RESUMEN: El inmueble donde sesionó el antiguo Consulado de los Estados Unidos en Santiago de Cuba, obra representativa del Movimiento Moderno local, se ubica en uno de los principales conjuntos urbanos de los años 50 del pasado siglo de la ciudad y tuvo diferentes usos a lo largo del tiempo, siendo actualmente la sede del Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño. Este trabajo tiene el objetivo de definir las características y los valores del edificio y proponer soluciones de diseño para su conservación. Se combinan métodos de la investigación histórica, y el análisis de documentos diversas fuentes, con métodos empíricos de observación y diagnóstico técnico constructivo y energético. Se expone la evolución, características y relevancia del inmueble para el Movimiento Moderno santiaguero, ubicándolo en su contexto histórico, atendiendo a las diferentes funciones que acogió. Se esbozan, además, pautas a seguir en acciones de intervención para su conservación.
PALABRAS CLAVE: Movimiento Moderno, Santiago de Cuba, antiguo Consulado de Estados Unidos, arquitectura patrimonial.
ABSTRACT: The building where the former United States Consulate in Santiago de Cuba held its sessions, a representative work of the local Modern Movement, is located in one of the main urban complexes of the 1950s in the city and has had different uses over time, currently being the headquarters of the Provincial Center for Plastic Arts and Design. This work aims to define the characteristics and values of the building and propose design solutions for conservation. Methods of historical research and the analysis of various sources documents, are combined with empirical methods of observation and constructive technical diagnosis. The evolution, characteristics and relevance of the building for the Modern Movement in Santiago are presented, placing it in its historical context, taking into account the different functions it served. Guidelines to follow in intervention actions for its conservation are also outlined.
KEYWORDS: Modern Movement, Santiago de Cuba, former United States Consulate, heritage architecture.
Comunicación breve
El edificio del antiguo Consulado de Estados Unidos en Santiago de Cuba. Propuestas de conservación
The Building of the Former United States Consulate in Santiago de Cuba. Proposals for its Preservation
Received: 08 June 2024
Accepted: 10 December 2024
El Movimiento Moderno (MoMo) marcó un hito en la evolución arquitectónica y urbana de numerosas ciudades cubanas, destacándose Santiago de Cuba como un claro ejemplo de esta transformación.
En la segunda década del siglo XX, un grupo de arquitectos cubanos, formados en la Escuela de Arquitectura de La Habana, adoptaron los principios del MoMo, fusionando la austeridad y esbeltez características de este estilo con el contexto local. Esta fusión no solo enriqueció el paisaje urbano, sino que también dejó un legado perdurable en la identidad arquitectónica de la región. Las soluciones funcionales y estéticas que emergieron durante este período reflejan el potencial de las nuevas tecnologías y su integración con elementos culturales autóctonos.
En Santiago de Cuba se pueden encontrar notables ejemplos de este estilo arquitectónico, entre ellos, el antiguo Vista Alegre Tenis Club, hoy Club Santiago, proyectado por Celestino Sarille que asumió una expresión formal en correspondencia con los postulados del MoMo, y el condominio ubicado en los límites de reparto Vista Alegre, proyecto del arquitecto Alberto Ramírez León para la familia López-Lageyre y López-Vázquez, actualmente conocido como Seguridad Personal [1]. Otro ejemplo relevante es el antiguo Consulado de los Estados Unidos, ahora Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño, que contó con la valiosa consulta de la arquitecta Norma del Mazo.
En este artículo se presentan los avances de una investigaci n dirigida a revelar la evolución histórica del edificio del otrora Consulado de los Estados Unidos, sus características distintivas y valores patrimoniales, como exponente singular del Movimiento Moderno cubano. Se presentan también pautas de diseño a seguir para su conservación, sobre la base de estudios de campo, que incluyen el diagnóstico técnico- constructivo y ambiental del inmueble, intervenciones encaminadas a su actual uso cultural.
Organizaciones como la UNESCO reconocen la importancia del patrimonio moderno y su conservación. Son numerosos los inmuebles, estructuras y monumentos, e incluso ciudades, que han sido inscritas en la Lista del Patrimonio Mundial, algunas desde muy jóvenes, como la ciudad de Brasilia, proyecto de Lucio Costa y Oscar Niemeyer, registrada desde 1987, a solo veintisiete años de su inauguración [2]. Esto evidencia la calidad excepcional en el diseño y la ejecución de las obras modernistas. Una mayor fuerza fue asumida con la presencia del grupo del Comité Internacional de Documentación y Conservación de Edificios, Sitios y Barrios del Movimiento Moderno (Docomomo), fundado en 1988.
