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Álvarez, Aalejandra: Entre dictaduras y primaveras. El festejo del día del estudiante en Buenos Aires (1966-1983).
Historia de la educación - anuario, vol. 25, no. 1, pp. 210-212, 2024
Sociedad Argentina de Investigación y Enseñanza en Historia de la Educación

Reseña

Álvarez Alejandra. Entre dictaduras y primaveras. El festejo del día del estudiante en Buenos Aires (1966-1983). 2023. Buenos AiresEdiciones Imago Mundi. 176pp.. 978-950-793-428-5

DOI: https://doi.org/10.51438/2313-9277.2024.25.1.e029

En Argentina, todos los 21 de septiembre tiene lugar el Día del Estudiante. En carácter de jornada festiva, la cotidianeidad escolar se suspende por un día y cientos de adolescentes de distintas edades se reúnen para celebrar lo que ya es una tradición. Paralelamente, se registra el cambio de estación, del invierno a la primavera. Esta coincidencia no es solo temporal, sino que guarda una ligazón histórica. De acuerdo a la investigación de Alejandra Álvarez, la asociación entre juventud y primavera es reciente y comprende usos e interpretaciones políticas durante los gobiernos institucionales y represivos de la segunda mitad del siglo XX. Las relaciones entre fiestas, tradiciones y política ordenan los argumentos de la autora en Entre dictaduras y primaveras.

El libro se propone analizar las formas y los sentidos que el festejo del Día del Estudiante supuso para sus protagonistas: los y las estudiantes secundarios. Ello constituye el núcleo de la obra, colocando la celebración como práctica y marco de intervención estatal, se analizan tres casos, los colegios normales de Quilmes, San Isidro y Buenos Aires. La publicación nos permite acceder a una pesquisa sensible, pertinente y rigurosa sobre fenómenos que solo recientemente han comenzado a ser indagados académicamente. La relación entre jóvenes estudiantes y adultos (familia, padres, directivos, policía, prensa, gobierno) es la aproximación elegida para situar el diálogo de los estudios sobre la juventud en el pasado reciente.

Por consiguiente, la autora plantea tres dimensiones sobre su objeto de estudio: la sociabilidad, las políticas estatales y el tiempo libre y de ocio. La conceptualización es complejizada al incorporar la clase, la edad y el género como elementos constitutivos de la celebración. La tradición como acto y como rasgo de una cultura escolar y una coyuntura política es lo que hace relevante al análisis histórico de la fiesta, involucrando los sentidos, las prácticas y los usos que adquirió a los ojos de las autoridades nacionales, provinciales y locales. Teniendo en cuenta la expansión de la matrícula estudiantil en el nivel secundario desde los años cincuenta, el libro contribuye a revalorizar el lugar que el esparcimiento ocupa en la formación ciudadana y en la configuración de determinadas identidades nacionales. La interpretación del vínculo intergeneracional es otro punto destacable del trabajo en la medida que captura las connotaciones alarmistas en torno a la juventud por parte de distintos actores sociales adultos sin desatender las miradas y las respuestas de sus protagonistas.

Esa perspectiva adultocéntrica, encarnada en diferentes y coexistentes formas de autoridad y poder, es puesta en entredicho para dar lugar a las voces quienes habitaron y transcurrieron la secundaria. Pese a que la conjetura principal descansa sobre la vigilancia, el control, la fiscalización y la supervisión, el resultado es una investigación que tensiona supuestos acerca de la vida cotidiana, los lazos sociales y el funcionamiento de las instituciones escolares en los años sesenta y setenta. De acuerdo a Álvarez, los esfuerzos coercitivos del Estado por regular las prácticas estudiantiles presentaron oscilaciones e intersticios de acuerdo a las distintas administraciones y los períodos, evidenciando desacoples, continuidades y rupturas. Estos hallazgos son respaldados por corpus documental amplio que abarca materiales de distinta procedencia. La incorporación y el entrecruzamiento de archivos de cada institución y de registros audiovisuales resulta novedosa puesto que releva la producción y la historicidad de determinadas representaciones, prácticas y visualidades sobre las juventudes.

El conjunto de reflexiones se inscribe en áreas temáticas en expansión. En el cruce de la Historia Reciente con la Historia de la Educación, Álvarez examina el rol de los estudiantes secundarios en contraposición a otras investigaciones centradas en los movimientos estudiantiles universitarios. A diferencia de estas últimas, se ofrece un abordaje sobre diversas escenas y momentos en las trayectorias y los modos de celebrar y entender el Día del Estudiante. Sin descuidar las contribuciones de aquellos campos, el libro recoge y dialoga con otros estudios con el objeto de profundizar en líneas historiográficas en crecimiento, como lo son aquellas dedicadas al examen de la última dictadura militar y la recuperación democrática en los años ochenta. En esta dirección, la temporalidad y la estructura del libro se establecen en función de dos preocupaciones conjuntas: contextualizar los escenarios históricos de las distintas dictaduras y gobiernos institucionales y caracterizar y contraponer las percepciones y las vivencias de los festejos desde distintas posiciones y escalas. La elección de una periodización de índole política conduce, por momentos, a interpretaciones recursivas que se espejan en lo planteado por la historiografía política clásica.

