Originales
CARACTERIZACIÓN DE PACIENTES CON TUMORES HIPOFISARIOS EN LA CONSULTA DEL SERVICIO DE ENDOCRINOLOGÍA DEL HOSPITAL VARGAS DE CARACAS, VENEZUELA
CHARACTERIZATION OF PATIENTS WITH PITUITARY TUMORS IN THE ENDOCRINOLOGY SERVICE AT THE HOSPITAL VARGAS DE CARACAS
CARACTERIZACIÓN DE PACIENTES CON TUMORES HIPOFISARIOS EN LA CONSULTA DEL SERVICIO DE ENDOCRINOLOGÍA DEL HOSPITAL VARGAS DE CARACAS, VENEZUELA
Revista Venezolana de Endocrinología y Metabolismo, vol. 19, núm. 3, pp. 138-148, 2021
Sociedad Venezolana de Endocrinología y Metabolismo

Recepción: 01 Diciembre 2020
Aprobación: 01 Mayo 2021
Resumen:
Objetivo: Determinar la frecuencia y características clínico epidemiológicas de pacientes con diagnóstico de tumores hipofisarios, evaluados en la consulta del Servicio de Endocrinología del Hospital Vargas de Caracas, Venezuela.
Método: Se realizó un estudio descriptivo, retrospectivo. La población y muestra estuvo conformada por 102 pacientes con tumores hipofisarios: 17 productores de ACTH, 14 de hormona de crecimiento, 30 de prolactina, 39 no funcionantes, uno de TSH y uno de FSH/LH. Se incluyó edad, sexo, manifestaciones clínicas y bioquímicas, tamaño del adenoma según resonancia magnética nuclear, tratamiento establecido, complicaciones, recidiva tumoral y características histopatológicas.
Resultados: De los 100 casos incluidos en el análisis estadístico, el sexo femenino fue el más frecuente (62%), y el promedio de edad fue de 39±15 años. El tumor no funcionante fue el más encontrado, seguido del productor de prolactina. Los macroadenomas predominaron en los tumores no funcionantes y los microadenomas en los productores de ACTH. El tratamiento médico fue la primera alternativa y donde la elección fue quirúrgica, la cirugía transesfenoidal fue la más utilizada. Los tumores no funcionantes fueron adenomas gonadotropos y mixtos posterior a la inmunohistoquímica.
Conclusión: Los resultados demostraron que los adenomas no funcionantes y los tumores tipo macroadenoma son más comunes de lo que se estima, con hallazgos diferentes a los encontrados en la literatura mundial. Estos datos enfatizan la necesidad de aumentar el conocimiento de los tumores hipofisarios, obteniendo así un diagnóstico y tratamiento precoz.
Palabras clave: Tumores hipofisarios, adenoma.
Abstract:
Objective: To determine the frequency and clinical epidemiological characteristics of patients with a diagnosis of pituitary tumors, evaluated in the Endocrinology Department of the Hospital Vargas de Caracas, Venezuela.
Methods: A descriptive and retrospective study was realized. The population and sample consisted of 102 patients with pituitary tumors: 17 producers of ACTH, 14 of growth hormone, 30 of prolactin, 39 non-functioning, one of TSH and one of FSH / LH. Age, sex, clinical and biochemical manifestations, size of adenoma according to MRI, established treatment, complications, tumor recurrence and histopathological characteristics were included.
Results: Of the 100 cases included in the statistical analysis, the female sex was the most frequent (62%), and the mean age was 39 ± 15 years. The non-functioning tumor was the most found, followed by the prolactin producer. Macroadenomas predominated in non-functioning tumors and microadenomas in ACTH producers. Medical treatment was the first alternative and where the choice was surgical, transsphenoidal surgery was the most used. Non-functioning tumors were gonadotropic and mixed adenomas after immunohistochemistry.
Conclusions: The results demonstrated that non-functioning adenomas and macroadenoma-type tumors are more common than estimated, with findings different from those found in the world literature. These data emphasize the need to increase knowledge of pituitary tumors, thus obtaining an early diagnosis and treatment.
Keywords: Pituitary tumors, adenoma.