Un ejemplo notable dentro de la conservación del patrimonio moderno es la restauración integral de la Casa del Puente, también conocida como Casa sobre el Arroyo, diseñada por los arquitectos Amancio Williams y Delfina Gálvez. Los diferentes trabajos de recuperación que se llevaron adelante para su conservación fueron distinguidos con el Premio Gubbio 2023, los cuales incluyeron un proyecto de restauración capital del inmueble, para lo cual se realizó una investigación sobre la documentación existente en el archivo Williams y recopilación de fotografías históricas. Las acciones de intervención que se realizaron respetaron la identidad, los materiales y las tecnologías originales para no afectar su autenticidad histórica y valor patrimonial [3].
No queda exento de intervenciones para su conservación el edificio de la Bauhaus, diseñado por Walter Gropius y construido entre 1925 y 1926. Este espléndido exponente, ejemplo de la revolución del pensamiento y la arquitectura en el siglo XX, fue restaurado por primera vez en 1976, y luego, con su inscripción en la Lista del Patrimonio Mundial en 1996, se realizaron acciones de restauración más extensas que se completaron diez años más tarde [4].
La creación en Cuba en 1997 del grupo gestor del Docomomo y su reafirmación como tal en 2002 en el VII Congreso de Docomomo Internacional, ha sido de gran importancia en la urgente labor de lograr el grado de reconocimiento público e institucional de su trabajo en aras de obtener la protección de obras del Movimiento Moderno cubano, así como en la necesaria realización de los inventarios y catalogación de obras de la modernidad a nivel de país, labor en la cual los grupos provinciales del Docomomo juegan un importante papel, tal como lo evidencia la publicación del libro La Arquitectura del Movimiento Moderno. Selección de Obras del Registro Nacional. [5]
El advenimiento del siglo XX trajo consigo una significativa transformación en el tejido urbano de la ciudad de Santiago de Cuba, a diferencia del crecimiento en forma de anillos de la ciudad colonial, la ciudad republicana se expandió más allá de sus límites hacia zonas periféricas, condicionando el surgimiento de nuevos barrios concebidos previamente; Fomento y Vista Alegre, urbanizaciones con carácter de naciente modernidad. Estas urbanizaciones marcaron el camino para la posterior proliferación de barrios perimetrales a la ciudad colonial [6].
Hacia finales de 1952, la Compañía Urbanizadora Terrazas de Vista Alegre, ejecuta el proyecto para la urbanización de un nuevo reparto, Ampliación de Terrazas (Figura 1), ubicado entre los repartos Vista Alegre y Fomento. El MoMo influyó fuertemente en la imagen del barrio, aspecto que se observa en las formas geométricas de sus manzanas, su trazado vial, la regularidad de sus lotes o parcelas, y el cumplimiento de las regulaciones urbanas establecidas para dicho reparto, como es el caso de vía de 7 metros, con la presencia de parterre a ambos lados, obligatorio espacio para jardín, y la limitación del crecimiento vertical de las edificaciones hasta dos niveles. Fue enriquecido además con la inserción de construcciones racionalistas diseñadas por arquitectos cubanos de la talla de Rodulfo Ibarra, Margarita Egaña, Ricardo Eguilior, Ermina Odoardo, Félix Antonio Muñoz Cusiné y Enrique de Jongh Caula, entre otros [7].
En 1957 se eligió este reparto para construir un nuevo edificio, propiedad de la Compañía Urbanizadora Terrazas de Vista Alegre, que albergara las oficinas del Consulado de los Estados Unidos (Figura 2), uso que mantuvo hasta 1961. El diseño estuvo a cargo de los arquitectos norteamericanos Rogers, Taliaferro y Lamb 1 y contó con la participación de la arquitecta cubana Norma del Mazo Almeida 2. La documentación que respalda esta significativa decisión se encuentra en la edición del sábado 1ro de febrero de 1958, del Diario de Cuba, donde se exponen los motivos, atribuidos a las relaciones diplomáticas cordiales entre los gobiernos de Cuba y Estados Unidos durante el período republicano.
