Artículos Originales
El síndrome del perro negro: Revisión de estudios sobre la influencia del pelaje oscuro en la adopción de perros
Black dog syndrome: Review of studies on the influence of dark fur on dog adoption
El síndrome del perro negro: Revisión de estudios sobre la influencia del pelaje oscuro en la adopción de perros
Revista Argentina de Ciencias del Comportamiento, vol. 12, núm. 2, pp. 11-23, 2020
Universidad Nacional de Córdoba
Recepción: 22 Enero 2020
Aprobación: 29 Febrero 2020
Resumen: La superpoblación de mascotas en refugios demanda la implementación de estrategias efectivas para incrementar las adopciones. El personal de refugios frecuentemente refiere la subadopción de perros de pelaje negro, denominada el Síndrome del Perro Negro (SPN); sin embargo, su existencia parece basarse más bien en material anecdótico. Para evaluarlo, se realizó a una revisión sistemática de estudios que estimarán el efecto del color del pelaje canino en diversas conductas humanas, incluyendo las adopciones. Las investigaciones evidencian que el SPN no se manifiesta de manera universal y directa, sino más bien, de manera regional y secundaria. El color del pelaje no funciona como un predictor particularmente útil sobre el destino de los perros de refugio, como sí lo hacen su edad y pureza de raza. Fomentar las adopciones de perros adultos y mestizos permitiría incrementarlas en número por sobre otras formas de adquisición, beneficiando a un mayor número de animales.
Palabras clave: adopción, antrozoología, mascotas, pelaje, perro, adoption, anthrozoology, coat, dog, pets.
Abstract: The overpopulation of pets in shelters requires the implementation of effective strategies to increase the adoption rate. Shelters’ staff usually reports lower adoption rate in dogs of black color fur, what is known as Black Dog Syndrome (BDS). However, its existence seems to be based on anecdotal data. In order to assess this, a systematic review of studies evaluating the effect of dogs’ fur color on different aspects of human behavior, including adoption, was conducted. The investigations show that the BDS does not appear in a universal and direct fashion, but rather, in a regional and secondary manner. Fur color does not work as a particularly useful predictor for shelter dogs’ destination, unlike their age and breed. Encouraging the adoption of adult and crossbred dogs would lead to an increase in the number of this kind of acquisition over others, benefiting a greater number of animals.
Introducción
La sobrepoblación de animales de compañía es un problema creado por los humanos, con importantes costos para los mismos, y que solo puede ser abordado a través de acciones humanas (Frank, 2004). Debido al inmenso volumen de animales sin hogar, los refugios destinados a su acogida frecuentemente se encuentran sobrepasados en sus recursos. Así, típicamente, estos animales viven en ambientes estériles y ruidosos, con pocas oportunidades de desplegar comportamientos propios de la especie (Wells, 2004).
El problema de la superpoblación de animales de compañía puede analizarse desde diferentes perspectivas. Aunque la esterilización de mascotas y la prevención de abandonos ayudan a disminuir el ingreso de animales a los refugios, mejorar el éxito de las adopciones es crucial para aumentar el número de animales que dejan el refugio para vivir en hogares (Protopopova, Gilmour, Weiss, Shen, & Wynne, 2012).
Al decidir adoptar un perro, las personas pasan muy poco tiempo interactuando con este, y la elección del perro en particular se basa principalmente en las características físicas del animal (Fratkin & Baker, 2013). En una encuesta realizada por el sitio web dedicado a la adopción de animales Petfinder, el 54.2% de los rescatistas de animales indicó que era más difícil conseguir hogar a los perros negros grandes que a otros perros (Keith, 2009).
El Síndrome del Perro Negro (SPN), a veces referido como el SPN Grande, remite a una “extrema sub-adopción de los perros negros grandes que no se basa en su temperamento o salud, sino en la confluencia de factores físicos y ambientales en conjunción con el simbolismo occidental ligado al color negro” (Leonard, 2011, p. 168).
La principal idea detrás del SPN es que ese fenotipo estaría asociado con disposiciones genéticas de personalidad (Woodward, Milliken, & Humy, 2012). Fenotipos específicos son considerados indicadores de rasgos de personalidad en perros. Por ejemplo, rasgos de reactividad han sido asociados con el tamaño del perro, y rasgos de agresión con que el animal tuviera orejas puntiagudas (Draper, 1995).
Además, el color negro en la sociedad occidental es característicamente representativo del mal y otras connotaciones negativas (Leonard, 2011). Aún en la actualidad, en el Reino Unido, la asociación SANE (2020) de salud mental sigue utilizando el perro negro como un símbolo de depresión.
Los perros negros pueden verse amenazantes más fácilmente debido a que el negro absorbe la luz, moderando la definición de expresiones faciales, lo que dificulta interpretar su expresividad. A esto se suma la mayor dificultad para captar sus rasgos en fotografías, y la frecuente oscuridad y color gris de los refugios que hacen que estos perros no se distingan claramente. Otros factores son el carácter genérico de este tipo de pelaje (debido a un gen dominante) y su sobreabundancia, que hacen que se destaquen menos que otros pelajes menos frecuentes (Leonard, 2011. Woodward et al., 2012).
