Investigaciones
Perspectivas creativas en el abordaje de la Educación Alimentaria y Nutricional en Educación Inicial
Creative perspectives in the approach of the Food and Nutrition Education in Initial Education
Perspectives en matière d’éducation et de nutrition
Perspectivas creativas en el abordaje de la Educación Alimentaria y Nutricional en Educación Inicial
Revista de Investigación, vol. 42, núm. 94, 2018
Universidad Pedagógica Experimental Libertador
Recepción: 15 Mayo 2017
Aprobación: 15 Mayo 2018
Resumen: Se presentan un conjunto de reflexiones sobre la Educación Alimentaria y Nutricional y la creatividad en la realidad pedagógica de la Educación Inicial, el educador y su formación profesional; la promoción de hábitos saludables en la escuela y las estrategias didácticas. Como apoyo se desarrolló una investigación cualitativa-etnográfica, centrada en la interpretación de la Realidad Pedagógica y el abordaje creativo de la Alimentación. Los informantes clave fueron 10 expertos: 04 en nutrición (INN; CANIA, Fundación Bengoa) y 6 educación (UPEL-Educación Preescolar y maestros de aula). Para el procesamiento de la información se empleó la teoría fundamentada y el método comparativo continuo (Strauss y Corbin, 2002) con el apoyo del Atlas-ti, 5.0. Entre los hallazgos se destacan: La existencia de docentes con carencias en su formación y limitados recursos; actividades no favorecedores de la creatividad, la gerencia poco comprometida. Aspectos que limitan el alcance de la Educación Alimentaria y Nutricional.
Palabras clave: Educación alimentaria y nutricional, formación docente, políticas públicas.
Abstract: A set of reflections on Food and Nutrition Education and creativity in the pedagogical reality of Initial Education, the educator and his professional training are presented; the promotion of healthy habits in school and teaching strategies. As a support, a qualitative research was developed, focused on the interpretation of Pedagogical Reality and the creative approach to Food. The subjects interviewed were 10 experts: 04 in nutrition (INN, CANIA, and Bengoa Foundation) and 6 education (UPEL-Preschool Education and classroom teachers). For the processing of the information, the grounded theory and the continuous comparative method were used (Strauss and Corbin, 2002) with the support of Atlas-ti, 5.0. Among the findings are: The existence of teachers with deficiencies in their training and limited resources; non-favoring activities of creativity, management uncommitted; aspects that limit the scope of Food and Nutrition Education.
Keywords: Food and nutritional education, teacher training, public policies.
Résumé: Un ensemble de réflexions sur l’éducation alimentaire et nutritionnelle et la créativité dans la réalité pédagogique de l’éducation initiale, l’éducateur et sa formation professionnelle sont présentés; la promotion d’habitudes saines à l’école et les stratégies d’enseignement. En tant que support, une recherche qualitative a été développée, axée sur l’interprétation de la Réalité Pédagogique et l’approche créative de l’Alimentation. Les sujets interviewés étaient 10 experts: 04 en nutrition (INN, CANIA, Fondation Bengoa) et 6 en éducation (UPEL-Education Préscolaire et enseignants en classe). Pour le traitement de l’information, la théorie fondée et la méthode comparative continue ont été utilisées (Strauss et Corbin, 2002) avec l’appui d’Atlas-ti, 5.0. Parmi les conclusions: L’existence d’enseignants ayant des lacunes dans leur formation et des ressources limitées; activités non favorables de la créativité, gestion non engagée; les aspects qui limitent la portée de l’éducation alimentaire et nutritionnelle.
Mots clés: Éducation alimentaire et la nutrition, la formation des enseignants, les politiques publiques.
INTRODUCCIÓN
En la infancia el estado nutricional constituye un indicador de salud y de bienestar, tanto a nivel individual como poblacional, ya que está asociado con el crecimiento y desarrollo, el nivel de actividad física y la respuesta inmune (Henríquez y Dini, 2009) Por ello, desde la educación, es urgente generar una ideología del bienestar a través de la promoción de estilos de vida saludables, una alimentación variada que estimule el consumo de vegetales y frutas, adecuación del tamaño de la ración a los requerimientos nutricionales, aumento de la actividad y el ejercicio físico; y una vida libre de adicciones como el alcohol y el tabaco.
