidad de retorno de los migrantes menos educados y con menos ingresos.
La literatura nacional sobre migración de retorno era prácticamente inexistente hasta el último quinquenio. El único antecedente en el siglo xx se encuentra a fines de los ochenta, en el contexto de los flujos de retorno producidos por la restauración democrática. Se trata de un estudio a partir de la Encuesta de Migración Internacional de 1982 y el cálculo de indicadores de razón que relacionan las proporciones de población retornada con la población emigrada. Este estudio identificó así una mayor propensión al retorno de los emigrados en Argentina de los que tienen educación técnica y los ocupados en empleos gerenciales (Aguiar, Longhi y Méndez, 1990).
Más recientemente, en el marco de un interés creciente por el tema, fueron elaborados estudios descriptivos a partir de la información de encuestas de hogares. Estos presentan información estadística sobre el perfil demográfico y socioeconómico de los migrantes de retorno, en un análisis comparado respecto a la población nativa sin experiencia migratoria (Macadar y Pellegrino, 2007; Koolhaas, 2012; Koolhaas y Nathan, 2013).7 Estos estudios han encontrado que la magnitud del retorno es considerable, que su perfil está muy asociado al de la emigración, y que los retornados tienen un mayor nivel educativo que la población residente y se concentran en edades activas pero con una media de edad superior a la de los emigrantes, dado que el retorno está precedido por la emigración. Ahora bien, ninguno de los estudios anteriores hizo estimaciones de la intensidad del retorno y sus diferencias por sexo, edad, nivel educativo y país de procedencia. La única investigación que se aproximó a ello es comparativa y se basa en datos censales que refieren al quinquenio 2006-2011, período para el que se estima la intensidad del retorno por sexo desde España y desde Estados Unidos (Prieto, Pellegrino y Koolhaas, 2015).
Contexto económico y migratorio, en Uruguay y en los principales países de destino de su emigración
A partir de mediados de la década del sesenta, Uruguay dejó de ser un país de inmigración para convertirse en un país de emigración. Los flujos de emigrantes se dirigieron históricamente en una alta proporción hacia los países limítrofes, principalmente Argentina. Las salidas de población por ese entonces también se orientaron hacia los países industrializados, entre las que destacan por su magnitud los flujos hacia Estados Unidos y, posteriormente, Australia y Canadá (Macadar y Pellegrino, 2007). La crisis económica vino acompañada luego de una crisis social y política que desembocó en el quiebre de la democracia en 1973, que condujo a un período dictatorial que se extendió hasta 1985. En este marco, el período histórico de mayor emigración se experimentó a mediados de la década del setenta, en pleno auge del exilio político, acompañado de un contexto económico negativo. El retorno verificado en el período de la restauración democrática no permitió revertir el saldo migratorio negativo. A partir del año 2000 se activó una grave crisis económica y nuevamente la emigración fue un recurso al que acudió la población para intentar paliar sus problemas de empleo. En este contexto los flujos emigratorios se reorientaron hacia Estados Unidos y España. A partir de 2009 se verifica una reversión de las tendencias migratorias vigentes desde la década del sesenta, fruto de un doble proceso de disminución de las corrientes emigratorias y de un aumento de los flujos de retorno (Koolhaas y Nathan, 2013).
A partir de 2004 Uruguay recuperó la senda del crecimiento económico sostenido hasta alcanzar una década de ininterrumpido crecimiento, con tasas superiores a la media histórica de las cinco últimas décadas del siglo xx (Amarante, Arim y Yapor, 2015: 273). En efecto, el producto interno bruto (pib) y el empleo en Uruguay siguieron desde 2004 hasta 2014 una tendencia favorable, acompañada por una disminución de los saldos migratorios negativos.
La reversión del saldo migratorio negativo observada en Uruguay a partir de 2009 responde también a factores expulsores asociados a los países de emigración. Tanto para España como para Estados Unidos se ha documentado ampliamente que la crisis económica iniciada a fines de 2007 ha afectado con mayor intensidad el empleo de la población inmigrante8 y existe consenso en que esta es la principal causa del precipitado retorno procedente de Estados Unidos y España desde 2008 en adelante. En el caso del país ibérico, el principal país de procedencia de los flujos recientes de retornados uruguayos, la crisis afectó diferencialmente a ciertos sectores de actividad; en particular, al sector de la construcción (Domingo y Sabater, 2013). A partir de la emergencia de la crisis, el mercado laboral español se fue tornando más envejecido, más femenino, con mayor nivel de estudios, con más autoempleo y con un mayor peso del sector terciario (Aja, Arango y Oliver Alonso, 2013).
La evolución media de las remuneraciones al trabajo ha seguido una tendencia creciente en Uruguay a partir de 2005 y recuperó los niveles anteriores a la caída recién alrededor de 2010. La desigualdad de ingresos siguió una tendencia descendente que se explica fundamentalmente por el descenso de los diferenciales de ingreso por nivel educativo, en sintonía con lo ocurrido en varios países de la región. En particular, se verifica que entre 2006 y 2013 han descendido los retornos salariales en los niveles de instrucción con secundaria completa o terciaria incompleta (Amarante, Arim y Yapor, 2015: 263).
Argentina y Brasil, por su parte, han seguido, en la primera década del siglo xxi, una tendencia similar en materia de descenso de la desigualdad de ingresos, partiendo de un nivel parecido a Uruguay en el primer caso y de un nivel de mayor desigualdad en el segundo. La evolución de la prima salarial por nivel de calificación muestra también un descenso considerable en ambos países, particularmente intenso en Brasil a partir de 2006 (Gaspariniet al., 2011). Sin embargo, mientras que en Estados Unidos no se modificó significativamente la tendencia a registrar un nivel de desigualdad de ingresos alto en el contexto de los países desarrollados, en España a partir de la crisis se verificó un crecimiento de la desigualdad de ingresos, que partían de un nivel de desigualdad más bajo que el país norteamericano (ocde, 2011).9
Entre los factores que también podrían enumerarse como posibles determinantes del retorno han de tenerse en cuenta las iniciativas de orden político de los países de procedencia y del propio Uruguay. Luego del surgimiento de la crisis económica internacional alrededor de 2008, y en el marco de una grave situación de su mercado de trabajo, España ha implementado, con el apoyo de la Unión Europea, diversos programas que se proponen fomentar el retorno de la población extranjera a sus países de origen, dirigidos fundamentalmente a atender la situación de los inmigrantes más vulnerables, con el objetivo de reducir el número de personas desempleadas en el mercado de trabajo (Córdova Alcaraz, 2015).10
En cambio, en Estados Unidos no se implementaron programas de retorno voluntario como los del gobierno español. Incluso, los estudios focalizados en el análisis de la dinámica migratoria entre México y Estados Unidos han puesto de manifiesto que con la crisis reciente la política migratoria estadounidense se ha endurecido aún más y como consecuencia han crecido las deportaciones de migrantes (Jardón, 2014; Isacson y Meyer, 2012).
