PSICOLOGÍA DE LA SALUD, EPIDEMIOLOGÍA Y PREVENCIÓN
MODOS ACTUALES DE RELACIONES ENTRE LOS GÉNEROS Y SUS EFECTOS EN LA SALUD INTEGRAL EN ADOLESCENTES ESCOLARIZADXS DE LAS CIUDADES DE BUENOS AIRES Y DE LA PLATA
Current relationships between genders and their effects on integral health in schooled teenagers in the cities of Buenos Aires and La Plata
MODOS ACTUALES DE RELACIONES ENTRE LOS GÉNEROS Y SUS EFECTOS EN LA SALUD INTEGRAL EN ADOLESCENTES ESCOLARIZADXS DE LAS CIUDADES DE BUENOS AIRES Y DE LA PLATA
Anuario de Investigaciones, vol. 28, núm. 1, pp. 327-336, 2021
Universidad de Buenos Aires
Recepción: 31 Agosto 2021
Aprobación: 25 Octubre 2021
Resumen:
Esta investigación busca responder sobre cuáles son los modos actuales de relación entre los géneros en adolescentes escolarizadxs y sus efectos en la salud integral. Se decide realizar la indagación en el ámbito educativo porque es donde pueden encontrarse a lxs adolescentes, y es también allí donde se expresan las tensiones, novedades, conflictos y modos de respuesta ante los mismos, en el entrecruzamiento de las relaciones entre los géneros y generaciones. Se busca identificar y describir efectos de los movimientos feministas en imaginarios sociales y prácticas de adolescentes escolarizadxs; explorar las modalidades de relaciones sexo-afectivas y sus efectos en la salud integral; identificar y describir respuestas colectivas a las problemáticas de violencia por razones de género; identificar la existencia de acuerdos de cuidados entre pares y de la comunidad educativa respecto al contagio por virus COVID-19, y pesquisar las respuestas de la comunidad educativa frente a los desafíos actuales.
Palabras clave: Géneros, Adolescencia, Movimientos sociales, Salud integral.
Abstract:
This research aims to explore and describe the current gendered ways in which schooled teeangers relate with each other and its impact on their integral health. The decision to research within schools as institutions is taken since teeangers can be easily contacted, and also schools are the scenario where tensions, new ways and conflicts express, considering gender and generations. The goal is toidentify and describe the consequences of feminist movements in social imagineries and practices of schooled teenagers; to explore the ways in which they relate sexually and emotionally and its effects in integral health; to identify and describe the collective responses to gender based violence; to identify the existance of care agreements between peers and the educational community regarding COVID-19 and to understand the responses the educational institutions are providing regarding these current challenges.
Keywords: Gender, Teenagers, Social movements, Integral health.
Introducción
La presente investigación busca responder el interrogante respecto de cuáles son los modos actuales de relación entre los géneros en adolescentes escolarizadxs y sus efectos en la salud integral. Esta pregunta surge de datos obtenidos en investigaciones y experiencias de extensión de este equipo[1] que organizan una serie de hipótesis. Las mismas recuperan interrogantes sobre los efectos de conmoción, conflictos y/o transformación en las relaciones entre géneros y generaciones en los últimos años, vinculados a los movimientos colectivos ligados al #NiUnaMenos, el No es No y la movilización por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito en las escuelas secundarias.
A mediados de marzo del 2020 producto de la emergencia sanitaria por COVID-19, se dispuso un aislamiento y posteriormente un distanciamiento social obligatorio en todo el territorio argentino. Efecto de estas circunstancias extraordinarias, variados aspectos de la vida social e institucional sufrieron modificaciones abruptas, por lo cual las preguntas por las desigualdades de género, los modos de relacionamiento y sus efectos en la salud debieron incorporar dicho contexto como un aspecto imprescindible en esta investigación. Específicamente, la escolarización de modalidad presencial se vio reemplazada, cuando era posible, por escolaridad virtual y/o a distancia, aspectos que sin duda deben ser considerados. Asimismo, diversas tensiones surgieron y/o se intensificaron dentro del campo de la salud, así como el posible agravamiento o reconfiguración de problemas que dejaría la pandemia (Tajer, 2020). En el estado de emergencia socio-sanitaria las preguntas e hipótesis que guían la investigación cobran nuevos sentidos a partir de la visibilidad que otorga sobre los condicionamientos sociales de la salud. Se adopta para el proceso investigativo un enfoque de salud integral, que considera el bienestar de las personas de manera abarcativa e incluye el interjuego entre lo psicológico, lo social y lo biológico, contemplando los ciclos vitales, el género y demás determinantes sociales de la salud en su plano individual y colectivo (Östlin & Sen, 2007). En este sentido, cobra un valor fundamental la prevención y promoción en salud (Tajer, 2012), que incorpora la salud mental desde una perspectiva de género y derechos humanos y valoriza el eje de ciudadanía (Tajer, 2020a). Este marco de referencia incluye la producción socio-histórica de las subjetividades (Fernández, 2009) y recupera miradas sobre la necesidad de construcción de nuevos contratos sociales ligados a una ética del cuidado (Gilligan, 1982; Tronto, 1987) y del semejante inclusivo (Bleichmar, 2011; Tajer, 2020a).
El género en su característica de categoría de análisis de las relaciones de poder, se incorpora de modo transversal a distintos ejes de indagación: identidades generizadas, modos de relacionarse intra e intergéneros, salud sexual y cuidado del cuerpo y consumos de sustancias. Estas líneas de indagación que hacen énfasis en el interrogante acerca del modo de relacionarse entre los géneros en las adolescencias, pueden vincularse con aspectos de la salud integral comprendidos en el campo de las violencias por razones de género, salud sexual y (no) reproductiva, y consumos problemáticos de sustancias. A continuación se presentan antecedentes relevantes sobre salud integral de las adolescencias, el planteamiento del problema de investigación, hipótesis y objetivos, la metodología, y primeros avances de la indagación. Se comparten aproximaciones -a través de la voz de informantes claves- del modo en que se percibe la salud integral de lxs jóvenes en este contexto.
Antecedentes de relevancia sobre salud integral de las adolescencias
Con la pandemia de COVID-19 se ha visibilizado un aumento de las situaciones de violencia de género en el país y las dificultades respecto a la garantía del derecho a una vida libre de violencia de mujeres y población LGBTIQA+ (MMGYD, 2020; Martinez Mesa y Chipuli Castillo, 2020). Respecto a las adolescentes, el informe COVID de CEPAL UNESCO (2020) “La educación en tiempos de pandemia” señala que en epidemias pasadas se observaron elevados niveles de violencia de género, lo que permite estimar que en la actual situación sanitaria las adolescentes se encuentran expuestas a un mayor riesgo de enfrentar diversas formas de abuso. Por ello, se sostiene que es necesario incorporar el enfoque de género en educación para visibilizar y erradicar situaciones de desigualdad o violencia de género que podrían estar viéndose profundizadas.
