Conexiones demográficas
Suzana Cavenaghi en conversación con Verónica Montes de Oca. Conexiones demográficas
Suzana Cavenaghi en conversación con Verónica Montes de Oca. Conexiones demográficas
Revista Latinoamericana de Población, vol. 10, núm. 19, pp. 191-194, 2016
Asociación Latinoamericana de Población
«… los libros todavía son importantes, pero quedan ahí, rezagados. Se toman en cuenta sólo si no tienes artículos en revistas»
Suzana Cavenaghi, investigadora y docente de la Escola Nacional de Ciências Estatísticas (ENCE) del Instituto Brasileiro de Geografia e Estatística (IBGE), conoce de cerca las discusiones sobre la publicación del trabajo científico, especialmente como editora de la Revista Brasileira de Estudos de População (REBEP) durante los últimos cuatro años. En este número de relap conversa con Verónica Montes de Oca, docente e investigadora de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), quien está a pocos días de asumir la presidencia de la Asociación Latinoamericana de Población (ALAP) por el período 2017-2018. Los temas tratados incluyen los formatos de publicación en la Demografía de nuestra región, los incentivos generados por los sistemas de evaluación y los potenciales caminos a tomar por alap en la divulgación de sus publicaciones.
En dos días se termina mi gestión al frente de la rebep. Fueron cuatro años de experiencia en una publicación sobre Demografía, sumados a la experiencia con las publicaciones de la alap, cuando la presidí. Lo que ha pasado en Brasil, como en otras partes, es que la gente valora cada vez más las publicaciones en revistas de alto impacto, en general internacionales, y que tienen varios años de existencia. La publicación de libros, aunque todavía es importante en nuestros países, no es valorada en los sistemas de evaluación. Entonces, la gente joven no quiere publicar libros. Nosotros publicamos muchos libros en la alap y se publicaban también muchos libros en la Asociación Brasileira de Estudos de População (ABEP), pero ahora casi no se hacen porque tienen poco peso en las evaluaciones. En el sistema de evaluación de Brasil, en el área de Demografía, los libros todavía son importantes, pero solo después de considerar la publicación de artículos. Quedan ahí, rezagados, se toman en cuenta solo si no tienes artículos en revistas. No es algo valorado por los jóvenes: eso me preocupa mucho.
Así es, en México sucede algo muy similar. En Ciencias Sociales o en Sociodemografía los libros son valorados. Siempre te piden un libro después de tres o cuatro años, pero anualmente te piden artículos. La evaluación central es cada año y conviene que tengas uno o dos artículos en revistas indexadas. Y la verdad es que es muy complicado, porque a veces un artículo en esas revistas tarda uno o dos años en ser evaluado. Son procesos muy largos. Eso no incentiva la producción y la publicación. Lo más triste es que hay publicaciones hermosísimas que no son citadas, no son revisadas porque estamos en un proceso muy acelerado de trabajo y productivismo brutal, entonces leer un artículo de siete cuartillas es mucho más provechoso que leer un libro. Ese tipo de publicaciones, Suzana, creo que van a ser el futuro. Es terrible, pero van a ser el futuro porque es la forma en que la investigación es evaluada. Además hay revistas mexicanas, como la Revista Mexicana de Sociología o Coyuntura Demográfica que es muy buena, pero que tiene un público demasiado específico. Y eso no motiva la producción ni la publicación.
