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Ezequiel Ipar, Micaela Cuesta y Lucía Wegelin (Eds.). Discursos de odio. Una alarma para la vida democrática. Buenos Aires: UNSam edita, 2023. 296 pp.
Revista Pilquen - Sección Ciencias Sociales, vol. 27, núm. 3, pp. 075-080, 2024
Universidad Nacional del Comahue

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Ipar Ezequiel, Cuesta MicaelaWegelin Lucía. Discursos de odio. Una alarma para la vida democrática.. 2023. Buenos Aires. UNSam. 296pp.. 9789878938486

Recepción: 26 Agosto 2024

Aprobación: 18 Septiembre 2024

Resumen: Hablar “sin filtros” es, hoy, una práctica extendida. Quienes saldan las discusiones son quienes dicen las cosas “como son”, sin matices y con una marcada reticencia al intercambio de ideas. Tampoco parece haber una predisposición a someter a crítica las opiniones. Ni a que prevalezcan los mejores argumentos, que en nuestra comunicación son siempre frágiles y revisables. Esta práctica se potencia en las redes sociales y en las diversas plataformas digitales, donde los enunciados odiantes terminan ganando volumen e intensidad.

Palabras clave: Discursos, Odio, Estado, Vida democrática.

Hablar “sin filtros” es, hoy, una práctica extendida. Quienes saldan las discusiones son quienes dicen las cosas “como son”, sin matices y con una marcada reticencia al intercambio de ideas. Tampoco parece haber una predisposición a someter a crítica las opiniones. Ni a que prevalezcan los mejores argumentos, que en nuestra comunicación son siempre frágiles y revisables. Esta práctica se potencia en las redes sociales y en las diversas plataformas digitales, donde los enunciados odiantes terminan ganando volumen e intensidad.

Los destinatarios de estos enunciados y representaciones suelen ser grupos en situación de precariedad, que requieren la ayuda y contención del Estado. De modo que no sólo hay un rechazo explícito al diálogo argumentativo, sino también una marcada estrechez de miras que se expresa en la negativa a comprender las formas de pensar y de vivir de estos grupos, y sus sufrimientos cotidianos. El problema, aquí, es mucho más complejo que simplemente poder decir todo lo que se nos cruza por la cabeza. Estos discursos no dejan de expresar nuestra subjetividad, y de dejar huellas en ella. Su gravedad no debe subestimarse y, si bien el pasaje del dicho al hecho no es inmediato ni lineal, no es infrecuente que se produzca. Que el clima de odio se traduzca en atentados contra figuras públicas o ataques a ciudadanos de a pie.

Discursos de odio. Una alarma para la vida democrática, el libro editado por Ezequiel Ipar, Micaela Cuesta y Lucía Wegelin, gira en torno a esta problemática. Se trata de una exhaustiva investigación sociológica, entre cuyos propósitos está el hacer visible los riesgos que traen aparejados los discursos de odio. En lo que sigue buscaremos: (1) reseñar el libro e intentar reconstruir, a partir de sus diversos artículos, algunos de los elementos constitutivos de estos discursos; y (2) hacer un balance de la investigación, señalando sus límites y alcances, pero sobre todo subrayando su relevancia para pensar nuestro presente histórico.

(1) Discursos… es un libro polifónico. Cada artículo tiene un registro propio. Un registro que se ajusta no sólo a sus autores o autoras, sino también a las distintas partes del libro: la primera lleva como título “Modelos para armar: elementos teóricos para repensar las fracturas de las democracias contemporáneas”, y funciona, en cierto sentido, como el marco de referencia conceptual del resto del trabajo; la segunda parte: “Materiales de investigación: las fragilidades internas de la democracia”, más centrada en el análisis de datos cualitativos y cuantitativos; y la tercera, titulada “Notas sobre la coyuntura: ¿qué hay detrás del circo romano?”, con una clara vocación de comunicación e intervención pública, a través de una escritura cercana a la crónica y a la narrativa1.

Otro dato que acentúa el carácter polifónico del trabajo es que, en su elaboración, participaron dos equipos de investigación: el Grupo de Estudios Críticos sobre Ideología y Democracia –radicado en el Instituto de Investigación Gino Germani– y el Laboratorio de Estudios sobre Democracia y Autoritarismo –de la Universidad Nacional de San Martín–. Desde hace algunos años, y en línea con la sociología de Gino Germani y la Teoría Crítica de Frankfurt, estos equipos investigan el avance de un autoritarismo social y político que, aunque parezca paradójico, se retroalimenta de los modelos de justicia neoliberales y de su acentuación acrítica de la libertad individual.

Es en las coordenadas de este marco de estudio y de este contexto histórico, donde ingresa la problemática de los discursos de odio [DDO]. Dicho de otra forma: se trata de una problemática que no puede ser aislada, en su análisis, del crecimiento del neofascismo en términos globales y regionales, y de condiciones materiales de vida cada vez más degradadas y precarias. Argentina es, hoy, una expresión sombría de este crecimiento y de las condiciones materiales que presupone y profundiza. En términos algo esquemáticos, esta es la plataforma política y económica que posibilita la proliferación de los DDO.

