Investigación arbitrada

EDWARD LEE THORNDIKE Y JOHN BROADUS WATSON: DOS EXPLICACIONES DEL APRENDIZAJE

Edward Lee Thorndike and John Broadus Watson: two explanations of learning

Delfina Rocío López Cruz
Bachillerato Integral Comunitario, México

EDWARD LEE THORNDIKE Y JOHN BROADUS WATSON: DOS EXPLICACIONES DEL APRENDIZAJE

Educere, vol. 25, núm. 81, pp. 647-656, 2021

Universidad de los Andes

Recepción: 29 Julio 2020

Aprobación: 01 Octubre 2020

Resumen: El aprendizaje se toma como algo obvio que no necesita ninguna reflexión de su origen o significado, sin embargo, no es así y se requiere reconocer que tiene, al menos, dos orígenes: la explicación de Edward Lee Thorndike y la de John Broadus Watson. El objetivo de este artículo es exponer las características de cada una de esas explicaciones para percatarse que proceden de una concepción ontoepistemológica diferente. El contenido de este artículo forma parte de una investigación más amplia relacionada con la dualidad conocimiento-aprendizaje. Se concluye que, efectivamente, la explicación acerca del aprendizaje, dada por Thorndike se relaciona con los procesos de asociación y la explicación dada por Watson procede del análisis del comportamiento (de animales y humanos) que se asume como cambio de conducta y que, posteriormente, éste se presentó como aprendizaje. El resultado de ese tránsito entre comportamiento y conducta propició que la explicación del aprendizaje fuese concebida como un cambio relativamente per­manente de conducta.

Palabras clave: Asociación, Conductismo, Thorndike, Watson, aprendizaje, teoría.

Abstract: Learning is taken as something obvious that does not need any reflection of its origin or meaning, however, it is not so and it is necessary to recognize that it has at least two origins: the explanation of Edward Lee Thorndike and that of John Broadus Watson. Therefore, the objective of this article is to expose the characteristics of each of these explanations to realize that they come from a different ontoepistemological conception. The content of this article is part of a broader investigation related to knowledge-learning duality. It is concluded that, indeed, the explanation about learning, given by Thorndike is related to the association processes and the explanation given by Watson comes from the analysis of behavior (of animals and humans) that is assumed as a change of behavior and that, subsequently , this was presented as learning. The result of this transit led to the explanation of learning being conceived as a relatively permanent change of behavior.

Keywords: Behaviorism, Thorndike, Watson, learning, theory.

Introducción

En México, el aprendizaje es la categoría fundamental del proceso educativo que se realiza desde el nivel preescolar hasta el superior, incluyendo algunos casos del posgrado. Es común pensar que el proceso de aprendizaje no requiere ninguna reflexión o cuestionamiento sobre su origen o su significado, en cambio, para quienes se dedican a la educación es importante que conozcan cómo surgió. En el origen del aprendizaje se identifican dos explicaciones: la de Edward Lee Thorndike y la de John Broadus Watson.

Thorndike realizó todos sus experimentos con animales y no se encontraron indicios que hayan tomado en cuenta las aportaciones de los fisiólogos rusos, pero, en el caso de Watson, éste tomó en cuenta las aportaciones de esos fisiólogos y, por tanto, fue capaz de pensar al aprendizaje como sinónimo de comportamiento. Por lo anterior, el objetivo de este artículo es exponer las características de cada una de esas explicaciones para percatarse que proceden de una concepción ontoepistemológica diferente. El contenido de este artículo forma parte de una investigación más amplia relacionada con la dualidad conocimiento-aprendizaje. Se concluye que, efectivamente, la explicación acerca del aprendizaje, dada por Thorndike se relaciona con los procesos de asociación y la explicación dada por Watson procede del análisis del comportamiento (de animales y humanos) que se asume como cambio de conducta y que, posteriormente, éste se presentó como aprendizaje. El resultado de ese tránsito propició que la explicación del aprendizaje fuese concebida como un cambio relativamente permanente de conducta.

1. Asociacionismo, pragmatismo, funcionalismo y evolucionismo

En la explicación de Edward Lee Thorndike y en la de John Broadus Watson acerca del aprendizaje estuvo presente una o más de las corrientes filosóficas anteriores o contemporáneas a ellos y, por tal razón, en este primer apartado se alude de manera breve al asociacionismo, al pragmatismo, al funcionalismo y al evolucionismo. El aprendizaje tiene una concepción onto epistemológica diferente a la del conocimiento, aunque, tanto uno como el otro, tienen su origen en la filosofía, tuvieron un desarrollo diferente. Entre las corrientes filosóficas más importantes que influyeron en el surgimiento del aprendizaje puede mencionarse al asociacionismo, al pragmatismo, al estructuralismo, al funcionalismo y al evolucionismo.