La oficina de la Organización Internacional para las Migraciones (oim) en Uruguay también financió —y financia— el retorno voluntario de nacionales uruguayos radicados en el exterior, independientemente del país de residencia, en el marco de su Programa de Asistencia en el Traslado. En particular, dicho programa facilita la movilización de personas dándoles la posibilidad de acceder a descuentos en el valor comercial de pasajes aéreos y, además, pone a disposición otros servicios como la extensión del beneficio a los familiares directos y beneficios derivados de convenios con algunas líneas aéreas.11
En materia de política migratoria uruguaya, los primeros antecedentes de programas de retorno gubernamentales se verificaron durante la primera administración de gobierno posdictadura (1985-1990), en un contexto en el que el exilio político había alcanzado magnitudes importantes. No obstante, las políticas migratorias en general y las iniciativas concretas dirigidas a emigrantes estuvieron generalmente ausentes durante los gobiernos democráticos sucesivos, hasta la llegada al gobierno del Frente Amplio en 2005. Durante las presidencias de Tabaré Vázquez (2005-2010) y de José Mujica (2010-2015) se registraron importantes avances en materia normativa e institucional, entre las que se destaca la aprobación, en enero de 2008, de la ley de Migración (n.º 18.250),12 que otorga franquicias a los retornantes13y crea una Oficina de Retorno y Bienvenida cuyos cometidos principales son la creación de mejores condiciones y estímulos para el retorno de los uruguayos residentes en el exterior y la facilitación de su reinserción social.14
Métodos y fuentes de datos
Para estimar la evolución de la magnitud de la migración de retorno en Uruguay se recurrió a las sucesivas ediciones anuales de la ech levantadas por el ine entre 1986 y 2015 (con excepción de los años 2001 a 2005). La ech es una encuesta de propósitos múltiples relevada por el ine en los hogares particulares uruguayos de forma ininterrumpida desde 1981. Hasta 2005 era representativa de la población urbana residente en localidades de 5000 y más habitantes, pero desde 2006 es representativa de toda la población del país residente en hogares particulares (incluyendo las pequeñas localidades urbanas y las áreas rurales). El tamaño de la muestra de la ech determina la posibilidad de realizar estimaciones con un bajo margen de error. En efecto, desde 2007 aproximadamente un 4% de los hogares uruguayos son encuestados anualmente (aproximadamente 144.000 personas y 50.000 hogares). En las sucesivas ediciones de la ech se incluyeron interrogantes que apuntan a identificar el tiempo de residencia en el país de los migrantes y que permiten, por ende, clasificarlos según dicha condición. Con base en la ech se define a un retornante reciente como una persona nacida en Uruguay que residió en el exterior y ha vuelto a fijar residencia en el país hace no más de cinco años.
La medición de la intensidad del retorno requiere relacionar la población retornada con la población expuesta al riesgo de experimentar dicho evento migratorio. Dicha tarea no es sencilla pues requiere el uso de diversas fuentes (de países de emigración y del país de retorno) que deben coincidir en una fecha de referencia. Se sigue aquí la metodología empleada por Prieto, Pellegrino y Koolhaas (2015), según la cual se estiman razones de retorno (como indicador proxy de tasas) que relacionan a la población retornada residente en el año t en Uruguay y que x años antes residía en un país e (Argentina, Brasil, España o Estados Unidos), con la población emigrada que residía en el país e en t-x. El indicador relaciona en el numerador a la población captada en el censo o ech como retornada, con un denominador que identifica a la población nacida en Uruguay residente en el exterior cinco o un año atrás de la fecha del censo o ech. Se utilizan de forma alternativa dos intervalos temporales para estimar las tasas de retorno, en períodos quinquenales (2010-2015, 2005-2010 o 1991-1996) o bienales (2010-2011).
La estimación del número de retornados por grupos de edad y nivel educativo según países de procedencia, para el cálculo de las diferencias de intensidad del retorno según dichos atributos, se hace a partir del censo de 2011 de Uruguay antes que de la ECH de 2015, dado el carácter universal de los censos y los problemas de representatividad estadística típicos de las encuestas.
