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VALOR SOCIOECONÓMICO DE LAS PLANTAS PARA UNA COMUNIDAD INDÍGENA TOTONACA
SOCIOECONOMIC VALUE OF THE PLANTS FOR AN INDIGENOUS TOTONAC COMMUNITY
VALOR SOCIOECONÔMICO DAS PLANTAS PARA UMA COMUNIDADE INDÍGENA TOTONACA
VALOR SOCIOECONÓMICO DE LAS PLANTAS PARA UNA COMUNIDAD INDÍGENA TOTONACA
Interciencia, vol. 44, núm. 2, pp. 94-100, 2019
Asociación Interciencia
Recepción: 09 Agosto 2018
Corregido: 21 Febrero 2019
Aprobación: 23 Febrero 2019
Resumen: La riqueza de conocimientos que poseen las culturas indígenas sobre el uso de la flora es de suma importancia, no solo por el aspecto económico, sino también para el aprovechamiento sustentable de los recursos naturales. Por tanto, el conocimiento y el registro de las plantas útiles para una cultura indígena contribuyen a su conservación. Esta investigación tuvo como objetivo identificar las especies vegetales de mayor importancia socioeconómica para la población Totonaca del municipio Filomeno Mata, Veracruz, México. Se aplicaron entrevistas semiestructuradas a una muestra estadísticamente representativa de 30 personas de 55 a 70 años de edad. El listado de especies obtenido se procesó mediante la metodología del Índice de Significancia Cultural (ICS), junto con otros índices para medir la diversidad, riqueza específica y equitatividad. Se identificaron 110 especies de plantas útiles, concentradas en 57 familias y 95 géneros. Las especies fueron agrupadas en ocho categorías antrópicas de uso, siendo 43,84% comestibles, 15,75% medicinales, 16,44% utilizadas para decoración, 12,33% para combustible, 4,79% maderables, 2,05% para embalaje, 2,05% para cercos vivos y 2,74% para forraje de ganado. Las especies cultivadas presentaron el mayor ICS para la población Totonaca con 110-82 puntos, seguido por las especies silvestres comestibles con 71-81 puntos. De acuerdo con los índices estimados se concluye que existe un lazo indisoluble entre la flora y la cultura de la población indígena totonaca.
Palabras clave: Cultura Totonaca , Diversidad de Especies , Índice de Significancia Cultural .
Abstract: The richness of knowledge that indigenous cultures have about the use of flora is of great importance, not only for the economic aspect, but also for the sustainable use of natural resources. Therefore, knowledge and registration of useful plants for an indigenous culture contribute to their conservation. The aim of this research was to identify the plant species with the greatest socioeconomic importance for the Totonac population living in the municipality of Filomeno Mata, Veracruz, Mexico. Semi-structured interviews were applied to a statistically representative sample of 30 people 55-70 years old. The list of species obtained was processed with the methodology of the Index of Cultural Significance (ICS), along with other indices to measure diversity, specific richness and fairness. One hundred and ten useful plants were identified, grouped in 57 families and 95 genera. The species were grouped into 8 anthropic categories, of which 43.84% were edible, 15.75% medicinal, 16.44% used for decoration, 12.33% for fuel, 4.79% as timber, 2.05% for packing, 2.05% used for live fences, and 2.74% for livestock forage. The cultivated species had the highest ICS for the Totonac population with 110-82 points, followed by the edible wild species with 71-81 points. According to the estimated indexes, it is concluded that exists an indissoluble link between the flora and the Totonac indigenous population’s culture.
Resumo: A riqueza de conhecimentos que possuem as culturas indígenas sobre o uso da flora é de suma importância, não somente pelo aspecto econômico, mas também pelo aproveitamento sustentável dos recursos naturais. Portanto, o conhecimento e o registro das plantas úteis para uma cultura indígena contribuem com sua conservação. Esta investigação teve como objetivo identificar as espécies vegetais de maior importância socioeconômica para a população Totonaca do município Filomeno Mata, Veracruz, México. Aplicaram-se entrevistas semiestruturadas em uma amostragem estatisticamente representativa de 30 pessoas com faixa etária entre 55 e 70 anos de idade. A listagem de espécies obtida foi processada mediante a metodologia do Índice de Significância Cultural (ICS), junto com outros índices para medir a diversidade, riqueza específica e equitatividade. Identificaram-se 110 espécies de plantas úteis, concentradas em 57 famílias e 95 gêneros. As espécies foram agrupadas em oito categorias antrópicas de uso, sendo 43,84% comestíveis, 15,75% medicinais, 16,44% utilizadas para decoração, 12,33% para combustível, 4,79% madeiráveis, 2,05% para embalagem, 2,05% para cercas vivas e 2,74% para forragem de gado. As espécies cultivadas apresentaram o maior ICS para a população Totonaca com 110-82 pontos, seguido pelas espécies silvestres comestíveis com 71-81 pontos. De acordo com os índices estimados se conclui que existe um laço indissolúvel entre a flora e a cultura da população indígena totonaca.
