RESUMEN: El crecimiento de diversas cianobacterias nocivas (Microcystis) se ha intensificado a nivel mundial como resultado de numerosas y rápidas alteraciones ambientales. En este estudio la cianobacteria Microcystis fue aislada de la Pista Olímpica de Remo y Canotaje Virgilio Uribe de la Ciudad de México y se investigaron: 1) la influencia del aumento de nitrógeno (N) y fósforo (P) en el crecimiento de Microcystis y 2) la toxigenicidad potencial de Microcystis mediante bioensayos de mortalidad de Artemia sp. En 2017, dos cepas clonales de Microcystis (Mc17C2 y Mc17C3) se establecieron en condiciones controladas de laboratorio. Dichas cepas crecieron en una cámara iluminada con irradianza de 19.6 µmol/m2/s con un fotoperiodo de 12 h luz:12 h oscuridad a temperatura ambiente (~ 24 ± 2 ºC). Se cultivó Artemia sp. y se seleccionaron juveniles del crustáceo para alimentarlos con diferentes concentraciones de Microcystis. El aumento en la concentración de N y P se asoció con mayores tasas de crecimiento de Microcystis; sin embargo, su crecimiento óptimo no coincidió con los niveles más altos de nutriente en los cultivos. La ingestión de Microcystis por juveniles de Artemia causó mortalidad del 50 al 100 % en un lapso de 48-72 h cuando la abundancia fluctuó entre 3 × 105 y 3 × 106 cel/mL. En general, Artemia sp. no mostró sensibilidad al consumo de Microcystis en las primeras 24 h. Se concluye que el incremento y la disponibilidad de nutrientes disueltos conducen a mayores tasas de crecimiento de Microcystis con efecto potencial sobre el zooplancton.
Palabras clave: aguas epicontinentales, nutrientes disueltos, cianotoxicidad, Ciudad de México.
ABSTRACT: The growth of several harmful cyanobacteria (Microcystis) has increased worldwide as a result of numerous and rapid environmental alterations. In this study, the toxigenic cyanobacterium Microcystis was isolated from a water body in Mexico City (Pista Olímpica de Remo y Canotaje Virgilio Uribe) with the aim to investigate: (1) the influence of increasing nitrogen (N) and phosphorus (P) on the growth of Microcystis and (2) the potential toxigenicity of Microcytis using mortality bioassays of Artemia sp. In 2017, two clonal strains (Mc17C2 y Mc17C3) of Microcystis were established in monoculture under controlled laboratory conditions. Microcystis strains were grown in a culture chamber in vitro with irradiance 19.6 µmol/m2/s with a 12 h light:12 h dark photoperiod, and at room temperature (~ 24 ± 2 ºC). Artemia sp. was cultured and juvenile organisms were used and feed on different quantities of Microcystis strains. Increasing N and P concentrations lead to higher growth rates of Microcystis; however, its optimum growth rate did not match with the highest nutrient concentrations in the cultures. Microcystis ingestion by juvenile Artemia caused 50 to 100 % of mortality in 48-72 h, when fed on abundance between 3 × 105 y 3 × 106 cells/ml. In general, Artemia was not susceptible to Microcystis ingestion within a time of 24 h. In conclusion, higher availability of dissolved nutrients in the water leads to increasing growth rates of Microcystis which may cause potential effects on zooplankton.
Key words: epicontinental waters, dissolved nutrients, cyanotoxicity, Mexico City.
Artículos
EVALUACIÓN DEL CRECIMIENTO Y TOXIGENICIDAD DE Microcystis EN AGUAS ENRIQUECIDAS CON NUTRIENTES
GROWTH ASSESSMENT AND TOXIGENICITY OF Microcystis IN NUTRIENT-ENRICHED WATERS
Recepción: 01 Octubre 2019
Aprobación: 01 Junio 2020
Diversos sistemas acuáticos epicontinentales del territorio mexicano están siendo alterados negativamente debido a una compleja interacción de cambios y procesos ambientales, por ejemplo, la contaminación, la urbanización, la eutrofización, el cambio climático, alteraciones hidrológicas y los florecimientos algales nocivos (FAN) (Winder y Sommer 2012, Harke et al. 2016). Los FAN son fenómenos provocados por la abundancia y reproducción excesiva de microorganismos fotosintéticos, cianobacterias y algas de una o varias especies, en la columna de agua de ambientes acuáticos (García-Mendoza et al. 2016). En las últimas décadas, la frecuencia, permanencia, distribución geográfica e intensidad de los FAN se han incrementado en todo el mundo (Harke et al. 2016).
