Reseña
Girbal-Blacha Noemí. 2003. Bernal. Universidad Nacional de Quilmes. 275pp. |
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El libro constituye una obra sumamente interesante, escrita con sentido crítico, donde se tratan en forma detallada hechos y discursos de la política y de la economía del gobierno peronista entre 1946 y 1955. En primer lugar es interesante mencionar que el período analizado es, probablemente, el más controvertido y el menos inocuo de la historia política y económica argentina. Desde lo fáctico o desde lo simbólico, cambió la estructura social, política y económica de nuestro país, y dichos cambios determinaron trazos tan hondamente marcados en la psicología social que más de medio siglo después continúan ejerciendo notable influencia sobre muchos de los lineamientos de la sociedad y de la política actual.
En el capítulo I la autora se encarga de delimitar claramente los alcances de su obra. Luego de una breve descripción del rol que juegan “el olvido y la memoria” (p. 21) en la historia, procede a la explícita descripción del objetivo del trabajo diciendo “…este estudio intenta reflexionar -a partir de la confrontación y desde la perspectiva histórica- acerca de las características, los cambios y las continuidades expresados a través del discurso oficial y de los hechos ocurridos en tiempos de la singular gestión peronista (1946-1955)” (p. 22). A continuación menciona dos hechos con los cuales podría encabezarse todos los libros de historia: a) “la complejidad de rutas por las que transita la historia hace casi prohibitivo fijar esquemas de evolución lineal” (sólo podría objetarse la palabra “casi”); b) “… la historia siempre es escrita por historiadores inmersos en un tiempo y en un medio que influyen en las explicaciones del objeto conocido que él nos proporciona” (p. 23). Continúa al capítulo I resaltando el carácter científico de la historia, cuestionado por unos y defendido por otros, para llegar al estado de la situación actual diciendo que “hoy se acepta la pluralidad de interrogantes, la diversidad metodológica y la variedad de fuentes, es decir, se acepta un mosaico de verdades que no son necesariamente complementarias y acumulativas” (p. 24). Culmina el primer punto del Capítulo I mencionando la literatura general que analiza el período y describiendo su metodología, la cual, basándose en la confrontación entre relato y cuantificación, intenta “construir -desde el juicio crítico- la explicación histórica referida a los mitos y las realidades, a lo simbólico y lo fáctico de algunos perfiles del nacionalismo económico peronista puesto en práctica en la Argentina entre 1946 y 1955” (p. 26). El capítulo culmina con dos ejemplos específicos donde lo fáctico y lo que queda en el imaginario popular toman caminos diametralmente diferentes: en primer lugar, en lo sucedido en torno a la repatriación de la deuda externa, proceso que tiene lugar entre 1947 y 1952. En este caso se intenta mostrar que lo que en el discurso sonaba como la condición necesaria para que un país pueda considerarse soberano, rico y capaz de dar vuelta una situación de endeudamiento en una de acreencia, en la realidad significaba un país cambiando su deuda externa en interna e incrementando la deuda total. El segundo ejemplo consiste en la nacionalización de los servicios públicos, estandarte del gobierno peronista, que en realidad oculta situaciones complejas externas, dudosas operaciones financieras, compras de artículos con elevados niveles de obsolescencia y pérdidas de divisas.
El capítulo II, “Estado, economía y crédito a la producción industrial (1946-1955)”, comienza presentando los tres pilares institucionales sobre los que se basaron las políticas del gobierno: el diagnóstico socioeconómico elaborado por el Consejo Nacional de Posguerra, la reforma financiera de 1946 y el accionar del Instituto Argentino para la Promoción del Intercambio (IAPI). Con un alto contenido de evidencia cuantitativa se intenta traspasar el velo discursivo para observar las verdaderas intenciones subyacentes, los cambios de rumbo en lo político-económico y las luces y sombras de la gestión peronista. En el mismo se expone por un lado lo fáctico, en donde se analiza el origen y el destino de los créditos, los costos fiscales y sociales de los mismos, los ganadores y perdedores en las distintas etapas del juego representados por los distintos sectores industriales -en los cuales el gobierno vislumbraba los motores del crecimiento- y por el sector alimenticio y el campo que era castigado o premiado de acuerdo a la necesidad de divisas. Por el otro lado aparece lo mítico y lo simbólico del discurso oficial, y la interpretación que del mismo realizaba el pueblo, que aún hoy permanece casi intacta en la memoria colectiva. El capítulo cuenta con una rica y abundante evidencia empírica y numérica con datos sobre montos y destinos de los créditos, el desarrollo de los distintos sectores industriales, la participación de los mismos y de los demás sectores de la economía en las carteras crediticias de los bancos y muchos datos interesantes así como el detallado análisis de casos particulares. Esta abundancia de información detallada se repite a lo largo de todo el libro dando cuenta de una minuciosa investigación por parte de la autora, pero deben advertirse ciertas falencias en lo que al análisis de los datos se refiere, puesto que en reiteradas ocasiones se realizan comparaciones en monedas de diferentes períodos y datos en términos nominales sin considerar los efectos que la inflación tiene sobre los mismos. Quizá sería más apropiado para el análisis y la comparación de las variables económicas entre diferentes años (cuando existe elevada inflación), la utilización de datos expresados en términos reales (en moneda de igual poder adquisitivo) o presentando las cifras en función de otras variables (por ejemplo, como porcentaje del producto).
