Elección de carrera: motivos, procesos e influencias y sus efectos en la experiencia estudiantil de jóvenes universitarios de alto rendimiento académico
Elección de carrera: motivos, procesos e influencias y sus efectos en la experiencia estudiantil de jóvenes universitarios de alto rendimiento académico
REencuentro. Análisis de Problemas Universitarios, vol. 30, núm. 77, pp. 53-74, 2019
Universidad Autónoma Metropolitana
Recepción: 01 Septiembre 2019
Aprobación: 08 Enero 2020
Resumen: Se exponen resultados de investigación sobre los motivos, influencias y procesos de elección de carrera y sus efectos en la experiencia estudiantil de jóvenes universitarios de alto rendimiento académico. El diseño fue cualitativo de corte interpretativo, se entrevistó a profundidad a 23 jóvenes, las entrevistas se trabajaron con análisis de contenido cualitativo. En los motivos se identificaron: la vocación, sentirse competente en el saber hacer de la carrera, el gusto por los conocimientos que se cultivan, su prestigio social y utilidad. La figura de mayor influencia es la familia; los procesos fueron racionales, confusos y azarosos. Los efectos son variados, la elección vocacional contribuye a una experiencia centrada en el disfrute de los estudios y la elección profesional desencadena diversas dificultades de integración y vinculación significativa con la carrera.
Palabras clave: Jóvenes universitarios, Elección de carrera, Motivos, Alto rendimiento académico, Experiencia estudiantil.
Abstract: In this paper, research results about reasons, influences and the process of university degree selection amongst high academic performance students are shown. The research design was qualitative, with an interpretation focus, and 23 young students were interviewed in depth. The interviews were analyzed with a qualitative content analysis. Amongst the reasons that were identified are: the vocation, the perception of possessing the required aptitudes for the profession, liking the knowledge that the discipline creates, social prestige, and usefulness. The greatest influence comes from the family, and these processes were rational, confusing and random. The effects are varied, the vocational selection contributes to an experience centered in the enjoyment of the studies and the professional election unchains different difficulties about integration and meaningful engagement to the degree.
Keywords: Young university students, University degree choice, Reasons, High academic performance, Student experience.
Introducción1
Las diversas formas en que los jóvenes viven, se apropian y significan ciertos eventos sociales compartidos pueden ser la clave para comprender cómo se desarrolla la experiencia estudiantil posterior; entre ellos, una de las decisiones más relevantes y con efectos de gran magnitud a futuro en las sociedades urbanas, se encuentra la elección de una carrera profesional. Acertar puede significar el éxito en el curso de los estudios superiores o, por el contrario, desilusionarse al grado de abandonar (de Vries, León, Romero y Hernández, 2011).
Aunque equivocarse al elegir un determinado grado universitario no necesariamente se traduce en deserción, puede desencadenar otras experiencias que es imperativo explorar y tener en cuenta desde las Instituciones de Educación Superior (IES) para el diseño programas de atención integral a los estudiantes de nuevo ingreso o inclusive comenzar con el establecimiento de vínculos con el nivel medio superior para orientar en el proceso de tránsito hacia la formación profesional.
Esta investigación se enfoca exclusivamente en los jóvenes que la institución educativa reconoce y tipifica como de Alto Rendimiento Académico (ARA)2, ya que en las distintas búsquedas se identificó que si bien existen vastas aproximaciones a los motivos, influencias y procesos de elección de carrera, este grupo no ha sido tomado como centro de indagación; por lo tanto, explorar cómo se da ese proceso y los efectos en su experiencia estudiantil posterior puede arrojar luz sobre un tópico que continua con varias interrogantes sin responder.
A pesar de que los jóvenes entrevistados informaron retrospectivamente sobre su elección, lo cual podría sesgar sus opiniones para tratar de justificar las elecciones realizadas, el objetivo de la investigación implica recuperar un evento del pasado, reflexionarlo y tomar posición sobre sus resultados y efectos en el presente; si bien la experiencia narrada no es la misma que la experiencia vivida, es un hecho que dicha narración configura la construcción social de la realidad (Bolívar, 2002) y permite comprender desde su propia voz, cómo (motivos, influencias y procesos) plasman su huella en el desarrollo de su experiencia estudiantil universitaria y cómo esta se transforma al articularse con variables institucionales, curriculares, docentes y sociales.
En esta línea de discusión, se observa que a lo largo del tiempo, aproximaciones desde diferentes disciplinas han aportado evidencia de los factores que inciden en la elección de una profesión; teorías sociales atribuyen las influencias al ambiente, teorías económicas se centran en la exploración del costo-beneficio de las elecciones, teorías del azar asumen que la decisión está fuera de control del individuo y teorías psicológicas se concentran en el estudio de los atributos de los sujetos. Algunos de los hallazgos más relevantes en torno al tema se muestran en el Cuadro 1.

Como se puede observar en el Cuadro 1 la investigación sobre motivos e influencias en la elección de carrera ha contribuido a conocer un poco más del tema; si bien no cambian los primeros hallazgos, sí se han diversificado las perspectivas que permiten pensar la elección de carrera como un proceso complejo que no se expresa en términos de relaciones unidireccionales, sino que se encuentra estrechamente relacionado con el tipo de carrera, por ello, algunas indagaciones han centrado su atención en carreras y áreas específicas como de la salud, ciencias e ingeniería y educación, por mencionar algunas.
