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Población y envejecimiento. Pasado,presente y futuro en la investigación sociodemográfica Verónica Montes de Oca e Isalia Nava Bolaños (coords.). Ciudad de México: UNAM, 2017, 348 pp.
Revista Latinoamericana de Población, vol. 13, núm. 24, pp. 197-203, 2019
Asociación Latinoamericana de Población

Reseñas

. Población y envejecimiento. Pasado, presente y futuro en la investigación sociodemográfica. 2017. Ciudad de México. UNAM. 348pp.

Este libro reúne trabajos que abordan el tema de la vejez y del envejecimiento desde diversas perspectivas. Su riqueza radica en los diferentes temas y en los enfoques teoricometodológicos de los autores. En este sentido, las categorías de curso de vida, género y generaciones, los tipos de estudios cualitativos y cuantitativos, los análisis transversales y longitudinales, el individuo o el hogar como unidad de análisis, convergen y nos sumergen en el conocimiento de un tema vital y complejo que requiere con urgencia ser cada vez más estudiado y comprendido.

Roberto Ham, quien escribe el prefacio del libro, menciona que el cambio demográfico en México conlleva retos en la investigación, así como en la generación de políticas públicas integrales y eficientes que respondan a las demandas de la población envejecida en armonía con los otros grupos edad, de manera que sean económica y socialmente sostenibles a largo plazo. Este pronunciamiento, más allá de motivarnos a la lectura del libro, muestra una inquietante reflexión ante el ineludible proceso de envejecimiento de la población y la necesidad de realizar cambios profundos en la forma de investigar y proponer respuestas organizadas, responsables y sostenibles, no solo para las personas mayores, sino también para las sociedades en las que vivimos.

Como se menciona en la introducción realizada por las coordinadoras del libro, el objetivo de esta publicación es presentar una reflexión teórica y tecnicometodológica sobre el pasado, presente y futuro de la investigación sobre el envejecimiento que nos permita una mayor comprensión sobre el tema. Las autoras organizan estratégicamente los capítulos para su presentación en cuatro apartados: 1) La investigación sobre envejecimiento, ayer y hoy; 2) El cuidado frente a los desafíos de la salud; 3) Características socioeconómicas de los hogares con personas mayores, y 4) Temas emergentes en envejecimiento.

La investigación sobre envejecimiento, ayer y hoy

Los tres capítulos que conforman esta sección tienen un elemento en común que es la identificación de las principales fuentes de información para el desarrollo de investigación en envejecimiento.

El capítulo 1, «Dos décadas de investigación en envejecimiento y salud» de Luis Miguel Gutiérrez Robledo —actual director del Instituto Nacional de Geriatría de México—, ofrece una visión actualizada de los retos que enfrentamos en el tema del envejecimiento y de la salud. En este sentido, el autor menciona los cambios que han acompañado la transición demográfica y epidemiológica en México, es decir, cambios en los modelos de atención a la salud y en la geriatría particularmente, que pasaron de modelos curativos a modelos preventivos y proactivos curar-cuidar. En este trabajo el autor refiere a conceptos que se posicionan frente a los nuevos cambios, como fragilidad, resiliencia y capacidad intrínseca, y a la necesidad de abordarlos a partir del enfoque de curso de vida. En este capítulo se presenta una revisión crítica de las encuestas, los estudios y la formación de grupos especializados en el tema del envejecimiento que han tenido lugar desde 1994 a la fecha. El autor reconoce el creciente e importante avance de la investigación sobre vejez y envejecimiento, que no ha sido acompañado de una respuesta desde los diversos frentes de la sociedad, la cual ha estado carente de planificación y alejada de los conocimientos científicos generados hasta ahora. Gutiérrez Robledo hace un recorrido global de los temas que han sido más investigados y aquellos que faltan investigar y reconoce la necesidad de continuar desarrollando investigación que permita comprender las amplias diferencias intraindividuales e interindividuales de las personas mayores. Entiende que las actividades de investigación deben centrarse también en la preservación de la autonomía y en el desarrollo de intervenciones para la creación de nuevos servicios de salud.

