Artículos Originales

Abordajes y tratamientos de la agresividad en perros en clínicas veterinarias de Montevideo (Uruguay)

Dog aggressiveness approaches and treatments in veterinary clinics of Montevideo (Uruguay).

Paul Ruiz Santos
Universidad de la República, Uruguay
Gonzalo Suárez
Universidad de la República, Uruguay
Juan Pablo Damián
Universidad de la República, Uruguay

Abordajes y tratamientos de la agresividad en perros en clínicas veterinarias de Montevideo (Uruguay)

Revista Argentina de Ciencias del Comportamiento, vol. 14, núm. 2, pp. 127-132, 2022

Universidad Nacional de Córdoba

Recepción: 17 Diciembre 2019

Aprobación: 23 Febrero 2020

Financiamiento

Fuente: Comisión Sectorial de Investigación Científica de la Universidad de la República (CSIC-UdelaR)

Resumen: La consulta por problemas de comportamiento debidos a agresividad canina representa un alto porcentaje de la atención clínica en veterinarias. En este trabajo realizamos una encuesta a médicos veterinarios de 100 clínicas veterinarias de Montevideo (Uruguay) con el objetivo de conocer como abordaban a sus pacientes perros agresivos en consulta. En casos de agresividad canina, los tratamientos más indicados por los veterinarios son el entrenamiento de obediencia (91%), la prescripción de psicofármacos (47%), indicar la eutanasia (28%) o implementar el procedimiento quirúrgico de la castración (7%). Ante consultas de agresividad canina, el 50% de los veterinarios opta por derivar el paciente a un entrenador y solo el 14% solicita exámenes colaterales. Es de resaltar el bajo porcentaje de veterinarios que utiliza exámenes colaterales para descartar o confirmar diagnósticos de agresividad canina, el uso acotado en la variedad de psicofármacos a emplear y el rol preponderante del uso de la eutanasia.

Palabras clave: caninos, agresión, terapéutica, psicofármacos, Uruguay.

Abstract: Consultation for behavioral problems due to canine aggression represents a high percentage of clinical attention in veterinarians. In this work, we conducted a survey of veterinarians from 100 veterinary clinics in Montevideo (Uruguay) with the objective of knowing how they handle their patients aggressive dogs in consultation. In cases of canine aggression, the treatments most indicated by veterinarians are obedience training (91%), prescribing psychopharmaceuticals (47%), indicating euthanasia (28%) or implementing the surgical procedure of castration (7%). In case of canine aggressiveness, 50% of veterinarians choose to refer the patient to a trainer and only 14% request collateral exams. Is to highlight the low percentage of veterinarians who use collateral exams to rule out or confirm diagnoses of canine aggression, the limited use of the variety of psychotropic drugs to be used and the predominant use of euthanasia is noteworthy.

Keywords: canines, aggression, therapy, psychotropic drugs, Uruguay.

Introducción

La agresión representa un compone importante de los problemas de comportamiento en caninos. Se la describe como el problema de comportamiento que ocurre con mayor frecuencia en perros (Damián, Ruiz, Belino, & Rijo, 2011; Fatjó, Amat, Mariotti, Ruiz de la Torre, & Manteca, 2007; Overall, 1997). Presenta una importante implicancia para la salud pública, dada la gran cantidad de personas que sufren ataques de perros cada año en diversas partes del mundo (Damián et al., 2011; Langley, 2009; Mertens, 2002; Overall & Love, 2001). Además, la agresión es una de las causas frecuente de abandono y eutanasia de los perros, por lo tanto, afecta negativamente al bienestar animal (Damián, Ruiz, Acosta, & Garcia, 2012; Fatjó, Ruiz de la Torre, & Manteca, 2006; Langley, 2009; Ruiz, Belino, Rijo, Piaggio, & Damián, 2018; van Pinxteren & Westerbeek, 1983), y al vínculo humano-animal (Barrera, Elgier, Jakovcevic, Mustaca, & Bentosela, 2009).

Una encuesta realizada a médicos veterinarios clínicos de pequeños animales en Montevideo (Uruguay), reveló que las clínicas de veterinaria realizan un promedio de 2746 consultas al año, de las cuales 19.5% son por problemas de comportamiento en perros, y de ese porcentaje el 38% fueron problemas de agresividad (Ruiz et al., 2018). Sin embargo, es importante resaltar que en la formación curricular de la Facultad de Veterinaria de la Universidad de la República (única institución pública que forma veterinarios en Uruguay) al 2019 no se impartía la asignatura de etología, ni tampoco específicamente etología clínica. Esta particularidad hace que los profesionales que ejercen en la clínica de pequeños animales aborden los casos de perros agresivos de forma autodidacta, o con una visión parcial en base a una mínima formación colateral en la currícula de otras asignaturas, así como una escasa formación específica a nivel de posgrados en el país y la región (Barrera et al., 2009).

