Temático

Los proyectos comunicacionales en los obispados de Hesayne y De Nevares: revistas, radios y prácticas comunitarias (1979-1995)

Communication projects in the bishoprics of Hesayne and De Nevares: magazines, radios and community practices (1979 – 1995)

Felipe Navarro Nicoletti
Instituto de Investigaciones en Diversidad Cultural y Procesos de Cambio (IIDyPCa/ CONICET/ Universidad Nacional de Río Negro), Argentina

Los proyectos comunicacionales en los obispados de Hesayne y De Nevares: revistas, radios y prácticas comunitarias (1979-1995)

Sociedad y Religión: Sociología, Antropología e Historia de la Religión en el Cono Sur, vol. XXXI, núm. 58, 2021

Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas

Resumen: Tanto Miguel Hesayne en Río Negro como Jaime de Nevares en Neuquén realizaron proyectos comunicacionales innovadores en sus obispados de la década de 1980, consecuentes con la línea pastoral que busca el acercamiento a la comunidad. En el siguiente trabajo buscaremos profundizar en cada proyecto, sus similitudes, réplicas y diferenciaciones; para adentrarnos en un modo particular de practicar la comunicación desde lo comunitario y alternativo. Los ejemplos de las revistas De pie en Viedma y Comunidad en Neuquén y las radios comunitarias Encuentro en Viedma y Enrique Angelelli en Neuquén, son claves para comprender la línea editorial de estos proyectos comunicacionales desde la iglesia católica y con obispos tercermundistas. Estos medios de comunicación reflejan una elección de cómo y que tipo de contenido transmitir y asentar las bases para una comunicación comunitaria, popular y alternativa dentro de la Norpatagonia. Con una metodología exploratoria de documentos sobre los medios seleccionados, así como entrevistas semiestructuradas a referentes de dichos espacios, buscaremos realizar un análisis comparativo y descriptivo. Cada proyecto tiene un apartado, que sirve para otra sección dedicada al análisis comparativo y finalmente reflexiones sobre las prácticas.

Palabras clave: proyectos comunicacionales, Norpatagonia, obispados, comunitario y alternativo.

Abstract: As well as Miguel Hesayne in Río Negro and Jaime de Nevares in Neuquén carried out innovative communication projects in their bishoprics in the 80s that are consistent with the pastoral line that seeks to approach the community. In the following work we will seek to delve into each project, its similarities, replicas and differentiations; that allows us to delve into a particular way of practicing communication from the community and alternative modes. The examples of the magazines De Pie en Viedma y Comunidad en Neuquén and the community radio stations Encuentro en Viedma and Enrique Angelelli en Neuquén are key to understand the editorial line of these communication projects from the Catholic Church and with Third World Bishops. These communication media reflect a how and what to communicate, type of content to transmit and lay the foundations for community, popular and alternative communication within North Patagonia. Under an exploratory methodology of documents referring to the selected media, as well as semi-structured interviews with referents of these spaces, we will seek to make a comparative analysis, as well as descriptive. Each project will have a section, which will later serve for another section dedicated to comparative analysis and a finally reflection on practices.

Keywords: Communication projects, Norpatagonia, Bishoprics, Community and Alternative.

Introducción

En materia de medios de comunicación comunitarios, América Latina ha sabido generar proyectos y espacios capaces de exponer especificidades locales, necesidades, problemáticas y modos alternativos de intercambio. Es así como Argentina posee una extensa y fructífera trayectoria en materia comunicacional/mediática, principalmente desde fines de los años 1970 e inicios de los años 19801. Hacia el final de la última dictadura militar en el país (1976 – 1983), así como en el retorno al sistema democrático, confluyó en la generación de proyectos capaces de canalizar voces y discursos opacados en el periodo de dictadura.

Nos centraremos en dos casos referidos a los proyectos comunicacionales de los obispados de Neuquén y Río Negro, bajo la supervisión de Jaime de Nevares y Miguel Esteban Hesayne respectivamente. Es por ello que el periodo seleccionado abarca desde el primer proyecto comunicacional (SERPAC, Neuquén, 1979) hasta la finalización de los obispados mencionados (1995). Por un lado, expondremos las características principales de los medios de comunicación y las prácticas mediáticas de ambos proyectos. Por otro, reflexionaremos, a partir de dos proyectos con raíces en una rama progresiva2 de la Iglesia católica, modos específicos de comunicación comunitaria y alternativa que luego se replicarán en diferentes localidades cercanas.

Para ello utilizaremos una metodología cualitativa que nos permita analizar los datos sensibles de las fuentes y los discursos seleccionados. Se han realizado entrevistas semiestructuradas (Díaz Bravo et. al., 2013) a referentes y colaboradores de ambos proyectos que nos proporcionarán discursos significativos para el análisis. Del mismo modo, se han utilizado fuentes documentales del Obispado de Viedma, como documentos proporcionados por la radio FM “Enrique Angelelli” que poseía, por ejemplo, todos los ejemplares de la revista Comunidad en su establecimiento. A su vez se ha utilizado el archivo personal de la Dra. María Andrea Nicoletti, a quien agradecemos su facilitación de cartas y documentos referidos a los obispados de Viedma y Neuquén.

Pulleiro (2012) menciona qué aspectos vinculados a la teología de la liberación, teoría de la dependencia y el grupo de sacerdotes del tercer mundo3-como son los casos que expondremos a continuación- son los que generan espacios de lucha, reclamos y denuncias de sectores oprimidos. Rescatar los casos emblemáticos de Viedma y Neuquén nos permite ubicar los orígenes, tanto a nivel nacional como regional con réplicas a escala local. La centralidad en Buenos Aires en materia burocrática no impidió que en la zona norpatagónica se forjaran proyectos comunicacionales de gran incidencia para las comunidades locales y capaces de abrir un escenario comunicacional que pudiera responder a las demandas y exigencias del propio territorio. Para ello, damos cuenta de dos casos significativos: uno en la capital neuquina y el otro en Viedma, la capital de Río Negro, que, a nuestro criterio, no sólo dieron inicio a un proceso comunicacional en materia de medios desde lo popular, alternativo y comunitario sino a nivel ideológico, político y social: mostraron a la población más local otra forma de realizar comunicación mediática, sin necesidad de apoyarse en la red privada de medios hegemónicos. En orden cronológico expondremos en primer lugar el caso de Neuquén y luego el de Viedma.

Resulta significativo mencionar que el espacio social argentino y en menor medida el provincial, no estaban preparados para administrar un espacio de medios de comunicación por fuera del circuito oficial, ya sea en materia económica como de infraestructura. En un contexto en el que la comunicación no escapaba a los cánones oficiales/legales, surgieron referentes como Jaime de Nevares o Miguel Hesayne en el nivel regional, pero con trascendencia nacional, que pusieron en juego acontecimientos sociales que buscaron romper con dichas estructuras hegemónicas, construyendo un nuevo paradigma de comunicación popular en el nivel regional.

