Servicios
Descargas
Buscar
Idiomas
P. Completa
Pecado ecológico y reconciliación sacramental*
Martín Carbajo Núñez
Martín Carbajo Núñez
Pecado ecológico y reconciliación sacramental*
Ecological sin and sacramental reconciliation
Franciscanum. Revista de las ciencias del espíritu, vol. 61, núm. 171, pp. 193-212, 2019
Universidad de San Buenaventura
resúmenes
secciones
referencias
imágenes

Resumen: La explotación egoísta de la tierra es un pecado, pues «un crimen contra la naturaleza es un crimen contra nosotros mismos y un pecado contra Dios»1 Por lo tanto, el Papa Francisco invita a abrazar la conversión ecológica y a implorar «la misericordia de Dios por los pecados cometidos contra la creación, que hasta ahora no hemos sabido reconocer ni confesar»2. Teniendo en cuenta las enseñanzas papales, este artículo subraya la necesidad de hacer más evidente la dimensión ecológica en el sacramento de la Penitencia.

Palabras clave:EcologíaEcología,pecadopecado,sacramentosacramento,reconciliaciónreconciliación,justiciajusticia.

Abstract: To commit a crime against the natural world is a sin against ourselves and a sin against God»3. Therefore, Pope Francis invites everyone to implore God’s mercy, through the sacrament of Penance, «for those sins against creation that we have not hitherto acknowledged and confessed»4. Taking into account the Papal teachings, this article emphasizes the need to make more evident the ecological dimension in the sacrament of Penance.

Keywords: Ecology, Sin, Sacrament, Penance, Justice.

Carátula del artículo

Pecado ecológico y reconciliación sacramental*

Ecological sin and sacramental reconciliation

Martín Carbajo Núñez*
Pontificia Università Antonianum, Italia
Franciscanum. Revista de las ciencias del espíritu, vol. 61, núm. 171, pp. 193-212, 2019
Universidad de San Buenaventura

Recepción: 25 Abril 2018

Aprobación: 25 Junio 2018

La encíclica Laudato Si’ resaltó la importancia del concepto de pecado ecológico, hasta entonces poco utilizado en la teologíacatólica5, a la vez que reconocía el valor de la contribución que el Patriarca Ecuménico Bartolomé había realizado en este sentido6.Ese mismo año -2015-, al instituir la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación, el Papa invitó a todos a invocar la misericordia divina «por los pecados cometidos contra el mundo en el que vivimos»7, ya que el «ser protectores de la obra de Dios esparte esencial de una existencia virtuosa» (217).

Un año más tarde, el Papa recordaba que la explotación egoísta de la tierra es un pecado8, pues «un crimen contra la naturaleza es un crimen contra nosotros mismos y un pecado contra Dios» (8). Por lo tanto, invitaba a abrazar la conversión ecológica9 y a implorar «la misericordia de Dios por los pecados cometidos contra la creación,que hasta ahora no hemos sabido reconocer ni confesar» 10

Para encuadrar adecuadamente estas enseñanzas del Magisterio, en la primera parte de este artículo se estudia la dimensión sacramental del mundo sensible y la presencia, en la liturgia de los sacramentos, de signos y símbolos tomados dela naturaleza, algo que falta en el ritual del sacramento de la reconciliación. En la segunda parte, se subraya la necesidad de que en los actos del penitente se tenga más en cuenta nuestra responsabilidad personal y comunitaria con respecto a la entera creación. En la tercera parte, se indica que el ritual del sacramento debería potenciar la celebración gozosa de la reconciliación y delperdón, gratuitamente recibidos

1. Dimensión sacramental del mundo sensible

La entera creación es un protosacramento11, un signo visiblede la presencia, la bondad y la belleza del Dios trinitario12. Por lotanto, a partir de las cosas creadas podemos tener un conocimientonatural de Dios13.Todo en la naturaleza tiene «un valor propio» (69) y una di-mensión sacramental. Necesitamos «madurar una espiritualidad»(240) y una mística que nos abran los ojos para que podamosexperimentar «la íntima conexión que hay entre Dios y todos losseres» (234).La teología de la creación debe ser potenciada. Asimismo, lascelebraciones litúrgicas deberían reflejar mejor nuestra profundarelación con el mundo sensible14. Hasta ahora se ha insistido sobretodo en la naturaleza caída a causa del pecado y, por lo tanto, en lanecesidad de la redención 15

1.1 «Recuerda que eres polvo y al polvo tornarás»

La liturgia de la Iglesia es el ejercicio del ministerio sacerdotal deCristo16, efectuado a través de ritos y símbolos17 que muestran el vínculoque existe entre lo visible y lo trascendente entre nosotros y el misterio18;de este modo, «presupone, integra y santifica elementos de la creacióny de la cultura»19. Por lo tanto, el Misal debe recuperar y «subrayar confuerza, el misterio de la presencia real de Cristo en la creación»20.Acciones simbólicas como, por ejemplo, la imposición de lascenizas al comienzo del tiempo de Cuaresma, expresa bien el vínculoque existe entre nuestros pecados y el grito de la tierra. Una de lasexpresiones indicadas para este rito dice: «Recuerda que eres polvoy al polvo tornarás» (Gn 3,19). Además de recordarnos que tambiénnosotros somos polvo de la tierra, parte integral de la naturaleza,esa ceniza puede expresar también el grito de la tierra, quemada yreducida a polvo a causa del consumismo y del egoísmo humano.La celebración de la reconciliación sería aún más significativa sipotenciara el uso de signos y símbolos de este tipo. De hecho, algunasiglesias protestantes ya han comenzado a hacerlo21.