Introducción
México es reconocido como un país megadiverso, en el cual están representados casi todos los tipos de vegetación del planeta. Se calcula que contiene 10% de la flora mundial y se encuentra en el cuarto lugar entre los países o regiones con más de 18.000 especies de plantas vasculares (Magaña y Villaseñor, 2002). La elevada biodiversidad de México se explica por su gran complejidad fisiográfica, además de su intrincada historia geológica y climática (Sarukhán et al., 2009).
El país también resalta por la estrecha correlación entre la gran diversidad biológica y cultural, ocupando la primera posición en el continente americano, así como el quinto a nivel mundial por el número de lenguas vigentes en la nación; esta variación lingüística está ligada cercanamente a las áreas de mayor biodiversidad (Sarukhán, et al., 2009). En este sentido, Bañuelos y Salido (2007) afirman que la sabiduría indígena con respecto a las plantas y las formas en que estas son utilizadas es un aspecto estrechamente vinculado con la cultura, la identidad, el territorio y el desarrollo. Por ejemplo, para el caso de las plantas medicinales, Puente et al. (2010) mencionan que el conocimiento campesino indígena y rural es un aspecto importante para contribuir al fomento y sustentabilidad de los sistemas de producción, que están fuertemente ligados a la cultura rural y que coadyuvan en el mantenimiento de la salud familiar en una forma natural. Al respecto, Cahuich et al. (2014) afirman que la permanencia de diversas comunidades indígenas, como los mayas peninsulares, se ha explicado por sus estrategias de uso múltiple de los recursos naturales, que les han permitido sobrevivir adaptándose a nuevas circunstancias desde hace ~3000 años.
No obstante, Lagos y Chacón (2011) citan que la riqueza biológica de América Latina se pierde a una tasa sin precedentes, a través de un proceso inexorable de conversión de los ecosistemas en tierras agrícolas o de pastoreo, a menudo bastante ineficientes, o por la sobreexplotación de los recursos forestales de la región. Asimismo, Jiménez et al. (2015) señalan que la amenaza a la biodiversidad de las áreas rurales persiste principalmente por las altas tasas de deforestación, la ampliación de la frontera agrícola y la contaminación de suelo y agua. De esta manera, los vínculos tan estrechos entre la biodiversidad y la diversidad cultural en los territorios de poblaciones indígenas, hacen suponer una erosión de los saberes autóctonos, vinculados al uso y aprovechamiento de sus recursos fitogenéticos.
Por lo anterior, surge la etnobotánica como una disciplina inter- y multidisciplinaria que se ocupa de la identificación, sistematización y reconocimiento del uso popular de las plantas (Fernandes y Boff, 2017); además, se ha convertido en una herramienta importante para la comprensión de los procesos ecológicos y socioculturales para la conservación de la biodiversidad y la cultura. En este contexto, la etnobotánica es una disciplina científica que investiga la interacción entre los seres humanos y su entorno vegetal, en la que es posible reconocer tres dominios básicos: a) la percepción cultural y la clasificación de los organismos, b) los aspectos biológicos y culturales de la utilización de plantas, y c) las bases culturales y las consecuencias biológicas del manejo de los recursos por los seres humanos a través del tiempo (Ríos et al., 2017). Por tanto, la persistencia del conocimiento etnobotánico en un grupo campesino es un indicador de resistencia cultural (Monroy y Ayala, 2003).
Las sociedades viven materialmente a partir de los bienes y servicios que obtienen de la naturaleza (Gómez-Baggethun y de Groot, 2007;Florescano y Ortiz, 2010). Por esta razón no es de sorprender el gran conocimiento sobre las plantas que desarrollaron las comunidades indígenas, reconociendo su utilidad y los usos de cada parte, dándole a cada una un valor cosmogónico y simbólico.