INTRODUCCIÓN
Los adenomas hipofisarios (AH) representan el 10% de todos los tumores intracraneales diagnosticados y 25% de los tumores cerebrales que son intervenidos quirúrgicamente. La incidencia aumenta con la edad y en los análisis de autopsias se encuentra que un 30% de las personas mayores de 50 años presentan tumores de hipófisis clínicamente no funcionantes. En estudios de resonancia magnética nuclear (RMN) se han identificado anormalidades hipofisarias en el 20% de la población general.1
En el anuario de morbilidad del Ministerio del Poder Popular para la Salud (MPPS) del año 2011, se registraron 22.185 casos de neoplasias a nivel nacional, con una tasa de 75,8 casos por 100.000 habitantes, sin especificar el tipo de tumoración.2 Para el 2012, el anuario de mortalidad del MPPS, registró 8 casos de tumores malignos de la hipófisis, 3 masculinos y 5 femeninos, sin especificar el tipo de tumoración del área hipofisaria.3
Existen diversas lesiones tumorales ubicadas en el área sellar, pero los AH son los tumores más frecuentes de esa región. Entre ellos están los productores de hormona adrenocorticotropa (ACTH), hormona de crecimiento (GH), prolactina (PRL), hormona luteinizante (LH)/hormona folículo estimulante (FSH), hormona tirotropa (TSH) y no funcionantes. Los pacientes con estos tumores acuden a la consulta por síntomas de exceso o déficit hormonal, o manifestaciones neurológicas (trastornos visuales y cefalea) que son consecuencia del efecto del tumor sobre los tejidos cerebrales.4 La resonancia magnética (RM) es el mejor estudio disponible para identificar adenomas hipofisarios y observarlos en relación a las estructuras anatómicas vecinas.
Con respecto al manejo terapéutico de los AH, generalmente es médico, en otras condiciones está indicada la resolución quirúrgica, siendo la cirugía transesfenoidal la de primera elección en AH productores de ACTH, GH bien delimitados y no funcionantes con síntomas compresivos. La radioterapia no se usa como tratamiento inicial, sin embargo está indicada previo a la cirugía en macroadenomas hipofisarios cuando existe compromiso del quiasma óptico, así como en pacientes no candidatos a intervención quirúrgica, y en casos de persistencias o recurrencias posquirúrgicas.5
Cecenarro y col (2015), en su revisión, realiza un análisis de la casuística de 10 años de adenomas hipofisarios en la unidad de Neuroendocrinología del Hospital Córdoba en Argentina, analizó 102 historias clínicas sobre un total de 191 pacientes que concurrieron al Servicio de Endocrinología desde el año 2003 al 2014, donde evidenció que 63% fueron mujeres, y el mayor porcentaje etario fue entre 25-60 años (74,4%). El 54% correspondió a adenomas no funcionantes, el 28% a prolactinomas, el 11,8% somatotropinomas y el 6,2% corticotropinomas. En todos los tipos, el grupo femenino fue mayoritario, excepto en los no funcionantes. De los adenomas no funcionantes, el 79% fueron macroadenomas, entre los prolactinomas el 52% fueron microadenomas y se realizó cirugía en el 37% de ellos. Los somatotropinomas, en el 80% fueron macroadenomas, se operó el 80% de los pacientes y recibió radioterapia el 40%. En los corticotropinomas, tanto micro como macroadenomas, se presentaron en igual porcentaje (50%) y todos ellos recibieron tratamiento quirúrgico; concluyeron que los hallazgos coinciden con la literatura en cuanto a frecuencia y edad de presentación de los adenomas, por lo que consideraron valioso la elaboración de un registro que permita optimizar el seguimiento y tratamiento de los pacientes, la investigación y divulgación científica.6
Actualmente en Venezuela existen pocos estudios sobre la epidemiologia y datos estadísticos en relación a las características y complicaciones de los AH. Esta investigación se basa en realizar una caracterización de los aspectos clínicos, bioquímicos e histopatológicos de los pacientes con diagnóstico de adenomas hipofisarios que acuden a la consulta del servicio de Endocrinología del Hospital Vargas de Caracas entre los años 1985 y 2019.
MATERIALES Y MÉTODOS
Se realizó un estudio descriptivo, retrospectivo, donde la población y muestra estuvo conformada por 102 pacientes con diagnóstico de tumores hipofisarios, que corresponden, 17 a tumores productores de ACTH (AP-ACTH), 14 hormona de crecimiento (AP-GH), 30 prolactina (AP-PRL) y 39 no funcionantes (ANF), uno productor de TSH y uno productor de FSH/LH. Las variables a investigar fueron edad, sexo, síntomas clínicos y hallazgos bioquímicos según tipo de tumor, tamaño de adenoma según RMN, tratamiento establecido, complicaciones y recidiva tumoral, así como características histopatológicas.