Tocas dos puntos muy importantes: los plazos de evaluación y el tipo de publicación. El proceso de evaluación es largo. Y las métricas usadas en la evaluación en los países desarrollados no toman en cuenta este proceso… o sí, sí lo toman en cuenta, ¡pero allí las evaluaciones se pagan! En América Latina tenemos que evaluar publicaciones y proyectos como parte de nuestro trabajo, de forma paralela. Y no es algo valorado: como las evaluaciones tienen que ser ciegas, no puedes decir que las hiciste. Habría que trabajar con formas distintas de hacer evaluación. El proceso de evaluación tiene que existir, porque así se crea la ciencia, uno no puede publicar sin la evaluación de sus pares. Mi experiencia me dice que si un artículo tiene potencial, después de las sugerencias de los evaluadores se vuelve un artículo fuerte, pero es un proceso demasiado largo y debería ser más corto. Otra cosa necesaria es que los autores atiendan mejor a dónde envían sus artículos. A veces el artículo no es adecuado para el espectro de la revista y por eso tarda más tiempo, porque el trabajo se va adecuando a ese espectro. Como en Demografía tenemos artículos muy técnicos o metodológicos, sucede que si alguien descubrió un método necesita publicarlo rápido, pero tenemos también otros artículos que necesitan un tiempo y la prisa para publicar no ayuda. Me refiero a la parte de la Demografía más analítica, diría. Por otro lado, en América Latina no tenemos la costumbre de evaluar libros, pero sí se pueden evaluar. Y en esos casos los libros deberían ser valorados como parte de nuestro trabajo de evaluación. La evaluación no tiene por qué ser la misma que para los artículos, puede ser por comités, por grupos, de otras formas.
Es muy valioso que los procesos sean más cortos, más visibles, pero también que estén más inmersos en la cultura de la investigación. Hay un tema ético en el reconocimiento a los dictaminadores, para que el proceso no termine invisibilizando su trabajo. Mi experiencia en tres o cuatro revistas es que los comentarios fueron a veces duros, pero muy buenos, para incrementar el impacto de mi artículo. Tiene que crearse una cultura en ese sentido. Pero tocaste un tema muy importante: hay libros o capítulos de libros con cuya evaluación no somos igualmente rigurosos que con un artículo de revista. Por eso son peor evaluados. Hay una ausencia en América Latina: la parte metodológica podría incrementarse en el aprendizaje de la Demografía en la región, pero no hacemos muchos libros metodológicos o de docencia en ciertos temas, ¿no? Cada tema, aunque aplique metodologías estandarizadas, tiene aspectos específicos. Es el caso de los pueblos indígenas o afrodescendientes hay aspectos metodológicos que nunca aparecen en los artículos, ¡porque nunca caben! ¡Y a veces tampoco caben en los libros! Tendríamos que empezar a publicar al respecto, para dejar un legado a las siguientes generaciones.
Sí en portugués los llamamos «didáticos». Son libros de docencia. Hay una experiencia ahora en Brasil: se están empezando a hacer libros en portugués, no solo para Brasil, con metodologías y ejemplos de nuestros países…
Con experiencias…
Con las experiencias, exactamente. E importa dejar eso registrado, pero se hará en la medida en que haya espacio para esas publicaciones. Las asociaciones nacionales de Demografía juegan un papel importante en empujar estas iniciativas. Y además hace falta que los sistemas de evaluación de las universidades las tengan en cuenta como importantes. Por eso hay que discutir las métricas, como se dice en el Manifiesto de Leiden: ¿cómo utilizar los indicadores para evaluar el trabajo científico pero no exagerar con tener los números por los números mismos? Hay que poner los números en contexto, junto a evaluaciones cualitativas. En ese sentido, tanto el trabajo en artículos como en libros o capítulos de libros o el trabajo del evaluador, del editor de una revista, del organizador de un libro, tendrían que entrar en las métricas de evaluación. Eso puede quedar invisibilizado. Y toma muchísimo tiempo.
Como mencionaste hace un momento, es importante la retroalimentación. Es importante que la evaluación sea ciega porque siempre hay grupos de poder, pero el trabajo de evaluación debe ser reconocido. En otros países se paga, porque es tiempo. Aquí no le estamos dando ese reconocimiento.
A mí me preocupa el papel de los editores de las revistas, cuando ese trabajo no se profesionaliza. Porque en ese trabajo tú acumulas, pero no tiene un retorno en la evaluación de tu trabajo. Es una tarea que impide dedicarle tiempo a la investigación propia. Otra preocupación tiene que ver con que en Brasil se comienza a discutir el papel de los pre-print. Quizá no para el área de la Demografía, sino más para Ingeniería, para las tecnologías o la Medicina. Es como un repositorio que funciona como un sello, para que no haya tanta prisa de publicar y tener la evaluación: la persona ya depositó allí el resultado de investigación, pero se sabe que no es una publicación evaluada por pares. Después, ese trabajo es sometido a evaluación en una revista. Por un lado me parece bueno, aunque no sé si en Demografía hay tanta prisa. Por otro, me preocupa que no sea del todo ciega. ¿Cómo va a serlo si ya se vio el autor del pre-print en la red? No podría ser ciega respecto al autor, solo del lado del evaluador. Es un tema que tendremos que hablar muy seriamente, porque luego de implementado un sistema, este sigue su curso. La discusión debe ser en torno a cómo la Demografía visualiza estos temas y cómo va a trabajar en este nuevo mundo de divulgación cada vez más apresurado de resultados de investigación. ¿En México tienen esta discusión sobre los pre-print?