Entre los principales motivos, destacan el incremento significativo del flujo de personas entre ambos países y la construcción de la carretera que conecta las actuales provincias de Santiago de Cuba y Guantánamo, incluyendo su extensión hasta la base naval estadounidense en la bahía guantanamera. Se señalan también el progreso económico de la otrora provincia de Oriente y, de manera singular, la creciente importancia de la ciudad de Santiago de Cuba, la segunda de la República. El establecimiento de nuevas industrias, impulsadas por la inversión de capital estadounidense, contribuyó significativamente a este crecimiento. Adicionalmente, se contaba con el crecimiento de la actividad del Consulado al terminarse las carreteras en la costa norte del Oriente del país, con lo cual, las zonas de la región oriental tendrían fácil acceso a la capital de la provincia [8].
Durante un período de tiempo, el inmueble se mantuvo cerrado y sin uso, hasta que, en la década de los años 70, como resultado de la apertura de oficinas de intereses entre Cuba y Estados Unidos, se tomó la decisión de reasignar su función, siendo transferido al Tribunal Provincial Electoral. A finales de la propia década el edificio pasó al Ministerio de Cultura y fue intervenido para asumir la función de Galería de Arte Universal [9]. En dicha intervención participaron los arquitectos Raúl Oliva y Fernando O'Reilly, que laboraban en dicho Ministerio, así como los diseñadores Hugo Galano y Adolfo Escalona [10].
Para adaptar la funcionalidad del edificio al nuevo uso de galería, se colocó una doble pared con un material más adecuado para la instalación de ganchos y soportes necesarios para sostener los cuadros en las áreas expositivas. El año 1987 marcó un cambio en el inmueble, pues se convirtió en el Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño (Figura 3). Este cambio representa una evolución en la función y el enfoque de la institución, consolidándola como un centro dedicado a la promoción y desarrollo de las artes y el crecimiento artístico de la ciudad de Santiago de Cuba.
El inmueble ocupa cuatro parcelas, y está ubicado en Calle C, entre Calle Terraza y Calle M, encontrándose próximo a la Avenida de Las Américas, Avenida Manduley y la carretera de El Caney (en el tramo que ocupa actualmente la avenida General Cebreco). Este edificio fue erigido a una altura aproximada de 1,45 metros sobre el promedio de la pendiente de Calle C, que limita con su fachada principal, la cual fue diseñada con el propósito de asegurar una perspectiva óptima y facilitar el drenaje de las aguas pluviales en sus alrededores. Por otro lado, la zona destinada al carport fue construida a un nivel inferior, con el fin de garantizar la entrada vehicular con una pendiente suave desde la Calle M. El edificio en su función original presenta una sola planta con forma rectangular (Figura 4), donde se distribuyen las diversas dependencias destinadas a oficinas, despachos, vestíbulos, sala de espera y servicios sanitarios [11].
Actualmente han variado los usos de algunos locales para satisfacer las necesidades de las nuevas funciones que se desarrollan, aunque se mantiene su planimetría rectangular original, con una longitud, de aproximadamente 39 metros, y un ancho de 15 metros.
La fachada principal (Figura 5) se desarrolla paralela a Calle C, y se caracteriza por su forma apaisada en la que destaca el acceso principal jerarquizado por una escalinata en la zona central, conformando un volumen saliente escalonado. La presencia de los muros de celosía a ambos lados del acceso principal protege del sol el interior del inmueble y propicia mayor privacidad a sus locales, acentuándose su relación con la arquitectura moderna de la vanguardia latinoamericana. La composición de esta fachada se realza mediante un muro enchapado con planchas de mármol cubano. En general, su estilo sobrio y elegante rememora la frase atribuida al arquitecto Mies van der Rohe, "menos es más".
Los aspectos ambientales considerados originalmente condicionan el aprovechamiento de su posición esquinera, con una adecuada iluminación natural, y la creación de efectos de luz y sombra que proporciona la celosía, que se transfieren a los espacios interiores.
Desde el punto de vista técnico constructivo, se hace gala del uso del hormigón armado en la cimentación en balsa que sostiene al edificio, así como en el sistema mixto de columnas, muros de carga y vigas que permitieron dar respuesta vanguardista al diseño funcional y formal del inmueble [11].