Las consecuencias del SPN grande serían que los caninos de mayor porte y de pelaje oscuro serían adoptados menos frecuentemente y sacrificados en mayor medida que los perros de otros tamaños y colores. A su vez, esta sub-adopción puede atribuirse a la percepción de su presencia como amenazante. La metáfora vigente en la sociedad occidental de lo negro como malo, malvado, siniestro, etc., no es anecdótica ni menor. Los sistemas conceptuales comunes, como el simbolismo del color, son principalmente de naturaleza metafórica e influencian la acción, el pensamiento y rigen el funcionamiento diario aún en pequeños detalles, incluyendo la elección de perros para adopción (Leonard, 2011). Sin embargo, la existencia de este fenómeno —muchas veces reconocido como un hecho— se basa frecuentemente en material anecdótico o teórico (Sinski, Carini, & Weber, 2016)
A diferencia del color, el tamaño del perro preferido por los adoptantes puede asociarse con cuestiones prácticas. La gente tiende a tener una idea del tamaño del perro que quiere en base a razones de logística. Por otro lado, pueden ser más flexibles respecto de características como el color del pelaje del animal y la forma de las orejas (Fratkin & Baker, 2013).
Discriminar perros solo por tener pelaje oscuro, dejaría a muchos animales que se encuentran física y temperamentalmente aptos para ser adoptados, en una larga espera, mientras que cientos de otros tipos de perros encontrarían nuevos hogares (Leonard, 2011). Dado el impacto que el color puede tener en animales sanos y adoptables, resulta fundamental evaluar la viabilidad del SPN, grande o no, como un obstáculo para la adopción y su contribución a mayores tasas de eutanasia (Sinski et al., 2016).
Método
Se realizó una búsqueda bibliográfica de los estudios empíricos publicados hasta enero de 2020 en revistas indexadas, que evaluaran la influencia del color del pelaje de los perros en su posibilidad de adopción como animales de compañía. Esta influencia se consideró tanto de manera directa en las tasas de adopción, como también, de manera indirecta, en la percepción humana diferencial de estos animales.
La búsqueda se efectuó con las bases Pubmed, Scopus y Scielo. Los términos de búsqueda empleados incluyeron “black dog syndrome”, “animal shelter”, “length of stay”, “coat color”, “dog adoption”, “pet choice” y "companion animal choice". La búsqueda se realizó tanto en idioma inglés como en español, para lo cual se utilizaron los términos “síndrome del perro negro”, “refugio de animales”, “estadía”, “color de pelaje”, “adopción de perros”, "elección de mascotas" y "elección de animales de compañía".
Esto aportó 15 estudios que cumplimentaron los criterios de inclusión, todos en idioma inglés a excepción de uno en idioma polaco. Pese a la inaccesibilidad del idioma para el autor el artículo fue retenido por ser específico y los resultados del mismo fueron valorados tanto a partir del resumen en inglés, como de las menciones a este estudio hechas en otros trabajos.
Finalmente, se realizó una búsqueda manual de las investigaciones empíricas mencionadas en esos artículos que no habían sido incluidas. Esto permitió incorporar 3 artículos adicionales (Garrison & Weiss, 2015; Němcová & Novak, 2003; Siettou, Fraser, & Fraser, 2014), los que fueron descargados desde Google Scholar. El procedimiento aportó un total de 18 artículos con investigaciones empíricas originales: 17 en inglés y 1 en polaco.
Resultados
Las investigaciones fueron organizadas en dos grupos: por un lado, aquellas que analizaron la influencia del pelaje negro de los perros sobre distintos aspectos de la cognición y conducta humana en general, y por otro lado, aquellas que analizaron directamente las tasas de adopción (ver Tabla 1).
La percepción del perro negro y su efecto en la cognición y conducta
Algunos estudios se centraron en la atribución de características de personalidad de los perros a partir de fotografías. Por ejemplo, Lum, Nau y McClellan (2013) indicaron que, al observar fotografías de perros de diferentes razas, los de pelaje negro tendían a ser considerados menos amigables y más agresivos, seguidos por los marrones y luego por los amarillos.
Este tipo de atribuciones de rasgos de personalidad en perros están influidas por el color del pelaje y la raza del perro, así como por la interacción entre ambos factores. Al puntuar la personalidad de cuatro tipos de perros a partir de sus fotografías (i.e., Caniche Toy blanco, negro, Caniche grande blanco, negro) las personas percibían más positivamente (i.e., menor dominancia y hostilidad, y mayor sumisión y simpatía) a los caniches negros, indistintamente del tamaño. Y entre los blancos, el más grande era percibido de manera más positiva. Al puntuar rasgos de personalidad de perros grandes de las razas más populares en base a fotografías, el Golden Retriever fue percibido más positivamente que el Labrador Negro, un prototípico perro negro. Este último, a su vez, fue percibido de manera más favorable que el Caniche grande, el Pit Bull, el Ovejero Alemán, el Boxer y el Rottweiler, indistintamente del color. Los autores de estos estudios concluyeron que la mayor parte de la varianza en la atribución de rasgos podía explicarse por la raza, con atribuciones menos favorables en aquellas razas asociadas típicamente con tareas de vigilancia o pelea (Woodward et al., 2012).