En línea con el esquema temporal, el libro se divide en tres capítulos. El primero reconstruye los cambios que los y las estudiantes secundarios atravesaron durante los años sesenta y setenta. El interrogante que lo recorre se anuda a la repercusión que aquellas transformaciones tuvieron en los festejos del Día del Estudiante a la luz de un panorama sociopolítico signado por medidas represivas, aumento de controles y pautas culturales que oscilaban entre la apertura y la persecución. Las particularidades que adoptó la celebración en cada territorio no siempre son tenidas en cuenta a la hora de reflexionar sobre la cultura escolar y la tradición. Recortado a la década previa antes de la última dictadura (1976-1983), el capítulo sostiene la asociación entre juventud y primavera como metáfora de la despolitización y del disciplinamiento social implementadas desde el Estado. También, revela los intersticios que existían en los mecanismos de control, poniendo de relieve las formas de sociabilidad y festejo, aún bajo el escrutinio de la prensa y la policía.

El segundo capítulo ahonda en la agudización del autoritarismo en una escala escolar. Anclado en los primeros años de la última dictadura militar, sus páginas analizan y recorren las distintas medidas instrumentadas desde el gobierno para efectivizar su plan para “reorganizar la sociedad”. Sin desatender las celebraciones, la autora hilvana una argumentación concentrada en la vida fuera de las aulas y en la cotidianeidad de las escuelas. Frente al terror, la censura y el silencio, los y las estudiantes desarrollan e idearon distintos subterfugios para sostener y atravesar el control de docentes, directivos, padres y agentes gubernamentales. Con proyectos editoriales y encuentros vigilados cada 21 de septiembre, los y las jóvenes intentaron horadar los esfuerzos coactivos por instalar valores y comportamientos asociados al nacionalismo, al patriotismo militar y a la moral católica a través de concursos, ordenanzas y actos escolares.

El tercer capítulo se ocupa de analizar el festejo del Día del Estudiante ante los cambios que atraviesa la dictadura en sus últimos años y la posibilidad de cambio de régimen. Pese a que este período aún es materia de debate en la historiografía, el examen de la sociabilidad y del tiempo libre y de ocio arroja luz sobre la continuidad y los desacoples al interior de las escuelas. Aunque el control no se descontinuó, la renovación generacional en la matrícula es incluida en la explicación sobre el “relajamiento” en el orden represivo y de las prácticas escolares. La incipiente organización política del estudiantado y los proyectos editoriales convergieron para comenzar a resquebrajar pautas y modos de conducta fuera y dentro de pasillos y aulas. A medida que la institucionalidad democrática se vislumbraba como posible, las acciones de los y las estudiantes se dirigieron a modificar la cultura escolar y desbrozar el terreno represivo sobre el cual estaba montada.

En conjunto, el libro constituye un ejercicio de investigación que reconoce los procedimientos académicos sin abandonar una mirada rigurosa y sensible sobre el impacto que los procesos históricos provocan en las subjetividades, las identidades y las vidas de su objeto de estudio. La dimensión cotidiana de la represión y las dictaduras en clave escolar y festiva contribuye a complejizar el modo de conceptualizar y abordar las experiencias traumáticas del autoritarismo. Valiéndose de un puñado heterogéneo de documentos y registros se reconstruyen las distintas lógicas, prácticas y sentidos que las tradiciones tiene para distintos actores, instituciones y contextos. En particular, permiten revisar la construcción y la permanencia de estereotipos y representaciones sobre aquello que deviene tradicional.

En conclusión, el texto de Álvarez se erige como una contribución significativa al creciente campo de los estudios sobre juventudes escolares desde la Historia Reciente. En base a nuestra lectura, ofrece pistas novedosas para pensar a los actores del pasado, allanando el camino para que otros objetos y preguntas de investigación tensionen y expandan la historiografía argentina del siglo XX. Sobre todo, conocer y examinar las historias y las funciones que la tradición, la costumbre y las efemérides cumplen en la organización de nuestras sociedades e identidades.

Referencias Bibliograficos

Álvarez, Alejandra . (2023). Entre dictaduras y primaveras. El festejo del día del estudiante en Buenos Aires (1966-1983). Buenos Aires: Ediciones Imago Mundi, 176 pp.

Author notes

Licenciada y Profesora de Ciencias Sociales por la Universidad Nacional de Quilmes. Doctoranda en Ciencias Sociales y Humanas. Becaria doctoral del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas con sede de trabajo en el Centro Interdisciplinario de Investigaciones en Género de la Universidad Nacional de La Plata.


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