LA MEDICIÓN DEL BUEN VIVIR RURAL. ESTUDIO DE CASO EN EL CANTÓN PUCARÁ, PROVINCIA DE AZUAY, ECUADOR1

Francisco Alexander Arias Pallaroso
UNIVERSIDAD DE CUENCA, Ecuador
Mauricio Phélan Casanova
UCV, Venezuela

LA MEDICIÓN DEL BUEN VIVIR RURAL. ESTUDIO DE CASO EN EL CANTÓN PUCARÁ, PROVINCIA DE AZUAY, ECUADOR1

Revista Venezolana de Análisis de Coyuntura, vol. XXII, núm. 1, pp. 111-134, 2016

Universidad Central de Venezuela

Recepción: 21 Mayo 2016

Resumen: El Buen Vivir es un concepto en proceso de construcción que se trabaja simultáneamente entre su conceptualización y su medición. La aproximación para medir el Buen Vivir se realiza dentro de lo que se denomina “cuarta generación de indicadores” caracterizados por la multidimensionalidad; complementariedad entre lo subjetivo y objetivo; desagregación territorial; y, construcción participativa. Con estos elementos se evalúa el Buen Vivir en el cantón Pucará, provincia del Azuay, en Ecuador, zona caracterizada por una lógica campesina-rural que constituye una de las varias posibilidades de reproducción social, económica, política, ambiental. Los principales resultados indican un ideal de Buen Vivir campesino-rural en el que se prioriza el acceso a los derechos sociales y económicos; heterogeneidades territoriales objetivas y subjetivas en el acceso a derechos; un elevado optimismo que dista de las condiciones reales evidenciándose una paradoja de las aspiraciones y preferencias adaptativas.

Palabras clave: Buen vivir, indicadores sociales, indicadores locales, mediciones alternativas del desarrollo, Ecuador.

1.- INTRODUCCIÓN

El presente artículo expone resultados parciales de una investigación desarrollada en el marco de una alianza entre el Consorcio del Jubones, los municipios de Nabón y Pucará de la Provincia de Azuay en Ecuador, y el PYDLOS, Universidad de Cuenca. La finalidad de este trabajo es contribuir con las mediciones del Buen Vivir, sobre el entendido de que es un concepto en construcción. Si bien no hay un marco conceptual delimitado existen ciertos consensus sobre las condiciones requeridas para monitorear la concreción del Buen Vivir en los territorios y sobre los lineamientos para su medición. En ese sentido, la riqueza del Buen Vivir radica en la capacidad de expresar las diferencias territoriales y, dentro de esto, el Buen Vivir Rural como una de las varias posibilidades de reproducción social, económica, ambiental que existen en Ecuador. De esta manera, las métricas que se diseñan deben estar acordes a la cosmovisión que se tiene en aquellos territorios rurales que se enfrentan a un proceso de transición entre la modernidad y la ancestralidad, aspectos éstos que generan tensiones en los imaginarios individuales y colectivos.

Un funcionamiento armónico de la territorialidad rural requiere una serie de condiciones que aquí se proponen examinar, mediante una aproximación metodológica que se podría inscribir dentro de lo que se denomina la cuarta generación de indicadores, superarando las limitaciones heredadas de la métrica tradicional del desarrollo. Como antecedentes cabe recalcar que Quinti y Abruzzini citados por (Phelán & Guillén, 2012) manifiestan que los indicadores sociales o índices del desarrollo han pasado por tres generaciones: (1) indicadores económicos tales como el PIB; (2) indicadores sociales con económicos tales como el Cualidad Material de la Vida –ICFV, el cual asocia la esperanza de vida con la mortalidad infantil y el alfabetismo; y, (3) índices agregados como el Índice de Desarrollo Humano (IDH) y sus índices asociados.

Este trabajo tiene como objetivo la construcción de indicadores alternativos del desarrollo que sirvan de insumo para la planificación territorial parroquial con los lineamientos del Buen Vivir, y la identificación de las diferencias territoriales existentes entre los territorios del cantón Pucará en términos de los componentes del Buen Vivir identificados. El trabajo se estructura en cuatro partes. En una primera sección se realiza una aproximación al Buen Vivir como paso necesario para su medición. En una segunda parte se enuncian las garantías y derechos necesarios para la concreción del Buen Vivir rural-campesino, además de una explicación del diseño muestral usado. En una tercera sección se exponen los resultados locales en lo referente a aspectos prioritarios del Buen Vivir, indicadores objetivos y subjetivos; análisis de asociación y dependencia. Finalmente se exponen algunas reflexiones y consideraciones surgidas del estudio.

