LAS HABILIDADES SOCIALES EN EL ÁMBITO ESCOLAR COMO HERRAMIENTA MOTIVACINOAL EN LOS NIÑOS Y NIÑAS

SOCIAL SKILLS IN THE SCHOOL SCOPE AS A MOTIVATIONAL TOOL FOR CHILDREN

Alfredo Rebaque Gómez
Universidad de León, España
Rocío García Pascual
Universidad de León, España
Jana Blanco Fernández
Universidad de León, España
Mª Ángeles García Mata
Universidad de León, España
Ana Mª de Caso Fuertes
Universidad de León, España

LAS HABILIDADES SOCIALES EN EL ÁMBITO ESCOLAR COMO HERRAMIENTA MOTIVACINOAL EN LOS NIÑOS Y NIÑAS

International Journal of Developmental and Educational Psychology, vol. 3, 1, pp. 87-96, 2019

Asociación Nacional de Psicología Evolutiva y Educativa de la Infancia, Adolescencia y Mayores

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Recepción: 06 Marzo 2019

Aprobación: 30 Abril 2019

Resumen: Este trabajo versa sobre las habilidades sociales y el ámbito escolar, sobre si realmente dichas habilidades se conocen por las diferentes partes de la comunidad educativa, si efectivamente se están utilizando como herramienta necesaria para el desarrollo de los niños y las niñas y ver si sería importante introducir las habilidades sociales dentro del currículo de educación infantil y/o prima- ria, como materia obligatoria para potenciar desde los comienzos de la educación las capacidades de relación, de comunicación, de escucha, de toma de decisiones, de empatía, de asertividad y el control emocional.

Palabras clave: habilidades sociales, motivación, capacidades, comunidad educativa, herramientas.

Abstract: This work deals with social skills and school environment, about whether such skills are really known by the different parts of the educational community, if they are being used as a necessary tool for the development of the boys and girls and confirm if it would be important to introduce social skills within the curriculum of early childhood and/or primary education, as a compulsory subject to enhance from the beginnings of education the capabilities of relationship, communication, listening, decision making, empathy, assertiveness and emotional control.

Keywords: social skills, motivation, capabilities, educational community, tolls.

INTRODUCCIÓN

A lo largo de los años, son muchas las disciplinas que han venido trabajando sobre el concepto de habilidad social y otros relacionados como la educación en valores, la autonomía personal, la inteligencia emocional, etc. Estas disciplinas son diversas pudiendo destacar la filosofía, la antro- pología, la sociología y, por supuesto, la psicología y la pedagogía. Diversos autores, como Aristóteles, han tratado este concepto que distinguía entre habilidades innatas y aquellas que se aprenden con la práctica; Durkheim sostenía que la socialización tiene por objeto la integración de los niños en la sociedad y en la cultura que los acoge (Martínez, Pichardo & Cabezas, 2010), Dewey ponía de manifiesto la importancia de los aspectos sociales en el proceso de enseñanza y aprendizaje (Serrano & Calvo, 1996); o Bandura, quien entiende la adquisición de habilidades sociales como conducta de base en el proceso de socialización (Bandura & Walters, 1980).

Teniendo en cuenta estos trabajos, intentaremos acercarnos de manera más específica al mundo de la educación. Incidiremos sobre el hecho concreto de cómo desde el entorno educativo se está trabajando con este concepto de habilidad social y si realmente dentro de las escuelas se están llevando a cabo programas que desarrollen estas capacidades desde edades tempranas, con el obje- tivo de alcanzar un funcionamiento pleno como seres humanos a lo largo de la vida, dejando claro el hecho de que las habilidades sociales deben ser una herramienta que ayude al alumnado en su relaciones motivacionales y en su propia motivación, no solo dentro del marco del aprendizaje, sino también en su acciones cotidianas.

