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PERIODO DE LATENCIA: SOBREEXCITACIÓN PULSIONAL, EROTIZACIÓN AMBIENTAL… NIÑOS HIPERSEXUALIZADOS
Deborah Borthiry; Laura Ramos
Deborah Borthiry; Laura Ramos
PERIODO DE LATENCIA: SOBREEXCITACIÓN PULSIONAL, EROTIZACIÓN AMBIENTAL… NIÑOS HIPERSEXUALIZADOS
LATENCY PERIOD: PULSIONAL OVEREXICTATION, ENVIRONMENTAL EROTIZATION… HYPERSEXUALIZED CHILDREN
Anuario de Investigaciones, vol. XXVII, pp. 487-495, 2020
Universidad de Buenos Aires
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Resumen: El Periodo de Latencia no es solo un proceso hereditario en el que se produce un adormecimiento de las mociones sexuales, sino que coexisten también mociones sexuales que perduran y buscan cumplir su meta sexual. Se observa, además, la existencia de una cultura erotizante que por medio de estímulos intrusivos sobreexcita al latente. La dificultad en atravesar el Periodo de Latencia se encuentra cuando el cúmulo de excitación es intolerable para el niño. El latente queda hipersexualizado porque no puede simbolizar el exceso de libido en su aparato psíquico. Asimismo, se analiza el papel determinante que tiene la cultura y la sociedad en el desarrollo sexual del Periodo de Latencia, en tanto generadora de erotizaciones, pero también en su función preventiva. La Educación Sexual es un recurso que tiene la sociedad para acompañar al niño en el procesamiento de la realidad erotizante en la que vive.

Palabras clave:Periodo de LatenciaPeriodo de Latencia,Cultura Erotizan-teCultura Erotizan-te,SobreexcitaciónSobreexcitación,HipersexualizaciónHipersexualización.

Abstract: The Latency Period is not only a hereditary process in which there is a numbing of sexual motions, but there also coexist sexual motions that last and seek to fulfill their sexual goal. As well, it is observed the existence of an eroticizing culture which, through intrusive stimuli, over-excites the latent. The difficulty in passing through the Latency Period is found when the accumulation of excitement is intolerable for the child. The latent becomes hypersexualized because he cannot symbolize the excess of libid in his psychic apparatus.

Likewise, the determining role of culture and society in the sexual development of the Latency Period is analyzed, as a generator of eroticizations, but also in its preventive function. The sexual education is a resource that society has to accompany the child in the processing of the eroticizing reality in which he lives in.

Keywords: Latency Period, Environmental Erotization, Overexcitement, Hypersexualization.

Carátula del artículo

Psicología del Desarrollo

PERIODO DE LATENCIA: SOBREEXCITACIÓN PULSIONAL, EROTIZACIÓN AMBIENTAL… NIÑOS HIPERSEXUALIZADOS

LATENCY PERIOD: PULSIONAL OVEREXICTATION, ENVIRONMENTAL EROTIZATION… HYPERSEXUALIZED CHILDREN

Deborah Borthiry
Universidad de Buenos Aires (UBA), Facultad de Psicología, Argentina
Laura Ramos
Universidad de Buenos Aires (UBA), Facultad de Psicología, Argentina
Anuario de Investigaciones, vol. XXVII, pp. 487-495, 2020
Universidad de Buenos Aires

Recepción: 31 Agosto 2020

Aprobación: 20 Octubre 2020

¿Qué es y qué no es el Periodo de Latencia?

Desde tiempos inmemorables resuena en el imaginario social del psicoanálisis que Sigmund Freud afirma que el Periodo de Latencia se caracteriza por el estancamiento de la libido. A partir del sepultamiento del complejo de Edipo, las mociones pulsionales son desexualizadas, sublimadas e inhibidas en su meta. “Con ese proceso se inicia el período de latencia que viene a interrumpir el desarrollo sexual del niño” (Freud,1924, p.184). Asimismo, Freud (1930) define al Periodo de Latencia como un proceso orgánico, el cual se fija hereditariamente, pero afirma también, que la cultura -por medio de la educación- influye para que se establezca el adormecimiento de las mociones sexuales. El autor refiere:

Por medio del tabú, de la ley y las costumbres, se establecen nuevas limitaciones que afectan tanto a los varones como a las mujeres. No todas las culturas llegan igualmente lejos en esto; la estructura económica de la sociedad influye también sobre la medida de la libertad sexual restante. (Freud, 1930, p.101)

Ahora bien… ¿Realmente Freud plantea el estancamiento de la libido? ¿Es asexuado el latente? ¿Hay una meseta en el desarrollo sexual?

¿Qué sucede en el Periodo de Latencia? En el recorrido de su obra Freud refiere que en el Periodo de Latencia las mociones sexuales infantiles están presentes. “Probablemente a expensas de las mociones sexuales infantiles mismas, cuyo aflujo no ha cesado, pues, ni siquiera en este periodo de latencia…” (Freud,1905, p.161).