Si bien luego de su desarrollo reflexionaremos acerca cada uno de los casos, entendemos necesario mencionar que el posicionamiento teórico en la comunicación alternativa y la comunicación comunitaria nos facilita un marco de comprensión de diversas prácticas y movimientos que se dieron en estos casos y que colaboran para entender la importancia de destacar este tipo de proyectos y específicamente los dos aquí rescatados. La comunicación alternativa tiene un carácter político fuertemente impregnado, y en el campo de la comunicación lleva una impronta de confrontación y disputas por la democratización de las comunicaciones, “indisolublemente ligadas a las luchas por la democratización de otras áreas de lo social” (Segura, 2018: 114), como una “fuerza social que actúa en sentido transformador” (Pulleiro, 2012: 21). Coincidimos con la perspectiva de Pulleiro (2012) cuando expone que la dualidad de hegemonía/contrahegemonía con base en lo alternativo termina encasillandolo, más cuando es un término que no puede ser determinado o rectificado sin una praxis social (p. 43), que como afirma Graziano (1980), es transformadora de la estructura social en tanto totalidad. Nos alejamos así de dicha dualidad para enfocarnos en autores como Mattelart (2014), Graziano (1980) y Simpson Grinberg (1986), que poseen una mirada reivindicativa de lo alternativo desde un empoderamiento de los medios que se categorizan como tales, y que a la vez nos permiten un análisis más íntegro y específico de las propuestas de las radios. Por un lado, Simpson Grinberg posiciona la comunicación alternativa no solamente como “un antídoto frente a las estructuras transnacionales, sino una propuesta y un proyecto que cuestiona la concentración del poder comunicacional independientemente de las razones que aduzcan para legitimarlo” (1986: 12). En esa misma línea, también el autor nos invita a correr el eje de análisis de los medios masivos, lo que nos permite pensar en alternativas comunicacionales para que los considerados receptores pasivos por estos medios, pasen a ser agentes activos en la configuración de su entorno mediante medios de comunicación comunitarios, populares y alternativos, como los proyectos seleccionados. En esta última línea, también destacamos el trabajo de Alfaro Moreno (2000), que menciona las dificultades de abordar el concepto de comunicación alternativa4, señalando que debería estar enlazada con la política, la participación y la ciudadanía: tres variables que encontramos en las prácticas de los medios comunitarios en vínculo con las localidades donde se encuentran insertas. Variables necesarias para el desarrollo alternativo y comunitario de territorios locales, teniendo en cuenta sus agentes, instituciones y vínculos constantes.

Martín Barbero (2010) expone en el preámbulo de una sexta edición de su clásico De los medios a las mediaciones. Comunicación, cultura y hegemonía, otra explicación de su propuesta de mapa de 1980 con tres líneas. La primera apuntaba a ensanchar y desplegar una estructura transnacional de información, teniendo como eje al informe Mc Bride (1980)5. Una segunda línea estaba relacioada con la no contemporaneidad entre tecnologías y sus usos sociales; y, finalmente, una tercer línea se vinculaba con la comunicación alternativa o popular: no se ponderaba al medio sino la creatividad popular, reivindicando prácticas cotidianas en espacios locales con preponderancia de los medios de comunicación comunitarios. Este mismo recorrido es retomado por el intelectual Luis Ramiro Beltrán con el nombre de utopías:

Este ejercicio de la comunicación alternativa popular, democratizante y dialógica o como se la quiera llamar, por mucha confusión de términos que haya, por mucha ausencia de una teoría central coherente hasta hoy, es de una riqueza enorme, tanto en la praxis como en la reflexión (Beltrán, 2014: 80).

La comunicación comunitaria, en tanto categoría analítica, se desprende de una veta práctica y es un concepto que nos guía específicamente en el análisis de vínculos, participación y cooperativismo. La perspectiva comunitaria se observa con más énfasis en épocas de crisis institucionales. Precisamente, es la clave territorial la que atraviesa y condiciona la perspectiva comunitaria, lo que hace del concepto un componente heterogéneo (Uranga & Thompson, 2016). La categoría territorial/barrial está íntimamente anclada en perspectivas comunitarias, como las de Mario y Gabriel Kaplún (2002 y 2007), reivindicando la figura del receptor en tanto eje articulador de participación y resignificaciones comunicacionales.

En América Latina, los hombres y los pueblos de hoy se niegan a seguir siendo receptores pasivos y ejecutores de órdenes. Sienten la necesidad y exigen el derecho a participar, de ser actores, protagonistas, en la construcción de una nueva sociedad auténticamente democrática (Kaplún, 2002: 56)

así como su hijo Gabriel nos invita a pensar lo comunitario en sintonía con la perspectiva alternativa mencionada anteriormente, desde un cambio social profundo y democrático, en espacios de diálogo y debate. En esta línea también nos apoyamos en perspectivas como las de Krohling Peruzzo (2001), que enfatiza el proceso de democratización de la comunicación y la constitución de un espacio pluralista, con el objetivo puesto en la construcción de ciudadanía. También coincidimos, con Mata (2009) y Huergo (2009), en que el entramado comunitario no puede ser visto como un paraíso sin conflictos, dejando de lado concepciones territoriales estancadas y fijas, sino como un entramado donde se conjugan diversos actores sociales, como en estos casos, la Iglesia católica, las comunidades de Neuquén y Río Negro, así como otros representantes intervinientes que mencionaremos a continuación.

Jaime de Nevares, su vocación y proyecto comunicacional

Como mencionamos anteriormente, a fines de los años 1970 comienza a gestarse en la Argentina el movimiento de comunicación popular desde la clandestinidad, debido al contexto de dictadura militar que censuró toda corriente popular o comunitaria que no fuera comunicación oficial, excluyendo a todo aquello que mostrara lo contrario a sus intereses. En este contexto de censura y exclusión surgió en la provincia de Neuquén el proyecto comunicacional social y popular encabezado por el Obispo Jaime de Nevares6 (1961 - 1995). Este proyecto también se vio influenciado por el nacimiento de la revista Comunidad en 1980, que comenzó a circular por todo el territorio patagónico y la concreción en 1987 de la radio Comunidad Enrique Angelelli. Dichos proyectos mediáticos alternativos, populares y comunitarios, que surgieron bajo el ala de Jaime de Nevares, fueron herramientas fundamentales para transmitir todo lo que los medios hegemónicos no podían o querían comunicar.