2.- ALGUNAS CONSIDERACIONES PARA LA MEDICIÓN DEL BUEN VIVIR

Como primer aspecto es necesario exponer lo que entenderemos por Buen Vivir. La mayoría de autores que plantean el Buen Vivir coinciden en que esta propuesta pasa por una reivindicación y un acceso efectivo a los derechos humanos y a la naturaleza; conjugar lo humano con lo territorial. Como lo manifiesta León M, “El Buen Vivir en su formulación básica pone el acento en la relación armónica e integral entre los seres humanos y la naturaleza” (León, 2010: 35). Como el Buen Vivir implica una nueva forma de convivencia armónica que supera la dicotomía hombre-naturaleza, esto a su vez plantea una reconsideración de los aspectos constitutivos de las formas de vida no sustentables de la sociedad actual y, por lo tanto, llama a una deconstrucción de lo que significa el desarrollo. El Buen Vivir como paradigma en construcción es una propuesta que emerge con base a los postulados de la vida ancestral indígena andina conjuntamente con el pensamiento occidental. Se trata de alcanzar una sociedad que viva en armonía entre seres humanos, sociedad y naturaleza.

Uno de los autores de la corriente post-desarrollista2 sobre el Buen Vivir, Alberto Acosta (2011), señala que el Buen Vivir o buen convivir incorpora los siguientes principios: 1- armonía entre los seres humanos; 2- armonía con la naturaleza; 3- lo público, no como suma de intereses privados; 4- lo colectivo, sin negar lo individual; 5- diversidad en clave universal; 6- existencia de equidades tales como las de género, étnicas, sociales, económicas, generacionales, regionales; 7- plurinacionalidad e interculturalidad; 8-libertad, igualdad, solidaridad, reciprocidad, relacionalidad.

Es importante destacar que el Buen Vivir en su proceso de construcción establece un diálogo con otras corrientes de defensa de los derechos humanos, de posiciones ecologistas, de justicia social, de concepciones diferentes de la cultura; en este sentido se expresa: “…ofrece un anclaje histórico en el mundo indígena, pero también en principios que han sido defendidos por otras corrientes occidentales que permanecieron subordinadas durante mucho tiempo. Responde a viejos problemas como remontar la pobreza o conquistar la igualdad, junto a otros nuevos, como la pérdida de biodiversidad o el cambio climático global” (Acosta & Gudynas, 2011: 81).

El Buen Vivir cuestiona el crecimiento económico como fin principal, en desmedro de otros aspectos como la destrucción del ambiente y el relegamiento de las dimensiones social y política. Por ello aboga por un esquema de vida multidimensional lo cual implica, adicionalmente, cuestionar los sistemas de indicadores dominantes basados principalmente en el crecimiento económico.

El Buen Vivir aun siendo, como algunos autores señalan, un concepto en construcción, precisa su operativización por dos razones fundamentales. La primera de orden metodológico “…para poder medir hará falta definir y que la definición podrá ser favorecida por los intentos de medición. Eso es lo que se quiere decir con el “caminar con los dos pies”. Ni la “gran teoría” ni el “empirismo abstracto” sino apoyo mutuo entre definición y medida” (Tortosa, 2009: 17). Es una manera de aproximarnos a la conceptualización. La segunda razón tiene que ver con su puesta en práctica para poder orientar la implementación de las acciones públicas como el seguimiento, la evaluación y el análisis.

Pero en el proceso de medición del Buen Vivir está implícito, como aspecto previo, la universalidad y la especificidad. En lo que concierne a la universalidad del Buen Vivir deben haber unos indicadores referenciales que sean evaluados por todas las sociedades pues su cumplimiento garantiza una vida digna, en este caso, el marco referencial que se toma en este estudio son los derechos del Buen Vivir enunciados en la Constitución Ecuatoriana de 2008 en sus dimensiones sociales, económicas, políticas, ambientales, colectivas, de libertad. Por su parte, sobre la especificidad, las mediciones se diseñan dependiendo de la particularidad de las sociedades acorde a sus condiciones territoriales, culturales, ambientales, sociales, políticas. Es decir, hay unos satisfactores específicos para cada uno de estos derechos, acorde a los territorios. En este último aspecto cabe mencionar a Fernando Vega (2013) quien señala cuatro tipos de Buen Vivir en el Ecuador: Buen Vivir Urbano; Buen Vivir Campesino-Rural; Buen Vivir de los pueblos aislados; Buen Vivir de los pueblos y nacionalidades; de manera tal que se deben generar mediciones adecuadas para cada uno de estos “Buenos Vivires”.

La medición del Buen Vivir, como proceso en construcción, apunta a una métrica con características que definen a la cuarta generación de indicadores como son: la complementariedad subjetiva-objetiva, la multidimensionalidad de derechos, la participativa y desagregada territorialmente.