Procedimiento
Para obtener la información se revisaron las historias clínicas de los pacientes con diagnóstico de adenoma hipofisario, previa autorización del jefe del servicio y departamento de historias médicas, cumpliendo con los requisitos bioéticos. La recolección de la información fue plasmada en una hoja de cálculo tipo Excel, para analizar los resultados, y estos se presentan en tablas y gráficos. Se excluyeron para el análisis estadístico los pacientes con tumor productor de TSH y FSH/LH en vista de no ser una muestra significativa, los cuales serán analizados de forma individual.
Análisis Estadístico
Se calculó el promedio y la desviación estándar de las variables continuas (edad) y en el caso de las variables nominales se calcularon sus frecuencias absolutas (n) y porcentajes (%). Los resultados se dispusieron en tablas de una y de dos entradas. La comparación de las variables cuantitativas entre tipo de tumores hipofisiarios se llevó a cabo con ANOVA de una vía, y en el caso de las variables nominales, se aplicó la prueba chi-cuadrado de Pearson. Se consideró un valor como estadísticamente significativo si p < 0,05. Los datos fueron tabulados con SPSS 25.
RESULTADOS
Fueron evaluados de manera retrospectiva 102 pacientes con diagnóstico de tumor hipofisario, de los cuales 100 se analizaron estadísticamente, donde la mayoría de estos pacientes fueron del sexo femenino, 62%; en cuanto a la edad, la mayoría, 37% con edad entre 29-43 años, y el menor grupo fue de 15 pacientes entre 58-72 años. La edad promedio de estos pacientes fue 39 ± 15 años (rango: 14 – 72 años) (Tabla I).

De los 100 pacientes analizados, 39% correspondió a adenomas no funcionantes (A-NF), seguidos de 30% de casos que fueron adenomas productores de prolactina (AP-PRL), 17% de adenoma productor de ACTH (AP-ACTH) y por último, 14% de casos que fueron adenomas productores de GH (AP-GH). En la relación de variables epidemiológicas con el tipo de tumor (Tabla II), la edad mostró diferencias significativas según el tipo de tumor hipofisario (p=0,001), la edad promedio de AP-ACTH fue 30±11 años, más jóvenes en comparación a pacientes con AP-GH, cuya edad promedio fue mayor, 50±17 años; en los pacientes con A-NF, la edad media fue 43±15 años, y la edad de pacientes con AP-PRL fue 33±12 años. En cuanto a la prevalencia por sexo, en los AP-ACTH, AP-GH y AP-PRL fue mayor en mujeres (88,2%, 78,6% y 73,3%, respectivamente), solo los A-NF fueron más prevalentes en el masculino (64,1%), y esta asociación fue significativa (p=0,001).

En cuanto a los signos y síntomas y su relación con el tipo de tumor, la facie de luna llena, estrías violáceas y giba dorsal, fueron manifestaciones propias de los AP-ACTH (16 pacientes, 94,1%). Todos los pacientes con AP-GH tuvieron rasgos acromegálicos (100%). La HTA/DM/obesidad central, 2 (11,8%) en pacientes con AP-ACTH y 2 (14,3%) con AP-GH (p=0,048). La galactorrea bilateral se presentó en 22 pacientes (73,3%) con AP-PRL, mientras que hubo 1 caso (5,9%) con AP-ACTH, 2 (14,3%) con AP-GH y 8 (20,5%) con A-NF (p=0,017). La presencia de oligo-amenorrea fue más frecuente en pacientes con AP-PRL, 13 (43,3%) con diferencia estadística significativa (p=0,001). La mayoría de los casos de disfunción eréctil se observaron en pacientes con A-NF, 19 (48,7%; p=0,001) al igual que la disminución de la libido, 27 (69,2%; p=0,001). Los trastornos visuales fueron más frecuentes en pacientes con A-NF, 35 (89,7%), seguidos por aquellos con AP-GH, 6 (42,9%; p=0,001). La presencia de cefalea se observó en 36 pacientes (92,3%) con A-NF, seguido por 14 (46,7%) con AP-PRL (p=0,001).