Ante la influencia de tres acontecimientos como el Concilio Vaticano II7, la II Conferencia Episcopal Latinoamericana oficiada en Medellín y la III Conferencia Episcopal Latinoamericana de Puebla8, el obispo neuquino decidió convocar a mediados de la década de 1970 a su par Miguel Hesayne9, sacerdotes como Rubén Capitanio y laicos como Magín Páez, entre otros, a formar proyectos con las comunidades de Neuquén y del Alto Valle de Río Negro. A Páez específicamente le encargó conformar un grupo de comunicación, aspecto que De Nevarez creyó fundamental. Luego, a fines de los años 1970, Páez reunió a miembros y profesionales de la comunidad neuquina y nació así el Servicio en Pastoral para la Comunicación en el que se capacitaron, y en el contexto de la dictadura militar (1979) nació la revista Comunidad, que comenzó a circular por todo el territorio patagónico. En el año 1987, en una sala inicial de grabación surgió radio Comunidad Enrique Angelelli. Estos medios alternativos, populares y comunitarios, que surgieron bajo la supervisión de Jaime de Nevares fueron herramientas fundamentales para transmitir todo lo que los medios hegemónicos no podían o querían comunicar. Como afirma el mismo Páez respecto al encuentro en Medellín: "apenas salió ese capítulo, todos empezamos a trabajarlo, y a todos, a mí fundamentalmente, me marcó el camino" (M. Páez, comunicación personal, 28 de abril de 2016). Es así que el Servicio para la Comunicación y Capacitación (SERPAC) conglomeró una idea en tanto integración social y rol de los medios de comunicación: el obispo de Nevares reunió a diversas personalidades que compartieron la línea progresista de la Iglesia, y que se enriquecieron con los encuentros antes relatados, marcando el inicio de una nueva etapa en comunicación popular y alternativa de la Patagonia y Alto Valle.

En 1979, cuando se inició oficialmente el SERPAC, se conjugaron varios aspectos que ya hemos mencionado, como las intervenciones del obispo en las grandes movilizaciones sociales y en la huelga obrera del Chocón en 196910, o su participación en la asamblea permanente de los derechos humanos en plena dictadura militar y en la CONADEP (1983-1984)11. Estos espacios de intervención y participación dan cuenta del mensaje que exponen sus allegados: su compromiso por los derechos humanos y por el bienestar social no quedaban en la homilía de los domingos, sino que se trasladaba en hechos concretos que eran visibilizados y admirados por pares y vecinos. Como fundación, el SERPAC tiene como objetivo “la promoción el desarrollo humano, individual y comunitario” (SERPAC, 2016: 3), generando grupos de trabajo en diversas comunidades. Con el aval y respaldo de la diócesis, en el caso neuquino no faltaron recursos humanos para gestar acuerdos en relación a las necesidades que exponía la misma sociedad. Desde su fundación hasta la actualidad, la SERPAC ha estado en constante vínculo con sectores, organizaciones, gremios y medios que trabajan en pos de la defensa de los derechos de los trabajadores y los derechos humanos; es así como se han producido numerosas piezas audiovisuales y convenios que pueden facilitar nuevos desarrollos, como por ejemplo la colaboración en la producción de documentación sobre el obispo De Nevares.

Revista Comunidad y actividad editorial12

Los inicios del SERPAC se vinculan estrechamente con una actividad editorial: el foco de atención se centra en la revista Comunidad, surgida en 1980. Con el aval y pedido de Jaime de Nevares, se reunieron profesionales e interesados de la comunidad con el fin de ocupar un espacio que sirviera de contención ante la represión y censura desde la comunicación, y en la Navidad de 1980 nació la revista Comunidad. Con el respaldo que poseían del obispado neuquino, y como mencionamos anteriormente a la luz del Concilio Vaticano II, Puebla y Medellín, los integrantes de la pastoral de comunicaciones se reunieron y comenzaron a editar con un par de números, hasta llegar a 2.000 ejemplares por tirada.

De la revista Comunidad se publicaron 56 números que se inician en diciembre de 1980 y culminan en septiembre de 1990. No posee una periodicidad fija, pero presenta una serie de características que nos parece pertinente remarcar, ya que guiarán el eje comunicacional del SERPAC y sus posteriores réplicas comunicacionales. Por otro lado resulta significativo que en todos los números de la revista se encuentra una primera página con un índice y que cada número tiene un promedio 40 páginas, una editorial13 firmada por el presidente de la SERPAC, Magín Páez14 y posteriores artículos de opinión e informativos.

En las editoriales no siempre se habla del contenido de la revista, sino que se abordan aspectos de todo tipo15, pero desde un lenguaje coloquial y siempre interpelando al lector. Podemos destacar momentos: en la editorial del Nº 24 se le adjudica un espacio al obispo Jaime de Nevares con una sub editorial denominada Habla Jaime con palabras del mismo obispo sobre diversas temáticas; o en la editorial del Nº 43 (1987) se exponen los inicios de la radio Enrique Angelelli y posterior a ese número se puede observar una marcada importancia de la temática de la comunicación: “la comunicación es una necesidad y no puede esperar. Los grandes medios responden a intereses económicos partidarios pero no están en primer lugar como un servicio de comunicación” (Nº 43, editorial). Con respecto a otros contenidos, se diferenciaba de medios hegemónicos al publicar notas con entrevistas a referentes populares o con perspectivas que mostraban el impacto en y para la comunidad, más que un anclaje macro de la situación. Por ejemplo, en el N° 2 de la revista (1981) en las páginas 3 y 4 hay una nota que se titula “la problemática indígena”, que al ser una cuestión y una comunidad sensible por el contexto de dictadura militar, se trata desde una entrevista a de Nevares que habla desde su experiencia con las comunidades indígenas. Ante la pregunta de la problemática de tierras, responde: “Porque a ellos, el blanco y sus gobiernos les han reservado la resaca, los peores restos de tierra, y ellos nos tienen ni el dinero ni los contactos para hacer todos los trámites” (p. 5).

La editorial de un soporte de prensa es la representación del posicionamiento informativo del medio, haciéndose cargo del contenido que se publica. Y en los casos de medios de comunicación en periodos de dictadura nos permite analizar de primera mano dicha posición (Alberico, 2015). La línea editorial de la SERPAC se encuentra ligada al accionar pastoral de Jaime de Nevares como obispo en Neuquén. Las editoriales de la revista Comunidad reflejaron el posicionamiento político y social del obispado y el equipo de comunicación SERPAC. Por ejemplo, ya en su primer lanzamiento exponen: “somos conscientes que muchas veces la realidad nos quema y siempre la palabra de Dios es exigencia de cambio y conversión, y siendo fieles a nuestra misión como Cristo lo fue, Comunidad será también como El, piedra de tropiezo para muchos” (1981, N° 0).