1.1. Asociacionismo

El asociacionismo es una corriente filosófica sostenida por algunos pensadores ingleses, especialmente empiristas con la cual trataron de explicar todos los fenómenos psíquicos. El asociacionismo parte de la base que, en la memoria, relacionamos ciertas cosas porque, en nuestra experiencia original, se presentan o se presentaron vinculadas y, puesto que, nuestros primeros encuentros con las cosas, tuvieron lugar a través de los sentidos, se sostiene que toda la complejidad de la vida mental puede reducirse a las impresiones sensoriales. En la explicación del asociacionismo contribuyeron varios teóricos entre los que destacan Thomas Hobbes, John Locke, George Berkeley, David Hartley, David Hume, James Mill, Johann Friedrich Herbart y Thomas Brown.

Thomas Hobbes (1588-1679) presentó alguna evidencia del asociacionismo, pero no logró diseñar una explicación de forma consecuente y, ni él ni sus sucesores inmediatos advirtieron la posibilidad de alcanzar una formulación adecuada de los tipos de asociación, sin embargo, Hobbes se percató de la diferencia entre la asociación libre e incontrolada y el pensamiento dirigido o deliberado.

La contribución más importante de John Locke (1632-1704) consistió en hacer explícitas las posibilidades de una explicación de la asociación que debía empezar con los datos de la experiencia y diseñar las leyes que rigen las interrelaciones y las sucesiones de unas experiencias con otras; la exposición de Locke de las consecuencias del empirismo y su afirmación de la posibilidad de comprender el origen y la organización de las ideas, dotó al enfoque empírico de una atractiva e incitante cualidad que contribuyó a acrecentar su fortaleza e influjo.

George Berkeley (1685-1753) utilizó los términos cualidades sensoriales componentes y se convirtió en uno de los fundadores de la explicación de la asociación.

A mediados del siglo XVIII, el asociacionismo constituía, para muchos teóricos, el núcleo central en la interpretación de los problemas psicológicos, siendo definido como sistema por David Hartley (1705-1757). La diferencia entre su teoría y la de sus predecesores radica no tanto en los principios enunciados como en la claridad con que captó la necesidad de una base completamente fisiológica para explicar la asociación (en realidad sólo las asociaciones sensoriales).

El asociacionismo se transforma, en manos de David Hume (1711-76) en un medio de disecar y describir la experiencia prescindiendo de todo agente unificador, ya fuera de naturaleza física o mental.

En cambio, con James Mill (1773-1836), el asociacionismo alcanzó su expresión más completa y rigurosa y la reacción contra este asociacionismo extremo se hizo evidente en las acotaciones de John Stuart Mill (1806-1873) a la obra de su padre.

En cuanto a Johann Friedrich Herbart (1776-1841) nos encontramos ante un estructuralismo combinado con una doctrina concerniente a las leyes de la asociación, que es todo cuanto se necesita para tener una nueva escuela de Psicología asociacionista, sistema en el que las ideas son fuerzas activas.

Con Thomas Brown (1778-1820), el problema de la sucesión mental se redujo a un número considerable de leyes específicas de asociación, teniendo en cuenta la competencia entre experiencias diversas. Brown utilizó el término sugestión más que el de asociación y dio un tratamiento empírico al problema de las conexiones mentales a un principio básico que denominó coexistencia que se manifestaba en tres formas: 1. Dependientes de la semejanza, 2. Del contraste y 3. De la proximidad en el tiempo y en el espacio.

Brown emprendió el análisis de los múltiples factores que determinan el curso de la asociación enunciando sus leyes secundarias, según las cuales la vida mental es la capacidad de captar relaciones. Con Brown, el asociacionismo intentó, por primera, vez una explicación específica de las causas por las cuales pensamos y actuamos en las formas particulares que nos imponen las circunstancias particulares, en tanto que la interacción de las ideas fue reemplazada por conjuntos psicológicos como si se tratara de individuos en acción. La obra de Brown señaló el momento más importante de la primera etapa del asociacionismo; su concepción de la personalidad como ente unitario contribuyó a dar al asociacionismo madurez y cautela que le permitieron alcanzar sus más grandes conquistas en la obra de Herbert Spencer (1820-1903) y Alexander Bain (1818-1903). La teoría de la asociación ha pasado por una etapa de enorme depuración y refinamiento experimental y cuantitativo, pero la estructura básica concebida por los asociacionistas primitivos aún perdura.