| Indicador | Numerador | Denominador | Desagregación por sexo, edad, nivel educativo y país de procedencia |
| Tasa de retorno a Uruguay, 2010-2015 | Retornados encuestados en ech 2015, que en 2010 vivían en el exterior o que tienen menos de seis años de residencia ininterrumpida en Uruguay (ine) | Población nacida en Uruguay residente en 2010 en Argentina, Brasil, Estados Unidos (ipums International) o España (Cifras de Población, ine España) | Por sexo y país de procedencia |
| Tasa de retorno a Uruguay corregida por emigración reciente, 2010-2015 | Población nacida en Uruguay residente en 2010 en Argentina, Brasil o Estados Unidos, o en 2011 en España (ipums International), con menos de diez años de residencia | ||
| Tasa de retorno a Uruguay, 2010-2011 | Retornados censados en 2011, que tienen menos de dos años de residencia ininterrumpida en Uruguay (ine) | Población nacida en Uruguay, censos 2010 de Argentina, Brasil y Estados Unidos, censo 2011 de España* (ipums International), Cifras de Población España (ine España) | Por sexo y país de procedencia |
| Por grupo de edad** y país de procedencia | |||
| Por nivel educativo y país de procedencia | |||
| Tasa de retorno a Uruguay, 2005-2010 | Retornados censados en 2011 que tienen entre uno y seis años de residencia en Uruguay (se excluye a quienes tienen menos de un año de residencia ininterrumpida en Uruguay) (ine) | Estimaciones de stock de emigrados uruguayos residentes en todo el mundo, Argentina, Brasil, España y Estados Unidos, a mediados de 2005 (onu, World Migration Stock, 2015 Revision) | Por sexo y país de procedencia |
| Tasa de retorno a Uruguay, 1991-1996 | Retornados censados en 1996 (ipums International) | Estimaciones de stock de emigrados uruguayos residentes en todo el mundo, Argentina, Brasil, España y Estados Unidos, a mediados de 1990 (onu, World Migration Stock, 2015 Revision) | Por sexo y país de procedencia |
(*) Se recurre al censo de 2011 de España para obtener la distribución de la población emigrada por nivel educativo, no disponible en las Cifras de Población elaboradas a partir del Padrón Municipal Continuo.
(**) En el numerador la edad de los retornados se estima con referencia al año 2010, restando un año a la edad declarada a la fecha del censo.Fuente: elaboración propia
Fuente: elaboración propia(*) (*) Se recurre al censo de 2011 de España para obtener la distribución de la población emigrada por nivel educativo, no disponible en las Cifras de Población elaboradas a partir del Padrón Municipal Continuo.(**) (**) En el numerador la edad de los retornados se estima con referencia al año 2010, restando un año a la edad declarada a la fecha del censo.Con el fin de aislar al menos de forma parcial el efecto del tiempo de asentamiento en el país de destino sobre la propensión al retorno, se recurre a un indicador alternativo que tiene como denominador a la población con menos de diez años de residencia en el país de emigración, identificada por la pregunta sobre su año de llegada (Argentina, Brasil y Estados Unidos) o el lugar de residencia diez años antes de la fecha del censo (España). De este modo, se adopta el supuesto de que los flujos de retorno se producen durante la primera década de asentamiento en el exterior, permitiendo así una mejor comparación de las propensiones al retorno entre países de emigración con diferentes composiciones de emigrados según año de llegada. El esquema 1 resume los indicadores elaborados y las fuentes utilizadas.
Una limitación derivada del uso de censos de población para estimar la magnitud de la población retornada y emigrada es que se encuentran expuestos a diferentes errores de cobertura que pueden afectar las estimaciones realizadas. De todos modos, los niveles de cobertura estimados para los censos de población de Uruguay han sido relativamente bajos en el contexto latinoamericano: en todos los casos inferiores al 5% de omisión respecto a la población estimada o censada (Tacla, 2006). Si bien el censo de 2011 presenta un nivel de cobertura levemente inferior a los anteriores, registra un nivel de omisión aceptable, estimado en el 4,1% de la población censada (INE, 2012). Si bien no se conocen evaluaciones similares de los censos realizados en países de destino, también se recurre a estimaciones de población emigrada nacida en Uruguay elaboradas por la ONU (United Nations, 2015), información que se encuentra disponible desagregada por sexo, desde 1990 hasta 2015 en intervalos quinquenales.
Resultados
La información que surge de la explotación de las ediciones anuales de las respectivas ech permite identificar que la magnitud de la migración de retorno verificada recientemente, luego de la emergencia de la crisis económica internacional, es superior a la estimada para el período de la restauración democrática (fines de los ochenta del siglo xx). En el gráfico 1 se puede apreciar que la proporción de retornados recientes identificada en los años 2011 y 2012 es la más alta de toda la serie, superando ligeramente a los valores encontrados para los primeros años de la restauración democrática, caracterizados por el retorno de un importante número de exiliados políticos. En particular, la mayor proporción de retornados recientes en el período de la restauración democrática se encuentra en el año 1991 (0,85% de la población de ese año retorna entre 1986 y 1991), mientras que el valor máximo del período reciente y de toda la serie se aprecia en 2011 (1,01%). En dicho gráfico se puede observar también que el período 1993-2000 se caracterizó por registrar la menor magnitud de migrantes de retorno recientes, respecto a la población residente en el país. A partir de 2013 se verifica una ligera disminución en la magnitud del retorno, que alcanza en 2015 una proporción similar a la estimada para 1991.
El número máximo de retornados recientes captado por una encuesta se alcanza en las ediciones 2011 y 2012 de la ech, en las que se estima una cantidad de retornados recientes cercana a los 32000, mientras que el mínimo se verifica en la ech 1999, con 11000 personas retornadas. Si se considera el período 2006-2015, donde la ech tiene representatividad nacional, el flujo estimado de retornados por año a partir de la identificación de retornantes recientes varía entre 4000 y 6000 personas, cifra que surge de dividir los 32000 retornantes recientes estimados por la ech de 2011 (regresados entre 2006 y 2011) o las 20000 personas retornadas identificadas por la ech de 2007 (regresadas entre 2002 y 2007) (véase la tabla iv en anexo).
La evolución de la distribución de los retornantes recientes por país de procedencia presentada en el gráfico 2 refleja a grandes rasgos el cambio en la orientación de los flujos de emigrantes verificado a partir de los primeros años del siglo xxi, observable en la tabla 1 del anexo.15 Hasta el censo de 1996, los retornantes recientes procedentes de los dos países limítrofes alcanzaban a tener una participación mayor a la mitad del total de retornantes, y lógicamente el mayor peso relativo era el de los migrantes procedentes de Argentina. A partir de la Encuesta Nacional de Hogares Ampliada (enha) de 2006 en Uruguay, se aprecia un descenso considerable en el peso relativo de los retornados recientes procedentes de los países limítrofes y particularmente de Argentina. En la misma fecha, España y Estados Unidos pasaron a tener una participación similar a la del vecino país, en consonancia con un incremento considerable del stock de emigrados uruguayos verificado desde el año 2000 (véase gráfico I en anexo). En el primer caso, la proporción de retornados es creciente hasta la ech de 2013, cuando alcanza su mayor peso relativo (43% del total de retornados recientes), y con las ech de 2014 y de 2015 desciende dos puntos porcentuales. Sin embargo, en el caso de Estados Unidos, alcanza su máxima participación entre la enha de 2006 y la ech de 2008, y disminuye sostenidamente a partir del censo de 2011.

