Reseña
Sáez Manuel Alcántara, Freidenberg Flavia. 2001. Salamanca. Ediciones Universidad de Salamanca. 776pp. |
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La investigación sobre los partidos políticos en América Latina ha estado centrada en aspectos bastante distintos a los relacionados con su organización interna. Durante muchos años, los analistas se han preocupado más por cuestiones vinculadas con la relación de los partidos con su entorno que por los procesos y actividades que se desarrollaban internamente. La principal consecuencia de ello ha sido que durante mucho tiempo las organizaciones fueran unas desconocidas, por lo menos para los académicos, lo que llevó a muchos a poner en duda su capacidad movilizadora, de representación político-social y de articulación de intereses.
En los últimos años, diversos analistas comenzaron a hacerse una serie de preguntas, que respondían a diferentes problemas analíticos vinculados con las organizaciones partidistas. Para responder a estos interrogantes, un equipo de investigación de la Universidad de Salamanca, dirigido porManuel Alcántara Sáez , coordinado por Flavia Freidenberg y financiado por la Comisión Interministerial de Ciencia y Tecnología de España entre los años 1997 y 2001, organizó un proyecto de investigación denominado Partidos políticos y Gobernabilidad en América Latina. Los principales resultados de dicha investigación pasaron a conformar el contenido central de una obra de tres volúmenes sobre las estructuras, rendimiento y funcionamiento de los partidos políticos latinoamericanos de 18 países. Los volúmenes están organizados en función de criterios regionales: Países Andinos (Bolivia, Colombia, Ecuador, Perú, Venezuela); Cono Sur (Argentina, Brasil, Chile, Paraguay, Uruguay) y México, Centroamérica (Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Panamá) y República Dominicana. Se analizan 56 partidos a partir de un entramado analítico homogéneo de carácter comparado, contemplando las mismas dimensiones y variables, con el objeto de presentar datos primarios, cerrados en el año 2000, que posibiliten en una segunda etapa la realización de estudios en niveles empíricoexplicativos que permitan conocer los elementos que diferencian a unas organizaciones de otras.
Las principales propuestas realizadas por esta obra han generado ricas aportaciones al estado de la cuestión sobre las organizaciones partidistas. Respecto a la pregunta sobre qué son las organizaciones partidistas y cuáles son las dimensiones analíticas que hay que tomar en cuenta cuando se estudian las organizaciones, se definió a los partidos como sistemas políticos en miniatura, con un conjunto de reglas y normas, escritas o consuetudinarias, que establecen el tipo de interacción que debe darse en el interior del mismo y en relación con el entorno; que eligen a sus representantes a partir de un sistema electoral propio, que reclutan a sus miembros, que cuentan con sus propios poderes de toma de decisiones y que tienen su sistema de resolución de conflictos internos específico. Todo ello muchas veces diferenciado de otros partidos y de las reglas del sistema político. En este sentido, los partidos son mini sistemas integrados por actores internos que compiten por ganar el control de sus cuerpos de gobierno e influencia sobre la vida partidista así como también luchan por ganar el control del sistema político general. A partir de este marco se sostiene que las organizaciones partidistas poseen una doble naturaleza, ya que cumplen una función instrumental, en la medida en que se construyen para la consecución de fines externos y, por otra, son escenario de la interacción de actores, reglas y estructuras.
Los editores sostienen además que los partidos actúan en un escenario multivariado, esto es, en un ámbito de carácter interno como en otro externo, que a su vez pueden ser subdivididos en arenas de actuación. El ámbito interno comprende a los individuos y, en su caso, a los grupos de los que está compuesto, y las estructuras, normas y organismos creados para la toma de decisiones, el gobierno y la dirección del partido. Todos los partidos políticos, hasta los más pequeños, necesitan establecer un mínimo de estructuras y reglas que les permita encuadrar a sus miembros y organizar sus actividades, tomar decisiones acerca de sus propuestas políticas y estrategias electorales. El ámbito externo de la organización no se refiere necesariamente a actores, estructuras o reglas distintas a las de la organización interna, pero sí a un prisma diferente a través del cual observarlos. Se trata del vínculo entre los partidos y su entorno y sobre el papel y actividades desempeñadas por determinados actores y organismos del partido en los ámbitos en los que éstos actúan. Algunos dirigentes pueden pertenecer simultáneamente a diferentes ámbitos (que pueden referirse a niveles de gobierno distintos: estatal, regional, municipal, etc.), pero otros sólo participan en uno de ellos. La naturaleza del proceso político puede variar tan extensamente que observadores del mismo partido en diferentes arenas pueden concluir que están observando partidos diferentes. En este sentido, muchas veces el conocer cómo trabaja un partido está determinado tanto por la correlación de fuerzas internas como por la situación externa en la cual estos actúan. Por tanto, los cambios que se den en ese ambiente generarán necesariamente algún tipo de modificación (adaptación, cambio) en la organización y en su vida interna.