Con la intención de estudiar esta atribución de manera más controlada, Fratkin y Baker (2013) manipularon dos fotografías de perros. En una alteraron solamente el color del animal (i.e., negro vs amarillo) y en otra la forma de las orejas (i.e., puntiagudas vs semi-caídas). En comparación al perro negro, el perro amarillo tuvo mayores puntajes de amabilidad, responsabilidad y estabilidad emocional. En comparación al de orejas puntiagudas, el perro de orejas semi-caídas tuvo mayores puntajes de amabilidad y estabilidad emocional, y menores puntajes de extraversión.
Es evidente que la atribución de rasgos de personalidad en los perros resulta compleja, y que, además del color, diversas características físicas (e.g., raza, tamaño, tipo de orejas) la influyen. Esta atribución puede no ser percibida conscientemente y, sin embargo, tener un efecto en la práctica. Así, un estudio mostró cómo los peatones cambiaban su ruta más frecuentemente cuando debían cruzar un perro negro en comparación con perros de color claro, indistintamente de su tamaño. Al entrevistarlos luego, estas personas indicaron no considerar a ninguno de los perros como amenazantes (Blecker, Hiebert, & Kuhne, 2013).
En otro estudio (Goleman, Drozd, Karpiński, & Czyżowski, 2014), al contestar sobre la apariencia agresiva o peligrosa de los perros, las personas eligieron a los perros negros grandes como representantes de esos rasgos. Estos participantes habían adoptado perros de refugio y, llamativamente, habían adoptado más animales de pelaje negro. Esto lleva a cuestionar qué atribuciones favorecen o no la adopción.
En el estudio de Lum et al. (2013) con 65 estudiantes de Pennsylvania, estos puntuaron a los perros de pelaje claro de las fotografías como más adoptables que los de pelaje oscuro. Sin embargo, en una encuesta online, con una muestra más amplia (. = 1009) abierta a todo Estados Unidos, quienes habían adoptado recientemente y quienes buscaban adoptar perros indicaron que el color del pelaje era la característica del animal de menor importancia (Garrison & Weiss, 2015). Los atributos de mayor adherencia fueron la edad (i.e., cachorros) y fuente de origen (i.e., refugios); estas categorías también mostraron las respuestas más negativas (i.e., perros viejos y pet shops). Esta investigación destacó, además, que ninguna característica aislada era determinante, sino que aun cuando había preferencia por alguna, la falta de esta podía ser compensada por las demás.
En síntesis, los estudios sobre la influencia del pelaje negro de los perros en diversos aspectos de la conducta humana —por fuera de las tasas de adopción— evidencian que, de existir, el SPN no operaría como una fórmula directa de color y tamaño. Estos estudios destacan la atribución de rasgos de personalidad a partir de diversas características físicas particulares de los perros, entre las cuales se destaca la importancia de las razas y los estereotipos asociados con estas. Estas atribuciones pueden no ser percibidas (o informadas), y aun así tener un efecto pragmático. Finalmente, las atribuciones de características amenazantes ligadas a la oscuridad del pelaje no son universales, y de estas no se desprende que las mismas conduzcan necesariamente a una subadopción de los perros.
El efecto del perro negro en las adopciones en refugios
Otros estudios evaluaron la influencia del color del pelaje de perros de refugios en la probabilidad de ser adoptados, en el tiempo que eso implicaba, o bien, en la probabilidad de ser sacrificados, dependiendo de las políticas de cada institución. Las diferencias significativas y no significativas se consignan en la Tabla 2.
Los resultados de las investigaciones son mixtos. Los trabajos de Posage, Bartlett y Thomas (1998), Němcová y Novak (2003), Voslarova, Zak, Vecerek y Bedanova (2019) aportan evidencia que permite fundamentar el SPN. Por otro lado, las investigaciones realizadas por Diesel, Smith y Pfeiffer (2007), Protopopova et al. (2012), Brown, Davidson y Zuefle (2013), Siettou et al. (2014), y Svoboda y Hoffman (2015), aportan evidencia contraria, cuestionando la existencia del fenómeno. Finalmente, los trabajos de DeLeeuw (2010), y Sinski et al., (2016) relativizan la manifestación del SPN, destacando el efecto moderador de otras variables. En todos los casos, los trabajos destacaron la influencia de otras características de los perros que influían directamente en su probabilidad de ser adoptados.
El estudio pionero de Posage et al. (1998) mostró que los perros de pelajes color dorado, gris y blanco tenían mayor probabilidad de adopción, mientras que los perros de pelaje negro tenían mayor probabilidad de eutanasia. Estos resultados iniciales coincidieron con la perspectiva sostenida popularmente. Posteriormente, Němcová y Novak (2003) también destacaron la preferencia por estos mismos colores de pelaje: dorado, gris y blanco habían sido predictores significativos de adopciones. Desafortunadamente, no desarrollaron más sobre este aspecto, y la preferencia hacia un color no equivale a informar un prejuicio hacia otro color de pelaje particular.
En este sentido, al analizar los registros de 11663 perros en adopción, Diesel et al. (2007) destacaron que los perros amarillos, los grises y los merlé habían sido adoptados más rápido que los negros. Sin embargo, estos últimos no habían diferido de los blancos en el tiempo de estadía en el refugio.