Fuente: elaborado a partir del procesamiento de las ech 1986-2000 y 2006-2015
Fuente: elaborado a partir del procesamiento de las ech 1986-2000 y 2006-2015La mayor participación de Estados Unidos como país de procedencia, verificada entre las ediciones 2006 y 2008 de la ech, puede explicarse al menos por dos factores. En primer lugar, en esos años todavía no había irrumpido la crisis económica internacional y, en segundo lugar, los atentados terroristas del 11 de setiembre de 2001 trajeron consigo un endurecimiento de la política migratoria estadounidense y una pérdida de atractivo como país receptor de migrantes para los uruguayos (Macadar y Pellegrino, 2007). En tercer lugar, dado que la literatura empírica sobre el retorno ha demostrado que una proporción muy considerable de los retornos ocurren dentro de los primeros cinco años de afincamiento en el país de destino (Dustmann y Weiss, 2007), es esperable que en el último quinquenio haya descendido la participación relativa de retornados procedentes desde Estados Unidos. Por la misma razón, es lógico suponer que los flujos de retorno desde España han descendido a partir de 2014, como parecen sugerir las dos ediciones más recientes de la ech.

Nota: por migrantes recientes se entiende a los llegados en los cinco años previos a cada censo
Fuente: elaborado a partir del procesamiento de microdatos respectivos (censos de 1975 a 1996 extraídos de ipums International)
Fuente: elaborado a partir del procesamiento de microdatos respectivos (censos de 1975 a 1996 extraídos de ipums International)Ahora bien, con independencia del peso relativo de cada país de procedencia en el total de retornantes recientes, importa conocer cómo ha evolucionado la magnitud de la migración de retorno según el país de residencia anterior. Nos concentraremos ahora en el período reciente con el propósito específico de analizar en qué medida creció el retorno desde Estados Unidos y España con la emergencia de la crisis alrededor del año 2008. Para ello, las fuentes disponibles en Uruguay nos permiten diferenciar claramente dos períodos: en primer lugar, uno anterior a la crisis internacional que es básicamente capturado en las ediciones de la ech entre 2006 y 2008, que identifican retornantes recientes llegados al país entre 2001 y 2008; en segundo lugar, el período de la crisis económica de los países desarrollados que es captado por el censo de 2011 y las ech de 2012 a 2015, que identifican retornantes recientes llegados a partir del año 2006.16 A partir de la evidencia recolectada se puede concluir que el crecimiento del stock de retornantes recientes observado en el último quinquenio se explica fundamentalmente por el incremento en el retorno procedente desde España. En cambio, la magnitud del retorno proveniente de los otros países (incluyendo a Argentina y Estados Unidos) se ha mantenido relativamente estable (véase tabla iv en el anexo).
Hasta aquí, la información estadística analizada sugiere que la migración de retorno ha seguido una tendencia de incremento sostenido desde 1999 hasta 2012, en consonancia con el aumento de los flujos de emigrados hacia España y, en menor medida, hacia Estados Unidos, experimentado al menos hasta fines de la primera década del siglo xxi. No obstante, interesa examinar si la intensidad del retorno reciente es superior a la verificada en la década del noventa, cuando el stock de emigrados uruguayos era numéricamente muy inferior, pues aún no había acontecido la última gran ola emigratoria observada en 2002-2003 (véase tabla I en el anexo).
Las tasas brutas de retorno estimadas para tres períodos diferentes arrojan como resultado que la propensión a retornar de los emigrados era ligeramente más elevada en 1991-1996 que en 2010-2015 (gráfico 3). Lo anterior se debe a que si bien el número absoluto de retornados recientes registrado por el censo de 1996 es menor al estimado con la ech 2015 (21.730 y 27.263 respectivamente), la población expuesta al evento del retorno era considerablemente inferior en 1990 respecto a 2010 (237.010 y 332.362 personas respectivamente según las estimaciones de la onu presentadas en anexo). En efecto, mientras el número de retornados recientes captados por el censo de 1996 era de 92‰ emigrados, la ech 2015 estimó una cantidad de migrantes de retorno recientes del orden de los 82‰ emigrados. Por su parte, el período 2005-2010, que engloba un contexto pre y poscrisis económica internacional (iniciada a fines de 2007), es el de menor propensión al retorno, afirmación que es válida para todos los países de destino principales de los emigrados uruguayos con la excepción de Estados Unidos. En el caso del país norteamericano, los indicadores estimados sugieren que, a la inversa de lo que ocurre respecto a España y los países limítrofes, la mayor propensión a retornar de los emigrados se verifica precisamente en el período 2005-2010.
Dicho fenómeno parece ser coherente con el endurecimiento de las políticas migratorias observado a partir de los atentados terroristas acontecidos el 11 de setiembre de 2001, pero se asocia sobre todo con la evolución de los indicadores de crecimiento económico y empleo. Mientras la salida a la crisis en el país norteamericano comenzó a partir de 2010, en España se prolongó varios años más, ya que la tasa de desempleo recién empezó a descender en 2014. Además, cabe destacar que en Estados Unidos la crisis tuvo una gravedad considerablemente menor que en España, tanto porque el pib se recuperó rápidamente de la caída experimentada en 2009 como porque la tasa de desempleo apenas alcanzó un nivel máximo de 9,7% de la población activa en 2010 (véase tabla iii en el anexo).