1.2 La liturgia muestra la dimensión sacramental del mundo sensible

Los sacramentos son signos visibles (palabras y acciones) «de larealidad oculta de la salvación»22 que usan elementos de la naturaleza material para hacer visible lo invisible, realizando «eficazmente lagracia que significan»23. En ellos, «la naturaleza es asumida por Diosy se convierte en mediación de la vida sobrenatural» (235). Tambiénmuestran la dimensión escatológica de la creación porque «todo lobueno que hay en ella será asumido en la fiesta celestial» (244).

La expresión más completa se encuentra en la Eucaristía, queanticipa en el tiempo la transformación crística del cosmos (1Co15,28). En ese anticipo del banquete eterno, el pan y vino representana la creación entera que, a través de las manos del hombre, estrasformada por la fuerza del Espíritu en la presencia viva de Cristoy, como tal, es asumida por el Padre24. Comulgando ese Cuerpo ySangre, también el hombre se hace «pan partido, ofrecido a Diospara la vida del mundo» 25

1.3 Sacramento de la reconciliación y relación con la tierra

A pesar de la grave crisis ecológica, provocada «por nuestros comportamientos irresponsables y egoístas»26, el rito del sacramento de la reconciliación no incluye referencias explícitas a la ruptura que cada pecado provoca en nuestra relación con la creación. Además, esta dimensión no suele estar presente en la práctica pastoral del sacramento. El ser humano «expresa y percibe las realidades espirituales a través de signos y de símbolos materiales»27; por ejemplo, el agua bautismal, el óleo de los catecúmenos y de los enfermos, el fuego y el cirio pascual, las velas, el incienso, «si bien no como realidad autónoma con valor en sí misma, sino en cuanto incorporada ala vida y la historia de la comunidad»28. En efecto, la celebración litúrgica debe ser percibida como un evento de salvación, no como magia. Asimismo, la praxis del sacramento de la reconciliación debería hacer uso de signos y símbolos de la naturaleza, especialmente en las celebraciones comunitarias, para evidenciar nuestro vínculo con la tierra y la necesidad de reconciliación con ella. Esto no suele hacerse y tampoco se realizan gestos corporales significativos. Incluso se suele omitir la lectura de la palabra de Dios en la celebración conun solo penitente.

2. Reconciliación sacramental con la naturaleza

«Dios nos ha dado la tierra para cultivarla y guardarla, con respeto y equilibrio. Cultivarla “demasiado” -esto es abusando de ella de modo miope y egoísta-, y guardarla poco es pecado»29. Este pecado tiene dimensiones sociales e históricas muy evidentes, porque poneen peligro el equilibrio ecológico y el futuro de la humanidad.

El pecado ecológico rompe las relaciones vitales que nos unen a Dios, al prójimo y a la creación, causando daño «no solo externamente, sino también dentro de nosotros» (66). Los problemas ambientales, de hecho, tienen raíces éticas y espirituales (9), porque son el resultado del corazón humano herido. El patriarca Bartolomé lo ha puesto de manifiesto cuando llama la atención «sobre la crisis moral y espiritual que está en la base de los problemas ambientales»30. Todos somos responsables y, por lo tanto, todos tenemos que reconocer «nuestra contribución -pequeña o grande- a la desfiguración y destrucción de la creación»31.Necesitamos «realizar pasos concretos en el camino de la conversión ecológica, que pide una clara toma de conciencia de nuestra responsabilidad»32 y debe ser «sostenida particularmente por el sacramento de la Penitencia»33. Este sacramento es también un momento privilegiado en la formación de conciencia34.Organizo ahora la reflexión siguiendo fundamentalmente los actos del penitente: examen de conciencia, contrición, confesión, satisfacción. Con esta clave de lectura, intento mostrar el proceso de conversión ecológica y su relación con el sacramento de la reconciliación. Sin la gracia divina, el esfuerzo humano resulta superficial, incapaz de transformarnos interiormente, en mente y corazón, insuficiente para cambiar el mundo desde dentro.

2.1 Examen de conciencia sobre el pecado ecológico

El primer paso en el camino de la conversión ecológica es el examen de conciencia (8). Hoy nadie puede justificar la propia ignorancia sobre la crisis ambiental. La gente está más sensibilizada sobre los problemas ecológicos35, pero esto no impide que los «hábitos dañinos de consumo» (55) sigan aumentando. Necesitamos «examinar nuestras vidas», «reconocer los propios errores, pecados, vicios o negligencias, y arrepentirnos de corazón, cambiar desde adentro» (218). El pecado ecológico se manifiesta hoy de muchas maneras, ya sea con acciones culpables, por ejemplo, desechando grandes cantidades de alimentos o asumiendo comportamientos irresponsable y estilos de vida perjudiciales para el ecosistema36. Las actitudes reprensibles siguen presentes, también entre los creyentes, y «van de la negación del problema a la indiferencia, la resignación cómoda o la confianza ciega en las soluciones técnicas» (14).La vida urbana facilita la indiferencia ante el daño ecológico porque aleja a las personas del contacto físico con la naturaleza. «Ojos que no ven, corazón que no siente». Los campesinos, sin embargo, son más conscientes del daño que pueden causar a los animales yal medioambiente.

