
Recepción: 27 Junio 2022
Aprobación: 09 Noviembre 2022
Resumen: El objetivo del artículo apunta acercar algunas reflexiones sobre por qué el radicalismo con un papel central en el proceso político nacional, ocupa un espacio marginal en el sistema político neuquino. La tesis que se propone es que este partido en el caso subnacional y en el contexto de las proscripciones e inestabilidad política argentina, emerge como una fuerza de oposición, de base urbana, con escaso control del territorio y expresión local. Desde los primeros años del Neuquén provincia, el radicalismo muestra serias limitaciones para desplazar al MPN, fuerza que desde los primeros años del Neuquén provincializado y de base peronista, concentra las preferencias electorales. La UCR por sus disputas intrapartidarias, el control del partido desde el nivel central al local y el accionar de las dirigencias, fue perdiendo territorio y preferencias entre los habitantes neuquinos.
Palabras clave: Neuquén, Radicalismo, Disputas intrapartidarias, Poder, Sistema político.
Abstract: The objective of the article aims to bring some reflections on why radicalism, with a central role in the national political process, occupies a marginal space in the Neuquén political system. The thesis that is proposed is that this party in the subnational case and in the context of the bans and political instability in Argentina, emerges as an opposition force, urban-based, with little control of the territory and local expression. From the first years of Neuquén province, radicalism shows serious limitations to displace the MPN, a force that since the first years of provincialized Neuquén and Peronist base, concentrates electoral preferences. Due to its intra-party disputes, the control of the party from the central to the local level and the actions of the leaders, the UCR was losing territory and preferences among the inhabitants of Neuquén.
Keywords: Neuquén, Radicalism, Intra-party disputes, Power, Political system.
Neuquén es una provincia en la que gobierna el Movimiento Popular Neuquino (MPN) desde 1963 a la actualidad; también participó durante la proscripción del peronismo (1958-1973), con aporte de sus técnicos y algunos profesionales a gobiernos militares, en particular en la denominada Revolución Argentina (1966-1973). Primero se definió como neoperonismo (1963-66), después como el verdadero peronismo (1973-76) y luego se convirtió en partido provincial (a partir de los años ’80). Sobre el origen, accionar, políticas, dimensiones y prácticas del MPN –entre otros temas- existe una vasta historiografía regional y nacional.
Sin embargo, son escasas las investigaciones locales sobre los partidos nacionales con incidencia en el sistema político neuquino, como la Unión Cívica Radical (UCR) que disputó la gobernación y cargos legislativos en momentos en que el Poder Legislativo (PL) funcionó con el sistema de mayoría y minoría. Los estudios se refieren a esta fuerza en el marco del origen y predominio del MPN en el sistema partidario (Arias Bucciarelli, González y Scuri 1993; Arias Bucciarelli, González y Scuri 1998;Arias Bucciarelli 2011; Favaro y Iuorno 1999; Favaro 2018; Favaro 2020). Un aporte importante es el texto de Rafart (2021), que bajo el título El MPN “y los otros”, incorpora información de la UCR, pero a partir de 1983.
En este marco, el objetivo del artículo es reflexionar acerca de por qué el radicalismo, con un papel central en el proceso político nacional, ocupa un espacio marginal en el sistema político neuquino. La tesis que se propone es que este partido, en el caso subnacional y en el contexto de las proscripciones e inestabilidad política argentina, emerge como una fuerza de oposición, de base urbana y escaso control del territorio. Desde los primeros años del Neuquén provincia, se acrecientan sus limitaciones para desplazar al MPN, partido de base peronista que concentra las preferencias electorales. La UCR, por sus disputas intrapartidarias, la incidencia del partido desde el nivel central y el accionar de las dirigencias, fue perdiendo territorio desde los años 1960 y las preferencias entre los habitantes neuquinos. La propuesta consiste, en primer lugar, en ofrecer una serie de consideraciones vinculadas a la influencia de los partidos nacionales en el entonces territorio de Neuquén; luego analizar la presencia del partido como primer gobierno ‘constitucional’ (1958-1962) y oposición (1963-1966) ya con la llegada del MPN a la gobernación. A continuación, se hará una referencia al rol del radicalismo durante la denominada Revolución Argentina y la decadencia de la fuerza a nivel político con el levantamiento de la proscripción del Peronismo (PJ). Por último, se presenta un análisis del partido en la llegada de la democracia en 1983, con un MPN hegemonizando el espacio neuquino. En el trabajo se cruzará, por un lado, la historiografía sobre el tema (Rouquié 1975; Velázquez-Ramírez 2015; Archivo Histótico Provincial 1955); por otro, estudios indirectamente vinculados al mismo; por último, prensa nacional-regional y testimonios orales reunidos en la última década.
NEUQUEN DE TERRITORIO A PROVINCIA
Tengamos en cuenta que Neuquén fue Territorio Nacional durante setenta años (1884-1955); ello no solo restringe los derechos políticos de los habitantes sino que también obstaculiza la organización de partidos nacionales. En tanto distrito electoral, no tiene el valor como Chubut por el petróleo para el proceso de industrialización por sustitución de importaciones (ISI) y no participa en contiendas nacionales. Las fuerzas partidarias que emergen en la etapa territoriana son más bien producto de acciones de militantes -radicales, socialistas y comunistas- que se establecen en este espacio, en su mayoría por trabajo al ser trasladados desde distintas reparticiones centrales. De modo que la presencia de accionar político es escaso, se vincula a los municipios y emerge en localidades/parajes con más habitantes (Arias Bucciarelli, Scuri y González 1998a:154). En ellas se comienza a visualizar prácticas políticas que giran más alrededor de relaciones personales y asociaciones de coyuntura que de acuerdos políticos-partidarios. Este proceso se movió casi en paralelo a la lenta integración del territorio neuquino al área litoral -pampa húmeda - años 1930/40- sin que se quiebre la fuerte vinculación del espacio con Chile.