La cultura Totonaca asentada en la región del Totonacapan, Veracruz, México, tiene estrecha relación con varias especies de flora y fauna que utilizan para diferentes fines: medicinales, comestibles, rituales, etc. No obstante, debido a factores adversos como la ampliación de la frontera agrícola, el uso ineficiente de agroquímicos, falta de transferencia de tecnología productiva amigable con el medio ambiente y la deforestación, entre otros, los conocimientos tradicionales sobre el uso de la flora han ido en decadencia en los territorios de esta población, dada la estrecha relación entre biodiversidad y cultura. Por ello, se parte de la hipótesis de que en la zona de estudio existe una disminución en la conservación de los conocimientos tradicionales sobre el uso de la flora debido al incremento poblacional, la deficiente transmisión de los conocimientos de generación en generación y la urbanización, entre otros.
El presente trabajo pretende describir la riqueza cultural relacionada con la diversidad biológica de la zona de estudio. El objetivo principal del trabajo fue identificar mediante el Índice de Significancia Cultural a las especies de mayor importancia, interés y utilidad dentro del conjunto de plantas implicadas en las actividades de la vida cotidiana de la cultura Totonaca; con el fin de contribuir a la transmisión de los conocimientos tradicionales y posible conservación de las especies.
Área de estudio
La investigación se llevó a cabo en el año 2017 en el municipio de Filomeno Mata Veracruz, México. El municipio está situado entre 20º10’ y 20º16’N y entre 97º38’ y 97º45’O, con altitud entre 194 y 800msnm. Es una localidad de cultura Totonaca con una población hablante de 99% según datos de la Comisión Nacional de Población. Colinda al norte con los municipios de Coahuitlán, Coyutla y Mecatlán, Veracruz; al este con el municipio de Mecatlán y el Estado de Puebla; al sur con el Estado de Puebla; al oeste con el Estado de Puebla y el municipio de Coahuitlán. Ocupa el 0,06% de la superficie del Estado (INEGI, 2009).
Entrevistas
Para la ejecución de la investigación se empleó el método etnográfico basado en la elaboración de cuestionarios dirigidos al estrato poblacional de 55 años en adelante. Entendiéndose dicho estrato poblacional como personas mayores, las cuales poseen las características requeridas para el trabajo, como la intuición etnobotánica y conocimientos de la localización de las especies de la flora (Bautista et al., 2016; Gómez et al., 2016).
Una vez identificada la población objetivo, se aplicó un muestreo aleatorio simple. Se tomó en cuenta la suma de tres estratos de la población, de 55 a 59 años, de 60 a 64 años y de 65 a 69 años. Para calcular el tamaño de la muestra se utilizó la formula (Aguilar, 2005):
(1)donde N: total de la población (980); P: proporción esperada (0,05); Q: 1-P= 0,95; d: porcentaje de error (0,06); y Zx2: nivel de confianza= 1,645. Al sustituir los datos resultó un total de 34.48 encuestas; sin embargo, 4 de las encuestas tuvieron inconsistencias, por lo que se trabajaron con 30 cuestionarios. Se preguntó acerca del conocimiento de las plantas del municipio, el uso que les proporcionan, el manejo, nombres en español y nombres en Totonaco.
Se realizó un recorrido de campo mediante un transecto dirigido por un guía local, con el fin de identificar las plantas reportadas. Posteriormente se identificaron los ejemplares recolectados mediante el uso de claves taxonómicas y se compararon las muestras colectadas con las que se encuentran en los herbarios de la División de Ciencias Forestales (DICIFO) (Herbario CHAP) y de la Preparatoria Agrícola Chapingo de la Universidad Autónoma Chapingo (Herbario JES). Se verificaron las vigencias de la nomenclatura botánica mediante la página de internet www.trópicos.com.mx e igualmente se depositaron los ejemplares en el herbario de la Preparatoria Agrícola Chapingo.
Índices de diversidad
Índice de Shannon-Wiener (Shannon, 1948)
Índice de Shannon-Wiener (Shannon, 1948)donde i: una especie determinada, S: total de especies en la comunidad, Pi: abundancia proporcional de la iésima especie, representa la probabilidad de que un individuo de la especie i esté presente en la muestra, siendo entonces la sumatoria de Pi igual a 1. Igualmente, Pi= ni/N, donde ni: número de individuos de la especie i, y N: número total de individuos para todas las especies en la comunidad.
Índices de riqueza específica
Se relacionan con el número de especies presentes en la comunidad. Son el índice de Margalef (1958): R1 = S−1 /lnn y el índice deMenhinick (1964):