Distintas cianobacterias planctónicas formadoras de florecimientos (Microcystis, Planktothrix, Aphanizomenon, Nodularia, Cylindrospermopsis, Limnothrix) causan graves problemas ambientales, socioeconómicos y de salud reconocidos a nivel mundial (Paerl y Huisman 2008). Microcystis es uno de los géneros cianobacteriales dominantes en aguas epicontinentales (Harke et al. 2016), cuyos florecimientos pueden resultar perjudiciales debido, entre otras cuestiones, a la presencia de microcistinas, toxinas oxidantes generadoras de diferentes problemas de salud (O’Neil et al. 2012). Existen más de 100 variedades identificadas globalmente de microcistinas que pueden causar la muerte en vertebrados por hemorragia del hígado (Merel et al. 2013, Puddick et al. 2016). La ruta más común de intoxicación humana por microcistinas es la vía oral por ingestión de agua, plantas o animales contaminados, aunque también ocurre por inhalación o por contacto directo con la piel (WHO 2003). Los efectos negativos de las microcistinas pueden presentarse desde algunos minutos hasta varios días después de la exposición a las biotoxinas (Zanchett y Oliveira-Filho, 2013).
Numerosas cianobacterias planctónicas tienen, en general, una tasa de crecimiento mayor que la de muchos autótrofos eucariontes y pueden competir exitosamente cuando la temperatura aumenta (Paerl y Huisman 2009). Tal es el caso de Microcystis, cuyo crecimiento óptimo está regulado, entre otros factores, por la disponibilidad de nitrógeno (N) y fósforo (P) (Harke et al. 2016). Asimismo, su capacidad de almacenar nutrientes le permite crecer en cuerpos de agua desde mesotróficos hasta hipertróficos (Gobler et al. 2016).
Se ha demostrado que, entre los nutrientes implicados en el metabolismo, el N, además de sus funciones como elemento nutritivo esencial, puede modular la toxicidad de Microcystis (Puddick et al. 2016). La limitación de N retrasa la síntesis de microcistinas (Dai et al. 2008). Por otra parte, el P, en concentraciones ambientales reducidas, tiene poco efecto sobre la producción de microcistinas (Dai et al. 2008), y Microcystis tiene la capacidad de usar sulfuros como reemplazo (Puddick et al. 2016).
En la zona urbana de Xochimilco, Ciudad de México, específicamente en las aguas de la Pista Olímpica de Remo y Canotaje Virgilio Uribe, existe un problema ambiental desde hace varias décadas, debido a la presencia y permanencia de florecimientos derivados del crecimiento excesivo de Microcystis (Pineda-Mendoza et al. 2011).
Considerando el potencial nocivo de Microcystis sobre la biota y el ambiente a nivel mundial, los objetivos de interés del presente trabajo de investigación fueron: 1) determinar la influencia de concentraciones crecientes de N y P sobre el crecimiento de Microcystis y 2) evaluar el potencial toxígeno de dos cepas de Microcystis, tomando como organismo experimental al crustáceo Artemia.
La Pista Olímpica, escogida para realizar este trabajo, es un ejemplo de ecosistema eutrófico, debido a descargas de aguas residuales, donde Microcystis suele desarrollar frecuentemente florecimientos de diversa intensidad (Tavera et al. 2000, Alva-Martínez et al. 2004, 2007a, 2007b, 2009).
Microcystis fue recolectada en abril de 2017 en la Pista Olímpica (19º 16’ 20.58” N, 99º 6’ 16.72” O) de la Ciudad de México. Este cuerpo de agua mide aproximadamente 2200 m de largo, 125 m de ancho, tiene 2 m de profundidad y mantiene su volumen mediante aporte pluvial y vertido de aguas tratadas (Pineda-Mendoza et al. 2011).