Se estableció la asociación entre el tipo de tumor y la bioquímica, en donde el cortisol estuvo elevado (100%) en los casos con AP-ACTH, fue normal en el 85,7% con AP-GH, en los pacientes con A-NF estuvo mayormente bajo (56,4%) y en aquellos con AP-PRL fue normal (93,3%; p=0,001). La prolactina estuvo normal en todos los pacientes con AP-ACTH, en el 92,9% con AP-GH, en el 89,7% con A-NF, y estuvo alta en todos los casos con AP-PRL (p=0,001). La GH estaba normal en todos los pacientes con AP-ACTH y con AP- PRL, y en 89,7% con A-NF; se encontró alta en 100% de los casos con AP-GH (p=0,001). La FSH/LH era normal en el 100% de los pacientes con AP-ACTH, en el 85,7% con AP-GH y en el 96,7% de aquellos AP-PRL, mientras que se encontró baja en el 61,5% de los casos con A-NF (p=0,001). Los valores de TSH estuvieron normales en todos los casos con AP-ACTH y AP-PRL, así como en el 92,9% de los casos con AP-GH, mientras que estuvieron bajos en el 51,3% de los pacientes con A-NF (p=0,0001). Los valores de T4 libre estuvieron normales en todos los pacientes con AP-ACTH y en la mayoría de aquellos con AP-GH (92,9%), en los casos de A-NF, la mayoría de los valores estuvieron bajos (51,3%).
Se caracterizó el tipo de tumor hipofisario de acuerdo a su tamaño (Figura 1), hubo 73 macroadenomas y 27 microadenomas; de todos los macroadenomas, 37 (50,7%) eran A-NF, seguidos por 23, (31,5%) AP-PRL, 10 (13,7%) AP-GH y 3 (4,1%) AP-ACTH. Entre los microadenomas, 14 (51,9%) eran AP-ACTH, 7 (25,9%) AP-PRL, 4 (14,8%) eran AP-GH y solo 2 (7,4%) fueron A-NF. Hubo relación estadística entre el tipo de tumor y su tamaño (p=0,001).

Cuando se relacionó el tipo de tratamiento con cada tumor (Tabla III), de todos los tratamientos médicos, 21 (65,5%) correspondió a AP-PRL (p=0,001), mientras que de todos los casos donde el tratamiento fue quirúrgico, en 16 (72,7%) el tumor fue AP-ACTH; y los casos donde se recibió tratamiento médico-quirúrgico, 30 (65,2%) fueron A-NF. El abordaje transesfenoidal predominó en el 91,2% de los casos quirúrgicos (Figura 2).


En referencia a las complicaciones, hubo casos de diabetes insípida, hipocortisolismo, hipotiroidismo central, fistula de líquido cefalorraquídeo (LCR), hematoma intrasellar y papiledema/hipertensión endocraneana, sin asociación estadística con algún tipo de tumor en particular. Solo se relacionaron, la presencia de perforación septal a los AP-ACTH, (p=0,019), la presencia de hipogonadismo que se asoció con 5 (12,8%) casos de A-NF (p=0,041) y el panhipopituitarismo en 18 (46,2%) casos con A-NF. La presencia de recidiva, fue diferente entre los diagnósticos, en AP-ACTH fue de 58,8%, en A-NF de 20,5% y en AP-PRL de 10% (p=0,001). No se pudieron evaluar los criterios de curación en todos los pacientes con AP-GH post-quirúrgicos, por lo que no se puede inferir si hubo recidiva o persistencia de la enfermedad. La biopsia fue reportada en el 64,7% de los casos de AP-ACTH y 53,8% de los A-NF (p=0,001). Solo hubo 1 caso de muestra insatisfactoria (p=0,001).
En los marcadores de inmunohistoquímica, hubo diferencias en FSH/LH+, ya que fue evidente solo en los casos de A-NF (p=0,001). También hubo diferencia en Mixtos, 80% en AP-PRL (p=0,050). En AP-ACTH, sólo estuvo el marcador ACTH+ en el 27,3%, mixtos en el 18,2% y tejido normal reportado en el 18,2%. El marcador de GH+ estuvo en AP-GH y A-NF (p=0,001) (Tabla IV).