Índices de equitabilidad
Estos índices tienden a cero a medida que las abundancias relativas se hagan menos equitativas. Son el índice dePielou (1969): donde H’: índice de Shannon-Wiener y log2 S: diversidad máxima (H’ax) que se obtendría si la distribución de la abundancia de las especies en la comunidad fueran perfectamente equitativas; el índice de Sheldon (1969): , donde H’: índice de Shannon-Wiener y S: número de especies; y el índice deHeip (1974): donde H’: índice de Shannon-Wiener y S: número de especies.



Frecuencias
Para las frecuencias en las que aparecieron las especies de plantas citadas en las entrevistas se sumaron las veces en que se mencionó cada especie. Por ejemplo, el tomate silvestre se mencionó en 26 entrevistas de las 30 que se aplicaron.
Índice de Significancia Cultural
Se calculó el Índice de Significancia Cultural (ICS, del inglés Index of Cultural Significance) tomando como base la metodología de Turner (1988), donde los valores para cada variable son asignados a percepción del autor.

donde q: cualidad del uso, i: intensidad de uso, y e: exclusividad de uso. Los criterios utilizados para la clasificación se señalan en las Tablas I, II y III.



Se calculó el ICS de cada planta por clasificación antrópica y posteriormente se sumaron para obtener el ICS final; es decir, si una especie aparecía en tres o más clasificaciones se hacia la sumatoria de los ICS de esas clasificaciones; sin embargo, cuando solo aparecía en una clasificación se dejaba el valor dado.
Resultados
Se registró un total de 110 especies distribuidas en 57 familias, 95 géneros y ocho categorías antrópicas. Algunas de las especies fueron citadas en varias categorías; es decir, una misma especie puede tener varios usos, por lo que la sumatoria de las especies fue de 146 (Tabla IV).

Del total de especies el 43,84% corresponde al grupo de las especies comestibles; el 15,75% al de las medicinales; 16,44% a las empleadas para decoración; 12,33% son usadas como combustible; 4,79% como maderables; 2,05% para embalaje; 2,05% para cercos vivos; y un 2,74% es usado como forraje para el ganado.
Índice de diversidad, riqueza específica y equitatividad de especies
Los valores del índice de diversidad de Shannon-Wiener oscilaron de 0 a 5 unidades y se consideraron valores promedio de 2-3; es decir, que valores <2 se catalogaron como con poca diversidad, mientras que valores >3 se clasificaron con una mayor diversidad. Se registró que la categoría con mayor índice de diversidad en especies es la comestible (5,72080), seguido de las especies medicinales (4,40422), decoración (4,37983) y para combustible (4,06944). La categoría maderable se encuentra con una diversidad promedio (2,63935), en contraste con las categorías embalaje, cercos vivos y forrajeras (Tabla V).