Queda claro que, ante el contexto de censura relatado anteriormente, la protección que le proporcionó el obispado a la pastoral de comunicación para escribir y lanzar la revista fue fundamental, además de la línea política de crear la primera pastoral de comunicaciones desde un obispado en el sur del país como nos comenta Magín Páez (comunicación personal, 28 de Abril de 2016). Si bien la revista no logró superar el periodo en el que Jaime de Nevares fue obispo de Neuquén, permitió abrir una brecha comunicacional muy fructífera con la comunidad, en la que pudieron canalizar información que los medios hegemónicos no publicaban. En el periodo que estuvo vigente, el equipo que lanzaba la revista logró producir afiches, folletería, historietas, calcomanías, adhesivos y cartillas con diversas temáticas; en muchos casos como soporte para talleres de capacitación (SERPAC, 2016). Durante los 15 años que permaneció la revista pudimos observar cómo este soporte material tuvo un fuerte impacto simbólico, por medio de su discurso contrahegemónico ante el silencio social por el temor ante el terrorismo de Estado. Esto se debe a que por un lado, se pudo efectivizar un proyecto comunicacional en un periodo dictatorial de censura y exclusión en el que el obispo De Nevares tuvo activa participación; y, por otro lado, se pudo dar a conocer a la comunidad neuquina acontecimientos e información que se mantenían ocultos por temor a la respuesta y compromiso. Por ejemplo, entre varias intervenciones se destacan notas como la surgida en el N° 3 (agosto, 1981), que se titula “El obispo en diálogo con Neuquén”, con una segunda nota (p. 6 y 7) que señala “El obispo de Nevares denunció “detenciones arbitrarias”: es una nota de Jaime de Nevares al entonces gobernador de Neuquén Domingo Trimarco, denunciando en plena dictadura militar el accionar de un terrorismo de Estado que la mayoría de los sectores sociales elegía callar.

La radio Comunidad Enrique Angelelli

El grupo de profesionales anteriormente mencionado buscaba otros medios por donde canalizar la información de la comunidad no transmitida por los medios hegemónicos. Es así como en 1983 el SERPAC comenzó a esbozar una idea de proyecto radial, en el mismo año que surgen las primeras radios comunitarias en el país (Kejval, 2009). Al no tener los equipos ni los fondos necesarios, el grupo de profesionales que venía trabajando con la revista decidió comenzar a grabar sus trabajos como micros en cassette, para enviarlos a la única radio de la ciudad y al interior y así comenzaron a comunicar en otros formatos. Siguiendo con el estilo anterior, montaron la sala de grabación en el patio del obispado, ya que era el lugar en donde pudieron trabajar con mayor soltura, sin molestias externas y bajo el amparo del obispado como institución (Páez, M., comunicación personal, 28 de abril de 2016).

La apertura democrática llevó a la aparición de numerosos medios que anteriormente estaban en la clandestinidad por cuestiones de censura y represión. Pero fue a partir de 1987 que el fenómeno de la radiofonía popular se extendió masivamente bajo un imaginario de esperanza: herramientas como la radio se establecieron como elementos clave de transformación social ante una gran crisis de representatividad vivida en el periodo anterior. Es así como se le pidió prestado al entonces secretario del obispo, Juan San Sebastián, un pequeño transmisor de frecuencia modulada que utilizaba para la procesión una vez al año. Así nació FM 105.7 radio comunidad Enrique Angelelli16. El surgimiento de la emisora tuvo un primer objetivo práctico, ya que, como nos comenta Pedro Solís, operador de la emisora, el alzamiento en 1987 del movimiento carapintada en Neuquén prendió la alerta en varios y en especial en LU5, el principal medio de comunicación de la ciudad. Es por esto que los miembros del SERPAC pensaron que si había otro enfrentamiento, había que tener otro medio de comunicación a disposición, y el obispo de Nevares les brindó no sólo el apoyo moral e ideológico, sino el primer espacio en el obispado para que puedieran transmitir. El nombre mismo de la radio, avalada por el obispo, mostró la importancia de exponer la defensa de los derechos humanos a la comunidad17. La radio, sus fundadores, utilitarios y oyentes, pasaron a ser fieles defensores de los derechos humanos y comunicacionales bajo un soporte mediático.

Los derechos humanos conforman un conjunto indivisible, el derecho a la información, la verdad y la justicia, constituyen un todo coherente que también nos ha permitido en esta instancia llegar a preguntarnos sobre el sentido, el alcance y las dimensiones, del derecho a la libertad de expresión y a la comunicación (Eliades, 2017: 75).

La censura por parte de las fuerzas armadas también incluyó a los medios de comunicación, observando una propia estructura mediática que avalaba y cubría delitos de lesa humanidad (Saintout & Bolis, 2016; Alberico, 2015). Entre ellos, los medios alternativos y de menor escala fueron claves para escapar a la lógica de (des)información de un aparato estatal que reprimía toda práctica cultural, política, social y periodística que no tuviera correlación con su posición de poder.

Las diferentes legislaciones en materia de comunicación le daban a la FM Enrique Angelelli un espacio para solicitar una licencia de radiodifusión si quería por medio del obispado. Pero los miembros que aún persisten en la radio nos aclararon personalmente que nunca quisieron sacar ventaja de ello, sino que su línea ideológica estaba en consonancia con el resto de las radios comunitarias, populares y alternativas que aún se encuentran luchando por un espacio legal. Pedro Solís, actual operador y miembro histórico de la radio Enrique Angelelli nos comenta que: “hay que ser solidarios con las demás radios que están en la misma situación que nosotros. (Pedro Solís, comunicación personal, 14 de agosto de 2019). Es decir, se resalta una perspectiva ideológica como medio comunitario que más allá de la transmisión de información, es necesario levantar la bandera de la necesidad de espacios alternativos y populares con la voz de las comunidades locales como prioridad. El obispado neuquino les ofreció una oportunidad más, entre varias, de poder acercar una herramienta de comunicación a los sectores más abandonados por las políticas de turno, siempre desde una óptica de participación, solidaridad y convocatoria social, con una base de comunicación popular, comunitaria y alternativa que se replica en otros espacios como observaremos en los próximos apartados. Esto último se observa no sólo desde la información transmitida en ambos medios, sino también en la diversidad de temáticas abordadas por diversos actores sociales, dando cuenta de una apertura a la participación activa. Por ejemplo, cabe destacar que el grupo de madres y abuelas de Plaza de Mayo tuvieron como primer espacio sostenido FM Enrique Angelelli, desde los inicios de la emisora hasta la actualidad, siempre con libertad editorial para trabajar temáticas que requieran atención.

Viedma y el proyecto de comunicación popular de Miguel Hesayne

Así como para comprender a la trama mediática neuquina hay que referirse a la figura de Jaime de Nevares, de la misma forma es necesario remitirse al obispo Miguel Esteban Hesayne18 y su proyecto pastoral en la capital rionegrina de Viedma. Si bien Hesayne asume su rol de obispo catorce años después que De Nevares, ambos siguieron una misma línea ideológica y una misma posición dentro del episcopado, como ya hemos advertido. Si bien la Iglesia católica como institución no se movilizó, no privó a De Nevares y Hesayne de configurar escenarios de denuncia, lucha y construcción de proyectos donde poder canalizarlos, como fueron las revistas y las radios comunitarias que en este apartado analizamos.

