Reseña
Recepción: 12 Agosto 2016
Aprobación: 20 Septiembre 2016
Los estudios sobre el papel de la masonería, en tanto el desarrollo del mundo de las ideas y de los espacios asociativos dentro de los movimientos intelectuales y revolucionarios europeos de finales del siglo XVIII y durante todo el siglo XIX, han acaparado en los últimos años un espacio considerable dentro de los especialistas sobre el tema. De este modo, ante la indagación a profundidad de los análisis sobre los movimientos revolucionarios, obreros, mutualistas, entre otros, de la Europa nacida de la era de las revoluciones (tomando prestado el título de la obra de Éric Hobsbawm), los historiadores han cambiado ampliamente los enfoques con que se enfrentan a su estudio. En este sentido, el libro de Marco Novarino ofrece una perspectiva novedosa para entender el vínculo existente entre estos fenómenos y la masonería.
En efecto, partiendo de lo propuesto por el autor en la introducción del libro, se puede proponer que su pregunta de investigación es la siguiente: ¿qué tipo de vinculaciones tuvo la masonería con la formación de los movimientos socialistas en la Italia de la segunda mitad del siglo XIX? Novarino ofrece un marco temporal de análisis preciso: 1864-1892 siendo la primera fecha la llegada de Mikhail Bakunin (1814-1876) a Italia (quien tuvo una vinculación con la masonería italiana), mientras que la segunda hace referencia al nacimiento del Partido Socialista Italiano1. A partir de allí, el autor reconstruye minuciosamente la manera en que los movimientos socialistas y las logias masónicas entraron en una reciprocidad ante lo que se asumía como los dos puntos de discusión entre ambas esferas; por un lado, la unificación italiana, por el otro, los movimientos socialistas internacionalistas2.
Para llevar a cabo su análisis, Novarino propone cinco capítulos con los cuales pretende vincular el desarrollo asociativo de la masonería y el advenimiento del socialismo en Italia. Sin pretender una explicación unidireccional, el autor acomete la difícil tarea de encontrar los vínculos, los intercambios y los conflictos entre ambos. A continuación se analiza cada uno de ellos.
En el primer capítulo, titulado “Bakunin, la massoneria e i masson-bakuninisti”, indaga sobre el tipo de vínculo que sostenía Bakunin con la masonería, buscando sustentar una influencia recíproca de los círculos socialistas y del mundo masónico con quien tuvo relación directa. En efecto, el autor logra ver cómo los espacios asociativos y de desarrollo de pensamiento en Italia presentaban una dinámica de intercambio continuo, aunque, en particular la masonería, bajo un ambiente muy fragmentado3 para la década de 1860. Ese es el espacio en el que se inserta Bakunin en 1864 en Florencia4.
Así, entonces, el autor reconstruye minuciosamente esa articulación en la que se movió Bakunin para establecer unas bases sólidas a la sociedad secreta que pretendía construir con miembros de las logias y los espacios nacionalistas italianos mazzinianos5. Al miento tiempo, esto revelaba la dinámica activa, pero fragmentada, que vivía el mundo asociativo e intelectual en Italia, la cual analiza empleando metodológicamente la prosopografía.6
En el capítulo dos, por su parte, intitulado “Democratico-socialisti e massoni in Italia. Agli inizi del movimento socialista” Novarino trata de dar cuenta del papel significativo que tuvieron diversos miembros de la masonería en Italia a partir de su militancia en organizaciones o círculos socialistas. De este modo, el autor observa que hubo dentro de la masonería el desarrollo de un espacio compartido del “ideario socialista” y sus pretensiones políticas, sin cerrar, claro está, las puertas a otras corrientes de pensamiento. Esto hizo que la masonería, en términos de acción política y desarrollo de una discusión de ideas, fuese ecléctica. Dicho de otro modo, tuvo en su interior una circulación de ideas concerniente a su papel político en el contexto de los primeros años tras la unificación italiana.