Se recolectaron 5 l de agua superficial con botella van Dorn. De este volumen se almacenó 1 L del agua en un frasco de plástico, colocado y trasportado en una hielera (~ 8 ºC) hasta el laboratorio, previo al aislamiento de Microcystis. La muestra de agua se mantuvo fresca y en la oscuridad por un tiempo < 30 min antes de llegar al laboratorio. El material se agitó vigorosamente por 1 min para separar las colonias. Los cultivos clonales se realizaron usando el método de micropipetas y diluciones seriadas bajo el microscopio (Andersen y Kawachi 2005), donde una célula de Microcystis se aisló y multiplicó clonalmente en tubos estériles con medio basal Bold (0.5 mL). En este estudio se utilizaron dos cepas de Microcystis denominadas Mc17C2 y Mc17C3.
Dichas cepas crecieron en monocultivos in vitro en una cámara iluminada con irradianza de 19.6 µmol/m2/s, con un fotoperiodo de 12 h luz:12 h oscuridad, a temperatura ambiente (~ 24 ± 2 ºC). Los cultivos desarrollados de Microcystis se transfirieron y mantuvieron en crecimiento exponencial en un volumen de 250 mL antes de los experimentos de crecimiento y mortalidad. Cabe destacar que las cepas de Microcystis se distinguieron por su crecimiento unicelular en todos los monocultivos, aunque esporádicamente se observó formación de triadas.
Se utilizó la cepa Mc17C3 para evaluar el efecto de un gradiente de concentración de Ntotal (1.47-29.40 nM) y Ptotal (0.86-17.21 nM) sobre el crecimiento. El medio basal Bold (Ntotal = 2.94 mM y Ptotal = 1.72 mM [Andersen et al. 2005]) se utilizó como referencia estándar en las combinaciones de N y P empleadas para el crecimiento de Microcystis. En este sentido, la combinación de nutrientes asignada a los cultivos experimentales de Microcystis se denominó 1/2 ×, 1 ×, 2 ×, 6 × y 10 × (submúltiplos y múltiplos del valor de N y P agregado a los cultivos considerando el contenido del medio basal Bold).
Los experimentos de crecimiento (1/2 ×, 1 ×, 2 ×, 6 × y 10 ×) se realizaron por triplicado en matraces Erlenmeyer (1 L) con un volumen inicial de 700 mL. El crecimiento se evaluó durante 15 días en las condiciones físicas descritas. Los cultivos experimentales iniciaron con abundancias celulares de 104 cel/mL. El crecimiento de Microcystis se cuantificó usando un microscopio compuesto (Zeiss Standard 25) y cámara de Neubauer (Guillard y Sieracki 2005) cada dos días. La tasa de crecimiento se calculó con base en la pendiente de una regresión lineal transformando a logaritmo natural los datos de abundancia de la fase del crecimiento exponencial (Wood et al. 2005).
La concentración de clorofila a en una alícuota de 25 mL se determinó por espectrofotometría siguiendo el método de extracción pasiva (Jeffrey y Humphrey 1975). Los pigmentos clorofílicos fueron extraídos en la oscuridad durante 24 h a 4 ºC, utilizando acetona al 90 %.
La potencial toxigenicidad de Microcystis (cepas Mc17C2 y Mc17C3) se investigó por medio de bioensayos de mortalidad del crustáceo Artemia sp. (Vanhaecke et al. 1981). Artemia sp. se cultivó eclosionando quistes comerciales según el método propuesto por Sorgeloos et al. (1986). Antes del cultivo se filtró (0.7 µm) y esterilizó agua de mar con una salinidad de 34 UPS. Los quistes eclosionaron en agua de mar diluida (salinidad 27 UPS) a temperatura de 25 ºC (± 2), con un fotoperiodo de 12 h luz:12 h oscuridad. En los bioensayos se usaron individuos juveniles de Artemia sp. con la boca y el sistema digestivo desarrollados. Antes de los bioensayos se confirmó la ingestión de células vivas de Microcystis a través de microscopía de epifluorescencia (Fig. 1 ). Todos los bioensayos se realizaron en la oscuridad para no alterar la abundancia celular de Microcystis, a temperatura de 23 a 26 ºC. Como control experimental negativo, Artemia sp. fue alimentada con microalgas no tóxicas de los géneros Scenedesmus y Pseudokirchneriella. El rango de abundancia y la cepa de Microcystis expuesta como alimento a Artemia se describen en el cuadro I. Los controles negativos y las pruebas experimentales de alimentación se realizaron por sextuplicado en todos los casos. Los bioensayos se realizaron en frascos de cristal (8 mL) con un volumen de 5 mL de agua marina diluida (salinidad 27 UPS), donde un organismo de Artemia se alimentó con la abundancia señalada en el cuadro I. El gradiente de abundancia empleado en los bioensayos se realizó por dilución (agua de mar y cultivo de Microcystis), donde se conservó una salinidad de 27 UPS en todos los casos. La mortalidad se cuantificó a las 24, 48 y 72 h en todos los bioensayos.