Una satisfactoria percepción de aceptación entre iguales, se convierte en un “factor protector” en la infancia (Masten, et al., 1990) que posteriormente fungirá como motivador y mecanismo de recuperación en casos de crisis emocionales. Al punto que existe una clara vinculación entre el pro- greso de las habilidades sociales y el bienestar del individuo, proyectado incluso en su etapa adulta. Así, aunque la construcción del repertorio de habilidades sociales se modifica en la escuela, el individuo no siempre logra asumir un rol que le permita mantener relaciones sociales positivas y afrontar las demandas del entorno. Esta situación ha mostrado (Zabartany, Hartam y Ranking, 1990) inhibir el sentido de seguridad emocional, pertenencia, motivación, identidad y las habilidades de liderazgo (López, 2008).

JUSTIFICACIÓN

Las habilidades sociales son un concepto que se viene potenciando desde hace aproximadamente un siglo. Sobre los años 30, fue cuando autores como Jack, Murphy, Newcomb, Page o Williams, estudiaron diversos aspectos de la conducta social en menores, aspectos que hoy podríamos considerar dentro de las habilidades sociales Fue Salter hacia 1949 quien realizó el que se considera el primer estudio científico al respecto (Conditioned reflex therapy), continuado por Wolpe en 1958 y Lazarus en 1966. A partir de aquí ha habido más estudios como los de Ziegler y Phillips en 1961 sobre la competencia social, o Argyle en los años 70, aplicando ya el concepto de habilidad (Caballo, 2005).

Diversos autores como Caballo (2005), (Pérez, 2000), (Phillips, 1978), (Libert & Lewisohn, 1973), han utilizado, en sus definiciones, terminología diversa y sin embargo parecida “conjunto, conducta, interpersonal, respeto, individuo, derechos adquiridos, desarrollar, capacidades”.

Una de las definiciones que se han realizado en los últimos años con bastante peso es la de la autora Mª Inés Monjas (2000), proponiendo que son “las conductas necesarias para interactuar y relacionarse con los iguales y con los adultos de forma efectiva y mutuamente satisfactoria”.

Por último, queremos introducir una definición muy completa que nos acerca más a la realidad en la escuela sobre lo que consideramos habilidades sociales, “conjunto de conductas que adquiere una persona para tomar decisiones, para elaborar un juicio crítico, para resolver sus propios problemas, para establecer relaciones adecuadas con los demás” (Álvarez, 1990).

Las habilidades sociales no son algo innato, sino que se deben de adquirir, se deben de aprender y debemos trabajarlas a los largo de nuestra vida para mantener nuestras relaciones personales (intra e inter) positivamente.

En base a estas definiciones y a la importancia que hoy en día están tomando las habilidades sociales dentro del desarrollo humano en nuestra sociedad y de cómo esto se refleja dentro del currículo de educación primaria, se pretende darle forma, tratando de entender cómo se está trabajando con este concepto dentro de las escuelas. Se debe ver si realmente se están desarrollando estas habilidades, con el fin de alcanzar una vida adulta satisfactoria y adecuada a las necesidades que puedan ir surgiendo a lo largo de nuestra vida.

La escuela debe proveer de afecto. El antiguo modelo de enseñanza ya no es válido en una sociedad basada en el conocimiento. Por esto, se debe cambiar la formación de los profesionales que trabajan en los centros educativos. Debemos enseñar a la comunidad educativa a tener conciencia de lo que sentimos y manejar las emociones y los impulsos, pudiendo así desarrollarse como personas plenas capaces de afrontar los retos de la vida (Darling-Hammond & Bullmaster, 1997). Es de vital importancia, que las personas profesionales del ámbito de la educación estén motivadas y de esa manera motiven a su alumnado y para ello deben trabajar con todas estas herramientas, de manera interiorizada y de esa forma que sean efectivas y eficientes,

Por otra parte, es visible la necesidad de ir incorporando programas de aprendizaje social y emocional en las escuelas. La IE mejora el aprendizaje social y el rendimiento y no solo la habilidad, el esfuerzo, la actitud y la aptitud del estudiante (Santamaría y Valdés, 2017). Linda Lantieri (2008), propone un programa de aprendizaje social y emocional distribuido en5 áreas: Self-Awareness, Social Awareness, Self-Management, Responsible Decision Making, Relationship Skills.