1.2. Pragmatismo

Los sofistas fueron los primeros a quienes se les clasificó como pragmáticos ya que impartieron educación en espera de una remuneración, sin embargo, el pragmatismo también ha sido considerado como un movimiento con rastro estadounidense que surgió por las preocupaciones y el desarrollo filosófico que se dio en Europa en el siglo XX. (Seoane, 2009, p. 253). Entre los pragmatistas más notables de la humanidad puede nombrase a Charles Sanders Pierce, William James, John Dewey y a Ferdinand Canning Scott Schiller.

Charles Sanders Pierce fue un filósofo estadounidense que vivió en el periodo 1839-1914 y cuyo pragmatismo consiste en un método de experimentación conceptual para el uso y la mejora de la verificación. (Barrena, p. 6). Pierce concibió al pragmaticismo como un método que abre posibilidades de acción que se convierten en el único modo de clarificar los conceptos y generar creencias. El método pragmatista se asume como completo y se considera que, mediante su aplicación, es posible clasificar cuestiones como realidad o probabilidad y que, además, es posible alcanzar conclusiones verdaderas en la investigación. (Barrena, p. 6).

William James nació en Nueva York y vivió en el periodo 1842-1910. En su libro titulado Pragmatismo considera que la historia de la filosofía es un choque del modo individual de ver y sentir la vida y, en esas circunstancias, cada filósofo interpreta los hechos de acuerdo con su temperamento y será éste, más que las premisas racionales, el que marcará la tendencia hacia algo. James agregó que la diferencia de temperamento se ha producido también entre los literatos, los artistas, los políticos y los filósofos y, de éste, surgió el racionalismo y el empirismo. Para James, el primero se ajusta a los principios abstractos de la realidad y, el segundo, es compatible con los hechos. James propuso una filosofía que pudiera satisfacer la exigencia de definir qué era la realidad y ser un instrumento de la felicidad humana. (Torroella, 1946, p. 24).

John Dewey fue un filósofo, pedagogo y psicólogo estadounidense que vivió en el periodo 1859-1952. El trabajo de Dewey aspiró a la unificación del pensamiento y la acción, de la teoría y la práctica. (Magalhães, 2017, p.149). Según Magalhães (2017, p.143), Dewey afirmó que la experiencia enseña que todo cambia y, para él, el pragmatismo fue un instrumento y el pensamiento una forma altamente desarrollada de la relación entre estímulo y la respuesta en el nivel puramente biológico y, en la interacción ambiente-hombre. Lo dicho en este párrafo se relacionará, más adelante, con el trabajo de Watson. Para Dewey, cuando el hombre enfrenta dificultades, piensa como superarlas y esto significa que la idea tiene una función instrumental que está de acuerdo con el éxito obtenido. Por lo anterior, Dewey considera que la verdadera revolución filosófica no sería la kantiana, sino la pragmatista, cuando nos enseña que el conocimiento no debe pretender conocer la realidad, sino utilizarlo. (Pragmatismo).

Ferdinand Canning Scott Schiller fue un filósofo pragmatista germano-británico que vivió en el periodo 1864-1937 cuya filosofía es similar a la de William James. (Seoane, 2009, p. 255). Según la misma Seoane (p. 257), lo que Schiller tuvo en mente continuamente fue sencillo: debemos reconocer nuestros conceptos lógicos, nuestros axiomas y postulados, como simples herramientas preparadas para tener un uso específico.

1.3. Funcionalismo

El surgimiento del funcionalismo se ubica en Inglaterra en el año de 1930 con base en las explicaciones del estadounidense William James quien vivió en el periodo 1842-1910 y fue un filósofo con una amplia y brillante carrera en la Universidad de Harvard, donde fue profesor de psicología. Jugó un papel muy importante en la difusión del pragmatismo y también fue el precursor del funcionalismo, en cuya difusión desempeñó una gran importancia con la participación de James R. Angell. quien vivió en el periodo 1869-1949, fue un psicólogo estadounidense que pensó que la mente crecía y se desarrollaba a medida que pasaban los siglos con objeto de adaptarse al ambiente y, todas las sensaciones del hombre, las consideró adaptaciones del organismo al ambiente; además, pensó que el método psicológico debía ser la introspección, pero admitía que, éste, se podía sustituir por la observación objetiva inmediata de otros individuos y que no se debían estudiar las estructuras mentales, sino ocuparse del cómo y del porqué de las cosas. El funcionalismo estudia la sociedad como tal como la encuentra, sin tener en cuenta su historia, intentando comprender cómo, cada elemento de ella, se articula con los demás, formando un todo y ejerciendo una función dentro de ella. La principal influencia fue la del sociólogo francés Emile Durkheim quien pensó que los hechos sociales determinan los hechos culturales. Los funcionalistas insisten en que la cultura es un hecho social con una función. Parte del hecho que la cultura es una totalidad orgánica en las que sus diversos elementos son inseparables (holístico) y que se hayan interconectados, teniendo cada uno de ellos una función específica en el conjunto. La religión, la economía, la producción, los rituales, etc., forman un todo interconectado. De hecho, cuando piensan en una sociedad, la perciben como si fuera un organismo biológico en el que las partes forman un todo. (Funcionalismo).