En algunas zonas del interior neuquino, surgen sectores comerciales dedicados fundamentalmente a la intermediación, que establecen relaciones particulares de sociabilización y se vinculan con organismos e instituciones nacionales, proveyendo de mercaderías e insumos, entre otros, al Ejército y a Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF). Con el triunfo del peronismo en el orden nacional en 1946, a través de los Planes Quinquenales y la Secretaría de Trabajo y Previsión, se intensifican presupuestos y ayudas a los territorios con partidas para la provisión de servicios de alumbrado, agua potable, pavimentación y fondos para la construcción y ampliación de edificios escolares, salas de primeros auxilios, viviendas y reparticiones oficiales. Se promueve la creación de unidades básicas en todas las localidades orientadas a nuclear y afiliar población. Se forman sindicatos oficialistas que intentan desplazar a socialistas y comunistas de la conducción de los gremios tradicionales: ferroviarios, petroleros y construcción.
El PJ habilita a participar a los habitantes de los Territorios Nacionales en las elecciones presidenciales por la facultad conferida por la reforma constitucional de 1949, a la que se anexó, en 1951, la creación de la figura de delegado territorial en la Cámara de Diputados, con voz y sin voto. En ese año, los neuquinos pueden participar por primera vez en la elección de presidente y de delegado parlamentario. Triunfa el PJ con el 63 % de votos, resulta elegido Pedro San Martín como delegado territorial y el peronismo obtiene mayoría en los seis gobiernos municipales existentes en el área, porcentajes que aumentan en la elección de vicepresidente de 1954. La UCR logra el 14%; si bien debilitada por el accionar del PJ, tiene representación en las localidades más importantes, se convierte en la fuerza que nuclea a los disconformes y se integra como minoría en los concejos municipales.
Desde el año 1951 tuvo lugar la provincialización de los Territorios Nacionales, proceso que finalizó en 1955 y durante el cual se advierten algunos rasgos que van a caracterizar el accionar de los partidos nacionales en la conformación del sistema político neuquino. La UCR no aparece en la sociedad neuquina aún en ciernes como alternativa al PJ; muestra limitaciones, entre otras, la falta de recursos y la ausencia de estructura partidaria (Arias Bucciarelli, González y Scuri 1998a: 161). La provincialización de estos espacios nacionales mostró al radicalismo como principal protagonista -partido de oposición en el Congreso- discutiendo una variedad de temas, entre los más importantes, la ciudadanía y el federalismo.
La finalización del tramo de provincialización coincide con el derrocamiento del PJ por la denominada Revolución Libertadora (RL, 1955), hecho que retrasa y complica la puesta en marcha de las nuevas provincias. El gobierno de facto decide postergar el proceso con el objetivo de realizar una “depuración ideológica”. Organizar los nuevos estados era complejo, porque los militares -a través de las Comisiones Investigadoras- persiguen y encarcelan militantes y dirigentes del régimen anterior (Ruffini, 2016: 61-81). Las medidas de estas comisiones afectan principalmente a los de Neuquén capital; aunque funcionarios del interior1 dejan sus cargos y son reemplazados por el interventor federal, quien elige las personas para conformar los concejos municipales, las comisiones de fomento y las comisiones investigadoras a referentes locales, entre otros, del radicalismo2. Se designa a los miembros de las Juntas Vecinales para gobernar municipalidades con ciudadanos de varios partidos políticos, excepto del PJ, observándose, en las principales localidades, referentes de la UCR.
El gobierno “de facto”, como estrategia para disociar a los peronistas, propicia la creación de nuevos entramados e incentiva la reorganización y unificación de otras expresiones políticas. No obstante, no logra cubrir todo el ámbito de la provincia, ni tampoco conformar listas completas de candidatos para la mayoría de los cargos en las elecciones en las que participan, donde hubo representación proporcional.
Durante el primer año de la RL, se anuncia la convocatoria a elecciones con la condición de se mantenga la proscripción al PJ. Esta situación aumentó las divisiones en la UCR, dando lugar a la Unión Cívica Radical del Pueblo (UCRP, Ricardo Balbín) y Unión Cívica Radical Intransigente (UCRI, Arturo Frondizi); con una fuerte diferencia entre ambas, ya que la primera estaba más cerca de lo expuesto por el gobierno cívico-militar y la segunda se manifiesta crítica a esos enunciados. Hacia 1957, la UCRI incorpora a su discurso -entre otras cuestiones- el planteo de la integración del peronismo y la inmediata normalización institucional; en cambio, la UCRP hace hincapié en la reivindicación moral, el apoyo a la RL, la exclusión de alianzas extrapartidarias y la normalización institucional. Aunque los sectores más importantes de la UCR eran antiperonistas, existen diferencias sustanciales entre ellos y en las elecciones a constituyentes de julio de 1957 emerge una mayoría (24.31%) de votos en blanco, seguidos de la UCRP y de la UCRI. Esto hace más evidente lo que afirma Frondizi, que para triunfar se necesitan los votos del PJ, pero los porcentajes obtenidos son indicadores de que no todos estaban de acuerdo con la orden de Perón de votar a Frondizi3. Además, en un distrito nuevo como Neuquén había cierta desorientación entre los votantes, a lo que se sumó la identificación de la UCR en la participación del derrocamiento del líder peronista.
Se convoca a elecciones para la Convención Nacional y a la Convención Provincial realizada el 28/07/1957, que presidida por Ángel Edelman (UCRI) aprobó la Primera Constitución Provincial, participando mayoritariamente radicales y de otros partidos, menos PJ.
LOS INICIOS DEL NEUQUEN PROVINCIA
La UCR -en el Neuquén recientemente provincializado- emerge como la fuerza capaz de acceder al poder provincial, asumiendo la reorganización partidaria. Los principales referentes se identifican con la UCRI, liderada por Ángel Edelman y obtienen el control del ejecutivo, la legislatura provincial y todos los municipios; la UCRP surge como segunda fuerza tomando desde un principio una actitud de fuerte oposición.
La relevancia que adquiere el distrito desde 1957 hace que dirigentes nacionales como Frondizi y Balbín, lo visiten. En estos primeros años no se observa que la fuerza logre acuerdos y cierta homogeneización; antes bien, se producen luchas internas que llevan a más divisiones, como el Movimiento de Integración Desarrollo (MID) en 19654.