La complementariedad subjetiva-objetiva está referida, en palabras de Antonio Alaminos, a la combinación de las perspectivas EMIC-ETIC. La perspectiva EMIC es una visión desde las personas en su propio contexto, con sus valores, reglas y categorías, expresando creencias, valores, percepciones sobre sí mismas y su realidad; es de carácter micro. Mientras que la perspectiva ETIC es un punto de vista externo y es común para establecer comparaciones entre naciones o culturas (Alaminos y López, 2009: 12). Las mediciones del desarrollo en este sentido deben ser realizadas considerando la perspectiva del sujeto. En segundo término, la multidimensionalidad apunta a superar indicadores tradicionales orientados a la generación de condiciones materiales y de infraestructuras, teniendo un enfoque eminentemente cuantitativo y unidimensional, descuidando perspectivas más holísticas como elemento definitorio del Buen Vivir. Puesto que el Buen Vivir implica un acceso a los derechos humanos y de la naturaleza3, las mediciones multidimensionales deben tener como marco de referencia los derechos que, bajo el esquema del Buen Vivir, son “[…] interdependientes y de igual jerarquía’’4, es decir, superan la concepción de que unos derechos o unas dimensiones son más relevantes que otras. En tercer lugar lo participativo, entendiendo que se trata de un proceso en el cual la población se involucra para delinear el proyecto de vida que aspira materializar, haciendo posible la construcción de los “Buenos Vivires locales” y, por ende, las mediciones pertinentes territorialmente. Es un ejercicio de construcción de abajo hacia arriba que debe emerger desde la población de manera que no predomine una concepción tecno-política. Finalmente, la desagregación territorial trata de romper con la homogeneización cultural que implica pensar en un desarrollo nacional en el que las particularidades se diluyen de manera tal que se mide y planifica sin atender a las especificidades territoriales; de ahí que las nuevas mediciones deben procurar rescatar lo local para visibilizar las especificidades de los territorios.

La conjunción de estos cuatro elementos metodológicos permite plantear los indicadores para el territorio de Pucará en función de su territorialidad rural y en la medida en que lo permitió el cuestionario y las variables del estudio.

La perspectiva territorial

La territorialidad entra a ser un elemento determinante en la búsqueda de nuevos referentes de medición pues los indicadores deben estar en capacidad de reflejar la dinámica de reproducción de las sociedades o la forma de construcción del territorio. Las continuas luchas por reivindicaciones que se han dado en el entorno rural, tales como la reforma agraria, el constante reclamo por la universalización de servicios, los derechos colectivos, son expresiones de una disputa en la que la población rural sigue reclamando mejores opciones de vida en sus territorios. En tal sentido, la coyuntura actual basada en un Buen Vivir que enfatiza el acceso a derechos procesados territorialmente, refleja una lucha política por transitar hacia un enfoque de concesión efectiva de derechos en la territorialidad rural, de manera que se brinden oportunidades para unas mejores posibilidades de reproducción; e implica, por lo tanto, una medición que recoge aquellos elementos que permiten hacer efectiva una territorialidad rural.

3.- EL BUEN VIVIR RURAL

El Buen Vivir de Pucará se enmarcaría dentro de lo que se denomina “Buen Vivir Campesino y Rural”, donde se deben cumplir una serie de demandas que señalan tanto la Constitución de Ecuador, como el Plan Nacional del Buen Vivir del mencionado país. Entre ellas se destacan la posesión de la tierra; una soberanía alimentaria que genere excedentes para la comercialización; el apoyo productivo agropecuario (insumos, sistemas de riego, capacitaciones, mecanismos de comercialización, formas de organización socioeconómicas); vialidad; un entorno ambiental adecuado que favorezca sus actividades productivas; siendo estos los ámbitos en los que históricamente han existido los mayores déficits. Adicionalmente, habría que procurar el cumplimiento de garantías vinculadas a salud, educación, vivienda, servicios básicos, alimentación, trabajo, que son derechos universales que aplican para el resto de “Buenos Vivires locales” como sería el caso del contexto rural.

Pucará

Pucará es un cantón rural de la sierra sur-andina que tiene una vocación agrícola como su principal fuente de subsistencia, el 70% de su población se ubica en la rama agropecuaria. Tiene una población de 10.052 habitantes donde predomina la población mestiza; ha tenido un descenso de 12,59% en su población en el periodo intercensal 2001-2010; es una comunidad que experimenta un proceso de transición hacia la modernización, en el que sus referentes de reproducción se están resignificando constantemente. La ubicación del cantón en la provincia se puede ver en el mapa 1.

Ubicación geográfica de Pucará y de
sus zonas de planificación
Mapa 1
Ubicación geográfica de Pucará y de sus zonas de planificación
Cartografía INEC, Ecuador, 2010 (gráfico realizado en ArcGis).