2.2 Contrición y conversión del corazón

La contrición ocupa el primer lugar entre los actos del penitente. Es «un dolor del alma y una detestación del pecado cometido con la resolución de no volver a pecar»37. Puede ser perfecta, «cuando brota del amor de Dios amado sobre todas las cosas», o imperfecta(«atrición»), cuando es fruto del temor38. Muchos reaccionan simplemente por miedo a las nefastas consecuencias de la crisis ecológica, un sentimiento que no llega a implicar completamente ala persona. El discurso científico apela solo a la dimensión racional, mientras que las religiones son las instancias que con mayor fuerza pueden ape-lar al ser humano en toda su complejidad de mente, corazón y espíritu39.La verdadera religión sana las cuatro relaciones fundamentales «desde adentro». La experiencia de la gratuidad divina y de nuestra profunda «re-ligación» con las demás criaturas nos abre a la contrición perfecta por los pecados cometidos contra la naturaleza y hace posible la firmedeterminación de no pecar más, tampoco a nivel comunitario (219).

2.3 Confesión

Al confesar nuestros pecados, solemos olvidarnos de nuestra responsabilidad «en relación con los demás seres vivos»40. No tenemos en cuenta que no solo dentro de la Iglesia, sino también dentro del ecosistema global «si sufre un miembro, todos los demás sufren con él. Si un miembro es honrado, todos los demás toman parte en su gozo» (1Cor 12,26). El pecado no solo rompe la relación con Dios y con el prójimo, sino también con la tierra. Asimismo, las oraciones cristianas, dirigidas al Padre a través de Cristo en el Espíritu, suelen centrarse en las necesidades humanas41y rara vez aluden al vínculo íntimo que nos une con la creación42. El Cántico de las criaturas de San Francisco de Asís es una magnífica excepción y, de hecho, es universalmente admirado. Hoy la Iglesia nos invita a confesar no solo nuestros pecados contra el Creador y contra el prójimo, sino también los que cometemos contra la creación. «Los confesamos porque estamos arrepentidos y queremos cambiar. Y la gracia misericordiosa de Dios que recibimos en el sacramento nos ayudará a hacerlo»43. «Por lo tanto, ese momento tiene que ser de alegría y de celebración» 44

La reconciliación siempre tiene lugar con la Iglesia y en la Iglesia. De hecho, «la reconciliación con la Iglesia es inseparable de la reconciliación con Dios»45. Se debería destacar y potenciar más esta dimensión eclesial del sacramento, que suele quedar obscurecida cuando se celebra con un solo penitente

2.4 Satisfacción

El sacramento de la reconciliación implica un proceso de conversión. «¡Reconciliaos con Dios!» (2Cor 5,20). El perdón es siempre gratuito, pero el penitente debe mostrar su firme intención de cambiar el rumbo, concretándola en actos de satisfacción. Estos actos no son el precio que hay que pagar por la absolución, sino signos «del compromiso personal que el cristiano ha asumido ante Dios, en el Sacramento, de comenzar una existencia nueva»46. Por lo tanto, el penitente deberá esforzarse en superar la avaricia y el consumismo47para crecer en las virtudes ecológicas: compasión, prudencia, templanza, simplicidad, sobriedad, «la capacidad de gozar con poco»48.Una satisfacción que responda mejor al pecado cometido (y realizada preferiblemente antes de la absolución) favorecería la autenticidad de la conversión y haría más visible la gracia del perdón. En efecto, el firme propósito de cambiar la vida:

Debe traducirse en actitudes y comportamientos concretos más respetuosos con la creación, como, por ejemplo, hacer un uso prudente del plástico y del papel, no desperdiciar el agua, la comida y la energía eléctrica, diferenciar los residuos, tratar con cuidado a los otros seres vivos, utilizar el transporte público y compartir el mismo vehículo entre varias personas” 49

Conviene favorecer y potenciar la práctica tradicional del ayuno, que puede ser hoy muy eficaz para sanar el corazón humano del consumismo y de la cultura del descarte, mostrando que «menos es más» (222). También la abstinencia puede ser una respuesta coherente al problema ambiental, pues resulta bien conocida la gravedad de la huella ecológica provocada por la cría de tantos animales destinados a nuestro consumo de carne50.

Además, se deben fortalecer las prácticas de satisfacción que ayuden a restablecer y fortalecer las cuatro relaciones fundamentales; por ejemplo, los encuentros fraternos, el servicio, el despliegue delos carismas, la música y el arte, el contacto con la naturaleza, la oración (223).

3. Hacia una fraternidad cósmica

«La Iglesia en nombre de Jesucristo concede el perdón delos pecados», también de los ambientales, reza «por el pecador y hace penitencia con él. Así el pecador se reintegra en la comunióneclesial»51 y en la fraternidad cósmica. En Cristo, Dios reconcilia al mundo consigo, «poniendo en nosotros la palabra de la reconciliación» (2Cor 5,19). Toda la Iglesia debe participar activamente en esta reconciliación comunitaria con la oración y la penitencia.

3.1 Restitución y justicia ecológica

La tradición eclesial sostiene que la restitución es necesaria cuando se trata de pecados contra la justicia; por ejemplo, el robo y la calumnia. Con la restitución, el penitente muestra la autenticidad de su arrepentimiento52 y el firme propósito de reconstruir sobre bases seguras sus cuatro relaciones fundamentales. Necesitamos reparar el daño que todo pecado causa a nuestra relación con Dios, con nosotros mismos, con los demás y con la naturaleza. Así pues, la restitución, entendida en sentido analógico y en perspectiva comunitaria, debe aplicarse también al ámbito ecológico 53

En modos diversos, todos hemos sido injustos y hemos dañado a nuestra hermana madre Tierra. La reconciliación exige hacerlejusticia54; por ejemplo, con acciones que reparen el daño causado y, además, poniendo los medios para no ocasionarle ningún otro daño en el futuro.

