Reflexión no derivado de investigación

Corazón entre dos mundos “fisicamente en la Toscana en situación de pandemia Covid-19 y con el corazón en mis dos patrias: Italia y mi amada Colombia”

A heart between two worlds “Physically in Tuscany during Codiv-19 pandemic and with my heart divided into my two homelands: Italy and my beloved Colombia”

Claudia-Marcela Ramirez *
Centro de investigación de Vacunas, Italia

Corazón entre dos mundos “fisicamente en la Toscana en situación de pandemia Covid-19 y con el corazón en mis dos patrias: Italia y mi amada Colombia”

Revista de la Universidad Industrial de Santander. Salud, vol. 52, núm. 2, pp. 165-168, 2020

Universidad Industrial de Santander

El paisaje de altos cipreses, carreteras curvas y angostas, árboles de olivos a cada paso y cultivos de la vid, armónicamente adornando por el trino de las aves y el canto de las abuelas haciendo pan en sus hornos de barro, es interrumpido por los sonidos de las ambulancias y el tan bien conocido y temido helicóptero amarillo sobrevolando. Todos sabemos lo que significa: Un paciente en condiciones críticas está a punto de llegar al hospital y un equipo médico y paramédico usando trajes blancos de seguridad, lo espera para llevarlo a la unidad de cuidado intensivo. Esta persona llega sola, sin familiares ni amigos; rodeado de seres humanos que no conoce, pero en quienes deposita su entera confianza para sacarlo del peligro. En sus ojos aún se ven lágrimas que brotan con la imagen de sus seres queridos despidiéndolo desde la distancia. Imagen que se repite continuamente durante estos tiempos de pandemia.

Hace un par de días reflexionaba al abrir los ojos y ver la fecha… 21 de marzo leía... justo un mes después de que en la región más afectada en el norte de Italia se identificara el primer caso. El paciente UNO, un hombre de 38 años que se encontrada con signos de insuficiencia pulmonar y a la vez la repetitiva noticia de la ausencia de un paciente CERO. Escribía unas notas una semana después y me costaba asimilar que 10.023 sonrisas con ojos de esperanza y sabiduría se habían acallado en esta batalla y tan solo 3 días después, con 101.739 contagiados, otros 1.568 abuelos, padres, hermanos, tíos, amigos, esposos, se habían ido. Italia estaba llorando, Italia estaba dolida, Italia estaba perdiendo sus contadores de historia. En el aire se sentía un silencio sepulcral al cual me unía, al ver las imágenes de los camiones militares llenos de cadáveres hacia un destino aun no conocido.

Todos los que dejamos nuestra amada patria, mantenemos una dualidad de sentimientos. Entre los fuertes recuerdos que te amarran a tu país, donde naciste y donde tu familia y amigos aún viven y tu nueva patria que te ha acogido y en la que comienzas de nuevo. Traes tus recuerdos en fotos y te aferras a tus convicciones y cultura como un gran tesoro, pero a la vez te permeas a la sociedad en la ahora vives y empiezas a sentirte parte, compartes sus dolores, angustias, injusticias y celebras también sus triunfos.

He estado en Italia desde hace cuatro años e inicié una cuarentena voluntaria el 3 de marzo, cuarentena que fue seguida de un decreto de gobierno obligándonos a permanecer en casa. Tenía ganas de gritar y contarle a Colombia lo que estaba viviendo, alertarlos de lo que venía en camino. Teníamos 6 horas de diferencia horaria y tan solo pocas semanas nos separaban en tiempos epidémicos. Sabía que estábamos a tiempo y queria darles las pocas respuesta al examen que a la fecha se tenian, con un mensaje balanceado para no causar pánico sino para hacer conciencia y generar acciones. Y en ese entonces le escribía a mi familia y amigos:

“Como saben estoy en Italia y la verdad soy afortunada al estar viviendo esta situación mucho antes que ustedes, ya que me permite orientarlos basado en lo que sé cómo médica epidemióloga y lo que estoy viviendo. Aquí les dejo mis primeras reflexiones y conductas:

¡¡Juntos lo haremos posible!! (suena a Slogan político como me dijeron ayer)- pero es verdad!!”

