ESTEREOTIPOS NEGATIVOS HACIA LA VEJEZ Y SU RELACIÓN CON VARIABLES SOCIODEMOGRÁFICAS EN UNA MUESTRA DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS
NEGATIVE STEREOTYPES ABOUT OLD AGE AND ITS RELATIONSHIP TO SOCIODEMOGRAPHIC VARIABLES IN A SAMPLE OF UNIVERSITY STUDENTS
ESTEREOTIPOS NEGATIVOS HACIA LA VEJEZ Y SU RELACIÓN CON VARIABLES SOCIODEMOGRÁFICAS EN UNA MUESTRA DE ESTUDIANTES UNIVERSITARIOS
International Journal of Developmental and Educational Psychology, vol. 1, núm. 1, pp. 63-70, 2020
Asociación Nacional de Psicología Evolutiva y Educativa de la Infancia, Adolescencia y Mayores
Recepción: 15 Enero 2020
Aprobación: 20 Abril 2020
Resumen: Los estereotipos negativos hacia la vejez es una percepción peyorativa sobre las personas mayores a las quese les asocia pérdida de capacidades, deterioro y enfermedad. Estos estereotipos están arraigados en la sociedady se ven influidos por diversas variables socio-demográficas como la edad, el sexo, o el grado de contacto conestas personas entre otros. Estos estereotipos están presentes en la sociedad, desde los propios ancianos hastalos jóvenes. El objetivo de este trabajo consistió en evaluar la influencia de las variables sociodemográficas enlos estereotipos viejistas en una muestra de estudiantes universitarios. La muestra estuvo de 183 estudiantesvoluntarios de los grados de psicología, criminología y magisterio, de la universidad de Cádiz. Se les administróde forma telemática un cuestionario ad hoc con las variables sociodemográficas edad, sexo, y contacto con per-sonas mayores dependientes y no dependientes, y el Cuestionario de Estereotipos Negativos hacia la Vejez(CENVE) (Blanca Mena, Sánchez Palacios, y Trianes, 2005). El análisis de las puntuaciones obtenidas en el cues-tionario mostró que la muestra presentaba baja presencia de estereotipos negativos. Sin embargo, en el análisisde frecuencias, se determinó que el factor carácter-personalidad mostró una presencia alta de estereotipos nega-tivos hacia la vejez, seguido del factor motivacional-social. Respecto al sexo, no se encontraron diferencias sig-nificativas entre hombres y mujeres en la presencia de estereotipos viejistas. Respecto a la variable contacto conpersonas mayores dependiente como no dependiente, no existieron diferencias significativas en función de parael CENVE y los tres factores. Por último, los resultados del ANOVA, mostró que los sujetos que no tenían ningúncontacto con personas mayores no dependientes presentaban mayores estereotipos viejistas que aquellos quetenían algún tipo de contacto.
Palabras clave: estereotipos negativos, vejez, personas mayores, variables sociodemográficas.
Abstract: Negative ageing stereotypes is a pejorative perception of older people that areassociated with loss of capabilities, impairment, and illness. These stereotypes are ingrained in society and areinfluenced by various socio-demographic variables such as age, sex, or the degree of contact with these peopleamong others. These stereotypes are present in society, from the elderly themselves to the young. This work aimedto evaluate the influence of socio-demographic variables on old age stereotypes in a sample of university stu-dents. The sample consisted of 183 volunteer students of the degrees of psychology, criminology, and teaching,from the University of Cadiz. An ad hoc questionnaire was administered to them telematically with the sociode-mographic variables age, sex, and contact with dependent and non-dependent elderly persons, and theQuestionnaire of Negative Ageing Stereotypes (CENVE) (Blanca Mena, Sánchez Palacios, & Trianes, 2005). Theanalysis of the scores obtained in the questionnaire showed that the sample presented a low presence of negativestereotypes. However, in the frequency analysis, it was determined that the character-personality factor showed ahigh presence of negative stereotypes towards old age, followed by the motivational-social factor. Regarding sex,no significant differences were found between men and women in the presence of ageing stereotypes. Regardingthe variable contact with dependent and non-dependent older people, there were no significant differences interms of for the CENVE and the three factors. Finally, the results of the ANOVA, showed that the subjects who hadno contact with non-dependent elderly people presented greater Negative ageing stereotypes than those who hadsome kind of contact.