Los dirigentes radicales neuquinos -en las dos fracciones- provienen del sector servicios, especialmente comerciantes y profesionales. Aunque minoritarios, había ganaderos del sur provincial que tenían representación en el Poder Legislativo (PL), como Fidel Mendaña, Luis Buamscha, Darcy MC Keón, Corina Arce (UCRI) y Gabriel Zingoni, Jorge Rambeaud, Andrés Guevara y Osvaldo Ascheri (UCRP). La UCRI con mayor trayectoria en el ámbito territoriano, logra organizarse en toda la provincia y presentar listas completas de candidatos para cubrir los cargos electivos en las distintas contiendas.
En 1958 triunfó la fórmula radical Ángel Edelman - Alfredo Asmar, quienes al asumir la primera gestión provincial, deben hacer frente a una serie de cuestiones como crear y organizar las instituciones, definir el sistema impositivo, articular con la Nación los términos en que se efectivizará la coparticipación y las regalías, implementar el régimen económico y desarrollar la función social que la Constitución le atribuye al estado. Se crean, entre otras reparticiones, la Dirección General de Registro Civil, Personas Jurídicas y Simples Asociaciones Civiles, la Dirección de Estadísticas y Censos, Catastro, el Registro de la Propiedad, la Dirección Provincial de Turismo, la Caja de Previsión Social de la Provincia, la Caja de Obra Médico Asistencial, antecedente del actual ISSN y en 1961 se establece el Consejo Provincial de Educación y otras instituciones de educación y cultura. El gobierno instrumenta una política de subsidios y préstamo para la creación/ mejoramiento de los servicios públicos, refacción de edificios, construcción de escuelas, viviendas económicas y centros asistenciales. Comienza a operar a fines de 1960, la línea estatal Transportes Aéreos Neuquén (TAN) y se concreta la creación del Banco Provincia como sociedad mixta (Arias Bucciarelli, González y Scuri b 1993: 347-349).
Pese a los conflictos –intra y extrapartidarios- a lo largo de los cuatro años de gobierno, se sancionan leyes aunque en varias ocasiones existen serios impedimentos para su concreción; el caso más problemático se evidencia en la dificultad para conformar el Poder Judicial. Al ser un partido nacional con una débil dirigencia local, se ve afectado por decisiones del nivel central que perjudican los intereses de su electorado, ejemplo de ello es la represión frente a las huelgas tanto la ferroviaria (1958) como la petrolera (1959) (Mases y Cuminao 2012: 89-110; Iuorno 2000:13).
El juego político de la primera legislatura se complica por la fractura en el interior del oficialismo y la aparición de dos grupos de similar fuerza: uno que apoya la orientación del vicegobernador5 y otro que le es adverso. Este último, en determinadas circunstancias, llega a votar con la oposición, como en el caso del pedido del juicio político por parte del Colegio de Abogados al defensor del Superior Tribunal de Justicia de Neuquén (el acusado, Dr. Díaz Vera, actuó en las elecciones internas de la UCRI de 1960). El fuerte ataque de la oposición y la repercusión que adquiere la cuestión en la prensa regional, hacen que la UCRI supere sus desavenencias internas y privilegie la solidaridad política al imperativo legal, impidiendo la concreción del juicio.
Las permanentes intervenciones a la UCRI y la UCRP, más allá de las internas nacionales, demuestran los antagonismos presentes en la dirigencia local, que se expresan tanto para la renovación de autoridades como para la selección de candidatos en las elecciones generales de 1962. En este caso, las postulaciones por los distintos grupos y la falta de acuerdos derivan en la participación del comité nacional, árbitro a quien son sometidas las discrepancias. Después de múltiples reuniones en la Capital Federal se resuelve laudar en favor de una de las líneas internas proclamando a Amado Majluf6 para el primer término de la fórmula y a Enrique Benedetti para vice gobernador, ambos de la UCRI. A la vez, se postula como diputado nacional al ex Ministro de Economía provincial, Clemente Ordóñez7; es decir, luego de un complejo proceso, la decisión nacional resuelve coyunturalmente las disidencias.
La prensa del interior neuquino hace fuertes críticas a la gestión de la UCRI, por la lucha en las candidaturas y realiza un llamado de atención al partido porque mientras busca la unidad, sectores ‘peronistas’ del interior fundan el MPN el que desarrolla una intensa actividad, con “…equipos de penetración, grupos adoctrinados y los que hacen discursos son ocho equipos parlantes móviles y un diario (sic)” mientras “…la UCRP se mantiene en silencio…” (Ecos Cordilleranos, 19/08/1961). Ambas fracciones radicales pierden influencia, hecho que se observa por la anulación del viaje de Balbín a la región y porque “…los Socialistas con su candidato Roberto Chevalier le están quitando el sueño a los de la UCRI...” (Ecos Cordilleranos, 15/02/1960).
La nueva provincia se encuentra ‘atomizada’, las dos fracciones radicales (convertidas en facciones) poseen en los años sesenta el 42% del electorado. El problema de Edelman y el accionar de Asmar -con avances y retrocesos- se acentúan por la lucha interna dentro del partido. La “…UCRI se cerró en un círculo demasiado pequeño, donde el del Sr. Asmar fue el guía que transcurrido el tiempo marcó la situación imperante dentro de la UCRI y surge a la vista que en general ha faltado acción…” (Ecos Cordilleranos, 1/07/1961).
Arturo Frondizi, que había triunfado en la elección nacional de 1958, no puede obturar la recurrencia al mecanismo de intervención de la FF.AA, es destituido en 1962, luego de los triunfos de la UCRI en varias provincias, hecho que obliga a una nueva reorganización partidaria. En este caso, se intenta utilizar como metodología la designación de delegados acordados en cada distrito electoral. La asamblea de los radicales intransigentes neuquinos, presidida por Oscar Alende, no logra consensuar una figura representativa, por esta razón la Junta Nacional nombra al ex gobernador de Mendoza, Ultschi como interventor (Río Negro, 8/11/ 1962). El proceso de normalización presenta conflictos resultado de una multiplicidad de factores: la proclamación de una lista única de representantes provinciales y nacionales para la conformación de los organismos del partido, recrudecen las disputas y provoca una serie de renuncias. La imposición de las autoridades ignorando las denuncias, impide consolidar la estructura local y las declaraciones del ex gobernador Asmar hacen reaparecer disidencias entre los miembros del Comité Provincial que culminan en la renuncia de su presidente – Adolfo Abelli- e integrantes de la mesa directiva8 (Río Negro, 27/04/1963).