La energía de dichas mociones -en su totalidad o en mayor parte- son desviadas del fin sexual y se aplican a otros fines socialmente aceptados, este mecanismo primordial de la latencia lo denominó sublimación. Sin embargo, Freud refiere que “...la sublimación nunca puede tramitar sino una cierta porción de la libido, prescindiendo de que a muchas personas se les ha concedido en escasa medida la capacidad de sublimar” (Freud, 1917, p.315).

Siguiendo esta línea, el autor menciona: “Otra parte de las mociones sexuales infantiles escapa a estos empleos y puede exteriorizarse como práctica sexual” (Freud, 1905, p.212). Del mismo modo, Melanie Klein (1932) sostiene que durante el período de latencia los deseos sexuales de los niños disminuyen, pero que de ningún modo se pierden por completo.

Por lo tanto, en el imaginario social de la psicología se omite considerar que Freud (1917) afirma que el Periodo de Latencia puede fallar, es decir, que no necesariamente trae aparejado una interrupción completa de las prácticas e intereses sexuales. Por lo cual, en la latencia también hay mociones sexuales vigentes y activas que no fueron desviadas en su fin sexual y que pueden generar prácticas e intereses relacionados con la sexualidad infantil, con el fin de obtener placer a partir de la descarga de las tensiones generadas (Freud, 1905). En esta línea, se considera práctica e interés sexual: a todo aquello que tenga el propósito de obtener una ganancia de placer a partir del propio cuerpo- en especial de las partes sexuales-, del cuerpo del otro y de sus diferencias.

Freud (1905) refiere que en el Periodo de Latencia la producción de excitación sexual no se suspende, sino que perdura. Una parte de las mociones sexuales infantiles puede exteriorizarse como práctica sexual debido a las excitaciones provenientes de varias fuentes. Los estímulos internos y los externos producen excitación de las zonas erógenas-órganos, dicha excitación le confiere a la pulsión el carácter de sexual. Si bien hay zonas erógenas predestinadas, las mismas pueden ser cualquier lugar de la piel y cualquier órgano de los sentidos. Por lo que el placer de ver y de exhibirse convierte al ojo en una zona erógena.

La meta sexual de las pulsiones infantiles -en el Periodo de Latencia- consiste en producir la satisfacción mediante la estimulación apropiada de la zona erógena que se ha escogido. Lo que se busca, es repetir la satisfacción.

En palabras de Freud:

…se trasluce por dos cosas: un peculiar sentimiento de tensión, que posee más bien el carácter de displacer, y una sensación de estímulo o de picazón condicionada centralmente y proyectada a la zona erógena periférica. Por eso la meta sexual puede formularse también así: procuraría sustituir la sensación de estímulo proyectada sobre la zona erógena, por aquel estímulo externo que la cancela al provocar la sensación de la satisfacción… (Freud, 1905, p.53)

Cabe destacar que hay una diferencia entre pulsión y estímulo, Freud menciona: “Por pulsión podemos entender al comienzo nada más que la agencia representante psíquica de una fuente de estímulos intrasomática en continuo fluir; ello a diferencia del estímulo, que es producido por excitaciones singulares provenientes de afuera” (Freud, 1905, p.153).

En síntesis, en el Periodo de Latencia no hay un adormecimiento de las pulsiones sexuales, sino que perduran en busca de la meta sexual -repetir la satisfacción alguna vez obtenida-. Asimismo, las excitaciones que se generen en el latente pueden provenir de estímulos internos, la pulsión, o estímulos externos desde el ambiente.

La cultura tiene un el papel determinante ya que no solo busca limitar la libertad sexual mediante la educación, leyes y costumbres, sino que también, establece la idea de que los niños en el Periodo de Latencia no tienen manifestaciones sexuales. Dentro de la cultura se ubican también las concepciones teóricas de la psicología acerca de este período. En la clínica se piensa que no hay mociones sexuales, o se desestima la importancia de estas al no trabajarlas, dando por sentado que en este período hay un adormecimiento pulsional. Incluso Freud (1917) plantea que se estableció como meta conformar una idea generalizada de que la vida del niño es asexuada. En realidad, la latencia asexuada es un producto normativo social porque permite educar al niño para que adquiera conocimientos socialmente aceptados. Al respecto, Reich (como citó López Barros y Russo de Sánchez, 2006) sostiene: “Cuando aparece una etapa de latencia esto debe ser considerado como un producto artificial, no natural, de la cultura” (Reich, 1933, p.70).

Ahora bien, la cultura tiene un papel determinante en el desarrollo de las personas porque no sólo influye, sino que también modifica la sexualidad. En la actualidad hay una cultura que avala y rodea al niño con contenido sexual; por medio de estímulos erotizantes genera un incremento de excitación de las propias pulsiones del latente. Se entreve que la provisión de un ambiente sano y seguro, como plantea Donald Winnicott (1963), estaría fallando en su función porque hay un ambiente erotizante que se entromete en las vidas de los latentes. La intromisión se manifiesta en acciones como exhibir partes del cuerpo, consumir contenido audiovisuales sexuales en reuniones familiares, las canciones que están de moda, el colecho, bañarlos y compartir el baño en edades avanzadas, realizar prácticas sexuales frente a los niños, etc. Asimismo, los latentes se encuentran rodeados de publicidades televisivas, películas, series, novelas -en cualquier horario y contexto, desde una cena familiar a una propaganda en el cine-, redes sociales como Tik Tok, Instagram, Facebook o Snapchat que los exponen a estereotipos -destacando partes del cuerpo-, escenas eróticas y sexuales, diferentes dispositivos tecnológicos con rápido acceso a plataformas de internet que permiten ingresar a páginas eróticas. Los mencionados contenidos con tinte sexual inundan al psiquismo infantil con estímulos externos excitantes, en fin, el ambiente erotiza al niño.