Keywords: negative ageing stereotypes, aging, elderly people, sociodemografic variables.
INTRODUCCIÓN
Los estereotipos son creencias generalizadas sobre las características, capacidades y funcionalidades que seles atribuye a un determinado grupo social. Estos se transmiten a través del proceso educativo sin sufrir apenas transformaciones a lo largo de los años. Es por ello que estos estereotipos o prejuicios, se convierten en esquemas funcionales que dirigen las actuaciones de la población respecto al colectivo en cuestión (Muñoz, Bernal, y Claros, 2001). Durante muchos años, se ha mantenido una percepción homogénea y estereotipada hacia las personas mayores, que como consecuencia ha dado lugar a una imagen negativa y peyorativa de este colectivo.Estos estereotipos y creencias erróneas sobre la vejez, tienen un fuerte arraigo y están presente en todas las edades. Aunque estas ideas preconcebidas o prejuicios pueden ser tanto positivos como negativos, en lo que res-pecta a la vejez, los estereotipos negativos son los predominantes (Vélez, 2009). El desarrollo de estas actitudes negativas y estereotipadas hacia la vejez o proceso de envejecimiento, se englobaría dentro del término viejismo, acuñado a partir del término anglosajón ageims (Toledo, 2011). Por tanto, podemos definir el viejismo como aquellas actitudes o comportamientos negativos hacia individuos simplemente por el hecho de ser ancianos, o el prejuicio contra alguien basado solamente en su edad (Nelson, 2004). El desarrollo de estas actitudes negativas o estereotipos hacia la vejez o el propio proceso de envejecimiento, le atribuye a este grupo de edad características como pérdida de capacidades o habilidades, deterioro o enfermedad (Toledo, 2011).
La investigación en este sentido ha examinado cuales son las características que influyen en el mantenimiento de estos estereotipos negativos hacia la vejez. Conocer estas circunstancias, pueden determinar actuaciones enfocadas a la eliminación de tales creencias negativas (Elliott y Rubio, 2017; Sarabia Cobo y Castanedo Pfeiffer, 2015). Se ha investigado cuales son las características o variables sociodemográficas que pueden estar asociadas de una manera u otra a los estereotipos viejistas. Diversos estudios muestran como los estereotipos negativos hacia la vejez, pueden estar influenciados por variables sociodemográficas como la edad, el sexo, el estado civil,el nivel de estudios o la relación con las personas mayores (Colombo et al., 2013; Leon, Correa Beltrán, y Giacaman, 2015; Rello, Bravo, y Plata, 2018; Sánchez Palacios, Trianes Torres, y Blanca Mena, 2009; Sanhueza, 2014). Asimismo, aquellas personas que tienen una relación de cercanía o un contacto más frecuentes con personas mayores, tienden a reducir estos estereotipos (Duran-Badillo et al., 2016; Menéndez Álvarez-Dardet,Cuevas Toro, Pérez Padilla y Lorence Lara, 2016; Rello et al., 2018).
Respecto a la edad, sexo y estado civil, son varios los estudios que concluyen que estas variables no presentan influencia en la presencia de estereotipos negativos hacia la vejez (Colombo et al., 2013; Duran-Badillo et al., 2016; Leon et al., 2015; Menéndez Álvarez-Dardet et al., 2016; Rello et al., 2018; Sanhueza, 2014).
En relación al nivel de escolaridad, en el estudio realizado en 10 países latinoamericanos por Colombo et al.(2013), en una muestra de 965 adultos mayores con edades comprendidas entre los 60 y 70 años, determinaron como la escolaridad influía en la presencia de estereotipos negativos hacia la vejez en los propios ancianos.
Más concretamente, estos autores concluyen que a menor nivel educacional, existía una mayor presencia de estereotipos. En esta línea, en el estudio de Menéndez Álvarez-Dardet et al. (2016) determinaron en una muestra de estudiantes de enfermería, que el nivel de estudio tenía influencia significativa en la presencia de estereotipos. Concretamente, aquellos sujetos con nivel mayor de estudios, presentaban puntuaciones más bajas en estereotipos negativos hacia la vejez.
