Investigación arbitrada
ESTUDIOS DE TRAYECTORIA: UNA REVISIÓN DE SUS APORTES TEÓRICOS Y METODOLÓGICOS
Trajectories studies: a review of their theoretical and methodological contributions
ESTUDIOS DE TRAYECTORIA: UNA REVISIÓN DE SUS APORTES TEÓRICOS Y METODOLÓGICOS
Educere, vol. 25, núm. 81, pp. 579-590, 2021
Universidad de los Andes

Recepción: 05 Septiembre 2020
Aprobación: 27 Septiembre 2020
Resumen: El objetivo general: Identificar las competencias investigativasprocedimentales que promueven los docentesuniversitarios en su acción didáctica. De enfoquecuantitativo, tipo descriptivo, diseño de campo- no experimental, población 52 docentes de las asignaturas:Metodología de la Investigación, Técnicasde Estudio y Memoria de Grado, el contexto de lainvestigación se enmarcó en diferentes Facultades dela Universidad de Los Andes-Venezuela, la muestrade 37 profesores. Para la recolección de la data semanejó la técnica la encuesta y como instrumentoun cuestionario constituido por 28 Ítems con escalade Likert. Entre los resultados se evidenció: la accióndidáctica presenta debilidades en competenciasinvestigativas procedimentales y su transferencia alconocimiento de los estudiantes desde los niveles pedagógicos,epistemológicos y comunicativos.
Palabras clave: Competencias Procedimentales, Acción didáctica, Docencia Universitaria.
Abstract: The general objective: Identify the procedural investigativecompetences that university teachers promotein their didactic action. From a quantitativeapproach, descriptive type, field design - not experimental,population 52 teachers of the subjects:research methodology, study techniques and undergraduatework, context of the research was framed indifferent Faculties of the Universities of Los Andes- Venezuela, the sample 37 teachers. To collect thedata, was used survey techniques, and a questionnaireconsisting of 28 items with Likert scale was usedas instrument. Among the results: the didactic actionwas shown to have weaknesses in procedural investigativeskills and its transfer to the students’ knowledgefrom the pedagogical, epistemological and communicativelevels.
Keywords: Procedural Competences, Didactic action, University Teaching.
Introducción
La globalización y la estructura económica nacional e internacional les provocan un compromiso a las Instituciones de Educación Superior (IES). Por ello, este nivel educativo en México está enfrentando procesos de cambio político, que origina nuevas configuraciones en las exigencias del mercado de trabajo. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OECD, por sus siglas en inglés 2019) reporta que la educación en México debe adaptarse a las necesidades económicas. Ante esto, la OECD señala que se requiere de una visión estratégica que lleve a enfrentar dos problemas relacionados con el ineficiente uso de sus competencias: la informalidad y la sobrecualificación. La Organización Internacional del Trabajo (OIT, 2014) conceptualiza la informalidad desde dos dimensiones: la unidad económica relacionada con la producción de bienes y/o servicios para el mercado y la perspectiva laboral establecida en aquel trabajo que se realice sin contar con un amparo institucional o legal. Y la sobrecualificación, que analiza el vínculo entre la preparación y el puesto que se ocupa en el campo laboral, esto es el nivel educativo del trabajador y los requerimientos solicitados en el mercado de trabajo (Diéguez y Sinde, 2007).
Lo anterior ha llevado a las IES a desarrollar más y nuevas estrategias que motivan la actualización de sus programas, con énfasis en los estudiantes que están formando y cómo los están formando. Esto propicia que las IES, actualmente, estén sometidas a constantes procesos evaluativos, que no sólo se dirigen a valorar los procesos de calidad administrativos y escolares, sino que hay una especial atención en la calidad de los procesos educativos dentro de las aulas, y también la calidad con la que están egresando los universitarios. Sin embargo, no existe una cultura que vincule la perspectiva de los empleadores y otros agentes sociales que pueda garantizar que la prestación de los programas educativos —con ciertas excepciones de algunos sistemas tecnológicos e instituciones líderes— que respondan a las necesidades del mercado laboral (OECD, 2019). Por lo anterior, las políticas de calidad y los procesos evaluativos y de acreditación promueven a que las IES indaguen sobre estrategias que les permitan examinar las trayectorias que siguen sus productos (egresados) en el mercado laboral y su cualificación en él.
La evaluación de los egresados de las IES está en relación con lo que marca el mercado de trabajo del país y sus diferentes estados. Jiménez-Vásquez (2009a) y Navarro (2017) argumentan que las IES deben medir el pulso del mercado de trabajo con el fin de determinar la vigencia de sus programas, reflexionar sobre las competencias ofrecidas a sus egresados, cómo son valorados en dicho mercado y, finalmente, analizar la pertinencia de los programas educativos ofrecidos. Para esta labor, se tienen a los estudios de trayectoria como instrumentos de tipo metodológico que proporcionan información sobre el estatus y la movilidad que adoptan los egresados en el mercado de trabajo.