El ser humano se ha apropiado de la mayor parte de los recursos disponibles en la tierra. Por lo tanto, algunos autores consideran que tenemos un deber de justicia hacia las demás especies. Un modo de restituirles el daño causado consistiría en crear las condiciones para que esas especies puedan reintegrarse en nuestros hábitats, adaptándose a nuestra presencia sin perder su libertad. Esta integración sería mucho más eficaz que el encerrarles en espacios naturales bien delimitados, donde es difícil garantizar su supervivencia por mucho tiempo 55

A nivel internacional, «un caso concreto es el de la “deuda ecológica” entre el norte y el sur del mundo. Su restitución haría necesario que se tomase cuidado de la naturaleza de los países más pobres, proporcionándoles recursos financieros y asistencia técnica»56

3.2 Reconciliación ecológica

«No podemos separar reconciliación con Dios, con la Iglesia, con los demás, con toda la creación»57. Buenaventura afirma que Cristo, con su redención, ha restaurado todas las criaturas al estado de inocencia original, haciendo así posible la reconciliación universal58.La introducción al ritual de la Penitencia recuerda que «el Padre manifestó su misericordia reconciliando consigo por Cristo todos los seres, los del cielo y de la tierra»59.«Cuando el hombre desobedece a Dios y se niega a someterse a su potestad, entonces la naturaleza se le rebela y ya no le reconoce comoseñor»60. Por el contrario, cuando acepta el amor de Dios y se esfuerza por restaurar sus cuatro relaciones fundamentales, la naturaleza lo acoge nuevamente61, haciendo posible la reconciliación ecológica62.Francisco de Asís «transfiere su profunda experiencia de reconciliación interior a su relación con las personas y con lacreación»63. La naturaleza que, a causa del pecado del hombre, se había vuelto hostil (Gn 3,17-19), en Francisco recupera la armoníaperdida y se reconcilia con el hombre 64

3.3 Celebración de la fraternidad restablecida

En la praxis del Sacramento, sigue predominando el ritual dereconciliación de un solo penitente, con confesión y absoluciónindividual, que no suele dar cabida a una celebración explícita delgozo por haber sido perdonados y reconciliados. Esta carencia hacemás difícil la percepción y la asimilación del evento salvífico. Por elcontrario, en el capítulo 15 del evangelio de Lucas, las tres parábolasdel perdón (la oveja extraviada, la moneda perdida y el Padremisericordioso) terminan con una alegre celebración comunitaria.Francisco de Asís había re-encontrado la armonía perdida, sesentía hermano de todas las criaturas y, por lo tanto, alababa a Dioscon gozo. Siguiendo su ejemplo, también nosotros deberíamoscelebrar la reconciliación de nuestros pecados reforzando nuestrapercepción del mundo como «un misterio gozoso que contemplamoscon alegría y alabanza» (12).Actualmente se han puesto en marcha iniciativas que promuevenel celebrar juntos la reconciliación con la naturaleza y el sentirsehermanos en el hogar común. El papa Francisco recuerda, porejemplo, que «la Tercera Asamblea Ecuménica Europea (Sibiu 2007)proponía celebrar un “Tiempo para la creación”, con una duraciónde cinco semanas entre el 1º de septiembre (memoria ortodoxa de ladivina creación) y el 4 de octubre (memoria de Francisco de Asís)» 65

Conclusión

La gravedad de la actual crisis ecológica es una llamada urgentea tomar conciencia de nuestros pecados contra la naturaleza, a imple-mentar «una profunda conversión interior» (217) y, por consiguiente,a incluir la dimensión ecológica en la celebración del sacramentode la reconciliación.

«Arrepintámonos del mal que estamos haciendo a nuestracasa común»66. Esta invitación del papa Francisco está respaldadapor innumerables datos científicos que indican la gravedad de lasituación. Por desgracia, «la cultura del bienestar nos anestesia»67 ypreferimos ignorar o minimizar el problema.

Con la ayuda de la gracia divina, podemos «cambiar el modoen que percibimos el mundo para modificar la manera de cómo nosrelacionamos con él»68. Esta nueva actitud implica gratitud, gratuidady conciencia amorosa «de formar con los demás seres del universouna preciosa comunión universal» (220). Esta fraternidad cósmicadebe ser reparada y fortalecida, también con el sacramento de lareconciliación.