El capítulo 2, «Estudios poblacionales longitudinales: el potencial del Estudio Nacional de Salud y Envejecimiento en México (Enasem)», de autoría de Rebeca Wong, César González González, Alejandra Michaels-Obregón y Karina Orozco Rocha, tiene como objetivo caracterizar a la población adulta mayor a partir del Enasem. En la primera parte del capítulo los autores exponen de manera clara y resumida cinco razones por las cuales el fenómeno del envejecimiento en México es único en comparación con otros países. En este sentido, se propuso la realización de un estudio que permitiera examinar de manera prospectiva la salud y el bienestar de las personas mayores en México desde una perspectiva de curso de vida. El Enasem es un estudio longitudinal que hasta la fecha cuenta con cuatro rondas —2001, 2003, 2012 y 2015— y que permite identificar los cambios observados en las múltiples dimensiones del bienestar de las personas mayores. En este capítulo se explican de manera amplia los orígenes y tamaños de la muestra de cada ronda, la población objetivo y la cobertura temática de la muestra y las submuestras para biomarcadores. Los autores hacen un minucioso análisis de las áreas con mayor explotación a partir del Enasem y de las que no se han utilizado, o se han utilizado poco pero son importantes, y se presentan como oportunidades de investigación para el entendimiento del proceso de envejecimiento de la población mexicana. Entre los beneficios y las fortalezas del Enasem también se encuentra que es parte de una familia de estudios que permite hacer comparaciones internacionales .

El capítulo 3, «Disponibilidad de indicadores para la medición de los entornos sociales y físicos en Argentina y México», de Sagrario Garay Villegas, Verónica Montes de Oca y Nélida Redondo, tiene por objetivo presentar los indicadores necesarios para la medición de entornos sociales y físicos de las personas mayores y la disponibilidad de datos en dos países latinoamericanos: México y Argentina. El trabajo toma como base la propuesta de indicadores elaborada por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) en 2006 y que tiene su sustento en el Plan de Acción Internacional sobre Envejecimiento de Madrid de 2002. Las dimensiones de los indicadores sobre los entornos sociales y físicos son amplias e incluyen un número heterogéneo de temáticas. Por ejemplo, en cuanto a los entornos sociales se encuentran los arreglos residenciales, las redes de apoyo, la violencia y el maltrato, la participación social en la vejez y la imagen social de la vejez. Entre los entornos físicos están la vivienda y el espacio urbano. Las autoras realizan una importante revisión de las diferentes fuentes de información disponibles para la construcción de cada uno de los indicadores en ambos países e identifican los vacíos de información que aún existen para dar cuenta de estos indicadores que describen los entornos en los que transcurre la vida cotidiana de las personas mayores y que cobran importancia por la relación que tienen con la calidad de vida.

Los trabajos anteriores muestran el avance que un país como México ha tenido en la elaboración de fuentes de información para el análisis de las condiciones de vida de la población adulta mayor. Sin embargo, a mi modo de ver, es necesario preguntarse si las fuentes de datos como los censos de población y vivienda, las encuestas (de salud, de hogares y de calidad de vida, entre otras), las estadísticas vitales y los registros continuos o administrativos permiten responder las actuales preguntas de investigación o son adecuadas para la construcción de indicadores que reflejen el avance que México ha tenido en el cumplimiento de los derechos humanos de las personas mayores. En este sentido, las fuentes de datos requieren un replanteamiento en lo metodológico y en lo conceptual para permitir la comparabilidad en la construcción de estudios plurinacionales y multidisciplinarios y la desagregación que conlleven el conocimiento de los determinantes del «mejor» envejecimiento y del contexto particular en el que las personas nacen, crecen y envejecen.

El cuidado frente a los desafíos de la salud

Los tres documentos que componen esta sección abordan la temática de los cuidados desde diferentes perspectivas.