El tema no es sencillo y, en este caso, centrarse en jóvenes universitarios de alto rendimiento académico, como parte del amplio mosaico de estudiantes, aporta al conocimiento de otro más de los grupos minoritarios que interactúan en la institución y la enriquecen con sus prácticas y estilos de vida universitaria. Por tanto, arrojar luz sobre los efectos que tienen sus motivos de elección, procesos e influencias recibidas, puede contribuir a su mejor conocimiento desde las IES y, en consecuencia, brindar una atención más integral y pertinente desde dichas instituciones.
Referentes teóricos
La elección vocacional es un proceso interno y continuo que le permite conocer y desarrollar al estudiante intereses, actitudes y habilidades relacionadas con alguna profesión (Hermosillo, 2008), mientras que la elección de carrera es producto de las experiencias vividas y de las condiciones sociales, culturales y económicas de cada individuo, en ella puede haber constreñimientos de clase, culturales, de género o económicos (Castañeda y Solorio, 2014). En este sentido la experiencia de elegir una profesión se asume como un acontecimiento de carácter subjetivo y multifactorial, que tiene lugar en las condiciones objetivas que impone el sistema al sujeto, quien elige con base en ciertos marcos de referencia desde donde se prefigura el trayecto de elección (Dubet, 2005).
En esta misma línea de discusión Cerón afirma que:
La elección por algo o por alguien (una carrera universitaria) no es una acción unilateral por parte del elector, sino una doble dirección en la que los electores (los aspirantes a los estudios universitarios) son a la vez elegidos por las estructuras externas y objetivas (2013: 70).
De tal forma, es importante tener en cuenta que la presencia de restricciones en el proceso de decisión ya sean económicas, culturales o sociales, pueden llevar a que la elección profesional se superponga a la elección vocacional.
La investigación existente confirma los argumentos anteriores al demostrar que los jóvenes mejor preparados, de orígenes familiares que disponen de mayores recursos socioeconómicos y culturales, con mejores antecedentes académicos y con promedios escolares mayores, tienen probabilidades de éxito más elevadas al competir por un espacio en ciertas instituciones de educación superior Bourdieu y Passeron (2004), Guzmán y Serrano (2011).
Bourdieu y Passeron (2004) abonan en este sentido cuando afirman que, en la percepción cotidiana de los alumnos y sus familias, la educación superior se puede presentar como un futuro “normal”, “posible” o “imposible” y desde ahí se empieza a prefigurar el trayecto de elección, ya que se elige de acuerdo con ciertos marcos de referencia.
Dicha elección, según los mismos autores, expresa tanto de parte de los estudiantes como de sus familias de origen gustos, preferencias, conocimientos y esquemas de acción. En este sentido algunos estudiantes viven la elección de una profesión como la extensión de los valores socioculturales de la familia, otros como la vía para habilitarse en el ejercicio profesional, otros como un triunfo y algunos más como una postergación en espera de que algo más ocurra. Inclusive en el extremo opuesto de los estudiantes favorecidos Guzmán (2013) y Ramírez (2013) identificaron jóvenes que sólo tienen como objetivo no quedar fuera, por lo tanto, la institución y la carrera a veces pasan a segundo término siempre y cuando se consiga un lugar.
Como se verá más adelante, raramente la elección profesional ocurre como un evento ordenado y racional aun cuando las aspiraciones educativas de los sujetos son claras, el recorrido de elección se da de formas muy heterogéneas y, sobre todo, se vive de manera muy subjetiva, ya que las decisiones que se toman llevan a elegir en sí entre una forma de vida u otra, asumiendo que el ejercicio de una profesión puede permitir la realización de sí, cuando se tiene vocación por la misma (Dubet, 2005). En dicho acontecimiento los jóvenes se ven forzados a definir su futuro no sólo profesional sino personal, en un momento de la vida en que tienen que asumir múltiples decisiones.
Además, si se tiene en cuenta que las decisiones de los jóvenes al optar por un grado universitario no se limitan a ese momento preciso en el que responden los formularios para preparar su registro, la presión es considerablemente mayor; ya que esa elección impacta directamente en su futuro como estudiantes, los significados y sentidos que asignan a los estudios y la vinculación que se establece con dicha carrera, en sí con su experiencia estudiantil universitaria.
De esta forma, Dubet (2005) señala que dicha experiencia estudiantil se construye sobre tres registros integración, proyecto y vocación. En el primero se pone en juego la habilidad de los jóvenes para aprender las reglas del juego, se prueba su capacidad de adaptación al sistema social y académico de la institución. En tanto que el proyecto trata sobre todo del significado y/o la percepción de utilidad social otorgada por los jóvenes a sus estudios; mientras que la vocación, desde sus raíces weberianas, remite al sentimiento de realización de sí mismo al experimentar un interés intelectual y personal genuino hacia la profesión.
Interesa destacar en este punto que la experiencia estudiantil es una entidad integrada, por lo tanto, dar cuenta de cómo los motivos, procesos de elección e influencias recibidas la impactan, implica mirar en ese trabajo de articulación, de los tres registros, que lleva a cabo el estudiante.