Por lo tanto, los estudios de trayectoria proporcionan información contundente que determina la vigencia y la adecuación de cada uno de los programas educativos indagados. En consecuencia, el valor estimativo de los estudios de trayectoria se relaciona con los aportes conceptuales y metodológicos que proporcionan, vínculo que permite observar los cambios sociohistóricos y las transformaciones en las subjetividades personales y sociales (Roberti, 2017). Así pues, este artículo tiene como propósito realizar una revisión acerca de los aportes teóricos y metodológicos de los estudios de trayectoria. El contenido se estructura en cinco apartados. En el primero se realiza un análisis de los estudios de trayectoria. En el segundo se define la estrategia metodológica. En el tercero se identifican los aportes teóricos. En el cuarto se describen las principales estrategias metodológicas que han definido los estudios de trayectoria Finalmente, en el quinto se establecen las conclusiones.
Los estudios de trayectoria
Los estudios de trayectoria se utilizan para la obtención de información de diferentes ámbitos en un periodo de mayor tiempo después del egreso. Esto se refiere a que estos estudios tienen miradas longitudinales, que se establecen a partir del quinto año de egreso (Muñiz, Roberti, Deleo y Hasicic, 2013; Sánchez-Olavarría, 2014), ya que esto facilita el registro de las posiciones alcanzadas por los individuos en largos periodos de tiempo, además de analizar las posiciones que ocupan las personas en el mercado de trabajo y durante su formación académica, con la intención de establecer un registro de la movilidad de los sujetos y dar explicación a los movimientos ocurridos en un periodo determinado (Jiménez-Vásquez, 2009a; Sánchez-Olavarría, 2014). Los estudios de trayectoria son metodologías que contendrán el parámetro del tiempo con atributo distintivo. Así mismo, la información que se obtiene está en relación con las dinámicas de movilidad que los egresados toman en las diversas inserciones laborales, así como los mecanismos de desarrollo profesional y las diferentes posiciones que estos adquieren en el trayecto estudiado.
Por lo que se refiere a sus inicios en México, Roberti (2017) y Sánchez-Olavarría (2014) puntualizan que los primeros registros de los estudios de trayectoria datan de los años de 1970. Estos autores afirman que son valorados por los aportes conceptuales y metodológicos que proporcionan, en los que se realizan articulaciones concurrentes en los cambios sociohistóricos y las transformaciones en las subjetividades personales y sociales. La aproximación de los estudios de trayectoria toma una visión amplia y profunda de los procesos históricos como base y asimilación de las adversidades del futuro. Esto con miras de interpretar los patrones de cambio de la sociedad en su conjunto, a partir del análisis de los cursos de vida individuales, así como de las articulaciones que pueden encontrarse en diversos campos, como: la formación profesional, el recorrido laboral y las características laborales (Jiménez-Vásquez, 2009a; Roberti, 2012). Así pues, la estrategia metodológica de los estudios de trayectoria accede a la construcción de una identidad sobre un campo de acción que propicia a trazar trayectos que faciliten la obtención de información sobre las características de una población específica, así como identificar los momentos en los que se presentan elementos sobre la movilidad, las inserciones o las transiciones significativas dentro de la población de estudio.
El análisis del concepto de trayectoria tendrá implicaciones relacionadas con el estudio de los trayectos no definidos por la normativa del sistema, en el que se podrán visualizar los cambios sociohistóricos, contextuales, familiares y personales que lleven a interpretar las dinámicas y las fluctuaciones que nuestra sociedad atraviesa. Las trayectorias como metodología de análisis, “son utilizadas desde la década de los ochenta, con el propósito de expresar las fuerzas sociales que configuran las transiciones con mayor fuerza de los itinerarios diseñados por el gobierno” (Raffe, 2011, p. 1164). Estas son definidas como una serie de posiciones que alcanza un individuo con una posible implicación de reproducción del capital patrimonial (Bourdieu, 1979).