Desde el punto de vista de la crisis económica que padece Venezuela en los últimos años, y de acuerdo a Bosch (2003), ésta puede empezar a impactar en el sentido de que cada vez un mayor número de niños van a estar sometidos a desnutrición durante sus primeros años de vida, no solamente niños, sino mujeres en edad fértil y embarazadas, lo que afecta la conformación genética del feto. Los niños que fueron desnutridos en su desarrollo embrionario son más susceptibles a enfermedades como la obesidad y no solamente sobre su estructura física, sino también sobre el desarrollo mental.
En este sentido, se debe dar prioridad a la Educación Alimentaria y Nutricional en las políticas públicas existentes y nuevas. Se deben promover proyectos políticos y pedagógicos que se centren en los alimentos, la formación docente y de especialistas en el área, proponer planes y programas sobre la promoción de la educación alimentaria a todos los niveles del sistema educativo, con mayor prioridad en la población infantil (Landaeta, 2010).
Actualmente y de acuerdo con los expertos, ha tomado gran importancia el periodo que abarca desde el momento de la concepción hasta los tres años de vida, periodo de rápido crecimiento y que brinda una oportunidad única para que los niños obtengan los beneficios nutricionales e inmunológicos que van a necesitar el resto de sus vidas. En esta etapa se forman el cerebro, los huesos y la mayor parte de los órganos y tejidos, así como también el potencial físico e intelectual de cada persona. Los daños que genera la desnutrición durante estos primeros años tienen consecuencias irreversibles en el individuo, por lo que la prevención es fundamental (Fundación Bengoa, 2015).
Todas las alteraciones que padece un niño durante esta etapa generarán morbimortalidad alta y afectación en el desarrollo mental y motor. En el largo plazo, pudiera estar ligado a un bajo rendimiento intelectual, una merma en la capacidad de trabajo, en la salud reproductiva y en la condición de salud general durante la adolescencia y la edad adulta. Lo anterior, dibuja un panorama en el cual la desnutrición se vuelve un círculo vicioso.
En apoyo de lo anterior, las investigaciones recientes en el tema, han demostrado que la desnutrición ocurrida en épocas tempranas de la vida, no sólo enlentece la velocidad de crecimiento del cerebro y su tamaño, sino que además afectan la corteza cerebral, que es la región más fuertemente unida a las funciones cognitivas e intelectuales, sin afectar aparentemente el número de neuronas corticales (Caraballo, 2010; García-Casal, 2011; Sosa y Caraballo, 2014). También se asocia a problemas de sobrepeso y obesidad lo que está asociado a graves problemas de salud, que van desde el Síndrome Metabólico hasta la Diabetes tipo 2 (Yeste, y Carrascosa, 2011; Macías, 2014), aunado a la carga psicológica y emocional que conlleva la obesidad infantil (Polanco y Pavón, 2012); El déficit psicológico del educando ocasionado por la malnutrición, tendrá consecuencias en el desenvolvimiento personal del individuo dentro de la sociedad, lo que tendría consecuencias desfavorables a exponerlas a situaciones de desventaja frente al contexto social, afectando su autoestima y limitando su potencial humano (Matalinares, 2004).
Por ello, un punto de claro consenso, es que la desnutrición temprana – pre o postnatal y durante la infancia–, produce cambios duraderos en la creatividad emocional, motivación y nivel de ansiedad del sujeto, pudiendo esperarse que estos efectos tengan un impacto sustancial en la habilidad para procesar la información, resolver problemas y por ende, alterar su capacidad cognitiva aun cuando no en forma permanente. Lo que exige por parte de la educación nuevos abordajes, compromiso, acciones pedagógicas, innovaciones y ambientes favorecedores de la creatividad que contribuyan a subsanar estos escenarios.
Estos datos exponen una realidad a ser considerada como una prioridad en la promoción de hábitos de alimentación en los niños y niñas de educación inicial y el compromiso del maestro en generar los cambios educativos, construir espacios saludables y diseñar estrategias creativas vinculadas a la alimentación, que conlleven a impactar positivamente en su salud presente y futura.