El edificio es considerado un hito de la arquitectura moderna en Santiago de Cuba, debido a que sus arquitectos lograron un diseño revolucionario, basado en los códigos del racionalismo, lo que se observa en la simplificación de las líneas que lo componen y la ausencia de elementos decorativos innecesarios, mientras que la carpintería transparente proporciona una relación armoniosa con la naturaleza. El antiguo Consulado ha sido reconocido como uno de los trabajos más importantes de Norma del Mazo, la que según refiere la arquitecta Marta Lora, fue una de las proyectistas más destacada de los años 50 en Santiago de Cuba [7].
Desde el punto de vista patrimonial, las características identificadas en el inmueble sugieren que éste posee los siguientes valores:
Valor histórico, en tanto refleja funciones asociadas a hechos acaecidos, durante la etapa republicana y la revolucionaria.
Valor artístico, ya que por sus rasgos formales, de composición, expresividad y habilidad técnica se asocia a la concepción estética del MoMo.
Valor ambiental, por formar parte del ambiente inherente a un reparto del movimiento moderno en Santiago de Cuba.
Valor social, por cuanto responde a las tradiciones y modos de vida locales, y al desarrollo de actividades culturales de la población santiaguera y de la comunidad en la que se enclava.
Todo lo anterior evidencia que se trata de un inmueble de alto valor, por lo que en las acciones de conservación que se realicen requieren considerar la modernización funcional y la adaptación a nuevas necesidades, siempre que primen las actividades que tiendan a mantener sus atributos de valor [12].
El levantamiento arquitectónico y el diagnóstico técnico- constructivo permitieron identificar las diferentes lesiones presentes en el edificio. Estas acciones contemplaron la observación de la realidad, la confección de fichas para su visualización y ubicación (Figura 6), la descripción y las posibles causas de las lesiones, el área, y el tipo de intervención a realizar. También se emplearon equipos de ensayos no destructivos, como el detector de armaduras y el humidímetro, que facilitaron la detección de daños y la comprensión del funcionamiento estructural del inmueble.
Los daños evidenciados se relacionan en su mayoría con la humedad, observándose manchas en el falso techo, muros y pisos, que indican la presencia de filtraciones. Este tipo de daño puede ser indicativo de problemas de sellado o soluciones técnicas de baja calidad, falta de mantenimiento, envejecimiento de los materiales, filtraciones a través de la estructura o deficiencias en el drenaje pluvial del edificio.
También existen otros daños puntuales en la estructura del inmueble que pueden haber sido ocasionados por la retracción del hormigón, fenómeno que puede generar grietas y deterioro en elementos estructurales, o por movimientos sísmicos, considerando la ubicación geográfica del inmueble. Se observan también asentamientos diferenciales ocasionados por diferencias en la compactación del suelo que pueden generar tensiones en la estructura del edificio.
Debido a los visibles problemas climáticos que ocurren en el mundo actual ocasionados principalmente por las emisiones de gases de efecto invernadero a la atmósfera, la comunidad internacional presta especial atención a los edificios de bajo consumo energético. Los edificios patrimoniales, como parte importante de la cultura e historia de las naciones deben también encaminar sus acciones de rehabilitación y conservación hacia líneas de beneficio ambiental y energético. La consulta de la normativa actual cubana NC 220-1 [13] permitió evaluar el comportamiento energético de la envolvente del edificio y proponer recomendaciones destinadas a su sostenibilidad.
Desde el punto de vista ambiental, en el inmueble en cuestión se identificaron beneficios energéticos, como el aprovechamiento de la luz natural con el uso de grandes ventanas de vidrio y el control de la radiación solar directa por medio de aleros de 1,20 metros y celosías, elementos que ayudan a reducir la ganancia de calor en el interior. Sumado a esto, se observa la presencia de grandes árboles que actúan como pantallas solares. Por otra parte, se detectaron problemas energéticos, como grandes superficies acristaladas que permanecen cerradas debido al deterioro de la marquetería metálica y el uso de la doble pared lo que impide la ventilación natural, igualmente las ventanas no presentan un aislamiento adecuado lo que resulta en pérdida de aire acondicionado.