Dichas prácticas dificultan el transcurso del proceso de latencia porque la tarea que tiene el niño en este periodo es deserotizarse -sublimar-, pero tiene un ambiente cultural y familiar que ha perdido la noción de qué contenido se consume en lo privado/público (Bruner, 1998). o qué contenido es apto para el adulto/niño, es así como se incrementa la excitación en el latente.

En función de lo mencionado, Silvia Morici plantea:

Y los niños están asistiendo al borramiento de los espacios, no solo de lo público sobre lo privado, a partir de una exhibición desmedida de lo que debería transcurrir en el espacio de lo íntimo adulto, sino también al borramiento de las diferencias entre lo adulto y lo infantil. (Morici, 2011, p.57)

En la misma línea, María Cristina Hernando menciona: “El baño compartido de los adultos con niños mayores, la exposición repetida del cuerpo de los adultos desnudo al niño, el colecho y la cohabitación son situaciones que en la clínica aparecen como generadores de excitación” (Hernando, 2012, p.50).

Por consiguiente, la idea de que el Periodo de Latencia es orgánico y hereditario -biológico- en el cual las mociones sexuales son desviadas casi en su totalidad a un fin no sexual esperando el florecimiento de la pubertad es insostenible. Es decir, Freud (1905) menciona que hay un adormecimiento de las mociones sexuales en la latencia, pero si fuera exclusivamente fisiológico no perdurarían ni estarían en parte activas como tampoco habría un acrecentamiento de la pulsión en el niño por la época cultural y la erotización ambiental.

CIRCULO DE EXCITACIÓN EN EL PERIODO DE LATENCIA

Se abre la pregunta entonces ¿Qué sucede en la latencia cuando se borraron las diferencias entre los espacios públicos/privados - adulto/niño? Se crea un círculo en el cual hay mociones sexuales del latente que perduraron -están activas y no fueron sublimadas- las mismas incrementan su monto de tensión en las zonas erógenas por la presencia de estímulos externos y quedan sobreexcitados. El niño para cumplir la meta sexual acciona: toca su propio cuerpo, el cuerpo de sus compañeros o el de los adultos, se exhibe, habla de cuestiones sexuales, se masturba, busca contenidos con tinte sexual, etc. porque obtiene en el ver/exhibir y en el contacto de la piel cierta satisfacción. El accionar del latente le permite alcanzar su meta sexual y domeñar los montos excitatorios en el aparato, porque según Freud: “…el aparato anímico sirve al propósito de domeñar y tramitar los volúmenes de estímulo que le llegan de adentro y de afuera” (Freud, 1917, p.324). En esta tarea, que tiene el aparato psíquico, hay que recordar que, como refiere Freud (1907), nadie quiere renunciar a una satisfacción ya obtenida. Por lo tanto, el latente, con la influencia de la cultura erotizante, se encuentra sobreexcitado y busca obtener continuamente placer, es así como el ciclo del círculo vuelve a iniciar porque a cada instante se incrementan los montos de excitación. Con lo cual, no se considera que exista una meseta en el desarrollo sexual del niño, sino que nos encontramos con un Periodo de Latencia moderno que incesantemente trabaja para nivelar su sobreexcitación en el aparato y obtener placer.

La presencia de la cultura erotizante y el incremento de las pulsiones en el niño se refleja en el accionar de los diques anímicos y del Yo, Ello y Superyó de los latentes. El exceso de estímulos erotizantes presentes en la cultura hace que el niño busque placer, por consiguiente, realiza manifestaciones sexualizadas -conductas/comentarios sexuales-. A causa de que el Ello no ha disminuido su influencia en el aparato psíquico y puja al mismo a regirse por el principio de placer. Asimismo, hay un menor funcionamiento de los diques anímicos, en palabras de Morici:

…desaparece la posibilidad de la construcción de los diques propios de la organización de lo sexual: pudor, asco y compasión. Desaparece dicha posibilidad, ya que el adulto ha perdido toda vergüenza y pudor y se ha convertido en un exhibicionista de su espacio íntimo, es decir, de su sexualidad. Sexualidad devenida en obscena gracias a su exhibición sin tapujos, como si nunca hubiera pertenecido al ámbito de lo íntimo… (Morici, 2011, p.58)

El latente busca su satisfacción, busca placer por medio de conductas/comentarios sexualizados porque no existe un dique anímico que canalice y marque el camino de qué es público/privado-niño/adulto. Tampoco hay un Superyó que lo sancione porque su ambiente también lo hace. Esto se debe a que el Superyó es la internalización de las identificaciones de los padres y a medida que cambia la cultura también cambia el psiquismo. Por lo tanto, el Superyó prohíbe en función de lo que no avala la cultura, de lo que no avalan estos padres internalizados. El problema radica que en nuestra sociedad actual se legitiman todos los contenidos erotizantes y se les presentan a todos los integrantes de la sociedad casi en igual medida. En la misma línea, C. Urbano y J. Yuni (cómo cito Ávila, Solana María de la Cruz y Sustaita, Tómas, 2006) plantean:

Urbano y J Yuni, sostienen que: “Los ideales de la cultura signan, designan y asignan a las posibilidades y restricciones de los sujetos en diferentes edades de la vida”, refiriéndose a las categorías significadas y valoradas colectivamente, cada una de las cuales contendría roles, valores, responsabilidades y espacios socialmente legítimos. (Avila y Sustaita, 2006, p.181)

En síntesis, en la actualidad hay un Periodo de Latencia que se encuentra sobreexcitado por presentar pulsiones sexuales que perduraron y por la presencia constante de estímulos externos erotizantes que aumentan el monto de tensión en la zona erógena. De esta manera, el niño busca por medio de conductas/comentarios sexuales obtener placer porque no tiene una cultura, ni diques anímicos ni instancias psíquicas que canalicen ese impulso sexual. La presunción es que el niño tiene un aparato psíquico menos castigador y severo producto de las modificaciones que se dieron en el Periodo de Latencia por la intromisión erotizante cultural. Si los estímulos no exceden un cierto límite se permite la conformación normal de la vida sexual. La dificultad se encuentra cuando el cúmulo de excitación es tan elevado que el niño no la puede elaborar. En función de lo mencionado, Morici plantea:

Sin dudarlo, pareciera que esta Era, en donde lo público ha privado de intimidad al espacio psíquico, donde la escena primaria dejó de ser una fantasía sexual fundacional, para pasar a ser un espectáculo visto en la TV, exige al infantil sujeto un evidente esfuerzo extra de metabolización de contenidos, que le resultan superadores de sus capacidades madurativas. (Morici, 2011, p.59)

LATENTES HIPERSEXUALIZADOS

Freud (1917) señala que la sociedad tiene la tarea de domeñar la pulsión sexual, el objetivo es posponer su desarrollo pleno hasta que el niño haya alcanzado cierto grado de madurez intelectual -por eso se estableció la idea generalizada de que el Periodo de Latencia es asexuado-. El autor refiere que la tarea de domeñar nunca es fácil, se la consuma ora con defecto (erotización del ambiente familiar), ora con exceso (negación a educación sexual).

Como se mencionó, la tarea de domeñar la pulsión estaría fallando -ora con defecto- porque la cultura -incluye el ambiente familiar- erotiza al niño. Cabe destacar, que al hablar de erotización no se hace referencia a hechos concretos de abuso o violación, si no a la producción de excitación en otra persona.

En la actualidad existe un Periodo de Latencia sobreexcitado lo cual se manifiesta en sus comentarios y conductas sexualizadas. Ahora bien, cuando el cúmulo de excitación es tan grande nos encontramos frente a niños hipersexualizados. Se entiende a la hipersexulización como las referencias constantes que tiene el niño sobre el cuerpo, parte sexuales, relaciones sexuales, diferencias entre los sexos biológicos. Y que poseen otras conductas como portavoz de su propio displacer.

Lo que sucede en el latente hipersexualizado es que queda un cúmulo de excitación flotante que el latente no puede tramitar, es decir, no puede descargar parte de su libido por medio de la sublimación ni por la realización de conductas o comentarios sexualizados. De este modo, quedan sentadas las bases para la neurosis. Freud sostiene que: “Su constitución sexual no les habría provocado la neurosis si no hubieran tenido tales vivencias, y estas no habrían tenido un efecto traumático sobre ellos con otra disposición de su libido” (Freud, 1917, p.316). Por lo que, el incremento excesivo de la propia moción sexual y la erotización ambiental son dos de los posibles causantes de la neurosis.

Para Freud (1905) el Yo en el Periodo de Latencia tiene la tarea de empezar a regirse, en el aparato psíquico, por el predominio del principio de realidad. Lo que sucede en los casos de hipersexualización es que el Ello puja con inmensas fuerzas y prevalece el principio de placer sobre el de realidad. Esto se debe a que el aparato psíquico tiene grandes montos de libido, los mismos se reducen cuando se tiene placer, pero cuando el monto es tan elevado genera displacer porque queda libido flotando en el aparato. Es así como las conductas y comentarios sexualizados no alcanzan para tramitar la libido y aparecen otras conductas como portavoz del displacer. Freud afirma:

Sobre esto, sólo les he comunicado que los seres humanos contraen una neurosis cuando se les quita la posibilidad de satisfacer su libido, vale decir, por una «frustración», según la expresión que utilicé; y sus síntomas son justamente el sustituto de la satisfacción frustrada {denegada}… (Freud, 1917, p.274)

Dentro de las conductas que son portavoz del displacer se ubican los problemas de conducta, Freud lo mencionaba:

Y bien; las neurosis de los niños son muy frecuentes, mucho más de lo que se supone. A menudo no se las ve, se las juzga signos de maldad o de malas costumbres y aun son sofrenadas por las autoridades encargadas de la crianza. No obstante, viéndolas retrospectivamente desde algún momento posterior siempre es fácil individualizarlas. (Freud, 1917, p.331)

Winnicott (1963) refiere que el desarrollo de los procesos de maduración del niño depende de la provisión ambiental además de las tendencias heredadas. El proceso de maduración “... se refiere a la evolución del Yo y del self, e incluye la historia total del ello, de los instintos y sus vicisitudes, y de las defensas yoicas relacionadas con el instinto…” (Winnicott, 1963, p.427). Plantea que padecen psiconeurosis los niños que tuvieron un desarrollo temprano satisfactorio, pero, actualmente, se defienden de angustias cuando la moción formadora de síntomas viene de un conflicto entre el amor y el odio.