Lo Russo y Reid destacan que la búsqueda realizada por adolescentes en términos de identidades, sexualidades y lazos erótico-afectivos, está atravesada por “temores a las estigmatizaciones, exclusiones, discriminación y violencias de la que pueden ser objeto en el camino a la afirmacion del sentimiento de sí del proyecto identificatorio. Los devenires LGBTIQA+ tienen un plus de trabajo al salir de las expresiones socialmente aceptadas agregando malestar para el logro de la emancipación deseante” (2020, p.61). Las medidas de confinamiento y aislamiento, más los efectos de la crisis de salud global, han alterado estos ya de por sí entornos complejos donde niñxs y adolescentes crecen y se desarrollan. Estos cambios pueden desestabilizar familias, amistades, rutinas diarias y la comunidad en general, con consecuencias negativas en el bienestar y el desarrollo de las infancias y adolescencias (UNICEF, 2020). Asimismo, las medidas tomadas para prevenir y controlar la pandemia aumentan las condiciones de vulnerabilidad y riesgo de vivir diversas formas de violencia para las mujeres. La violencia intrafamiliar, el abuso sexual y la violencia de género aumentan por el aislamiento social, el cierre de escuelas y de espacios comunitarios donde se encuentran las redes de apoyo. Por otro lado, la disminución de ingresos y la inestabilidad laboral generan malestar y angustia en lxs adultxs, quienes tienen una sobrecarga adicional de cuidado, pudiendo potenciarse los malos tratos y las violencias (UNICEF, 2020a).
La violencia ejercida en la adolescencia en el marco del noviazgo en parejas heterosexuales es un grave problema social y de salud pública que afecta en grado considerable la salud física y mental (Tajer, Reid y Gaba, 2011; OMS, 2013; Rubio-Garay, Carrasco, Amor y López-González, 2015). Se destaca la violencia de género digital (VGD) ya que debido a la emergencia sanitaria por COVID-19, muchas dimensiones de la vida social e institucional se vieron afectadas y transformadas, adaptándose a nuevos recursos, entre ellos la comunicación digital como herramienta. En este contexto, a través de la cultura digital, la violencia de género se reformuló, adoptando nuevos modos de expresión (Flores y Browne, 2017). Según Zerda y Demtschenko (2018) la VGD refiere a acciones indirectas o directas mediante el uso de tecnologías de la información y la comunicación (TIC) que están basadas en una relación desigual de poder entre los géneros.
En CABA, las consultas por violencia de género digital se triplicaron desde que inició el aislamiento. Además, 1 de cada 3 mujeres sufrió violencia de género en las redes sociales. Del mismo modo, el 59% fue objeto de mensajes sexuales y misóginos, el 45% suspendió el uso de las redes sociales, el 34% recibió mensajes con lenguaje o comentarios abusivos, y el 26% recibió amenazas directas y/o indirectas de violencia psicológica o sexual en las redes (GCBA, 2020).
En lo que respecta al campo de la salud sexual y (no) reproductiva (SSR), se destacan las investigaciones sobre sexualidad, iniciación sexual y embarazo adolescente entre varones y mujeres cisgénero[2] (Villa, A., 2007; Brullet, C. y Gomez-Carnell, C., 2008; Fainsod, P., 2009). En las mismas se consigna que el grado de relación con la familia y el nivel de referencia hacia ellxs resultan factores determinantes en cuanto a los contenidos, contención, significaciones y modos de comunicación que se establecen (Calero y Santana, 2001; Pacheco-Sánchez et al, 2007). Asimismo se realiza un corte entre lxs adolescentes escolarizadxs y no escolarizadxs, con énfasis en desarrollar estrategias pedagógicas que generen contextos de socialización más democráticos en la familia y en la escuela (Pacheco-Sánchez et al, 2007).
Tal como se ha relevado en investigaciones anteriores de este equipo (Tajer (comp), 2020) existe un sesgo de género tanto en los imaginarios de lxs profesionales de la salud como en los de lxs adolescentes en el campo de la SSR. Mientras que para las mujeres los cuidados se vinculan a la posibilidad de prevenir un embarazo, para los varones el cuidado se relaciona con los riesgos de salud sexual que puede conllevar una relación íntima. Estos aspectos, como aquellos en torno a los sentidos creados por lxs adolescentes en relación al “consentimiento” o la “responsabilidad afectiva” deben ser actualizados a la luz de las condiciones de virtualidad en pandemia, para explorar las nuevas prácticas, resignificaciones y su impacto en los modos de relacionamiento entre los géneros.
Lxs adolescentes refieren como “consentimiento” a preguntarse o encontrar modos de asegurarse que haya un deseo compartido de tener prácticas sexuales o intimidad en sus relaciones. Nótese que el consentimiento tiene una larga trayectoria en el campo de la investigación en salud (Protocolo de Helsinki, 1964). La novedad es que este tipo de procedimiento de garantía de derechos en desigualdad de situación (pacientes-personal de salud, entrevistadxr- entrevistadx) está comenzando a ser usada en la población adolescente en su relacionamiento sexo-afectivo. Como “responsabilidad afectiva” los adolescentes llaman a diferentes tipos de situaciones en las cuales los modos de relacionarse entre ellxs deben tener en cuenta el cuidado y el impacto en otrxs. Esto puede incluir: acuerdos entre partenaires sexuales, tanto en relaciones monogámicas, no monogámicas y/o poliamorosas. Esto genera muchos debates (Tajer, 2020a; Escobar, 2019; López, 2019) respecto a cómo pueden conjugar o distinguirse, en las relaciones sexo-afectivas las nuevas prácticas de autonomía más allá del orden patriarcal, de la objetalización de lxs otrxs que produce el neoliberalismo. Según la socióloga Eva Illouz, las transformaciones en las relaciones amorosas han tomado carácter económico en relación a la cultura del consumo. Los mecanismos sociales de regulación para el intercambio erotico-amatorio entre partenaires han perdido regulaciones o mediciones en referencia a otras generaciones (Illouz, 2020). Serían lxs jóvenes quienes arman sus propias regulaciones a través del “consentimiento” o la “responsabilidad afectiva” como legalidades, ajustes y redefiniciones de la libertad para salir del territorio de la mercancía.