La edificación de las trayectorias indaga la forma en la que han transcurrido las adaptaciones ante los cambios sociales, económicos e intelectuales que se viven actualmente. Las trayectorias, para Planas (2013), no siguen secuencias predefinidas, por lo que pueden integrar tanto la vida familiar como la vida social, además de la educación y el trabajo. Su dinamismo y flexibilidad permiten adaptarse a diferentes ámbitos, así como su integración expone momentos trascendentales o que generan ruptura en los trayectos estudiados. La función de las trayectorias está en analizar los cambios representativos, súbitos o repentinos que acompañan los trayectos, pues estos pueden variar y cambiar de dirección, grado o proporción, debido a que en ellos existe una interconexión. Por consiguiente, en los trayectos de los individuos se identifican esquemas de movilidad y momentos significativos que, en conjunto, ponen de manifiesto las disposiciones y prácticas de diversos actores y su relación con las prácticas y el origen social (Blanco y Pacheco, 2003; Lera et al., 2007; Señoriño y Cordero, 2005). El estudio de las trayectorias no será rectilíneo, ya que la riqueza de información se encontrará en los cambios de dirección, divergencias, inicios y cierres, que nos llevan a comprender las dinámicas sociales.
La flexibilidad de la metodología de las trayectorias permite una adaptabilidad en distintos ámbitos o contextos. Esta contextualización se ha combinado con factores micro y macrosociales, lo que indica que han sido referidos en las distintas etapas, como la social, económica, profesional y laboral, que vive un individuo después de finalizar su formación académica en una determinada profesión, actividad u oficio (Jiménez-Vásquez, 2009a). La trascendencia de este tipo de estudios favorece a la construcción de los trayectos por los que ha transitado un individuo, algunos definidos y otros por definir. Información que concede identificar las influencias, no sólo del ámbito en el que se desempeña el sujeto, ya sea académico, profesional o laboral, sino que se abordan variables como la familia, la cultura, el entorno, entre otras. Todo esto lleva a que las trayectorias se tipifiquen y caractericen de acuerdo con los propósitos de cada investigación.
Los estudios de trayectoria son un tipo de planteamiento metodológico que, para las IES y sus procesos actuales, aportan información sobre la pertinencia y viabilidad de los diferentes programas de estudio que ofrecen. Aunque desde los años noventa del siglo pasado los estudios de egresados se convierten en una propuesta de autoevaluación y evaluación externa, son escasas las IES que llevan a efecto este tipo de estudios.
Los estudios de trayectoria representa el método menos utilizado en relación con otros de estudios de egresados, concerniente a la complejidad del parámetro de tiempo en los egresados. Esto quiere decir que reunir egresados que tengan como mínimo cinco años en el mercado de trabajo se vuelve –la mayoría de las veces– remoto y complicado. Sin embargo, el patrimonio de información que otorgan dichos estudios a las IES se convierte en un amplio panorama sobre el desempeño de sus egresados en las perspectivas laborales, profesionales y de vida, que muestran las estrategias adquiridas por los egresados en el mercado de trabajo, visto desde su desarrollo profesional y laboral. Del mismo modo, evidencia los mecanismos que adquieren los egresados en la inserción y movilidad, haciendo un registro de las posiciones, ascensos, descenso o cambios de ubicación que han adquirido en el transcurso del tiempo.
Por una parte, la temporalidad en los estudios de trayectoria da acceso a la información sobre los cambios económicos, sociales, culturales y profesionales a los que se enfrentan los egresados. Asimismo, permite identificar todos aquellos cambios inesperados o bruscos que modifican los rumbos de los individuos y de la profesión. Esto, para las IES, es o será un marcador sobre las exigencias que el mercado requiere actualmente para cada uno de los programas, lo que determina su viabilidad y pertinencia, así como para fortalecer las competencias, capacidades, habilidades, actitudes y aptitudes que se requieren para su éxito.
Uno de los principales usos está en relación con la visión que ofrecen estas investigaciones sobre las demandas existentes y provisorias del mercado de trabajo en la empleabilidad, autoempleo y la percepción de las empresas. Por consiguiente, toda actualización debería tener de antesala un estudio de trayectoria, dado que es un factor determinado con mecanismos de calidad de los programas educativos. La OECD (2019) sostiene que es indispensable mantener los criterios de aseguramiento de la calidad dentro de las IES, ya que estos no se integran y por lo menos la mitad de los estudiantes de licenciatura no han sido evaluados o acreditados externamente.
Finalmente, las perspectivas teóricas en los estudios de trayectoria buscan definir y justificar las estrategias, rutas y trayectos que los egresados, profesionistas o trabajadores construyen, influenciados por aspectos sociales, culturales, económicos, simbólicos, psicológicos, genéticos, motivacionales, por mencionar algunos. De forma general, son la base que justifica los datos recolectados, interpretando los recorridos de los individuos, en el que cada uno explica, argumenta y clarifica los trayectos. Por tanto, estas perspectivas muestran los cambios que el mundo, la globalización, la sociedad del conocimiento y la era digital planean en los trayectos de los individuos. Estos cambios se ven reflejados en el sistema político, económico, cultural y educativo, que han influenciado la interpretación de los trayectos vitales.