Al igual que esta iniciativa, hay varias experiencias que se han ido desarrollando en los últimos años. Escuelas alternativas, que dejan claro que otro modelo educativo es posible, que hay alternativas en educación. Estas pedagogías trabajan en torno al individuo y a su formación como persona, en relación con los demás y con su entorno, buscando a través de la motivación alcanzar un desarrollo personal apropiado para la vida. Dentro de estas experiencias, cabría destacar la escuela Montessori, la escuela Waldorf, las escuelas libres (Summerhill, O’ Pelouro, Paideia, etc.) o el conocido y tan de moda homeschooling (Corcuera, 2012). Todas estas alternativas tienen como fuente de alimentación o al menos una de ellas, la motivación de los niños y niñas, para que puedan alcanzar la propia autonomía personal e interpersonal.

CONTEXTUALIZACIÓN DEL PROBLEMA

Cuando se habla de convivencia es frecuente asociarla a conflictividad, pero también cabe poner el acento en el carácter constructivo de la misma: algo que hay que apuntalar día a día, corrigiendo actitudes y sustituyendo conductas antisociales por hábitos pro-sociales, lo que implica un trabajo constante y debidamente planificado que contemple la educación socioemocional como un campo a incluir en el desarrollo de todas y cada una de las materias. Construir la convivencia supone ser conscientes de que cualquier momento es aprovechable para mejorarla y que cualquier comporta- miento, por nimio que sea, tiene su influencia en el clima social del aula (Vaello, 2005).

Partiendo de esta premisa en la que se considera la escuela, y particularmente el aula, como el espacio más apropiado para el desarrollo de la convivencia, de las habilidades sociales, cabría destacar la importancia que tiene que las leyes recojan esta necesidad dentro del desarrollo del currículo de primaria.

Fijándonos en todo esto, podría concluirse que hay una carencia importante dentro del sistema educativo: el desarrollo de habilidades sociales como instrumento necesario e imprescindible en el desarrollo humano de los niños y las niñas en edad escolar, para formarles como ciudadanos pre- parados para una vida plena.

MARCO TEÓRICO

El ser humano a lo largo de su ciclo vital tiene una serie de necesidades que se van adecuando a las diferentes fases de la vida por las que pasa en su evolución. Si nos fijamos en la pirámide de Maslow, podemos observar que la base de esta son las necesidades fisiológicas, seguidas de las necesidades de seguridad. A partir de ahí todas las necesidades están relacionadas con la aceptación social, la autoestima y la autorrealización, podríamos decir que una persona que ha desarrolla- do de manera positiva sus habilidades sociales tiene más posibilidades de alcanzar la cúspide de la pirámide “la autorrealización”, que una persona que no las desarrollo (Martínez, 2001).

Por la generación de dicha necesidad, se plantea como punto de partida la Teoría del Aprendizaje Social, la cual postula la posibilidad de explicar y predecir la conducta si existe una especificación de la historia de aprendizaje del individuo a través de mecanismos como modelado, expectativa, refuerzo, especificidad situacional e intervención de las conductas cognitivas entre otros. La premisa esencial consiste en que el aprendizaje se produce por la influencia de la persona en el medio y del medio en la persona. El punto de partida de la adquisición de habilidades sociales es la imitación como conducta de base en el proceso de socialización, pero dicha imitación no se realiza repitiendo las conductas observadas, sino que conlleva una serie de procesos cognitivos mediante los cuales extraemos normas y pautas en relación al comportamiento social y las ejecutamos si sospechamos que obtendremos los resultados deseados (Bandura & Walters, 1980).