Otro aspecto que sobresale del gráfico 3 es la mayor propensión a retornar observada en los emigrados residentes en Brasil respecto a sus pares que viven en Argentina, rasgo que se mantiene en los tres contextos temporales observados. Una hipótesis plausible para explicar este fenómeno estructural consiste en las pautas de radicación de emigrados y retornados y en las diferencias entre las zonas fronterizas con los países limítrofes, que hacen que los flujos migratorios entre Brasil y Uruguay sean más asimilables a migraciones internas de corta distancia o a flujos de movilidad residencial entre ciudades fronterizas definidas en un mismo espacio de vida, en el sentido planteado por Courgeau (1974).17 En efecto, dos tercios de los emigrados uruguayos en Brasil viven en el estado fronterizo de Río Grande do Sul, cuando ese porcentaje respecto a la provincia argentina de Entre Ríos es de 4%.18 Asimismo, una mayor proporción de retornados procedentes de Brasil reside en departamentos fronterizos con el país limítrofe del cual proceden (29% versus 22% según la tabla II en el anexo).

Fuente: elaborado a partir del procesamiento de microdatos respectivos extraídos del ine y estimaciones de stock de emigrados publicadas por la onu (Revisión 2015)
Fuente: elaborado a partir del procesamiento de microdatos respectivos extraídos del ine y estimaciones de stock de emigrados publicadas por la onu (Revisión 2015)La evidencia recogida en este artículo vuelve a corroborar que el retorno selecciona positivamente a los varones, independientemente del país de procedencia y del contexto temporal. Como ha sido señalado en otro trabajo (Prieto, Pellegrino y Koolhaas, 2015: 68), dos hipótesis posibles para explicar dicho patrón son que las mujeres suelen ser más propensas a permanecer en el exterior cuando han formado familia o que los varones migran más en forma individual y retornan en la misma modalidad. Para avanzar en la comprensión de los mecanismos asociados a la mayor propensión masculina al retorno también sería preciso caracterizar en profundidad las ocupaciones de emigrados y retornados, pues otra hipótesis sugerida para explicar la mayor intensidad de retorno masculina es que los varones son más propensos a emplearse en sectores de actividad más afectados por los ciclos económicos (por ejemplo, la construcción), mientras que las mujeres suelen tener una inserción laboral pautada por una elevada participación en el servicio doméstico y en las tareas de cuidados de niños y ancianos (Cerrutti y Maguid, 2014).
Con el fin de aproximarse a aislar el efecto del tiempo de asentamiento en el exterior sobre la propensión al retorno durante el quinquenio reciente, se estimaron tasas corregidas en las que el denominador se restringe a los emigrantes recientes en lugar de los emigrantes absolutos. Una vez calculada la intensidad de retorno de los emigrados que llevan no más de un década de asentamiento en los países de destino, se encuentra que Brasil pasa a ser el país desde el cual se verifica una propensión a retornar a Uruguay más elevada, desplazando a España al segundo lugar, y acortándose considerablemente la brecha observada en la intensidad de retorno reciente entre el país ibérico y Estados Unidos19 (gráfico 4).

Nota: la tasa corregida no se puede estimar para Argentina porque la información del año de llegada de los migrantes no está disponible
Fuente: ech 2015 (retornados) y muestras de microdatos censales de ipums International (denominadores)
Fuente: ech 2015 (retornados) y muestras de microdatos censales de ipums International (denominadores)La estimación de la intensidad del retorno por grupos de edad parece descartar la hipótesis de una alta propensión al retorno en las edades asociadas al retiro laboral y, por el contrario, refuerza la idea de que las migraciones de retorno son más probables en edades activas centrales, en las que las tasas de actividad son más elevadas. La información presentada en el gráfico 5 sugiere una mayor propensión al retorno entre las personas de 25 a 34 años para los emigrados que residían en Brasil y en Estados Unidos.
La alta intensidad de retorno entre los menores de quince años puede asociarse tanto a un menor tiempo de asentamiento en los países de destino, ya que como máximo han arribado hace catorce años, como al hecho de que se trata de una migración de arrastre que se corresponde con una alta intensidad migratoria de adultos jóvenes y en edades centrales.
La comparación de las tasas de retorno por nivel de instrucción según el país de procedencia proporcionada por los datos censales de la ronda 2010 muestra que los retornados uruguayos tienden a encontrarse negativamente seleccionados respecto a los emigrados cuando han residido en Estados Unidos (gráfico 6). El caso del retorno desde Argentina constituye la situación opuesta, ya que se observa una mayor propensión al retorno en la población más educada. Hasta aquí, los resultados estarían en sintonía con los hallazgos de Borjas y Bratsberg (1996) sobre el retorno de inmigrantes en Estados Unidos durante la década del ochenta.

Fuente: Censo Uruguay 2011 (numeradores), Cifras de Población ine España 2010 y censos de Argentina, Brasil y Estados Unidos extraídos de ipums International (denominadores)
Fuente: Censo Uruguay 2011 (numeradores), Cifras de Población ine España 2010 y censos de Argentina, Brasil y Estados Unidos extraídos de ipums International (denominadores)Ahora bien, los casos de España y de Brasil se ubican en una posición intermedia: desde el país sudamericano la intensidad de retorno de los emigrados uruguayos tiende a ser más elevada en las personas de nivel educativo medio (con enseñanza secundaria culminada) y desde el país ibérico el patrón se asemeja a una forma polarizada, donde la mayor propensión al retorno se encuentra en los dos extremos de la distribución, aunque al igual que el retorno desde Argentina también podría calificarse como un caso de selectividad positiva por nivel de instrucción.
En cuanto a las diferencias por género en la propensión a retornar, un elemento que sobresale es que se verifica una mayor intensidad de retorno de mujeres entre las personas migrantes con estudios terciarios completos que han vivido en Brasil y en Estados Unidos. Estas son las únicas excepciones identificadas respecto al patrón general de una mayor propensión al retorno de la población masculina.
Si bien los resultados presentados en el gráfico 6 deben ser tomados con cautela en el sentido de que pueden estar afectados por diferentes composiciones por edad y tiempo de residencia en el exterior de las poblaciones estudiadas, el análisis de las diferencias en la propensión al retorno por nivel educativo según grupo de edad en el caso específico de España sugiere que al controlar por edad no se modifican significativamente los patrones antes descritos. En este caso, persiste un patrón de selectividad positiva o polarizada, en la que la mayor propensión al retorno se observa en la población con alto nivel de instrucción y la menor propensión se detecta entre los que tienen nivel educativo medio (gráfico I en el anexo).