Estrategia metodológica
La estrategia metodológica del presente artículo tuvo como fundamento un análisis de diseño cualitativo e interpretativo, documental, que se desarrolló a partir de la construcción del estado del arte1. Para este trabajo se consideró la metodología del estado del arte, la cual está constituida por tres fases: 1) la indagación, 2) el análisis y síntesis e 3) la internalización (Sánchez-Olavarría, 2017). La primera fase del estado del arte denominada indagación guío la búsqueda de los documentos en los que se incluyeron artículos científicos, tesis de doctorado y maestría y libros. En esta fase, el intervalo de tiempo de la evidencia científica fue de 1989 – 2019. Las principales bases de datos que arrojaron el mayor número de fuentes de investigación fueron: EBSCO, CONRICyT, SpringerLink, ScienceDirect, DOAJ, Redalyc, Scielo y Dialnet. Entre los repositorios consultados estuvieron los de la Universidad Autónoma de México, la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, la Universidad Autónoma de Tlaxcala, la Universidad Iberoamericana de Puebla, ANUIES, IISUE y el de Tesis Doctorales en Red.
La segunda fase se llevó a cabo mediante la integración de la información en dos matrices en el programa Excel 2016 y un mapa conceptual en el programa de Mindjet MindManager 2016, con lo que se realizó un análisis de contenido. Esta fase transitó por tres etapas, la primera se estableció con la creación de una matriz inicial de doble entrada, donde los indicadores fueron: título del documento, autor, año, país, revista, nivel de relevancia, palabras clave, objeto de estudio, contexto, rutas teóricas, rutas metodológicas y conclusiones/ hallazgos. La segunda, se elaboró con la construcción de un mapa conceptual en el que se concentró la información identificada en dos elementos: las perspectivas teóricas y los enfoques metodológicos. Finalmente, la última fase se elaboró con la integración de una segunda matriz en la que se englobaron los núcleos de análisis (perspectivas teóricas y metodológicas) tomando como indicadores los conceptos definidos en el mapa conceptual, en la que se definieron, conceptualizaron y clasificaron.
Aportes teóricos
Los aportes teóricos de los estudios de trayectoria muestran el sustento teórico que justifica el comportamiento de los egresados, individuos o grupos desde diferentes ámbitos. La revisión de la literatura identificó cuatro perspectivas principales y sus teorías: la económica, sociológica, filosófica y psicológica, siendo las dos primeras las más empleados en este tipo de estudios.
Perspectiva económica. A partir del análisis en el mercado de trabajo y el desarrollo de los sujetos, las teorías económicas y la educación detallan aspectos relacionados a la productividad del trabajo, salarios, así como flujos de entrada y salida de mercado de trabajo (Rahona, 2008). Estas, en los estudios de trayectoria, buscan explicar y evidenciar el movimiento de los egresados desde una postura economicista y su relación con los estudios del mercado de trabajo, en el que se enfatizan algunos conceptos como empleo, desempleo, remuneración, entre otros. Estudios realizados por ANUIES (1998), Rahona (2008) y Sánchez-Olavarría (2014) explican los recorridos de los sujetos de investigación desde diferentes corrientes teóricas, como la teoría del capital humano o inversión humana con dos posiciones: la macroeconomía, que se fundamenta en el desequilibrio del mercado con insuficiencias de la demanda efectiva, y la microeconomía, basada en el equilibro entre la oferta y la demanda en los mercados competidos (Neffa, 2007). Aunque la teoría del capital humano fue la primera en fundamentar los estudios relacionados con el mercado de trabajo y la educación, esta pierde fuerza y se formulan nuevos referentes teóricos.
El enfoque meritocrático o credencialista surge como parte de otras interpretaciones emergentes, que fundamenta tanto la educación como el ingreso, incluyendo aspectos como la estratificación de las clases, sexo y raza, así como movilidad social (ANUIES, 1998). De él, parten cinco propuestas teóricas: la señalización, de la fila, de filtro, de la devaluación de los certificados, del bien posicional; así como otras teorías: la teoría de la funcionalidad técnica y el modelo de competencias por los puestos de trabajo (ANUIES, 1998; Rahona, 2008; Sánchez-Olavarría, 2014). Asimismo, en la evolución de las perspectivas económicas y sus teorías, actualmente existe una filosofía económica otorgada por el discurso de las capacidades, concepto relacionado al bienestar humano y basado en la libertad de elección, en el que se resalta el mercado de competencia perfecta, como los mecanismos para asignar los recursos escasos de una economía (Cejudo, 2006; Planas, 2013).