Aunque se han reportado diferentes lineamientos respecto al entrenamiento que deben tener los veterinarios para el manejo de perros agresivos y el empleo de las principales alternativas físicas o químicas (restricción física o prescripción de psicofármacos) en la clínica (Moffat, 2008), en la actualidad no se describe en profundidad cómo los veterinarios abordan los perros agresivos en sus clínicas. Existen diferentes opciones de tratamiento, como son modificaciones en las pautas conductuales de la relación mascota-propietario, el empleo de fármacos y del método quirúrgico de la castración (esterilización), los cuales han demostrado efectividad en el tratamiento de perros agresivos (Askew, 1996; Blackshaw, 1991; Fatjó et al., 2006; Manteca, 2003). Los abordajes conductuales se caracterizan por pautas de comportamiento y entrenamiento de obediencia enfocados en el manejo del problema o diagnóstico específico del tipo de agresividad del perro (Blackshaw, 1991; Dodman, Smith, & Holmes, 2005; Knol, 1987). Por su parte, el tratamiento quirúrgico más común, indicado especialmente en machos, es la castración (Damián et al., 2011; Line & Voith, 1986; Manteca, 2003). Por otra parte, existen numerosos ensayos en donde se han evaluado diferentes psicofármacos para el tratamiento de la agresividad en perros, entre los que se destacan: fármacos antidepresivos (ej. fluoxetina y amitriptilina), ansiolíticos (ej. benzodiacepinas), antipsicóticos (ej. clorpromazina y acepromazina), hormonas (ej. progestinas), opioides (ej. butorfanol), antihipertensores (ej. clonidina y citalopram), sedantes anestésicos (ej. ketamina) o combinaciones de los distintos psicofármacos mencionados, los cuales han demostrado resultados positivos en la reducción de la agresividad (Blackshaw, 1991; Brock, 1994; Ibañez & Anzola, 2009; Moffat, 2008; Peremans et al., 2005; Ogata & Dodman, 2011; Virga, Houpt, & Scarlett, 2001).

Otro elemento de relevancia al momento de tratar perros agresivos es el uso de exámenes colaterales con el fin de estudiar si el origen de la agresividad se debe a una patología subyacente. Las radiografías y el funcional tiroideo son exámenes rutinarios que se recomiendan en casos de agresividad dado que los niveles de hormonas tiroideas y las enfermedades físicas son etiologías comunes en perros agresivos (Crowell-Davis, 2008).

No obstante, de acuerdo a nuestro conocimiento, no se ha descrito con claridad cuáles son los principales abordajes y tratamientos usados por los clínicos veterinarios de pequeños animales de la región, y en especial en Uruguay, para el tratamiento de la agresividad canina. Por lo tanto, el objetivo de este trabajo fue describir y conocer algunos aspectos relevantes sobre cómo los veterinarios de la ciudad de Montevideo abordan los casos de agresividad en perros.

Método

Se realizó una encuesta a clínicos veterinarios de ciento tres (. = 103) clínicas veterinarias de la ciudad de Montevideo (1 veterinario/a por clínica), de las cuales tres fueron descartadas por algún tipo de dificultad en la obtención de información. Las clínicas fueron seleccionadas mediante muestreo aleatorio simple (Dohoo, Martin, & Stryhn, 2009), utilizándose un marco de 300 clínicas en la ciudad registradas en el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca (MGAP, Uruguay), todas con las mismas probabilidades de ser seleccionadas. En el presente estudio se trabajó con la misma metodología de encuesta descripta por Ruiz et al. (2018).

La encuesta se organizó en tres bloques con nueve preguntas, con la finalidad de abarcar la temática de identificación de la agresividad canina, describir el manejo del paciente en la consulta y los aspectos relevantes del tratamiento específico.

Bloque 1: Consultas de agresividad canina.

a) ¿Cuántos de los casos de agresividad en perros que llegan a la clínica son atendidos por usted?

b) ¿De los casos que no son atendidos por usted, a que especialista los deriva?

Bloque 2: Sobre el manejo del perro agresivo en la consulta.

c) ¿Aproximadamente que porcentaje de los perros que atiende son agresivos con el veterinario?

d) ¿Qué indicadores conductuales usa para identificar un perro agresivo?

e) ¿Qué elementos usa para manejar un perro agresivo en consulta?

f) ¿Usted usa psicofármacos como herramienta de manejo en consulta?

g) ¿Cuáles son los tres fármacos más comunes usados por usted?

Bloque 3: Sobre el tratamiento de la agresividad.

h) ¿Se solicita exámenes colaterales?, ¿cuáles?

i) ¿Qué tipo de tratamiento usted indica en los casos de perros agresivos?