Fuente: Censo Uruguay 2011 (numeradores), Cifras de Población ine España 2010 y censos de Argentina, Brasil y Estados Unidos extraídos de ipums International (denominadores)
Fuente: Censo Uruguay 2011 (numeradores), Cifras de Población ine España 2010 y censos de Argentina, Brasil y Estados Unidos extraídos de ipums International (denominadores)Resulta complejo ensayar hipótesis para explicar los diferentes patrones observados sin realizar un análisis profundo de las características de los mercados laborales de cada país, así como de las ocupaciones y sectores de actividad en los que se insertan los emigrados y los migrantes de retorno. De todos modos, se puede sugerir como una hipótesis plausible asociada a los resultados presentados en el gráfico anterior, la existencia de un efecto de los diferenciales de ingreso por nivel educativo entre países. En este sentido, enfocándonos en los dos casos extremos en los que la evidencia es más contundente, parece plausible afirmar que para los uruguayos calificados emigrados a Argentina el costo de oportunidad del retorno a Uruguay es menor que para sus pares residentes en Estados Unidos, país en el que la prima salarial a los más calificados se supone más elevada, lo que se relaciona a una alta inequidad salarial por nivel educativo (Gasparini et al., 2011; Hanusheket al., 2013, ocde, 2011).
Conclusiones
El presente artículo se propuso examinar las tendencias recientes en materia de la magnitud, intensidad y selectividad de la migración de retorno en Uruguay, valiéndose de fuentes recabadas tanto en países de procedencia como en el de retorno. Se pudo comprobar que la migración de retorno ha aumentado sostenidamente desde antes del comienzo de la reciente crisis económica internacional, y ha sido la de mayor magnitud de las últimas cuatro décadas, en términos relativos como absolutos.
Las fuentes estadísticas utilizadas coinciden en mostrar una tendencia de incremento de la migración de retorno hacia Uruguay en el período reciente (2006 en adelante). Resulta evidente que la principal fuerza impulsora de este fenómeno han sido los flujos de retorno desde España, país que se convirtió en el principal receptor de los flujos de emigrados uruguayos durante la última gran ola emigratoria verificada a comienzos del siglo xxi. Durante la última década, las corrientes migratorias entre España y Uruguay fueron modificando su signo a la par del cambio del contexto económico en ambos países. La crisis que emergió en España a fines de 2008, junto al bajo nivel de desempleo y el crecimiento económico que se verificó en Uruguay en el mismo período, creó un escenario propicio para el incremento de la intensidad de retorno de uruguayos. Este proceso fue similar en el resto de países sudamericanos que tienen a España como un destino de importancia para sus emigrados.
En contrapartida con el aumento de la magnitud del retorno de España, la información disponible sugiere que no existe evidencia firme como para afirmar que también se han incrementado los flujos de retorno hacia Uruguay desde otros países de procedencia. En parte esto se debe a la falta de información continua sobre el número de uruguayos residentes en otros países, ya que solo Estados Unidos cuenta con una fuente que permite estimar anualmente el número de uruguayos residentes en ese país.
No obstante, para el incremento de la migración de retorno en el período inmediatamente posterior al surgimiento de la crisis del mundo desarrollado, las estadísticas más recientes, referidas a los años 2013, 2014 y 2015, sugieren una disminución de la magnitud de los flujos de retorno hacia Uruguay, a nivel general y en particular entre los migrantes procedentes desde España. Dado que la situación económica en España no ha mejorado significativamente, ni tampoco en Uruguay se ha observado con claridad el fenómeno inverso (al menos hasta 2015), dicho descenso no puede atribuirse a la evolución de las variables económicas en ambos países.20
Son varias las hipótesis a las que se puede recurrir para explicar las razones de la incipiente baja en la magnitud de los flujos de retorno observada a partir de 2013. La que parece más plausible se vincula al tiempo de residencia que tienen los emigrados uruguayos en España y a la disminución de la propensión a emigrar a dicho país observada a partir de la aparición de la crisis. De acuerdo a la literatura, existe una correlación negativa entre la antigüedad de residencia en el país de destino y un eventual retorno: es esperable encontrar una mayor intensidad de retorno entre los recién llegados que entre los que tienen muchos años de residencia en el país de acogida (Dumont y Spielgovel, 2008; Cerrutti y Maguid, 2014; Recaño y Jáuregui, 2014). Cuando la crisis económica emergió con fuerza en España a fines de 2008, la mayoría de los emigrados uruguayos llevaban menos de cinco años residiendo en dicho país. En cambio, cinco años más tarde, en 2013, la gran mayoría de la población uruguaya que permanece en España tiene una antigüedad de residencia superior a los cinco años, dado el estancamiento en el ritmo de llegada de extranjeros como consecuencia de la crisis.
La hipótesis planteada anteriormente no implica desconocer el papel desempeñado por las políticas de los gobiernos de los países de origen, que han alentado el retorno de sus connacionales y apoyado su reinserción. En este sentido, la evidencia que surge de estudios cualitativos realizados en Uruguay subraya las «desmesuradas» expectativas generadas por los sucesivos gobiernos frenteamplistas, donde se alentó discursivamente el retorno de la población emigrada pero con escasas iniciativas concretas que permitieran la reinserción exitosa de los retornados (Diconca, 2012; Filardo, 2012; De Mucio, 2012). En una línea similar, también podría pensarse que los programas de retorno auspiciados por el gobierno español han incidido en cierta medida para alentar a los emigrados a tomar la decisión de regresar. Sin embargo, la evidencia empírica sugiere que dichos programas tuvieron un alcance numérico muy limitado (López de Lera, 2012; Cerrutti y Maguid, 2014; Recaño y Jáuregui, 2014), aunque este alcance se vincula precisamente a un tipo específico de retornante: aquel que no pudo cumplir con su plan migratorio. Más aun, las cifras de retornados atendidos por el gobierno uruguayo contribuirían a corroborar una mayor importancia relativa de las políticas de los gobiernos de países de origen frente a los programas de retorno voluntario del gobierno español. De todos modos, los dos conjuntos de iniciativas no son comparables, dada la diferente naturaleza de los apoyos y el carácter universal de las primeras y el focalizado de las segundas.