En el capítulo 4, «La “crisis del cuidado”: terror por un futuro demográfico incierto», de Leticia Robles-Silva, se presenta una revisión crítica sobre la crisis del cuidado. En primer lugar plantea los factores que inciden en la disminución de cuidadores familiares en un contexto donde el Estado no ofrece alternativas y la familia históricamente ha sido la responsable de brindar cuidados a las personas adultas mayores. En la segunda parte del capítulo la autora desarrolla un interesante análisis desde el enfoque del análisis por generaciones en aras de entender la crisis del cuidado. Parte del supuesto de que nacer, vivir y envejecer en distintos períodos históricos afecta la vida de diferente manera y que la pertenencia a una u otra generación permitiría identificar cuáles son los efectos de las transformaciones sociales sobre el contrato social intergeneracional, que es el sustento del cuidado. La autora hace referencia a siete generaciones que caracterizan al siglo XX —la gran generación, la generación silenciosa, la generación de baby boomers y las generaciones X, Y, y Z— para analizar algunas transformaciones en el contexto mexicano e ilustrar la existencia de vulnerabilidades y oportunidades para el cuidado en el transcurso de la primera mitad del siglo XXI. En este sentido, propone tres ejes analíticos para dilucidar y entender las necesidades de cuidados en el futuro: las condiciones de la dependencia, los futuros cuidadores y las expectativas sobre el cuidado. Aunque refiere que su propuesta representa un ejercicio hipotético, esto permitiría anticipar una agenda de investigación y de políticas públicas sobre cuidados.

El capítulo 5, «Un acercamiento al cuidado visto a través del uso del tiempo de las personas mayores», de María Viridiana Sosa Márquez y Alfonso Mejía Modesto, tiene por objetivo analizar las actividades que desarrolla la población de sesenta años y más, para aproximarse al conocimiento de sus condiciones de vida. Complementariamente, los autores analizan las diferencias en el uso del tiempo entre adultos mayores y las personas de 12 a 59 años. En la primera parte del estudio se presenta una revisión sobre los cambios que ha tenido el cuidado en el hogar y cómo las personas mayores no solo son receptoras de cuidado, sino también proveedoras de ayuda a la familia a la que pertenecen. Para este estudio se utilizó la Encuesta Nacional sobre Uso del Tiempo (ENUT) de 2009. Entre sus principales hallazgos están las diferencias de género y por edad en cuanto al uso de tiempo, lo cual evidencia el cambio de roles en esta etapa de la vida. Es de resaltar la importante participación que tienen mujeres y hombres adultos mayores en el cuidado de menores de seis años y otros miembros del hogar. Asimismo, la distribución de participación y tiempo más equitativa en este grupo de edad que rompe con el esquema tradicional de división sexual del trabajo.

El capítulo 6, «Obesity and Mortality Risk over the Life Course: Evidence from Costa Rica», de Beatriz Novak, tiene como objetivo evaluar los riesgos de mortalidad asociados con las trayectorias del estado de peso corporal a lo largo de la vida entre las personas mayores de Costa Rica. La base de datos que se utilizó para este estudio corresponde al Estudio de Longevidad y Envejecimiento Saludable (Creles) en sus rondas de 2005, 2007 y 2009. En primer lugar, la autora hace una minuciosa revisión de la literatura sobre las trayectorias del estado del peso corporal en la población adulta mayor con base en el índice de masa corporal (IMC) y su relación con la mortalidad, y encuentra una interesante controversia en los hallazgos de estos estudios que implica que el análisis de la obesidad y el riesgo de mortalidad deba hacerse desde la perspectiva de curso de vida, teniendo en cuenta las desventajas acumulativas y las consecuencias de la obesidad en la salud a lo largo de la vida de las personas. La autora definió cinco trayectorias del estado del peso corporal para personas con sesenta años o más y las combinó con el estado del peso corporal a los 25 años. A partir de los diferentes análisis encontró que haber sido obeso en edades adultas tempranas y mantener esta condición hasta edades avanzadas aumenta el riesgo de mortalidad en comparación con haber tenido un peso normal durante todo el curso de vida. Asimismo, concluye que la pérdida de peso puede tener efectos negativos en las personas mayores, porque promueve la pérdida de masa ósea y la sarcopenia. Sin embargo, los recientes hallazgos muestran que la pérdida de peso saludable se puede lograr y por lo tanto mejorar las complicaciones médicas relacionadas con la obesidad, el funcionamiento físico y la calidad de vida en general.