La alta diversidad que presenta la categoría comestible puede deberse a su activa presencia en la vida cotidiana de la gente de mayor edad. En la actualidad, el estrato entrevistado (55 años en adelante) prefiere consumir especies vegetales presentes en sus cafetales y campos de cultivo, aprovechando el recurso agroalimentario a su disposición. De acuerdo a los testimonios de los pobladores, la situación anterior contrasta con generaciones más jóvenes, en las que la migración, malinformación y desinterés son causales de cambios drásticos en la dieta tradicional y hábitos alimenticios, en ocasiones por falta de comunicación, brecha generacional o tenencia y disponibilidad de la tierra. Todo ello ha desencadenado actualmente en un desconocimiento parcial del patrimonio biocultural como parte del sistema agroalimentario.
Del mismo modo, la gran diversidad de especies comestibles es el reflejo de su importancia en la región, donde los pobladores cuentan con una dieta en base a maíz, frijol y chile, plantas que proporcionan complementos y suplementos alimenticios, con un aporte no solo nutricional sino también culinario, enriqueciendo las texturas, olores y sabores de la comida serrana (Martínez, 2007).
La relación entre biodiversidad y cultura es muy estrecha, reflejándose en la gestión del patrimonio biocultural por una población considerada totonaca en un 99%. Los resultados arrojan que las categorías de medicinal y decoración ocupan segundo y tercer orden, siendo superadas por alimenticia por razones obvias de supervivencia. Se puede abstraer esta estrecha relación entre flora y cultura a través de los índices de Shannon-Wiener, Margalef y Pielou (Tabla V). Las categorías de clasificación que reflejen y busquen la satisfacción de necesidades serán mas diversas de acuerdo a la complejidad de la necesidad; es decir, la mayor diversidad de especies o mayor índice es reflejo de la complejidad de la necesidad a satisfacer como son los casos de Chamaedorea oblongata Mart. y Tagetes erecta L., que se utilizan para diferentes rituales y ceremonias, además de comercializarse regionalmente. De acuerdo con los resultados de los índices de las especies de las categorías previamente mencionadas, estas tienden a tener más diversidad debido a que la flora juega un papel fundamental para la preservación de la cultura.

En las categorías que le siguen se presentó una diversidad muy baja de especies (Tablas IV y V), ya que la zona de estudio no tiene vocación forestal ni ganadera; es decir, se registraron especies preciosas como la caoba (Swietenia humilis Zucc) y el cedro (Cedrela odorata L.), pero son pocas personas quienes transforman la madera para darle valor agregado.


Los índices de riqueza específica presentan el mismo comportamiento que los índices de diversidad de Shannon-Wiener, lo cual reafirma la diversidad de especies por categoría antrópica.
En cuanto a la equitatividad de especies, según los índices de Pielou, Sheldon y Heip, entre más cercano se esté a la unidad se tiene una mayor equidad. Por tanto, de acuerdo con los datos estimados existe una equitatividad aceptable en cada una de las categorías (Tabla V). Por ejemplo, para el Índice de Pielou los valores oscilan entre 0,088016 a 0,97590, con la categoría de forraje como el valor más bajo y la categoría combustible como valor más alto.

Como se demostró con los diferentes índices de diversidad, las especies comestibles presentan una mayor riqueza. Asimismo, entre las especies más mencionadas por los entrevistados destacan las consideradas en la canasta básica de los pobladores, tales como el tomate silvestre, la hierba mora, la calabaza y el chile de árbol (Tabla VI).

Índice de Significancia Cultural
En la Figura 1 se muestran los resultados obtenidos para el Índice de Significancia Cultural (ICS por sus siglas en inglés), el cual permite conocer las especies de mayor importancia, interés y utilidad en las actividades de la vida cotidiana dentro de una cultura o sociedad, en este caso de la cultura Totonaca.

La especie que obtuvo el mayor ICS fue el café (Coffea arabica L.; o kapéj en el idioma totonaca). Esta especie obtuvo 110 puntos (Figura 1) y probablemente ello es debido a que el municipio sigue siendo cafetalero. Para la mayoría de la población es una bebida indispensable en cualquier alimento del día; además, los padres transmiten el hábito de consumir café a sus hijos a muy temprana edad, lo que la hace no solo importante sino parte fundamental de la cultura Totonaca.