Lepper, Kass y Hart (2002) sostuvieron la existencia de un perjuicio hacia los canes de pelaje oscuro, pero incorporaron además otro patrón de color: Los perros atigrados y los perros negros eran quienes tenían la menor probabilidad de ser adoptados. En segunda instancia, se encontraban los perros negros-y-canela, quienes tenían mayor probabilidad de ser adoptados que los anteriores, pero menor probabilidad que los otros diez colores restantes. De manera similar, Kay, Coe, Young y Pearl (2018) destacaron que, en su estudio, los perros de pelaje blanco y de pelaje amarillo tenían mayor probabilidad de adopción que los de pelaje negro o con patrones (i.e., tricolor, merlé y atigrado). A su vez, los de pelaje amarillo tenían mayor probabilidad que los de pelaje mixto y marrón.
En el estudio de Voslarova et al. (2019) los perros negros tenían mayor tiempo de estadía hasta ser adoptados. A diferencia de los dos estudios anteriores, en este caso los de pelaje atigrado y multicolor tenían la menor estadía. En perros abandonados el color más frecuente era el negro, mientras que, en perros perdidos, el beige. En este estudio, solo se consideraron los perros reclamados por sus dueños y aquellos que fueron adoptados (no así los que permanecieron en el refugio luego del período de muestreo). Los autores concluyeron que “los perros negros no solo tienen mayor probabilidad de ser abandonados por sus dueños, sino que además tienen menor probabilidad de ser adoptados” (p. 6). En tanto el pelaje negro era el más frecuente en los perros de estos refugios, los autores destacaron que la mayor estadía de estos perros no solo estaría influida por los estereotipos sobre este color, sino además, por la abundancia de este tipo de perros.
Por otro lado, algunos estudios no encontraron influencia del color negro del pelaje en el destino del animal. Siettou et al. (2014) siguieron los registros de 2037 perros en adopción en una página web, por tres meses, concluyendo que el color de los perros no mostraba asociaciones significativas con la adopción. Brown et al. (2013) sostuvieron que el color de pelaje de los perros no mostraba diferencias en el tiempo de estadía en los refugios. De manera similar, Svoboda y Hoffman (2015) indicaron que el tiempo promedio de estadía hasta ser adoptados para los perros negros no había sido superior al de los perros de otros 9 colores, así como tampoco el porcentaje de eutanasia. Los perros atigrados sí habían tenido mayor estadía. La edad y la raza de los perros resultaron predictores consistentes del destino de los animales. Los perros más viejos (considerando solo aquellos entre 1 y 13 años) y los de razas de pelea, tenían estadías más largas y mayores porcentajes de eutanasia. Las hembras tuvieron menores estadías hasta la adopción que los machos.
En el estudio de Protopopova et al. (2012), el color del pelaje de los perros no mostró asociación con el tiempo de permanencia en adopción, ni influyó en las adopciones concretadas. En este caso, los perros rojizos y dorados tuvieron la misma tasa de adopción que los atigrados y negros. En un segundo estudio, sin contar con información sobre el destino (i.e., adopción o eutanasia) que habían tenido esos animales, los posibles adoptantes puntuaron como más atractivas las fotos de los perros que efectivamente habían sido adoptados respecto a aquellos que fueron sacrificados. Ambos estudios permitieron destacar la importancia tanto de la morfología de los perros como de sus antecedentes al momento de predecir adopciones, desestimando la existencia del SPN.
Finalmente, algunos trabajos encontraron evidencia sobre el SPN, la cual fue relativizada. En este sentido, Sinski et al. (2016) destacaron que la relación entre la oscuridad del pelaje y el destino del animal (i.e., adopción, eutanasia y transferencia) no era directa; sino que solo se hacía evidente al controlar otras variables (i.e., tipo de raza, la pureza de la raza, el sexo y en modo en que el animal había llegado al refugio). Particularmente al controlar las razas, los perros completamente negros tenían menor probabilidad de ser adoptados. Esto fue explicado debido a que los perros Pit Bull tenían —ampliamente— el mayor porcentaje de eutanasia, y los perros de esta raza contaban con una proporción muy baja de perros negros. Los perros de gran tamaño tenían menor probabilidad de ser adoptados que los demás. Entre los de gran tamaño, no había diferencias entre los de pelaje negro y los demás. En cambio, entre los perros pequeños sí, con menor tasa de adopción para los negros. Estos datos aportaron evidencia hacia el efecto negativo del mayor tamaño del animal en sus chances de adopción, antes que el SPN grande en sí mismo.
DeLeeuw (2010) destacó que no tener pelaje negro se asociaba con adopción, aunque de manera leve. Los perros de pelaje gris, amarillo y chocolate tenían las mayores tasas de adopción. Si bien la eutanasia era más probable en perros enteramente negros en comparación con otros con pelaje principalmente negro, el resultado no fue estadísticamente significativo. La autora destacó, además, que los perros negros adultos eran de mayor tamaño que el resto de los perros adultos: en promedio pesaban 1.8 kg más. Si bien esta diferencia era pequeña, la misma tenía una leve influencia en la menor adopción de los perros negros, en tanto los perros de mayor tamaño tenían menor probabilidad de ser adoptados. Este estudio diferenció el color del pelaje, de su patrón (i.e., merlé, sólido, bicolor, tricolor, manchas pequeñas, atigrado, manchas grandes). Los perros de pelaje merlé, tricolor y con machas pequeñas eran los que tenían mayores tasas de adopción. Los perros merlé, quienes tenían las tasas de adopción más altas, pertenecían en mayor medida a razas definidas (e.g., Border Collie, Pastor Ovejero Australiano, Corgi Galés) en comparación con los demás perros. Además, sus características genéticas como ojos azules y el color de las almohadillas de las patas y de las narices les proporcionaban un aspecto único que los destacaba. La percepción de que el animal era de una raza definida resultó la variable con mayor influencia para predecir la adopción. Las demás características fueron el menor tamaño, haber sido encontrado en la calle, ser joven, tener pelaje de un largo mediano y ser hembra.