1.4. Evolucionismo

El evolucionismo plantea que el cambio de las especies se debe a dos procesos fundamentales: 1. La producción azarosa de la variación y 2. El mantenimiento de ésta mediante el mecanismo de la selección natural. Para Darwin la selección natural es la preservación de las variaciones favorables y la supresión de las desfavorables y, ella, selección natural, requiere el surgimiento de variaciones y, además, aquella, no provoca los cambios, pero orienta la transformación de los seres vivos al favorecer a quienes presentan variaciones que les confieren alguna ventaja. Por otro lado, la aparición espontánea de una variación es una condición necesaria para el cambio y, en esas condiciones, el paso siguiente es la acción de la selección natural que propicia la adaptación diferencial de los organismos. (Hernández, 2000, pp. 93 y 95). Entre los principales evolucionistas pueden citarse a Jean Baptiste Lamarck, Charles Darwin y Gregor Mendel.

Jean Baptiste Pierre Antoine de Monet, Chevalier de Lamarck vivió en el periodo 1744-1829 y ha sido considerado el naturalista francés más universal de su época. Las obras de Lamarck abarcan todos los temas de las ciencias naturales, pero su obra maestra es Filosofía zoológica, publicada en 1809, el año del nacimiento de Charles Darwin. Lamarck supuso que los seres vivientes más simples se originan por generación espontánea y, de esa simplicidad, se pueden asignar formas más complejas. Lamarck no propuso una teoría, sino que dictó un conjunto de principios de una escuela científica que interpretan las reglas de una ciencia. La revolucionaria doctrina biológica de Lamarck fue descalificada por los zoólogos fixistas en los debates académicos y condenada por la sociedad y los gobiernos del Imperio y de la restauración monárquica francesa de esa época. (Cruz-Coke, 2009, p.1533).

Los teóricos que suscribieron el evolucionismo barrieron a los asociacionistas, suprimiéndolos del panorama de la psicología durante algún tiempo, pero al retirarse la ola evolucionista, los asociacionistas volvieron a aparecer.

2. La explicación de Edward Lee Thorndike

En el libro titulado La Estructura de las revoluciones científicas, Kunt remarca que, en su desarrollo, el conocimiento no sigue una línea secuencial en la cual una explicación científica se torne el antecedente directo de otra simultánea o posterior, sino que, entre un conocimiento y otro, pueden darse rupturas, enfrentamientos o diferencias y, en las explicaciones dadas por Edward Lee Thorndike y John Broadus Watson puede verificarse lo dicho por Kunt. Aunque la explicación de Thorndike acerca del aprendizaje puede considerarse simultánea con la de Watson, cada una de ellas procede de diferente base teórica y, por tanto, son diferentes y la segunda no es, entonces, continuación de la primera.

Edward Lee Thorndike fue un psicólogo norteamericano que vivió en el periodo 1874-1949. Sus primeros años de formación transcurrieron en la Universidad Wesleyan, USA en donde estudió a James Sully, a William James, a James Ward, a George Frederick Stout y a Robert Sessions Woodworth, destacados psicólogos. (Ruiz, 2012, p. 258).

En la respuesta a pregunta ¿cómo fue que Thorndike orientó su investigación hacia los animales? Covarrubias indica que el hombre piensa y actúa de acuerdo con los referentes que tiene en su conciencia (Covarrubias, 1995, p.13.) y, en el caso de Thorndike, pueden citarse acontecimientos relevantes como los siguientes: la lectura del libro de Wilhelm Wundt titulado Conferencias sobre psicología humana y animal; la discusión y critica de las ideas evolucionistas de Herbert Spencer; su investigación relacionada con la conducta de los pollos y las conferencias de Conwy Lloyd Morgan relacionadas con la psicología animal. (Leahey, 1998, p. 356).

Schunk (2009, p. 73) considera que el trabajo más importante de Thorndike está en sus tres volúmenes del libro titulado Psicología educativa. Para Thorndike, el tipo fundamental de aprendizaje implica asociaciones y respuestas que se manifiestan en una conducta. Thorndike empezó a estudiar el aprendizaje mediante experimentos con animales que se encontraban en situaciones problemáticas para lograr una meta (por ejemplo, obtener comida o llegar a un destino). De las respuestas que pueden emitir los animales en la situación problemática, seleccionan una, la llevan a cabo y experimentan las consecuencias. Para Thorndike, cuanto mayor sea el número de veces que los animales emitan una respuesta ante un estímulo o problema, la respuesta se conecta en el animal con mayor firmeza con el estímulo que la propició. A este tipo de forma de reacción de un animal ante el problema en que se encuentra se le llamó ensayo y error.

