SIGNO RADIOLÓGICO
Dándole la vuelta al signo, signo del halo invertido
Turning the sign upside down, reversed halo sign
Received: 15 May 2023
Accepted: 09 April 2024
Published: 28 August 2024
El signo del halo invertido o reverso, también conocido como “del atolón” por su similitud con los arrecifes de coral homónimos -caracterizados por su forma circular rodeando una laguna (Fig. 1 A y B)- es un signo tomográfico posible de observar en el parénquima pulmonar, asociado originalmente a la neumonía criptogénica organizada, pero que se puede encontrar como expresión de distintas patologías. Fue descrito por primera vez en el año 1996 por Voloudaki et al.1 en pacientes con neumonía criptogénica organizada como “opacidades en media luna y en forma de anillo”, y posteriormente, en 2003, Kim et al.2 le dieron el nombre de “signo del halo invertido”. Se caracteriza por una opacidad “en vidrio esmerilado” central rodeada por una consolidación más densa del espacio aéreo en forma de media luna o anillo.
El área central de opacidad “en vidrio esmerilado” corresponde a la inflamación de la pared alveolar y a detritos celulares depositados en los espacios alveolares, mientras que la consolidación del espacio aéreo periférico en forma de media luna o anillo corresponde al proceso inflamatorio (principalmente depósito de células mononucleares) que llena el espacio alveolar. Una posible explicación de esta forma particular podría ser el modo centrífugo en que la reacción inflamatoria/fibrótica se extiende desde las vías respiratorias comprometidas1.
El “signo del halo invertido” corresponde al hallazgo en la tomografía computada (TC) de tórax de una zona central de opacidad “en vidrio esmerilado” en el parénquima pulmonar, rodeado de un área de mayor densidad en forma de semiluna o anillo, siendo esta última de un espesor mínimo de 2 mm. No es un hallazgo muy específico, ya que representa una de las formas de manifestación de diversas enfermedades. Se denomina “invertido” o “reverso” debido a la contraposición con el “signo del halo”, ampliamente conocido, que consiste en una lesión sólida rodeada por un área de “vidrio esmerilado” periférica3, asociado originalmente a la aspergilosis angioinvasiva.
El “signo del halo invertido” plantea como principales diagnósticos diferenciales infecciones fúngicas pulmonares invasivas, paracoccidioidomicosis, neumonía por Pneumocystis, tuberculosis, neumonía adquirida en la comunidad, granulomatosis linfomatoide, granulomatosis de Wegener, neumonía lipoidea y sarcoidosis; patologías en las que el contexto clínico del paciente es fundamental para su diagnóstico diferencial. También se observa en neoplasias pulmonares y en el infarto, y después de radioterapia y ablación por radiofrecuencia de neoplasias malignas pulmonares4.
En los casos de infecciones fúngicas invasivas oportunistas, esta manifestación se presenta de manera temprana como resultado de un infarto pulmonar. En una etapa subaguda de la infección se puede acompañar del “signo de la semiluna” (air-crescent sign). Hallazgos adicionales que orientan a esta etiología son los nódulos mayores de 1 cm y el derrame pleural4.
En los pacientes con tuberculosis, los hallazgos concomitantes que suelen evidenciarse son nódulos centrolobulillares con un patrón de diseminación endobronquial y linfadenopatías subcarinales, así como áreas de consolidación y cavitación. Una particularidad del aspecto del “signo del halo invertido” en la tuberculosis es que el anillo de consolidación suele tener una apariencia más nodulillar4.
En la sarcoidosis se ha observado la presencia de pequeñas imágenes nodulares dentro del área central de “vidrio esmerilado”, hallazgo que debería orientar a la etiología granulomatosa.
La granulomatosis de Wegener es una vasculitis necrotizante en la que, además del “signo del halo invertido”, se observan opacidades nodulares, opacidades “en vidrio esmerilado”, áreas de consolidación y cavitación4.
Adicionalmente, en el contexto epidemiológico actual, se ha reportado que la afectación pulmonar por el SARS-CoV-2 puede presentarse de esta forma con una frecuencia que varía del 5 al 25%5 (Fig. 2).
El “signo del halo invertido” permite establecer una serie de diagnósticos diferenciales cuyo conocimiento resulta fundamental en el manejo del espectro de lesiones pulmonares, facilitando el diagnóstico oportuno, lo cual conlleva un mejor panorama de evaluación y tratamiento de los pacientes.
Los autores agradecen a la Dra. Jimena Mariano.
*Correspondencia: Analía R. Rivero. E-mail: riveroanii@gmail.com