Respecto del tamaño de los perros, la mayor parte de los estudios evidenciaron que el menor tamaño del animal se asociaba con su adopción (DeLeeuw, 2010. Posage et al., 1998;Protopopova et al., 2012;Siettou et al., 2014) y solo en un caso no se encontró una relación estadísticamente significativa entre el tamaño y el destino del animal (Němcová & Novak, 2003)
A su vez, dos características de los perros que fueron consistentemente ligadas con mayor probabilidad de adopción son la menor edad de estos (Brown et al., 2013;DeLeeuw, 2010;Diesel et al., 2007;Kay et al., 2018;Lepper et al., 2002; Němcová & Novak, 2003; Siettou et al., 2014;Svoboda & Hoffman, 2015) y su pertinencia a razas definidas (DeLeeuw, 2010;Diesel et al., 2007;Kay et al., 2018;Lepper et al., 2002;Siettou et al., 2014;Sinski et al., 2016). Sumado a esto, los perros de razas ligadas a funciones de vigilancia y peleas tenían estadías más largas, menos adopciones y mayores porcentajes de eutanasia (Lepper et al., 2002;Protopopova et al., 2012;Sinski et al., 2016;Svoboda & Hoffman, 2015).
Si bien dos trabajos no encontraron relación entre el sexo y el destino de los perros (Němcová & Novak, 2003;Protopopova et al., 2012), hubo tres estudios que indicaron que las hembras diferían significativamente de los machos, siendo más adoptadas (DeLeeuw, 2010;Diesel et al., 2007; Svoboda & Hoffman, 2015).
Además de su morfología, los estudios permitieron destacar la importancia de los antecedentes de los perros al momento de predecir adopciones. Los adoptantes mostraron preferencias por animales que previamente hayan vivido en el interior de hogares (Němcová & Novak, 2003;Posage et al., 1998), que no hayan sido abandonados por problemas de conducta (Lepper et al., 2002) o costos elevados de manutención (Kay et al., 2018). Adicionalmente, que los perros fueran amistosos con niños y otros animales (Siettou et al., 2014) y que no estuvieran enfermos (Lepper et al., 2002) también se asociaba con su adopción.
En síntesis, pocos trabajos muestran un perjuicio hacia las posibilidades de adopción en los perros de pelaje negro, el cual, a su vez, resulta semejante al de los perros atigrados. Lo que se informa más frecuentemente es la preferencia por el pelaje amarillo/dorado o gris. Las investigaciones coinciden más bien en destacar que la elección de los perros es influida por múltiples factores, incluyendo algunas características innatas y otras de desarrollo, y que el perjuicio se manifiesta hacia otras características de los perros al decidir su adopción. La pureza de la raza, el tipo de raza y el tamaño del animal resultaron predictores más intensos del destino del animal que el color de su pelaje.
Discusión
Los resultados de las investigaciones respecto de la existencia del SPN evidencian que el mismo no se manifiesta de manera universal ni directa. El color del pelaje del animal no funciona como un predictor particularmente útil sobre el destino de este en un refugio, como sí lo hacen su edad y la raza a la que pertenece.
Las discrepancias entre estudios sobre el impacto del pelaje negro en las adopciones pueden también estar influenciadas por diferencias regionales o culturales respecto de las preferencias sobre el color del pelaje. Esto puede explicarse por la posibilidad de que los perros negros en algunos refugios pertenezcan más a ciertas razas particulares, edades o tamaños que para otros refugios (Svoboda & Hoffman, 2015), y por la sobreabundancia de este tipo de perros en algunos refugios (Voslarova et al., 2019).
Casi todos los trabajos revisados recomiendan estudiar las preferencias de los adoptantes en las diferentes regiones. También destacan el peligro de guiar las decisiones sobre qué perros ofrecer para adopción y cuáles excluir (i.e., eutanasia) basándose en un criterio universal que considere el color del pelaje. Es decir, sin antes haberlo analizado en ese contexto particular. Vale mencionar que los estudios fueron realizados mayormente en Estados Unidos, sin contar con datos acerca del fenómeno en América Latina, Asia, África y Oceanía.