Esta última característica de la masonería pudo ocurrir por su carácter de asociación cultural y de desarrollo de ideales, afirma Novarino, lo cual, sin llegar a convertirse en una estructura partidista, permitió no obstante que se produjera dicha interacción.7 En este sentido, las escisiones ideológicas dentro de los movimientos socialistas no necesariamente llegaban a escindir a la masonería sino, al contrario, les permitía a ambos crear vínculos respecto al desarrollo de sus actividades y sus ideales políticos o asociativos y, además, generando debates o disputas en torno a diversos temas8.
En el tercer capítulo, denominado “Umanitarismo massonico e internazionalismo socialista in Giuseppe Garibaldi” Novarino explica el giro que sufre la relación entre la masonería y el movimiento socialista a partir de la figura de Giuseppe Garibaldi (18071882). El autor asevera que esto ha sido ampliamente estudiado en la historiografía masónica en Italia. Sin embargo, ofrece una relectura a partir de la forma en que Garibaldi, desde la década de 1870, tuvo en la masonería un espacio social, político e intelectual favorables a sus posturas cada vez más allegadas hacia el socialismo. La expansión por todo el territorio, afirma Novarino, junto al carácter democrático, anticlerical y laicista que tenía la masonería en Italia para esa década,9 estimularon esa interacción entre la masonería y las ideas socialistas. En este sentido, Garibaldi, propone el autor, fue un catalizador de esa conexión a partir de su carácter activo en la política italiana y el ideal universal que profesaba desde el pensamiento socialista y la dinámica intelectual y organizativa que ofrecía la masonería.
El capítulo cuatro titulado “Socialismo integralista” e liberamuratoria” ahonda sobre la aparición de la corriente “socialista legalitaria”10 a partir de la figura de Benoît Malon (1841-1893). En este capítulo, Novarino hace un breve recorrido de la carrera de Malon como socialista en su natal Francia hasta su paso por Italia durante la década de 1870. Su influencia se hizo sentir en diversos ambientes intelectuales debido a su producción intelectual siendo un autor muy leído entre los círculos socialistas.
Así, las logias que tuvieron contacto con su pensamiento, muy influido por el positivismo de Augusto Comte (1798-1857)11, encontraron un eje de discusión sobre la sociedad en términos de progreso que se convirtió en un elemento de intercambio entre diferentes formas de pensamiento. Esto, como lo explica el autor, no necesariamente provocaba un acercamiento con todas las logias y sus círculos intelectuales. Más bien, el espacio sociopolítico donde se desarrollaba la masonería era clave para encontrar esa cercanía intelectual. En ese sentido, los círculos masónicos de Sicilia, afirma Novarino, abrieron las puertas a su pensamiento y su acción política socialista12.
Finalmente, el capítulo cinco titulado “L’iniziazione di Andrea Costa e quella “mancata” di Antonio Labriola” versa sobre la manera en que actores centrales del Gran Oriente de Italia estuvieron inmersos en la fundación del Partido Socialista de Italia. El autor toma dos figuras protagónicas, Andrea Costa (1851-1910) y Antonio Labriola (18431904), buscando explicar de qué forma las tendencias dentro de la masonería estuvieron presentes en todo momento alrededor de su toma de posición respecto a la organización de asociaciones políticas cuyo fundamento ideológico venía del socialismo.
Novarino detalla la trayectoria de varios personajes durante las décadas de 1880 y 1890 para observar ese vaivén que tuvo el socialismo en Italia, en cuanto a la fundación de partidos políticos, cuya pertenencia a la masonería estaba dentro de sus principales características en términos de un asociacionismo que permitía la circulación de las ideas socialistas en Italia13. Sin embargo, como bien lo plantea Novarino, las tendencias partidistas e ideológicas generaban al mismo tiempo una dinámica más compleja con las logias, ya que la actuación política, los fundamentos ideológicos y la participación en la masonería podían alcanzar en ciertos momentos crispaciones difíciles de superar. Esto se refleja claramente en el caso de Antonio Labriola, actor intelectual de gran influencia sobre el pensamiento socialista en Italia quien finalmente ni se adhirió a ningún partido político ni logró finalmente establecerse dentro de una logia masónica14.