Si esta es su plataforma, las redes sociales son su caja de resonancia más potente. Veamos tres formaciones discursivas que se citan en el artículo “¿De qué está hecha una bala? Redes sociales y discursos de odio”: “En mi familia hay gente de bajos recursos, pero jamás vi a ninguno cortar la calle por un plan (…) Choriplaneros, tomen nota, la pala no muerde” (p. 270). O “Muerte a los chorros. Derechos Humanos para las personas de bien” (p. 271). O “Buen día, y recuerden que la única Cristina Kirchner buena y que no roba nunca más es la que no respira” (p. 270). Es cierto que, como dijimos líneas arriba, el pasaje del dicho al hecho no debe darse por sentado. Así y todo, en septiembre del 2022, ocurrió el gravísimo intento de magnicidio de Cristina Fernández de Kirchner, por entonces vicepresidenta de la Nación.

En el trabajo se proponen múltiples definiciones de DDO. Son usos del lenguaje desanclados de sus pretensiones argumentativas y expresivas, orientados a identificar, etiquetar y deshumanizar a una otredad que puede asumir diferentes rostros: inmigrantes, personas o grupos que cobran planes sociales, personas que delinquen, la “casta” política. Los DDO son, como afirma Ezequiel Ipar, “máquinas simbólicas de guerra” (p. 26). En ellos, las palabras operan como armas o como golpes. Y son más efectivos y dolorosos, cuanto más vulnerable sea la persona o grupo al que se golpea.

En lugar de dar cuenta de cada uno de los artículos del libro, consideramos más productivo –a los fines de reseñarlo– extraer de ellos ciertos elementos constitutivos de los DDO. Estos elementos están fuertemente entrelazados. Los distinguimos sólo con fines explicativos:

  • -En sus formulaciones discursivas, se acentúa la separación nosotros/otros a punto de solaparse con la lógica del amigo/enemigo. Así, de un lado, están las “personas de bien” y, del otro, los “chorros”, los “kirchneristas”, los “choriplaneros”. Implícita o explícitamente se llega incluso a expresar el deseo de eliminar cualquier manifestación de diferencia.

    -Los enunciados y representaciones odiantes se caracterizan por un fuerte componente estereotípico. En ellos se contrarresta el carácter poroso, complejo, escurridizo de toda alteridad, reduciéndola a una única nota distintiva. Es decir, se termina asociando a un grupo –por ejemplo, quienes cobran planes sociales– con una particularidad restrictiva y negativa –vagos–.

    -Hay en estos enunciados y representaciones una construcción de “chivos expiatorios”. Construcción, esta última, que es una marca distintiva de las ideologías autoritarias en general, pero que, en nuestro contexto, pareciera amplificarse por la potencia que detentan las redes sociales para polarizar a sus usuarios y por el imperativo neoliberal de reducir el Estado a sus funciones punitivas y de seguridad.

    -Las formulaciones discursivas odiantes sirven como vías para canalizar la incertidumbre y la precariedad de las actuales condiciones de vida. De este modo, se responsabiliza a ciertos grupos de las crisis económicas y sociales, eludiendo la tematización de sus causas estructurales. Los datos cuantitativos obtenidos por el Laboratorio de Estudios sobre Democracia y Autoritarismo, y analizados exhaustivamente en el artículo “La lenta y persistente marcha del autoritarismo social en Argentina”, lo muestran con claridad: existe una correlación evidente entre los jóvenes desempleados o con trabajos precarios y la promoción de DDO en redes sociales y en el ámbito público en general.

Hay, entonces, una construcción estereotípica de un “otro”, al que debe hacerse responsable de la crisis y la precarización de la vida –cuyas causas son de carácter estructural–; es a este “otro” al que, por ende, se debe menospreciar, perseguir, castigar, eliminar. Ante la presencia extendida de estos elementos discursivos; ante la sombra cada vez más extensa y amenazante del autoritarismo y la violencia política, que hunde sus raíces en los momentos más oscuros de nuestra historia; ante el desmantelamiento de los consensos sociales obtenidos con gran dificultad en los últimos cuarenta años de nuestro país; el libro editado por Ezequiel Ipar, Micaela Cuesta y Lucía Wegelin dejan encendida una necesaria “alarma para la vida democrática”. Una alarma que debemos escuchar con mucha atención.

(2) Haciendo una lectura general de Discursos…, advertimos que el odio se sitúa de manera predominante en el espectro político de la derecha argentina. Y, aunque esto es difícil de discutir, quizá incurra en cierto maniqueísmo. Por ejemplo, si las encuestas que realizaron los equipos de investigación se diseñan en torno a tópicos como la seguridad, los planes sociales o el cupo trans en las escuelas, se está interpelando desde el vamos a cierto espectro ideológico y dejando fuera de medición a otro, con diferentes preocupaciones.