El estudio y sus características

Los datos del presente estudio fueron recabados mediante una encuesta por muestreo llevada a cabo por PYDLOS de la Universidad de Cuenca, conjuntamente con personal del Municipio de Pucará de la provincia del Azuay. El muestreo que se aplicó fue del tipo estratificado con afijación proporcional al interior del estrato de acuerdo a los sectores censales5. A su vez, dentro de cada sector censal en la parte de centros poblados, se seleccionaron los hogares de manera sistemática y en la parte de población dispersa se hizo de manera aleatoria. Se calculó una muestra para cada estrato que representa una zona de planificación, es decir, 4 muestras independientes entre sí (ver tabla 1). El estudio tiene repre- sentatividad estadística para las 4 zonas de planificación de Pucará. Hay que recalcar, en este sentido, que la planificación municipal se realiza en función de 3 zonas (Zona Alta, Zona Media y Zona Baja) obedeciendo esta zonificación a temas de carácter cultural, conectividad y altitudes. Para este estudio se ha desagregado la Zona Alta en dos secciones (Zona Alta Mayor6 y Zona Alta Menor) constituyendo esto un aporte para visibilizar de una manera más detallada las demandas territoriales. El cuestionario se diseñó entre personal de PYDLOS de la Universidad de Cuenca y representantes del Municipio de Pucará en varias sesiones de trabajo. Se aplicó una prueba piloto que permitió depurar el cuestionario. La encuesta definitiva estuvo compuesta por 160 preguntas, 139 cerradas y 21 abiertas. Las encuestas se realizaron en las viviendas particulares y ocupadas con personas presentes y la unidad de información en la que se efectuó el levantamiento fue a nivel de hogares. Para el procesamiento de los datos se usaron tablas de contingencia, técnicas de asociación y correlaciones, a través del paquete PASW Statistics 18. Para la medición del Buen Vivir se tomaron 6 derechos, 16 dimensiones y 51 variables entre objetivas y subjetivas (ver cuadro anexo). Las fuentes para dicha propuesta provienen principalmente del título II de la constitución ecuatoriana de 2008 referido a derechos en el que se plantean (1) los derechos del Buen Vivir que se basan en los derechos sociales y económicos,(2) derechos de las comunidades, pueblos y nacionalidades (derechos colectivos), (3) derechos de participación, (4) derechos de libertad y (5) derechos de la naturaleza (ambientales). Además estos derechos tienen elementos que provienen de los aspectos mencionados por la población como determinantes para su Buen Vivir que se mencionan en la tabla 2 y que le otorgan un carácterparticipativo a las mediciones; así como de los tópicos relevantes detectados en la revisión teórica efectuada.

Tabla 1
Diseño muestral
Diseño muestral

4. LOS RESULTADOS

Aspectos prioritarios del Buen Vivir

Según la tabla 2, la población encuestada de Pucará considera que para alcanzar su imaginario de Buen Vivir es necesaria primeramente la dimensión salud, la cual es señalada en un 28% de los casos. Esta opción comprende tanto la salud personal como aquellos servicios (infraestructura, personal y medicinas) que permiten hacer efectivo su acceso. En segundo lugar se encuentra la dimensión trabajo, además de incentivos como apoyo productivo agropecuario que coadyuvan en el empleo. Con una gran diferencia respecto de las dos opciones antes señaladas los encuestados mencionaron los servicios básicos, elegidos por el 11% de los casos. Estos servicios comprenden agua potable, alcantarillado, luz, alumbrado público y vialidad. Le siguen las dimensiones vivienda, el sentido de colectivo vinculado con expresiones alusivas a vecindad/comunidad, la familia, compañía, amistad, entre otros.

En las últimas posiciones de esta jerarquización se encuentran las dimensiones de economía e ingresos; educación e infraestructuras de educación; la alimentación; las ayudas a grupos vulnerables y otras opciones.

Hay por lo tanto un imaginario del Buen Vivir Rural en el que se priorizan los aspectos sociales y económicos, siendo su posible explicación las carencias experimentadas históricamente por la población. Es de destacar que es un imaginario fragmentado en el cual los aspectos políticos, ambientales se quedan en un papel secundario, señalando que las prioridades de la población rural actualmente no se inclinan hacia la democracia, hacia la sustentabilidad ambiental, como tampoco hacia los aspectos colectivos y organizativos.

Tabla 2
Aspectos prioritarios del Buen Vivir para los habitantes de Pucará (en orden de importancia) Primera opción declarada por la persona
Aspectos prioritarios del Buen Vivir para los habitantes de Pucará (en orden de
importancia) Primera opción declarada por la persona
Elaboración propia a partir de la Encuesta de bienestar del cantón Pucará, 2012.

Indicadores objetivos

Los indicadores objetivos han permitido encontrar diferencias entre las zonas de planificación denotando que la medición local permite una compresión más específica de las territorialidades. La Zona Alta Menor es la que presenta mayores privaciones objetivas en lo que respecta a alcantarillado, acceso a agua de red pública, niveles de hacinamiento, salud, tecnologías de la información y comunicación, seguridad social, ingresos, comercialización de bienes agrícolas tenencia de tierra agrícolas, sistemas de riego, participación y seguridad (ver tablas 3 y 4).

A nivel cantonal las mayores privaciones se dan en el acceso a alcantarillado, agua de red pública, hacinamiento, nivel de educación, capacitación, acceso a las tecnologías de la información y comunicación, acceso a la seguridad social, niveles de ingreso, recepción de ayudas económicas, producción y venta agrícola/artesanal, posesión de tierras agrícolas, prácticas ambientales del hogar, participación en instancias representativas, percepción sobre el funcionamiento de la policía como ente que garantiza la seguridad, participación colectiva (ver tablas 3 y 4).

Hay elementos que le otorgan mayor especificidad a las necesidades rurales y que van definiendo su territorialidad, tal es el caso de la posesión de la tierra agrícola que constituye un referente identitario de la población rural y a la que accede un 56% de los hogares. La población restante, que no tiene acceso a este recurso, debe insertarse en el mercado de trabajo y dada la poca capacidad de absorción de la economía pucareña, muchos se ven obligados a emigrar y, como consecuencia de aquello empiezan las tensiones permanentes entre los imaginarios más occidentales que se adquieren en otros territorios y el imaginario rural de Pucará. Es interesante la composición de las tierras agrícolas pues un 56% tiene extensiones que oscilan entre las 5 y 50 hectáreas lo que habla de un potencial productivo endógeno; un 26% se podrían catalogar como minifundistas pues sus terrenos son menores a una hectárea y en los que es complicado obtener rendimientos productivos considerables y, por ende, ingresos suficientes (ver tabla 3).