En cuanto al consumo problemático de sustancias, lxs profesionales del campo de la salud destacan que es una problemática instalada en la adolescencia a modo de propuesta de época, ya que los contextos recreativos se dan en el marco del consumo de alcohol y sustancias. En este sentido el consumo está instalado masivamente lo cual requiere una indagación específica para poder realizar intervenciones preventivas y a modo de reducción de daños. En relación a las diferencias de género en los motivos del consumo: por un lado, los varones se encuentran más expuestos en tanto perciben que las normas de la comunidad con respecto al consumo son favorables al mismo; además, el poco riesgo percibido en el consumo, la búsqueda de sensaciones, las recompensas por conductas antisociales y la búsqueda de pertenencia a grupos aumentan la exposición (Tajer 2020a). Por otro lado, en las mujeres, el conflicto familiar, las transiciones y la depresión son significativamente mayores y predisponentes al consumo (López Larrosa y Rodríguez-Arias Palomo, 2010; Jeifetz y Tajer, 2010; Parga, Villa y Arédez, 2012; Lima Serrano, M., Neves de Jesús S. y Lima Rodríguez J., 2012).
En relación al impacto de la pandemia y el aislamiento en el consumo, problemático o no, un estudio realizado por el Observatorio Argentino de Drogas (OAD) refiere como algunos hallazgos centrales, que las consultas a la Línea 141[3] aumentaron en más del 165%. La mayoría de las consultas fueron realizadas por mujeres (65,5%) pero respecto del consumo de otras personas, solo un 8% de mujeres consultaron por su propia situación. Algunas de las llamadas transmitían la preocupación por el incumplimiento de las cuarentenas por personas que consumen, así como crisis en la situación de consumo debido a las dificultades para salir y obtener las sustancias. Uno de los efectos del aislamiento preventivo y obligatorio fue el aumento en la ingesta de alcohol, en combinación con psicofármacos, como formas de reemplazo a otros tipos de consumo (OAD, 2020). En la exploración de potenciales cambios en los consumos de adolescentes, varones y mujeres, en contexto pandemia, será importante identificar el impacto diferencial respecto a la reducción de los espacios colectivos donde algunos consumos eran habitualmente realizados (reuniones, fiestas, espacios públicos), sea por la instalación de otros modos de sociabilidad mediante plataformas virtuales, o por la modalidad que hayan tenido los encuentros en quienes los sostuvieron.
Planteamiento del problema
Previo a la irrupción de la pandemia, la participación en las calles y en las escuelas de lxs adolescentes y jóvenes en el marco de la masividad nacional e internacional del movimiento #NiUnaMenos, junto con el reclamo de la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito sentaron bases para un despliegue colectivo de diversos reclamos y exigencias. El No es No en las escuelas secundarias, la mayor visibilidad de existenciarios trans y expresiones de la diversidad sexual, son acontecimientos que han conmovido a nuestra sociedad y en particular a la población adolescente. A partir de distintas acciones como el reclamo por la implementación de la Educación Sexual Integral (ESI), la creación de comisiones de género y diversidad en centros de estudiantes y/o instituciones, la elaboración de protocolos para situaciones de violencia de género, así como espacios de-constructivos mixtos y de varones, entre otras, pueden apreciarse distintos modos en que lxs estudiantes secundarios tomaron un rol protagónico en la visibilización de las problemáticas de género en el ámbito educativo, mayormente desde el año 2017 (Tajer, Lavarello, Cuadra, et al, 2020).
Este equipo relevó inquietudes y sensibilidades presentes en lxs adolescentes vinculados a las temáticas de diversidad identitaria, prácticas sexuales, eróticas y amorosas. En mujeres adolescentes se visibilizó la necesidad de una puesta de límites respecto a conductas de varones cis que se enmarcaban en el modelo patriarcal, lo cual en principio dejó perplejos a los adolescentes ante demandas de paridad en las relaciones y posteriormente habilitó la posibilidad de repensar estas cuestiones. En esta línea, se observó la invención de acciones entre pares, como las ya mencionadas, en pos de la transformación de las desigualdades genéricas (Tajer (comp) 2020; Tajer, Lavarello, Cuadra, et al, 2020; Faur, 2019).
A partir de distintas experiencias de extensión[4] realizadas en escuelas secundarias se identificaron nuevos desafíos para las comunidades educativas, quienes se han encontrado con dificultades institucionales para abordar los malestares que surgen, ya sean propios de estos momentos de cambios o propiciados por la inacción de la institución cuando advienen los conflictos (Tajer (comp) 2020 y Tajer, Lavarello, Cuadra, et al, 2020).
Por otra parte, en las investigaciones del equipo sobre salud adolescente la mayoría de lxs profesionales entrevistadxs refirieron que el ámbito educativo es el más adecuado para desplegar acciones de prevención en salud. En el mismo sentido, los grupos de estudiantes consultados expresaron, aún con una mirada crítica respecto a cómo es abordada, la necesidad de acceder a información sobre salud sexual y (no) reproductiva en las escuelas (Tajer (comp) 2020). Por todo ello, se decide realizar la indagación en el ámbito educativo porque es donde podemos encontrarlxs[5], y es también allí donde se expresan las tensiones, novedades, conflictos y modos de respuesta ante los mismos, en el entrecruzamiento de las relaciones entre los géneros y generaciones. En el contexto de pandemia por COVID-19 las instituciones educativas han sido visibilizadas socialmente en tanto espacios de socialización para las infancias y adolescencias, y respecto a su participación en los cuidados (Tajer, 2020). La situación socio-sanitaria complejiza, resignifica y configura interrogantes respecto a la particularidad que imprime la misma sobre las dinámicas de las relaciones genéricas en estudio.
Por tanto, la pregunta centrada en conocer los modos actuales de relación entre los géneros en adolescentes escolarizadxs y los efectos en su salud integral se organiza a partir de las siguientes hipótesis:
1. El avance de los movimientos feministas y la participación activa de lxs adolescentes generan nuevas modalidades de vinculación entre los géneros con efectos en su salud integral.
2. Modos de subjetivación patriarcales acordes al modelo de masculinidad hegemónica y femineidad tradicional (Connell, 1997; Tajer, 2009) subyacen y conviven con modalidades más innovadoras en lxs mismxs adolescentes y adultxs de la comunidad educativa.
3. Las transformaciones sociales, las exigencias y participación de lxs adolescentes conmueven a la comunidad educativa, la cual presenta dificultades para responder a la novedad.