Perspectiva sociológica. Desde esta perspectiva, la teoría epistemológica de Bourdieu funge como un marco teórico y de referencia para establecer esquemas de movilidad, con un análisis de las condiciones de acceso, competencias y apropiación, como guías de práctica, enfatizando el componente social (García-Jerez, 2016). Los componentes de la teoría involucran conceptos como el habitus, el campo y los capitales económico, cultural, social, simbólico (Jiménez-Vásquez, 2009b; Jiménez, 2010; Taracena, 2002; Verd, 2001). Esta corriente ha sido la mayormente utilizada, pues ha dado aportes en la reconstrucción de los recorridos vitales mediante la caracterización de trayectorias, donde el fundamento de los estudios es la movilidad, que ha sido definida desde múltiples ámbitos. Jiménez (2010) indaga que por medio de la construcción de una herramienta analítica de “campo social transnacional”, basada en la epistemología de Bourdieu, se identifican las estrategias migratorias, los agentes y la idea del campo social a nivel global.
Dentro de esta misma perspectiva, se identificaron otras dos posturas: la del mercado de trabajo segmentado y del mercado dual (Sánchez-Olavarría, 2014). La primera explica las pautas de un mercado laboral, que se encuentra en una dicotomía entre los buenos salarios, con las condiciones ideales de ascenso, movilidad y salarios, entre otros, su opuesto explica las desigualdades y la ausencia del primero (Fernández-Huerga, 2010). Y la segunda define los mercados en primario, que explica las pautas de un mercado laboral con buenos hábitos de trabajos estables y el secundario, el polo opuesto del primero (Fernández-Huerga, 2010). Esta postura tiene como demarcador analizar las relaciones y funciones laborales que los directivos delegan a sus trabajadores, otorgando un estatus, una clase o posicionamiento.
Perspectiva filosófica. Dentro del análisis de la revisión científica, su aporte está relacionado con la temática de identidad. Dubar (2002) sostiene que la identidad tiene origen desde el pensamiento filosófico, estableciendo un vínculo entre dos posturas: la esencialista, que ampara la esencia del ser humano y que forma su permanencia, y la postura normativista –también denominada existencialista–, que se relaciona con las identificaciones atribuidas por otros y las identificaciones reivindicadas por uno mismo, en la que cada persona se reconoce a sí misma y se convierte en alguien distinto de los demás. La identidad es concebida como la esencia del ser, del individuo, que lo demarca y lo reconoce.
La identidad –acuñada en procesos históricos, sociales, culturales o profesionales– define las particularidades de la esencia que regula y normativiza una profesión, un contexto, una sociedad, entre otros, dotándola de rasgos y características similares. La identidad profesional distingue formas, rasgos y peculiaridades que la sociedad reconoce e identifica en el trabajo, el empleo y las relaciones profesionales (Dubar, 2002). En los estudios de trayectoria, la identidad se estudia desde la formación de los modelos que establecen los profesionistas en cada uno de los programas, así como las adecuaciones que realizan de acuerdo con los diferentes contextos. Leite (2012) reconstruye las trayectorias profesionales docentes bajo tres ejes: la identidad, el contexto sociopolítico y la profesión docente, en este reconoce que el trabajo docente es un proceso continuo de conformación y reconfiguración de las identidades docentes.
Perspectiva psicológica. Esta perspectiva presenta dos propuestas: el enfoque genético y la teoría de las atribuciones. Jiménez-Vásquez (2009b) refiere que el enfoque genético se relaciona con las capacidades del individuo, donde se integran rasgos personales o individuales (como el sexo, la edad, las habilidades individuales y capacidades intelectuales), que en los estudios de trayectoria proporciona información sobre las desigualdades económicas y sociales. La segunda propuesta es la teoría de las atribuciones causales. Para Lalljee (1981), es una teoría que tiene como noción central la causalidad y las distinciones entre las atribuciones internas, que lleva a explicar la vida cotidiana, es decir, cómo se desarrollan diversos sucesos por medio de los procesos intrapersonales y sociales. En otras palabras, ambas propuestas buscan dar respuestas sobre los trayectos desde una perspectiva de la psicología social, en el que se identifican los factores genéticos que intervienen en la construcción de los trayectos individuales o colectivos; asimismo, explica cómo los atributos personales y el contexto los configuran. En resumen, las perspectivas económica, social, filosófica y psicológica desde el análisis crítico dan respuesta al comportamiento que presentan los individuos durante los estudios de trayectoria.
Aportes metodológicos
La metodología y los métodos de investigación son estrategias para la obtención y manejo de datos, donde el investigador debe tener las competencias específicas para dicha tarea. Bisquerra (2009) enfatiza que uno de los aspectos de mayor relevancia para el investigador social es el ser metodólogo. Apunta que, desde su experiencia, debe decidir sobre el tipo de enfoque y la técnica críticamente determinada para su investigación. Dentro del análisis de los estudios de trayectoria, este apartado muestra las diversas formas en las que los estudiosos del tema han precisado sus metodologías de investigación. Asimismo, describe las perspectivas definidas desde sus diferentes enfoques: cualitativo, cuantitativo y mixto.