Se entiende por Psiconeurosis a aquellas afecciones que dan cuenta de un temprano desarrollo emocional y estructuración yoica sana, pero indican un fracaso del yo para tolerar las tensiones instintivas (Winnicott,1961).. En palabras de autor: “Naturalmente, los conflictos más graves son los vinculados con la vida instintiva, vale decir; con las diversas excitaciones y concomitantes corporales que tienen como fuente la capacidad (general y local) de excitación del cuerpo” (Winnicott, 1961, p.819). Es decir, una consecuencia de la erotización ambiental podría ser una psiconeurosis en los latentes en tanto el ambiente estaría fallando en la provisión ambiental al generar excitaciones en el cuerpo del niño que no está capacitado para tramitar. Winnicott refiere que: “En la salud, el niño en latencia no se ve forzado a ceder antes las exigencias del ello...” (Winnicott, 1958, p.281). Para dicho autor, el latente no debe ceder ante el Ello constantemente, que es lo que sucede en niños hipersexualizados. La presencia de un compromiso instintivo se observa, por ejemplo, cuando el juego se detiene o queda arruinado. Klein (1923) plantea que todas las inhibiciones significativas en el desarrollo provienen de las primer inhibiciones en el juego.

Cabe destacar que, para Peter Blos (1979) en la latencia tiene que producirse una diferenciación y autonomía del Yo, a su vez, que el mismo se logre diferenciar del Ello por medio de la unificación y armonización de los impulsos discordantes. Por lo tanto, si se logra:

Este avance de la autonomía yoica da por resultado la expansión y firme arraigo de funciones tales como la cognición, la memoria, la previsión, la tolerancia a la tensión, la conciencia de sí, y la capacidad de distinguir entre realidad y fantasía, o entre acción y pensamiento. (Blos,1979, pp. 160-161)

En los niños hipersexualizados esta tarea se dificulta, así los portavoces de la erotización, siguiendo las ideas de Klein y Blos, serían los problemas de aprendizaje, cognición, memoria, tolerancia a la tensión, detección en el juego, etc. Para Blos (1979), aquellos niños que no lograron el desarrollo de estas facultades tendrían una “Latencia incompleta o abortiva”, que generará dificultades en la adolescencia. Silvia Bleichmar refiere:

Tanto la recepción de imágenes excitantes sin relato que posibilite la metabolización, como la información general recibida sin tiempo de procesamiento son los dos factores mayores que operan como obstáculo para la adquisición de conocimientos y para la producción de una inteligencia ordenada y ordenadora. (Bleichmar, 2001, p.11)

Bleichmar robserva -en su trabajo en la clínica- una dificultad para producir una inteligencia ordenada y ordenadora. En la misma línea, Mariela Gomez manifiesta: “El fracaso en lograr este placer tendrá una consecuencia observable: el franco fracaso escolar; o bien un aprendizaje sin placer, mecánico, o no creativo...” (Gomez, 2011, p.46).

A causa de las circunstancias culturales en la que se encuentra el Periodo de Latencia -la gran influencia que tienen los medios de comunicación/redes sociales y el ambiente familiar que emanan una cantidad considerable de estímulos sexuales- se generan conductas como portavoces de un displacer que el niño no puede metabolizar. De esta manera, se generan problemáticas en el desarrollo de los niños hipersexualizados que les dificulta atravesar el Periodo de Latencia. Luz Elena Lopez de Barro y Ana Rita Russo de Sanchez mencionan “...cada vez son más frecuentes los problemas de comportamiento y de control de impulsos de los niños. Probablemente esto se debe a la gran influencia de los medios de comunicación…” (Lopez de Barro y De Sanchez, 2011, p.66).

Es de vital importancia para el trabajo en la clínica hacer hincapié y no desestimar, las conductas/prácticas sexuales que los niños manifiestan y las conductas portavoces de displacer para poder dar cuenta de la presencia o no de la hipersexualización en el niño. Joseph Knobel Freud sostiene:

…vemos trastornos del aprendizaje que van desde la falta de atención y concentración y la hiperexcitación motriz, tan de moda de ser categorizada por los laboratorios como trastorno de atención (con o sin hiperactividad); u otro tipo de dificultades de aprendizaje que posiblemente hacen que la función de la escuela como organizador social y encauzador de las pulsiones parciales reprimidas fracase. En muchos casos hay fracaso escolar porque hay fracaso de latencia: hiperexcitación sexual no reprimida (Knobel Freud, 2017, p.2).