Para concluir, aunque el texto carece de una sección de conclusiones, lo cual hubiese sido muy valioso para valorar los hallazgos que el mismo autor realizó, se ofrece una serie de reflexiones respecto a la conformación del mundo político moderno y el papel de la masonería allí. Éstas se pueden sintetizar en tres.
En primer lugar, el texto de Novarino da la posibilidad de afirmar que el establecimiento del socialismo en Italia estaba lejos de ser una disputa entre facciones. Dentro de este amplio marco de pensamiento y organización política, el socialismo tuvo una interacción, en este caso a través de las logias, que provocaba un ambiente sociopolítico e intelectual mucho más amplios. Así, entonces, el escenario de actuación y proliferación del socialismo no era exclusivamente sectario, más bien se insertó ampliamente en espacios asociativos que buscaban, por el contrario, crear esferas de discusión de ideas. Esto benefició ampliamente a estas corrientes. Bakunin lo vio claramente a su arribo a la península italiana.
En segundo lugar, el autor permite volver a hacer la pregunta que persigue a la masonería y los especialistas que consagran sus investigaciones a ésta, ¿qué comparte ideológicamente la masonería con estas corrientes de pensamiento? Derivado de esto, ¿hasta dónde llega el papel de la masonería en la conformación de las sociedades modernas respecto a la construcción de los proyectos políticos? Su carácter universalista siempre le dio esa posibilidad de ser un ámbito asociativo “neutral” (palabra, por lo demás, siempre difícil de aplicar en estos casos) donde confluyeron diversas corrientes de pensamiento.
Por ello, la lectura del libro de Novarino da pie a sugerir una vez más si la masonería era sólo un espacio de circulación de estos movimientos o corrientes de pensamiento, de los cuales surgieron posteriormente otros fenómenos asociativos, intelectuales o políticos (el nacimiento del Partido Socialista Italiano, por ejemplo) o era más bien un gestor de aquéllos por la posibilidad que ofrecían las logias en tanto la dinámica social que se desarrollaba en su interior.
Finalmente, el libro de Novarino ofrece al lector una perspectiva muy diferente para acercarse a la historia de la construcción de Italia en tanto Estado moderno. Los vínculos hallados por el autor dan cuenta de un proceso en el cual la dinámica sociopolítica tocaba muchos escenarios de la vida social. En este sentido, el papel de la masonería ofrece la oportunidad de relanzar los estudios sobre otras prácticas asociativas, por ejemplo, la teosofía, los clubes, los círculos literarios, entre otros, respecto a la conformación de esferas de acción que finalmente tuvieron un impacto (el cual evidentemente se debe medir su efecto real) en el establecimiento de corrientes de pensamiento las cuales marcaron el camino político de los Estados modernos. El texto de Novarino ofrece un acercamiento de este tipo para el caso italiano. En este sentido, los estudios sobre la masonería en este respecto, se han convertido en un camino usual para los investigadores, pero será necesario ampliarlo hacia esas otras sociabilidades modernas.
Bibliografía
Novarino, Marco. Tra squadra e compasso e sol dell’avvenire: Influenze massoniche sulla nascita del socialismo italiano. Torino: Universita` Popolare di Torino Editore, 2013.
Mola, Aldo. “Masons in Italy: The Borderland Between Fanaticism and Liberty”. REHMLAC, Special Issue UCLA-Grand Lodge of California (2013 [citado el 30 de setiembre de 2016]): disponible en REHMLAC, Special Issue UCLA-Grand Lodge of California (2013 [citado el 30 de setiembre de 2016]): disponible en http://revistas.ucr.ac.cr/index.php/rehmlac/article/view/22549/22703
Notas
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