En materia comunicacional, ya para el año 1979 podemos observar intercambios entre los obispos patagónicos, con menciones referidas al pedido de licencias y las relaciones con el Comité Nacional de Radiodifusión (COMFER), órgano regulador de las mismas. Del mismo modo, también podemos rescatar la relevancia que tiene para ambos fomentar los procesos de comunicación en pos de generar nuevas herramientas de vínculos para con la comunidad.

Si queremos analizar el trabajo comunitario en clave territorial en la provincia de Río Negro, es menester partir desde principios de 1980 con las dinámicas propuestas por la figura representativa de Miguel Hesayne en la diócesis de Viedma, no sólo desde la perspectiva comunicacional mediática que mencionaremos a continuación, sino también desde el posicionamiento eclesiástico que Hesayne llevó adelante durante su obispado. Para que el trabajo comunitario del obispo se pudiera materializar, convocó a un sínodo diocesano19 entre los años 1983 – 1984 que dio como resultado un documento denominado “Exhortación pastoral post sinodal: para anunciar a Jesucristo” (Hesayne, 1985). El sínodo constituyó una propuesta con carácter normativo que expresó

los criterios pastorales, fundamentales e insustituibles para planes que se han de proyectar a nivel parroquial diocesano, y para la actividad del agente de pastoral que actúe, de una u otra forma, en nuestra Iglesia particular rionegrina20 (Barelli, 2019: 5).

Se transformó en la guía pastoral de las diócesis en temáticas como la evangelización, la caracterización del hombre rionegrino, la formación de comunidades desde la apropiación material y simbólica de los territorios, la participación comunitaria y la construcción ciudadana bajo el lema de los pobres a todos. Según Barelli (2019) esto último deriva en lo que luego sería su trabajo con las CeBs21, trabajo horizontal con los sectores populares en su desarrollo cotidiano. En dicho documento se menciona la comunicación como una variable necesaria para el desarrollo integral de las comunidades y la necesidad de configurar canales y modos alternativos de poder vincularse entre los miembros de una comunidad.

El recorrido mediático desde el obispado de Viedma encabezado por Hesayne es similar en relación a delegar la cuestión comunicacional a un tercero, en este caso Néstor Busso22, hoy reconocido por su militancia en los derechos humanos y trayectoria en medios de comunicación comunitarios. Los inicios mediáticos se observan en la presencia de la revista Depie y por último en la emisora comunitaria, popular y alternativa, radio Encuentro. Esta última ha tenido mayor crecimiento e incidencia en el campo de la comunicación popular, involucrándose en gran medida, por ejemplo, en la redacción de los veintiún puntos por la Coalición por una Radiodifusión Democrática23 que derivaron en la ley de Servicios de comunicación audiovisual 26.522/09. Tanto así que el

14 de septiembre de 2007 se concedió una licencia a otra asociación civil de la ciudad de Viedma, provincia de Río Negro. Se trata de la Fundación Alternativa Popular en Comunicación Social que, luego de 17 años de transmisiones ininterrumpidas a través de la FM 103.9 MHz, recibió la autorización legal para operar la Radio Encuentro (Califano, 2009: 357).

Miguel Esteban Hesayne fue obispo de la diócesis de Viedma entre los años 1975 y 1995. Su estrecho vínculo con De Nevares hizo que las herramientas políticas y comunicacionales fueran fundamentales a la hora de establecer lazos de cooperación, participación y solidaridad con la diócesis de Neuquén. Ya siendo obispo, Hesayne incorpora las enseñanzas del Concilio Vaticano II y las conferencias episcopales latinoamericanas de Medellín y de Puebla, eventos que hemos destacado en función de la perspectiva comunicacional expuesta. Esto le proporciona al obispo más herramientas para el desarrollo comunitario en su comunidad. Así como expusimos anteriormente para el caso de Jaime de Nevares en Neuquén, estos encuentros también fueron significativos para el proyecto pastoral de Hesayne en Río Negro. Marcaron una línea de trabajo en pos de los sectores populares, excluidos y marginados durante los años anteriores, además de ser uno de los pocos obispos, junto a de Nevares en criticar abiertamente abusos y crímenes sobre los derechos humanos, como ya hemos analizado más arriba. Este tipo de trabajo se puede visibilizar, entre otros lugares, en el proyecto comunicacional y los medios de comunicación conformados, que hasta el día de hoy siguen siendo pilares fundamentales de la comunicación popular, comunitaria y alternativa de la región. Una vez retirado Hesayne como obispo de Viedma, se dedicó a reflexionar sobre la importancia de las CeBs en los proyectos pastorales y a reflexionar sobre el campo de los derechos humanos en diversos ámbitos.

Para exponer el caso rionegrino en el ámbito de la comunicación popular hay que reconstruir brevemente la relación de Néstor Busso y Miguel Hesayne. Busso cuenta con una dilatada trayectoria en el periodismo, desde su formación y experiencia. Comenzó en la profesión en 1973 creando la publicación del Servicio de Documentación e Información Popular latinoamericano en La Plata, donde conoció al entonces sacerdote Miguel Hesayne, que desde 1983 hasta 1990 lo contrata como secretario de Comunicación en el Obispado de Viedma. Ambos fundaron la revista De pie; más específicamente, y en palabras del obispo Hesayne: “Néstor desde su juventud, conocedor de los medios de comunicación, me motivó a fundar una revista llamada De pie” (entrevista vía correo electrónico a Miguel Esteban Hesayne, 5 de abril de 2017 ). Miguel Hesayne, que conocía también a Jaime de Nevares en su paso por La Plata, tuvo contacto con el trabajo impulsado desde el obispado neuquino, que lo motivó a promover uno similar desde su obispado (Navarro Nicoletti & Barelli, 2017). Según lo que nos cuenta María Cristina Cabral, una de las referentes del colectivo Encuentro en la actualidad,

Néstor había estado en el exilio, fue preso político y cuando lo liberan se exilia junto a su mujer y su familia en Brasil, ahí es donde conoce las experiencias de comunicación popular, y cuando regresa a la Argentina después del exilio, empieza a trabajar con Esteban Hesayne en el Obispado de Viedma (Cabral, M. C., comunicación personal, 22 de Febrero de 2017).

Así como “lo comunitario ha ido cobrando fuerza como un modo de subrayar que entre Estado y mercado hay otros modos de construir sociedad, ciudadanía y cultura democrática” (Kaplún, 2007: 313), observamos cómo, sin una formación institucional en materia de comunicación, Busso recopila una serie de herramientas e información que le es necesaria para desarrollar la veta comunicacional e impregnarla en los canales de información que luego surgieron. De este modo también entendemos que la comunicación comunitaria se puede y debe trabajar sin necesidad de atender a estructuras hegemónicas que la avalen, sino en pos de lo que el espacio local lo requiera.