Material suplementario
Referencias
Agrelo, Santiago. «Un misal para el pueblo de Dios». Liceo Francis-
Austriaco, Nicanor Pier Giorgio. «Bioethics in Laudato Si’. The ecological law as a moral principle». National Catholic Bioethics Quarterly 15, Vol. 4 (2015): 657–663.
Bauckham, Richard. Bible and Ecology. Rediscovering the Community of Creation. Waco: Baylor University Press, 2010.
Becker, William H. «Ecological sin». Theology Today 49, Vol. 2 (1992): 152-164.
Berry, Thomas. The dream of the Earth. San Francisco: Sierra, 1988.
Boff, Leonardo. Passion of Christ, passion of the world. Maryknoll NY: Orbis, 2011.
Borobio, Dionisio. El sacramento de la reconciliación penitencial. Salamanca: Sígueme, 2006.
Caciuc, Viorica Torii. «The Role of Virtue Ethics in Training Students’ Environmental Attitude». Procedia 92 (2013): 122-127.
Canadian Conference of Catholic Bishops. «“You Love All that Exists... All Things Are Yours, God, Lover of Life...” A Pastoral Letter on the Christian Ecological Imperative». Digital Commons 8, Vol. 1 (2013): 33-43.
Carbajo Núñez, Martín. Ecología franciscana. Raíces de la Laudato Si’. Oñati: Editorial Franciscana Arantzazu, 2016.
Castronuovo, Giuseppe. «Onnipotenza e umiltà di Dio nell’evento dell’incarnazione. La via di Francesco d’Assisi», Ricerche teologiche 13 (2002): 367-394.
Catholic Bishops’ Conference of the Philippines. «What is happening to our beautiful land». Boletín Eclesiástico de Filipinas 64 (1988): 234-246.
Collins, Paul. Judgment Day: The Struggle for Life on Earth. Sydney: Unsw, 2010.
Concilio Vaticano II. «Constitución Sacrosanctum concilium». 4-121964, AAS 56 (1964): 97-138.
Catecismo de la Iglesia Católica. Ciudad del Vaticano: LEV, 1997.
Conferencia episcopal argentina. Una tierra para todos. Buenos Aires: CEA, 2005, 5.
Conferencia episcopal de Bolivia. El universo, don de Dios para la vida. La Paz: cEB, 2012.
Conradie, Ernst M. «Towards an ecological reformulation of the Christian doctrine of sin». Journal of Theology for Southern Africa 122 (2005): 4-22.
Cozzoli, Mauro. Etica teologale. Cinisello Balsamo: San Paolo, 1991.
Denzinger, Heinrich. Enchiridion symbolorum, definitionum et declarationum de rebus fidei et morum. Bologna: EDB, 1995.
Evangelical Lutheran Worship, Pew edition. Minneapolis: Augsburg Fortress, 2006.
Fox, Matthew. Original blessing. New Mexico: Bear, 1983.
Francisco – Bartolomé I. «Mensaje para la JCC». 1-09-2017. L’Osservatore Romano 200 (2-09-2017): 8.
Francisco. «Carta con motivo de la institución de la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación», 6-8-2015. L’Osservatore Romano 181 (10/11-8-2015).
Francisco. «Carta encíclica Laudato Si’». 24-05-2015. Ciudad del Vaticano: LEV, 2015.
Francisco. «“Usemos misericordia con nuestra casa común”. Mensaje del Papa para la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación». L’Osservatore Romano 200 (2-09-2016).
Francisco. Exhortación apostólica Evangelii Gaudium. Consultada en febrero 15, 2017. http://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazioneap_20131124_evangelii-gaudium.html.
Fredericks, Sarah E. «Online confessions of Eco-Guilt». JSRNC 8, Vol. 1 (2014): 64-84.
Gesteira Garza, Manuel. La Eucaristía misterio de comunión. Salamanca: Sígueme, 2006.
Gilkey, Langdon. Message and existence. An introduction to Christian theology. New York: Seabury, 1979.
Habel, Norman. «The crucified land: towards our reconciliation with the earth». Colloquium 28, Vol. 2 (1996): 3-18.
Hayes, Denis y Hayes, Gail Boyer. Cowed: the hidden impact of 93 million cows on America’s health, economy, politics, culture, and environment. New York: Norton, 2015.
Igirukwayo, Antonio Maria Zaccaria. L’Eucaristia fondamento cristologico della vita morale. Ciudad del Vaticano: LEV, 2007.
Juan Pablo II. «Carta encíclica Sollicitudo rei socialis». 30-12-1987. AAS 80 (1988): 513-586.
Juan Pablo II. «Exhortación apostólica post-sinodal Reconciliatio et paenitentia», 2-12-1984. AAS 77 (1985): 185-275
Küng, Hans. Perché un’etica mondiale. Religione ed etica in tempi di globalizzazione. Brescia: Queriniana, 2004.
La formazione morale della persona nel sacramento della Riconciliazione. Editado por Krzysztof Nykiel y Paulo Carlotti. Roma: IF-Press, 2016.
Leader-Williams, Nigel; Adams, William M. y Smith, Robert J. Tradeoffs in conservation. Deciding what to save. Oxford: WileyBlackwell, 2010.
Ormerod, Neil. Vanin, Cristina. «Ecological Conversion: What does it mean?» Theological Studies 77, Vol. 2 (2016): 328-352.
Palmer, Clare; McShane, Katie y Sandler, Ronald. «Environmental Ethics». Annual Review of Environment and Resources 39 (2014): 419-442.
Rey Benayas, José y M. Bullock, James M. «Restoration of biodiversity and ecosystem services on agricultural land». Ecosystems 15, Vol. 6 (2012): 883-899.
Rifkin, Jeremy. Beyond Beef: The rise and fall of the cattle culture. London: Thorsons, 1992.
Rosenzweig, Michael L. Win-win ecology. How Earth’s species can survive in the midst of Human enterprise. Oxford: Oxford University Press, 2003.
Rupnik, Marko Ivan. «Arte e spiritualità. Spunti per un orientamento». Arte e spiritualità. Studi, riflessioni, testimonianze. Editado por Paolo Martinelli y Wieslaw Block. Bologna: EDB, 2014.
San Francisco de Asís. Escritos, biografías, documentos de la época. Editado por José Antonio Guerra. Madrid: Bac, 2013.
The art of Jeffrey Rubinoff. Editado por James Fox. Madeira Park BC: Douglas & McIntyre, 2017.