Para comparar la toxicidad de Microcystis con resultados de otros estudios, se calculó la equivalencia entre la abundancia celular (cel/mL) usada en este trabajo y la biomasa seca (mg/mL) usada por otros autores, considerando que una célula tuvo una equivalencia en peso de 1.21 × 10-11 g (Hu 2014).
Los datos de abundancia, tasa de crecimiento y concentración de clorofila a se promediaron y graficaron con el programa SigmaPlot (v. 13, Systat Sofware, San Jose, CA, EUA). Además, se graficó el porcentaje de mortalidad de Artemia sp. (n = 4) de los controles y de los tratamientos con alimentación a las 24, 48 y 72 h. Las tasas de crecimiento determinadas en diferentes concentraciones de nutrimentos (1/2 ×,1 ×, 2 ×, 6 × y 10 ×) se analizaron estadísticamente mediante un análisis de varianza (ANOVA) de una vía (SigmaPlot 13). Previamente se realizaron las pruebas de normalidad (Shapiro-Wilk) y homocedasticidad que confirmaron las condiciones de parametricidad de los datos de crecimiento. El valor de significancia (p) de las pruebas estadísticas fue de 0.05.
Microcystis (cepas Mc17C2 y Mc17C3) fue cultivada y creció satisfactoriamente en condiciones controladas de laboratorio usando los concentrados 1 × a 10 × del medio basal Bold (Fig. 2). Microcystis no creció en el medio Bold diluido (1/2 ×) y su crecimiento celular y producción de clorofila a declinaron al iniciar el cultivo (Figs. 2 y 3). El aumento de la concentración de nutrientes disueltos (1 × a 10 ×) produjo un incremento en las tasas de crecimiento de Microcystis (Fig. 4), pero el ANOVA (n = 3) no mostró diferencias significativas en las tasas de crecimiento de los experimentos 1 × (0.49 ± 0.10 d-1), 6 × (0.58 ± 0.12 d-1) y 10 × (0.50 ± 0.05 d-1) (p = 0.05, Fig. 4) Sin embargo, el crecimiento óptimo de Microcystis ocurrió en los cultivos 6 × (0.58 d-1). En el medio Bold 2 ×, a pesar de la concentración de nutrientes, Microcystis redujo su tasa máxima de crecimiento (0.33 d-1), pero no mostró diferencias estadísticamente significativas respecto a las tasas determinadas en los cultivos 1 × y 10 ×, con excepción del medio Bold 6 × (ANOVA, p = 0.05, Fig. 4). Independientemente de la concentración de nutrientes (medio Bold 1 × a 10 ×), la fase del crecimiento exponencial de Microcystis tuvo una duración < siete días para todos los tratamientos, y las abundancias máximas fluctuaron entre 8.83 × 104 y 6.52 × 105 cel/ml (Fig. 2).
La producción de clorofila a durante el crecimiento de Microcystis no mostró diferencias significativas en los medios 1 × y 2 ×, donde el máximo registrado fue de 11.0 µg cl a/L y 15.8 µg cl a/L (Fig. 3), respectivamente.