Análisis de datos

Al realizarse la encuesta se registró en una planilla cada una de las respuestas. Las mismas fueron organizadas desde las más a las menos comunes y expresadas en términos de proporciones (%). Los encuestados podían dar más de una respuesta por pregunta.

Resultados

Sobre las consultas y el abordaje de la agresividad

Al consultarles sobre si atendieron los casos de agresividad que les llegaron, el 18% mencionó que atendió todos los casos, el 20% no atendió ningún caso y el 62% atendió solo algunos casos. Cuando se les consultó sobre si ellos derivan estos casos de agresividad y a quienes los derivan, el 50% respondió que los deriva solamente a un entrenador, el 15% los deriva solamente a un etólogo, el 10% los deriva a un etólogo y a un entrenador, el 15% no deriva y el 6% a otros técnicos (Figura 1).

Derivaciones de perros agresivos al consultar a los veterinarios sobre a qué técnicos suele derivar los perros agresivos que llegan a su clínica la respuesta más común fue a entrenadores Los resultados se expresan en porcentajes
Figura 1
Derivaciones de perros agresivos al consultar a los veterinarios sobre a qué técnicos suele derivar los perros agresivos que llegan a su clínica la respuesta más común fue a entrenadores Los resultados se expresan en porcentajes

Sobre el manejo del perro agresivo en consulta

Los veterinarios declararon que en promedio el 20.9 ± 1.6% de los perros que van a consulta son agresivos con el veterinario. Al preguntarles qué señales del animal son las que percibe como agresivas durante la consulta, el 34% mencionó la postura (miedo, dominancia, timidez, sumisión), 20% mostrar los dientes, el 15% la cara y mirada, el 12% ladridos y gruñidos y el 5% la cola entre las patas, como las respuestas más comunes.

En la pregunta sobre como manejan en consulta un perro agresivo, el 79% respondió que lo controla usando bozal, mientras el 40% lo atan fijo, el 5% le piden ayuda al dueño y el 1% usa bastón conductor (bastón para guiar perro), o combinaciones, siendo la más común bozal y sujeción con correa.

El 93% de los veterinarios mencionó que usan psicofármacos para manejar perros agresivos en consulta. Al consultarles sobre las drogas más usadas, las respuestas fueron: 53% usa acepromazina, 27% diazepam, 25% ketamina, 15% xilazina, y 1% fenotiazinas (Figura 2).

Sobre el tratamiento de la agresividad

Solo el 14% de los veterinarios solicitaron exámenes colaterales a los perros agresivos para confirmar o descartar otras posibles etiologías. De estos, el 78% solicitó rayos X, el 71% funcional tiroideo, el 14% colesterol, el 14% hemograma y el 7% ecografía o combinaciones siendo la más común rayos X y funcional tiroideo.

Principales fármacos usados para el manejo en el consultorio de perros agresivos: el fármaco más común es la acepromazina, siendo llamativo los pocos fármacos que se suelen usar, existiendo una oferta más extensa. Los resultados se expresan en porcentajes.
Figura 2
Principales fármacos usados para el manejo en el consultorio de perros agresivos: el fármaco más común es la acepromazina, siendo llamativo los pocos fármacos que se suelen usar, existiendo una oferta más extensa. Los resultados se expresan en porcentajes.

Cuando se preguntó sobre el tratamiento de estos pacientes, el 91% comentó el uso de pautas conductuales de entrenamiento, el 47% prescribió psicofármacos, el 28% indicó eutanasia y el 7% usó técnicas quirúrgicas, o combinaciones de estas, siendo la más común el entrenamiento conductual y psicofármacos. Mientas el 4% no usó ninguna de las anteriores (Figura 3).

Principales tratamientos indicados a perros agresivos el entrenamiento fue el tratamiento más indicado resultando llamativo alto porcentaje de indicaciones de eutanasia Los resultados se expresan en porcentajes
Figura 3
Principales tratamientos indicados a perros agresivos el entrenamiento fue el tratamiento más indicado resultando llamativo alto porcentaje de indicaciones de eutanasia Los resultados se expresan en porcentajes

Figura 3. Principales tratamientos indicados a perros agresivos: el entrenamiento fue el tratamiento más indicado, resultando llamativo alto porcentaje de indicaciones de eutanasia. Los resultados se expresan en porcentajes.

Discusión

Este trabajo describe en forma general cómo los veterinarios abordan y tratan los perros agresivos en sus clínicas, resaltando el bajo porcentaje de veterinarios que utiliza exámenes colaterales para descartar o confirmar diagnósticos de comportamiento, específicamente agresividad canina, el uso acotado de psicofármacos, la importante frecuencia en el uso de la eutanasia, y un correcto abordaje y manejo de los perros agresivos según lo recomendado en la literatura. También es importante resaltar que la información recogida es en base a la percepción de los veterinarios, la cual puede estar influenciada por diversos factores, y no por registros objetivos (e.g., historias clínicas).