El capítulo III constituye, conjuntamente con el anterior, el cuerpo fundamental del libro. Mientras el capítulo II enfatiza los cambios que trajo consigo el gobierno peronista, con un marcado apoyo a determinados sectores de la industria a pesar de los importantes giros de política económica que realizara a mediados de su mandato, el capítulo III pone mayor acento en las continuidades que en los cambios muestra el comportamiento del poder político con respecto al agro y a las industrias tradicionales, analizando los cambios en la legislación vigente, los créditos otorgados a estos actores y el peso que cobra el sector ante la inminente escasez de divisas, tal como lo señala el punto tres del capítulo “El cambio de rumbo y la vuelta al campo”. La autora expone claramente un punto que muestra el rol jugado por el sector de producción primaria en nuestro país “… la política agraria desplegada desde el Estado peronista, antes y después de 1950, se nutre tanto de las controversias como de los acuerdos que, en cualquier caso, terminan por reforzar el papel primordial, estratégico, jugado por este sector productivo en la economía argentina” (p. 119). Después de un interesante análisis de la relación entre el Estado, el sector agropecuario y el sector industrial y los cambios de la misma a través del tiempo, se presenta en el capítulo una serie de casos particulares cuyo estudio refuerza y puntualiza las ideas presentadas anteriormente.
En el capítulo IV titulado “Cooperativismo agrario y peronismo” se comienza exponiendo el desarrollo del sistema cooperativo desde sus comienzos a fines del siglo XIX hasta la llegada del peronismo al poder en 1946. Más adelante se analiza la relación entre el Estado y los cooperativistas que, sin ser una excepción a la regla, tuvo un carácter ambiguo y pendular tanto en el discurso como en lo fáctico. Esta ambigüedad no resulta ajena a la explicada en el capítulo III. El cooperativismo, fuertemente asociado a la actividad agropecuaria, sufrió los mismos avatares, con la desventaja adicional de no llegar al año en que comienza la administración peronista con un poder político consolidado como lo tenía la oligarquía agraria tradicional. El capítulo muestra tanto los impedimentos como los alicientes que puso el gobierno del Gral. Juan D. Perón al desarrollo del movimiento cooperativo y los cambios de rumbo que se sucedieron en el cambio de década cuando el campo vuelve a cobrar una relevancia fundamental tanto para la economía como para las decisiones de política del gobierno.
Por último el capítulo V “El crédito a las empresas de cultura popular (1946-1955)”, muestra la dicotomía entre la aparente desidia con la que el gobierno trataba a la cultura -según se desprende de los discursos de la oposición- y la preocupación permanente del mismo por el control y el poder de los medios de comunicación y cultura, lo cual mostraba un cabal entendimiento por parte del Gral. Perón del peso de su discurso a la hora de legitimar poder ante “el pueblo” y la importancia de tener control sobre los canales por los cuales se trasmitía. En este capítulo se muestran las políticas tomadas por el Estado orientadas a fortalecer y ex pandir la “cultura”, siempre y cuando el mensaje que la misma trasmitiese fuera coherente con el discurso político imperante. El análisis de la relación Estado-cultura es abordado desde el estudio de dos instrumentos: por un lado la legislación creada a fin de enmarcar y controlar los medios de comunicación, con la creación de organismos gubernamentales que actuaban como veedores y jueces de la información trasmitida, y por otro lado la política crediticia desarrollada por el Estado para con las empresas del sector, otorgando préstamos a tasas menores a las del mercado siempre y cuando fuera aprobado de antemano el carisma del mensaje que se quería trasmitir. Se realiza un detallado análisis de estos aspectos en el segmento radio-fónico, editorial y cinematográfico con ejemplos ilustrativos de la relación entre el Estado y la cultura y los distintos roles jugados por los actores más relevantes en este campo.
Un punto semi-ausente en la obra, que sólo aparece mencionado aisladamente en pocos párrafos, y que resultaría relevante para entender cuestiones importantes, es el contexto socioeconómico mundial y los paradigmas reinantes en estas materias en el ámbito internacional. La política y la economía no son ajenas a estas cuestiones, y la realización de una breve descripción sobre el tema ayuda a dilucidar razones detrás de las decisiones político-económicas de un país, por más cerrado que permanezca. Como conclusión, cabe mencionar que el libro resulta muy interesante y revelador a la hora de determinar y entender los cambios y las continuidades, los blancos, los negros y los muchos grises de la política económica del peronismo en el período 1946-1955, así como la importancia del discurso y de lo mítico, capitalizado por el carismático Gral. J. D. Perón, para transformar y disfrazar lo fáctico de manera tal que aparezca y permanezca tergiversado en el inconsciente colectivo.