Aquí es preciso señalar que el tema de los cuidados, y específicamente los que se dan a las personas mayores, representa uno de los desafíos más significativos que enfrentan los países en proceso de envejecimiento poblacional. El cuidado familiar afecta a millones de latinoamericanos en todos los ámbitos de la vida. Existe un claro reconocimiento de que la creciente diversidad de las personas de edad avanzada puede aumentar aún más la demanda de cuidados. Si bien los trabajos que tocaron el tema de cuidados en esta obra reportaron cómo la diversidad que caracteriza a la población mexicana y el curso de vida son elementos que ayudan a comprender cuando una persona es receptora o proveedora de cuidados en la vejez, sigue siendo, indispensable profundizar en el análisis. En este sentido, se requiere dilucidar cómo los ingresos, la educación, los entornos en los que se nace, crece y envejece, el acceso a servicios de salud durante toda la vida y los riesgos laborales tienen un impacto significativo en la necesidad de atención, en la disponibilidad y en la voluntad de las y los cuidadores familiares para proporcionar de manera efectiva el cuidado, en los recursos personales, económicos y de conocimiento que tienen los cuidadores y las familias, y en las formas más apropiadas de proveer apoyo al cuidador y su familia.

Características socioeconómicas de los hogares con personas mayores

Los tres documentos que integran esta sección profundizan desde diferentes enfoques metodológicos aspectos de la situación económica de la población adulta mayor que vive en México, así como de las personas mayores que viven en Estados Unidos.

El capítulo 7, «Personas mayores en México: perfiles de consumo y otros efectos económicos en sus hogares», de Owen Eli Ceballos Mina, tiene como objetivo analizar los perfiles de consumo de los hogares con personas de 65 años y más de edad a lo largo del curso de vida familiar y los efectos de la presencia de una persona mayor sobre el ingreso, el consumo, el ahorro y el crédito de los hogares. Uno de los aportes de este trabajo radica en abordar el tema desde la perspectiva de los hogares en los que habitan las personas adultas mayores y no desde la mirada individual del ingreso. En este sentido, el autor parte de la hipótesis de que la mala situación económica de la persona mayor se traslada, con efectos negativos, sobre algunas variables del desempeño económico de los hogares. Para ello, utiliza la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), que es una encuesta bianual y cuyo análisis incluye siete períodos que van de 2000 a 2012. Los principales hallazgos de este estudio refieren que la presencia de personas mayores en el hogar tiene efectos negativos sobre las variables económicas de ingreso, consumo y crédito a lo largo del curso de vida del hogar. Los hogares con personas mayores tienen un ingreso 10% menor que los hogares sin personas mayores. Sin embargo, los efectos más significativos se presentan en la reducción del gasto en consumo de bienes durables y el incremento del gasto en salud.

El capítulo 8, «Determinantes de la privación de bienestar económico en la población adulta mayor en México», de Isalia Nava Bolaños y Sebastián Antonio Jiménez Solís, tiene como objetivo identificar los principales factores sociodemográficos y económicos que influyen en la ausencia de bienestar económico en la vejez, entendido este como los bienes y servicios que la población requiere para satisfacer sus necesidades. Para el logro de este objetivo los autores utilizan el Módulo de Condiciones Socioeconómicas de la ENIGH de 2014. En primer lugar, presentan una revisión de los principales ejes o conceptos: dependencia demográfica, seguridad económica, pobreza, desigualdades de género y bienestar económico. En este sentido, parten de dos importantes premisas: que el enfoque de seguridad económica permite aproximarse al bienestar económico y que el género es una variable estratificadora que debe ser considerada en el análisis de la seguridad económica. El análisis de la información se hace para ambos sexos. Los principales resultados de este estudio muestran que el factor que más influye en la privación del bienestar económico es hablar una lengua indígena, —tanto en hombres como en mujeres—, mientras que una mayor escolaridad y tener una pensión contribuye a un mayor bienestar económico. En términos generales, los autores encontraron importantes diferencias entre hombres y mujeres y cómo algunas condiciones presentes a lo largo de la vida inciden en una mayor desventaja acumulativa, que repercute en la privación de bienestar económico en la vejez.

El capítulo 9, «Las personas inmigrantes mexicanas adultas mayores y su participación laboral en Estados Unidos», de Telésforo Ramírez-García, Elmyra Ybañez Zepeda y Rafael Alarcón Acosta, analiza la participación laboral de la población adulta mayor mexicana residente en Estados Unidos, desde una perspectiva comparativa con los nativos y otros grupos de inmigrantes, a fin de identificar factores específicos que pudieran explicar su aplazamiento del retiro del mercado de trabajo estadounidense. Un aspecto importante de este trabajo tiene que ver con la descripción de las principales características de la población adulta mayor nacida en México que reside en Estados Unidos. Se encuentran importantes diferencias entre la población nativa y la de otros países, como por ejemplo el mayor porcentaje de pobreza que caracteriza a la población adulta mayor mexicana, la baja escolaridad y la mayor inserción en trabajos de muy baja calificación. Los autores identifican diversos factores que pueden estar explicando su mayor permanencia en el mercado de trabajo estadounidense: la insuficiencia de ingresos derivada de su condición migratoria y la falta de cobertura de servicios de salud. Para ellos, contar con un trabajo significa contar con un seguro médico y seguridad social.