Con el ejemplo de De Nevares en Neuquén, Hesayne crea la fundación Alternativa, en agosto de 1989, nuevamente con Néstor Busso como referente comunicacional, para capacitar comunicadores barriales y populares dictando talleres con otras instituciones, capacitando jóvenes en lenguaje radial y en comunicación popular y comunitaria (aspecto que continúa hasta la actualidad). A partir de allí se configuraron numerosos proyectos con base en el desarrollo comunicacional. Más allá de los dos medios de comunicación principales que mencionaremos a continuación como la revista Depie y la radio comunitaria Encuentro, destacamos la perspectiva crítica e innovadora que poseían tanto Hesayne como Busso en relación a poder generar espacios de participación dinámicos e inclusivos en los que la comunicación fuera una herramienta de canalización de demandas, necesidades, información y vínculos con otras instituciones o personalidades en la misma sintonía.

Revista De pie

Miguel Hesayne en tanto fundador y Néstor Busso como director de comunicación del obispado crean en octubre de 1984 un proyecto de revista de vanguardia que se denomina De pie (Barelli & Azcoitía, 2019). Cuenta con veintinueve ejemplares que van desde la creación hasta junio de 1990, con mayor periodicidad los primeros tres años. La estética es similar a la de la revista Comunidad, anteriormente mencionada: con un aproximado de treinta páginas por número, un índice al comienzo y dos editoriales24; la primera sin firma y con algunas reflexiones breves acerca del contenido de la revista que se menciona como entre nosotros y una segunda editorial que es un apartado, siempre al comienzo, denominado Dígame, Padre, donde se expone un diálogo con Miguel Hesayne respecto a diversas temáticas.

El contenido de los veintinueve fascículos corresponde a una diversidad de temáticas25. La comunicación26 y los medios es un tópico que se repite a lo largo de los veintinueve números, ya sea en términos de reflexión crítica como mencionamos al comienzo, o como referencias al proyecto de ley de servicios de comunicación o la ley provincial 2.185 que reglamenta la posibilidad de acceder a licencias a quien acredite servicios ya instalados en la provincia al momento (1987). En el Nº 4 de la revista (mayo de 1985), además de estar como director de la revista como en el resto de los números, Néstor Busso escribe una nota denominada “Medios de comunicación”, en la que reflexiona sobre la figura pasiva del receptor y la necesidad de cambio en un contexto donde el poder, lo privado y la propiedad mediática abunda; la necesidad de generar canales de información como habitantes de la Patagonia argentina; la democratización de la comunicación y la necesidad de cambiar una ley de medios represiva y obsoleta. En la nota Busso afirma que “es posible pensar en medios modestos, alternativos, donde la libre expresión no se vea condicionada por técnicas sofisticadas que en definitiva controlan unas pocas empresas transnacionales” (p. 15).

Al igual que en la revista Comunidad, aquí observamos también el trabajo con temáticas sensibles para el contexto de dictadura militar y sus posteriores coletazos. Por ejemplo, en el N° 3 de la revista (octubre de 1984) hay una nota denominada “El respeto que nos debemos”, la primer nota de una serie que trabajan la temática de los derechos humanos.

Radio Encuentro

A partir del proceso anterior podemos ubicar la gestación de radio Encuentro, que salió al aire por primera vez el 15 de abril de 1990. Transmite en frecuencia modulada (FM) desde Viedma, Río Negro en la 103.9 y desde ese momento pasa a ser un centro fundamental de capacitación, formación e información para la comunidad aledaña y en otros puntos del país (Navarro Nicoletti & Barelli, 2017). La emisora comienza a funcionar dentro del obispado y, como la idea era independizarse, rápidamente se crea la Asociación Alternativa en Comunicación Social, que es hasta el día de la fecha propietaria de radio Encuentro. Según María Cristina Cabral (2017), la radio se crea como popular y comunitaria inspirada en otras experiencias de radios populares, a nivel latinoamericano. Se conocía a partir de la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER) el boom de las radios comunitarias en Argentina y la necesidad de un trabajo barrial más intensificado; es más, Cabral afirma que la radio

Tiene un perfil periodístico desde sus inicios, es algo que la distingue de otras radios comunitarias en Argentina y también en la formación, porque se creía que se tenía que formar a los sectores populares y a las organizaciones populares para que puedan comunicar ellos mismos sus necesidades y organizar el campo popular (M.C. Cabral, comunicación personal, 22 de febrero de 2017).

En palabras de Miguel Hesayne,

Radio Encuentro, en sus directores y agentes de comunicación ha tenido siempre el objetivo primordial de estar al servicio de sus oyentes, no solamente en noticias circunstanciales, locales y nacionales, sino marcando una línea de valores humanos y verdad, justicia y libertad (M. Hesayne, comunicación electrónica, 5 de abril de 2017).

Con los referentes comunicacionales anteriormente mencionados y desde sus inicios, la fundación Alternativa se involucró en cuantiosos ámbitos de construcción de dinámicas de comunicación comunitaria, popular y alternativa. Desde la producción de contenido para y con la comunidad local comenzó no sólo a entablar vínculos, sino también a generar espacios de conglomeración de proyectos similares a los suyos. Además de ser miembro fundador del Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO)27, que hoy engloba la mayor parte de las radios comunitarias del país, radio Encuentro se incorporó en 1993 a la Asociación Latinoamericana de Educación Radiofónica (ALER) y participó desde entonces en actividades de difusión comunitaria y capacitación de sus recursos humanos. En su sede ubicada en la capital rionegrina funcionan las aulas donde se realizan talleres de comunicación comunitaria, dirigidos especialmente a adolescentes, en el marco de convenios con las carteras de Trabajo y Seguridad Social, y de Desarrollo Social. Por otra parte, Néstor Busso fue promotor de la Coalición por una Radiodifusión Democrática desde 2004, un activo impulsor de la nueva ley de Servicios de comunicación audiovisual 26.522 y, luego de aprobada la ley, el primer presidente del Consejo Federal de Comunicación Audiovisual. Además de su centro de formación, sus ideales continuaron hasta formar un canal de TV digital popular, entre otros proyectos.