Respecto a la convivencia con personas mayores en el estudio de Duran-Badillo et al. (2016), estos autores concluyeron que aquellas personas que no convivían con un adulto mayor, presentaban mayores índices de viejismo. Además, determinaron que aquellos participantes que sí convivían con personas mayores, en concreto con la figura del padre o tío, también presentaban mayores niveles de estereotipos. En esta línea Rello et al. (2018) en un estudio con 200 estudiantes y profesionales de fisioterapia, concluyeron que aquellos sujetos que tenían un contacto frecuente con personas mayores no dependientes o con alta funcionalidad, presentaban menor presencia de estereotipos negativos. En contraposición, en el estudio de Menéndez Álvarez-Dardet et al. (2016), en una muestra con 350 jóvenes y adultos determinaron que el contacto con personas mayores, ya fueran dependientes o no dependientes estaba asociado con los estereotipos viejistas.
Estos resultados que hemos expuestos, se refieren a los estereotipos negativos hacia la vejez evaluados deforma global. La mayoría de estos estudios, han evaluado estos estereotipos mediante el Cuestionario de Estereotipos Negativos hacia la Vejez (CENVE) (Blanca Mena, Sánchez Palacios, y Trianes, 2005). Cuando se analizan los estereotipos negativos hacia la vejez en función de los tres factores descrito por este cuestionario,encontramos conclusiones significativas. Los estudios realizados muestran que es el factor salud, el que predominantemente presenta puntuaciones más altas (Duran-Badillo et al., 2016; Franco, Villarreal, Martínez, y Galicia, 2010; Sanhueza, 2014; Sarabia Cobo y Castanedo Pfeiffer, 2015) seguido del factor carácter-personalidad (Colombo et al., 2013).
Respecto al tipo de población estudiada, son diversos los colectivos evaluados. Desde la evaluación de estos estereotipos en personas mayores (Colombo et al., 2013; Menéndez Álvarez-Dardet et al., 2016; Sanhueza, 2014),en profesionales de la salud y cuidadores (Franco et al., 2010; Poches, García y Vera, 2019; Rello et al., 2018), hasta en población estudiante (Colombo et al., 2013; Duran-Badillo et al., 2016; Elliott y Rubio, 2017; Leon et al., 2015; Rello et al., 2018; Sarabia Cobo y Castanedo Pfeiffer, 2015). Concretamente, en la revisión realizada por Hernández López, Aldana González, García González y Contreras Troya (2018) respecto a la presencia de estereotipos negativos en jóvenes universitarios, determinaron que la mayoría de los estudios mostraban una percepción rígida acerca de vejez, asociándola con el deterioro y caracterizándola como una etapa de declive físico, psíquico y mental.
Por tanto, los objetivos de nuestro estudio fueron en primer lugar evaluar la presencia de estereotipos negativos hacia la vejez en la población universitaria estudiada de forma global medida mediante el CENVE. Evaluar además, la presencia de estos estereotipos en función de los factores que componen el cuestionario. Por último,analizar la influencia de las variables socio-demográficos en la construcción de los estereotipos viejistas. Estas variables fueron el sexo y la relación existente entre los estereotipos negativos hacia la vejez en función de la rela-ción con personas mayores dependientes y no dependientes.
MÉTODO
Participantes. La muestra estaba compuesta por 183 estudiantes de los grados de psicología, criminología y magisterio, dela universidad de Cádiz. La media de edad fue de 26,49 años (DT=13,77). Del total de los participantes 122(66,7%) eran mujeres y 61 (33,3%) eran hombres. Respecto a la pregunta del grado de relación con personas mayores dependientes, 23 (12,6%) de los participantes, mantenían un contacto a diario, 36 (19,7%) mantenían un contacto frecuente, 64 (35%) mantenían un contacto esporádico y 60 (32,8%) de los participantes no mantenía ningún contacto con personas mayores dependientes. A la pregunta del grado de contacto con personas mayores no dependientes, 46 (25,1%) de los participantes mantenían contacto a diario, 84 (45,9%) mantenían un contacto frecuente, 41 (22,4%) mantenían un contacto esporádico y 12 (6,6%) de los participantes no mantenía ningún contacto.