La interrupción del primer gobierno constitucional, consecuencia del golpe de 1962, influye negativamente en la posición de la UCRI al verse desacreditada por las investigaciones al gobierno de facto y la denuncia pública sobre Asmar, a quien se lo acusa de intentar negociar la proscripción del MPN por considerarlo peronista.
En este contexto, el MPN obtiene la gobernación en 1963 y el Radicalismo del Pueblo –que ejerce el gobierno en el nivel nacional- está en la Legislatura, donde además tiene representación la UCRI9. Son fuerzas minoritarias que actúan individualmente sin mantener una clara línea de oposición; se da la paradoja de un juego político invertido: el peronismo que en su mayor parte se incorpora al MPN está en el gobierno local y el que está en el gobierno nacional, la UCRP, no solo tiene poca representación en la provincia, sino que es el principal enemigo.
La UCRI llegó a las elecciones sin resolver los enfrentamientos entre los referentes locales, agudizados por el confuso panorama que presenta a nivel nacional en torno a la definición de la fórmula presidencial. La minoritaria UCRP tampoco consiguió unificar la dirigencia ni ampliar su militancia debido, en gran medida, a la prolongada intervención del Comité Provincial por parte del balbinismo, que impide la incorporación de nuevos cuadros y la renovación doctrinaria. Esta problemática se exterioriza en diferentes momentos en los que la presencia de intereses nacionales priman y complejizan las divergencias locales.
Respecto de la situación, dice un dirigente radical
Las divisiones partidarias debilitaron al radicalismo, la aparición del MPN y sobre todo de la figura de Felipe Sapag, ayudó a dicho proceso, ya que actuó como aspiradora para el radical, sobre todo de clase media, que se sintió atraído por el discurso provincialista o federalista […] se inició un proceso de languidecimiento de esa fuerza, que llegó a tener una presencia simbólica, sostenida por algunos dirigentes, muchos barriales…[…] Era común escuchar, a muchos, decir que siendo radical a nivel nacional, pero en la provincia voto al MPN” (T.O.R.V, 3/08/2018).
Los logros de la UCRP en distintas provincias imponen otra reestructuración en el distrito Neuquén. Las autoridades del Comité Nacional designan una Junta Reorganizadora sobre la base de una nueva afiliación10. En este marco, el comité local describe la situación:
El radicalismo del pueblo, triunfante en todo el país no puede seguir desorganizado y débil en la provincia. Fuimos localmente vencidos repetidas veces pero tenemos fe en que a corto plazo el triunfo nos acompañará […] Vamos a levantar el partido en Neuquén, le vamos a dar coherencia para que exista aquí también confianza en el radicalismo desdibujado en sus principios reivindicadores por la sensualidad de gobiernos demagógicos (Río Negro, 11/04/1964)
Luego hace referencia a la gestión del partido provincial, frente al cual se posiciona:
“… un gobierno estructurado así, sin raigambre en el quehacer nacional, perplejo de inoperancia, no conviene a la conducción política de una provincia como Neuquén que por su significación presente y futura en el desarrollo nacional ha de ser clave. Es preciso que así lo entienda la ciudadanía…” (Ibíd).
En síntesis, el radicalismo no logra consolidarse, ya que las divergencias internas debilitan la imagen que la ciudadanía tiene del gobierno, acentuada por la continuidad de la proscripción al peronismo y, en el caso de la UCRI11, por la decepción con las promesas incumplidas del desarrollismo. La UCRP, bajo el control de la línea más conservadora, tampoco consigue aparecer como alternativa, manteniendo una posición minoritaria.
INESTABILIDAD POLÍTICA Y APERTURA DEMOCRATICA, 1966-1983
1. Un momento histórico y los cambios posibles
A diferencia de los quiebres institucionales anteriores, el de junio de 1966, denominado Revolución Argentina (RA,1966-1973), considera que el sistema político no fue eficaz para desarticular al peronismo ni para integrarlo; por lo tanto, su objetivo fue establecer nuevas reglas de juego que suprimieran los canales de mediación con la política. Los militares, encabezados por Juan Carlos Onganía, designan como interventor en Neuquén a un civil, el ingeniero Rodolfo Rosauer (1966-1970), el que no se malquista, inicialmente, con la fuerza política local. Continúan en sus cargos varios intendentes del neoperonista MPN, del MID y de la UCRI en localidades neuquinas. Estas ‘buenas relaciones’ se extienden por tres años, momento en que la ruptura sobreviene, producto del intento del gobernador de desprenderse de los funcionarios que respondían, mayoritariamente, al ex gobernador y que continúan en el aparato estatal y en los organismos de planificación.
Luego de cuarenta y dos meses de gobierno y en el contexto de una situación nacional que anunciaba cambios en las provincias, resigna su cargo de gobernador de Neuquén por cuestiones relacionadas a su gestión y por las transformaciones operadas a nivel nacional. Había que descomprimir la situación política y estaban presentes los conflictos sociales en la provincia, como los de El Chocón12; la idea es colocar un civil o militar, oriundo del estado y conocedor de los problemas existentes.
De este modo, se le ofrece a Felipe Sapag la gobernación, como una figura representativa de la provincia, visto por la prensa nacional como jefe local del peronismo en un “…verdadero operativo militar: se eligió a una provincia chica, distante de Buenos Aires, para hacer la experiencia…” (Confirmado, 4/ 03/1970). La aceptación de Sapag provoca críticas de partidos provinciales y del radicalismo bloquista liderado por Leopoldo Bravo, quien lo objeta por aceptar el cargo de un gobierno militar, porque, meses antes, Elías Sapag participó con otros gobernadores provinciales de un documento condenatorio a la RA.
En agosto de 1972, Sapag renuncia al cargo para postularse como candidato en las elecciones de 1973. Designa a uno de sus ministros en su reemplazo: el ingeniero Pedro Salvatori, que continúa con su línea de trabajo. El nombramiento suscita críticas del PJ local –por favorecer al MPN- ; no obstante, recibió el apoyo del gobierno nacional y de un sector del radicalismo, que no removió a Salvatori como lo pidió el peronismo.