A su vez, se halló en la revisión de historias clínicas, un adenoma tirotropo y un adenoma gonadotropo, los cuales fueron excluidos del análisis global y se decidió analizar por individual en vista de no ser una muestra significativa. El adenoma Tirotropo, se presentó en una paciente del sexo femenino, con clínica de adenoma no funcionante, cuyos signos y síntomas que motivaron su consulta fueron cefalea, trastornos visuales y amenorrea; bioquímicamente sin afectación de ningún parámetro (silente), en el contexto de un macroadenoma; el tratamiento indicado fue la resolución quirúrgica a través del abordaje transesfenoidal, sin complicaciones ni recidivas postquirúrgicas. El adenoma Gonadotropo, cursó con sintomatología y signos de compresión quiasmática y cefalea, sin ninguna actividad de secreción hormonal, por lo que la cirugía ofrecida fue abordaje transesfenoidal. Solo presentó como complicación postquirúrgica una fistula de LCR, no recidivante.
DISCUSIÓN
Los adenomas hipofisarios (AH) constituyen entre el 10 y el 15% de los tumores intracraneales en material quirúrgico y un 25% en material de autopsia no seleccionado7-9, generalmente benignos, pero pueden cursar con síntomas de hiperfunción hormonal, coexistir con grados variables de hipopituitarismo, ocasionando sólo síntomas de deficiencia hormonal y/o efectos de masa por compresión de las estructuras vecinas, por lo que el estudio de sus características clínicas y complicaciones permite el diagnóstico temprano, para así proporcionar un manejo y tratamiento oportuno en pacientes de alto riesgo.
En nuestro trabajo se encontró que los adenomas más frecuentes correspondieron a no funcionantes (39%), seguidos de los adenomas productores de prolactina (30%), con hallazgos similares a los descritos por Al-Dahmani y Masses en Canadá10, quienes hicieron un estudio retrospectivo, epidemiológico, en 1107 pacientes con diagnóstico de masas sellares, entre los cuales el adenoma No Funcionante constituyó el 38,4% seguido de los prolactinomas con 34,3% como los tumores más frecuentes. Sin embargo en el resto de la literatura encontrada fueron totalmente diferentes los resultados, representados en su mayoría (entre 50 – 55%), los adenomas productores de prolactina como los más frecuentes1,7,11.
Con respecto a la edad del diagnóstico y el tipo de tumor hipofisario, datos coincidentes con nuestro estudio fueron reportados en el Hospital de Cordova-Argentina en un estudio realizado por Cencenarro y col6, con 102 historias de pacientes recopiladas en 10 años, con diagnósticos de adenomas hipofisarios; el mayor porcentaje etario se encontraba entre los 25-60 años, representando edades parecidas a las encontradas en nuestra investigación donde los pacientes con menor edad se encontraron en los adenomas productores de ACTH (30±11 años), seguidos de los tumores productores de Prolactina (33±12 años), y la mayor edad de diagnóstico se evidenció en pacientes con adenomas productores de GH, cuya edad promedio fue de 50 años.
En relación a la prevalencia por sexo, todos los adenomas presentados fueron más frecuentes en mujeres a excepción de los tumores no funcionantes que fueron prevalentes en el sexo masculino, con diferencia estadísticamente significativa, y una estimación muy similar a la encontrada en la literatura mundial6,10,12.
Los signos y síntomas y su relación con el tipo de tumor, en nuestro estudio se encontró que la facie de luna llena, estrías violáceas y giba dorsal, fueron manifestaciones propias de los tumores secretores de ACTH, por lo que al encontrar dichos aspectos clínicos se podría tener una alta probabilidad en el diagnóstico de Enfermedad de Cushing; sólo un paciente cursó con clínica de enfermedad de Cushing cíclica por lo que la expresión fenotípica habitual no se evidenció; por otra parte se asociaron a tales pacientes comorbilidades como HTA/DM/Obesidad, las cuales podrían enmascarar un cuadro de hipercortisolismo al inicio de la evaluación clínica, especialmente porque tales características clínicas son más comunes de encontrar en la práctica médica11. Todos los pacientes con AP-GH tuvieron rasgos acromegálicos representando aún más alta la probabilidad diagnóstica, asociándose a su vez comorbilidades en estos pacientes de HTA/DM/obesidad central en el 14,3%, coincidiendo con los tumores secretores de ACTH. La galactorrea bilateral fue encontrada con mayor frecuencia en los AP-PRL, seguidos de los A-NF y sólo en el 14,3 y 5,9% de los casos con AP-GH y AP-ACTH, respectivamente, consistente con el efecto de compresión del tallo hipofisario por el adenoma y por ende, cese de la inhibición de la dopamina ante la prolactina; son hallazgos similares a los reportados por otros autores11. La galactorrea bilateral fue el principal motivo de consulta en los AP-PRL, acompañados de oligo-amenorrea secundaria, en comparación con el resto de los adenomas donde fue menor su presencia. Por otra parte, la disfunción eréctil, disminución de la libido, acompañados de trastornos visuales y cefalea (estos dos últimos con mayores porcentajes), fueron los motivos de consulta más frecuentes encontrados en A-NF, coincidentes a los descritos por Krivoy7, donde también fueron más frecuentes los trastornos visuales y cefalea (83 y 78%), por lo que el hallazgo de estas características clínicas en masculinos podría orientar la probabilidad de encontrarnos ante tal patología, coincidiendo con lo reportado en la revisión de Cecenarro y col6, de Ezza y Asa1 y de Chen y col13, éste último con una revisión de 385 pacientes con adenomas hipofisarios no funcionantes, donde existió mayor presentación en masculinos como en nuestro estudio.
