SIGNO RADIOIÓGICO
Signo del delta vacío, hallazgo en tomografía cerebral con contraste endovenoso
Empty delta sign, finding in brain tomography with intravenous contrast
Recepción: 21 Marzo 2023
Aprobación: 12 Enero 2024
Publicación: 04 Marzo 2024
El signo del delta vacío, etimológicamente denominado así debido a su forma y apariencia radiológica, es un defecto en la repleción del lumen de un seno dural a causa de una trombosis venosa cerebral (TVC). Descrito en 1978 por Buonanno et al., por medio de la tomografía computarizada (TC) de cerebro con contraste intravenoso, como un hallazgo en la TVC del seno sagital superior (SSS), de aspecto triangular, caracterizado por una periferia hiperdensa constituido por vasos colaterales regurgitados a causa del colapso de la circulación venosa y un centro intraluminal hipodenso representando un trombo1.
Se plantean distintas hipótesis con respecto al origen de este signo, las cuales incluyen la recanalización del trombo dentro del seno venoso, organización del coágulo sanguíneo, ruptura de la barrera hematoencefálica y dilatación colateral de los canales durales y peridurales. Esta última hipótesis sería una respuesta probable a la formación de este, dado que los senos durales son estructuras que no poseen válvulas sino una red de canales venosos adyacentes con múltiples anastomosis, las cuales funcionan como una vía de drenaje colateral en caso de trombosis; estas colaterales rodean el seno trombosado produciendo la región central intraluminal de baja densidad y una periferia hiperdensa en el seno afectado2. La TVC es infradiagnosticada con frecuencia ya que clínicamente abarca una gama de síntomas inespecíficos, siendo los más comunes: hipertensión intracraneal, papiledema, déficit motor o sensitivo y alteración del estado mental. Los estudios por imagen como la TC permiten el diagnóstico precoz, modificando de forma importante su pronóstico y enfoque terapéutico3.
Los hallazgos de la TVC en la TC se clasifican principalmente en dos grupos: signos indirectos que corresponden al daño isquémico y los directos que se caracterizan por la visualización del trombo. El signo del delta vacío corresponde a este último grupo, siendo el más sensible después de la administración de contraste, reportándose en un 70% de los casos y manifestándose principalmente entre el quinto día o dos meses después del inicio del cuadro clínico, observándose la periferia dural que representa la circulación colateral venosa hiperdensa alrededor del lumen dural trombosado hipodenso (Figs. 1 y 2)3.
Entre los principales diagnósticos diferenciales en TC con contraste intravenoso tenemos distintas variantes anatómicas, ya sea como fenestraciones en los senos durales o granulaciones aracnoideas, las cuales pueden dar como resultado un defecto de relleno indistinguible del signo clásico del delta vacío, por lo que es importante tomarlas en consideración durante la evaluación del estudio4.
Las granulaciones aracnoideas de Pacchioni son prolongaciones redondeadas e isodensas con el líquido cefalorraquídeo (LCR) que con frecuencia sobresalen hacia el lumen del seno sagital y transverso. En ocasiones, cuando presentan un mayor tamaño pueden llegar a simular una TVC. Una manera de distinguirlas es a través de las imágenes con contraste endovenoso, donde su forma redondeada y corta extensión a lo largo del seno dural, las diferenciará de un trombo5. Otros hallazgos a considerar son las asimetrías en la densidad observada en relación a hipoplasia o aplasia venosa de los senos transversos, siendo más frecuentes del lado izquierdo. Una forma de poder guiarnos en este tipo de diagnóstico, es observando que el agujero yugular y la vena yugular interna contigua, se mostrarán hipoplásicos al igual que el seno transverso afectado y que con frecuencia habrá hipertrofia del seno contralateral3.
Como se menciona anteriormente, el signo del delta vacío sigue siendo un aporte radiológico de gran utilidad y sensibilidad para el diagnóstico de la TVC. No debemos olvidar que esta patología presenta ciertos retos en su identificación. Por esta razón el conocimiento de la anatomía venosa del cerebro, de sus variantes anatómicas y familiarización con los distintos signos es clave. La TC con contraste endovenoso es una alternativa confiable para su diagnóstico, por lo que también es imperativo saber orientar dichos estudios y así reducir las dificultades y retrasos en su evaluación.
Correspondencia: Karen Quevedo-Cabrera E-mail: karenqc31@gmail.com