En este punto, es necesario mencionar algunas referencias sobre la visión de la creatividad en la educación inicial, los ambientes creativos y el rol del docente, aportando aspectos tanto teóricos como metodológicos, para entender el fenómeno de la creatividad, desde el desarrollo de actividades plásticas, en niños preescolares.
En esta línea cabe mencionar los trabajos de Rojas (2004), Henríquez, (2008), De La Cruz (2013), para quienes la creatividad es un sendero abierto a la incertidumbre, al azar, al desorden, al caos y a las diferentes brechas de nuestros mapas mentales, lo que hace difícil su predicción en el tiempo y en el espacio. Un acto creativo no es un solo camino, son muchos caminos o planos impredecibles de mentes humanas preparadas por la cultura o por la ciencia.
Desde la perspectiva pedagógica es fundamental referir los aportes de De La Torre (1993, 1995 y 1997), quien plantea que la formación para el futuro de un ser innovador y creativo se inscriben en cuatro dimensiones producto del juego del ser, saber, hacer y querer, en el cual la combinación del ser y el hacer proporcionan la autoafirmación y el desarrollo de las habilidades personales y sociales; la combinación del ser y el querer, determinan la formación para el cambio y la creatividad; la combinación del hacer y el saber, ofrece la dotación instrumental y de estrategias cognoscitivas; y la combinación del querer y el saber, proporcionan las competencias profesionales y direccionamientos; nuestra formación ha tendido a enfatizar el saber y el hacer y desde luego el saber hacer, pero es necesario fortalecer igualmente los procesos de desarrollo de la dimensión afectiva y volitiva, es decir, favorecer los campos de la afectividad y la inteligencia emocional y la voluntad.
Así mismo y de acuerdo con lo expresado por Burgos (2007), si la creatividad es entendida como elemento constitutivo del hecho educativo, la realidad es pensada como compleja, contradictoria y cambiante, como integradora de múltiples miradas y perspectivas para generar conocimiento sobre ella. Para ello hay que tener en cuenta lo cognitivo, lo afectivo y la relación escuela, familia y comunidad. El análisis teórico y la valoración práctica llevan el criterio de que la creatividad se expresa en la esencia socio transformadora de la persona, lo cual no quiere decir que todos los hombres sean creadores; pero sí que todos pueden serlo potencialmente (Martínez-Llantera, 2007).
En forma particular, en la creatividad está implícito un proceso mediante el cual se alcanzan determinados resultados y en el que están de manifiesto productos-procesos que vinculan dimensiones entre lo afectivo, lo social y lo cognitivo de la personalidad, como una unidad verdaderamente integradora. Estos aspectos pueden visualizarse como rasgos de la creatividad en el gráfico 1, donde a partir de lo planteado por Torrance (1970), Mitjans (1995), Sternberg y Lubart (1997), Csikszentmihalyi (1998), Esriu-Vizcaino (1993), Rodríguez (1991, 2006), Waisburd (1996), Espínola (1996), De La Torre (1995), Quintana (2005) y Burgos (2007), se destaca lo referente a los rasgos creativos del maestro y del niño en especial de Educación Inicial.

Esto lleva a destacar uno de los objetivos fundamentales de la educación, el cual se enfoca al desarrollo de habilidades, potencialidades y valores tanto personales como sociales. Estas técnicas son un pretexto metodológico para ejercitar el cerebro en su totalidad, a partir de tareas concretas que promuevan actitudes creativas como experimentar, sentir, recrear, comunicar, plasmar, respetar, autoevaluar y criticar en un ambiente de libertad (Waisburd,1996).
Será misión de la Educación estimular al alumno para que se ejercite en aquellas actividades encaminadas a potenciar el comportamiento creativo. La creatividad no radica en los contenidos, sino en la actitud hacia ellos (De La Torre, 1995), donde el tema alimentario es viable para el desarrollo de la creatividad.