Artemia sp. se alimentó de distintas cantidades de Microcystis (Mc17C2 y Mc17C3) en los bioensayos, confirmándose que a mayor abundancia de Microcystis aumenta la tasa de mortalidad de Artemia (Fig. 5). En general, Artemia sp. no fue sensible a la ingestión de Microcystis en las primeras 24 h, excepto en el bioensayo B1 con abundancia de 3 × 105 cel/ml de la cepa Mc17C2 (Fig. 5). La tasa de mortalidad de juveniles de Artemia, producto de una intoxicación potencial, se agudizó a las 48 y 72 h (bioensayos B1 y B3), llegando a producir > 50 % de decesos cuando la abundancia fluctuó de 3 × 105 a 3 × 106 cel/ml (Fig. 5). Cabe destacar que en el bioensayo B2 se obtuvo la máxima tasa de mortalidad (100 %) de Artemia a las 72 h de haber sido alimentada con 1 × 105 y 3 × 106 cel/ml de la cepa Mc17C3. Sin embargo, en el bioensayo B3, a pesar de que se utilizó una mayor abundancia de Microcystis (≥ 5 veces) que en el bioensayo B2, únicamente se alcanzó un máximo de mortalidad de 66 % al término de 72 h (Fig. 5). La valoración del efecto máximo de mortalidad indica que la cepa Mc17C3 de Microcystis fue potencialmente más letal que la cepa Mc17C2 (Fig. 5). La exposición de Artemia sp. a abundancia ≤ 104 cel/ml de Microcystis causó mortalidad inferior al 50 % en la mayoría de los bioensayos.
Frecuentemente los florecimientos nocivos de cianobacterias como Microcystis provocan múltiples problemas ambientales, socioeconómicos y de salud en ecosistemas acuáticos epicontinentales a nivel global (Harke et al. 2016). En la zona urbana de Xochimilco, específicamente en las aguas de la Pista Olímpica, existe un problema ambiental desde hace décadas debido a la presencia y permanencia de un florecimiento derivado del crecimiento excesivo de Microcystis (Pineda-Mendoza et al. 2011). En esta región, los FAN de cianobacterias no han recibido la suficiente atención y, en general, se ignoran los riesgos que representan para la salud humana y la biota (Pérez-Morales et al. 2016).
Numerosos cuerpos de agua de Xochimilco están eutrofizados por exceso de nutrientes. La Pista Olímpica, por ejemplo, recibe aguas tratadas del Cerro de la Estrella desde hace varias décadas (Arcos-Ramos et al. 2012). El efecto de la carga de nutrientes en el agua no sólo ha favorecido la permanencia de los FAN de Microcystis, sino que también podría ser factor promotor de la producción y acumulación masiva de toxinas dañinas para la biota, incluyendo el hombre. Por ello, es indispensable comprender los impactos de la eutrofización por altas concentraciones de N y P sobre el crecimiento de Microcystis, así como advertir la potencial toxigenicidad de esta cianobacteria en el ambiente.
En este trabajo, la tasa óptima de crecimiento de Microcystis en condiciones de cultivo se asoció con concentraciones elevadas de N y de P (medio Bold 6 ×). Estos resultados coinciden con los realizados en distintas regiones, como en el caso de una cepa aislada de una laguna de Filipinas (Baldia et al. 2007). En ese mismo sentido, Vézie et al. (2002) demostraron que una proporción alta de N:P favorece el crecimiento de Microcystis, siempre y cuando la concentración de N supere un nivel mínimo (0.05 mg/L), tomando en cuenta la incapacidad de esta cianobacteria para fijar N atmosférico. Es importante destacar que los nutrientes influyen sobre la abundancia tanto de cepas tóxicas como no tóxicas; estas últimas los requieren en menor concentración para alcanzar la tasa máxima de crecimiento, en tanto que las cepas tóxicas los necesitan en mayores concentraciones (Davis et al. 2009, Burford et al. 2018). La ausencia de crecimiento de Microcystis en el experimento con menor concentración de nutrientes podría relacionarse con el aumento o mayor influencia en la síntesis de compuestos de reserva a expensas de la disminución en la división celular (Cordeiro et al. 2017).
Adicionalmente, la respuesta interespecífica de crecimiento de Microcystis en diferentes concentraciones de N y P, ha mostrado resultados muy variables (Parrish 2014); por lo anterior, diversos autores coinciden en la dificultad de definir los límites de N y P que promueven el desarrollo y la formación súbita de sus florecimientos. En consecuencia, es importante estudiar el crecimiento de diferentes cepas del género, ya que las respuestas génicas y fisiológicas de poblaciones de distintas localidades y ambientes pueden diferir significativamente (Vézie et al. 2002).