Tremblay, Real. «Misericordia e verità. Per una buona celebrazione del sacramento di riconciliazione». StMor 53, Vol. 2 (2015): 237-247.
UN Secretary-General Ban Ki-moon. «Speech to the Summit of Religious and Secular Leaders on Climate Change». London 3-11-2009. Consultada en febrero 15, 2017. www.un.org/press/en/2009/sgsm12585.doc.htm.
Vetrali, Tecle. «S. Francesco ecologista; esteta o teologo?». Studi Ecumenici 5 (1987): 513-527.
Zizioulas, John D. Being as Communion. Studies in personhood and the church. London: Darton Longman & Todd, 2004. El ser ecclesial: persona, communion, Iglesia. Salamanca: Sígueme 2003.
Notas
Notas
1 Francisco, «Carta encíclica Laudato Si’», 24-05-2015 (Ciudad del Vaticano: Lev, 2015), n. 8.
2 Francisco, «“Usemos misericordia con nuestra casa común”. Mensaje del Papa para la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación», 1-09-2016, n. 2, L’Osservatore Romano 200 (2-092016): 8.
3 Francisco, «Carta encíclica Laudato Si’», n. 8.
4 Francisco, «“Usemos misericordia con nuestra casa común”. Mensaje del Papa para la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación», n. 2.
5 «La tierra profanada por tantos pecados». Conferencia episcopal argentina, Una tierra para todos (Buenos Aires: cea, 2005), 5; Conferencia episcopal de Bolivia, El universo, don de Dios para la vida (La Paz: ceb, 2012), 70, n. 51. Sobre las diferentes maneras de presentar el pecado ecológico: Ernst M. Conradie, «Towards an ecological reformulation of the Christian doctrine of sin», Journal of Theology for Southern Africa 122 (2005): 16-17.
6 Francisco, «Carta encíclica Laudato Si’», n. 7-9. De aquí en adelante, en el cuerpo del texto, citaremos la encíclica Laudato Si’ solo con los números entre paréntesis.
7 Francisco, «Carta con motivo de la institución de la Jornada Mundial de Oración por el Cuidado de la Creación», 6-8-2015, L’Osservatore Romano, 181 (10/11-8-2015): 8.
8 «Que los seres humanos destruyan la diversidad biológica, (…) contaminen las aguas, el suelo, el aire. Todo esto es pecado». Francisco, «“Usemos misericordia con nuestra casa común”. Mensaje del Papa para la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación», n. 2.
9 En el ámbito católico, este concepto fue introducido por Juan Pablo II, «Audiencia general» 17-012001; cf. Neil Ormerod, Cristina Vanin, «Ecological Conversion: What does it mean?», Theological Studies 77, Vol. 2 (2016): 330. El Nuevo Testamento llama continuamente a la conversión (matánoia; cf. Mc 1,15); es decir, a un cambio profundo de vida, con nuevas convicciones y presupuestos. Siguiendo al papa Francisco, usaremos el término «conversión ecológica» para referirnos al «desarrollo de nuevas convicciones, actitudes y formas de vida», que surgen de la conciencia de un origen y futuro común. Francisco, «Carta encíclica Laudato Si’», n. 202.
10 Francisco, «“Usemos misericordia con nuestra casa común”. Mensaje del Papa para la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación», n. 2.
11 Usamos aquí el término «protosacramento» en modo analógico. Karl Rahner lo refiere a la Iglesia. Concretamente, afirma que Cristo es el Supremo Sacramento de la gracia divina. La Iglesia, cuerpo de Cristo, continúa su presencia redentora y salvífica en el mundo. Ella es un protosacramento, un medio necesario para poder participar en el misterio de Cristo y, por tanto, los sacramentos son autorrealizaciones de la Iglesia; es decir, actos de su concreta realización. Cf. Karl Rahner, La iglesia y los sacramentos (Barcelona: Herder, 1964). Edward Schillebeeckx y Piet Schoonenberg ratifican que la iglesia es el primer lugar de la presencia de Cristo en el mundo. Cf. Judith Marie Kubicki, «Recognizing the presence of Christ in the liturgical assembly», Theological Studies 65 (2004): 821.
12 Francisco de Asís «contemplaba en las criaturas la sabiduría del Creador, su poder y su bondad». Tomás de Celano, «Vida primera», 80, en San Francisco de Asís. Escritos, biografías, documentos de la época, ed. José Antonio Guerra (Madrid: Bac, 2013), 163-248.
13 Heinrich Denzinger, Enchiridion symbolorum, definitionum et declarationum de rebus fidei et morum (Bologna: EDB, 1995), n. 3004.
14 Our liturgies must celebrate «our connectedness to the natural world». Catholic Bishops’ conference of the Philippines, «What is happening to our beautiful land», Boletín Eclesiástico de Filipinas 64 (1988): 234-246.
15 Christian «creed itself is overbalanced in favor of redemption. (…) Creation becomes increasingly less important». Thomas Berry, The dream of the Earth (San Francisco: Sierra, 1988), 126; Matthew Fox, Original blessing (New Mexico: Bear, 1983), 54. This leads to the «conclusion that matter, the body, and sexuality are now somehow problematic, even malignant». William H. Becker, «Ecological sin», Theology Today 49, Vol. 2 (1992): 157.
16 Concilio Vaticano II, «Constitución Sacrosanctum concilium», 4-12-1964, nn. 10, 33, AAS 56 (1964): 97-138.
17 «El símbolo primordial de la presencia divina no se identifica sin más con la realidad puramente objetiva de las cosas materiales, sino con la comunidad en su evolución histórica». Manuel Gesteira Garza, La Eucaristía misterio de comunión (Salamanca: Sígueme, 2006), 223.
18 Cf. Marko Ivan Rupnik, «Arte e spiritualità. Spunti per un orientamento», Arte e spiritualità. Studi, riflessioni, testimonianze, ed. Paolo Martinelli y Wieslaw Block (Bologna: EDB, 2014), 30-31. El símbolo no debe confundirse con el signo, cuya capacidad de representación es fruto de un acuerdo.