Otro apéndice en el que impulsaremos nuestra propuesta es en la Teoría Cognitiva Social (Bandura, 1987) en la cual no se considera al individuo gobernado por fuerzas internas ni determinado y controlado por estímulos externos sino que se explica el funcionamiento humano como un modelo de reciprocidad tríadica en el que la conducta, los factores personales, cognitivos, motivacionales y de otro tipo, y los acontecimientos ambientales actúan entre sí como determinantes interactivos de la conducta. La naturaleza de los sujetos se define desde esta perspectiva en base a cierto número de capacidades básicas: simbolización, previsión, capacidad vicaria, autorregulación y autorreflexión.

La construcción de una convivencia saludable implica necesariamente la comunicación, expresar lo que se siente, lo que se piensa, lo que se quiere, etc., por lo que podríamos decir que es la capacidad de interactuar entre diferentes personas de manera asertiva, respetando los derechos de todas y manteniendo relaciones positivas y gratificantes.

De ahí que nos preguntemos por qué son importantes las habilidades sociales en la escuela, por qué son importantes en el aula. Lo son debido a que nos ayudaran a alcanzar esa convivencia tan necesaria en la vida, ya que las habilidades sociales (Monjas Casares & Benito Pascual, 2009), condicionan el aprendizaje, potencian la creatividad, determinan la autonomía personal, fundamentan la responsabilidad y ayudan a superar las dificultades personales.

OBJETIVOS

Se pretende analizar si dentro del sistema educativo, concretamente en la educación primaria, se están trabajando las habilidades sociales de una manera directa o indirecta; y de si, realmente, los planteamientos que se realizan al respecto pretenden dotar de herramientas que garanticen una vida plena en un futuro inmediato o, por el contrario, solo se busca la trasmisión de unos conocimientos que deberán gestionar ellos y ellas a lo largo de su vida.

Para conseguir esto es necesario detectar si dentro de las aulas se trabajan las habilidades sociales y, de trabajarse, saber cómo se hace dentro del aula de primaria, observando posibles diferencias que puedan existir entre centros de educación pública, privada y concertada. Además se pretende valorar hasta qué punto el profesorado, el alumnado, los padres y las madres, consideran importante el trabajo de las habilidades sociales.

Las hipótesis de partida pretenden confirmar que el alumnado de Educación Primaria y sus familias son capaces de identificar la respuesta más adecuada en un cuestionario sobre habilidades sociales, según el uso que hacemos de las mismas; que los profesionales de los centros están pre- parados para trabajar las habilidades sociales y poder evaluar su eficacia; y que es necesario que en la escuela se enseñen directamente las habilidades sociales, integrándolas en el currículo escolar, lo que supondría delimitar un tiempo, establecer unos objetivos y contenidos, planificar actividades y escoger estrategias de evaluación.

METODOLOGÍA

Participantes

Participaron un total de 166 alumnos y alumnas de 9, 10 y 11 años, pertenecientes a tres tipos de colegios distintos (17 en colegio público, 43 en concertado y 106 en privado), de las provincias de León (público), Madrid (privado) y Ciudad Real (concertado), (véase, tabla 1). Además participaron un total de 60 padres y madres del alumnado encuestado (15 del colegio público, 37 del con- certado y 18 del privado), de edades comprendidas entre los 20 y los 50 años (véase, tabla 2). Respecto al profesorado recabamos muestras de 15 profesionales de la enseñanza (5 del colegio público y 8 del privado), de edades comprendidas entre los 21 y 52 años.

Edades y número de alumnado por colegios
Tabla 1
Edades y número de alumnado por colegios

Edades y número de padres y madres por colegios
Tabla 2
Edades y número de padres y madres por colegios

Se han elaborado diferentes cuestionarios a partir de cinco áreas específicas, divididas en diez habilidades sociales (Monjas, 2000):


Burlas, agresiones e intimidaciones Finalmente se obtuvieron tres instrumentos diferentes, uno por cada tipo de participantes, de tal modo que el cuestionario dirigido al alumnado está formado por 12 ítems tipo test con 4 alternativas de respuesta, donde solo una es correcta. De la misma manera el cuestionario para las maestras está integrado por otros 12 ítems, aunque, en este caso, 5 eran preguntas abiertas, 3 cerradas y 4 semicerradas. El cuestionario dirigido a los padres y madres está formado por 11 preguntas tipo test con 4 alternativas de respuesta, donde solo una es correcta, al igual que el del alumnado.