En efecto, Freud (1917) refiere que, si no se domeña la pulsión, la misma rompería todos los diques y arrasaría con la obra cultural. A su vez, menciona que las influencias exteriores como la seducción puede provocar intrusiones prematuras en el Periodo de Latencia -hasta llegar a cancelarlo- y cualquier actividad sexual prematura perjudica la posibilidad de educar al niño. Porque la práctica sexual en exceso hace ineducable al niño (Freud,1905).

No obstante, lo mencionado anteriormente no quiere decir que todos los niños que plasman comentarios y/o conductas sexualizadas terminen con consecuencias en su desarrollo. Para que esto suceda, es necesario que la erotización ambiental haya sobrepasado cierto nivel de intromisión de estímulos, así como también que la propia moción sexual del niño se haya incrementado considerablemente. Ahora bien, ¿Cuál es el límite de estímulos erotizantes que el niño puede tramitar? ¿Cuál es el nivel de moción sexual que el niño puede metabolizar? ¿Cuándo pasa a ser perjudicial la práctica sexual en los niños?

Freud intenta una respuesta: “No pudimos precisar la medida a partir de la cual las prácticas sexuales de la infancia dejan de ser normales y se vuelven perjudiciales para el desarrollo ulterior” (Freud, 1905, p.214).

HABLEMOS DE SEXUALIDAD

Anteriormente se mencionó que la sociedad puede domeñar la pulsión con defectos o con excesos… ¿Qué significa que la domeñe en exceso?

En la actualidad, el niño está expuesto constantemente a imágenes y situaciones erotizantes debido a que se encuentra inmerso en una sociedad que exhibe en sus productos y redes sociales las partes del cuerpo de las personas. Es decir, el foco de nuestra sociedad está ubicado en el cuerpo como un objeto, desde una perspectiva de cosificación. Ante esto, la problemática se ubica en que se pierde el eje de la excitación que produce en el niño, así como qué le sucede al niño en su propio cuerpo en vías de desarrollarse. A su vez, surgen en el niño una serie de interrogantes de lo que está observando, los cuales deben ser tramitados.

Sin embargo, la sociedad erotizante es la misma que le prohíbe al niño preguntar sobre cuestiones sexuales, responde con información falsa o se niega a contestar. Esto se debe a que el ambiente ha olvidado, por la represión, su propia sexualidad de la infancia y determinó como asexuada a la latencia (Freud,1917).

Para Klein (1921) es determinante, para el desarrollo del niño, que los padres respondan las preguntas que tienen porque se puede evitar al niño una represión innecesaria; para eso es necesario liberar la esfera de la sexualidad de los secretos, falsedad y peligros. Es decir, es necesario que los adultos dejen de evitar las preguntas o respondan con información incorrecta. El hecho de brindar respuestas concretas y de contenido verídico a los niños:

…asegurará que los deseos, pensamientos y sentimientos no sean en parte reprimidos y en parte, en la medida en que falla la represión, tolerados bajo una carga de falsa vergüenza y sufrimiento nervioso, como nos pasó a nosotros. Además, al impedir esta represión, esta carga de sufrimiento superfluyo, estamos sentando las bases para salud, el equilibrio mental y el desarrollo positivo del carácter. Sin embargo, este resultado incalculablemente valioso no es la única ventaja que podemos esperar para el individuo y para la evolución de la humanidad, de una crianza fundada en una franqueza sin límites. Tiene otra consecuencia no menos importante: una influencia decisiva sobre el desarrollo de la capacidad intelectual. (Klein, 1921, p.16)

En otras palabras, otorgar al niño respuestas basadas en mentiras, o no responderle puede provocar en el niño una represión sobre su propia sexualidad y obstaculizar el futuro desarrollo de su capacidad intelectual. Klein (1932) refiere que una supresión casi completa de la masturbación puede generar aparición de síntomas, uno de ellos son los tics, y a su vez es un gran obstáculo para el Periodo de Latencia porque:

...las fantasías de masturbación no son solamente la base de todas las actividades de juego del niño, sino que constituyen también un componente de sus posteriores sublimaciones. Cuando estas fantasías reprimidas son liberadas por el análisis, se puede ver a los niños pequeños empezar a jugar y a los mayores a aprender y desarrollar sublimaciones e intereses de todas clases. (Klein,1932, p.127)

Ahora bien, para Klein (1921) los niños pueden aceptar esclarecimiento sexual si su propia ansiedad y conflictos internos no se lo impiden. Sucede que luego de haber recibido respuestas que esclarecen parcialmente su pregunta acerca de cuestiones sexuales, el niño manifiesta una resistencia para aceptar mayor esclarecimiento. Es decir, que habría que responder de manera concreta y específicamente las preguntas del niño, y esperar cómo el mismo puede elaborar la información obtenida. En la misma línea, para Klein (1930) denegar las respuestas y coartar las preguntas sobre cuestiones sexuales tiene consecuencias en el impulso epistemofílico que es sumamente necesario para el desarrollo del niño. Los padres refieren tener problemáticas al abordar preguntas sexuales que traen sus hijos acerca de las relaciones sexuales, así como también todo lo relacionado con la educación sexual, por ejemplo: menstruación y métodos anticonceptivos. Molina y Baeza y Corbella y Bassas refieren:

La mayoría de los padres de clase social alta responden a las actividades sexuales del niño con cuidado, castigando, riñendo y empleando persuasiones no verbales, como advertir con los ojos, cerrar puertas y con tópicos sexuales. A menudo, descalifican o no califican la actividad sexual de los niños. Los padres en raras ocasiones participan en la educación sexual. (Molina, Baeza, Corbella y Basas, 2012, p.8)

La importancia del entorno reside por un lado en que si se prohíbe al niño que realice preguntas sobre sexualidad puede generar una represión. Por otro lado, en caso de no responderlas influye a que el niño acceda a la información por otras fuentes -como páginas web- que le generan no solo una construcción errónea de la temática, sino un cúmulo de información improcesable por ser más de lo que estaba preparado para recibir. Cabe mencionar que una investigación realizada por la Universidad de las Islas Baleares de Palma de Mallorca (2019) menciona que los niños de ocho años ven contenido pornográfico desde los diferentes dispositivos tecnológicos.

En función de lo mencionado, Silvia Bleichmar (2011) refiere que la recepción de imágenes excitantes sin un relato en paralelo que permita la metabolización y la información general que no posibilita un tiempo de procesamiento, operan como obstáculo para adquirir conocimientos y para la producción de una inteligencia ordenada que permita ordenar los conocimientos.

De esta manera, puede buscar la respuesta denegada en fuentes que terminen sobreexcitando al niño y le generen un cúmulo de tensión que no puede simbolizar. Ante las preguntas de los niños Winnicott (1949) manifiesta que hay que proporcionar información franca sobre las cuestiones sexuales, pero no como una cosa sino desde una relación entre el niño y la persona a la cual le consulta. En la misma línea, Klein (1921) considera que las respuestas francas ante preguntas espontáneas son recibidas como una prueba de confianza y amor por parte del niño, y dicha situación colabora a aliviar los sentimientos del niño.

En la actualidad, la sociedad concibe al niño como un ser asexuado. Pilar Anastasia González refiere:

“El dispositivo de (a)sexualización infantil ha operado heterogéneamente, regulando los significados aceptables de la sexualidad y de la infancia en una relación específica entre los dos términos, que, a finales del siglo XX y comienzos del XXI, supone al sujeto sexual como un sujeto adulto, por defecto, y a la infancia como etapa vital despojada de toda afectación sexual.” (Anastasia González, 2019, p.105)

De esta manera, se desestima la importancia del período de latencia y de los comentarios o conductas sexuales que realizan los niños y se ofrece en todo horario -por medio de los medios de comunicación- contenido con tinte sexual subestimando el hecho de que puede afectar a los niños.

Por el contrario, para Bleichmar, el desafío que tiene la sociedad “…consiste precisamente en crear, sin hacer un discurso moralista y vacío, las condiciones de procesamiento de los nuevos modos de circulación de información a los cuales están expuestos los niños.” (Bleichmar, 2011, p.11).

El hecho de responder a las preguntas espontáneas de los niños es una forma de brindarles un recurso para que puedan tramitar el exceso de imágenes con tinte sexual a las que se encuentran rodeados. Este recurso, permite sentar las bases para que no se produzcan dificultades en la capacidad intelectual ni una construcción errónea de las temáticas sexuales. Cabe destacar, que se ubica dentro de la sociedad al ambiente familiar y al escolar. Freud refiere que el conocimiento sobre la vida sexual debe darse antes de los diez años:

El esclarecimiento sobre las relaciones específicamente humanas de la vida sexual y las indicaciones de su significado social debería darse al finalizar la escuela elemental (y antes del ingreso en la escuela media); vale decir, no después de los diez años. (Freud, 1907, p.121)

De este modo, la Educación Sexual Integral (ESI) que se brinda en los colegios es otro recurso que tiene el niño para poder tramitar la erotización a la que se enfrenta día a día. Justamente, las temáticas que se abordan a partir de la currícula escolar están relacionadas con los contenidos audiovisuales que los latentes consumen. Por la resolución Cfe n°340/18 en el nivel primario se trabaja: los caracteres sexuales, los procesos de crecimiento, desarrollo y maduración, el cuerpo humano como totalidad con necesidades de afecto, cuidado y valoración, el análisis de los estereotipos corporales de belleza, los métodos anticonceptivos, la prevención de las infecciones de transmisión sexual, los cambios que se ven y se sienten en la pubertad, el embarazo, etc. Éstas son preocupaciones que los niños tienen ya que no encuentran palabras para metabolizarlas. A su vez, estas son áreas por las cuales los niños prosiguen la búsqueda de placer.