En el ámbito productivo la mitad de los hogares con tierras agrícolas tienen acceso a riego (tecnificado o no tecnificado). La seguridad alimentaria que es una de las funciones que definen la territorialidad rural, en ese sentido, apenas un 20% de los hogares, aproximadamente, cumple satisfactoriamente la necesidad de alimentación.

Otro elemento importante, muy ligado a la cohesión social, tiene que ver con las prácticas organizativas vinculadas a los derechos colectivos. Un 61% de los hogares encuestados manifiestan haber participado en trabajos comunitarios, en las denominadas “mingas”7. Es importante señalar que estas formas de organización social son expresiones de convivencia colectiva que indican la presencia de remanentes importantes de la cultura originaria y que las relaciones sociales no están mercantilizadas del todo, a pesar de ser una sociedad con un significativo influjo del componente occidental. Cabe destacar que la organización comunitaria productiva es débil pues solo un 15% de los hogares pertenece a alguna organización productiva (ver tabla 4).

Tabla 3
Pucará: Sistema de indicadores del Buen Vivir
Pucará: Sistema de indicadores del
Buen Vivir
Elaboración propia a partir de la Encuesta de bienestar del cantón Pucará, 2012.

Tabla 4
Pucará: Sistema de indicadores del Buen Vivir
Pucará: Sistema de indicadores del
Buen Vivir
Elaboración propia a partir de la Encuesta de bienestar del cantón Pucará, 2012

La participación como un derecho político es escasa en el cantón lo que impide el ejercicio de una democracia profunda; las tres instancias más representativas son las Juntas parroquiales, la Asamblea Cantonal y las Organizaciones Productivas, existiendo en todas una baja participación de la población encuestada (ver tabla 4).

Es preocupante la alta dependencia económica de ayudas estatales (bono) encontrada en un 74% de hogares, lo que indica que la población no es autosuficiente, no es una sociedad autopoiética que genera sus propias fuerzas y capacidades (ver tabla 3).

Haciendo un recuento de las deficiencias mencionadas no existen, por tanto, las condiciones para un apuntalamiento de la economía social y solidaria que permitan desplegar opciones de vida en lo productivo, social, político, de manera tal que posibiliten anclar a las personas en los territorios y realizar proyectos de vida sostenibles.

Indicadores subjetivos

Un elemento que configura la territorialidad rural son las manifestaciones subjetivas sobre sus condiciones de vida. Los resultados del estudio arrojan que hay un número elevado de opiniones con altos grados de satisfacción. Niveles de aceptación que, desde la perspectiva de los investigadores, lucen contradictorias con las condiciones observadas. Algunos casos que sirven de ejemplo reflejan que un 74% de personas se declaran altamentesatisfechas con su vivienda, a pesar de que solo el 57% tiene agua de red pública o entubada y un 21% servicio de alcantarillado. Otro ejemplo lo constituye el 81% de personas que se declaran altamente satisfechas con su alimentación a pesar de que solo el 20% pertenece a hogares que tienen seguridad alimentaria garantizada. Un 74% que tienen satisfacción alta con su trabajo\ocupación mientras solo un 42% tiene acceso a seguridad social (ver tablas 4 y 5).

En el tema ambiental un 80% de las personas están altamente satisfechas con este ámbito a pesar de que tan sólo el 41% de los hogares a los que pertenecen no usan pesticidas en sus tierras y un 49% no permite que el ganado se acerque a las fuentes de agua. En el tema de seguridad 84% tiene satisfacción alta a pesar de que sólo el 32% considera que la respuesta de la policía es la oportuna (ver tablas 4 y 5).

Se detectan en el estudio diferencias en la percepción subjetiva de las personas a nivel de zonas. Así, en términos generales, si se promedia la satisfacción alta8 de las 22 variables se tiene que la Zona Baja y la Zona Media son las más optimistas pues en promedio la satisfacción alta es de 78% y 77% en sus variables; mientras que en las Zona Alta Mayor y Zona Alta Menor la satisfacción alta promedio es de 72% y 68% respectivamente. En el caso de la Zona Alta Menor que es la más pesimista, esta escasa satisfacción alta puede deberse a que es la zona con mayores privaciones en aspectos sociales, económicos y ambientales respecto de las otras zonas, siendo las inequidades espaciales, ambientales, políticas entre los territorios las que contribuyen a configurar estos distintos grados de subjetividades territoriales (ver tabla 5).

Tabla 5
Pucará: Satisfacción alta según tipo de derechos y variables
Pucará: Satisfacción
alta según tipo de derechos y variables
Elaboración propia a partir de la Encuesta de bienestar del cantón Pucará, 2012.