Instrumentos. Todos los participantes del estudio, cumplimentaron un cuestionario ad hoc con las variables sociodemográficas (edad, sexo y grado estudiado). Además, se planteó una pregunta respecto al grado de relación con personas mayores dependientes (aquellos que necesitan la ayuda de una tercera persona para realizar las actividades básicas de la vida diaria), y otra pregunta respecto al grado de relación con personas mayores no dependientes(aquellos que no necesitan la ayuda de una tercera persona para realizar las actividades de la vida diaria).
Ambas preguntas tenían cuatro opciones de respuestas (1= a diario, 2= frecuentemente, 3= esporádico, 4= ninguno).
Además, se les administró el Cuestionario de Estereotipos Negativos hacia la Vejez (CENVE) (Blanca Mena,Sánchez Palacios, y Trianes, 2005). Es un cuestionario auto administrado que se compone de 15 ítems, con una escala tipo Likert de 4 opciones de respuesta (1=muy en desacuerdo, 2= en desacuerdo, 3= de acuerdo, 4= muy de acuerdo). Este test contiene tres factores: salud, que expresa afirmaciones relacionadas con la aparición de discapacidades, deterioro cognitivo o problemas relacionados con enfermedades mentales. El factor motivacional-social, expresa ideas relacionadas con las carencias afectivas, falta de interés vital y disminución de la capacidad para desarrollar una actividad laboral. Por último, el factor carácter-personalidad, se refiere a afirmaciones sobre rigidez metal, embotamiento afectivo y déficits en el estatus como adulto. La puntuación del instrumento oscila entre 5 y 20 puntos para cada uno de los tres factores. La puntuación total oscila entre los 15 puntos y 60 como puntuación máxima. La interpretación total del cuestionario es la siguiente: a) de 15 a 28 puntos corresponde a muy baja presencia de estereotipos, b) de 29 a 39 puntos corresponde a baja presencia de estereotipos, c) de 40 a 50 puntos corresponde a presencia alta y d) de 51 a 60 puntos corresponde a muy alta presencia de estereotipos negativos hacia las personas mayores. En un estudio posterior sobre el instrumento se determinó una consistencia interna alta ( =0,89) (Menéndez Álvarez-Dardet, Cuevas Toro, Pérez Padilla, y Lorence Lara,2016).
Procedimiento. Para la captación de los participantes, se pidió a los alumnos de varios grados de la universidad de Cádiz,que participaran en la investigación de forma voluntaria y anónima. Tanto el cuestionario socidemográfico como el CENVE, se administró de forma telemática mediante un formulario de Google Forms. En dicho formulario se indicaba el propósito y objetivos de la investigación. Se adjuntaban las normas de participación, además se pedía el consentimiento para participar. Tras la recogida de los datos, estos se exportaron a programa estadístico SPSSv.25 para el tratamiento de los mismos.
Análisis estadístico. Se realizó un análisis descriptivo de las variables sociodemográficas y para el resultado global y los tres factores del CENVE. Se evaluó la influencia de las variables socio-demográficas y la puntuación global y los factores del CENVE mediante la prueba t para muestras independientes y un análisis de la varianza (ANOVA).
RESULTADOS
En primer lugar, se analizó las puntuaciones obtenidas en el CENVE así como en los tres factores que lo componen, respecto a los estereotipos negativos hacia la vejez mostrados por los participantes del estudio. Los resultados se muestran en media y moda, ya que este último valor es interesante conocerlo, como medida de frecuen-cia de los resultados. Se obtuvieron las siguientes puntuaciones medias y moda para el CENVE total (M=31,99Mo=37), con un mínimo de 15 y máximo de 53. Respecto a los factores, las puntuaciones medias y modas fueron para el factor salud (M=10,30 Mo=10), para el factor motivacional-social (M=10,65 Mo=12) y las puntuaciones para el factor carácter-personalidad (M=11,04 Mo=12). En el análisis de la frecuencia de puntuaciones del CENVE total, el 54,1% presentó una baja presencia de estereotipos negativos. Sin embargo, cuando realizamos el análisis de cada dimensión del cuestionario, los factores por separado presentaron mayor presencia, siendo el factor carácter-personalidadel que mostró una mayor frecuencia (51,4%) en la presencia alta, seguido del factor moti-(50,3%). El factor salud presento una mayor frecuencia en la presencia baja (50,8%). En la tabla1 se recogen el resto de los resultados de la frecuencia de puntuaciones respecto al CENVE total y los tres fac-tores.