19 Catecismo de la Iglesia Católica (Ciudad del Vaticano: LEV, 1997), n. 1149.
20 Santiago Agrelo, «Un misal para el pueblo de Dios», Liceo Franciscano 209 (2017): 322. Por desgracia, «pecado, perdón y salvación son entendidos como realidades ajenas al mundo en que vivimos». Santiago Agrelo, «Un misal para el pueblo de Dios», 331.
21 «Our waste and pollution of your creation, and our lack of concern for those who come after us, we confess to you». Evangelical Lutheran Worship, Pew edition (Minneapolis: Augsburg Fortress, 2006), 253.
22 Catecismo de la Iglesia Católica, n. 774.
23 Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1084.
24 Giuseppe Castronuovo, «Onnipotenza e umiltà di Dio nell’evento dell’incarnazione. La via di Francesco d’Assisi», Ricerche teologiche, 13 (2002): 391. Sobre la dimensión moral y cristológica: Antonio Maria Zaccaria Igirukwayo, L’Eucaristia fondamento cristologico della vita morale (Ciudad del Vaticano: LEV, 2007).
25 «La comunione con il corpo e il sangue di Cristo per noi significa diventare pane spezzato, offerto a Dio per la vita del mondo». Mauro Cozzoli, Etica teologale (Cinisello Balsamo: San Paolo, 1991), 160-161.
26 Francisco, «“Usemos misericordia con nuestra casa común”. Mensaje del Papa para la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación», n. 1.
27 Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1146.
28 Manuel Gesteira Garza, La Eucaristía misterio de comunión, 223.
29 Francisco, «“Usemos misericordia con nuestra casa común”. Mensaje del Papa para la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación», n 2.
30 Francisco, «“Usemos misericordia con nuestra casa común”. Mensaje del Papa para la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación».
31 Bartolomé I, «Mensaje para la Jornada de oración por la salvaguardia de la creación», 1-9-2012, citato en Francisco, «“Usemos misericordia con nuestra casa común”. Mensaje del Papa para la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación», n 3; cf. The Witness of Bartholomew I, Ecumenical Patriarch, ed. William Rusch (Cambridge, MA: Wm.B. Eerdmans, 2013). En el ámbito ortodoxo ha habido otras contribuciones notables, por ejemplo, la de John D. Zizioulas. Uno de sus libros: Being as Communion. Studies in personhood and the church (London: Darton Longman & Todd, 2004); edición en español: El ser ecclesial: persona, communion, Iglesia (Salamanca: Sígueme 2003). Resulta también reseñable la aportación de Andrej Szeptytsky (1865-1944), metropolita de la iglesia greco-católica de Ucrania.
32 Francisco, «“Usemos misericordia con nuestra casa común”. Mensaje del Papa para la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación», 2.
33 Francisco, «“Usemos misericordia con nuestra casa común”. Mensaje del Papa para la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación», n, 2.
34 Cf. La formazione morale della persona nel sacramento della Riconciliazione, editado por Krzysztof Nykiel – Paulo Carlotti (Roma: IF-Press, 2016).
35 Cf. Sarah E. Fredericks, «Online confessions of Eco-Guilt», JSRNC 8, Vol. 1 (2014): 64-84.
36 «The greatest failure of Christianity in the total course of its history is its inability to deal with the devastation of the planet’ (…) we have no morality to deal with it». T. Berry citado en Paul Collins, Judgment Day: The Struggle for Life on Earth (Sydney: Unsw, 2010), 192.
37 Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1451.
38 Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1452-1453.
39 Hans Küng, Perché un’etica mondiale. Religione ed etica in tempi di globalizzazione (Brescia: Queriniana, 2004). «The world’s faith communities occupy a unique position in discussions on the fate of our planet». UN Secretary-General Ban Ki-moon, «Speech to the Summit of Religious and Secular Leaders on Climate Change», London 3-11-2009, consultada en febrero 15, 2017, www.un.org/press/en/2009/sgsm12585.doc.htm.
40 Francisco, «Carta encíclica Laudato Si’», n. 68. In Laudato Si’, the natural moral law is «reimagined as an ecological moral law». Nicanor Pier Giorgio Austriaco, «Bioethics in Laudato Si’. The ecological law as a moral principle», National Catholic Bioethics Quarterly 15, Vol. 4 (2015): 657.
41 Con frecuencia de una manera genérica y aséptica: «Queja, combate, grito, clamor, han desaparecido de la oración de la Iglesia [dejando solo] fórmulas nacidas de la racionalidad teológica». Santiago Agrelo, «Un misal para el pueblo de Dios», 307.
42 «An analysis of more than 800 pages of contemporary prayers in the new Anglican Prayer Book for Australia (1995) unearthed only one line referring to our sins against the land». Norman Habel, «The crucified land: towards our reconciliation with the earth», Colloquium 28, Vol. 2 (1996): 9.
43 Francisco, «“Usemos misericordia con nuestra casa común”. Mensaje del Papa para la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación», n, 3.
44 Real Tremblay, «Misericordia e verità. Per una buona celebrazione del sacramento di riconciliazione», StMor 53, Vol. 2 (2015): 242 [traducción mía].
45 Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1445.
46 Los actos de satisfacción «recuerdan que también después de la absolución queda en el cristiano (…) un foco infeccioso de pecado, que siempre es necesario combatir». Juan Pablo II, «Exhortación apostólica post-sinodal Reconciliatio et paenitentia», 2-12-1984, n. 31, III, AAS 77 (1985): 185-275.