Con respecto a la relación entre el tipo de tumor y la bioquímica, el cortisol estuvo elevado en la totalidad de los AP-ACTH, normal en los AP-GH y AP-PRL, y bajo en los A-NF, representando una alta incidencia de hipocortisolismo en estos últimos casos, coincidentes con la literatura, debido al efecto de masa/compresivo de los macroadenomas1,11, por lo que su estudio y sospecha permitiría la corrección oportuna del mismo. Las concentraciones de prolactina fueron altas solo en los AP-PRL, lo esperado para la patología11 y normal en la mayoría de los otros adenomas. Los niveles de GH solo estuvieron altos en el 100% de los pacientes con AP-GH, lo esperado para dicha patología1,11. Los niveles más bajos de FSH/LH al igual que de T4 libre se encontraron en los A-NF, en comparación al resto de los adenomas, por el efecto de compresión del tumor11.
Según la bibliografía, los microadenomas son más prevalentes e incidentes que los macroadenomas, los cuales presentan una prevalencia del 0,16 al 0,2%6,14; sin embargo, en nuestro trabajo obtuvimos que la mayoría resultaron ser macroadenomas (73%); los microadenomas predominaron entre los pacientes con AP-ACTH y prolactinomas, y los macroadenomas entre aquellos con A-NF, entendiendo que en nuestra investigación los A-NF fueron los adenomas con más número de casos y que tales pacientes acudieron a consulta principalmente cuando presentaron los síntomas de efecto de compresión quiasmática y cefalea, al igual que lo reportado en la bibliografía7,11.
En el tratamiento establecido según el tipo de tumor, se clasificó en médico, quirúrgico o ambos, donde el tratamiento médico solo fue más prevalente en el 65,5% de los pacientes con AP-PRL consistente con lo considerado por la literatura1,11; por otra parte, el tratamiento quirúrgico fue mayor en los AP-ACTH, coincidente con lo aconsejado en la literatura, donde el tratamiento quirúrgico es la primera línea para el manejo de estos pacientes11; los casos donde se recibió tratamiento médico-quirúrgico, fue en los A-NF, ya que al momento del diagnóstico ya existían complicaciones por efecto de masa y de panhipopituitarismo, al igual que en lo reportada en el estudio de Cecenarro y col6, con 55 pacientes con A-NF, de los cuales el 87,5% de los pacientes tratados con cirugía correspondían a tumores invasivos (Grados C y D de Hardy) por lo que el tratamiento combinado fue la mejor elección. En cuanto a los pacientes con AP-GH, el 57% de los casos recibió tratamiento médico-quirúrgico y el 43% solo tratamiento médico.
En relación al tipo de tumor y tipo de complicación postquirúrgica, la diabetes insípida fue la mayor, al igual que en el estudio realizado por el Dr. Krivoy7, neurocirujano, en una población de 800 pacientes con adenomas hipofisarios tratados quirúrgicamente, donde la diabetes insípida resultó en el 2,38%, siendo la más frecuente complicación postquirúrgica.
De todos los tumores que fueron quirúrgicos, el mayor porcentaje de recidivas (58,8%) se obtuvo en los AP-ACTH, seguido de los AP-GH (50%), siendo mayor que el encontrado en la literatura revisada, donde el porcentaje de recidiva fue del 30%7 e inclusive menor en los pacientes con resección completa del tumor, donde solo recidivan en el 12% a los 5 años de seguimiento15,16. Hay que hacer la acotación de que no se pudo realizar en los AP-GH la diferenciación entre si hubo criterios de curación luego de la cirugía y recidivaron o persistió la enfermedad después del acto quirúrgico ya que 7 de los 8 pacientes postoperados continuaron con análogos de somatostatina al no alcanzar las metas de curación. La cirugía transesfenoidal se asocia a una mínima morbimortalidad y es la más recomendada en situaciones de tumores funcionantes o invasivos7,17,18. En nuestro trabajo predominó el abordaje transesfenoidal (91,2%) en comparación con la craneotomía (8,8%), dentro de los pacientes quirúrgicos, similar a otras series18.