La propuesta de intervención en el edificio contempla en primer lugar, acciones encaminadas a revertir los daños observados en el diagnóstico, enfocados principalmente en la estanqueidad de la cubierta. Para ello se propone la sustitución del impermeabilizante actual (fieltro asfáltico) por enrajonado y soladura, la rectificación de las pendientes, las cuales deben oscilar entre valores mínimos del 2% y hasta un máximo de 4% y se garantizará el acceso a la misma mediante la colocación de una escalera metálica helicoidal anclada al exterior del inmueble con el fin de realizar el mantenimiento periódico o posibles reparaciones.
Los componentes estructurales detectados con daño durante el diagnóstico del edificio, como los elementos verticales y horizontales y las piezas de mármol adosadas a la fachada principal, serán tratados con materiales que no constituyan riesgo para la integridad del inmueble. La carpintería y el piso se conservarán en su totalidad, solo interviniendo las áreas que presenten algún tipo de lesión.
La propuesta de intervención arquitectónica busca respetar y resaltar las características originales del inmueble, conservando su identidad y valor patrimonial, mediante la eliminación de elementos innecesarios y la restauración de los componentes estructurales. Asimismo, se presta especial atención a la adaptación del espacio a las necesidades actuales del Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño, creando ambientes que promuevan un sentido de bienestar y vitalidad.
Dado que se precisa mantener la función actual del inmueble se propone adaptar los locales del área administrativa a los requerimientos de almacenaje de obras plásticas, teniendo en cuenta el control de la humedad y la temperatura entre otros factores, así como mejorar el ambiente de trabajo. De igual modo, se propone la incorporación de servicios gastronómicos ligeros en la zona exterior aledaña al antiguo carport como forma de potenciar la sostenibilidad económica de la institución.
El diseño interior de este edificio sigue un enfoque minimalista, caracterizado por la simplicidad, limpieza visual, reducción de elementos ornamentales y la priorización de la experiencia del arte.
En la sala de exhibición principal, las paredes serán de colores claros y neutros (blanco, tonos crema y gris claro) para acentuar el contraste visual con las obras de arte (Figura 7). Se recomienda iluminación directa y ajustable para resaltar las obras de arte de manera focal. La transición de un área a otra debe lograrse mediante sutiles cambios de iluminación que marquen visualmente las distintas secciones, o a través de mobiliario flexible, sin necesidad de muros divisorios. Por otra parte, se implementarán áreas de oficinas con mobiliario funcional, de diseño limpio, en madera clara o metal (Figura 8).
La implementación de las acciones de conservación que conducen a la eliminación de las causas que han provocado lesiones en el inmueble, tanto en el exterior como en sus interiores, deben contribuir a mantener los valores patrimoniales presentes en el mismo garantizando su impronta en diálogo con el contexto inmediato (Figura 9), como legado del Movimiento Moderno para las generaciones futuras. De manera similar, las pautas de diseño de interiores propuestas deben permitir que el Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño transmita un ambiente equilibrado entre la forma de mostrar las obras y la modernidad que exhibe el edificio.
En este trabajo se exponen argumentos que demuestran que el edificio que albergó las oficinas del Consulado de los Estados Unidos en Santiago de Cuba mantiene las cualidades que lo sitúan dentro de los mejores exponentes de la arquitectura del Movimiento Moderno en la ciudad, destacándose por su estrecha relación con su contexto de manera orgánica, a pesar de su simplicidad formal por su factura y recursos simbólico- expresivos y técnico- constructivos utilizados.
El análisis de la evolución histórica del antiguo Consulado de los Estados Unidos en Santiago de Cuba permitió la comprensión del contexto en que fue erigido el inmueble, revelando cómo se ha adaptado a diversos usos a lo largo del tiempo.
La definición de sus características y valores patrimoniales ha sido fundamental para identificar los elementos que contribuyen a su singularidad y relevancia en el patrimonio construido.
La intervención propuesta debe contribuir a recuperar, realzar y preservar sus valores patrimoniales, al tiempo que busca integrar nuevas tendencias de diseño interior para dotar al edificio de una renovada vitalidad y adaptabilidad respetando su esencia original.
A los profesores del departamento de Arquitectura y Urbanismo de la Facultad de Construcciones de la Universidad de Oriente. A los trabajadores del Centro Provincial de Artes Plásticas y Diseño, en especial a su directora, Grettel Arrate Hechavarría.
* E-mail: jdragoortiz01@gmail.com