Desde esta perspectiva construccionista se tiene que la experiencia no es una sola, tampoco está dada ni permanece estática, por el contrario, es dinámica, está viva y en permanente transformación; al articularse con las formas en que se organiza la enseñanza de las disciplinas, la importancia que se les da a determinadas escuelas de pensamiento o no, la organización y vinculación misma de la institución con el exterior y las interacciones sociales que ahí se producen. Por ello, como señala Dubet (2005), a pesar de tratarse de las mismas instituciones en sus distintas carreras se favorecen experiencias muy diversas porque acogen a públicos estudiantiles heterogéneos que se apropian de formas distintas de lo que se les ofrece.
Precisiones metodológicas
La metodología empleada fue de corte cualitativo y de carácter interpretativo, ya que esta permite analizar casos concretos en su particularidad temporal y local (Flick, 2007); además, entre sus cualidades destacan el ser abierta, flexible e inductiva y favorece la recuperación de la subjetividad de los actores sociales, sus vivencias y sentidos de sus prácticas situadas (Giddens, 2012).
Sobre los participantes
Para la selección de los participantes se optó por el muestreo teórico (Glaser y Strauss, 1967), donde los participantes se eligen a partir de la categoría social que representan, de esta forma el número de casos no es tan relevante, como el hecho de ser portadores de la categoría definida en el marco de la investigación. Si bien las unidades o situaciones a incorporar se eligen a partir del conocimiento teórico que se va construyendo sobre la marcha, algunos autores reconocen que lo habitual es comenzar a elegir a los sujetos con alguno de los diseños propositivos (Martínez, 2012).
Con base en lo anterior, en esta investigación se empleó uno de los diseños que centran su interés en el caso mismo, específicamente el de criterio o de colección completa (que busca incluir a todos aquellos que cumplan con determinado criterio) (Martínez, 2012), es decir, para los objetivos de este estudio, se trató de todos aquellos estudiantes que fueron identificados por la institución como de alto rendimiento académico.
En este sentido, cabe mencionar que no existen pretensiones de generalización de los resultados obtenidos, sino de comprender los procesos y las experiencias estudiantiles de los jóvenes. Con este marco de referencia, los criterios de selección fueron:
Ser estudiante de ara, identificado por la institución a través del cálculo de sus promedios generales de calificaciones mismos que debían estar en un rango de entre 9.0 y 10.0 en una escala de 0 a 10;
Ser estudiante regular, es decir, haber aprobado todas sus materias en exámenes ordinarios, ambos criterios institucionales de tipo normativo y administrativo y;
Cursar el quinto semestre al momento de la entrevista (criterio establecido por la investigadora, ya que en ese tramo de la trayectoria se supone superado el proceso de transición del nivel medio superior a la universidad y permitía observar cierta continuidad en sus promedios).
Procedimiento
Una vez establecidos los criterios de selección se contactó a las autoridades correspondientes3, se consensuó su participación y, posteriormente, tras la identificación en bases de datos institucionales de administración escolar, se obtuvo un listado de 37 jóvenes, 24 mujeres y 13 hombres que cubrían dichos criterios, dicho listado estaba en orden descendente con promedios generales que iban de 9.8 a 9.1. Acto seguido se procedió a contactar directamente a los jóvenes; fueron encontrados en salones de clases y talleres, se compartieron los principales rasgos de la investigación, el objetivo, procedimientos y lo que se esperaba de su participación.
Asimismo, se establecieron los términos de confidencialidad y se procedió a asignarles un seudónimo para resguardar sus identidades. Por último, se enfatizó la importancia de su colaboración voluntaria y la libertad de retirarse del estudio en el momento en que así lo consideraran. Además de brindarles la oportunidad de preguntar, comentar y adicionar cualquier información o aspecto de la investigación que no fuera suficientemente claro.
Finalmente, desde el primer contacto se logró consensuar la participación de 13 mujeres y 10 hombres del quinto semestre de la carrera de Arquitectura de la UNAM, sede Ciudad Universitaria, 21 del turno matutino y dos del vespertino. Esa composición no fue al azar, ya que el listado proporcionado por la institución estaba integrado en su mayoría por jóvenes que asistían a clases por la mañana, eran más mujeres y ellas encabezaban los promedios más altos.
Cuando se habían realizado poco más de mitad de las conversaciones pactadas en el primer contacto, se observó que no emergían nuevos datos; no obstante, se cedió a continuar porque se deseaba equilibrar el número de hombres y mujeres, cuando se percibió que el ejercicio en realidad no aportaba más hallazgos se optó por recurrir al criterio de saturación teórica, vinculado al muestreo teórico, para finalizar el número de entrevistas realizadas. No obstante, después de dos años y como resultado natural del proceso de análisis de las primeras entrevistas, para profundizar algunas líneas de interpretación, se decidió realizar un segundo encuentro con los estudiantes que accedieron, finalmente se hizo hasta una tercera charla tres años después sólo con seis de ellos.
A partir del ejercicio anterior la muestra estaba integrada por 13 jóvenes que ingresaron a través de examen de selección y 10 mediante Pase Reglamentado de la UNAM4; sus edades oscilaban entre 20 y 22 años y sus promedios de calificaciones en un rango de 9.1 a 9.8. El 78% vivía con sus padres y el resto rentaba alguna pensión cercana a la universidad; 87% eran originarios de la Ciudad de México; 91% creció en familias de estructura nuclear, también hubo un caso de padres divorciados y uno de madre soltera; 78% tenía padres donde por lo menos uno contaba con estudios de nivel superior, empleados tanto en el sector público como privado.