Para ejemplificar lo dicho en el párrafo anterior, de acuerdo con Thorndike, se coloca a un gato en una jaula que puede abrirse si el gato presiona una varilla o jala una cadena. Después de varios intentos, el gato acierta y escapa de la jaula; para continuar el experimento, se vuelve a colocar al gato en la jaula y después de varios intentos de escape, el gato logrará la meta con mayor rapidez y cometerá menos errores antes de responder correctamente. Thorndike aclara que el aprendizaje obtenido por el gato se considera de tipo ensayo y error ocurre de manera gradual a medida que se establecen las respuestas exitosas y se abandonan las respuestas fallidas y, en el gato, las conexiones entre éxito uy fracaso al tratar de encontrar la salida de la jaula se forman de manera mecánica por medio de la repetición ya que los animales no captan ni tienen discernimiento (Shunk, 2009, p. 73).

En su explicación, Thorndike desechó la introspección como método de estudio de la psicología y, con la introducción del reforzamiento positivo se enfocó al estudio de los fenómenos conductuales en el aprendizaje, excluyendo la invocación de la conciencia. Sin que se le reconozca plenamente, destacó el carácter activo del organismo a través de las acciones que le permiten resolver problemas con el fin de adaptarse al medio, orientándose hacia una posición probabilística por ensayo y error (Toledo, 2017, p. 3).

Thorndike no define de manera específica el aprendizaje, pero lo considera el resultado de las asociaciones provenientes de la interacción de un organismo con el medio. La concepción del aprendizaje de Thorndike como un proceso de ensayo y error, durante el cual el organismo desecha las acciones inadecuadas y refuerza las exitosas condujo al establecimiento de las condiciones precisas en que se producían esas conexiones (Toledo, 2017, p. 3).

Como resultado de su trabajo con animales, Thorndike enunció leyes que, en algunos casos, se toman como tres y, en otros como dos. Por ejemplo, Shunk (2009, p. 74) se refiere a dos leyes: 1. Del ejercicio y 2. Del efecto. La primera tiene dos partes: la ley del uso, según la cual cuando un estímulo recibe respuesta, se fortalece la conexión y, en caso, contrario, en la ley del desuso, se especifica que, cuando no hay respuesta para un estímulo, la fuerza de la conexión se olvida y, cuanto más tiempo pase antes de que se produzca una respuesta, más se debilita la conexión. La ley del efecto, por su parte, especifica que, cuando se establece una conexión modificable entre una situación y una respuesta y ésta va acompañada o seguida por un estado de satisfacción, dicha conexión se fortalece o se incrementa la posibilidad que se repita, pero, cuando la conexión se establece y no va acompañada o seguida por un estado de insatisfacción, su fuerza se debilita. La ley del efecto, fue enunciada a fines del siglo XIX, en el año de 1898 y su importancia reside en que destaca las consecuencias de la conducta: las respuestas que producen satisfacción se aprenden y las respuestas que producen insatisfactorias no se aprenden, aunque, actualmente, podría considerarse que pueden darse excepciones a esa ley. Básicamente, la ley del efecto es la explicación funcional del aprendizaje porque los satisfactores, es decir, las respuestas que producen resultados deseables, permiten que los individuos se adapten a su entorno al encontrar la satisfacción que esperan.

3. La explicación de John Broadus Watson

John Broadus Watson fue un psicólogo norteamericano que vivió en el periodo 1878-1958 cuyos dotes de hombre estudioso, trabajador, riguroso en sus experimentos y de temperamento apasionado se inició en la filosofía con John Dewey, pero luego optó por la psicología. En su trabajo académico y profesional, Watson tomó en cuenta las aportaciones de Pávlov, las de Bechterev y las de Thorndike, entre otras más que le antecedieron o que fueron simultáneas a su trabajo. Watson usó la explicación de Pávlov y comenzó sus estudios con animales, aunque, posteriormente, introdujo la observación de la conducta humana y consideró que los humanos traían consigo, desde el nacimiento, algunos reflejos y reacciones emocionales de amor y furia, pero todos los demás comportamientos se adquirían mediante la asociación estímulo-respuesta; esto es mediante un condicionamiento. (Tortosa, 1991, p. 299).