Cuando el partido se comporta en el ámbito externo uno puede verlo como una organización de gobierno, como una organización electoral o como una organización en la que sus miembros participan en el Congreso o Asamblea Legislativa. En tanto, cuando se analiza la vida interna se debe pensar en el partido como una organización burocrática,esto es, el escenario donde interactúan los individuos y los grupos de los que está compuesto el partido en un entramado de estructuras, normas y organismos creados para la toma de decisiones, el gobierno y la dirección del partido.
Finalmente, toda organización partidista es también unaorganización de miembros voluntarios, a pesar de que esta cara de los427 partidos sea en ocasiones la menos tomada en cuenta en la correlación de fuerzas internas. La base del partido, aquellos que trabajan por él de manera voluntaria (o muchas veces a cambio de incentivos solidarios y/o instrumentales) integrada por afiliados, simpatizantes y militantes, interactúan en este nivel. Pero precisamente la observación de los partidos latinoamericanos evidencia una disminución cualitativa de esta arena del partido debido a la preferencia por estrategias electorales de parte de las elites partidistas frente a la movilización intensiva de militantes.
Respecto a la pregunta sobrecómo son las organizaciones partidistas de América Latina, la respuesta de la obra va en direcciones específicas, observables de una manera más sencilla a partir de un artículo de corte comparado presentado al final de cada volumen donde se exponen de manera sistemática los datos contenidos en cada capítulo. Tras la lectura y análisis de los datos, se puede sostener que los partidos latinoamericanos cuentan con una estructura continua, con altos niveles de infraestructura e intensa actividad interna y con altos niveles de infraestructura burocrática, según las percepciones mayoritarias de los militantes y las reglas de juego formales partidistas. En la práctica, los partidos no sólo son lo que las reglas formales dicen sino quesus prácticas están sujetas a reglas no formales que imprimen una dinámica especial al comportamiento partidista.
Asimismo, los datos muestran que los miembros de los partidos tienen una concepción espacial de la política toda vez que consiguen ubicarse en la escala de tipo Likert de diferentes gradaciones, en términos de izquierda-derecha, así como también ubican a sus partidos y a diferentes líderes políticos en dicha escala. Esto permite afirmar que los partidos políticos de la región se diferencian ideológicamente y, por tanto, que esta variable, junto al tipo de liderazgo existente dentro de la organización, el modo en que la misma fue creada y los niveles de disciplina interna discriminan entre diferentes tipos de agrupaciones en la región. Esto significa que no todas las organizaciones partidistas son iguales, ni fueron creadas de la misma manera ni desarrollan las mismas estrategias para maximizar sus beneficios en el ámbito electoral, legislativo o electoral. Por ello, al momento de estudiarlas hay que tomar en cuenta una serie de variables discriminantes como las orientaciones ideológico-programáticas de sus miembros, la estructura de autoridad, el tipo de relaciones entre los órganos internos y con agrupaciones de su entorno, el tipo de liderazgo y la gestión gubernamental.
Finalmente, cabe destacar que esta obra es un aporte esencial en el estudio de las organizaciones de partidos de América Latina, toda vez que cubre un área de investigación inexplorada hasta el momento, en la que los autores alcanzaron muy satisfactoriamente los objetivos propuestos inicialmente, consiguieron responder sistemáticamente a una serie de interrogantes cruciales en la investigación sobre partidos, y plantearon un racimo de líneas de trabajo que deben ser profundizadas. Esta obra es excepcional por la cantidad de la información presentada, por la calidad de la misma y por la manera en la que está organizada. Los tres volúmenes de Partidos Políticos de América Latina deben ser considerados como un punto de partida, de lectura obligada, para aquellos interesados en el estudio de las organizaciones partidistas y de la política en general en América Latina