Estrategia de construcción de datos
Se utilizó la entrevista a profundidad en tanto herramienta de construcción del mundo, de narrar la experiencia, de acceder a ella y de interpretarla (Bolívar, 2002). Se diseñó un guion que permitió mantener el foco de la conversación al tiempo que la dejó fluir a su propio ritmo, fue organizado en nueve módulos temáticos: datos socioeconómicos generales; grupos de referencia como familia, profesores y grupos de pares; elección de carrera; expectativas profesionales y planes a futuro; satisfacción en la carrera; percepción de sí mismo y de los otros; significado de los estudios y condición de alto rendimiento; prácticas académicas y tiempo libre. En este artículo se abordan exclusivamente los hallazgos relacionados con el proceso de elección de carrera y satisfacción en esta. Dicho guion se piloteó y validó con entrevistas a cuatro estudiantes que cumplieron con los criterios de inclusión definidos; posteriormente, se realizaron los ajustes pertinentes al instrumento y se inició la inmersión en campo.
En el análisis e interpretación de los datos se empleó la estrategia de análisis de contenido cualitativo y se utilizaron los procedimientos de codificación abierta y axial (Strauss y Corbin, 2002). Con este marco de referencia se registraron los primeros elementos relevantes del relato y, posteriormente, se realizó la lectura formal de cada relato donde se procedió de la siguiente forma a) se redujeron los datos a través de la edición, categorización, codificación, clasificación y presentación de estos; b) se realizó un análisis descriptivo, que permitió elaborar conclusiones empíricas y descriptivas; y c) se trabajó en la interpretación que dio paso a conclusiones, proceso resumido por Bolívar (2002).
Resultados
Motivos de elección
En términos generales se identificó la vocación, el gusto por los saberes que se cultivan en una carrera como arquitectura y el reconocimiento en sí mismo de las habilidades necesarias para desempeñarse en la misma como un primer grupo de motivos de elección, lo cual confirma los resultados de Skatova y Ferguson (2014) al sostener que las preferencias y los intereses personales son los motivos más influyentes a la hora de elegir qué carrera estudiar, y los de Holmegaard (2015) quien identificó en las narrativas de los estudiantes de secundaria que el interés en el contenido académico era indispensable para realizar la elección de carrera.
Por otro lado, se encontró un segundo conjunto de motivos donde se ubicó el prestigio social de la profesión y su percepción de utilidad con un mercado laboral más definido. Estos últimos coinciden con lo encontrado por Peró et al., (2015) al observar que estudiantes de ingeniería o arquitectura valoran más cuestiones relativas a las salidas laborales o la utilidad percibida de la carrera.
Los motivos en los que se destaca la vocación, los argumentos de los jóvenes fueron que la Arquitectura es una carrera en la que se pueden articular armónicamente un conjunto de disciplinas como matemáticas, artes, historia y diversas ciencias sociales, lo cual la hace una carrera integral. El relato de César es ilustrativo en este sentido “desde un inicio me gustaban las matemáticas y las artes y yo quería encontrar algo que me ayudara a empatar estas dos como ramas y entonces sí busqué arquitectura por eso”. Asimismo, Fernanda compartió “desde siempre me gustó mucho la parte artística y manual pero también matemáticas”.
Por su parte Karla, Silvia, Manuel, Keila, Mónica, Arturo, Mirna y Ángel que también eligieron dicha carrera por su afinidad hacia los saberes que en ella se cultivan, señalaron que reconocer en ellos mismos aquello que para lo que eran buenos fue fundamental para decidir.
Un segundo grupo de motivos de elección tiene que ver con una representación social de la arquitectura como una carrera que goza de cierto prestigio social y cuenta con un mercado laboral más amplio y seguro que otras profesiones, estos motivos se presentan sólo en quienes la eligieron como segunda opción, en esos casos fueron los padres quienes reorientaron la decisión, sobre todo privilegiaron una elección profesional.
Los padres de Brenda, quien deseaba estudiar Diseño Gráfico, narra: “el diseño, me decían (sus papás), bueno es que mira la situación cómo está, como que ya hay mucho diseñador gráfico, como que esa carrera para que encuentres trabajo ya está muy difícil, por qué no te vas por arquitectura o ingeniería, arquitectura sí se ve muy bien”. Una situación parecida vivió Fredy quien se inclinaba por Artes Plásticas, así lo expresó “quise estudiar artes plásticas y me quería ir a la Esmeralda (Escuela Nacional de Pintura y Escultura) y siempre hubo un poco como de conflicto con mis papás porque son así como más tradicionales y veían, así como que si estudiaba artes plásticas en su mente me iba a morir de hambre”.
Luis se inclinó por arquitectura basado en el estereotipo social de que los Arquitectos ganaban más dinero que los Ingenieros Civiles y que eran más reconocidos porque su trabajo era a gran escala.
En los procesos se podrá observar que quienes optaron por una elección profesional en lugar de una elección vocacional tomaron decisiones pragmáticas pensadas para el futuro laboral y certeza económica y no tanto centrados en el disfrute de una etapa formativa en la que se perfeccionan las habilidades y capacidades que se poseen.