Cuando afirmamos que Encuentro ha sido y es un referente en materia de teoría y práctica comunicacional, está íntimamente ligado con el rol político con el que surgió y con el que se desarrolló dicho proyecto. Cabral afirma que “la radio no estaba hecha para ser expresión solamente en ciertos sectores, sino para transformar la sociedad, la comunidad” (M.C. Cabral, comunicación personal, 22 de febrero de 2017) y para eso era necesario incidir políticamente, poder articular la voz de los sectores populares ante los más poderosos. Si tenemos en cuenta que Viedma es la capital administrativa de Río Negro, en tanto nodo central en materia de decisiones políticas es clave para comprender la construcción mediática de la emisora comunitaria. Según sus referentes, siempre fue una radio que armaba sus noticias, recorría los barrios y acompañaba las protestas sociales de cada época. Y como afirma Segura (2018), “las peleas por la comunicación son un asunto político de primer orden, ya que los medios inciden sobre las formas en que pensamos, analizamos, conocemos y construimos nuestras sociedades” (p. 12). Esto último nos da pie a comprender el rol sociopolítico y comunicacional de un medio de comunicación comunitario, que más allá de generar espacios y vínculos con otras instituciones de similar índole, se encarga de incidir plenamente en la agenda política y social de la ciudad en la que habita, expandiéndose más allá de su entorno más cercano. Esta dinámica necesita ser destacada, ya que no es un aspecto tan común poder dar cuenta de un medio que en teoría posee poco alcance a nivel tecnológico y social, como puede ser una radio comunitaria, pero que en la práctica se constituye en un medio de comunicación de referencia para una ciudad como lo es Viedma y posteriormente como referente del sector a nivel nacional.

Similitudes entre ambos casos y reflexiones finales.

En relación a los casos mencionados anteriormente, y teniendo como marco el Concilio Vaticano II y los encuentros de Puebla y Medellín, la comunicación y la necesidad de soportes que respondan a la mejor transmisión de información y herramientas de expresión de las comunidades pasan a ser elementos fundamentales para una comunidad más libre, conectada, participativa, receptiva y crítica del entorno. Por ejemplo, así como mencionamos anteriormente para radio Comunidad, observamos a Encuentro como una institución que participa plenamente en la generación de espacios comunicacionales de incidencia, así como también en la búsqueda de vínculos con otros medios de similares características, como el haber estado en los inicios de FARCO.

Existen cuestiones más obvias con respecto a ambos casos mencionados. Su pertenencia institucional a la Iglesia católica, la amistad y compañerismo entre de Nevares y Hesayne, así como su afinidad con el sector de sacerdotes del tercer mundo, son características que nos llevaron a querer profundizar analíticamente. Queda en evidencia el nivel de involucramiento de los obispos en temáticas sensibles para la época y otras innovadoras desde el plano comunicacional. Las cuestiones mencionadas al comienzo del párrafo son las que llevan también a las similitudes de formatos tanto en las revistas como en las emisoras, pudiendo unificar no sólo una cuestión visual y auditiva, sino también una línea editorial que siempre tuvo conexión con cuestiones sociales, políticas y culturales que hacen a la participación ciudadana activa, así como el involucramiento de la comunidad en el desarrollo de su propio entorno.

En relación a estas características que comparten ambos proyectos, destacamos la subeditorial que figura en ambas revistas. La utilización de la primera persona, los obispos hablando directamente a la comunidad, interpelándola, invitándola a la participación y a la reflexión de diversas temáticas, es de importancia a la hora de comprender al/los/las receptores/as como sujetos activos/as (Alfaro Moreno, 2000; Martín Barbero, 2010). En esta línea, cualquiera de los cuatro medios de comunicación mencionados funcionaron y funcionan en un espacio alternativo al sistema hegemónico de medios, pero siempre empoderándolos y realzando su importancia para el entorno (Simpson Grinberg, 1986): desde la interpelación constante mencionada, se evidencian como soportes que median(Martín Barbero, 2010) las necesidades, intereses, reflexiones y búsquedas de la propia comunidad.

El trabajo que realizó Jaime de Nevares en Neuquén generó un cambio social que se proyectó hasta la actualidad en varios aspectos. Hasta el día de hoy el SERPAC continúa con gran cantidad de proyectos comunicacionales; es contactado por diversas asociaciones populares de la región o nacionales para exponer su recorrido como proyecto popular, alternativo y comunitario. Así, por ejemplo, Páez comenta su experiencia personal: .nos decían que éramos piratas, truchas; pero la realidad es que esos proyectos salían como hongos, los jóvenes sobre todo se prendían” (comunicación personal, 28 de abril de 2016). Si bien el contexto nunca fue el propicio para proyectos de comunicación popular, el SERPAC fue y es un ejemplo de adecuación a la demanda social de una mayor comunicación entre la comunidad, y la canalización de esta solicitud fundamentalmente en tiempos de dictadura, siendo desde el obispado de Jaime de Nevares, pioneros de la comunicación popular patagónica. Del mismo modo, el proyecto radial que surge de las iniciativas de Miguel Hesayne y Néstor Busso en la actualidad es de relevancia no sólo para el sector provincial, sino también a nivel nacional. Radio Encuentro nace como la primera emisora de frecuencia modulada con perfil informativo de la ciudad de Viedma y gracias a involucrarse con la comunidad y sus problemáticas, y a abrir el juego a la participación ciudadana para que pudieran comunicar en primera persona lo que les acontecía, fueron convirtiendo en receptores activos a aquellos que los sistemas hegemónicos de comunicación establecían como pasivos. Su incidencia en la Red Norpatagónica de Radios Comunitarias (Ramírez, 2016) y luego en FARCO, llevaron a desarrollar debates en materia de políticas de comunicación que derivaron en la sanción de la ley de Servicios de comunicación audiovisual 26.522 (2009). Hoy le sumaron a su proyecto comunicacional un canal de televisión digital abierta y gratuita, que posee licencia, así como han logrado el acceso a la licencia radial (LRG759) luego de 30 años en el aire.