Dos interrogantes surgen de las respuestas subjetivas expresadas por los encuestados y que pueden servir como un buen termómetro de la falta de correspondencia o asociación entre las mediciones objetivas y las subjetivas. La primera es relativa a la variable libertad de elegir y al control sobre su vida la cual viene a representar la autonomía o las restricciones que siente la persona para concretar su imaginario de vida. Esta variable indica que un 91% tiene satisfacción alta en esta variable (ver tabla 6). La segunda variable clave está representada por la satisfacción global que permite determinar en qué medida se están concretando satisfactoriamente los distintos ámbitos del Buen Vivir considerados por la población y que nos indica que 83% de la población tiene satisfacción alta con todas las cosas en su conjunto. Por lo tanto, a nivel cantonal, ocho de cada diez personas están altamente satisfechas con la vida que llevan, pudiéndose decir que son personas que “sienten que tienen un Buen Vivir o se acercan al Buen Vivir” (ver tabla 7).

Tabla 6
Satisfacción con la libertad de elegir y control sobre la vida
Satisfacción con la
libertad de elegir y control sobre la vida
Elaboración propia a partir de la Encuesta de bienestar del cantón Pucará, 2012.

Tabla 7
Satisfacción con todas las cosas en su conjunto (satisfacción global)
Satisfacción con todas las cosas en su
conjunto (satisfacción global)
Elaboración propia a partir de la Encuesta de bienestar del cantón Pucará, 2012.

Si bien se puede hablar de contradicciones en la subjetividad rural, habría que considerar los elementos culturales que configuran la percepción del entorno rural y, en función de eso, se pueden entender las preferencias adaptativas, concepto enunciado por Amartya Sen (PNUD, 2011), Sen manifiesta que cualquier medida de bienestar subjetiva debería considerar que las valoraciones de las personas sobre sus circunstancias obedecen a su marco de referencia, las expectativas que tienen de sí mismos, ocasionando que, en el caso de personas pobres, estas puedan adaptarse rápidamente a sus circunstancias. En el caso de Pucará lo que sucede es que los niveles de satisfacción sobreestiman las verdaderas condiciones objetivas materiales en los distintos tipos de derechos, a la larga las personas han aprendido a lidiar con sus carencias y limitaciones y terminan resignándose a sus circunstancias.

Otro elemento articulado a las preferencias adaptativas es el de la paradoja de las aspiraciones (BID, 2008) para lo cual se examina la opinión de la población según su nivel educativo sobre dos aspectos del contexto educativo: educación del territorio e infraestructura educativa encontrándose que no hay diferencia entre los grupos y que la población con menor preparación es benevolente en sus apreciaciones sobre política pública, en relación con los grupos de mayor capital humano (ver gráfico 1).

Porcentaje de personas con satisfacción alta en aspectos
educativos
Gráfico 1
Porcentaje de personas con satisfacción alta en aspectos educativos
Elaboración propia a partir de la Encuesta de bienestar del cantón Pucará, 2012.

Tiene un papel muy importante la conciencia crítica que se pueda ir despertando, pues el dotar de mayores oportunidades educativas a la población desencadena en mayores niveles de exigencia de sus derechos tanto en acceso como en calidad y de eso es lo que se trata el Buen Vivir, de ser sujeto y protagonista de los derechos. Esto revela la complejidad de la territorialidad rural en la que los imaginarios y los estándares de satisfacción están permeados por las tradiciones y las costumbres.

Análisis de asociación y dependencia

Con la finalidad de obtener más luces sobre la falta de correspondencia entre las condiciones objetivas y subjetivas se procedió a realizar un análisis de dependencia a través de la prueba Chi cuadrada9 Xi2 y de asociación mediante la correlación de Spearman10 que permiten respaldar estadísticamente los resultados. Para ello se cotejaron las variables subjetivas referenciales11 contra variables objetivas y subjetivas relacionadas a un dominio específico.

En el caso de la prueba de Chi Cuadrada se encuentra que la dependencia entre las variables es prácticamente nula, son pocos los casos en los que ambas variables (referenciales y explicativas) se relacionan y cuando esto sucede mayormente es a nivel cantonal. Lo anterior demuestra que la realidad social y, más concretamente la subjetividad, es compleja a niveles territoriales pequeños (ver tabla 8). Entre las variables subjetivas referenciales que se relacionan al menos con una de las variables explicativas tenemos el caso de la satisfacción con la vivienda que se relaciona con la satisfacción con el espacio para dormir. Otros casos en los que sucede esto son alimentación, estado de salud de los miembros del hogar, situación financiera, seguridad local (ver tabla 8).

La relevancia encontrada en las variables sintomáticas probadas para evaluar la calidad de vida de las personas por dimensiones, puede ayudar a definir de mejor manera que es lo que realmente configura los derechos del Buen Vivir en los contextos locales. En las variables referenciales en las que no se encuentra dependencia con otras variables explicativas se encuentran la satisfacción con la educación alcanzada, el trabajo/ocupación, el medio ambiente, la libertad de elegir y control sobre la vida.