Procesos de elección de carrera
Racionales y ordenados fueron los procesos vividos por Arturo, Ángel y Silvia, los tres ingresaron por pase reglamentado, ellos en realidad siempre tuvieron claro qué deseaban estudiar, sus familias no intervinieron en sus decisiones porque los percibieron seguros de su decisión. El relato de Arturo es ilustrativo al respecto “bueno mi abuelito es, bueno era maestro albañil y pues a mí me gustaba mucho lo que él hacía, entonces yo sabía que quería hacer eso, me gustan las estructuras y soy bueno en ello, siempre quise ser arquitecto”. Por su parte, Silvia indicó que desde pequeña llamaban su atención las construcciones de la colonia donde vivía, sabía que Arquitectura era una carrera que tenía un nivel de exigencia elevado y que tal vez su familia pasaría dificultades para apoyarla, pero un tío le aseguró que no tenía que preocuparse por ello y entonces simplemente se registró en dicha carrera.
Procesos racionales, pero no exentos de dificultades, Fernanda, Mónica, Karla, Mirna, Isabela, Mariana, Eric y César, a quienes también tenían cierta certeza de la opción profesional que deseaban, enfrentaron otro tipo de situaciones que podrían poner en riesgo una decisión que inicialmente parecía no representar ningún inconveniente. Los padres de Fernanda querían que optara por Ingeniería Civil (IC), en su imaginario esa era una profesión con un campo laboral más seguro; por en el caso de Mónica, quien siempre estuvo segura de que Arquitectura era su carrera, sus profesores empezaron a cuestionarla sobre su decisión y le surgieron dudas sobre si ésta era acertada o si era IC lo que buscaba en realidad. Mientras que Eric, quien creció pensando que estudiaría Arquitectura, experimentó dudas porque sus amigos le insistían que tal vez lo que quería era ic.
Es frecuente que aquellos aspirantes que tienen arquitectura en su gama de opciones también consideren ic como una posibilidad, porque en su imaginario parece que se trata de las mismas profesiones, sólo quienes hacen frente a ese período de duda allegándose de información logran confirmar su decisión; en cambio, aquellos que no procedieron así se encontraron ante un panorama inesperado que los sorprendió no siempre en sentido positivo.
En los casos donde sí buscaron confirmar o desechar sus dudas recurrieron a sus familiares, conocidos o amigos que cursaban arquitectura o tenían alguna referencia útil con respecto a dicha profesión; también los profesores se constituyeron en una fuente relevante, ya que algunos impartían clases en Arquitectura, además los planes de estudio disponibles en las páginas web oficiales de la universidad también ayudaron a formarse una idea más clara de la profesión, inclusive algunos visitaron las instalaciones de la institución y tuvieron la oportunidad de confirmar su decisión.
Procesos confusos marcados por la incertidumbre y la búsqueda de la alternativa correcta, algunos estudiantes enfrentan el proceso de elección como un verdadero reto a su personalidad, esto ocurrió en aquellos casos donde el gusto generalizado por distintas disciplinas les impedía tomar una decisión crucial para su vida futura.
El proceso de elección que vivieron los estudiantes que inicialmente parecían seguros con otras opciones profesionales, da cuenta de cómo se desencadena la incertidumbre ante la posibilidad real de equivocarse; surge la duda en los propios gustos y aptitudes, se preguntan a sí mismos si esa es la decisión correcta o si deben hacer algo más para verificar y tener mayor certeza; en ese momento emerge la necesidad de asegurarse por todas las vías de que lo están haciendo bien. Las historias de Ivonne, José y Javier son un ejemplo de las diversas situaciones que vivieron en este sentido.
Ivonne, quien emulando la trayectoria del hermano mayor optó por Química, presentó el examen y no ingresó en el primer año, se tomó un sabático y en ese lapso asistió a clases de oyente para preparar su segundo intento; sin embargo, después de algunas sesiones se dio cuenta que no le gustaba la carrera. Dada la cercanía de la Facultad de Arquitectura también la visitó, platicó con algunos estudiantes y profesores, entró a clases y a talleres, en su segundo año cuando iba a presentar el examen se decidió por esta profesión.
El caso de José fue distinto, él presentó examen para Diseño Industrial (DI) en la UNAM y en la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), pero al conseguir un lugar en ambas se decidió por la primera debido a su prestigio institucional. Sin embargo, en sus primeros días en la carrera se percató de que no se trataba de un ingreso directo, sino que debía cursar un primer año de saberes generales de arquitectura y posteriormente presentar una repentina5 que al acreditarla le daría acceso a DI; él se percibía a sí mismo como alguien no muy hábil en el diseño y enfrentar un examen sorpresa lo estresaba realmente, por lo tanto, decidió no intentarlo y permanecer en Arquitectura.
Javier por su parte siempre quiso estudiar Ingeniería Mecánica, pero su hermana mayor y modelo a seguir, le aconsejó que debía optar por Arquitectura porque percibía en él habilidades y cualidades propias de dicha carrera, se apropió la idea y la eligió basado en su consejo.
Procesos confusos y azarosos, los casos de Leticia y Emma son ilustrativos del escenario menos deseable al tomar una decisión de tal envergadura. Es natural que los jóvenes se sientan atraídos por distintas carreras, pero cuando se tiene una en mente y en el momento preciso de la decisión se opte por una profesión jamás considerada en el panorama sí es una situación excepcional. Eso ocurrió a Emma, quien envuelta en el desarrollo de un proyecto de carácter social, producto de un compromiso asumido como estudiante de retorno de un intercambio académico de una escuela en el extranjero, descuidó su proceso de elección, originalmente quería estudiar Energías Renovables, pero eso implicaba una visita previa a la sede en Temixco Morelos, misma que no realizó en tiempo y forma, por lo tanto, al momento de llenar su formulario de pase directo, sólo puso Arquitectura porque era una carrera que ejercía su papá y a falta de otros referentes eligió lo conocido por encima de lo deseado.