Enfoque cualitativo. Este enfoque es el utilizado dentro de los estudios de trayectoria, ya que se relaciona con los procedimientos de investigación que proporcionan datos descriptivos que representan sucesos clave contextualizados en el ámbito social, donde ocurren naturalmente. Además, está metodología discurre dentro de los parámetros de la investigación idiográfica, cuyo énfasis es dar el significado que las personas individualmente atribuyen a su propia realidad para darle sentido, es así como proporciona una mayor profundidad y riqueza interpretativa de los fenómenos (Bisquerra, 2009). El enfoque cualitativo, desde este tipo de estudios, busca obtener una visión profunda y amplia sobre cómo los cambios constantes han influido en los trayectos de vida de los individuos.
Desde este enfoque, las técnicas más utilizados en las ciencias sociales para la reconstrucción y caracterización de los estudios de trayectoria son la entrevista a profundidad o biográfica narrativa –mediante un guión se construye una biografía específica– (Leite, 2012; Ojeda, 2008), los grupos focales o de discusión (Jiménez, 2010; Saletti-Cuesta, Delgado y Ortiz-Gómez, 2014) y el relato o historia de vida y su construcción (Lera et al., 2007; Roberti, 2012; Sanchis, 2013; Taracena, 2002).
Desde esta perspectiva, la fundamentación teórico-metodológica de los estudios de trayectoria plantea dos abordajes: el enfoque biográfico –utilizado en Europa desde los años de la década de 1980 (Casal, García, Merino y Quesada, 2006; Casal, Merino y García, 2011; Planas, 1989; Raffe, 2011; Verd, 2001)– y el enfoque de curso de vida –establecido en América, con sus orígenes en América del Norte (Elder, 1994, 1998), que se ha seguido trabajando en Argentina, México y otros países de América (Blanco, 2011; Blanco y Pacheco, 2003; Elder, 1998; Muñiz, 2018; Roberti, 2017).
El enfoque biográfico es una perspectiva de las ciencias sociales que se ha perfilado como una de las metodologías más utilizadas en los estudios de trayectoria. Este hace uso de la historia o relato de vida para concebir al ser humano como producto, actor y productor de las historias, en una concepción más humanista (Sanchis, 2013), y da voz a los individuos para que en sus relatos se profundice y determine cuáles son los verdaderos significados de los trayectos. Las historias de vida para Leite (2012) y Roberti (2012) están determinadas como una técnica, un método o un enfoque, que constituyen un acceso a un momento histórico, cultural y de valores de una determinada sociedad, como un medio para descubrir, desarrollar, desentrañar, y/o expresar la identidad personal o profesional. Desde este mismo enfoque, diversos autores (Casal et al., 2006, 2011; Planas, 1989) han propuesto tres enfoques (o paradigmas) para el estudio de la trayectoria: 1) el ciclo de vida, 2) las generaciones en conflicto y 3) el enfoque biográfico de itinerarios y trayectorias.
El primero, es el enfoque de ciclo de vida es una propuesta de indagación sobre los trayectos de vida y el desarrollo humano. Se establece, desde la postura de autores como Casal et al. (2006, 2011), a partir de una perspectiva sociológica. En este enfoque, se identifican las etapas pertenecientes al desarrollo humano (infancia, juventud, vida adulta y vejez), encontrando subdivisiones que pueden atender una diversidad de situaciones relacionadas con las historias de las personas y el ciclo de la reproducción familiar. Asimismo, ratifican que la estructuración del enfoque está en relación a los objetivos sociales y personales de crecimiento de los individuos. Por ende, esta postura se ha adaptado a diferentes espacios y su versatilidad es crear diferentes contextos y ámbitos de estudio, como el realizado por Huchim-Aguilar (2013), en el que analiza las carreras o trayectorias docentes, centrándose en los años de experiencia docente, y el estudio realizado por Sánchez-Olavarría y Huchim-Aguilar (2015), donde indagan las trayectorias profesionales docentes y las etapas del desarrollo profesional que caracteriza los trayectos que definen los ciclos de vida docente.