Ribes, afirma que Watson tomó como base el reflejo condicional motor, desarrollado por Vladímir Mijáilovich Béjterev, neurólogo, neurofisiólogo y psiquiatra ruso que vivió en el periodo 1857-1927 y que, independientemente de Iván Pávlov analizó los reflejos hereditarios y los adquiridos. De acuerdo con Ribes, a Watson le pareció que el proceso gastrointestinal, propuesto por Pávlov para estudiar los reflejos, era más complicado de aplicar. (Ribes, 1995. p. 71). De acuerdo con Pérez (1995. p. 39), a Watson le interesó el método seguido por Bechterev por ser más adecuado a la experimentación con humanos, aunque, después, dice Pérez, Watson, adoptó el método de Pávlov, sin embargo, para Watson, las respuestas de un organismo ante un estímulo eran contracciones musculares o secreciones glandulares y esto indica que Watson se afilió a Bechterev o a Pávlov, pero a ninguno de ellos de manera definitiva. (Watson, 1980, p. 540).

Por otro lado, con relación a la influencia que Watson recibió de Thorndike y de otros psicólogos como Willard Stanton Small y Conwy Lloyd Morgan se manifestó en el uso de las técnicas para la experimentación y el uso del método de acierto y error. (Mayor, 2008, p.10).

Watson realizó una investigación mediante la cual pretendió alcanzar tres objetivos:

  1. 1. Analizar el comportamiento en la rata blanca.
  2. 2. Verificar la relación entre un sistema nervioso maduro y la formación y retención de asociaciones en la rata blanca.
  3. 3. Verificar la relación entre la capacidad de la rata blanca para resolver problemas complejos y la madurez de su sistema nervioso. (Mayor, 2008, p.10).

Los resultados que obtuvo Watson de sus experimentos le permitieron concluir que, en las ratas, la madurez para tomar decisiones no estaba determinaba por el funcionamiento del cerebro, sino conductualmente. Con base en lo anterior, Watson pensó que el comportamiento animal podía estudiarse desde la estructura biológica y rebatía los argumentos de quienes hablaban de un estado consciente en los animales. (Mayor, 2008, p.11).

En 1913, Watson publicó un documento titulado La psicología como la ve el conductista que fue conocido como el manifiesto conductista y en el cual Watson expresó que la psicología, tal como la ve el conductista, es una rama puramente objetiva, experimental, de la ciencia natural y su meta es la predicción y el control de la conducta.

En este manifiesto, Watson destacó seis puntos importantes:

  1. 1. La psicología ha fracasado rotundamente en su pretensión de desarrollarse como ciencia.
  2. 2. La conciencia no es un término definible ni un concepto útil.
  3. 3. Dado que la conciencia no puede estudiarse, no hay necesidad de la introspección.
  4. 4. Los psicólogos deben reemplazar la introspección por métodos experimentales objetivos.
  5. 5. Los psicólogos deben estudiar el comportamiento.
  6. 6. La psicología debía convertirse en la ciencia de la conducta y sus metas deberían ser: observar, predecir y controlar la conducta. (Mayor, 2008, p.11).

El manifiesto conductista fue una protesta contra las interpretaciones con apariencia humana de la conducta animal y auguró el desarrollo de una nueva psicología en la cual la conducta del hombre, con todo su refinamiento y complejidad, sólo constituiría una parte del esquema total de investigación del conductista. (Ardila, 2013. p. 315). El problema que se planteó Watson era cómo hacer de la psicología una ciencia objetiva y su propuesta fue clara: hacer de la observación y la medición el verdadero objeto de la psicología, pero el problema básico del conductismo fue el de la objetividad. La reducción de los procesos psicológicos a simples mecanismos estímulo-respuesta obedecía sólo a la pretensión de ajustar la psicología a los requerimientos de la ciencia natural de ese tiempo. En palabras de Kerry W Buckley, escritor e historiador especializado en historia estadounidense, Watson dotó a la psicología de un aspecto teórico y práctico que cumplió con los requisitos impuestos, en esa época, para convertir a la psicología en una ciencia y, además, el conductismo implicaba el cumplimiento de los requisitos para los usos de la ciencia: la predicción y el control de la conducta humana con enfoque de eficacia, orden y progreso. (Mayor, 2008, p.118).

Aunque pudiera parecer raro, Watson, dice Mayor (2008, p. 18), se ocupó del estudio de las emociones y, después de su conferencia acerca del manifiesto, pronunció otra relacionada con aquéllas (las emociones) y las redujo a sensaciones placenteras y displacenteras, generadas por los movimientos de los órganos sexuales. Por otro lado, también es importante mencionar que Watson se ocupó del pensamiento y, de esa manera dio los primeros acercamientos a lo que se considera una de las transformaciones más decisivas de la historia de la psicología al tomar la conducta como base de la comprensión del hombre.