47 «Desire, lust for more and more». Langdon Gilkey, Message and existence. An introduction to Christian theology (New York: Seabury, 1979), 152.
48 Francisco, «Carta encíclica Laudato Si’», n. 222; cf. Viorica Torii Caciuc, «The Role of Virtue Ethics in Training Students’ Environmental Attitude», Procedia 92 (2013): 123. «L’umiltà cosmica»: Richard Bauckham, Bible and Ecology. Rediscovering the Community of Creation (Waco: Baylor University Press, 2010), 37.
49 Francisco, «“Usemos misericordia con nuestra casa común”. Mensaje del Papa para la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación», n, 4.
50 Cf. Jeremy Rifkin, Beyond Beef: The rise and fall of the cattle culture (London: Thorsons, 1992), 185230; Denis Hayes y Gail Boyer Hayes, Cowed: the hidden impact of 93 million cows on America’s health, economy, politics, culture and environment (New York: Norton, 2015).
51 Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1448.
52 Catecismo de la Iglesia Católica, n. 1459.
53 Cf. Clare Palmer, Katie McShane y Ronald Sandler, «Environmental Ethics», Annual Review of Environment and Resources 39 (2014): 425.
54 Norman Habel, «The crucified land», 4; cf. Leonardo Boff, Passion of Christ, passion of the world (Maryknoll NY: Orbis, 2011), Ix-x. «Embracing forms of eco-justice». Canadian Conference of Catholic Bishops, «“You Love All that Exists... All Things Are Yours, God, Lover of Life...” A Pastoral Letter on the Christian Ecological Imperative», 8-2013, n. 14, Digital Commons 8, Vol. 1 (2013): 38.
55 «Scientists posit that by redesigning anthropogenic habitats such as agricultural land so that their use is compatible with biodiversity protection, we can reverse the rapid loss of biodiversity». The art of Jeffrey Rubinoff, ed. James Fox (Madeira Park BC: Douglas & McIntyre, 2017), 198; José M. Rey Benayas y James M. Bullock, «Restoration of biodiversity and ecosystem services on agricultural land», Ecosystems 15, Vol. 6 (2012): 883-899; Nigel Leader-Williams, William M. Adams y Robert J. Smith, Trade-offs in conservation. Deciding what to save (Oxford: Wiley-Blackwell, 2010), 432.
56 Francisco, «“Usemos misericordia con nuestra casa común”. Mensaje del Papa para la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación», n, 4.
57 Dionisio Borobio, El sacramento de la reconciliación penitencial (Salamanca: Sígueme, 2006), 55.
58 Buenaventura, «Leyenda menor», en San Francisco de Asís. Escritos, biografías, documentos de la época, 511-535; Francisco, «Carta encíclica Laudato Si’», 66.
59 Sagrada Congregación para el Culto Divino, «Praenotanda. Ritual de la Penitencia», 2-12-1973, n. 1, Enchiridion Vaticanum 4 (1971-1973): n. 2675 (Bologna: Dehoniane, 1982); Ef 1,10; Col 1,20.
60 Juan Pablo II, «Carta encíclica Sollicitudo rei socialis», 30-12-1987, n. 30, AAS 80 (1988): 513-586.
61 YHWH ha plantado a Israel «de la cepa selecta» (Jer 2,21), pero el pueblo contaminó la tierra y destruyó la viña. Dios sufre por su tierra (12,10-11) y pide justicia (14,10). Jeremías se pregunta: «¿Hasta cuándo estará de luto la tierra?» (12,4). Cuando la gente finalmente se convierta, la tierra volverá a ser «como un huerto empapado» (31,12).
62 El término «reconciliación ecológica» aparece en Michael L. Rosenzweig, Win-win ecology. How Earth’s species can survive in the midst of Human enterprise (Oxford: Oxford University Press, 2003).
63 Tecle Vetrali, «S. Francesco ecologista; esteta o teologo?», Studi Ecumenici 5 (1987): 519 [traducción mía].
64 Cf. Martín Carbajo Núñez, Ecología franciscana. Raíces de la Laudato Si’ (Oñati: Editorial Franciscana Arantzazu, 2016).
65 Francisco, «“Usemos misericordia con nuestra casa común”. Mensaje del Papa para la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación».
66 Francisco, «“Usemos misericordia con nuestra casa común”. Mensaje del Papa para la Jornada mundial de oración por el cuidado de la creación», n, 3.
67 Francisco. Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, n. 54, consultada en febrero 15, 2017, http://w2.vatican.va/content/francesco/es/apost_exhortations/documents/papa-francesco_esortazione-ap_20131124_evangelii-gaudium.html.
68 Francisco – Bartolomé I, «Mensaje para la JCC», 1-09-2017, L’Osservatore Romano 200 (2-09-2017): 8.
* Investigación realizada en el Alfonsianum (Pontificia Universidad Lateranense, Roma) en el marco del curso interdisciplinar en lengua italiana: «Riconciliazione sacramentale. Morale e prassi pastorale», impartido en el segundo semestre del año académico 2017-2018. Una versión reducida de este artículo será publicada en lengua italiana.
Notas de autor
* Martín Carbajo Núñez, OFM, es doctor en teología moral (Academia Alfonsiana, Roma), diplomado en comunicación social (Univ. Gregoriana, Roma), licenciado en filología germánica (Univ. Santiago de Compostela) y técnico especialista en informática de gestión. Profesor extraordinario de la Pontificia Universidad Antonianum (Roma, Italia), en la que está encargado de la cátedra de Moral Social. Actualmente enseña ética y comunicación en tres universidades; dos en Roma: Antonianum (PUa) y Alfonsianum (PUL), una en USA: el FST, afiliado a la Universidad San Diego (California). En la PUa ha sido tres años Vicerrector y Rector Magnífico ad interim.
Buscar:
Contexto
Descargar
Todas
Imágenes
Visor de artículos científicos generados a partir de XML-JATS4R por Redalyc