Ahora bien, cuando se estiman indicadores que relacionan la cantidad de retornados con la población expuesta al riesgo de experimentar el evento del retorno (stock de emigrados), se encuentra que la intensidad del retorno verificada para el período 2010-2015 es ligeramente inferior a la del período 1991-1996, al tiempo que es considerablemente superior a la estimada para el período 2005-2010. Esto puede interpretarse asociando el aumento de la magnitud de la migración de retorno verificado en la última década al incremento exponencial de los flujos de emigrados uruguayos observado durante los primeros años del siglo xxi, en línea con una de las leyes de migración de Ravenstein (1885), que sostenía que toda corriente migratoria tiene su contracorriente.
El artículo corroboró la hipótesis que hacía prever una mayor intensidad de retorno de los varones uruguayos frente a sus pares mujeres, en la medida en que los primeros son más propensos a participar del mercado laboral y que el contexto de crisis en España afectó con más intensidad a sectores como la construcción y la industria, caracterizados por una mayor presencia masculina. No obstante, la mayor propensión a retornar de los varones se observó para todos los países de procedencia y en diferentes contextos temporales, lo que está en sintonía con la evidencia empírica encontrada en otros países con presencia significativa de migrantes de retorno.
Los resultados obtenidos en el presente artículo deben ser tomados con cautela a la luz de las limitaciones de la información estadística en la que se basan las estimaciones de intensidad del retorno a Uruguay desde los diferentes países considerados. En particular, sería deseable poder estimar índices sintéticos de retorno a partir de información sobre la cantidad de retornados y emigrados en distintos contextos temporales y geográficos, desagregada según edad, género, nivel educativo, año de emigración, año de retorno, tiempo de residencia en el exterior y en el país al que se retorna, datos generalmente ausentes de forma conjunta en las fuentes disponibles.
Con mejor información estadística para estimar la magnitud e intensidad de la migración de retorno, se requiere profundizar en el estudio de las diferencias en la intensidad del retorno según la calificación de los migrantes. Un factor que puede contribuir a explicar dichos patrones y que demanda mayor investigación son las diferencias nacionales en los niveles de desigualdad salarial por nivel educativo. La brecha entre los mercados laborales del país de emigración y del de retorno, fundamentalmente cuando se posee experiencia laboral en países desarrollados, puede implicar un desaprovechamiento del capital humano adquirido por la experiencia migratoria que desaliente la concreción del retorno o dificulte su reinserción posterior, favoreciendo las chances de una nueva emigración. Precisamente, otra limitante del presente artículo es que las estimaciones del retorno realizadas con fuentes uruguayas se encuentran afectadas por la reemigración, fenómeno sobre el cual no existe información.
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| 1990 | 1995 | 2000 | 2005 | 2010 | 2015 | |
| Mundo | 237.010 | 233.111 | 234.865 | 296.537 | 332.362 | 346.976 |
| España | 10. 922 | 12.691 | 19.920 | 65.654 | 84.808 | 73.772 |
| Argentina | 136.906 | 125.366 | 113.827 | 114.433 | 115.039 | 132.749 |
| Brasil | 23.363 | 24.081 | 24.799 | 24.495 | 23.840 | 28.708 |
| Estados Unidos | 20.766 | 22.443 | 25.038 | 36.900 | 49.216 | 47.664 |
Fuente: onu (2015)
Fuente: onu (2015)
| Montevideo | Departamentos fronterizos con Argentina* | Departamentos fronterizos con Brasil** | Resto del país | Total | N | |
| Argentina | 43,6% | 22,3% | 3,9% | 30,2% | 100,0% | 4.622 |
| Estados Unidos | 49,4% | 11,5% | 4,4% | 34,6% | 100,0% | 4.710 |
| España | 55,4% | 8,4% | 4,0% | 32,2% | 100,0% | 8.029 |
| Brasil | 42,4% | 5,5% | 28,5% | 23,6% | 100,0% | 1.835 |
| Total | 52,0% | 11,5% | 6,0% | 30,5% | 100,0% | 24.355 |
* Refiere a Colonia, Soriano, Río Negro, Paysandú y Salto.
** Refiere a Artigas, Rivera, Cerro Largo, Treinta y Tres y Rocha
Fuente: elaboración propia en base a procesamiento de microdatos de Censo 2011
Fuente: elaboración propia en base a procesamiento de microdatos de Censo 2011* * Refiere a Colonia, Soriano, Río Negro, Paysandú y Salto** ** Refiere a Artigas, Rivera, Cerro Largo, Treinta y Tres y Rocha
| Tasa de desempleo | pib per cápita | |||||||||
| España | Estados Unidos | Argentina | Brasil | Uruguay | España | Estados Unidos | Argentina | Brasil | Uruguay | |
| 2001 | -- | 4,7 | 17,4 | 6,2 | 15,3 | 15.359 | 37.274 | 7.171 | 3.135 | 6.281 |
| 2002 | 11,5 | 5,8 | 19,7 | 11,7 | 17 | 17.020 | 38.166 | 2.579 | 2.806 | 4.089 |
| 2003 | 11,5 | 6 | 17,3 | 12,3 | 16,9 | 21.496 | 39.677 | 3.330 | 3.041 | 3.622 |
| 2004 | 11 | 5,5 | 13,6 | 11,5 | 13,1 | 24.919 | 41.922 | 4.696 | 3.596 | 4.117 |
| 2005 | 9,2 | 5,1 | 11,6 | 9,8 | 12,2 | 26.511 | 44.308 | 5.641 | 4.731 | 5.221 |
| 2006 | 8,5 | 4,6 | 10,2 | 10 | 11,3 | 28.483 | 46.437 | 6.640 | 5.808 | 5.878 |
| 2007 | 8,3 | 4,6 | 8,5 | 9,3 | 9,8 | 32.709 | 48.062 | 8.239 | 7.247 | 7.010 |
| 2008 | 11,3 | 5,8 | 7,9 | 7,9 | 8,3 | 35.579 | 48.401 | 9.999 | 8.707 | 9.062 |
| 2009 | 18 | 9,3 | 8,7 | 8,1 | 8,2 | 32.333 | 47.002 | 9.231 | 8.475 | 9.415 |
| 2010 | 20,1 | 9,6 | 7,7 | 6,7 | 7,5 | 30.738 | 48.374 | 11.199 | 11.121 | 11.938 |
| 2011 | 21,4 | 8,9 | 7,2 | 6 | 6,6 | 31.832 | 49.782 | 13.393 | 13.039 | 14.167 |
| 2012 | 24,8 | 8,1 | 7,2 | 5,5 | 6,7 | 28.648 | 51.433 | 14.357 | 12.157 | 15.092 |
| 2013 | 26,1 | 7,4 | 7,1 | 5,4 | 6,7 | 29.371 | 52.660 | 14.668 | 12.072 | 16.881 |
| 2014 | 24,4 | 6,2 | 7,3 | 4,8 | 6,9 | 29.719 | 54.398 | 12.751 | 11.729 | 16.738 |
| 2015 | 22,1 | 5,3 | 6,3 | 6,9 | 7,9 | 25.832 | 55.837 | -- | 8.539 | 15.574 |
Fuente: Banco Mundial (pib per cápita en dólares americanos a precios corrientes), cepal (tasa de desempleo para Argentina, Brasil y Uruguay), ine de España (tasa de desempleo España, promedios trimestrales) y U. S. Bureau of Labour Statistics (tasa desempleo EE. UU.)