Generalmente los elementos del entorno del niño y la niña se constituyen en grandes inhibidores de la creatividad. Así la manera en que el maestro y otros adultos significativos, abordan el proceso educativo puede ser fuertemente inhibitoria. El uso de la crítica de forma reiterada y sistemática, el modo de castigarlo o premiarlo, así como la sobreprotección al ofrecerle las soluciones a los problemas en vez de ayudarlo para que él mismo encuentre “sus soluciones”, resulta perjudicial porque no le deja crecer como individuo capaz de valerse por sí mismo y enfrentar los distintos problemas, afectando aspectos en las dimensiones emocional, social y cognitiva de manera en ocasiones permanente. No obstante, es muy probable que su continua interacción con el medio desarrolle esa sensibilidad hacia la vida y se refleje en la investigación y exploración de las formas, en la expresión de sus gustos y en la capacidad de discriminar las diferencias más fácilmente en etapas posteriores (Quintana, 2005).
Una educación creativa es una educación en la cual no solamente resulta valioso el aprendizaje de nuevas habilidades y estrategias de trabajo, sino también el desaprendizaje de una serie de actitudes que en determinados momentos nos llenan de energía para ser creativos o para permitir que otros lo sean. En apoyo a lo anterior Prieto, López y Ferrándiz (2003), plantean que la enseñanza de la creatividad desde los primeros niveles de instrucción deben servir para enseñar a pensar, desarrollar la imaginación, agudizar la intuición, despertar la curiosidad y favorecer la capacidad para resolver problemas. En la enseñanza de la creatividad es especialmente importante el papel del profesor como mediador.
Si se pretende cumplir con dichos fines, debemos potenciar el desarrollo de la creatividad, ya que al considerarla una capacidad mental se puede mejorar como puede hacerse con el razonar, deducir y analizar.
MÉTODO
Constituye una Investigación cualitativa con el apoyo de campo, la cual consistió en la organización y codificación de información provenientes de entrevistas a 10 expertos: 04 en nutrición (INN-División de Educación; CANIA, Fundación Bengoa) y 6 educación (UPEL-Educación Preescolar y maestros de aula en el nivel de Educación Inicial). De este proceso emerge una categoría de relevancia como lo constituye la Realidad Pedagógica en Educación Inicial la cual permite interpretar la complejidad de factores que interactúan en el fenómeno de la Educación Alimentaria y Nutricional, y aportar elementos predictivos para su abordaje desde la creatividad.
En correspondencia con lo anterior, se asume la Teoría Fundamentada y el Método Comparativo Continuo de acuerdo con lo planteado por Strauss y Corbin (2002) y Angelis (2005), el cual consistió en una continua revisión e integración de la información recogida, para al final generar un cuerpo de sustentos teóricos que nos permiten entender-interpretar la realidad. El tipo de proceso, responde a varias etapas. El primer paso consistió, a partir del texto de las entrevistas transcritas, a la codificación con el objeto de acceder al universo de significados de los entrevistados sobre la visión, percepciones y prácticas en torno a la Educación Alimentaria y Nutricional. En esta fase se trabajó con el software Atlas-ti versión 5.0 para el proceso de codificación y recuperación de los datos codificados.
RESULTADOS
Dentro de los hallazgos develados, se presentan en el cuadro número 1, la información recolectada de los informantes clave. Al interpretar esta Realidad Pedagógica, el docente constituye un factor clave en el desarrollo y promoción de los hábitos saludables de alimentación y salud. Aquí los expertos destacan la existencia de carencias por parte de los docentes en cuanto a: empleo concepciones inadecuadas en torno a los conceptos de salud, enfermedad; carencias en el manejo de bibliografía que permita actualizar sus conocimientos en torno a temas vinculados a la salud, la alimentación y la nutrición, lo cual revela que los manejos y concepciones que emplean los docentes se originan en fuentes no académicas o poco formales, lo que conlleva al docente, a expresar poca sensibilización por el tema, limitando su abordaje en la rutina diaria en el aula lo cual no favorece la creatividad.
Otro de los hallazgos develado por los expertos en torno a la realidad pedagógica lo constituye la gerencia, esta se perfila como un factor limitante para el desarrollo de programas y propuestas en torno a la salud y a la alimentación, con apoyo en la creatividad, en muchos casos caracterizada por: falta de director, bajo compromiso con las acciones vinculadas a la pedagogía de la salud y la alimentación, limitándose a los aspectos administrativos (burocráticos) de corte asistencial, de emergencia (vacunación, fumigación) en las escuela y lo cual es una constante en nuestras instituciones y se asocia con una comunidad educativa apática.