Tabla 8
Variables significativas en el análisis de dependencia12
Variables significativas en el
análisis de dependencia12
Elaboración propia a partir de la Encuesta de bienestar del cantón Pucará, 2012

En el caso del análisis de correlación, la intensidad de las asociaciones va de leve a moderada, es decir de 0,25 a 0,8; en este sentido, las relaciones más relevantes se producen entre la satisfacción con la vivienda respecto al material del techo y el espacio para dormir; la satisfacción con la alimentación diaria consumida y la seguridad alimentaria de los hogares; la satisfacción con la educación alcanzada y el nivel de educación (ver tabla 9). Otra relación importante que se presenta es entre la satisfacción con el estado de salud de los miembros del hogar y las variables de satisfacción referidas a la infraestructura existente de salud, y a la calidad profesional del personal de salud; de igual manera, la satisfacción con la libertad de elegir y las variables subjetivas referidas a creencias espirituales, religiosas o filosóficas; situación familiar, tiempo libre y la satisfacción global.

Tabla 9
Correlaciones relevantes13
Correlaciones relevantes13


** La correlación es significativa al nivel 0,01 (bilateral)

*La correlación es significativa al nivel 0,05 (bilateral).

5.- A MODO DE REFLEXIÓN

Priorización de aspectos del Buen Vivir

La propuesta teórica para la medición del Buen Vivir se sustenta en una concepción holística compuesta de una serie de derechos sociales, económicos, políticos, civiles, ambientales, individuales y colectivos, todos en un mismo plano de importancia y sin ningún tipo de jerarquización de uno sobre otro. Sin embargo, esta igualdad esperada en la importancia entre derechos no se corresponde por completo con la realidad del cantón Pucará; hay una filosofía de vida, un ideal de Buen Vivir campesino rural, una forma de construcción social del territorio en el que se prioriza el acceso a los derechos sociales y económicos, entendible, quizás, porque hay falencias en estos ámbitos, mientras que existe un vacío en los otros derechos como los políticos, de libertad, ambientales y colectivos que no tienen mucha importancia para la población encuestada en el rango de sus preferencias.

La inclinación por elegir los aspectos sociales y económicos tales como salud, trabajo, servicios básicos, economía e ingresos, educación, devela el temor así como la vulnerabilidad en la que se siente la población rural al no disponer de aquellos elementos que les permitan una vida digna y segura. Lo contradictorio pasa por el hecho de que en estos ámbitos priorizados existen escalas altas de satisfacción en algunas variables que harían entender que estos derechos están garantizados.

Quizás en la medida en que se vayan solventando los derechos sociales y económicos, se puede ir adquiriendo una mayor conciencia colectiva de cómo ir dotando de otro contenido al resto de los derechos, como el caso de la democracia y la participación, el ambiente, la seguridad, la espiritualidad, entre otros, que por ahora aparecen en un segundo plano de importancia y que en las condiciones actuales no tienen restricciones para su ejercicio, estando garantizados de alguna manera. Es entendible, en ese sentido, la posición de la población en priorizar los derechos económicos y sociales pues no son titulares de estos derechos; por lo tanto ¿cómo pedirles que valoren otras dimensiones del Buen Vivir cuando las condiciones básicas de subsistencia no han sido satisfechas plenamente?

Indicadores del Buen Vivir

Los indicadores propuestos como una aproximación al Buen Vivir (multidimensionales de derechos; locales, complementarios entre subjetivos y objetivos, participativos) se ubican en el debate actual sobre la medición del desarrollo y han demostrado ser un insumo muy potente que ha permitido captar heterogeneidades, aunque sutiles pero dignas de resaltar, en la concepción del Buen Vivir en los ámbitos sociales, económicos, ambientales, políticos, colectivos, de libertad, entre las zonas del cantón Pucará.

Complementariedad subjetiva-objetiva

Con respecto a la complementariedad subjetiva-objetiva cabe destacar que si bien en el Buen Vivir es importante respetar la autodeterminación de los pueblos y, por ende, su valoración subjetiva, existe el imperativo de seguir profundizando en el papel simultáneo de estas dos dimensiones, sobre todo considerar aquellas dimensiones que ponen en riesgo la integridad y supervivencia de las personas. En estos casos se debe buscar la manera para acoger la subjetividad de las personas en la planificación. Es un ejercicio complementario que sólo en un proceso de diálogo con las personas se pueden concertar soluciones conciliadoras entre la percepción de la población y la parte técnica, de manera tal que se modifiquen los usos, costumbres sin afectar la satisfacción de las personas respetando sus contextos y su cultura.

El respeto por los valores universalmente aceptados (el respeto a la vida y a la dignidad) debe ser el marco referencial de todo proceso de diálogo para no caer en un relativismo cultural excesivo que defienda las particularidades y absolutismos a ultranza; propiciar un diálogo intercultural de manera que no se termine imponiendo la visión de un determinado contexto a otros colectivos.

En general, el elevado optimismo o sesgo cultural y la baja insatisfacción nos indican que estamos ante una población mayoritariamente satisfecha con su vida a pesar de las dificultades y contratiempos; se evidencian indicios de una paradoja de las aspiraciones o de preferencias adaptativas. Nos encontramos ante un modelo de vida; formas de organización social, colectiva, económica-productiva, de provisión de servicios básicos, de satisfacción de necesidades elementales, que hacen que la mayoría de las personas encuestadas perciban que gozan del Buen Vivir anhelado, aunque las condiciones reales sean deficitarias, quedándose en deuda principalmente con la dimensión ambiental y política.