Autores | Año | País / Región | Participantes / Muestra | Diseño | Resultados |
Cognición y conducta | |||||
Woodward et al. | 2012 | Indiana, EEUU | Estudio 1: 795 estudiantes universitarios. Estudio 2: 412 estudiantes universitarios | Descriptivo | Las diferencias de raza resultaron predictores más intensos de la atribución de rasgos, que el color o el tamaño del perro. |
Blecker et al. | 2013 | Hesse, Alemania | Peatones observados (n = 427), algunos, además, entrevistados (n = 126) | Descriptivo | Los transeúntes cambiaban su ruta más frecuentemente cuando debían cruzar un perro negro en comparación con perros de color claro, indistintamente de su tamaño. El perro pequeño claro fue considerado amigable, y ningún perro fue considerado como amenazante. |
Fratkin & Baker | 2013 | Virginia, EEUU | Estudiantes universitarios (n = 124) | Correlacional | En comparación al perro negro, el perro amarillo tuvo mayores puntajes de amabilidad, responsabilidad y estabilidad emocional. |
Lum et al. | 2013 | Pennsylvania, EEUU | Estudiantes universitarios (n = 65) | Correlacional | Los perros negros fueron considerados menos amigables y más agresivos, seguidos por los marrones y luego por los amarillos. Los perros de pelaje claro fueron considerados más adoptables que los de pelaje oscuro. |
Goleman et al. | 2014 | Lublin, Polonia | Personas (n = 60 personas que habían adoptado perros de refugio | Descriptivo | Los participantes mostraron preferencia por los perros de pelaje negro sobre otros colores cuando habían adoptado. Al mismo tiempo, al responder acerca de la apariencia agresiva o peligrosa de los animales, estos participantes eligieron a los perros negros grandes como representantes de esos rasgos. |
Garrison & Weiss | 2015 | EEUU | Personas que habían adoptado un perro en el último año o que contemplaban la posibilidad de adoptar (n = 1009) | Descriptivo | El color del pelaje de los perros fue la característica del animal de menor importancia. Adicionalmente, no hubo preferencias entre colores. |
Adopción, tiempo de estadía y eutanasia | |||||
Posage et al. | 1998 | New Hampshire, EEUU | Registros de perros (n = 1.468) en adopción en un refugio | Retrospectivo | Los perros de pelajes color dorado, gris y blanco tenían mayor probabilidad de adopción, mientras que los perros de pelaje negro tenían mayor probabilidad de eutanasia. Los perros de menor tamaño también tenían mayor probabilidad de adopción. |
Lepper et al. | 2002 | California, EEUU | Registros de perros (n = 3301) y gatos (n = 4813) en adopción en un refugio | Retrospectivo | Los perros de pelaje atigrado y los de pelaje negro tenían menor probabilidad de ser adoptados. Otros factores que mejoraban la probabilidad eran la menor edad, sexo (hembras), los motivos de abandono (e.g., que no hubiera problemas de conducta), raza (i.e., pureza y que no fuera de razas ligadas a peleas y vigilancia) y que no estuvieran enfermos. |
Němcová y Novak | 2003 | República Checa | Perros adoptados (n = 125) en dos refugios | Descriptivo | Los colores dorados, gris y blanco fueron predictores significativos de adopciones. Otro factor fue el antecedente de haber vivido en interiores. Además, los adoptantes mostraron preferencia hacia los cachorros por sobre los adultos, y no se hallaron diferencias en el sexo del perro. El tamaño no mostró diferencias significativas. |
Diesel et al. | 2007 | Reino Unido | Registros de perros (n = 11663) en adopción en refugios centralizados por una organización de caridad | Retrospectivo | Los perros amarillos, los grises y los merlé fueron adoptados más rápido que los negros. Estos últimos no difirieron de los blancos en el tiempo de estadía en el refugio. |
DeLeeuw | 2010 | Condado del centro-oeste, EEUU | Registros de perros (n = 7602) en adopción en un refugio | Retrospectivo | El pelaje negro de los perros solo mostró una asociación débil con menores tasas de adopción. Los perros de pelaje color gris, amarillo y chocolate tenían las mayores tasas de adopción. Los perros de patrón de pelaje merlé, tricolor y con machas pequeñas eran los que tenían mayores tasas de adopción. Los predictores de adopción de perros eran el menor tamaño, la menor edad, no tener pelaje principalmente negro y la pureza de la raza |
Protopopova et al. | 2012 | Florida, EEUU | Estudio 1: registros de perros (n = 176) en adopción en refugio. Estudio 2: 30 posibles adoptantes que ingresaban al refugio | Experimental, retrospectivo, correlacional | Los perros entrenados para mirar a los ojos de los posibles adoptantes, no fueron adoptados en mayor medida que los no entrenados. La edad, el sexo, ni el color del pelaje de los perros no mostraron asociaciones con el tiempo de permanencia en adopción, ni influyó en las adopciones concretadas. El tipo de raza de pelea tuvo mayor tiempo de estadía y menor adopción. Los perros abandonados en el refugio tuvieron mayor adopción que los encontrados en la calle o confiscados. El mayor tamaño del perro correlacionó con el tiempo de estadía. Sin conocer el desenlace, las posibles adoptantes puntuaban más atractivas fotos de perros que habían sido adoptados que aquellos que no, acabando sacrificados. |
Brown et al. | 2013 | New York, EEUU | Registros de 1264 perros en adopción en dos refugios | Retrospectivo | Ni el color del pelaje de los perros, ni su sexo incrementaban la estadía. Los cachorros tenían el menor tiempo de estadía, el cual incrementaba con la edad. Los perros de tamaño mediano y los guardianes tenían mayor estadía. Los perros de razas de pelea no difirieron del resto. |