Los radicales -durante la RA- no tienen buenas relaciones con los militares, a pesar de que algunos ocupan cargos de gobierno. Hacia los años setenta, cuando Perón recupera la iniciativa política, los radicales inician una política de acercamiento al PJ y a otros partidos, que culmina en la Hora del Pueblo. Simultáneamente, dialogan con Lanusse para que el Justicialismo acepte la institucionalización como único mecanismo de una democracia pluralista moderna. Es necesario puntualizar que, desde 1968, dentro del radicalismo se está conformando un grupo opositor a Balbín, liderado por Raúl Alfonsín, y en noviembre de 1972 se crea el Movimiento Renovador, luego Movimiento de Renovación y Cambio (MRyC).
Las elecciones de 1973 ponen fin a la solución peronista desplegada por los militares. En estas, se impone en la provincia el MPN con Felipe Sapag - Antonio Del Vas, que logra el 49.9% del electorado neuquino, con la consigna de que se trataba del ‘verdadero peronismo neuquino’ (Favaro y Iuorno 1999:479-516); a pesar del desembarco del ‘aparato peronista’-como lo denomina la prensa de la época- en apoyo de la fórmula del FreJuli, solo obtiene el 35% de votos. Los testimonios de la época consideran que se sobreestimó el ascendiente del peronismo13 y se asustó a la clase media no peronista, que prefirió votar al partido del ‘orden’ y la seguridad, ante la aventura que representa el contrincante (Río Negro, 17/04/1973). (Río Negro 5/4/1964)
La UCR se lanzó tardíamente a la campaña electoral y su propuesta programática era la misma que la ofrecida en el escenario nacional, sin referencias específicas, adecuaciones o propuestas diferentes para la realidad provincial, para su sociedad y los recursos. Tampoco propuso una formulación diferente del tema ‘federalismo’, bandera central que levanta el MPN, mientras este se aboca a la búsqueda de elementos simbólicos y materiales que le permitiera reforzar ‘lo neuquino’, basado en sostener la hegemonía política en el discurso y acción, para concretar en la sociedad neuquina un sentido de pertenencia.
Un ex dirigente radical dice
“El presidente del distrito era Hugo Facal, ‘devoto’ balbinista, apegado al acervo partidario que recibió a los correligionarios, les reveló que en Neuquén sólo había radicales de la Línea Nacional. Los visitantes no se sorprendieron porque era lo que veían en casi todos los distritos” (T.O., R.V., 3/08/2018).
El radicalismo, con escasos fondos - situación vinculada a la cantidad de votos obtenidos en la elección anterior- falta de equipos técnicos y la presencia de candidatos poco convocantes con escaso ‘carisma’, sólo entibia el liderazgo de la fuerza, frente a Felipe Sapag, que precisamente reunía todos esos elementos. Por un lado, las divisiones del entramado provoca que algunas de esas fracciones se alíen al PJ; tal el caso del MID; por otro, la UCRP es objetada como la depositaria de las ideas y tradiciones radicales, aunque controla la conducción de la fuerza.
Hacia 1973, la UCR tiene sólo 351 afiliados, frente a los 12 mil del PJ y el doble del MPN en un electorado de 77.200. Con los candidatos Gastón Rambaud (estanciero zapalino) y Hugo Facal (abogado de la capital neuquina), obtiene el tercer lugar con un 7,5% de votos en Neuquén. El radicalismo neuquino emerge con cierta fuerza en el denominado ‘circuito norte’, que tiene como centro Chos Malal.
El FreJuli triunfó en todo el país, menos en Neuquén14, aunque el MPN debe ir al ballotage el 15/04/1973, en el que la fuerza obtiene el 60.5% de votos. Aunque los radicales en su mayoría lo niegan15, el 10% que obtuvo el partido local entre la primera y la segunda vuelta es resultado del traslado de votos de la UCR al MPN, observándose que los mayores porcentajes provienen del interior de la provincia.
2. El tiempo del Proceso y el Radicalismo
El golpe de Estado de marzo de 1976 -la última dictadura cívico - militar en Argentina autodenominada Proceso de Reorganización Nacional (PRN)- se extiende hasta 1983 y se caracteriza por violencia y desapariciones en el contexto de políticas liberales de mercado y concentración del capital.
La UCR también sufre el accionar, primero, de la organización paraestatal16 Alianza Anticomunista Argentina (Triple A) y, luego, del Proceso de Reorganización Nacional (PRN) con secuestros, atentados y asesinatos. Balbín considera que era necesario llevar a cabo cierta prudencia y abrir “un compás de espera”; esto se entiende como rechazo a la dictadura, pero también evita la dura confrontación con el régimen. La moderada actitud de la fuerza lleva a que algunos de los dirigentes ocupen lugares en embajadas o intendencias. La prensa de la época dice que del 52% de los intendentes que pertenecen a algún partido, el 35.5% eran radicales y varios colaboran en intendencias del país (cit.en Persello 2007: 272)17.
La fuerza, durante estos años, debate sobre el rol a desarrollar: dialoguista o más dura hacia los militares. Las voces de los exiliados no siempre son escuchadas, la disidencia es la revisión del pasado. Un organismo fundamental en este sentido es la Oficina Internacional de Exiliados Radicales Argentinos (OIRA,1977) con sede en Venezuela, presidida por Hipólito Solari Yrigoyen que, entre otras actividades, realiza la publicación del periódico La República y cuenta con la colaboración de militantes políticos y sociales exiliados en países de América Latina y Europa. Si bien el grupo de exiliados es sumamente heterogéneo internamente, logra conformar un colectivo común con objetivos claros respecto de la dictadura. Entre los políticos que desarrollan destacadas editoriales en el periódico, si bien hay argentinos que colaboran desde otros países, -a los efectos de este trabajo- cabe mencionar al radical Adolfo Gass18, exiliado junto a su familia en Venezuela, quien denuncia el accionar de las FF.AA en colaboración con los grandes empresarios argentinos que concentran capital y la relación con otros gobiernos de facto del Cono Sur. Si bien el medio es un vocero de una oposición no violenta, logra construir una agenda de exiliados políticos; voz reconocida que otorga legitimidad a las denuncias, ubicando como representante del partido a Raúl Alfonsín; dirigente al que se le presta la mayor atención por su protagonismo en la vida política argentina.