Para analizar las variables socio-demográficas establecidas, se realizó el ANOVA, y en los contrastes posthocse examinó el estadístico DMS para los efectos principales. Se tomaron como variables dependientes (VD) las puntuaciones obtenidas tanto en el CENVE total como en los tres factores del cuestionario: salud, motivacional y carácter-personalidad.
En primer lugar, se analizaron las pruebas de normalidad y homegeneidad de varianzas para las puntuaciones del CENVE. El test de Kolmogorov-Smirnov para la normalidad para el CENVE total (K-S= ,821; p= ,510), factor salud (K-S= 1,215; p= ,105); factor motivacional-social (K-S= 1,416; p= ,036) y factor carácter-personalidad (K-S= 1,296; p= ,069), mostrando normalidad en la muestra.
Respecto a la variable sexo, la prueba de Levenne para la homogeneidad de la varianza fue para el CENVE total (Levenne= ,000; p= ,999), factor salud (Levenne= ,420; p= ,518); factor motivacional-social (Levenne= ,568;p= ,428) y factor carácter-personalidad (Levenne= ,153; p= ,696). La tabla 2 recoge los resultados obtenidos tras el análisis descriptivo y la prueba t de Student para la puntuación total del CENVE y para los tres factores.

Para la variable sociodemográfica contacto con persona mayor dependiente y no dependiente, la prueba de Levenne para la homogeneidad de la varianza fue para el CENVE total (Levenne= ,869; p= ,458), factor salud (Levenne= ,908; p= ,438); factor motivacional-social (Levenne= ,730; p= ,535) y factor carácter-personalidad(Levenne= 1,405; p= ,243). La tabla 3 recoge los resultados obtenidos tras el ANOVA para la puntuación total del CENVE y para los tres factores.

Los resultados muestran como no existieron diferencias significativas en función de la variable contacto con persona mayor dependiente como no dependiente para el CENVE y los tres factores. Sin embargo, cuando analizamos los resultados para el CENVE total en función del contacto determinado por las cuatro categorías (a diario, frecuente, esporádico, nunca) sí encontramos diferencias significativas. Los resultados en referencia al con-tacto con personas mayores dependientes, mostraron que no había diferencias significativas en función del grado de contacto.
Respecto a los tres factores del CENVE en función del contacto tampoco se encontraron diferencias significativas. Sin embargo, analizando los resultados para el CENVE total en función del contacto (a diario, frecuente,esporádico, nunca) con personas mayores no dependientes, podemos determinar que el grupo que no tenía ningún contacto (M=36,58; DT=4.46) presentaban diferencias significativas respecto a aquellos participantes que tenían un contacto a diario (M=31,98; DT=6,54), a aquellos que tenían un contacto frecuente (M=31,49;DT=6,78), y con aquellos que tenían un contacto esporádico (M=31,71; DT=8,68). Analizando los resultados para cada uno de los tres factores del CENVE en función del contacto con personas mayores no dependientes, determinamos que tan solo en el factor motivación-social, se encontraron diferencia significativas entre el grupo que no tenía ningún contacto (M=12,5; DT=1,44) respecto a aquellos participantes que tenían un contacto a diario(M=10,65; DT=2,74), a aquellos que tenían un contacto frecuente (M=10,42; DT=2,43), y con aquellos que teníanun contacto esporádico (M=10,59; DT=2,75).
DISCUSIÓN
El objetivo del presente trabajo era en primer lugar evaluar la presencia de estereotipos negativos hacia la vejez en una muestra de estudiantes universitarios. Respecto a las puntuaciones totales en el CENVE, los resultados mostraron una presencia baja de estereotipos negativos hacia la vejez. Podemos explicar este hecho debido a que diversos estudios ponen de manifiesto que niveles educativos altos se relacionan con baja presencia se estereotipos viejistas (Menéndez Álvarez-Dardet et al., 2016; Sánchez Palacios et al., 2009). Al analizar los resultados por factores, podemos determinar que hubo presencia de estereotipos negativos altos en los factores motivacional-social y carácter-personalidad. Podemos considerar que os alumnos mantienen un contacto con sus abuelos y como como consecuencia de estas interacciones, pueden centrarse en las diferencias a nivel de actividad y de personalidad, en mayor medida que en aquellas características relacionadas con la salud. Nuestros resultados siguen la línea de otros estudios donde se determinan presencia de altos estereotipos en estos facto-res del CENVE, sin presentar presencia de estereotipos en el factor salud (Gutiérrez y Mayordomo, 2019) a diferencia del estudio de Franco, Villarreal, Martínez, y Galicia (2010), donde las puntuaciones en el factor salud también fueron elevadas.