Siettou et al. | 2014 | Reino Unido | Registros de perros (n = 2037) en adopción en una página web | Prospectivo | El color de los perros no mostró asociaciones significativas con la adopción. El menor tamaño del animal y la mayor longitud del pelaje sí incrementaban la posibilidad de adopción. |
Svoboda & Hoffman | 2015 | Pacific Northwest, EEUU | Registros de perros (n = 10695) en adopción de dos refugios | Retrospectivo | El tiempo promedio de estadía para los perros negros no fue superior al de los perros de color, así como tampoco el porcentaje de eutanasia. Los perros de pelaje amarillo y de pelaje negro eran los que tenían menor tiempo para ser adoptados, mientras que los de pelaje atigrado tenían la mayor estadía hasta la adopción. La edad y la raza de los perros resultaron predictores consistentes del destino de los animales. Los perros más viejos y aquellos de razas de pelea, tenían estadías más largas y mayores porcentajes de eutanasia. |
Sinski et al. | 2016 | Kentucky, EEUU | Registros de perros (n = 7440) en adopción en un refugio | Retrospectivo | No había una relación directa entre la oscuridad del pelaje y el destino del animal; pero luego de controlar otras variables, los perros completamente negros tenían menor probabilidad de adopción (y mayor riesgo de eutanasia) que aquellos de pelaje secundariamente negro o no negro. La pureza de la raza, el tipo de raza y el tamaño fueron predictores más intensos del destino del animal que el color del pelaje. |
Kay et al. | 2018 | Columbia Británica, Canadá | Registros de perros (n = 8325) en adopción de 31 refugios | Retrospectivo | Los perros de pelaje blanco y de pelaje amarillo tenían mayor probabilidad de adopción que los de pelaje negro o con patrones (i.e., tricolor, merlé y atigrado). A su vez, los de pelaje amarillo tenían mayor probabilidad mixto y marrón. |
Voslarova et al. | 2019 | República Checa | Registros de perros (N = 3874) de 3 refugios: 1614 reclamados y 2261 adoptados | Retrospectivo | Los perros negros tenían la mayor estadía hasta ser adoptados; los de pelaje atigrado y multicolor tenían la menor estadía. En perros abandonados el color más frecuente era el negro, mientras que en perros perdidos, el beige. |
Estudio | País | Estadía / eutanasia | Colores | Adopción | Colores |
Posage et al. (1998) | EEUU | * | + negro | * | + dorado, gris y blanco |
Lepper et al. (2002) | EEUU | — | * | - negro, atigrado, negro-y-canela | |
Němcová & Novak (2003) | República Checa | — | * | + dorado, gris y blanco | |
Diesel et al. (2007) | Reino Unido | * | - amarillo, gris, merlé | — | |
DeLeeuw (2010) | EEUU | — | * | + amarillo, gris y chocolate + merlé, tricolor, machas pequeñas - negro | |
Protopopova et al. (2012) | EEUU | x | x | ||
Brown et al. (2013) | EEUU | x | — | ||
Siettou et al. (2014) | Reino Unido | — | x | ||
Svoboda & Hoffman (2015) | EEUU | * | + atigrado | — | |
Sinski et al. (2016) | EEUU | ? | + negro | ? | - negro |
Kay et al. (2018) | Canadá | — | * | + blanco, amarillo - negro, tricolor, merlé, atigrado | |
Voslarova et al. (2019) | República Checa | * | - atigrado, multicolor + negro | * | - negro |
Adicionalmente, los refugios cuentan con políticas diversas (e.g., de admisión de animales, marketing, eutanasia, etc.) que cuestionan la posibilidad de generalizar los resultados obtenidos en un refugio individual hacia otros con políticas y procedimientos diferentes, aún en una misma región.
La atribución de rasgos de personalidad en base a rasgos físicos de los perros tiene implicancias importantes, particularmente durante los encuentros breves donde las características físicas ocupan un lugar destacado (Fratkin & Baker, 2013). Entre las interacciones humano-perro, la mirada recíproca resulta central en la comunicación y formación del vínculo (Díaz Videla & López, 2017) y, sin embargo, se ha desestimado el efecto del contacto visual durante estos encuentros en la adopción. En el estudio de Protopopova et al. (2012) los perros de refugio que habían sido entrenados para mirar a los ojos de los posibles adoptantes, no fueron adoptados en mayor medida que los no entrenados.
Si bien existen evidencias sobre atribuciones de características amenazantes ligadas a la oscuridad del pelaje, no se desprende que las mismas conduzcan necesariamente a una subadopción. Algunos adoptantes pueden mostrar preferencia por este aspecto, el cual, a su vez, no se liga a mayor peligrosidad. Las razas consideradas potencialmente peligrosas se definen a partir de características morfológicas del animal que son independientes del color del pelaje. Sobre estas razas sí opera de manera consistente un perjuicio ligado a subadopción.
Es posible que además de la mayor expectativa de vida, la adopción preferencial hacia los cachorros esté influía por las características faciales que incrementan su apariencia neoténica. En este sentido, Waller et al. (2013) sugirieron que la domesticación de los lobos habría ocurrido no solo a partir de que estos incrementaran su mansedumbre, sino también de haber aprovechado la preferencia humana por características pedomórficas.
Más allá de esto, resulta claro que las personas pueden no ser consecuentes entre sus declaraciones, sobre atribuciones y preferencias, y su conducta concreta al momento de elegir un perro. Garrison y Weiss (2015) destacaron la desconexión entre lo que las personas dicen que harán y lo que efectivamente hacen. En sus resultados, el 60% de las personas que habían adquirido a sus perros en el último año indicó que priorizarían adoptar animales de refugios; sin embargo, solo el 39% de esas personas había obtenido a sus animales de refugios.