4. En el contexto de pandemia las exigencias y participación, así como la interpelación a la comunidad educativa se han visto modificadas.
5. La ausencia de perspectiva de género y subjetividad en el modo de respuesta de las instituciones educativas invisibiliza la complejidad de las relaciones entre lxs adolescentes como así también sus necesidades específicas.
De ellas se desprenden los objetivos generales de la investigación los cuales son: 1) identificar y analizar los modos de relación entre los géneros en adolescentes escolarizadxs y sus efectos en la salud integral y 2) identificar los alojamientos de la comunidad educativa frente a los modos actuales de relación entre adolescentes.
A su vez, a partir de los mismos se definen las siguientes acciones: identificar y describir efectos de los movimientos feministas sobre los imaginarios sociales y prácticas de adolescentes escolarizadxs; explorar las modalidades de relaciones sexo-afectivas en el contexto actual y sus efectos en la salud integral; identificar y describir respuestas colectivas de adolescentes escolarizadxs a las problemáticas de violencia por razones de género; identificar la existencia de acuerdos de cuidados entre pares y de la comunidad educativa respecto al contagio por virus COVID-19, así como la configuracion de transgresiones de acuerdo a género y generación; y pesquisar las respuestas y acciones de la comunidad educativa frente a los desafíos que plantean los modos actuales de relación entre lxs adolescentes.
Metodología
El proyecto de investigación se enmarca dentro del paradigma cualitativo e incorpora como método la Investigación Acción Participativa (IAP), que parte de una concepción dialéctica y dinámica de la realidad (Ahumada, Antón y Peccinetti, 2012) y que tiene como condición indispensable la participación de sujetxs sociales seleccionados en función de lo que interesa indagar (Montero, 2006). De acuerdo a los objetivos propuestos en esta investigación el diseño es exploratorio y descriptivo para contribuir a ampliar un campo de estudio poco explorado, así como abierto, flexible y emergente (De Souza Minayo, 2009). De tal forma, se adapta a medida que se genere nuevo conocimiento sobre el fenómeno estudiado.
La muestra es de carácter intencional y no probabilística. Las unidades de análisis están constituidas por integrantes de la comunidad educativa de cuatro escuelas secundarias (dos de gestión pública y dos de gestión privada) de las ciudades de Buenos Aires y La Plata. Todas ellas son instituciones laicas a las que asisten estudiantes de diferentes sectores socio-económicos. Las técnicas utilizadas para la recolección de datos son entrevistas en profundidad a informantes clave; entrevistas semi-estructuradas a preceptorxs/tutorxs, docentes, personal directivo, jóvenes pertenecientes a centro de estudiantes, familiares, entre otrxs; y dispositivos grupales de indagación a estudiantes de 15 a 19 años, agrupadxs en forma mixta y segregadxs por género autopercibido.
Avances a partir de lo relevado en las entrevistas a informantes claves
Al momento de la escritura del presente artículo, el equipo lleva realizadas cinco entrevistas a informantes claves (N=5) profesionales de distintos campos disciplinares especializadxs en adolescencias y juventudes de CABA y La Plata, y una entrevista grupal (N=1) a adolescentes. Considerando los supuestos teóricos y metodológicos de la IAP, la consulta a informantes clave, definidas como personas poseedoras de información relevante y utilizable, es un procedimiento clave que permite una aproximación a la realidad, de particular relevancia para el diseño de las entrevistas semiestructuradas y los dispositivos grupales de indagación mencionados en el apartado metodológico.
Las 5 personas adultas entrevistadas hasta el momento son dos psicoanalistas con trayectoria en atención de adolescentes, dos psicólogas con experiencia en adolescencia en el campo de la salud y la educación y una antropóloga con amplia experiencia en trabajo comunitario e investigación con infancias y juventudes. Lxs adolescentes entrevistadxs son integrantes del centro de estudiantes de una escuela de gestión pública de La Plata, a la cual acuden mayoritariamente sectores de clase media. Consultadxs respecto al tema de investigación, la mayoría dio un espacio privilegiado en su respuestas a la actual situación de emergencia socio-sanitaria. De las entrevistas se desprenden diversos aspectos a considerar, que se exploran a continuación.
Respecto de los vínculos entre pares durante la pandemia
Lo primero a destacar respecto a la relación entre pares es el señalamiento de perfiles diferenciales de socialización en esta etapa del ciclo vital durante la pandemia. En los sectores medios y medios-altos primaría el contacto a través de las TIC, en tanto que en sectores populares -al verse restringido su acceso- la socialización presencial prevaleceria por sobre la mediación tecnológica en los vínculos: “(...) sectores medios y medios-altos, vivieron el encierro en la casa y con casas que tienen una habitación para el jóven y en los sectores populares eso no es así. Entonces, en los sectores populares se siguió en el barrio (...) Entonces ahí la sociabilidad no se cortó tanto” (IC5). Hecho que coincide con lo planteado por lxs estudiantes entrevistadxs, que caracterizaron esos encuentros mediados por juegos virtuales en los varones, y el uso de plataformas para reuniones cuando los mismos eran mixtos (ICG1).
Respecto de los vínculos mediados por las redes sociales, una entrevistada señaló el desafío que significa para lxs profesionales de la salud mental comprender y acompañar lo que sucede entre pares, en tanto reconoce un modo de vivenciar generacionalmente distinto al encuentro que allí se produce con lxs otrxs:
“Aparece una instancia diferente que tiene que ver con la no presencialidad ¿cómo lo ubicamos en la categoría presencia-ausencia? (...) Las intervenciones si son pensadas desde la dicotomía más adulta, van al muere en algún punto. No hacen mella en los pibes. Porque para los pibes no existe tal oposición, no lo piensan de esa manera. Está entramado. Y lo diferencian porque a pesar de que está entramado no es confusional.” (IC3).