Pero el odio en política no es una característica privativa de la derecha. Es, para usar la expresión de Spinoza, una pasión triste que nos atraviesa como personas y como ciudadanos. En una entrevista reciente2, el filósofo Diego Tatián hizo una distinción que podría matizar algunas de las reflexiones realizadas en el libro; aunque, vale aclarar, algunos de estos matices se advierten en el artículo “Las condiciones de la crítica en la conversación pública hoy”. Tatián señaló que el problema no es tanto el odio per se,que hay que reconocer y comprender en todos nosotros, sino el modo en que lo tramitamos políticamente. Es decir, ¿qué hacemos, en términos políticos, con nuestro odio? Lo que nos reconduciría a la tematización del pasaje del dicho al hecho. Es decir, a la alternativa entre evitar que nuestro odio metabolice en violencia política o en que, sin mediaciones reflexivas, finalmente lo haga.

Sin embargo, este punto problemático que se desprende tanto del diseño metodológico como del análisis de los datos cualitativos y –sobre todo– cuantitativos, no debe hacernos perder de vista la relevancia teórico-práctica del trabajo reseñado. Plantea cuestiones coyunturales que resultan ineludibles: la necesidad de establecer regulaciones y controles de las redes sociales y de los mensajes que circulan en ellas; la posibilidad de discutir leyes que sancionen –como existen en Alemania respecto al holocausto– el negacionismo respecto al terrorismo de Estado en los años setenta; el riesgo de perder muchos de los derechos sociales adquiridos en las últimas décadas, incluso derechos que considerábamos básicos –ligados, por ejemplo, a lo laboral y a la convivencia democrática–, ante el avance de políticas neoliberales de corte autoritario; entre tantas otras.

Asimismo, en Discursos… hay una apuesta valiosa por vincular el trabajo teórico con investigaciones particulares, recuperando y resignificando el proyecto original del emblemático Institut für Sozialforschung de Frankfurt. Apuesta que, vale decir, es poco frecuente en el campo de estudios sobre la Teoría Crítica. En este sentido, recuerda a textos clásicos de dicho legado sociológico, como ser, las pesquisas sobre el prejuicio, los Estudios sobre la personalidad autoritaria –las encuestas realizadas tanto por el Grupo de Estudios Críticos sobre Ideología y Democracia, como por el Laboratorio de Estudios sobre Democracia y Autoritarismo, toman como referencia, en gran medida, la “escala de fascismo” propuesta por Th. W. Adorno en este libro– u Obreros y empleados en vísperas del tercer Reich, considerada una de las primeras investigaciones empíricas del Institut.

Pero no se restringe a estos textos clásicos. Hay, también, una ponderación de los aportes de la llamada “segunda generación” de la Teoría Crítica, sobre todo, de las conceptualizaciones de Jürgen Habermas sobre la racionalidad comunicativa. Es que, en cierto sentido, los DDO son la contracara de esta racionalidad: hay en ellos una “ritualización paródica” de las pretensiones argumentativas de validez y un rechazo a la simetría dialógica, que se actualiza a partir de la denigración del interlocutor. Se pierde la fuerza veritativa y/o expresiva del lenguaje; se pierde, así, la posibilidad de coordinar la acción intersubjetiva, no ya a través de una instrumentalización deshumanizada, sino del entendimiento comunicativo.

Uno de los mensajes cifrados que propone el libro, a nuestro entender, se desprende de esta ponderación. En un contexto histórico donde los DDO están a la orden del día, puede no ser una tarea menor revisitar el manido y quizá anacrónico concepto de “razón”. Revisitarlo implicaría, por cierto, discutir sus lastres metafísicos, sus sesgos eurocéntricos y de género, pero conservando su fuerza crítica y normativa para poner en evidencia la violencia, la arbitrariedad, el autoritarismo. Es posible que uno de los reversos más claros de los DDO sea la segunda máxima del entendimiento propuesta por Kant: la mentalidad amplia, la capacidad para ponernos en el lugar de las otras personas. La capacidad para comprender, claro, sus puntos de vista, pero también para no permanecer indiferentes respecto al sufrimiento subjetivo y social que provocan las políticas y los climas de odio. Esta puede ser una de las tantas formas de resistencia a la naturalización de la crueldad y el desprecio.

Notas

1. La mayoría de los textos no tienen las marcas y el estilo de los papers académicos, ni están restringidos al campo universitario. Muchos de ellos fueron escritos a pedido de Revista Anfibia, y buscan comunicar sus reflexiones al mayor número posible de personas.
2. Puede visualizarse en: https://www.youtube.com/watch?feature=shared&v=pGtCzqlapX0

Información adicional

redalyc-journal-id: 3475



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