Otro dato para valorar es que los estudios acá revisados, se realizaron en su totalidad sobre perros en adopción en refugios. De acuerdo con la American Pet Products Association (2017), en Estados Unidos solo el 22% de los perros son obtenidos a partir de refugios. Así, sería conveniente evaluar el efecto del pelaje oscuro sobre las adopciones de animales cuando estas implican su comercialización, o bien, con animales por fuera de este tipo de instituciones que ejercen una función solidaria o caritativa.
Al discutir el SPN conviene también considerar la posibilidad de que efectivamente existan características conductuales asociadas con el color del pelaje de los perros, el cual en animales domésticos ha sido asociado al temperamento del animal. Esta hipótesis se basa en el hecho de que el pigmento melanina comparte una vía de síntesis con el grupo de catecolaminas y algunos neurotransmisores como la dopamina, lo que podría dar lugar a asociaciones entre pigmentación y características conductuales resultantes de variaciones bioquímicas (Podberscek & Serpell, 1996). Sorprendentemente, las investigaciones encontraron características conductuales que contradecían la percepción general; es decir, los perros de colores más claros mostraban conductas consideradas no deseables por sus tenedores en mayor medida que los perros negros (Voslarova et al., 2019).
De todas formas, los problemas de conducta pueden encontrarse en todas las formas, tamaños y colores, y son influidos por una multiplicidad de factores como la edad, la raza, la crianza, la socialización y las experiencias previas. La mejor manera de evitar la adopción de un perro peligroso o con conductas problemáticas es hablar con el personal de los refugios, el cual se encuentra familiarizado con todos los perros disponibles para adopción (Leonard, 2011). Efectivamente, en los trabajos revisados, cuando en la descripción del perro se indicaba que este había sido abandonado por presentar problemas de conducta, su probabilidad de ser adoptado disminuía significativamente. Contrariamente, cuando se indicaba que un animal tenía antecedentes de haber vivido dentro de un hogar y se lo definía como amigable, su probabilidad de adopción incrementaba (Němcová & Novak, 2003;Posage et al., 1998). Esta información debe ser brindada de manera clara y responsable, dando cuenta de las necesidades de los animales para una convivencia armónica.
Si bien estos estudios permitieron identificar características innatas y adquiridas asociadas con la concreción de adopciones para perros de refugios, como se evidenció en el estudio de Garrison y Weiss (2015), las personas tienen preferencias complejas. Aun cuando el animal no cuenta con un rasgo favorito, al valorarlo los adoptantes pueden compensar esa falta a partir de considerar todos sus atributos. Estas personas no buscan una sola característica en los perros, cualquiera esta sea. Consecuentemente, ninguna característica aislada debería inhabilitar a un animal para conseguir adoptante.
Conclusiones
El SPN se basa en el efecto de factores físicos, simbólicos y ambientales para dar cuenta de un perjuicio en la adopción de ese tipo de animales. Si bien se reconoce la influencia del pelaje oscuro en distintos aspectos de la conducta humana, los estudios no permiten sostener el fenómeno de manera consistente. La influencia del color del pelaje sobre la posibilidad de adopción de un perro no es directa, universal, y, cuando se manifiesta, ocupa un rol secundario. Los rasgos que permiten predecir las adopciones de manera sólida y generalizable serían la menor edad del animal y la pertenencia a razas definidas, distintas a las ligadas a cacería y pelea.
Sin embargo, múltiples organismos se han orientado hacia el marketing de perros de pelaje oscuro, y algunos refugios han considerado el color de los animales de manera generalizable en las decisiones respecto de qué animales sacrificar (Brown et al., 2013). Como se destacó, el color del pelaje, así como el tipo de raza, pueden tener efectos regionales en las adopciones que no se generalicen a todos los refugios. Entender los rasgos de los perros en un refugio específico y las características de los animales deseados por los adoptantes resulta crítico para mejorar el bienestar de los animales atendidos en ese lugar. Quienes manejan los refugios con capacidad limitada de caniles pueden optar por realizar periódicamente encuestas para determinar si el tipo de perros que están ofreciendo refleja la demanda de los posibles adoptantes.
En tanto existe un perjuicio claro hacia la subadopción de perros adultos y de razas indefinidas, es posible que las estrategias más generales de marketing de perros, orientadas a estos rasgos, sean más efectivas que las orientadas a la adopción de perros de un tipo de pelaje determinado. Promover la adopción de perros mestizos adultos permitirá beneficiar a una mayor cantidad de animales de refugios y, de manera deseable, incrementar el número de adopciones por sobre otras formas de adquisición.
Referencias
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Notas de autor
Enviar correspondencia a: Díaz Videla, M. E-mail: antrozoologia@gmail.com
Información adicional
Citar este artículo como: Díaz Videla, M. (2020). El síndrome del perro negro: Revisión de estudios sobre la influencia del pelaje oscuro en la adopción de perros. Revista Argentina de Ciencias del Comportamiento, 12(2), 11-23
Enlace alternativo
https://revistas.unc.edu.ar/index.php/racc/article/view/27518/30625 (pdf)