Procedimiento

A raíz de la experiencia profesional se observó que dentro de diversos centros de enseñanza, las habilidades sociales eran un concepto en desuso, a pesar de que debería ser introducido de forma transversal en todas las áreas del conocimiento, motivo que originó el interés por la temática d estudio. En base a dicha experiencia se realizó una revisión bibliográfica, con el fin de profundizar en la materia.

En segundo lugar se procedió al diseño y elaboración de los diferentes instrumentos de medida, basándonos en conceptos encontrados a través de la revisión y en los objetivos de la investiga- ción, para posteriormente buscar y seleccionar la muestra de participantes en relación a los crite- rios establecidos (distintos agentes participes del sistema educativo español y que actúen en diversos tipos de colegios).

El siguiente paso fue la aplicación de los diferentes instrumentos, de modo que se le facilitaron a los centros para que los aplicasen en las aulas, siendo la participación voluntaria, obteniendo así una muestra menos homogénea de lo deseado. Con estos datos se hicieron los análisis pertinentes para llegar a las conclusiones definitivas.

RESULTADOS

Niñas y Niños

A través de los resultados obtenidos con los cuestionarios, se observa como un 82% ha escogido la respuesta más adecuada, De forma individual, por colegios, los porcentajes no varían mucho: colegio público 75’5%, colegio concertado 84% y colegio privado 82’4%.

Sin embargo, ha habido algunas preguntas concretas que han destacado por el alto índice de respuestas no validas en cada uno de los centros (véase tabla 3), preguntas relativas al área de la asertividad, las interacciones sociales positivas y las interacciones sociales difíciles.

Porcentaje de respuestas correctas al cuestionario del alumnado en los diferentes tipos de centro
Tabla 3
Porcentaje de respuestas correctas al cuestionario del alumnado en los diferentes tipos de centro

Padres y Madres

Se observa como un 82% ha escogido bien la respuesta. De forma individual por colegios los porcentajes no varían mucho: colegio público 83’6%, colegio concertado 82’3% y colegio privado 76’8%.

Sin embargo, ha habido algunas preguntas concretas que han destacado por el alto índice de respuestas menos indicadas, en cada uno de los centros (véase tabla 4), preguntas relativas al área de la asertividad y las interacciones sociales difíciles.

Porcentaje de respuestas correctas al cuestionario de los padres y madres en los diferentes tipos de centro
Tabla 4
Porcentaje de respuestas correctas al cuestionario de los padres y madres en los diferentes tipos de centro

Maestras y Maestros

Los docentes que cumplimentaron el cuestionario realizado a tal efecto consideran las habilidades sociales como algo realmente importante y necesario en la escuela, y que se debe trabajar con los niños y las niñas de forma específica.

En los cuestionarios realizados, el análisis de las respuestas nos deja que en la pregunta 1ª-¿Podrías definir brevemente qué son las habilidades sociales? la mayoría lo define como capa-cidad de relacionarse y de convivencia. La 2ª- ¿Qué tipo de habilidades sociales conoces? las res- puestas más comunes fueron saber comunicarse, resolver conflictos y empatía.