Por su parte Leticia siempre se dijo segura de que quería estudiar (Física), comentó al respecto fue “de hecho yo quería ser física, amo la física; entonces dije no pues yo voy a estudiar área físico-matemático como mi papá, entonces ya estando ahí en la decisión, la niña de chinitos (su mejor amiga) me dijo —no, es que mi papá es arquitecto y yo voy a estudiar arquitectura— y ya me empezó a contar de la carrera y le dije pues suena bien ya que combinas lo físico con la química de los materiales” y así fue su elección, el producto de una circunstancia del azar.
Influencias
A partir del análisis de los relatos de los jóvenes se observa que los motivos de elección profesional si bien pueden ser compartidos, el proceso no siempre lo es y en ello intervinieron sus contextos sociales y culturales, los sistemas de creencias de sus familias y sus propios recursos para apoyar el proceso o incluso dificultarlo. Esto último sucedió cuando a) los padres no percibieron en la carrera elegida salidas laborales seguras; b) consideraban que los hijos podrían desempeñarse mejor en otros campos profesionales o; c) porque en su imaginario los hijos no tienen suficiente madurez para elegir de forma autónoma.
Por otro lado, la familia representada por tíos, hermanos, hermanas, abuelos, primos, primas también se convirtió en un referente fundamental cuando a) a través de su ejemplo y experiencia contribuyen a la interiorización y maduración de una idea con respecto a lo que se quiere ser profesionalmente hablando; b) cuando identifican aptitudes y gustos en los jóvenes y los encaminan hacia determinadas opciones que perciben como factibles y c) cuando consciente o inconscientemente los exponen y ponen en contacto con lo que en el futuro puede ser su práctica profesional.
En este sentido Eric comentó que desde niño sintió inclinación por las cosas manuales, la elaboración de maquetas y el dibujo, entonces su familia, desde edades tempranas impulsó esas aptitudes y gustos presentándole Arquitectura como una posible carrerea en su futuro. Así lo señaló “como que siempre mi familia me influenció, así como que tu deberías acercarte a arquitectura y sí me gustaba, entonces como que crecí así pensando yo voy a estudiar arquitectura”. Karla, Emma y Leticia también fueron influenciadas por su ambiente familiar, estar en contacto con alguien que cultivaba un gusto por ciertas disciplinas como las matemáticas, la física o el diseño fue configurando en ellas un gusto hacia esa área del conocimiento, aunque las decisiones que tomaron posteriormente tuvieron distintos resultados.
Por su parte, Ana narró cómo se apoyó en sus primos para asegurarse de que estaba eligiendo bien, ya que inicialmente deseaba cursar Ingeniería Industrial (II), su relato en este sentido fue “también estuve platicando con una prima, de hecho ella estaba estudiando II y me platicó del plan de estudios y demás y como que no, no fue de mi agrado, también otro primo que había estudiado, bueno quedó inconcluso en la carrera de arquitectura y más o menos me platicó cómo trabajaban y demás y también me llamó mucho eso la atención”.
Otra fuente de influencia son los profesores, al estar en contacto diario con los estudiantes empiezan a conocerlos y a identificar sus aptitudes y capacidades, ese fue el caso de Fernanda, así lo expresó “siempre me gustó mucho la parte artística y manual pero también matemáticas y en la secundaria tomé dibujo técnico y vi que era buena y varios profes de la prepa y de la secundaria me dijeron que sería buena estudiando arquitectura”.
Además los hermanos o hermanas mayores también juegan un papel importante, aun cuando no tienen la misma profesión se convierten en modelos a seguir y a veces aconsejan sobre el camino a seguir, como el caso de Javier quien expresó “crecí con la idea de ser Ingeniero Automotriz y pues yo siempre fui como un poco creativo, me gustaba mucho hacer cositas, dibujar, me gustaba mucho dibujar y entonces un día hablando con mi hermana me dijo: no yo creo que no, yo te veo más de arquitecto y le compré la idea”.
Efectos
Los efectos de una elección vocacional
La experiencia estudiantil de los jóvenes que eligieron arquitectura por vocación sin considerar si sus padres estaban o no de acuerdo, desarrollaron una experiencia estudiantil centrada en el disfrute de sus estudios, su integración académica y social a la institución (De Garay, 2001) fluía con cierta normalidad, se involucraban en actividades diversas y buscaban por diferentes medios cultivar sus estudios más allá de las clases teóricas y talleres. En su elección de profesores se concentraban en la búsqueda y selección de los más preparados, con cierta reputación académica entre los estudiantes.
En su proceso de tránsito a la universidad se vieron gratamente sorprendidos por una carrera que cultiva un objeto de estudio desde una perspectiva interdisciplinaria. También se tornaban críticos y exigentes en cuanto a lo que la institución les ofrecía, inclusive no necesariamente eran afines a su propia tipificación como estudiantes de alto rendimiento académico, consideraban que sus resultados académicos no estaban motivados por ello, sino por un interés genuino por aprender y egresar con una preparación lo más cercana a la satisfacción de las demandas y exigencias del campo laboral. En su caso se observa lo que Dubet (2005) sostiene sobre la vocación, al describirla como aquella que permite sentirse verdaderamente estudiante y se va interiorizando al punto que configura la forma de ver el mundo y de encontrarse en él.