Después de una etapa complicada en su vida personal y académica y, en esta última, con un experimento conocido como el pequeño Albert, entre los años 1916-1927, Watson ocupó varios cargos administrativos y reconoció y aceptó la categoría de condicionamiento que ya había sido usado por la reflexología rusa, pero, con él, ocupó el lugar central. (Mayor, 2008, p. 21). La idea central del condicionamiento propuesto Watson consiste en que, una respuesta determinada, es obtenida en relación con un estímulo originalmente indiferente con respecto a la misma y, por tanto, lo fundamental es determinar cómo, a partir de unos pocos reflejos y mediante procesos de condicionamiento, se obtiene una enorme gama de conductas que realizan los hombres. El conductismo se planteó también como un programa e incluyó el interés para intervenir en la conducta de los hombres para producir una mejor adaptación al medio social lo que, posteriormente, derivó en estudios sobre el aprendizaje, en el área laboral y en la propaganda. (De la Mora, 1977, p. 70).

Para Watson, el comportamiento, expresado como acción simple o compleja, manifestada por el organismo en su integridad, sea lo que fuere lo que realice, como orientarse hacia una luz o en dirección opuesta, saltar al oír un sonido, u otras actividades más altamente organizadas como escribir libros, entre otras acciones relevantes es que merece toda la atención de la psicología. Para Watson, el comportamiento es sinónimo de conducta y, el aprendizaje es modificación de conducta. Por lo anterior, el aprendizaje se tomó como una modificación de conducta y ya no se volvió a mencionar al comportamiento, sino sólo a la conducta y al aprendizaje.

Después de la explicación de Watson surgieron sus detractores y sus apologistas, pero el conductismo, completado por estos últimos, sigue vigente en nuestros días y está contenido en muchas de las propuestas educativas que, inclusive, se presentan como novedosas.

4. La base teórica

En cuanto al sustento teórico de las aportaciones de Thorndike, quienes comentan sus explicaciones consideran que, en ellas, pueden rastrearse rasgos del funcionalismo, del asociacionismo y del conexionismo. En el primer caso, se dice que su obra representa el trabajo en la motivación y en la formación de actitudes y esto impactó directamente los estudios sobre la naturaleza humana, así como el del orden social. La investigación de Thorndike llevó a la psicología comparativa a un lugar destacado durante cincuenta años e influyó en gran número de psicólogos.

En el segundo caso, se dice que, para los asociacionistas, la mente está compuesta con una infinidad de ideas separadas de manera similar a como el cerebro está compuesto de una infinidad de células; así mismo, se expresa que los experimentos realizados por Thorndike mostraron que las funciones del intelecto podían estudiarse sin recurrir a las ideas o a otros fenómenos de la conciencia. (Thorndike, Edward).

En cuanto al conexionismo, se afirma que Thorndike se autodenominaba conexionista y desarrolló la explicación de éste mediante un extenso trabajo relacionado con el comportamiento animal y con los procesos de aprendizaje de los gatos y, aunque esa explicación tuvo sus antecedentes en la psicología conductual anterior a él, su principal interés fue con respecto a las conexiones que se hacen en la mente entre una situación y una respuesta (S–R), mientras que, la vieja escuela psicológica, ponía el énfasis en las conexiones entre las ideas, como en el caso del asociacionismo británico; para Thorndike, el premio reforzaba la conexión estímulo-respuesta no la conexión con el estímulo previo. El carácter más general de la teoría de Thorndike es el de fortalecimiento automático de conexiones específicas, directamente, sin la intervención de ideas o de influencias conscientes. (De la Mora, 1977, p. 56).

El conductismo tiene su base teórica en el asociacionismo, en el pragmatismo, en el funcionalismo y en el evolucionismo ya que todos ellos ponen el énfasis en la concepción del individuo como un organismo que se adapta al ambiente y que todos los problemas han de definirse en términos de estímulo y respuesta con el objetivo de predecir y controlar la conducta humana y adaptar a las personas a una sociedad donde imperan los resultados prácticos. El caso del pragmatismo como base teórica de Watson se identifica con su insistencia en que el objeto de la psicología era la conducta del hombre y no la mente. (Tortosa, 1991, p. 306).

Conclusión

Por todo lo dicho anteriormente, se concluye que la explicación dada por Thorndike acerca del aprendizaje se relaciona con los procesos de asociación y, en cambio, la explicación dada por Watson procede del análisis del comportamiento (de animales y humanos) que se asume como cambio de conducta y que, posteriormente, éste se presentó como aprendizaje. El resultado del tránsito entre comportamiento y conducta propició que la explicación del aprendizaje fuese concebida como un cambio relativamente permanente de conducta.