Cabe señalar que los integrantes de la UCR, dentro de la comunidad de exiliados, son un número minoritario y forman parte mayoritariamente del MRyC (Vila, López y Riofrio 2018: 19-52). El exilio, no sólo para los radicales sino para los de otros campos políticos y gremiales, se constituye en un escenario de reflexión y tensiones entre los intelectuales sobre los ‘adentro y los de afuera’, como una marca para pensar la dictadura.
Cabe mencionar que el PRN divide al país en cinco zonas de defensa, subzonas y áreas, en las que Neuquén, junto con Río Negro, quedó dentro de una subzona a cargo de militares con sede en Neuquén capital. Si bien ambas provincias no se encuentran dentro de la preocupación “subversiva” -calificadas como “zonas calientes”-, la hipótesis militar colocaba a la Cordillera de los Andes en un foco de atención por el ingreso de militantes chilenos perseguidos por la dictadura de Augusto Pinochet, con la intención de lograr transformarlas en zonas seguras, evitando se conviertan en lugares de descanso o reorganización de los ‘subversivos’ (Scattiza 2015:66-80).
Durante la dictadura en Neuquén, ‘hubo cierta estabilidad política administrativa’. Luego de cortas intervenciones militares, en diciembre de 1978 asume Domingo Trimarco -último militar que gobierna la provincia- hasta la institucionalización en 1983 con un gabinete conformado por varias figuras del derrocado MPN. Si bien las instancias e instituciones de la democracia estaban suspendidas, llama la atención cuando Jorge Videla viaja a Neuquén en 1976 y tiene reuniones con empresarios y políticos, como Sapag y Vidal. Este último, de la UCR, participa como representante de los empresarios frutícolas de la zona (Azconegui 2010).
La UCR –sin sede propia- funciona en casas particulares, estudios de abogados y otros lugares o viviendas, en los que da el debate y se acuerdan acciones19. Sus discusiones son recogidas por la prensa de la época solo cuando la despliegan periodistas cercanos20. Las reuniones tenían el propósito de mantener vivo al partido a pesar del control que sobre ellos ejercían los militares. Uno de los radicales bajo esta situación es Norman Portanko; con actuación en el ámbito de la cultura -abrió el teatro Lope de Vega (1978)-, es un militante vigilado por su cercanía al Encuentro de los Argentinos y por participar en los hechos del Chocón junto con dirigentes de izquierda. En su casa se hacen las reuniones de la UCR a partir del 1975, motivo por lo cual la SIDE registra sus movimientos; su nombre aparece en un listado de hombres de la cultura de Argentina ‘controlados’, según el General Martín Balza, por la denominada ‘Operación Claridad´ (Clarín, 24/03/86). En el artículo de la prensa nacional se los denominó “marcados” por la Operación (T.O. N. P., 3/07/2020). Varios de los radicales vigilados, perseguidos, proscriptos o que se intentó secuestrar recibieron más apoyo y protección de amigos y militantes que, orgánicamente, del partido.
Sobre el momento, algunos radicales recuerdan que se encontraban estudiando en universidades nacionales y que, a partir de 1975, deciden regresar o establecerse en Neuquén. Uno de ellos comenta que estudiaba abogacía en la UBA y militaba en la Juventud Radical y Franja Morada. Sin concluir sus estudios regresa a Neuquén e inicia la carrera de Historia en la Facultad de Humanidades de la UNCo. En agosto de 1975 , en el tercer año, con la universidad ya intervenida por Remus Tetus y en el marco de la represión y persecución de la Triple A, se lo notifica que debía “retirarse” de la UNCo, donde presidía el Centro de Estudiantes de la Facultad. Se refugia primero en la casa de algunos amigos en Neuquén y Río Negro (Norman Portanko, Armando Vidal y Norberto Blanes) y, en Buenos Aires, en la casa del dirigente nacional Leopoldo Moreau. Solicita apoyo a hombres del gobierno provincial21, quienes le manifiestan que lo podían hacer solo en el ámbito de la provincia, pero no en el espacio federal de la Universidad. A través gestiones de Alfonsín, abandona Neuquén y, junto a la familia de su padre- diputado nacional desde 1973-, se exilia en Caracas desde julio de 1976. Alfonsín los visitó en tres oportunidades en el destierro y sus gestiones le permitieron sobrevivir a la persecución y desaparición. El dirigente regresa al país luego de siete años de exilio y se integra a las tareas del partido en Neuquén en marzo de 1983 (T.O. C. G. 21/04/2019 y 01/07/2020, Neuquén; J.Ruiz 8/6/1997).
Otro dirigente radical, Oscar Smoljan, secretario de la FUBA entre 1973-1974, arriba a Neuquén (1975) y se contacta con César Gass y Luis Alberto Vesco. Se le asigna viajar a Río Negro para organizar a la Juventud UCR, trabajando con Norberto Blanes y Horacio Massaccesi, entre 1975-76. Durante la dictadura se dedica a negocios particulares (una distribuidora), sigue ‘militando’ en la UCR, reuniéndose en casas particulares o en estudios (Vesco, Sabella, Vidal), en los que se interioriza de los sucesos del país y de las acciones de Alfonsín por el tema de los DD.HH (T.O., O.S., 2/05/2019).
Un político importante es Rodolfo Quezada, que estudió abogacía en la Universidad de La Plata y militó en la UCR, volvió a Neuquén en 1973 e instaló su estudio, dedicándose a la actividad incluso en la dictadura, aunque militaba ‘subterráneamente’ con marchas y contactos con el obispado de Neuquén. Estuvo en el rearmado del partido en los ochenta, ya que –afirma- era un fuerza pequeña, sin raigambre. Trabajó intensamente para la conformación de MRyC con otros radicales (T.O. R.Q, 25/04/2019).