Para una reorientación en este sentido, es necesario un mayor énfasis en los aspectos planteados por la UNESCO (2000), al referir que la educación debe: (a) satisfacer las necesidades básicas de aprendizaje; (b) concentrar la atención en el aprendizaje; (c) ampliar los medios y el alcance de la Educación; y (d) mejorar las condiciones de aprendizaje. Siendo la creatividad un camino idóneo a seguir en la Educación Inicial.
La ambientación debe estar acorde a dichos espacios, sin ser excesiva o que implique una distracción para el niño. El docente en estos espacios se convierte en un mediador-creativo, en el proceso de formación del niño, al facilitarle las experiencias creativas para satisfacer sus necesidades de desarrollo y debe caracterizarse por ser creativo, entendido como poseedor de iniciativa, en constante búsqueda de nuevas alternativas pedagógicas, inventar cualquier estrategia o situación en el momento oportuno, de no limitarse a tradicionalismos o actividades repetitivas y homogéneas.
Dentro de la descripción de la Realidad Pedagógica, surge un eje conductor: la Jornada Diaria, como el conjunto de actividades planificadas y organizadas que permiten la ejecución de las directrices de la Educación Inicial (dimensión: física, relacional y funcional, con la rutina, dimensión: temporal), orientadas a la integración de la higiene, la alimentación, la educación, la recreación y a la protección de sus derechos. En relación con este aspecto, los entrevistados destacan que en las instituciones de Educación Inicial se hace mayor énfasis en la higiene corporal, lavado de las manos, cepillado de los dientes después de cada comida, aseo personal y el mantenimiento de la ropa limpia, desarrollando y consolidando estos hábitos.
Una de las actividades fundamentales durante la jornada diaria, tanto por su importancia, como por el tiempo dedicado a ella, se ubica en la ingesta de los alimentos y el acompañamiento del docente, el cual se caracteriza por ser un proceso de diálogo continuo con los niños, que permite enseñarles cuales alimentos son beneficiosos y cómo influyen en su desarrollo, trabajar con las texturas, el color y los sabores de los alimentos que consumen todos los días. Acompañarlos en el desarrollo de una rutina que los oriente en el cómo debe comer, degustar adecuadamente los alimentos conformando una actividad placentera.
La jornada diaria se constituye en un conjunto de rutinas que permiten darle al niño estabilidad y seguridad al saber que va a pasar y cómo se organiza la actividad, permite la consolidación de hábitos que se convierten en costumbres que permanecen durante su vida.
Dentro de los hábitos que conforman la jornada diaria se destaca el acto de la alimentación caracterizado por los entrevistados como: acostumbrar al niño a comer en cantidad y calidad suficiente, a consumir la totalidad de los alimentos servidos y evitar el desperdicio y la importancia del desayuno, reforzar el consumo de frutas y vegetales. Se deben aprovechar estos momentos para fortalecer la comprensión por parte de los niños sobre la función de los alimentos, cuáles debe consumir para mantenerse sanos y cuales no deben ser consumidos con frecuencia; la función de los diferentes tipos de alimentos, la importancia de las frutas, los vegetales y el agua, los alimentos que debemos desayunar, almorzar, las meriendas y la cena. En síntesis, los componentes emergentes que caracterizan la Educación Alimentaria y Nutricional, a partir de las informaciones de los entrevistados se presentan en el gráfico 2.

El abordaje de la alimentación, en muchas ocasiones, carece o se descuidan las normas que debe seguir el docente y no se cuenta con una guía que lo oriente. En la práctica se proporcionan los alimentos que están (Programa de Alimentación Escolar, PAE) y no se trabaja sobre su importancia y finalidad, lo que conlleva a un trabajo con la alimentación sin vinculación pedagógica con las otras dimensiones de la formación del niño. Durante la comida las maestras están con los niños, se hace hincapié en disciplina, el uso de cubiertos pero no se hace una reflexión sobre la importancia de la alimentación, lo que sumado al poco apoyo familiar, se expresa en la carencia de una dieta adecuada, suficiente y de calidad, en muchos casos excesivas en carbohidratos.