De la mayoría de los tumores donde el tratamiento de elección fue quirúrgico no fue reportada la biopsia, inherente a problemas económicos de los pacientes, y en los casos que se reportó se encontró adenoma hipofisario en el 90-100% de todos los tumores, solo hubo presencia de tejido normal en un paciente y muestra insatisfactoria en otro paciente; esto define la alta precisión de la biopsia para hacer diagnósticos, debido a la baja cantidad de muestras insatisfactorias.
En la inmunohistoquímica no fueron presentados los resultados en la mayoría de los tumores cuyo tratamiento fue quirúrgico (inherente a problemas económicos en los pacientes), por lo que en la relación entre tipo de celularidad y tipo de tumor, no obtuvimos una muestra significativa para nuestro análisis, sin embargo, la totalidad de los reportes para AP-ACTH (29,4%), mostró una celularidad positiva para ACTH, dentro de los cuales el 40% estuvo constituido por tumores mixtos al igual que la mayoría de los AP-PRL donde la celularidad fue mixta (positividad para GH y PRL o FSH/LH y PRL); estos hallazgos se repiten en los reportes de inmunohistoquímica del estudio del Dr. Krivoy7 donde 80 pacientes (10%) presentaron tumores mixtos, en especial esta combinación de GH+PRL; con respecto a los AP-GH, en el 100% de los reportes la celularidad coincide para GH; los AP-NF en su mayoría fueron constituidos por celularidad mixta entre los cuales la mayoría reportó para FSH/LH (50%), coincidiendo con los hallazgos anatomopatológicos de la literatura revisada7,12,18,19.
Con respecto al adenoma tirotropo y el adenoma gonadotropo, los cuales fueron excluidos del análisis global y se decidió analizar por individual en vista de no ser una muestra significativa, se menciona que al comparar con el resto de la literatura, se asemeja a nuestros resultados, con una incidencia < 1% con respecto a los otros adenomas11. Debido a que fueron hallazgos obtenidos en las historias, queda en discusión la posibilidad de haber sido clasificados inicialmente como adenomas no funcionantes, por lo que los avances en radioinmunoanálisis, técnicas de inmunocitoquímica y de biología molecular podrían determinar que la mayoría (80-90%) de los adenomas clínicamente no funcionantes y antiguamente identificados como cromófobos, son en realidad productores de gonadotrofinas o de algunas de sus subunidades13,20, como lo encontrado al describir nuestros resultados inmunohistoquímicos en adenomas no funcionantes.
El presente estudio tiene varias limitaciones que deben ser consideradas. En primer lugar, el número de pacientes incluidos no fue la totalidad de nuestra casuística obtenida por datos recogidos durante años, motivado a que el departamento de historias médicas no precisa de un registro de morbilidad de esta patología, por lo que tomamos en cuenta los datos recopilados dentro del Servicio de Endocrinología del Hospital Vargas. En segundo lugar, la ausencia del reporte de anatomía patológica en conjunto a su estudio inmunohistoquímico, debido a las carencias propias institucionales y los escasos recursos económicos de los pacientes para la realización extra-institucional de la misma.
En conclusión, los resultados demostraron que los adenomas no funcionantes y los tumores tipo macroadenoma son más comunes de lo que se estima, con hallazgos diferentes a los encontrados en la literatura mundial. Estos datos enfatizan la necesidad de aumentar el conocimiento de los tumores hipofisarios, obteniendo así un diagnóstico y tratamiento precoz, representando de utilidad la organización y por ende la implementación de un formato de recolección de datos clínico-epidemiológicos-anatomopatológicos para mantener esta línea de investigación de una forma prospectiva, así como también, promover la realización del diagnóstico inmunohistoquímico de todo adenoma sellar, por técnicas de microscopía electrónica.
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Notas de autor
Dirigir correspondencia a: Joanna Lóez Ruiz. Email: joannalopezr@gmail.com