Como siguiente objetivo, se analizó la influencia de las variables sociodemográficas como el sexo y el grado de convivencia en los estereotipos negativos de la vejez, referidos a la puntuación total del CENVE y a las tres dimensiones que los componen: salud, motivacional-social y carácter-personalidad.
Sobre las diferencias encontradas en función a las variables sociodemográficas, respecto a la variable sexo,los resultados obtenidos muestran que no existieron diferencias significativas entre hombres y mujeres respecto a la puntuación total del CENVE ni a sus tres factores. Estos resultados son coincidentes con otros estudios donde también determinaron que el sexo no influía en la presencia de estereotipos negativos hacia la vejez (Sánchez Palacios, Trianes Torres, y Blanca Mena, 2009). Por tanto, el sexo no es una variable que influya en la presencia de estereotipos negativos de la vejez. En este estudio, tanto hombres como mujeres presentaban niveles bajos de estereotipos viejistas.
En relación a los resultados obtenidos para el grado de contacto con las personas mayores, debemos hacer constar que en este estudio, estas variables se han estudiado de forma general y aproximada. Por tanto, para futuras investigaciones, sería conveniente especificar más detalladamente el contacto con las personas mayores. Los resultados muestran como tanto el contacto con personas mayores dependientes como no dependientes, no mostraron diferencias respecto a la presencia de estereotipos negativos hacia la vejez en la muestra. Estas diferencias no se encontraron a nivel general tanto en la puntuación total del CENVE como en los diferentes factores del cuestionario para la muestra respecto al contacto con personas mayores dependientes. Por tanto, los participantes de nuestro estudio, no hacían distinción en si la persona mayor era dependiente o no, no mostrando estereotipos viejistas. Estos resultados son coincidentes con el estudio realizado por (Menéndez Álvarez-Dardet et al. (2016), donde no obtuvieron asociación entre los estereotipos viejistas y el contacto.
Respecto al contacto con personas mayores no dependientes, a nivel general tampoco se encontraron diferencias entre las puntuaciones totales del CENVE ni en los diferentes factores que lo componen. Sin embargo,cuando este contacto se analizó respecto a las categorías establecidas en el contacto, sí encontrarnos diferencias significativas. Concretamente, respecto al contacto con personas mayores no dependientes, los resultados mostraron que aquellos sujetos que no tenían ningún contacto, presentaban niveles altos de estereotipos negativos viejistas. Más concretamente, este grupo presentaba mayores índices de estereotipos negativos en el factor motivación-social.
Nuestro estudio presenta varias limitaciones. En primer lugar, los resultados no son generalizables a la población universitaria por dos motivos. En primer lugar, sería conveniente ampliar la muestra. En segundo lugar,se debería ampliar a otros grados universitarios para poder tener una visión más general. Por otra parte, podría determinarse a partir de aquí, si existen diferencias entre los distintos estudios de grados, determinando así si ciertos estudios pueden influir en la presencia de estereotipos negativos hacia la vejez. Esta sería una línea de investigación a abordar en futuros estudios.
CONCLUSIONES
En respuesta a los objetivos planteados, los estudiantes universitarios, no presentaron presencia de estereotipos negativos hacia la vejez. El sexo no presentó influencia en la presencia de los estereotipos viejistas, por tanto, consideramos que se hombre o mujer no influye en tener estereotipos negativos hacia las personas mayo-res. Por último, la falta de contacto con personas mayores no dependientes va a generar que los sujetos presentes estereotipos viejistas hacia este colectivo. Por tanto, fomentar el contacto de colectivos universitarios que no tengan ningún contacto con personas mayores, a partir del fomento del voluntariado, por ejemplo, ayudaría a eliminar los estereotipos negativos hacia la vejez que presentarían estos sujetos.
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