Los tres trabajos anteriores muestran cómo las desventajas acumulativas a lo largo de la vida, repercuten en la privación de bienestar económico en la vejez y en las familias de las personas mayores. Hay que destacar que la protección social es un tema prioritario en las agendas de investigación, así como en las de política pública. La protección social consiste en garantías básicas que aseguren como mínimo que durante el curso de sus vidas todas las personas tengan acceso a una atención integral de la salud y a una seguridad básica de ingresos. En este sentido, es necesario comprender cómo las trayectorias de la seguridad social y la desigualdad que la caracteriza en la población ocupada tienen un impacto en las generaciones futuras y aumentan la desprotección económica en la vejez, principalmente en el caso de las mujeres mayores, de la población indígena, en el de las personas con discapacidad y en la población rural de edad avanzada.

Temas emergentes en envejecimiento

Los dos capítulos de esta sección, presentan temas emergentes y novedosos en la investigación sobre envejecimiento.

El capítulo 10, «Validación de la medición de la inseguridad alimentaria en personas mayores mexicanas con la Escala Latinoamericana y Caribeña de Seguridad Alimentaria» (ELCSA), de autoría de Mireya Vilar-Compte, Ana Bernal-Stuart, Paola Pernas y Rafael Pérez-Escamilla, representa un trabajo importante que tiene que ver con la validación de escalas en población mexicana y específicamente en la población adulta mayor. Este trabajo tiene como objetivo describir las propiedades psicométricas de la ELCSA para determinar si es un instrumento válido para medir la inseguridad alimentaria en la población adulta mayor de México. Para ello, los autores trabajaron con una muestra de personas mayores que asistían a grupos comunitarios en la delegación Álvaro Obregón de la Ciudad de México. Los resultados muestran que la versión adaptada de la ELCSA es un instrumento confiable para medir la inseguridad alimentaria reportada en las edades avanzadas.

Por último, el capítulo 11, «La orfandad en la edad adulta de las hijas: una variable demográfica oculta» de Enrique Rivera Medina, tiene como objetivo conocer aspectos subjetivos del proceso de duelo que las hijas adultas experimentan por la muerte de sus madres. Uno de los aportes de este estudio es proponer nuevas alternativas en el análisis demográfico al incorporar variables como la edad de la orfandad, que describe la edad a la que los hijos pierden a sus padres. El autor utiliza una metodología cualitativa con enfoque fenomenológico-hermenéutico para indagar sobre la experiencia vivida en la resignificación del duelo. De esta manera, el autor concluye que la muerte de la madre durante la edad adulta de sus hijas es un evento de vida altamente estresante que puede afectar adversamente su bienestar físico y psicológico. Este tema es de vital importancia ante la actual dinámica demográfica que presenta un país como México, así como los países de la región latinoamericana, donde el tema del cuidado y las relaciones que se establecen al interior de las familias sigue siendo poco explorado y donde la ausencia de respuestas organizadas deja al desamparo no solo a las personas que necesitan cuidados, sino también a las que los brindan.

En términos generales, el libro Población y envejecimiento. Pasado, presente y futuro en la investigación sociodemográfica muestra a grandes rasgos algunos de los temas que se han convertido en un desafío importante para los países ante el envejecimiento de su población. Es indispensable seguir construyendo una agenda de investigación que permita conocer cuáles son los factores más importantes que inciden a lo largo de la vida de los individuos para que tengan un envejecimiento saludable. Asimismo, es importante que las investigaciones actuales presenten en sus resultados de manera detallada los conceptos empleados, la metodología y las características demográficas de las poblaciones estudiadas, para permitir la comparabilidad entre países de la región latinoamericana y caribeña y, de esta forma, avanzar en el desarrollo de estrategias para garantizar vidas saludables y promover el bienestar para todas las personas en todas las edades.



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