La dimensión que predomina en su experiencia estudiantil es la vocación; no obstante, se tornan estratégicos en tanto tienen un interés genuino por el aprendizaje y el conocimiento, construían su proyecto profesional en torno a la firme idea de ejercer la arquitectura de forma independiente y proyectaban continuar su preparación a través de estudios de posgrado. Estos resultados confirman los encontrados en otras investigaciones al identificar que si hay una motivación intrínseca por los estudios existen más probabilidades de tener éxito académico siempre que ésta se acompañe de un estilo de aprendizaje Colmenares y Delgado (2008) y Dubet (2005).
Los efectos de una elección profesional por encima de una vocacional
Quienes por diversas circunstancias eligieron arquitectura por parecer más viable laboralmente o con mayor prestigio social que otras opciones profesionales desarrollaron una experiencia estudiantil centrada en la búsqueda de sentido y utilidad de sus estudios, trataban de encontrar la forma de vincular aquello que era su vocación original y los espacios de desarrollo que les ofrecía la carrera elegida. Eran estratégicos porque se planteaban metas y diseñaban rutas para lograrlas, su proyecto era profesional, deseaban concluir sus estudios para insertarse en el mercado laboral y poder disfrutar de los esfuerzos realizados como estudiantes.
Había algunos que experimentaban una reconversión profesional, por ejemplo, Fredy empezaba a involucrarse fuertemente en el diseño editorial así lo narró “o sea yo descubrí que me encanta el diseño editorial estando aquí, porque pues haces muchas cosas de diseño de láminas y diseño, como que no es el punto central de la carrea, pero pues como haces mucho trabajo en equipo y cada uno se va especializando”. De hecho, comentó que planeaba aplicar a una revista de estilo Código o La Tempestad.
Javier quien tomó la decisión por consejo de la hermana mayor, desarrollaba una experiencia estudiantil centrada en la búsqueda cotidiana del sentido de sus estudios y su utilidad, mantenía una actitud estratégica, elegía sus profesores con base en criterios diversos, sobre todo aplicaba la ley del menor esfuerzo. Compartió que a veces se sentía frustrado porque la carrera no era lo que pensaba, así lo narró “pensaba que era como de estar midiendo, las estructuras, las columnas, paredes, estar viendo cuánto va a pesar, cómo se construye, no veo nada de cálculo, o sea yo puedo crear un proyecto y no sé si se puede construir”. Estaba muy integrado a la Facultad, de hecho, aseguró que pasaba ahí toda la tarde adelantando su servicio social porque se iría un año de intercambio académico a Barcelona, esa era su meta principal.
Por su parte Luis, que eligió arquitectura basado en los estereotipos sociales, también afirmaba que se había equivocado, le molestaba el enfoque que cultivaban algunos profesores en la enseñanza de la disciplina, tenía dificultades para integrase al sistema académico, así lo expresó “el diseño como yo lo he visto que lo abordan es pura forma, lo enfocan todo así ¿no?, que sabes qué, tu forma, que tu concepto, que no está bonita, que no sé qué, nunca hemos entrado en proyecto ejecutivo, en instalaciones, en estructuras de cimentaciones, entonces yo le quitaría el peso al diseño”. Él estudiaba Música también en la unam, aseguraba que esa era su pasión, por lo tanto, pasaba el menor tiempo posible en la Facultad de Arquitectura y cuando podía tomaba materias optativas en ic, su meta principal también era asegurar un intercambio académico a Lisboa.
En el caso de Javier y Luis ocurre lo que menciona Ramírez (2013) cuando los estudiantes no ven cumplidas sus expectativas en torno a la decisión tomada “Algunos experimentan procesos sucesivos de ajuste con lo que van descubriendo y delineando un proyecto, construyendo la esperanza subjetiva de un proyecto posible para ellos” (Ramírez, 2013: 261). Además, en estos casos se observó que la elección de una carrera, aunque ocurre en un momento específico en la vida del estudiante, es una preocupación que en algunos casos deben considerar más de una vez, ya estando en la universidad, se trata de la afirmación y confirmación de la decisión tomada para permanecer y continuar; como sostienen Delabra y Pérez (2018) se construye una vinculación significativa con los estudios lo que evita la deserción.
Los efectos de una elección al azar y una descuidada
Emma y Leticia con distintas circunstancias e historias coincidían en haber elegido arquitectura por cuestiones del azar y el descuido. Los efectos en su experiencia escolar eran negativos y eso se expresaba de distinta forma, pero ambas se encontraban desenganchadas de su carrera, no encontraban sentido a sus estudios y no habían logrado desarrollar un gusto genuino por los saberes y prácticas propios de la disciplina.
Su integración social era distinta, mientras que Leticia se concentraba en cultivar sus amistades, tomaba todas sus decisiones académicas con base en los rumbos elegidos por sus amigos, no se cuestionaba su estancia en la Facultad ni su experiencia estudiantil, se limitaba a cumplir con su rol de estudiante y en el futuro no planeaba ejercer la arquitectura, sino que deseaba estudiar una segunda carrera, la que quería originalmente. Ella tenía un proyecto escolar más que profesional (Dubet, 2005), porque comentó que si estudiar fuera un trabajo ella lo haría con gusto por siempre.