En la 3ª-¿Consideras importante el trabajo de las habilidades sociales? ¿Por qué? Todas respondieron sí, por diversas razones. La 4ª- ¿Conoces programas que trabajen dentro de la escuela las habilidades sociales? solo hubo 4 síes. La 5ª- Si la respuesta ha sido afirmativa, ¿podrías enumerar los que conozcas? propusieron plan de convivencia, plan de acogida, crecer y aprender, etc. La 6ª- Realizas alguna actividad en el aula específica para el trabajo de las habilidades sociales. todas dijeron que sí. La 7ª- Si la respuesta es afirmativa,¿Podría decirnos en qué consiste? respondiendo: normas de convivencia, educación, expresar emociones, etc. La 8ª- Si dentro del aula trabajas específicamente actividades para fomentar las habilidades sociales, ¿Con qué periodicidad las realizas y por qué? seis respondieron que todos los días y siete que una vez a la semana, pero nadie dijo el por qué. La 9ª- ¿Has utilizado algún instru- mento específico para la evaluación de las habilidades sociales? tres personas dijeron que sí. La 10ª- Si la respuesta ha sido afirmativa, explica brevemente cuales fueron las motivaciones o necesidades para evaluar las habilidades sociales. Nadie contestó. La 11ª- Podrías enumerarlos: fichas de regis- tro, sociogramas, etc. La 12ª- ¿Crees que las habilidades sociales deberían integrarse dentro de la escuela como una materia más dentro del currículo? Justifica tu respuesta. Cinco personas res- pondieron que sí y siete que no.

CONCLUSIONES

Fijándonos en la primera hipótesis, cuyo fin era comprobar si el alumnado y sus familias identificaban la respuesta correcta en un cuestionario sobre habilidades sociales, hemos de decir que prácticamente en un 82% se escogió la más adecuada en ambos casos, Ahora bien,¿se puede decir por ello que los padres y las madres tienen las habilidades sociales y la capacidad de trasmitirlas a sus hijos e hijas? claramente no. No sabemos si saben que son las habilidades sociales, si se sienten atraídos por ellas como algo necesario en el desarrollo de sus niños y niñas, lo que sí podemos deducir es que tienen la capacidad de saber lo que es correcto y lo que no lo es en cada situación.

De igual manera pasaría con los niños y las niñas, no sabemos si realmente tienen un conocimiento específico sobre habilidades sociales, pero desde luego, en líneas generales, identifican cuál es la respuesta más adecuada en cada situación, cuál sería el comportamiento oportuno.

Como segunda hipótesis planteábamos si los profesionales de los centros están preparados para trabajar las habilidades sociales y poder evaluarlas. Teniendo en cuenta los resultados que se han obtenido de los cuestionarios se podría pensar que no claramente, que no tienen una preparación específica, ni adecuada al respecto, a pesar de valorarlas y no dejarlas de lado completamente. Respecto a la tercera hipótesis sobre si se debería incluir o no las habilidades sociales como materia dentro del currículo, el grupo de maestras y maestros que integraba la investigación está dividido, quedando más o menos claro que, según se trabaja ahora mismo en las escuelas, siguiendo el currículo no es suficiente para potenciar algo que todas las personas han considerado tan importante en el desarrollo personal de los niños y las niñas, aunque eso recoge un apoyo total departe de los profesionales para introducirlas como parte del currículo.

Cabría destacar, ciertamente, las limitaciones que se han tenido a la hora de realizar el trabajo debido a varios motivos, destacando la dificultad para encontrar una muestra homogénea que le diese más empaque a los resultados obtenidos. Precisamente, por este motivo debemos de hablar de un estudio piloto que nos abre el camino para comenzar una nueva línea de investigación en el futuro, que pueda seguir los mismos enfoques y planteamientos y en la que se busque esa homogeneidad en las muestras en cada una de las partes analizadas.

Las implicaciones educativas de la investigación son obvias, ya que hay que tener claro el hecho de trabajar a través de la motivación del alumnado para conseguir implementar, no solo, las habilidades sociales, si no el resto de conocimientos, es de vital importancia que dentro de los centros educativos sean las personas profesionales las que dinamicen a los niños y niñas para conseguir motivar y con ello, alcanzar la metas de enriquecimiento personal, cultural y emocional.

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