Análisis de asociación y dependencia

La falta de asociación estadística entre ciertas variables plantea dudas respecto a los criterios más relevantes que deban definir una dimensión pues hay variables que de antemano se suponen con efectos sobre otras pero resulta que no las tienen; además, reflejan la falta de correspondencia entre las condiciones objetivas y lo que se reporta subjetivamente.

El análisis de correlaciones estadísticas presenta mayores asociaciones a niveles locales (zonales), aunque sean de intensidad leve, en comparación al análisis de dependencia y en el que predominan las relaciones a nivel cantonal. En este sentido, se podrían tomar las correlaciones entre leves o moderadas de cada zona como insumos para la planificación pública local pues recogen de mejor manera la complementariedad cuali-cuanti.

REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

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Constitución del Ecuador (2008), Art. 11, numeral 6.

Cubillo, P., Hidalgo, A. L., & Domínguez, A. (2014), “El pensamiento sobre el Buen Vivir. Entre el indigenismo, el socialismo y el posdesarrollismo”, Revista del CLAD Reforma y Democracia, 27-58.

León, D. (2014), Academia Ciemonline, https://www.youtube.com/watch?v=Sl9-WZ7kmr0 (consulta: 10-02-2014)

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Phelán, M., & Guillén, A. (2012), Aproximación metodológica para la medición subjetiva del buen vivir (Sumak Kawsay) A. Guillén, & P. Mauricio, Construyendo el Buen Vivir (181-196), Edita PYDLOS, Cuenca.

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Tortosa, J. M. (2009), Sumak Kawsay, Suma Qamaña, Buen Vivir, Alicante.

Vega, F. (2013), Buen vivir, territorio y cultura, Mimeo, Cuenca.

ANEXO

Dimensiones y variables seleccionados para el Buen Vivir



Elaboración propia a partir de la Encuesta de bienestar del cantón Pucará, 2012.

Notas

1 Este artículo presenta resultados parciales de la tesis de Maestría en Desarrollo Local con mención en Población y Territorio denominada “Generación de un sistema de indicadores con el enfoque del Buen Vivir en el cantón Pucará, provincia del Azuay, Ecuador, al año 2012”, el mismo fue presentado como ponencia en FLACSO, Ecuador en el III Congreso Latinoamericano y Caribeño de Ciencias Sociales en agosto de 2015.
2 (Cubillo y otros, 2014) mencionan tres corrientes del pensamiento ecuatoriano sobre el Buen Vivir; nos referimos a las corrientes (1) indigenista; (2) socialista-estatista y (3) postdesarrollista-ecologista.
3 Art. 275, Constitución ecuatoriana 2008 “El buen vivir requerirá que las personas, comunidades, pueblos y nacionalidades gocen efectivamente de sus derechos, y ejerzan responsabilidades en el marco de la interculturalidad, del respeto a sus diversidades, y de la convivencia armónica con la naturaleza”.
4 Art. 11, numeral 6, Constitución ecuatoriana 2008.
5 Un sector censal corresponde a la unión de 80 a 120 viviendas.
6 La definición de Zona Alta Mayor y Zona Alta Menor es una denominación que se ha hecho para este estudio y se relaciona con el hecho de que la Zona Alta Mayor tiene una mayor cantidad de comunidades que la otra zona.
7 La minga (mink'a o minga en quechua), denota trabajo colectivo y voluntario para alcanzar un resultado individual o común de carácter reciproco, asociado a la agricultura o construcción. Implica cooperación popular. Es común en muchos países de Latinoamérica; en Venezuela es conocido como cayapa.
8 La satisfacción se mide en tres niveles: alta, media y baja.
9 Para que la prueba Xi2 indique dependencia entre las variables se tienen que cumplir dos condiciones: (1) que el valor p o de significación sea menor a 0,05 y (2) que las frecuencias esperadas mayores a 5 no sobrepasen el 20%.
10 La correlación de Spearman es una medida de asociación lineal o correlación entre dos variables medidas en escala ordinal, siendo precisamente esta la restricción para esta parte del estudio es que sólo se analizarán correlaciones entre variables que estén medidas en dicha escala. Utilizaremos la escala propuesta por (León D., 2014) quien manifiesta los puntos de corte para el coeficiente de correlación de Spearman (r): <0,25 No hay asociación; 0,25 - 0,4 asociación leve; 0,4-0,8 asociación moderada; >0,8 asociación alta.
11 Llamamos referenciales a cada una de las 9 variables de satisfacción por dominios (vivienda, alimentación, educación, salud del hogar, trabajo/ocupación, situación financiera, medio ambiente, libertad de elegir, seguridad local) a partir de las cuales se mide la relación con el resto de variables explicativas de ese dominio.
12 Se entiende por significativas aquellos cruces de variables marcados de gris y que corresponden a (a) aquellas variables cuyas frecuencias esperadas mayores a 5 no sobrepasen el 20% y (b) que el valor sig. sea menor a 0,05.
13 Se presentan aquellas correlaciones de 0,25 en adelante.
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