Referencias

Ardila, Rubén. “Los orígenes del conductismo, Watson y el manifiesto conductista de 1913.” Revista Latinoamericana de Psicología, año 2013, Vol. 45, Núm. 2, pp. 315-319.

Barrena, Sara y Nubiola, Jaime. Charles Sanders Peirce. Philosophica: Enciclopedia filosófica on line. Disponible en la dirección: http://www.philosophica.info/voces/peirce/Peirce.htm, pp. 1-18

Covarrubias Villa, Francisco. Las herramientas de la razón, ed. UPN: México; 1995, 277 pp.

Cruz-Coke M, Ricardo. “Bicentenario de Lamarck (1809).” Revista Médica de Chile, año 2009; Vol. 137, Núm. 11, pp. 1533-1534.

De la Mora Ledesma, José Guadalupe. Psicología del aprendizaje I, ed. Progreso: México; 1977, 191 pp.

Funcionalismo. Disponible en la dirección: https://www.csub.edu/~tfernandez_ulloa/spanishlinguistics/ FUNCIONALISMO.htm

Hernández Rodríguez, María Cristina y Ruiz Gutiérrez, Rosaura. “Kuhn y el aprendizaje del evolucionismo biológico.” Revista Perfiles educativos, año 2000, Vol. XXII, Núms. 89-90, pp. 92-114.

John Dewey. Disponible en la dirección: https://pedagogia.mx/john-dewey/

Leahey, Thomas Hardy. Historia de la Psicología. Principales corrientes en el pensamiento psicológico, ed. Prentice-Hall Iberia: Madrid; 1998, 592 pp.

Magalhães do Nascimento, Edna Maria. “La filosofía realista y naturalista de John Dewey: contribuciones para una epistemología en la actualidad.” Revista Cuadernos de Filosofía Latinoamericana, año 2017, Vol. 38, Núm. 116, pp. 139-165.

Mayor Martínez, Luis y Tortosa Gil, Francisco. “Psicología comparada y protoetología en las investigaciones del primer Watson (1903/1915).” Revista de historia de la psicología, año 2008, Vol. 29, Núm. 2, pp. 7-30.

Pedraja Linares, María José. “Crítica de la teoría del aprendizaje de Thorndike desde la teoría signo-gestáltica del aprendizaje.” Revista de historia de la psicología, año 1998, Vol. 19, Núm. 2-3, pp. 37-50.

Pérez Álvarez, Mariano. “Fracaso del conductismo watsoniano y éxito del punto de vista conductista.” Revista Acta comportamentalia, año 1995, Vol. 3 Monográfico, pp. 35-52.

Pragmatismo. Disponible en la dirección: https://www.profesorenlinea.cl/universalhistoria/PensamientoHbreEvoluc/Pragmatismo.htm

Ribes, Emilio. “John B. Watson: El conductismo y la fundación de una psicología científica.” Revista Acta comportamentalia, año 1995, Vol. 3 monográfico, pp. 66-78.

Ruiz Ortiz, Gabriel et al. “En torno a la tesis doctoral de Edward Lee Thorndike”, p. 258. Revista Apuntes de Psicología, año 2012, Vol. 30, Núm. 1-3, pp. 255-264.

John B. Watson (1878-1958), Revista Latinoamericana de Psicología, año 1980, Vol. 12, Núm. 3, pp. 540- 541.

Schunk, Dale H. Teorías del aprendizaje. Una perspectiva educativa, ed. Pearson educación: México, 2012, 564 pp.

Seoane Pinilla, Julio. “Una invitación a la lectura de Ferdinand Canning Scott Schiller.” Revista Isegoría, Año 2009, Núm. 41, pp. 253-266.

Thorndike, Edward Lee. Sobre el aprendizaje animal. Disponible en la dirección: http://23118.psi.uba.ar/ academica/carrerasdegrado/musicoterapia/informacion_adicional/311_escuelas_psicologicas/docs/ Thorndike.pdf

Toledo Méndez, Miguel Angel y Cabrera Ruiz, Isaac Iran. “Corrientes psicológicas determinantes de la concepción del aprendizaje en la enseñanza médica superior.” Revista Educación Médica Superior, año 2017; Vol. 32, Núm. 4, pp. 1-14.

Torroella, Gustavo. “El pragmatismo.” Revista cubana de filosofía, 1946, Vol. 1, Núm. 1, pp. 24-31.

Tortosa Gil, Francisco y Luis Mayor Martínez. “Watson y la psicología de las emociones: evolución de una idea.” Revista Psicothema, año 1991, Vol. 4, Núm. 1, pp. 297-315, p. 297.

HTML generado a partir de XML-JATS4R por