Las tasas máximas de crecimiento de Microcystis obtenidas en este estudio (0.58 y 0.50 d-1, medios Bold 6 × y 10 ×) son superiores a las documentadas en otros reportes que usaron el mismo medio Bold. La tasa óptima de crecimiento, obtenida usando el medio Bold 6 ×, permite inferir que una probable eutrofización del ambiente favorecería el mantenimiento y crecimiento de la cianobacteria. En la condición opuesta, en cuanto a limitación de N y de P en cultivo, se ubican tasas de crecimiento menores (0.15-0.18 d-1 [Imai et al. 2009, Che et al. 2017]), como ocurrió en este caso con el crecimiento en el medio con menor concentración de nutrientes. Por otra parte, también se ha señalado que Microcystis puede adaptarse y crecer eficientemente en condiciones reducidas de N, pero no en ausencia de P (Wu et al. 2015). Cabe agregar que la tasa de asimilación de diferentes concentraciones de P varía durante las etapas del crecimiento de Microcystis; puede aumentar en los primeros días de cultivo y luego disminuir (Ghaffar et al. 2017), como en los experimentos 1 × y 2 × aquí presentados. Algunos autores consideran que el P es el principal factor limitante en la formación y permanencia de los FAN de Microcystis en aguas epicontinentales (Harke et al. 2012).
Las toxinas producidas por cianobacterias afectan a organismos acuáticos a distintos niveles. En este trabajo, las cepas Mc17C2 y Mc17C3 provocaron inmovilidad, letargo y mortalidad de juveniles de Artemia, como ocurrió en estudios previos (Arzate-Cárdenas et al. 2010, Vasconcelos et al. 2010, entre otros). En ese sentido, las toxinas producidas por Microcystis podrían considerarse un mecanismo de defensa contra organismos fitoplanctívoros y, al mismo tiempo, afectarían las tasas de alimentación, reproducción y supervivencia de algunos depredadores (Holland y Kinnear 2013, Zanchett y Oliveira-Filho 2013).
La mortalidad de Artemia en los bioensayos estuvo relacionada directamente con el aumento de la abundancia celular de Microcystis, ya que se ha encontrado que al aumentar la abundancia de este microorganismo disminuye la supervivencia de los crustáceos Artemia y Daphnia magna (Arzate-Cárdenas et al. 2010). Cabe señalar que la biomasa seca de Microcystis se ha utilizado en varios bioensayos de toxicidad (Cuadro II), en los cuales la mortalidad de Artemia sp. ha sido similar a la de este estudio, hecho que revela la utilidad de su potencial nocivo como primer diagnóstico.
En el cuadro II se aprecia que hubo mortalidad significativa (˃ 50 %) de organismos de Artemia alimentados con cultivos de Microcystis mucho menos abundantes que los usados en otros estudios. Este resultado permite inferir la potencial toxigenicidad de las cepas Mc17C2 y Mc17C3, ya que existe relación entre el aumento de la mortalidad de Artemia y el incremento proporcional en la concentración de hepatotoxinas y neurotoxinas (Kiviranta et al. 1991, Campbell et al. 1994).
La diferencia en la mortalidad de Artemia producida por las cepas Mc17C2 y Mc17C3 (67-100 % vs. 50-67 %, respectivamente) podría atribuirse a una mayor concentración de compuestos nocivos. D’ors et al. (2013) señalan diferencias en la producción de compuestos nocivos entre distintas cepas que tienen efectos diferentes sobre los bioensayos. La mortalidad de Artemia estaría asociada al efecto de altas concentraciones de compuestos nocivos que inhiben la producción de enzimas digestivas en crustáceos, indispensables para desintegrar y digerir la biomasa fitoplanctónica de sus presas (Agrawal et al. 2005).
El incremento y la disponibilidad de nutrientes disueltos (N y P) en cultivos promueven mayores tasas de crecimiento de poblaciones de Microcystis. Por tanto, es posible que la descarga de aguas tratadas, ricas en nutrientes, al ambiente acuático de la Pista Olímpica de Remo y Canotaje Virgilio Uribe continúe teniendo implicaciones ecológicas en el mantenimiento, el crecimiento y la potencial producción de toxinas de Microcystis en el ambiente. Aunque el presente estudio permitió estimar que Microcystis posee un mecanismo de toxigenicidad potencialmente nocivo para la biota acuática, no se identificaron los metabolitos que pudieron causar mortalidad en juveniles de Artemia. En consecuencia, se requiere profundizar en el conocimiento y comprensión del funcionamiento de la ecología química de poblaciones toxígenas de Microcystis en éste y otros ambientes acuáticos epicontinentales.
*Autor para correspondencia: aldoaqcz@yahoo.com