El segundo enfoque, son las denominadas generaciones en conflicto, que se relacionan con los estudios de la juventud y los conflictos que se generan en la sociedad. Para Casal et al. (2011), está en concordancia con un hecho generacional. Para los autores, su abordaje es definido desde el conflicto que se presenta entre generaciones de jóvenes y adultos, donde estos representan los valores asimilados al cambio social y al progreso y la juventud es una categoría de nueva clase social, ascendente y revolucionaria. Es decir, esta perspectiva social es la expresión de los conflictos de los jóvenes ante las vicisitudes que los cambios sociales que generan en sus trayectos y su movilidad hacia la adultez. Se basa en cuatro aspectos: la descripción de las rupturas, las propuestas de diferenciación de las subculturas juveniles, las hipótesis entorno al narcisismo radical de los jóvenes y la consideración de la juventud positiva (Casal et al., 2006).
El tercero es el enfoque biográfico de itinerarios y trayectorias, que hace referencia la construcción sociohistórica, estudiado por Casal et al. (2006), que promueve el análisis de la inserción social y profesional, donde enfatiza que la noción de los itinerarios es clave para la comprensión de este. Así, un itinerario vital se construye mediante elecciones y decisiones del individuo, bajo determinaciones familiares o del entorno próximo, determinaciones estructurales de contexto amplio y de determinaciones de orden cultural y simbólico. El enfoque de itinerarios y trayectorias tendrá la premisa de dar seguimiento a los recorridos de los individuos o grupos para el entendimiento de las dinámicas sociales en las que se desenvuelve, en el que influyen los factores personales y ambientales.
El enfoque de curso de vida surge de los estudios biográficos como una segunda representación y un paradigma emergente, que se origina en la década de 1970 en Estados Unidos, con un enfoque interdisciplinario, donde la unidad de análisis es el curso de vida de un individuo (Muñiz, 2018; Roberti, 2012, 2017). Este integra aspectos relacionados a la familia, la escuela y la profesión, con el propósito de indagar sobre la movilidad del curso de vida (individual o colectivo) y el impacto que profiere la fuerza social en ellos (Alcaide, 2013; Blanco y Pacheco, 2003). Este paradigma busca conocer el transitar de los individuos por medio de la exploración de trayectos vitales, así como indagar sobre los cambios personales, sociales y culturales que los influencian. En este, la biografía de un sujeto se torna clara cuando se articula con los entornos sociales en los que se ha desarrollado la vida de la persona, junto a las etapas cronológicas y al contexto más amplio de los hechos históricos y sociales (Roberti, 2012).
El enfoque de curso de vida colabora con tres herramientas conceptuales y metodológicas fundamentales: la trayectoria, la transición y el turning point2. La primera herramienta es trayectoria, concepto que se precisó en el apartado de los estudios de trayectoria. La segunda es la transición, descrito como un proceso de cambio inevitable, que se produce en un marco de cambio temporal que comprende la totalidad de los recorridos por la actividad, que se relaciona con el conjunto de adquisiciones, expectativas y acciones del actor (Alcaide, 2013; Casal et al., 2011; Verd, 2001). Las transiciones normalmente están contenidas en las trayectorias y se definen como el conjunto de pasajes y estados (Roberti, 2017).
La tercera herramienta es el turningpoint es definido como aquellos cambios de estado, sentido o dirección, especialmente significativos, que surgen de acontecimientos fácilmente identificables y se trata de eventos que provocan fuertes modificaciones, rupturas biográficas, fuertes virajes o rupturas negativas (Alcaide, 2013; Blanco, 2011; Blanco y Pacheco, 2003). Se diferencia de los otros conceptos puesto que la trayectoria es el recorrido y la transición son las permutas que se presentan dentro de la misma, y el turningpoint se relaciona con cambios radicales, enérgicos y algunos de cierta manera violentos.
Perspectiva cuantitativa. Esta perspectiva es una metodología de análisis de datos en grandes números o proporciones. Bisquerra (2009) sustenta que el investigador se separa de la realidad que configura el objeto de estudio con el fin de descubrir regularidades y formular generalizaciones probabilísticas que posibiliten su predicción. Su función es la de fragmentar la realidad, dado que trabaja con variables específicas que se cuantifican y se expresan en valores numéricos. Esta aporta fiabilidad, la validez y la realización de muestreos, que se convierten en pretensiones objetivas y generalizan los resultados. Este enfoque metodológico comprueba y valida datos duros con la característica de ser alcanzables y medibles, por lo que se deja de lado la condición subjetiva de las ciencias sociales, dando una mirada objetiva. El instrumento más utilizado es el cuestionario.
El cuestionario es un instrumento flexible que posibilita acceder a la población de forma simultánea y cuantificable, permite analizarla y medirla, buscando encontrar su normalidad e invitando a intervenir con la estadística descriptiva e inferencial. En diversos estudios, autores como Jiménez-Vásquez (2009b), Planas (2013) y Sánchez-Olavarría (2014) hacen uso del cuestionario para la obtención de información, mediante muestreos probabilísticos de autoselección. Para Sánchez-Olavarría y Huchim-Aguilar, (2015), la construcción del cuestionario dio acceso a identificar mecanismos de inserción en la docencia, razones, trayectorias profesionales y campos de actuación.