No, no he escuchado nada en nuestra área. Me viene a la mente una discusión que leí recientemente acerca de cómo detrás de muchas revistas y procesos editoriales están las grandes transnacionales y las farmacéuticas, que impiden publicar algunas evidencias, por ejemplo, en el tema de los triglicéridos. Hay una cuestión ética que no sé cómo se debe manejar, de ver quiénes están detrás de las revistas y quiénes financian la investigación. Detrás de los pre-prints puede haber también grandes capitales, por el tema de las patentes. Puede haber un proceso viciado por las grandes compañías.
La Demografía y las ciencias sociales no estamos discutiendo mucho estos asuntos. Quizá sí quienes están al frente de las revistas, pero los investigadores debieran estar más involucrados, para saber hacia dónde va todo esto. En un editorial que escribí para REBEP digo que todos debieran leer el Manifiesto de Leiden, sus diez principios, para participar de la discusión. Las ciencias sociales debemos participar porque tenemos nuestras particularidades, relacionadas con que nuestro trabajo es con gente, con poblaciones. Como futura presidenta de ALAP, a partir de enero, ¿has pensado algo acerca de las publicaciones de ALAP? Las publicaciones digitales tienen una importancia central, no tiene más sentido tener publicaciones en papel…
Yo también lo creo. Los e-books y las revistas digitales quedaron conformadas por las presidencias anteriores, pero falta mucha divulgación. Entonces, en esta gestión intentaremos ampliar la membresía de alap, llegar a otras zonas con docencia y formación y reforzar lo metodológico. Estos libros y revistas sirven mucho si se divulgan de forma consistente. Eso nos falta en ALAP. Se requiere tiempo y conocimiento de mercadotecnia, pero hay que hacerlo. Será una de las metas de esta gestión. Dar a conocer, incluso internamente, las publicaciones de Demografía y otras que no sean de Demografía, para trabajar interdisciplinariamente. Eso será muy importante, al menos en lo que se pueda hacer en el área de la divulgación, en dos años.
Tanto en el caso de los libros como en el de la Relap —para la que estamos teniendo esta conversación ahora— es muy importante la divulgación. Porque las métricas de evaluación se centran en que los trabajos sean citados para que otra persona pueda acceder al trabajo y lo pueda usar. Para eso hay que tener divulgación. Tenemos un problema a resolver: el idioma. Leer en portugués o en español permite llegar a muchas personas, pero si no publicas en inglés, en otras partes del mundo no te van a citar. Como sugerencia, en el caso de las publicaciones de interés global, podríamos hacer un esfuerzo en pasarlas al inglés y hacer la divulgación también en inglés. Traducir es muy duro y muy caro: tendríamos que buscar una forma de hacerlo junto con otras asociaciones, o con la propia Unión Internacional para el Estudio Científico de la Población (IUSSP, por sus siglas en inglés), quizá compartiendo traductores, porque se necesita gente muy capacitada. Hay que conocer además las redes sociales para hacer buena divulgación.
Tenemos que hacer una cartera de traductores y de posibles lectores. No cualquiera traduce Demografía. La tecnología nos lo puede facilitar mucho.
Sí, no podemos ser tecnofóbicos. Tenemos que usar la información de los indicadores y factores de impacto, la tecnología lo permite. Pero tenemos que usar la tecnología de forma selectiva y no utilizar indicadores que no dicen mucho por sí solos, porque el big data esté allí. Utilicemos la tecnología a nuestro favor, pero tengamos personas valorando cada trabajo. No evaluemos la ciencia con puros números, sin entender lo que hay por detrás de los números.