La Educación Inicial no debe limitar su atención a la guarda y custodia de infantes, sino a la estimulación de los elementos básicos de su desarrollo cognitivo, de lenguaje, moral, físico, sexual, psicomotor, social y afectivo, es decir, a promover su desarrollo integral, a través de estrategias con énfasis en la Creatividad para el abordaje de la alimentación y nutrición lo que permitirá aportar recursos pedagógicos pertinentes para la consolidación sus objetivos y finalidades en el marco del Sistema Educativo Venezolano.
Un componente fundamental en este sentido y el cual tiene enorme vinculación con los anteriores, lo constituyen las estrategias didácticas; a este respecto, el docente debe poseer una mejor preparación académica que le permita, desde la Creatividad, aprovechar las propiedades de los alimentos, que pueda trabajar literatura y nutrición, arte y nutrición, ciencia y nutrición; elaborando cuentos, poemas, canciones, obras de arte, experimentos con los alimentos y pueda motivar, a sus alumnos con el tema. Debe poseer las competencias necesarias que le permitan diseñar estrategias adecuadas para lograr los cambios que debe promover la Educación Alimentaria y Nutricional, sustentada en los valores. Los niños pueden cocinar sus propios alimentos, aprendiendo a degustar preparaciones de calidad, esto le aporta a la actividad un nuevo valor pedagógico; por ello la importancia de la promoción de la cultura gastronómica, el comer en familia, la valoración de la calidad de las dietas regionales, sin menos precio hacia las innovaciones culinarias, como elemento de la educación en alimentación en las estratos más jóvenes de nuestra sociedad.
Por ello, la Educación en Alimentación y Nutrición debe orientarse a potenciar o modificar los hábitos alimentarios, involucrando a todos los miembros de la comunidad educativa; niños, padres, maestros y directivos. Educar sobre la necesidad e importancia de una buena alimentación implica: descubrir y erradicar creencias, mitos y conductas erróneas; promoviendo consciencia sobre las diversas funciones o roles que juega o debe jugar la alimentación en las diversas esferas de la vida, la salud, los aprendizajes, la producción, distribución y consumo de alimentos; fomentar conceptos, actitudes y conductas claras y fundamentales sobre la alimentación (Landaeta y Col, 2005; De Tejada y Col, 2013).
El énfasis de los autores se ubica en la mejora de los hábitos alimentarios y la participación prioritaria del educador en estos procesos. Lo que mantienen en común es la fuerte relación interdependiente entre la nutrición y la alimentación, su abordaje interdisciplinario desde la perspectiva pedagógica y el docente como guardián nutricional. En síntesis, los componentes emergentes que caracterizan el abordaje creativo la Educación Alimentaria y Nutricional en Educación Inicial, a partir de las informaciones de los entrevistados se presentan en el gráfico 3.

CONCLUSIONES
Las actividades educativas relacionadas con la alimentación deben abarcar tanto situaciones globales a nivel de escuela, como el desarrollo concreto de propuestas didácticas en las diferentes áreas o asignaturas, teniendo énfasis en los primeros niveles de formación en los cuales se consolidan los comportamientos y actitudes favorecedoras de una alimentación saludable.
Al orientar los esfuerzos a la mejora de los hábitos alimentarios en los niños más pequeños debe tenerse en cuenta situarlos en un marco de una actuación educativa con tendencia a mejorar la autoestima de todos los miembros de la comunidad, ya que no debemos olvidar que el tema de la alimentación está estrechamente vinculado con valores y actitudes fuertemente arraigos. Es bien sabido que el tema de la alimentación está relacionado con muchos contenidos educativos, el cual reclama un tratamiento continuo a lo largo de toda la escolaridad, pero los resultados de disciplinar la alimentación y la nutrición no han tenido los resultados esperados en la conformación de hábitos adecuados, en la construcción de una actitud crítica y coherente frente a los mensajes inadecuados y en el desarrollo de graves problemas nutricionales en materia de alimentación, con su repercusión en la salud, calidad de vida y el nivel de satisfacción socio-afectivo.