Por último, un protagonista de esos años dice:
“Soy co-fundador de la Franja Morada Comahue junto con César Gass (en 1973) e integrante de la Mesa de Juventudes Políticas que conducía Carlos Pont (Juventudes Universitarias Peronistas). En los ‘70, la UCR de Neuquén era bastante conservadora y manejada por Toto y Cacho Vidal y “las familias” venían sufriendo el peronismo desde antes de 1955 y el neo peronismo representado por el naciente MPN. Los jóvenes nos abroquelamos entonces en la militancia universitaria. En ese entonces, Juan Carlos Galvañ, militaba en el Socialismo, constituían un grupo fuerte con base en la Facultad de Economía con Humberto Zambón y en la Facultad de Ingeniería con Vladimiro Sinigoj. A nivel nacional, la UCR estaba presidida por figuras de la “Línea Nacional” con el liderazgo de Ricardo Balbín. Sus representantes neuquinos eran “las familias bien” Vidal, Peláez, Valdez y muchos del interior neuquino que oficiaban de “patrones de estancia” de cada localidad… Los jóvenes no nos sentíamos contenidos en este anti peronismo fanático y pronto nos sumamos al naciente Movimiento de Renovación y Cambio que tenía en la figura de Raúl Ricardo Alfonsín a su principal referente. Siempre fuimos muy pocos los jóvenes radicales en Neuquén. Gass, aporta desde Humanidades a estudiantes (Alcira Trincheri) algunos docentes (Gloria Mas) y no docentes (Darío Muñoz), me toca entonces sumar desde los cursos básicos a la nueva camada radical y comenzamos a tener fuerza y presencia partidaria. Viajamos a Buenos Aires en tren… un vagón completo para nosotros. Había que motivar a los nuevos… Recorrimos centros de Franja Morada: Marcela Rodríguez Ponte estaba en la UTN Tecnológica y Oscar Smoljan en UBA en Ciencias Económicas. Los convencimos a que vinieran a darnos una mano en Neuquén. Llegaron en 1974. En aquella época trabajaba en LU5 Radio Neuquén – Dpto. Informativo– y me involucro sentimentalmente con una actriz, cantante y marionetista: Alicia Pifarré, integrante del Grupo Vocal-Teatral “Génesis”. Los medios de difusión estaban abarrotados de personal de los “servicios” (Servicios de Inteligencia). El Jefe de Informativo era Pedro Brodi, que también trabajaba en la SIDE de Neuquén y el agente Raúl Antonio Guglielminetti conducía el programa “UOCRA - presente y futuro” bancado por el gremio de la Construcción y revestía en la planta de personal del diario “Sur Argentino” propiedad de la familia Sapag. Guglielminetti comenzó a perseguirnos fuera del trabajo, tanto a Alicia Pifarré como a mí. Me acusaba de ser Instructor de Tiro y Combate de Montoneros y el ERP. Los hechos fueron así: el 7 de junio de 1974, Día del Periodista, se organizan competencias entre la gente de medios de difusión. Me inscribo en Tiro, representando a LU5, Guglielminetti lo hace en representación del “Sur Argentino”. Cometí el error de ganar la competencia. La familia de César Gass, venía comprometida en Buenos Aires… en enero de 1975, Guglielminetti me anuncia que será nombrado por el nuevo Rector como Jefe de Seguridad de las Universidades del Sur (Bahía Blanca) y del Comahue (Neuquén) y me da 48 horas para irme de la provincia. Elijo el exilio interno y me voy a “esconder” a Buenos Aires. Alicia decide esperar a que me establezca y después viajar ella. No hizo a tiempo. Fue secuestrada y desaparecida junto a la docente Susana Mujica. Mi lugar en LU5 se lo dejé a un compañero de Franja Morada, Edgardo Antoñana, oriundo de Plaza Huincul y alumno de la Facultad de Economía y Administración. Es Antoñana quien viaja a dedo a Buenos Aires, para avisarme que Alicia había sido desaparecida. La familia Gass se exilia en Venezuela. Es allí donde César traba amistad con otro exiliado, el Dr. Arístides Juan Bruno Romero” (T.O.G.CH.,25/08/2021).
La mayoría de los referentes del radicalismo neuquino reafirman la idea de que, si bien las estructuras partidarias se diluyeron, la red de contactos familiares, afectivos, políticos pudieron funcionar y dar un marco de contención ante el golpe de 1976.
3. Hacia el nuevo tiempo: el retorno a la democracia
En el contexto del nombrado “diálogo político”22, convocado por los militares en sus respectivos momentos con los partidos en el ámbito central, se conforma la Multipartidaria nacional en julio de 1981, como espacio de convergencia de las fuerzas partidarias opositoras por iniciativa del radical Balbín.
En Neuquén –gobernada por Trimarco-, la UCR cuenta con solo 350 afiliados; en consonancia con la central y en una posición crítica, también convoca a los partidos para analizar los problemas nacionales y locales. Un poco de tiempo antes se organiza un grupo multisectorial denominado Convergencia, con 26 dirigentes políticos auto convocados, aunados por la necesidad de revitalizar la política y con la consigna del repudio a la violación de los DD.HH. Entre otros, participan los radicales Carlos y Armando Vidal, Rodolfo Quezada y Guillermo Oses.
La Multipartidaria organiza reuniones informales en diferentes lugares y, en septiembre de 1981, se reúne en las instalaciones de la editorial Sur Argentino, de los hermanos Felipe y Elías Sapag. Estuvieron presentes los radicales Rodolfo Quezada, Luis Vesco y Armando Vidal. Se elabora un documento que analiza la situación nacional y regional, proponiendo una serie de objetivos (García, 2018:100).
Los radicales adoptan como estrategia los pronunciamientos e intervenciones públicas para interactuar con la ciudadanía agudizando su oposición al PRN. Abandonando su letargo de años atrás, algunos dirigentes realizan recorridas por el interior neuquino, tratando de posicionarse públicamente y convocando a la población a reconquistar libertades y derechos.