Perspectiva mixta. El enfoque mixto se compone tanto de la perspectiva cualitativa como cuantitativa. Para Bisquerra (2009), este se establece como un método de complementariedad metodológica, que define una lógica de la diferencia en un universo estructurado por un sistema de valores singulares y concretos, que reintegra la unidad concreta real de lo social, el que nace su sentido de complementariedad, en una forma de un conjunto de intersecciones y complementos. Los técnicas más usadas son, desde el enfoque cuantitativo, las encuestas; y desde el cualitativo, los grupos focales o grupos de discusión, las historias de vida y las entrevistas a profundidad. El enfoque mixto analiza una variedad de combinaciones, a partir de cada una de las técnicas específicas de los enfoques.
Desde una metodología mixta (cuali-cuantitativa), Blanco y Pacheco (2003) enlazaron doce historias de vida para la articulación de trabajo y familia. En su estudio, se indagó a mujeres de clase media y sus trayectorias vitales, y la información obtenida se contrastó con la información proporcionada por la Encuesta Nacional de Empleo Urbano (una base de datos con representatividad estadística), es decir, se comparó con la información obtenida en las historias de vida y se creó una tipificación. Finalmente, el enfoque mixto expone una complementariedad en la información que proporciona, y que enriquece la investigación social, aunque en nuestra revisión hemos encontrado que es el menos utilizado.
Conclusiones
Los estudios de trayectoria son un tipo de planteamiento metodológico que, para las IES y sus procesos actuales, aportan información sobre la pertinencia y viabilidad de los diferentes programas de estudio que ofrecen. Aunque desde los años noventa del siglo pasado los estudios de egresados se convierten en una propuesta de autoevaluación y evaluación externa, son escasas las IES que llevan a efecto este tipo de estudios.
Los estudios de trayectoria representa el método menos utilizado en relación con otros de estudios de egresados, concerniente a la complejidad del parámetro de tiempo en los egresados. Esto quiere decir que reunir egresados que tengan como mínimo cinco años en el mercado de trabajo se vuelve –la mayoría de las veces– remoto y complicado. Sin embargo, el patrimonio de información que otorgan dichos estudios a las IES se convierte en un amplio panorama sobre el desempeño de sus egresados en las perspectivas laborales, profesionales y de vida, que muestran las estrategias adquiridas por los egresados en el mercado de trabajo, visto desde su desarrollo profesional y laboral. Del mismo modo, evidencia los mecanismos que adquieren los egresados en la inserción y movilidad, haciendo un registro de las posiciones, ascensos, descenso o cambios de ubicación que han adquirido en el transcurso del tiempo.
Por una parte, la temporalidad en los estudios de trayectoria da acceso a la información sobre los cambios económicos, sociales, culturales y profesionales a los que se enfrentan los egresados. Asimismo, permite identificar todos aquellos cambios inesperados o bruscos que modifican los rumbos de los individuos y de la profesión. Esto, para las IES, es o será un marcador sobre las exigencias que el mercado requiere actualmente para cada uno de los programas, lo que determina su viabilidad y pertinencia, así como para fortalecer las competencias, capacidades, habilidades, actitudes y aptitudes que se requieren para su éxito.
Uno de los principales usos está en relación con la visión que ofrecen estas investigaciones sobre las demandas existentes y provisorias del mercado de trabajo en la empleabilidad, autoempleo y la percepción de las empresas. Por consiguiente, toda actualización debería tener de antesala un estudio de trayectoria, dado que es un factor determinado con mecanismos de calidad de los programas educativos. La OECD (2019) sostiene que es indispensable mantener los criterios de aseguramiento de la calidad dentro de las IES, ya que estos no se integran y por lo menos la mitad de los estudiantes de licenciatura no han sido evaluados o acreditados externamente.
Finalmente, las perspectivas teóricas en los estudios de trayectoria buscan definir y justificar las estrategias, rutas y trayectos que los egresados, profesionistas o trabajadores construyen, influenciados por aspectos sociales, culturales, económicos, simbólicos, psicológicos, genéticos, motivacionales, por mencionar algunos. De forma general, son la base que justifica los datos recolectados, interpretando los recorridos de los individuos, en el que cada uno explica, argumenta y clarifica los trayectos. Por tanto, estas perspectivas muestran los cambios que el mundo, la globalización, la sociedad del conocimiento y la era digital planean en los trayectos de los individuos. Estos cambios se ven reflejados en el sistema político, económico, cultural y educativo, que han influenciado la interpretación de los trayectos vitales.
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Notas