En segundo lugar, se presentó la naranja o laxax (Citrus × sinensis (L.) Osbeck). El fruto de esta especie se consume la mayor parte del año, dado que los municipios aledaños son productores (incluso la zona del Totonacapan resalta como la región productora por excelencia a nivel nacional). Las hojas del naranjo se utilizan como producto medicinal y cuando el árbol está en su punto de madurez alto (viejo) sus ramas y fuste se usan como leña. Por otro lado, es un árbol frutal que se encuentra en los huertos familiares y en los ranchos de los productores.
En los ICS más altos se encontraron las especies con mayor demanda en las categorías de comestible y decoración. Por ejemplo, en la categoría de comestibles se identificaron la caña de azúcar o chánkat (Saccharum officinarum L.), maíz o kúxi (Zea mays L.), chiltepin o lagtinapin (Capsicum frutescens L.), tomate silvestre o luwanapaglhchu (Lycopersicon lycopersicum L., H. Karst.), hierbamora o mustulut (Solanum nigrum L.), frijol o stapu (Phaseolus vulgaris L.), chile de árbol o tsílampin (Capsicum annuum L.) y al tomatillo o champúlulh (Physalis gracilis Miers). Igualmente, en la categoría decorativos se ubicaron al cempaxúchitl o kgalhpuxam (Tagetes erecta L.) y al tepejilote o litámpa (Chamaedorea oblongata Mart.) (Figura 1).