Por el contrario, Emma no tenía amistades y no manifestaba interés en ello, comentó que resintió el bajo nivel académico de sus compañeros, situación que la desmotivó y que se incrementó porque consideraba que los profesores no estaban comprometidos con su trabajo, faltaban, no revisaban los avances y eran exigentes. Cuando se le preguntó por qué no tenía amigos respondió “siento como que llegué muy distraída porque no me convencía la carrera, porque era como que no quería estar aquí y ni pelaba a los demás”.
Como se puede observar los efectos en su experiencia estudiantil son distintos; por un lado, Emma cada inicio se enfrentaba al dilema de abandonar o permanecer, experimentaba una búsqueda constante del significado y sentido de sus estudios sin lograr encontrarlo; por su parte, Leticia no se cuestionaba a sí misma su futuro ni el sentido de su estancia en una carrera que no le provocaba ninguna emoción. Esta forma descuidada de definir su futuro universitario tuvo como consecuencia una experiencia estudiantil caracterizada por la apatía hacia sus estudios, centrada en el cumplimiento con el uso frecuente de estrategias de evasión del conocimiento (Ortega, 2005).
Conclusiones
A través del análisis realizado se pudo observar que los motivos de elección si bien no fueron diversos, esto probablemente debido a que se trató del análisis de una sola carrera, sí se identificó que influyen fuertemente en la experiencia estudiantil de los jóvenes. Sobre todo, en la dimensión de integración a la universidad. Cuando se elige una opción profesional que permite cultivar el gusto por ciertos saberes al tiempo que fomenta el desarrollo de habilidades y aptitudes en las que inicialmente se percibe como bueno, dicha experiencia es positiva y se potencia la formación integral de los estudiantes.
No obstante, siempre hay que tener en cuenta que los estudiantes en sus recorridos se van abriendo paso sobre la marcha, por lo tanto, hay que mantener una actitud abierta a lo que dicen de propia voz, porque la experiencia es dinámica y al encontraste en proceso de construcción va cambiando al avanzar los estudios.
Exclusivamente para el grupo estudiado se identificó que optar por un grado universitario hacia el que no se tiene vocación desde un inicio, no necesariamente acaba en una situación de abandono, pero sí evidencia las dificultades que experimentan los estudiantes, sus sentimientos de frustración, dilemas, sus búsquedas de sentido y, en algunos, el desapego del proceso formativo.
Con respecto a los procesos, se encontró que algunos vivieron la elección como una tensión, un conflicto que los confrontaba de cara al futuro en la definición de un proyecto profesional y también en la construcción de un sentido de vida. Las constricciones que enfrentaron en su proceso de decisión fueron de diverso tipo, algunas estuvieron representadas por las preferencias de los padres, otras tienen que ver con la dificultad de los jóvenes para acotar sus intereses y gustos y al verse obligados a elegir una entre tantas opciones, acaban dejando la decisión al azar. En este sentido se observó que no existe, en los jóvenes de alto rendimiento académico, algún tipo de patrón de comportamiento perfectamente definido en el proceso de elección de carrera. Si bien se trata de sujetos que comparten una tipificación de carácter institucional, su trayecto de elección no es compartido; esos recorridos diversos dieron lugar también a la configuración de distintas experiencias estudiantiles.
Como corolario, los resultados encontrados llevan a reflexionar acerca de la importancia que juega la orientación vocacional en el nivel medio superior; sobre todo se plantea la necesidad de un cambio de enfoque, donde no sea vista sólo como una materia adicional donde se rellenan pruebas psicológicas de aptitud, gusto y preferencias vocacionales, sino como un proceso de largo plazo que tenga como centro el acompañamiento de los jóvenes y que inicie desde que éstos ingresan a dicho nivel. En este proceso es de importancia capital que la familia se involucre y tenga más información acerca de las diferentes opciones profesionales y sus campos laborales para brindar un apoyo más informado a los hijos y así disponer de elementos de decisión que vayan más allá de la percepción enfocada solo en las posibilidades futuras de empleabilidad.
En esta misma línea de discusión, pero centrada en otra dimensión, las propias IES tendrían que adoptar un papel más protagónico en la preparación del tránsito de los jóvenes de enseñanza media hacia el nivel superior, esto significa que esos programas de inducción a la universidad de corta duración no son suficientes. Es menester disponer de un programa institucional que establezca objetivos, programas y acciones concretas para acompañar y recibir a los nuevos estudiantes; por ejemplo, ofrecer estancias cortas en las distintas carreras que ofertan, así los estudiantes tendrían oportunidad de convivir de cerca con quienes ya están cursando la carrera de su preferencia, con los propios docentes, sus métodos de enseñanza, entrarían en contacto con los saberes que ahí se cultivan, el ambiente social y académico que predomina, por mencionar algunos, y en esa experiencia podrían confirmar o cambiar su decisión.
Otra propuesta estaría centrada en la reforma de los currículos y el propio modelo educativo institucional de las ies, esto para incluir un año propedéutico en el que, a partir del análisis del perfil de los nuevos estudiantes, se identifiquen sus cualidades, oportunidades y problemáticas y puedan orientarlos en el proceso de tránsito a la enseñanza superior. Que los jóvenes tengan la posibilidad de entrar en contacto con los saberes que se cultivan en cada área del conocimiento y de forma paralela dispongan de la oportunidad de cursar asignaturas propias de las carreras que llaman su atención puede ayudarlos a delimitar sus intereses vocacionales.
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Notas