En relación con el uso de los exámenes colaterales, los que los profesionales piden en casos de perros agresivos son acordes a los recomendados en la literatura, siendo llamativo los pocos profesionales que los indican, solo 14% de los encuestados. Esto se puede deber a características locales de las clínicas veterinarias como la baja infraestructura e inversión para exámenes colaterales. Además, dado que en general son servicios tercerizados, representan un costo extra a la consulta. Las radiografías y el funcional tiroideo son dos exámenes rutinarios que se recomiendan en casos de agresividad (Crowell-Davis, 2008), dado que las hormonas tiroideas se han visto asociadas a trastornos de estado de ánimo y ansiedad tanto en humanos como en animales (Ruiz et al., 2018), y específicamente asociadas con agresividad en perros (Beaver & Haug, 2003).

Sobre el manejo de los perros agresivos en la clínica existen guías que explican cómo abordarlos (Moffat, 2008). En este tema los veterinarios locales cumplen con las normas de prevención de ataques evaluando las respuestas de ansiedad y miedo de los perros en la consulta, y usando las herramientas adecuadas (ej. bozal). Sobre el uso de psicofármacos para el abordaje clínico, las guías recomiendan benzodiacepinas (diacepan, midazolam), fenotiacinas (acepromazina oral), combianciones de fenotiazínicos/benzodiacepinicos, opioides (morfina, butorfanol, medetomidina) o ketamina, entre otros (Moffat, 2008). Mientras que en la encuesta la acepromazina y la ketamina son de los más mencionados. Este aspecto es importante dado que existen variados fármacos para el abordaje en consulta y el tratamiento que los veterinarios locales no suelen considerar, pudiendo deberse a varios motivos entre los que se pueden enumerar el hecho de que son fármacos costosos o difíciles de conseguir en el medio, además de que no existe en la formación de médico veterinario disciplinas que aborden específicamente el uso de psicofármacos, desconociéndose otras opciones.

En este estudio, la mitad de los veterinarios encuestados consideran la derivación a entrenadores. Este aspecto es de relevancia dado que al abordaje conductual de los perros agresivos es uno de los abordajes más estudiados, demostrando buenos resultados en relación a otros tratamientos posibles (Blackshaw, 1991; Dodman et al., 2005). Este mismo hecho se ve en los tratamientos que los veterinarios de Montevideo usan para este trabajo, siendo el entrenamiento el primero y más usado de todos los abordajes con resultados demostrados en la literatura (Dodman et al., 2005; Knol, 1987).

Otro aspecto relevante de los tratamientos es el rol que tiene la eutanasia en estos casos. Nuestro grupo describió cómo esta práctica es común en nuestro país (Damián et al., 2012). Siendo resaltable como en esta encuesta ocupa el tercer lugar como abordaje de los casos de agresividad, mientras otras investigaciones la reportan como una opción menos elegida y en menor porcentaje (Blackshaw, 1991; Knol, 1987).

En conclusión, los veterinarios encuestados en la ciudad de Montevideo perciben los indicadores y señales de la agresividad canina y realizan abordajes y manejo de los perros agresivos según lo recomendado en la literatura, incluyendo los métodos físicos de sujeción. Es de resaltar el bajo porcentaje de veterinarios que utiliza exámenes colaterales para descartar o confirmar diagnósticos de comportamiento, como la agresividad canina. Aunque la gran mayoría de los veterinarios (más del 90%) utiliza psicofármacos para manejar perros agresivos, la variabilidad farmacológica empleada es sumamente acotada, y se resalta el rol preponderante que ocupa la eutanasia.

Todas las evidencias recogidas dan cuenta de cómo los veterinarios de Montevideo tratan a los perros agresivos en sus clínicas, y deja al descubierto la urgente necesidad de incluir en la currícula de la Facultad de Veterinaria materias que traten estas temáticas, y formen a los veterinarios en sus abordajes.

Agradecimientos

Agradecemos a la Comisión Sectorial de Investigación Científica de la Universidad de la República (CSIC-UdelaR) por el apoyo financiero y a los estudiantes Martín Acosta y Elisa García por la colaboración en la recolección de datos.

Referencias

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Notas de autor

Enviar correspondencia a: Damián, J. E-mail: jpablodamian@gmail.com

Información adicional

Citar este artículo como: Ruiz Santos, P.; Suárez, G.; Damián, J. P. (2022). Abordajes y tratamientos de la agresividad en perros en clínicas veterinarias de Montevideo (Uruguay). Revista Argentina de Ciencias del Comportamiento, 14(2), 127-132.

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