De acuerdo con los resultados y a testimonios de los entrevistados, la dieta local se conforma de maíz, chile, tomate, frijol y verduras silvestres como la hierbamora. Estos mismos cultivos que componen la dieta alimenticia se utilizan en ceremonias religiosas. Como se puede apreciar, no se puede desasociar la categoria comestible de la categoria decorativos; esto es, la alimentación y las practicas rituales o ceremoniales estan intimamente ligadas. Por ejemplo, el cempaxúchitl es una planta cultivada y comúnmente usada para decoración en los festejos de día de muertos y además las hojas son utilizadas como medicinales para el alivio de dolor de estómago y vómito.
Asimismo, el tepejilote o litámpa es una planta que se encuentra de forma silvestre en el rancho, junto a los cultivos de café. Las hojas frondas de esta planta se recolectan en la mayor parte del año para adornar (junto con el cempaxúchitl) los altares en festejos y ceremonias; sin embargo, su uso mayoritario es en los días de muertos. Asimismo, las hojas de esta especie contienen propiedades que los pobladores consideran medicinal.
Discusión
Hasta antes de la caída de los precios en la región (1998-2000) el cultivo de café, la planta con el mayor ICS, era la base de la economía de la comunidad en estudio. Es un cultivo que se produce a veces en asociación con el maíz, siendo éste ultimo la base dietética local para la supervivencia. Por tanto, el café es un producto básico y de consumo mayoritario en la comunidad. Su importancia permea no solo a nivel de consumo, sino también en las prácticas ceremoniales o rituales. La importancia cultural del café es tan alta que autores como Martínez et al. (2007) han hecho un inventario de la flora útil encontrada en los cafetales de la Sierra Norte de Puebla, región colindante al municipio de Filomeno Mata, Veracruz. En su investigación registraron 319 especies pertenecientes a 238 géneros nativos y 63 introducidas. Agruparon las especies en 13 categorías antrópicas y citan que las de mayor abundancia de especies son las medicinales y comestibles. En la zona de estudio predomina el sistema tradicional de producción (agroforestal), el cual se caracteriza por aprovechar la sombra de especies arbóreas de la vegetación natural, que alcanzan más de 15m de altura, predominando las del genero Inga. De esta manera se puede observar que manteniendo y acrecentando la cultura del café, implicaría el sostenimiento de las especies vegetales que están asociadas al cultivo.
En suma, las prácticas rituales y ceremoniales resultan ser tan importantes para las familias campesinas como la producción de cultivos para su autoabastecimiento y generación de ingresos económicos (Cahuich et al., 2014).
Por otro lado, el número de familias botánicas y especies reportadas en este trabajo es baja con respecto a los hallazgos en estudios realizados en otras regiones de México con condiciones similares. Este es el caso de estudio hecho por Bautista et al. (2016) en el Ejido La Encrucijada, Cárdenas, Tabasco, donde se identificaron 203 especies, pertenecientes a 69 familias botánicas. Los pobladores reconocieron 15 categorías de uso de las cuales destacaron las ornamentales (30%), comestibles (26%) y medicinales (16%). Esta diferencia puede deberse al hecho que en el presente trabajo se tuvo como objeto de estudio a un estrato de la población específica (55 años en adelante).
Lo anterior implica que, al haberse concentrado en un estrato pequeño de la población totonaca del municipio (55 años en adelante), no se alcanzaron a reconocer en su totalidad las especies que se encuentran presentes. No obstante, el objetivo del trabajo fue la identificación de los nexos entre la cultura y la flora, y solo el estrato en estudio tenía esta información relevante (Bautista et al., 2016; Gómez et al., 2016).
En relación a la distribución porcentual por categoría antrópica encontrada en este estudio, los resultados se asemejan a los expuestos por Martínez et al. (2012) en la mixteca poblana, donde se reconocieron nueve categorías de uso, resaltando los usos para combustibles, medicinales, comestibles y de construcción. Los resultados de Martínez et al. (2012) también refuerzan la idea de que la vegetación silvestre provee a estas comunidades principalmente con productos básicos. Además, resultó notorio que las categorías con mayor especificidad de uso fueron las medicinales, alimenticias, ceremoniales y ornamentales.
Martínez et al. (2012), afirman que la razón del mayor grado de aprecio hacia las plantas medicinales, alimenticias y para construcción en las comunidades puede deberse a que estas especies son proveedoras de una fuente natural de productos de primera necesidad.
Un factor relevante sobre la gran diversidad de especies que presenta la categoría comestible es que los alimentos son la principal fuente de difusión del conocimiento de los padres a los hijos; es decir, en la ‘mesa’ es donde se inicia la relación. La dieta no es un fenómeno aislado de la cultura (Martínez, 1976).
Los resultados presentados en esta investigación pueden servir de guia para plantear programas que promuevan la conservación de la flora útil y gestión del patrimonio biocultural en la localidad, basadas principalmente en el aprovechamiento racional de las especies silvestres mayormente valoradas. Dichos programas deberán considerar los conocimientos de la comunidad para mejorar la autosubsistencia y la generación de excedentes con fines económicos y, al mismo tiempo, promover su mantenimiento como áreas de conservación de una agrobiodiversidad que fortalece su cosmovisión e identidad cultural (Cahuich et al., 2014).
Conclusiones
La comunidad Totonaca y en específico la zona de estudio mantiene una estrecha relación con la flora de la localidad. Por un lado, el capital natural es fuente de alimentos y medicina para los pobladores; por otro lado, para la preservación y transmisión de las manifestaciones culturales se requieren de algunas especies vegetales particulares. En este sentido, los hallazgos en la comunidad de estudio indican que los usos más importantes de la flora son para la categoría comestibles, seguidos por medicinales, decoración y combustible.
El ICS refleja construcciones culturales complejas, basadas en el proceso económico-comercial, que yacen sobre los recursos vegetales. En particular, el café, la naranja y caña de azúcar son cultivos introducidos a México pero, gracias a su valor comercial y como factor de desarrollo, han evolucionado en su contexto productivo para formar parte del patrimonio biocultural de la comunidad. Dichos cultivos se destacan sobre los demás por el contexto socioeconómico que los envuelve; entendiendo que para estas tres especies el ICS refleja aquellos productos que tienen mayor demanda del mercado local y regional; equiparando la significancia cultural con pertinencia económica.
Por debajo de los tres cultivos citados, resaltan dos especies nativas de la región: el cempaxúchitl y el tepejilote, ambas especies multipropósito. Destacan por su importancia ritual, siendo aquí el ICS un reflejo del patrimonio biocultural contemporáneo que ha pasado por un proceso histórico dentro de la comunidad y que ha conservado su importancia como reflejo de una herencia prehispánica. Sin embargo, el despunte de estas dos también es reflejo de la demanda del mercado local, expresando que su importancia y significancia cultural es tal, que permite y fomenta un protocultivo para su producción y comercialización, teniendo una injerencia dinámica dentro de la cosmovisión local.
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Notas de autor
marcoandres@chapingo.uruza.edu.mx