El problema de la sociedad radica en la creencia generalizada de que otorgar información sexual a los niños es sexualizarlo. Es por esto, que la mayoría de los padres deciden ocultar y velar la sexualidad hasta la pubertad. Pero en realidad, la cultura actual, por medio de otros accionares como el colecho, los contenidos audiovisuales y no respetar la privacidad, etc. es la que erotiza al niño, porque el latente no puede vivir abstraído de la sexualidad. La ignorancia que la sociedad pretende que el niño tenga se corrompe por el mismo accionar de la sociedad. Debido a que, como plantea Merleau-Ponty,(1993), la conciencia es perceptiva del cuerpo, porque sea forma una noción concreta -intersubjetiva- basada en lo real -vivenciado- del cuerpo. Por lo tanto, no es la información en sí misma sino el exceso de imágenes y conductas que carecen de un discurso que acompañe el procesamiento de la información lo que produce la hipersexualización. En efecto, brindar información sexual en las escuelas es una herramienta que la comunidad tiene para acompañar al niño en el proceso de metabolización de la realidad que lo rodea. Freud lo dice muy claramente:

En general, y para mi sentir, ciertas cosas son veladas en exceso. Es sano mantener limpia la fantasía de los niños, pero esa pureza no se preserva mediante la ignorancia. Antes bien, creo que mientras más se oculte algo al varón o a la niña, tanto más maliciaran la verdad. (Freud, 1907, p.116)

De esta manera, la importancia de la educación sexual integral radica en ponerle palabras al exceso de imágenes erotizantes que el niño enfrenta todos sus días, así como darle herramientas para el futuro florecimiento de la pubertad. A su vez, si el ambiente familiar falla en darle una respuesta al niño es necesario que la escuela complemente ese rol, otorgando educación sexual. Pero como plantea Winnicott (1949) otorgar información sexual: “…Como parte de la relación del niño con la gente que conoce y en la que confia.” (Winnicott,1949, p.669)

CONCLUSIÓN

En el transcurso del trabajo se determinó que el Periodo de Latencia no es un proceso orgánico ni hereditario, sino que es un producto normativo social que habilita a la sociedad a educar al niño y a influenciar/modificar su sexualidad. Asimismo, se señaló que en el Periodo de Latencia no hay un adormecimiento de las mociones sexuales, sino que algunas perduran -están activas- y acrecientan su monto de tensión en la zona erógena por la erotización ambiental. El niño para cumplir su meta sexual acciona con manifestaciones sexuales porque no posee diques anímicos ni instancias psíquicas que canalicen el impulso sexual, lo que busca el niño es placer y lo obtiene. Ahora bien, el problema no radica en la presencia de las mociones sexuales activas en los latentes que se manifiestan por medio de comentarios y prácticas sexuales. La dificultad en atravesar el Periodo de Latencia se encuentra cuando el cúmulo de excitación es intolerable para el niño que le genera displacer. A partir de esto, el latente queda hipersexualizado porque no puede simbolizar el exceso de libido en su aparato psíquico, no puede descargar parte de su libido por medio de la sublimación ni por la realización de conductas o comentarios sexualizados. Se podría ubicar aquí a la hipersexualización como generadora de síntoma cuando aparecen como portavoz del displacer los problemas de conducta, psiconeurosis, inhibiciones en el juego, dificultades en el desarrollo del yo, y una futura perturbación para la adolescencia. No obstante, no quiere decir que todos los niños que plasman comentarios y/o conductas sexualizadas terminen con consecuencias en su desarrollo. Para que esto suceda, es necesario que la erotización ambiental haya sobrepasado cierto nivel de intromisión de estímulos erotizantes, así como también que la propia moción sexual del niño se haya incrementado considerablemente. Ahora bien, se presentan hipótesis, limitaciones y líneas para futuras investigaciones: ¿Cuál es el límite de estímulos erotizantes que el niño puede tramitar? ¿Cuál es el nivel de moción sexual que el niño puede metabolizar? ¿Cuándo pasa a ser perjudicial la práctica sexual en los niños? No se puede precisar cuándo las prácticas sexuales en los latentes dejan de ser normales y se vuelven perjudiciales. Asimismo, no se puede determinar cuánto pueden tramitar de la sobreexcitación, y cuándo comienza a quedar libido en el aparato para que se genere síntoma. Lo mencionado anteriormente se debe a que no se puede determinar la capacidad de elaboración y tramitación que tiene el aparato psíquico porque depende de la subjetividad y de cuánto exceso de libido pueda tolerar el psiquismo de cada sujeto. Aun así, una de las herramientas que el latente tiene para tramitar la sobreexcitación es un ambiente familiar que pueda brindar información verdadera sobre las cuestiones sexuales. De esta manera, se le ahorra al niño una posible represión de su propia sexualidad que podría causar dificultades en la capacidad intelectual. Esto se debe a que la información sexual es una manera de poner palabras, de metabolizar el exceso de imágenes sin discurso. La Educación Sexual es un recurso que tiene la sociedad para acompañar al niño en el procesamiento de la realidad erotizante en la que vive. En caso de no poder brindar esta herramienta al niño, se abre la pregunta ¿Los problemas de aprendizaje, en la franja etaria del período de latencia, podrían deberse a una hipersexualización que encontró como vía de tramitación la represión? Es de vital importancia retomar la lectura y reflexionar sobre el período de latencia porque la mayor parte de niños que arriban a una consulta se encuentra ubicados en la franja etaria de 6 a 11 años, edad en la cual se desarrolla dicho periodo.

Material suplementario
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