Estas palabras sin quererlo se volvieron “virales” en las redes sociales y se han vuelto mi decálogo durante cuarentena. Cuando flaqueo y olvido mi rutina salvadora, vuelvo a ellas y entiendo que de pronto me encontré con un propósito en esta pandemia… SOY EDUCADORA en medio de la desinformación, con datos que están llegando en toneladas a oídos no entrenados. Es bien conocido que ésta es la primera pandemia en la era de Facebook, Instagram, cadenas de WhatsApp, Twitter etc. Las personas no saben diferenciar entre la realidad y la falsedad, entonces nuestra labor como médicos educadores se vuelve crucial. Me volví o acentúe más mi papel de orientadora de mi familia, de mis amigos y de muchos médicos que necesitan escuchar las palabras en lenguaje comprensible y necesitan indicaciones claras y prácticas.

Y luego pensé, ¡Somos educadores mas no dictadores! Entendí que, si quería ocasionar un cambio, debería ser yo la primera que debía dar ejemplo, debería ser yo quien tomaba la iniciativa. Ideé hasta mi propio slogan, luego de escuchar en la tele que esta pandemia es uno de los retos más grandes que ha afrontado Italia después de la segunda guerra mundial. … ¡Mi pijama mi camuflaje, mi ejemplo, mi mejor arma!”

Me volví también contacto de académicos y tomadores de decisiones en mi país, quienes querían escuchar de primera mano como se estaban manejando las cosas aquí en términos de medidas en salud pública, esto en un intento por encontrar respuestas. Discutimos por horas, la realidad y el conocimiento de nuestro país nos abrió los ojos. Supimos que no existe una verdad absoluta sobre qué medida de contingencia, mitigación y supresión es la más adecuada, ni está escrito sobre los libros que tan pronto deben ser implementadas, ni por cuanto tiempo deben sostenerse.

Hice la siguiente lista de las acciones que Italia estaba implementando día a día aparte del lockdown, que ahora era obligatorio (certificación en mano para salir y policía en la puerta vigilando). Con el avance de la epidemia, estos controles se volvieron aún más estrictos ante la desobediencia ciudadana.

“Acá mi resumen de lo que he seguido en los medios de comunicación y fuentes oficiales del gobierno:x

Salud

Economía/Sostenibilidad

Cada país maneja sus diferentes realidades. Yo, conozco de fondo las realidades de mi amada Colombia, cuando practicaba medicina en los hospitales de Bosa, La Perseverancia en Bogotá y el Hospital de Fusagasuga, recorrí calles en una ambulancia y vi las realidades de una Bogotá nocturna que no para. Trabajé con la Patrulla Aérea Colombiana como voluntaria haciendo brigadas en lugares remotos del país, donde montábamos salas de cirugía en escuelas y en tiendas de campaña. Sabía entonces, que pedirles a personas sin hogar estar en casa es una utopía. Sabía que mandar niños a las casas privándolos de la alimentación que les brinda el jardín comunitario y exponiéndolos a riesgos cuando los padres no pueden estar presentes, no es una opción sostenible. Sabía que mi gente vive del día a día, y que un día menos de trabajo, es un plato menos de comida. Sabía que la estrategia debería estar en un camino intermedio, ajustada a la realidad de nuestros países en América latina.

Y mientras… Italia llega a su máximo, el sistema de salud no daba más abasto. Los médicos se veían agotados. Hubo un llamado para reservas de voluntarios al que acudí sin dudar. La lista de espera es larga y la prioridad es para médicos anestesiólogos, intensivistas e internistas. Antes de recibir a los voluntarios deben asegurar contar con las medidas de protección y seguridad que estaban escaseando. Llegaron entonces muestras de inmensa solidaridad desde China, Rusia, Cuba, Albania y Estados unidos y las medidas de supresión al parecer están comenzando a mostrar efecto y por ahora no nos resta más sino esperar.

Yo, sin embargo, estoy lejos de sentir descanso, Sé que mientras que acá estamos apenas pasando por un primer pico, en Colombia éste está por comenzar y en Asia viene la inminente resurgencia de casos ante una amenaza cíclica que requiere medidas agresivas de contingencia. Sé que la llegada de una vacuna no está a la vuelta de la esquina y nos debemos preparar para la convivencia con un virus circulante, mientras se adoptan medidas que eviten la saturación de los sistemas de salud y protejan al mayor número de personas. Sé que no volveremos a ser los mismo después de esta experiencia, sé que lo que he aprendido durante esta pandemia no está escrito en los libros de epidemiología. Esta pandemia es un libro abierto, al que invito a todos a explorar y tomar parte activa. Un sin número de esfuerzos son necesarios y cada uno desde sus facultades y conocimientos, encontrará la guía en las acciones de humildad, amor proprio, al amor al prójimo y amor al conocimiento.

Notas de autor

Correspondencia:clamarrapre@hotmail.com.

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