La Educación Alimentaria y Nutricional (EAN) , se debe nutrir – especialmente en el nivel de Educación Inicial- de las propiedades sensoriales, del reforzamiento permanente, de las diversas realidades que confrontan los niños y niñas, de sus preferencias y desarrollo de su autonomía, que se inicia en la alimentación como el primer aprendizaje social, del encuentro día a día con la alimentación y su potencialidad en el desarrollo de estrategias creativas que coadyuven a consolidar hábitos saludables de alimentación. El centro de la interpretación de la (EAN) deben ser los alimentos y no sólo los nutrientes. Se debe promover el abordaje investigativo y educativo sobre alimentación y la nutrición en diversos campos del conocimiento: antropología, historia, ambiente, psicología, economía, con mayor prioridad en la población infantil. Esto coincide con lo planteado Otra visión nos la aportan; Landaeta, Patiño y Cantillo (2005), al referir como Educación Nutricional “un proceso de enseñanza- aprendizaje dirigido a mejorar las costumbres o hábitos alimentarios, y reforzar aquellos que resultan útiles, a través de la participación comunitaria y con la intervención de educadores en actividades comunitarias, que facilitan el cambio de las actitudes relacionadas con la alimentación”. (p. 3). El énfasis de los autores se ubica en la mejora de los hábitos alimentarios y la participación prioritaria del educador en estos procesos. Lo que mantienen en común es la fuerte relación interdependiente entre la nutrición y la alimentación, y su abordaje interdisciplinario desde la perspectiva pedagógica.
Los docentes en Educación Inicial deben poseer competencias conceptuales, procedimentales y actitudinales en torno al tema alimentario y nutricional, sustentados en los aspectos de su formación profesional y actualización docente. El maestro debe ser capaz de aprovechar las cualidades sensoriales de los alimentos, e incorporar estas actividades en la rutina o jornada diaria, a través de un proceso de planificación e investigación educativa permanente, en el cual se incorporen los aspectos culturales, socio-emocionales, nutricionales y simbólicos de los alimentos como parte de su desarrollo integral, evidenciándose la formación de conocimientos, actitudes y destrezas creativas para lograr los propósitos de una Educación Alimentaria y Nutricional de acuerdo a lo descrito. Aquí se destacan las opiniones de De La Cruz (2013), y De Tejada y Col (2013), quienes coinciden en señalar que el conocimiento en materia nutricional debe ser incorporado en los centros académicos los cuales deben convertirse en espacios continuos para el autocuidado de su estado nutricional y es el docente quien debe guiar esta información.
Razón por la cual se requiere una mayor reflexión acerca de cómo se aborda el acto pedagógico de la alimentación y la nutrición, profundizar en la formación crítica del docente en estos saberes fundamentales para la vida, valorar las historias alimentarias de los individuos, aportar soluciones creativas que permitan satisfacer sus necesidades fisiológicas, culturales, artísticas, sociales en materia de alimentación y nutrición, repensar en la alimentación cono un saber interdisciplinario por excelencia para el logro del autodesarrollo del individuo, con el compromiso y responsabilidad de las instituciones formadores de docentes.
Si se pretende cumplir con dichos fines, debemos potenciar el desarrollo de la creatividad, ya que al considerarla una capacidad mental se puede mejorar, como puede hacerse con el razonar, deducir y analizar. Llegar a ser creativo supondrá la posibilidad de cada uno de realizarse plenamente, desbloquearse de inhibiciones que reducen sus perspectivas; enseñarle a decidir por sí mismo y a aprender por cuenta propia, a comportarse creativamente.
En síntesis, es prioritario destacar el papel del medio educativo al constituir uno de los principales condicionantes de la creatividad. Si parte de la sociedad de nuestros días no ha asumido en sus valores el poder divergente y creativo de la mente. Si las otras potencialidades humanas se desarrollan y consolidan con la práctica y el ejercicio, la actitud creativa, comporta unos hábitos, disposiciones y expresión que pueden tardar mucho en afianzarse. El medio escolar es el responsable en la mayor parte de las veces de la pérdida de actitudes creativas.
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Notas de autor