Por su parte otro entrevistado se inclinó por diferenciar lo que acontece en las redes, proponiendo distinguir entre vínculo y conexión, entendiendo que sería cualitativamente diferente “hoy es imperiosamente necesario tener un dispositivo que haga idea de un yo ilusoriamente engrandecido por la virtualidad y la hiperconexión”. Si bien hizo referencia a que es una situación que observa hace un tiempo, el uso de las redes se habría exacerbado en pandemia: “en ese no poder dejar de estar en conexión (…) llegó un momento en que hubo un aumento de la situación de angustia por el encierro, dificultades vinculares con los padres por el encierro, un crecimiento del temor en el sentido de comprender que se estaba encerrado por un peligro y no por una sanción familiar, porque se portaron mal”. Señaló que pasado un tiempo donde el uso de redes resultó satisfactorio durante el Aislamiento Social Preventivo Obligatorio (ASPO), aparecieron cuadros de angustia y estados depresivos y violencia intrafamiliar (IC4). Al respecto, otra entrevistada consideró que lxs adolescentes “construyen mundos”, “se acompañan” mediante el uso de las TIC, y estimó que “algún vínculo allí se establece entre pares”, aunque reconoce que es un campo muy poco estudiado (IC5). En esta línea, otra de las entrevistadas estableció diferencias en las preferencias de lxs adolescentes respecto del uso de las redes sociales y señaló una cuestión de relevancia para pensar la articulación de las TIC en pandemia: “(...) Tik Tok daba la posibilidad de poner en movimiento el cuerpo. Entre tanto distanciamiento y quietud en las casas” (IC3). Por su parte lxs adolescentes refirieron que la situación sanitaria les permitió aprender el uso y sacar provecho a TIC que desconocían y las valoraron positivamente.
Respecto a la exploración sobre el propio cuerpo y la sexualidad mediada por las pantallas una profesional entrevistada señaló: “pibas, chiquitas, de primer año de secundaria, por ahí empezaban a explorar perfiles en tinder falsos para jugar a ver cómo podían ser sensuales, con el riesgo que ello puede implicar porque tuvieron que remitirse a las redes y a la virtualidad”. Compartió impresiones e interrogantes respecto a los efectos que podía tener lo que consideraba una “hiperexposición a la crítica y autocrítica” en términos de trastornos alimentarios, “consumos en general, incluyendo consumo de comida” o en el aumento de ciertas formas de relacionamientos violentos entre pares (IC2). En la misma línea de sentido otra entrevistada refirió que:
“es un tema re interesante lo del cuerpo, de la sexualidad y de los inicios de la sexualidad (...) Es todo un trabajo, y un trabajo de reconocimiento con un par. Es absolutamente necesario, hay un juego de miradas y de experiencias concretas que son necesarias de hacer (...) hay cosas que no se ven con la pantalla. Que es, en algunos gestos o en el sentir el momento y el contexto, el clima afectivo. Tenés como mucho más comunicación que no es hablada, es más bien sentida (...) Entonces, me parece que la experiencia real es necesaria y sigue siendo demandada por ellos” (IC3).
La preocupación e interés manifestado por lxs entrevistadxs respecto a la cualidad de vinculación entre adolescentes en las redes, puede asociarse a la tensión entre la hipersexualización de niñas y adolescentes o modos actuales de los juegos eróticos, guiones viejos con pantallas o experiencias e imaginarios actuales. Cabe mencionar aquí el uso diferencial por género y clase de las TIC el cual es incorporado transversalmente para la indagación de relaciones entre pares, en contexto de pandemia. También su vinculación con el aumento de denuncias por VGD y los fenómenos de “cancelación”[6] en redes.
Respecto al modo de vivenciar el propio cuerpo y la sexualidad, lxs estudiantes señalaron el impacto que tuvo en ellxs al verse en la presencialidad el tiempo transcurrido en el ASPO. Se notaban más grandes, con las modificaciones en su esquema corporal propias del ciclo vital. Una de las entrevistadas comentó su preocupación por su cuerpo e imagen, en función del desorden del sueño y alimentación durante ese periodo, así como por la exacerbación de su autoobservación durante el aislamiento. Lxs jóvenes coincidieron en la apreciación de haber necesitado y no haber recibido el apropiado acompañamiento en salud mental. Asimismo, refirieron el haber estado privadxs de encuentros sexuales o amorosos (ICG1).
Vínculos intergeneracionales atravesados por la pandemia
n las distintas entrevistas se hizo mención a cómo las relaciones intergeneracionales, sea en el ámbito familiar como en el escolar se han visto conmovidas. Surge la exacerbación de las conflictivas familiares y la violencia familiar debido al aislamiento social preventivo y obligatorio:
“(...) malestar con los adultos, el tener que estar todo el día con adultos y todos en la misma casa en los sectores medios (...) nunca habían estado tantas horas con sus padres. En los sectores populares (...) son espacios muy chicos con mucha gente, muchas horas entonces se peleaban más entre hermanos, padres, etc. Y la escuela ocupaba un lugar muy pequeño porque no había cómo recibirla” (IC5).
Otra de las entrevistadas explicó que las restricciones afectaron la autonomía de lxs adolescentes de manera muy variada y que el estar con personas adultas todo el día, sin la mediación o las interacciones con amistades ni pares sin duda ha impactado en su ejercicio (IC2).
Una de las entrevistadas refiere encontrar diferencias entre generaciones en el modo de vivenciar la pandemia “nos refugiamos en lo que ya teníamos fijo. Eso te permite como agarrarte mejor, entonces nos ponemos locos de trabajo, nos encerramos en los zooms, no sé. Pero para los adolescentes y los jóvenes es durísimo. No sé cuándo nos vamos a dar cuenta de lo que está significando, cómo se va a procesar”. Según su mirada, a la incertidumbre sobre el futuro por la conmoción del estado de excepción por pandemia, en lxs jóvenes se agregarían las exigencias sociales, respecto a tomar decisiones sobre el futuro en relación a educación, trabajo, así como sobre su sexualidad, afectos y familia (IC5). En concordancia con dicha apreciación, otra entrevistada menciona “(...) Ni hablar que les pibes estan, como adolescentes, lidiando con narrativas de la muerte, que los increparon como responsables de matar al abuelito si salían a ir a la escuela” (IC2).
Lxs estudiantes entrevistadxs refierieron haberse sentido acompañadxs por sus familias, pero conocer situaciones de compañerxs que transcurrieron el periodo de ASPO en condiciones de mayor conflicto (ICG1).
Educación en pandemia “la institucionalidad muestra toda su fragilidad”
Dos entrevistadas señalaron que en el acceso a las TIC las brechas se han ampliado. La posibilidad de conectividad ha determinado la continuidad educativa, evidenciando posibilidades muy desiguales de acceso a la escolaridad entre adolescentes de diferentes clases sociales: “(...) tenías pibes de escuelas que tenían 3 zooms por día a otro que tenía una conversación de whatsapp por semana” (IC5). Dos de las entrevistadas (IC2 e IC5) coincidieron en que las estrategias de continuidad educativa fueron heterogéneas y, en general, demoraron en poder instalarse. En los sectores populares se organizaron con apoyatura en organizaciones comunitarias, tomando modalidades del casa por casa acompañadas en el acercar y devolver las tareas.
