Reseña
Cammarota, Adrián: “Débiles, anormales, higiénicos y civilizados. La medicalización de la niñez escolarizada en Buenos Aires (1884-1945)”
| Cammarota Adrián. Débiles, anormales, higiénicos y civilizados. La medicalización de la niñez escolarizada en Buenos Aires (1884-1945). 2023. Buenos Aires. Ediciones Imago Mundi. 240pp.. 978-950-793-429-2 |
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El libro Débiles, anormales, higiénicos y civilizados. La medicalización de la niñez escolarizada en Buenos Aires (1884-1945), da continuidad a las investigaciones realizadas por el autor en torno al control de las infancias en las escuelas. Esta obra constituye un valioso aporte que facilita investigaciones ulteriores e inspira a las nuevas, dado que presenta un completo estado del arte, con un gran manejo de fuentes primarias, especialmente indicado para los especialistas en Historia de la Educación, Historia de la Salud y la Enfermedad. Esta última, se entiende como una perspectiva que refiere a las maneras que adquirió la medicalización en la sociedad en el período mencionado, y permite también comprender el sentido de una estrategia biopolítica como lo fue la eugenesia.
Esta obra se propone interpretar la agencia de las elites respecto de la población, la gobernabilidad de multitudes bajo el capitalismo, estipulando las características de las infancias sanas y fuertes y armando una serie de dispositivos escolares que tenían por finalidad la consecución de ese propósito, tomando a la escuela como medio de las prácticas higienistas en las primeras décadas del siglo XX. El Dr. Cammarota explicita la centralidad del discurso biológico capaz de diagnosticar y predecir no solamente la anormalidad y la enfermedad sino constituirse en el saber legítimo como para interpretar los movimientos sociales, las preferencias culturales, las desigualdades.
El autor aborda la temática de la escuela a partir de la ley 1420, la que muestra una configuración que abreva en el higienismo, por lo cual los interrogantes acerca de la inmigración, la movilidad social, la moralidad, la aptitud, la degeneración, la debilidad, fueron interpretadas tanto desde esa corriente, como desde la eugenesia. Por ello, estas cuestiones -abordadas por el autor-, marcan una delimitación epistemológica de la disciplina Historia de la Salud y la Enfermedad ya mencionada y seguida en este libro respecto de la Historia de la Educación, caracterizada ésta por el interés por las estrategias pedagógicas puestas en acción a lo largo del tiempo. En efecto, el Dr. Cammarota va cartografiando las organizaciones que contribuyeron a introducir prácticas provenientes de la Higiene en las escuelas, siendo éstas una herramienta fundamental de la Medicina Social.
El autor muestra de forma clara y exhaustiva cómo se fue tejiendo, hacia fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, ese armado de un saber higienista que requirió la intervención del Estado. Esa intervención tuvo como finalidades establecer prioridades, dar respaldo económico a las decisiones, vigilar los recorridos y crear organismos como el Cuerpo Médico Escolar, cuya función fue la de cautelar las niñeces y especialmente, a quienes pertenecían a grupos de infancias desfavorecidas e hijos de inmigrantes.
El Dr. Adrián Cammarota muestra en esta obra una visión interdisciplinaria al abordar los temas específicos de Historia de la Salud y la Enfermedad entrecruzada con perspectivas políticas, éticas, didácticas, antropológicas y epistemológicas. Destaca la tríada medicina, pedagogía y niñez como centrales dando cuenta de la visión política subyacente.
El libro está estructurado en cinco capítulos. En el capítulo primero, denominado Medicina y escuela en Buenos Aires, el autor expone la acción construida por la élite en la forma de ciertos organismos, tales como el Cuerpo Médico Escolar, el Departamento Nacional de Higiene -creado en 1880-, la Administración Sanitaria y la Asistencia Pública de Buenos Aires, los hospitales Rivadavia y Hospital de Niños, la Protección del Trabajo de las Mujeres y los Niños, el Patronato de Menores, etc. Diversas problemáticas motivaron la fundación de estas organizaciones que tuvieron la función de combatir la degeneración de la raza, tales como el control sobre los cuerpos y también la lucha contra las enfermedades infectocontagiosas, la tuberculosis, el alcoholismo, la difteria, fiebre amarilla, entre otras.