En octubre de 1981, Neuquén recibió la visita de la máxima figura del MRyC de la UCR, Raúl Alfonsín, figura de recambio del partido. Alrededor de tres mil personas de muchas delegaciones de las localidades del Alto Valle asistieron a su disertación en el gimnasio del Club Independiente, en la que también hablaron, sucesivamente, representantes de la UCR del Neuquén: Luis Vesco, Oscar Smoljan por la juventud radical y Armando Vidal. Era la primera vez que se alcanzaba una concurrencia masiva en un acto político radical en la capital neuquina. Su discurso planteaba que la transición consistía en una batalla de las conciencias. No bastaba con la salida legal al autoritarismo sino que había que dar la lucha por el ejercicio de la libertad política y de la participación para la formación del ciudadano (García 2018:107).
La llegada de Alfonsín a la zona sirvió para reanimar el escenario político, mostrando su estrategia: aglutinar a las principales fuerzas políticas para influir en la pronta inauguración de un proceso de democratización en el país. El dirigente del MRyC,
…encontró un panorama muy pobre en lo que a su fuerza respecta” […] “…el radicalismo se ha convertido en esta provincia en un partido de segundo orden”. Su objetivo era incorporar figuras jóvenes a los cuadros dirigentes, concretar entrevistas claves, tal es el caso de Felipe Sapag y el obispo Jaime Francisco De Nevares (La Trastienda, 4/04/1981).
Alfonsín era la figura que representaba la mayor distancia con el pasado reciente, con capacidad de instalar una agenda diferenciándose del PJ, aún envuelto en los problemas y conflictos de los años ’70.
Con local propio y una fuerte convocatoria, se edita el periódico Alternativa y comienzan a incorporarse dirigentes y militantes al accionar del Radicalismo, entre otros, Horacio Quiroga, Juan Carlos Galván, Eduardo del Río, Luis Osovnikar, Guillermo Osés, Rubén Chaufaux, Ricardo Villar y Eduardo Ortiz. En la UNCo se rearma Franja Morada, brazo universitario de la UCR, con Alcira Trincheri, Jorge Ferrería, Demetrio Taranda y Carlos Galván. Se busca formar un frente gremial con Luis Osovnikar y Julio Durval Fuentes, entre otros, que luego crearon ATE (Asociación Trabajadores del Estado) (T.O., R.V, 3/08/2018). La UCR hace una “renovación” desde varios frentes: universitario con Franja Morada; secundario con el Movimiento de Estudiantes Secundarios; gremial, por el Movimiento de trabajadores radicales. A eso se suman las tareas de asistencia jurídica, prevención médica, apoyo escolar y alfabetización.
Había que interpelar a una sociedad que asumía cambios: una burguesía comercial sin tradición, originalmente vinculada a diferentes actividades, sectores medios ― que igual que la primera, vivían al calor del Estado nacional o provincial― y sectores populares que se ampliaban y complejizaban en el contexto de una acelerada urbanización. Se visualizan sectores integrados al proceso de expansión económica y grupos –precarios- incorporados a actividades no productivas y a la construcción que plantean un escenario con un perfil particular, en especial en Neuquén capital, que había crecido a ritmo vertiginoso. El Censo de 1980, señalaba 243.850 habitantes, de los cuales 90.089 vivían en la capital, es decir, más del 27%; el departamento Confluencia se constituía en el más poblado con el 64% del total (La Trastienda, 12/09/1985).
Con pocos dirigentes pero de vasta militancia política, en las elecciones de 1983, en las que nuevamente triunfa el MPN -y luego de las internas-, los candidatos radicales a gobernador y vice del MRyC, Luis Armando Vidal y Eduardo del Río, lucharon palmo a palmo con el PJ por el segundo lugar23. Si bien la figura de Alfonsín eclipsó las elecciones en Neuquén con “un holgado triunfo radical con las boletas blancas”, se produce un empate con el PJ para diputados provinciales, que luego de una nueva votación y con el apoyo del emepenismo quedó para el PJ (Favaro b 2020: 172-173).
REFLEXIONES FINALES
Los habitantes de Neuquén durante el largo período de Territorio Nacional estuvieron privados legalmente del ejercicio de sus derechos políticos y en ese contexto, los partidos nacionales aparecen desdibujados. Tienen pocas posibilidades institucionales de desarrollar estructuras orgánicas en el ámbito local y las conducciones partidarias centrales no se interesan en los territorios, ya que sus habitantes no pueden participar en las instancias políticas generales. El PJ, que inicia el proceso de provincialización, tampoco consigue agrupar una dirigencia que mantenga el partido unido durante la proscripción.
Por lo tanto, en el período de estudio, se evidencia la dificultad de los principales partidos tradicionales para fortalecer su estructura, unificar sus cuadros partidarios y convocar el consenso de la ciudadanía. En la nueva provincia se produce la emergencia del MPN, quien en interacción con las estrategias nacionales, articula una conducción local, captura la mayor parte de electorado peronizado, mientras que el radicalismo no logra monopolizar el voto no peronista.
Si bien tuvo un rol activo en la conformación de los cimientos institucionales de la nueva provincia, el radicalismo ofreció problemas para legitimarse. Tuvo conflictos internos en la conducción local, debilidad organizativa y ausencia de liderazgos para direccionar el proceso político neuquino. De todos modos, las divisiones del partido ocurridas en esa etapa, no pueden ser atribuidas a su longevidad, dado que las tuvo antes y después peronismo.
En síntesis, Neuquén -hacia los años ochenta- emerge como una provincia con preferencias “congeladas”, un continente emepenista, con archipiélago de otros partidos. Entre ellos, la UCR, que tuvo arraigo territorial pero mantuvo su aparato partidario conducido desde el centro y sin renovar los liderazgos hasta la llegada de la democracia con Alfonsín, que la encuentra con el partido unido y fortalecido. Más allá de los efectos locales y nacionales que vivió la fuerza partidaria durante la dictadura, logró cierta continuidad de la identidad radical aún de modo inorgánico.
Continuó siendo un entramado que expresa a las clases medias urbanas -recoge un voto poco consolidado- que puede ser disputado más fácilmente y, aunque dirija su prédica hacia sectores de otras culturas políticas, es un entramado policlasista, que no implica todos, sino muchos (Malamud 1997) y debe interpelar a la sociedad neuquina con propuestas y estrategias diferentes a las de la fuerza dominante en el sistema político.
REFERENCIAS
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Notas