Una de las entrevistadas enfatizó la falta de respuesta institucional: “la percepción que elles tenían es que los DOE[7] o los equipos de salud mental institucionales, los habían dejado solos (...) cada vez mayor fragilidad de los equipos de orientación escolar y un mayor distanciamiento de los equipos con respecto a sus comunidades educativas” (IC2). Expresó que las instituciones educativas en toda la primer parte del año 2020 no pudieron dar respuesta y ofrecer espacio de tramitación de lo que estaba pasando, y ante dicha situación las familias comenzaron a exigir a los establecimientos, afectando ello también en el ejercicio de la autonomía y participación de lxs adolescentes “los espacios de les pibes están completamente comidos por las disputas adultas y la institucionalidad muestra toda su fragilidad” (IC2).
Si bien se piensa a la institución escolar como un espacio en el cual “(...) no es sólo donde encontramos adolescentes o a niñas, sino donde podemos reflexionar sobre la responsabilidad que nos cabe en un escenario, en un contexto, que ha sido fundado para el encuentro intergeneracional, para el encuentro con la diferencia” (IC1), según la mirada de otra entrevistada el adultocentrismo aparece en las prácticas, en el priorizar la situación de lxs trabajadorxs del sistema educativo por sobre su responsabilidad respecto a lxs adolescentes
“(...) La escuela no se piensa como un espacio que pueda tomar una parte de la responsabilidad en la construcción de prácticas de cuidado, en el marco de la pandemia concretamente y en general también, pero en el marco de la pandemia no lo piensa así (...) no te organizó charlas para la familias de las escuelas para pensar el sufrimiento de les pibes en este contexto. Nadie lo hizo, nadie. El nivel de invisibilidad de les pibes es magno” (IC2).
En contraste a estas respuestas referidas a sectores medios y medios-altos, en sectores populares las redes preexistentes entre organizaciones comunitarias y escuelas se articularon aun con todas sus limitaciones. Una de las entrevistadas mencionó la singular referencia que constituyen lxs adultxs que llevan acciones de promoción de salud en territorio (IC5).
Lxs estudiantes entrevistadxs mencionaron que fue clave su organización en delegadxs por curso para acompañar las estrategias escolares en el ASPO, dado que señalaron la sobreexigencia por parte de docentes y el haber tomado intervención en ello. Entendían que lxs docentes al no poder tomar contacto en el aula con lxs estudiantes, y frente al uso de las pantallas sin imagen de lxs mismxs, les asignaban excesiva tarea (ICG1).
Respecto a los modos de relacionarse entre lxs géneros
En algunas entrevistas, informantes clave reflexionaron respecto a los escraches en escuelas medias, en tanto situaciones que otorgaron visibilidad a cierta conmoción en los modos de relación entre los géneros: “ese tipo de escraches, representaron una violencia inusitada a compañeres de su misma edad que estaban transitando la misma incertidumbre sexual que las chicas(...), y para el colegio era un tipo de demanda completamente externa en la medida en que el suceso en sí no tuvo lugar dentro del colegio, éste no tiene por qué intervenir” (IC2). Las instituciones educativas tienen dificultades para pensar la vida de lxs estudiantes y en este punto de las violencias y los escraches como algo en lo que están necesariamente implicadas.
En una respuesta surgió la articulación escrache-virtualidad y sus efectos de mortificación para lxs adolescentes, los cuales si bien producen altos niveles de malestar, presentan particularidades por género:
“(...) en lo virtual podes hacer más fácil algunas cosas y entre ellas ser violento. Primero porque no hay tanta sanción y segundo, porque se corre rápidamente la movida. O sea, que es un lugar para dar rienda suelta a cuestiones impulsivas también. Si te enojaste, lo podes denostar al otro (...) el efecto del escrache es quedar muy en evidencia y para poder correrse también de ese lugar tienen que quedarse como muy aislados de lo virtual y de lo social. Tanto en esa situación, como si también una chica se entera que se pasaron fotos de ella por todos lados. El nivel de mortificación y de humillación que siente de ser expuesta es muy grande (...) Esto es lo que trae la particularidad de lo virtual. A veces, ni alcanza cambiarte de escuela o cambiarte de lugar. Porque no hay manera de salir de esa cuestión persecutoria. Entonces, se torna traumático y la verdad que el riesgo de que terminen en una situación de suicidio también es muy alto (IC3).
En los sectores populares fue señalado el uso de las redes en vinculación a la violencia entre pares varones, la entrevistada observó cómo eran utilizadas para provocar peleas que continuaba en la calle. Respecto a la violencia por razones de género estimó era una situación extendida y lo que más le preocupaba era la posición de los jóvenes de pelear en defensa de sus madres que padecen violencias por parte de la figura del “padrastro” (IC5).
En contraste, en las entrevistas que dieron cuenta de las realidades de sectores medios-altos, surgieron relatos sobre las maneras en que lxs estudiantes accionaron en pos de obtener algún tipo de contención y elaboración del conflicto en la comunidad educativa:
“(...) los centros de estudiantes fueron el espacio central para tramitar estas cuestiones, y por ejemplo para discutir ESI, y para discutir y proveer reflexiones sobre el tema de violencia de género y relaciones intergéneros. De hecho, las charlas y las actividades… por ejemplo, mis hijas tuvieron el año pasado[8] sobre ESI fueron del centro de estudiantes, no eran institucionales. Y las institucionales siguieron siendo, salvo dos excepciones, esas jornadas medias pedorras que hacen (risas) una vez al año (risas)” (IC2).
Consultada por cómo veía a lxs adolescentes respecto al género en particular una de las entrevistadas refirió que en el espacio barrial de juventudes eligen reunirse por separado, y notar en las adolescentes mujeres un modo de posicionarse distinto respecto a los varones. Si bien el agrupamiento del sector popular al que hacía referencia no adhería o participaba mayoritariamente de las luchas por el derecho al aborto “son todas pañuelos celestes” y contaba risueñamente el modo en que intercambiaba en diferencia con ellas su postura, notaba en las adolescentes que contaban con más modelos identificatorios e incluso percibia otro modo de vivenciar los proyectos ligados a la feminidad tradicional, por ejemplo en el que podian ser madres solas o estudiar, o en el recurrir por acompañamiento por una practica de IVE a los referentes comunitarios (IC5).