La obra aborda estas temáticas difundiendo cuestiones demográficas y realizando un verdadero cuadro de situación, muy útil para lograr una visión integral de ese período: inmigración, mortalidad infantil, como así también el autor muestra la génesis de dispositivos en vigencia en la escuela de hoy.
El capítulo dos, denominado Clínicas escolares y prensa médica, muestra las tensiones y los conflictos formulados en el seno mismo del Cuerpo Médico Escolar, evidenciando las perspectivas diferentes alojadas en él respecto de las formas de encarar las diversas problemáticas existentes en el período y las maneras de transitarlas y resolverlas. Esta obra, en un relato muy ameno, va introduciéndonos en las incertidumbres, las acechanzas, los obstáculos y al mismo tiempo las estrategias disponibles a fin de cautelar la salud de las infancias y de qué manera la escuela debió implementarlas.
Cobra especial relevancia la referencia del autor a las feministas pioneras quienes celebraron el Primer Congreso Femenino de 1910 de Buenos Aires y quienesa partir de los papeles que cumplieron, lucharon por una sociedad más equitativa.
El capítulo tres, Sentidos, observación y regeneración, trata el sentido del “proyecto modernizador” y republicano el que trascendía la medicalización, para abarcar otras dimensiones de los sujetos provenientes de sectores populares tales como los estilos de vida, los gustos, los usos del cuerpo en cuyo propósito estaba presente siempre el combate de la debilidad.
Expresa el autor que estas estrategias, a fin de lograr vigorización, prevención de contagios y también sentido estético, fueron acompañadas por las nuevas tendencias pedagógicas tales como otorgar un lugar privilegiado al juego, las excursiones, la relación con la naturaleza, la observación. Los espacios pedagógicos se trasladaron, entonces, del aula a las Plazas de Juegos, los Museos de Ciencias Naturales, el teatro infantil, las colonias de vacaciones, paseos didácticos. Conjuntamente con estas acciones, el libro muestra la conexión entre ellas y los discursos de la eugenesia dado que también describe los exámenes practicados a las niñeces como las mediciones antropométricas, eje de esos discursos.
Por todo ello, estas nociones constituyen un hallazgo del autor dado que entrecruza los aspectos didácticos con los fines de la Educación y la higiene.
En el capítulo cuarto, denominado Degenerados, enfermos y pulcros, el autor muestra el discurso político-pedagógico en pos de la supuesta homogeneidad de las niñeces, curiosamente dentro de una realidad de diversidad cultural, que motivó las clasificaciones relacionadas con la raza y la proveniencia, condiciones patológicas, la debilidad, realizadas a los y las escolares a partir de las fichas biotipológicas y de las mediciones antropométricas. Se destaca la labor de Carolina Tobar García y Telma Reca y sus aportes a la psicología y la higiene mental.
El capítulo 5, lleva como subtítulo Civilizar, asear y alimentar. Expone el Dr. Cammarota la intencionalidad de las elites de dar forma a la construcción de la ciudadanía a través de la Higiene. Por ello, el contenido del capítulo está dedicado a la información que estos grupos difundían a través de diversas publicaciones, tales como La Semana Médica o a través de cartillas emanadas del Cuerpo Médico Escolar.
Además de los relevantes contenidos abordados, es un libro que en todas sus páginas devela el pensamiento ético y político del autor, en el sentido de destacar la relevancia del rol del Estado en la construcción de políticas públicas, como así también la visibilización de las infancias vulneradas y de las acciones producidas por las feministas de ese período.