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Notas

1 En esta línea, y por ejemplo, las radios alternativas, comunitarias y populares encuentran uno de sus orígenes en la Iglesia Católica (Pulleiro, 2012).
2 Entendemos progresismo en la Iglesia católica a partir de referentes de la institución que exponen prácticas y discursos con una apertura hacia la sociedad novedosa, que derivan en proyectos comunitarios como los que expondremos en el artículo.
3 Gabriel Kaplún (2007) engloba a este sector en “movimientos religiosos”, en relación a la etapa posconciliar de la Iglesia católica.
4 En este caso hay que tener en cuenta también que Alfaro (2000) utiliza en muchos momentos del texto al concepto de comunicación alternativa y comunicación popular de modo indistinto.
5 Este documento de la UNESCO fue redactado por el premio Nobel de la paz Seán McBride y, a grandes rasgos, analiza las problemáticas de la comunicación masiva en el mundo y proponr un nuevo orden internacional que promueve el desarrollo humano y espacios alternativos de comunicación.
6 Jaime Francisco de Nevares (Buenos Aires, 1915-Neuquén, 1995), fue el primer obispo de Neuquén, desde 1961 hasta 1991. Abogado de profesión y perteneciente a una ilustre familia porteña, De Nevares Casares, ingresó a la congregación salesiana en 1943. Inmediatamente después de ser consagrado obispo viaja a Roma para participar en el Concilio Vaticano II. Sus enseñanzas, así como las de las conferencias episcopales latinoamericanas fueron determinantes para la creación de su plan pastoral diocesano y especialmente de la pastoral de la comunicación. Recorría asiduamente la diócesis y frecuentaba especialmente a las comunidades mapuche y los campesinos de la cordillera. Se comprometió con los derechos de los trabajadores, especialmente estuvo al lado de los obreros de El Chocón (1969 y 1971) apoyando los reclamos justos de los trabajadores en Neuquén (De Nevares, 1990: 63-73). Fundó la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos (1975), filial Neuquén, en plena dictadura (De Nevares, 1990: 101-168) y fue constituyente, ya siendo obispo emérito, en la reforma de 1994 (Navarro Floria, 2012: 289-307). Sus biografías más destacadas han sido San Sebastián, 1997, escrita por su secretario canciller y amigo personal. y Barrufet, 2014. Barrufet fue un sacerdote que trabajó en Neuquén e incluye la mirada de los sacerdotes que lo acompañaron en sus primeros tiempos como obispo. Una síntesis de su biografía de singular escritura y recorte biográfico es la carta mortuoria salesiana escrita por el Inspector salesiano Rubén Hipperdinger, con testimonios del salesiano Benito Santecchia y el sacerdote Rubén Capitanio.
7 Nos referimos al Concilio Vaticano II convocado por el papa Juan XXIII (1959), en el que participó De Nevares, y las conferencias episcopales que de allí surgieron ya bajo el papado de Pablo VI: la II Conferencia General del Episcopado Latinoamericano en Medellín (1968) y la Conferencia de Puebla (1979).
8 En los tres eventos se habla de acercarse a las diversas realidades sociales y de participar en la vida política en pos de trabajar sobre las estructuras opresoras de pobreza, desigualdad, injusticia y violencia. Así mismo, el eje de los medios de comunicación se realza en sentido de poder activar a la sociedad hacia un bien común y transformador de estructuras verticales y conservadoras. De este modo, los medios de comunicación van en eje de poder integrar a las comunidades a la democratización de la cultura y el desarrollo de su propio entorno.
9 Obispo de la diócesis de Viedma que abarcaba todo Rio Negro en el periodo 1975 – 1995.
10 También conocida como el choconazo, integró obreros de la represa de la localidad de El Chocón-Cerros Colorados sobre el río Limay en la provincia de Neuquén durante el gobierno de facto de Juan Carlos Onganía y contó con el apoyo, entre otras personalidades, de Jaime de Nevares.
11 En plena dictadura militar, Jaime de Nevares integró la Asamblea Permanente de los Derechos Humanos (APDH), además de haber sido miembro de la CONADEP y convencional constituyente en la reforma de la constitución Argentina en 1994, siendo el único en renunciar ante la negativa de la convención (Navarro Floria, 2012).
12 Para mayor profundidad, ver Navarro Nicoletti & Nicoletti, 2020.
13 El editorial es el género periodístico de opinión por medio del cual el periódico examina, evalúa y enjuicia la información de actualidad que atañe a los ciudadanos, incluidos políticos y legisladores (Alcibar Cuello, 2015: 226).
14 La firma de Magín Páez en las editoriales tenía una doble razón: era y es el presidente de la SERPAC, espacio desde donde se publicaba la revista, pero por otro lado, la revista comienza a publicarse bajo un contexto de dictadura militar, en el que cualquier espacio o muestra de oposición al régimen podía ser castigado fuertemente. Páez, con el respaldo del Obispo De Nevares, asume ese riesgo.
15 Como, por ejemplo: las Conferencias Episcopales Latinoamericanas, la diócesis de Neuquén, la visita del papa Juan Pablo II, la situación económica del país, la problemática mapuche con el Estado nacional, debates sobre la justicia, la democracia, la juventud, la paz, la solidaridad, el compromiso social y las comunidades eclesiales de base (CeBs); entre otras temáticas.
16 En honor al obispo asesinado por la última dictadura militar en 1976, acto que De Nevares denunció en reiteradas ocasiones.
17 De acuerdo al testimonio del biógrafo de De Nevares, Juan San Sebastián, en el sexto año del aniversario del asesinato de Angelelli, el obispo de Neuquén había reunido la información suficiente para hacer la denuncia pública que llevó adelante la jueza de Neuquén María del Carmen de la Barrera de Ingelmo, que abrió la causa judicial luego derivada a La Rioja que dictaminó que el obispo Angelelli había sufrido un asesinato premeditado. También mencionaba el supuesto accidente automovilístico del obispo Ponce de León el 11 de julio de 1977 cuando llevaba material documental a la Nunciatura Apostólica sobre los secuestros y torturas sucedidos en su diócesis (San Sebastián, 1997: 250-251).
18 Obispo emérito de la ciudad de Viedma entre los años 1975 y 1995, se retira por cuestiones de edad. Miguel Hesayne fallece el 1 de diciembre de 2019 en la ciudad de Azul, provincia de Buenos Aires, donde pasó sus últimos años de vida luego haber sido declarado obispo emérito.
19 Asamblea de religiosos y laicos de una diócesis convocada por el obispo que se reúnen para discutir distintos temas.
20 Exhortación Pastoral Postsinodal de la Diocesis de Viedma (Río Negro), Para anunciar a Jesucristo, (1985: 3).
21 Comunidades eclesiales de base.
22 Actual presidente de Radio Encuentro y ex director del Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO).
23 Se denomina al grupo de organizaciones sociales, universidades, radios comunitarias, sindicatos, organismos de derechos humanos y otros sectores sociales, creado en el año 2004 y convocado por FARCO para discutir y presentar los 21 puntos que derivan en la ley de servicios de comunicación audiovisual N° 26.522 sancionada en 2009. En el año 2012 cambian su nombre a Coalición por una Comunicación Democrática.
24 Una editorial inicial firmada por el director de comunicación (Páez en Neuquén y Busso en Viedma) y otra escrita y firmada por el obispo de Nevares en Neuquén (Habla Jaime) y Hesayne en Viedma (Dígame, Padre).
25 Declaración Universal de los Derechos Humanos, contexto político, alfabetización, participación juvenil, plan de alimentación nacional, derechos laborales, medidas migratorias, problemas habitacionales, jubilaciones.
26 “La comunicación y la información, entendida como un bien cultural y una herramienta para el diálogo, el intercambio y el crecimiento de la conciencia colectiva, es un derecho popular”, revista De pie, Nº 14, febrero de 1987: 11.
27 Cabe destacar que el Foro Argentino de Radios Comunitarias (FARCO) surge en el año 1990, con integrantes fundadores como Néstor Busso (FM Encuentro), Magín Páez (FM Comunidad) y otros miembros de la región. Hoy en día, FARCO (https://www.farco.org.ar/) nuclea a más de noventa emisoras comunitarias en todo el país, y ante la sanción de la LSCA se diseñaron programas de trabajo con organizaciones sociales, comunitarias, campesinas, de jóvenes y pequeños productores (Jaimes, 2016).

Información adicional

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