Lxs estudiantes por su parte, comentaron que si bien había ocurrido un escrache durante el comienzo del ASPO y desarrollaron actividades desde el área de género del centro de estudiantes, no le dieron mucha trascendencia. Centraron sus respuestas en los esfuerzos de sostener la relación entre el centro de estudiantes y sus pares, dado que muchxs dejaban de asistir a las clases virtuales. Al volver a la presencialidad manifestaron sentirse más unidos y “cariñosos”, y estar valorando todo lo que se extrañaron (ICG1).
Reflexiones finales
De acuerdo hasta lo aquí indagado en las entrevistas a informantes claves, en sus observaciones respecto a las relaciones entre adolescentes ha primado, acentuado por el contexto de pandemia, las diferencias de acuerdo a pertenencia de clase, en lo relativo al acceso de las TIC y las modalidades de continuidad de escolaridad diferenciales de acuerdo a las condiciones socio-económicas, también respecto a los modos de encuentro en red o que continuaron sosteniendo en el espacio público. Expresamente respecto a las relaciones entre lxs géneros de adolescentes escolarizadxs y sus efectos en la salud integral, algunxs entrevistadxs se refirieron a las situaciones de escrache, violencias digitales y actividades de implementación de la ESI promovidas por centros de estudiantes durante la pandemia.Una de las entrevistadas observa en sectores populares diferencias entre los géneros, frente a la presión social de decidir sobre el proyecto o modo de vida en esta etapa vital, en el modo de posicionarse las adolescentes por contar con más modelos identificatorios o al modo de vivenciar los proyectos ligados a la feminidad tradicional, incluida la posibilidad de pedir acompañamiento para la realización de una interrupción voluntaria del embarazo (IVE). También la participación en movimientos de mujeres. Lxs adolescentes si bien refirieron cuestiones atinentes a lxs géneros, centraron sus respuestas en los efectos en la salud mental de la pandemia y lxs esfuerzos por sostener las redes de apoyo entre pares.
En las entrevistas realizadas a profesionales, se señala el no saber en torno a ciertas cuestiones que están ocurriendo y surgen preguntas por sus efectos en el entramado social y, más específicamente, en las escuelas, las familias y en las vidas de lxs adolescentes; cobrando relevancia poder contar con la voz de lxs propixs jóvenes y otrxs actores institucionales del ámbito escolar. Por todo ello, la presente investigación busca ampliar la mirada e inteligibilidad sobre acontecimientos y fenómenos sociales en producción.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS
Ahumada, M., Antón, B.M. y Peccinetti, M.V. (2012). El desarrollo de la Investigación Acción Participativa en Psicología. Enfoques, vol. XXIV, núm. 2, pp. 23-52 Universidad Adventista del Plata Libertador San Martín, Argentina. Disponible en: http://www.redalyc.org/pdf/259/25926198005.pdf
Bleichmar, S. (2011). La construcción del sujeto ético. Buenos Aires: Paidós.
Brullet, C. y Gomez-Carnell, C. (2008). Malestares: infancia, adolescencia y familias. Colección Miradas Intergeneracionales. Barcelona: Editorial GRAO.
Calero, J.L. y Santana, F. (2001). Percepciones de un grupo de adolescentes sobre iniciación sexual, embarazo y aborto. Revista Cubana de Salud Pública, 27(1), 50-57. Disponible en: http://scielo.sld.cu/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0864-34662001000100007&lng=es&tlng=es
CEPAL-UNESCO (2020). La educación en tiempos de pandemia de COVID-19. Recuperado de https://repositorio.cepal.org/bitstream/handle/11362/45904/1/S2000510_es.pdf
Connell, R. (1997). La organización social de la masculinidad. En Valdés y Olavarría (Eds.) Masculinidad/es: Poder y crisis. Santiago de Chile: Ediciones de las mujeres nro. 24, FLACSO.
De Souza Minayo, M.C. (2009). La artesanía de la Investigación Cualitativa. Técnicas de la investigación. Buenos Aires. Lugar Editorial.
Dirección General de Estadística y Censos, Ministerio de Economía y Finanzas, GCBA (2017). Encuesta Anual de Hogares. Disponible en: https://www.estadisticaciudad.gob.ar/eyc/?cat=211
Fainsod, P. (2009). Pobreza y trayectorias escolares de adolescentes madres y embarazadas. Una crítica a los enfoques deterministas. En Llomovate S y Kaplan C. (comp) La desigualdad educativa. La naturaleza como pretexto. Buenos aires: Editoral Noveduc.
Faur, E. (2019). Del escrache a la pedagogía del deseo. Revista Anfibia. Disponible en: http://revistaanfibia.com/cronica/del-escrache-la-pedagogia-del-deseo/
Fernández, A.M. (2009). Las diferencias desigualadas: multiplicidades, invenciones, políticas y transdisciplina. Nómadas, No 30, pp 22-33. Universidad Central, Colombia.
Flores, P. & Browne, R. (2017). Jóvenes y patriarcado en la sociedad TIC: Una reflexión desde la violencia simbólica de género en redes sociales. Revista Latinoamericana de Ciencias Sociales, Niñez y Juventud, 15(1), pp. 147-160. http://www.scielo.org.co/pdf/rlcs/v15n1/v15n1a09.pdf
Gilligan, C. (1982). In a different voice: psychological theory and women’s development. Cambridge: Harvard University Press.
Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires GCBA (17 de septiembre de 2020). Cuarentena: se triplicaron las consultas por casos de violencia de género digital. Recuperado de: https://www.buenosaires.gob.ar/saludsexual/temas/genero/noticias/cuarentena-se-triplicaron-las-consultas-por-casos-de-violencia-de
Illouz, E. (2020). El fin del amor. Una sociología de las relaciones negativas. Ed. Katz.
Jeifetz, V., & Tajer, D. (2010). Equidad de Género en la adherencia al tratamiento de adicciones. Representaciones y Prácticas de profesionales y pacientes en un servicio de internación de un hospital público. Anuario de investigaciones, 17.
Lima Serrano, M., Neves de Jesús, S. & Lima Rodríguez J. (2012). Actitudes de adolescentes hacia la salud: evaluación de un programa escolar de promoción de la salud en Sevilla, España. En Revista Salud Colectiva. 8(1), p.47-60. Universidad Nacional de Lanús.
López Larrosa, S. y Rodríguez-Arias Palomo, L. (2010). Factores de riesgo y de protección en el consumo de drogas en adolescentes y diferencias según edad y sexo. Psicothema, 22 (4), 568-573.
