CARTA CIENTÍFICA
Pólipo fibrovascular esofágico
Fibrovascular polyp of the esophagus
Received: 29 November 2022
Accepted: 13 December 2023
Published: 30 May 2024
Estimados editores:
Los pólipos fibrovasculares esofágicos son tumores benignos muy infrecuentes, que suelen originarse en el esófago cervical y crecen de forma lenta, ocasionando molestias digestivas y respiratorias cuando alcanzan un gran tamaño.
A continuación, se exponen dos casos diagnosticados en nuestro hospital.
Mujer de 70 años que acudió en varias ocasiones a urgencias por dolor torácico atípico y disfagia. También refería pirosis, sensación de ocupación retroesternal y pérdida ponderal de 8 kg en los tres meses previos.
La endoscopia objetivó una lesión que ocupaba la luz esofágica con mucosa respetada y, al no evidenciar pedículo, se planteó la posibilidad de lesión submucosa o compresión extrínseca. En la ecoendoscopia la lesión se mostró hiperecogénica de forma homogénea, con respeto de la serosa. Se realizaron tres punciones-aspiraciones con aguja fina, que resultaron en material insuficiente para diagnóstico.
Se realizó una tomografía computarizada (TC) de tórax con contraste intravenoso (Fig. 1) que puso de manifiesto una lesión con densidad grasa y de partes blandas que ocupaba casi todo el esófago.
Con el fin de determinar si se trataba de una lesión submucosa o polipoide, se realizó TC de tórax con contraste oral en decúbito prono y supino (Figs. 2A y B), identificando la lesión rodeada de aire y contraste, lo que apoyaba la etiología polipoide. El esofagograma (Fig. 2C) mostraba un esófago dilatado con defecto de repleción que se extendía en casi toda su longitud.
La lesión fue resecada mediante polipectomía endoscópica.
Los hallazgos histológicos fueron compatibles con pólipo fibrovascular gigante, sin criterios de malignidad.
Un año después del procedimiento, la paciente se encuentra asintomática y sin recurrencia de la enfermedad.
Varón de 69 años que consultó en urgencias por disfonía, junto con tos y náuseas que se desencadenaban con la deglución. Además, refería disfagia, sensación de cuerpo extraño esofágico de un mes de evolución y pérdida ponderal de hasta 15 kg en dos meses.
En la TC de cuello y tórax (Fig. 3) con contraste intravenoso se visualizó una masa faringoesofágica, que se extendía desde el seno piriforme izquierdo hasta el esófago medio, con densidad predominantemente grasa y zonas con atenuación de partes blandas. La masa disminuía el calibre de la laringe supraglótica por compresión, desplazando medialmente la cuerda vocal izquierda (confirmado por endoscopia otorrinolaringológica).
En el esofagograma no se logró identificar la base de implantación de la masa.
La endoscopia digestiva objetivó una tumoración gigante con mucosa muy vascularizada, que se extendía por debajo de la boca de Killian y ocupaba prácticamente toda la luz esofágica. No se tomó biopsia por el aparente riesgo de sangrado. Con la sospecha de pólipo fibrovascular gigante, se intentó la exéresis con esofagoscopio rígido, que resultó imposible debido a la localización y al gran tamaño que presentaba. Posteriormente, se procedió a la resección quirúrgica a través de cervicotomía y esofagotomía lateral izquierda.
El estudio histológico de la pieza quirúrgica fue compatible con pólipo fibrovascular gigante.
El pólipo recidivó dos años después y el paciente fue reintervenido mediante microcirugía laríngea, persistiendo una lesión residual en la actualidad (Fig. 4).
Los pólipos fibrovasculares esofágicos son tumores benignos submucosos e intraluminales extraordinariamente raros (representan un 0.5-1% de los tumores esofágicos benignos)1),(2, compuestos por tejido fibroso, graso y vascular, y cubiertos por epitelio escamoso normal. La mayoría se originan en el esófago cervical, presentan un pedículo relativamente pequeño y forma alargada, y alcanzan grandes dimensiones3. La degeneración maligna es sumamente rara4.
Los síntomas más frecuentes de presentación son disfagia, dolor retroesternal, tos, odinofagia y hemorragia (por ulceración del pólipo), siendo menos común la regurgitación, que puede complicarse con obstrucción laríngea3),(5.
El diagnóstico se basa en la combinación de hallazgos clínicos, endoscópicos y de las distintas pruebas de imagen:
- La endoscopia permite la visualización directa del pólipo, así como la toma de biopsias.
- La ecoendoscopia aporta información sobre la vascularización, la infiltración tumoral y la existencia de adenopatías3.
- El tránsito esofágico muestra típicamente un esófago dilatado, con defecto de repleción intraluminal a nivel del esófago cervical con extensión distal6.
- La TC y la resonancia magnética son pruebas útiles no solo para identificar el lugar de inserción del pólipo y su extensión, sino también para su caracterización (proporción de tejido fibroso y graso) y para determinar el grado de vascularización6),(7.
Sin embargo, recientemente se ha planteado la posibilidad de que la gran mayoría de los pólipos fibrovasculares esofágicos correspondan a liposarcomas, por lo que se sugiere que el diagnóstico se haga con mucha precaución, solo después de un estudio morfológico cuidadoso y del gen MDM2 mediante FISH que descarte un liposarcoma8.
El diagnóstico diferencial incluye otras lesiones submucosas que producen estenosis esofágica proximal, como quiste de duplicación, tumor neurogénico o vascular, leiomioma, etc.9.
La actitud terapéutica es la resección quirúrgica o endoscópica, dependiendo fundamentalmente de la zona de inserción del pedículo, del tamaño del pólipo y de su composición (aquellos de predominio graso son buenos candidatos para la resección endoscópica, mientras que si están muy vascularizados se incrementa el riesgo de sangrado y puede ser preferible la extirpación quirúrgica)2),(10.
La recidiva tumoral es rara, pero se han descrito casos de recurrencia2),(4.
*Correspondencia: Elena Benedicto-Hernández. E-mail: elenabenedicto@yahoo.es