Fuente: Banco Mundial (pib per cápita en dólares americanos a precios corrientes), cepal (tasa de desempleo para Argentina, Brasil y Uruguay), ine de España (tasa de desempleo España, promedios trimestrales) y U. S. Bureau of Labour Statistics (tasa desempleo EE. UU.)
| País de procedencia | enha 2006 | ech 2007 | ech 2008 | Censo 2011 | ech 2012 | ech 2013 | ech 2014 | ech 2015 |
| Argentina | 6.643 | 4.566 | 4.770 | 4.622 | 4.856 | 5.355 | 4.763 | 4.561 |
| Brasil | 2.843 | 2.305 | 2.469 | 2.074 | 2.900 | 1.264 | 2.124 | 2.356 |
| Estados Unidos | 5.816 | 3.613 | 5.271 | 4.710 | 6.024 | 4.527 | 3.258 | 2.909 |
| España | 4.896 | 4.823 | 5.351 | 8.029 | 12.533 | 12.620 | 11.315 | 10.541 |
| Otros países | 4.603 | 4.849 | 4.484 | 4.920 | 6.101 | 5.277 | 5.714 | 6.896 |
| Total retornados recientes | 24.801 | 20.156 | 22.345 | 24.355 | 32.414 | 29.043 | 27.174 | 27.263 |
Nota: las ediciones de la ech entre 2009 y 2011 no relevaron el país de procedencia.Fuente: elaborado a partir del procesamiento de microdatos respectivos extraídos del ine
Fuente: elaborado a partir del procesamiento de microdatos respectivos extraídos del ine Nota: las ediciones de la ech entre 2009 y 2011 no relevaron el país de procedencia.

Fuente: elaboración propia a partir de los censos de población de 2011 de España y de Uruguay
Fuente: elaboración propia a partir de los censos de población de 2011 de España y de Uruguay
| Tipo de programa y año de inicio | Destinatarios/objetivos y tipo de ayuda |
| De Atención Social (2003) | Inmigrantes extracomunitarios que se encuentren en situación de especial vulnerabilidad contrastable a través de los servicios sociales de su zona de residencia u ONG especializada |
| Se facilita ayuda para el billete y gastos de viaje. | |
| Ayudas complementarias al abono acumulado y anticipado de la prestación por desempleo a trabajadores extranjeros extracomunitarios (apre) (2008) | Proporciona ayudas al viaje de retorno a sus países de origen a aquellos extranjeros extracomunitarios que tengan reconocido el derecho a percibir la prestación contributiva por desempleo de forma anticipada y acumulada. |
| Tienen que cumplir los siguientes requisitos: 1) ser nacional de países que tengan suscrito con España convenio bilateral en materia de seguridad social;* 2) tener reconocido el derecho al abono de la prestación por desempleo en su modalidad establecida en el Real Decreto-Ley 4/2008, sobre el abono acumulado y anticipado de la prestación por desempleo; 3) firmar declaración de voluntariedad y compromiso de retornar a su país de origen, en el plazo de treinta días naturales y no retornar a España en el plazo de tres años. | |
| Productivo (2010) | Inmigrantes extracomunitarios no sujetos a la obligación de retornar que deseen emprender un proyecto empresarial asociado al retorno. |
| Es un programa para aquellos extranjeros que no tienen derecho al paro y, por lo tanto, que no pueden cobrar el pago único y que sin embargo tienen un plan de empresa sólido para el que solicitan ayuda. | |
| Se entregan hasta 1500 euros a fondo perdido y se dan algunas ayudas de viaje. |
(*) Los países latinoamericanos incluidos en este requisito a la fecha de elaboración de este trabajo son: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, México, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Cabe destacar que en total son veinte los países del mundo que cumplen dicho requisito y, por lo tanto, la mayoría corresponde a la región latinoamericana.
Fuente: elaborado a partir de Torres (2014) e información de la Secretaría General de Inmigración y Emigración del Ministerio de Empleo y Seguridad Social de España
Fuente: elaborado a partir de Torres (2014) e información de la Secretaría General de Inmigración y Emigración del Ministerio de Empleo y Seguridad Social de España(*) (*) Los países latinoamericanos incluidos en este requisito a la fecha de elaboración de este trabajo son: Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, México, Paraguay, Perú, República Dominicana, Uruguay y Venezuela. Cabe destacar que en total son veinte los países del mundo que cumplen dicho requisito y, por lo tanto, la mayoría corresponde a la región latinoamericana.Notas
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