Lo Russo, A., Reid, G. (2020). Sobre género y diversidades sexuales en las adolescencias. En Libro Clínica con adolescentes. Problemáticas contemporáneas, (comp.) Silvina Ferreira dos Santos.Ed. Entreideas
Martinez Meza, K.N., & Chipuli Castillo, A.M. (2020). Violencia de género en espacios digitales en México. Una mirada desde la pandemia de Covid-19. O público e o privado Nro 37. Set/dez 2020. Recuperado de https://revistas.uece.br/index.php/opublicoeoprivado/article/view/4097/4238.
Ministerio de las Mujeres, Géneros y Diversidad (2020). Medidas en materia de género y diversidad en el marco de la emergencia sanitaria. Disponible en: https://www.argentina.gob.ar/generos/medidas-en-materia-de-genero-y-diversidad-en-el-marco-de-la-emergencia-sanitaria
Montero, M. (2006). La investigación acción participativa. Orígenes, definición y fundamentación epistemológica y teórica. Hacer para transformar: El método en la psicología comunitaria, 121-158.
Observatorio Argentino de Drogas (2020). Estudio nacional sobre las modificaciones en los consumos de sustancias y las respuestas asistenciales implementadas a partir del Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio por Covid-19. Disponible en: https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/oad_estudio_aspo_eje_1_informe_final_0.pdf
OMS (2013). Informe. Estimaciones mundiales y regionales de la violencia contra la mujer. Prevalencia y efectos de la violencia conyugal y de la violencia sexual no conyugal en la salud. Suiza: OMS. Disponible en: https://apps.who.int/iris/bitstream/handle/10665/85239/9789241564625_eng.pdf?sequence=1
OMS/OPS (2008). Salud de la madre, el recién nacido, del niño y del adolescente. 10 datos sobre la Salud Adolescente. Recuperado en: http://www.who.int/child_adolescent_health/topics/development/es/index.html
Östlin, P. & Sen, G. (2007). La inequidad de género en la salud: desigual, injusta, ineficaz e ineficiente. Informe final a la Comisión sobre Determinantes Sociales de la Salud de la OMS. Red de Conocimiento en Mujer y Equidad de Género.
Pacheco-Sánchez, C.I., Rincón-Suárez, L.J., Elías Guevara, E., Latorre-Santos, C., Enríquez-Guerrero, C., y Nieto-Olivar, J.M. (2007). Significaciones de la sexualidad y salud reproductiva en adolescentes de Bogotá. Salud Pública de México, 49(1), 45-51. Disponible en: http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0036-36342007000100007&lng=es&tlng=es
Parga, J., Villa, V., & Arédez, C. (2012). Debates y desafíos en la promoción de la equidad de género en la atención de adicciones. En Actas de las Jornadas Interregionales 2012 “Sobre las Adicciones y el Uso Problemático de Sustancias”.
Rubio-Garay, F., Carrasco, M.Á., Amor, P.J., y López-González, M.A. (2015). Factores asociados a la violencia en el noviazgo entre adolescentes: una revisión crítica. Anuario de psicología jurídica, 25(1), 47-56.
Tajer, D. (2020). Cuidados generizados en salud. Revista Symploke Estudios de Género, (1), 5-16. Recuperado de: http://www.revistasymploke.com/revistas/SymplokeEGN2.pd
Tajer, D. (2020a). Psicoanálisis para todxs. Por una clínica pospatriarcal, posheteronormativa y poscolonial. Editorial Topia.
Tajer, D. (comp) (2012). Género y salud: las políticas en acción. Buenos Aires: Lugar Editorial.
Tajer, D. (comp) (2020). Niñez, adolescencia y género. Herramientas interdisciplinarias para equipos de salud y educación” Editorial Noveduc 2020.
Tajer, D. (2009). Heridos corazones. Vulnerabilidad coronaria en varones y mujeres. Buenos Aires: Editorial Paidós.
Tajer, D., Gaba, M. y Reid, G. (2011). Impacto de la violencia de género en la salud de las mujeres: una investigación en la ciudad de Buenos Aires. En Revista Género y Salud en Cifras, Revista oficial del Centro Nacional de Equidad de Género y Salud Reproductiva. Vol 12, Nro 2, 2014. Disponible en: http://cnegsr.salud.gob.mx/contenidos/descargas/GySenC/Volumen12_2/Impactoviolenciadegenero.pdf
Tajer, D., Reid, G., Cuadra, M.E., Solís, M., Fernández Romeral, J., Saavedra, L., Lavarello, M.L. y Fabbio, R. (2019).Varones adolescentes en la Ciudad de Buenos Aires: barreras de género en la prevención y atención de la salud. En Revista Salud Colectiva, publicado el 30 de diciembre de 2019. ISSN 1669-2381 (Versión impresa), ISSN 1851-8265 (Versión electrónica).
Tajer, D., Lavarello, M.L., Cuadra, M.E., Manconi, M. y Reid, G. (2020). Generación e y lógicas del cuidado en el ámbito educativo En Revista Novedades Educativas: Violencia/Convivencia: pedagogías y políticas del cuidado. Edición 357- año 2020 ISBN 03283534
Tronto, J. (1987). Más allá de la diferencia de género. Hacia una teoría del cuidado. Signs: Jornal of Women in Culture and Society, vol. 12, University of Chicago. Disponible en: http://www.unsam.edu.ar/escuelas/humanidades/centros/cedehu/material/(13)%20Texto%20Joan%20Tronto.pdf
UNICEF (2020). Guía para que los gobiernos adopten medidas concretas para garantizar la protección de las niñas, niños y adolescentes como parte fundamental de todas. Recuperado de: https://alliancecpha.org/en/system/tdf/library/attachments/the_alliance_covid_19_brief_version_1_es.pdf?file=1&type=node&id=37184
UNICEF (2020a). Víctimas ocultas: Unicef alerta sobre el aumento de la violencia hacia niños y niñas durante el aislamiento preventivo del Covid. Recuperado de: https://www.unicef.org/argentina/comunicados-prensa/victimas-ocultas-unicef-alerta-violencia-ninos
Villa, A. (2007). Cuerpo, sexualidad y socialización. Intervenciones e investigaciones en salud y educación. Buenos Aires. Centro de Publicaciones Educativas y Material Didáctico.
Zerda, F. y Demtschenko, M. (2018). “Violencia de género digital” en Diana Maffía y Patricia L. Gómez (Coords) Género y Derechos. Revista Jurídica de Buenos Aires - año 43 - número 97 - 2018. Facultad de Derecho - Universidad de Buenos Aires. Recuperado de: Link: http://www.derecho.uba.ar/publicaciones/rev_juridica/rjba-2018-ii.pdf