TRAYECTORIAS LABORALES FRENTE A LAS NUEVAS TECNOLOGÍAS DIGITALES DE TRABAJO
Recepção: 03 Agosto 2024
Aprovação: 11 Setembro 2024
Resumen: El servicio de reparto a domicilio a través de las apps representa, sobre todo para jóvenes que no hallan otros trabajos una oportunidad para generar ingresos y para otras personas que ya tienen empleo, un modo de complementarlos. En este campo predominan relaciones laborales precarias, las empresas desconocen la relación laboral con las y los trabajadores y promueven dinámicas para optimizar el servicio que ponen en riesgo la salud y la vida de los mismos. Distintos estudios señalan que esta ocupación favorece la inserción laboral de trabajadores. Las barreras de género condicionan la participación de las personas en el trabajo y la oferta laboral de este servicio se inscribe en relaciones de género y en procesos de segregación laboral muy persistentes. Tener una moto, haber aprendido a conducirla, moverse en el tránsito urbano, ocuparse de su mecánica, son habilidades consideradas masculinas. En este trabajo nos concentramos en la trayectoria laboral de una mujer de 37 años, madre de un hijo y única proveedora al hogar monoparental, profesional universitaria, trabajadora asalariada formal y repartidora de PedidosYa, ocupación que le permite complementar ingresos. Indagamos sobre las motivaciones de ingreso a la actividad; los recursos que utiliza y fundamentalmente se analiza cómo incorporó habilidades “de varones” que le permiten desempeñarse en la actividad y dar cuenta con ello de una transgresión de las barreras de género.
Palabras Clave: Trabajo de plataformas, Repartidores, Argentina, Género, Saberes generizados, trayectorias laborales.
Abstract: The home delivery service through apps represents, especially for young people who do not find other jobs, an opportunity to generate income and for other people who already have jobs, a way to complement them. In this field, precarious labour relations predominate, companies are unaware of the labour relationship with workers and promote dynamics to optimize the service that put their health and lives at risk. Different studies indicate that this occupation favours the labour insertion of workers. Gender barriers condition people's participation in the work and the labour supply of this service is inscribed in very persistent gender relations and labour segregation processes. Owning a motorcycle, having learned to ride it, moving in urban traffic, and taking care of its mechanics are skills considered masculine. In this paper we focus on the labour trajectory of a 37-year-old woman, mother of one child and sole provider for the singleparent household, a university professional, a formal salaried worker and a delivery person for PedidosYa, an occupation that allows her to supplement her income. We inquired about the motivations for entering the activity; the resources she uses and, fundamentally, we analyzed how she incorporated “male” skills that allow her to perform in the activity and thus account for a transgression of gender barriers.
Keywords: Platform work, delivery workers, Argentina, gender, gendered knowledge, labour trajectories.
Resumo: O serviço de entrega ao domicílio através de aplicações representa, sobretudo para os jovens que não conseguem encontrar outros empregos, uma oportunidade de gerar rendimentos, e para outros que já têm emprego, uma forma de o complementar. Neste campo, predominam relações laborais precárias, as empresas desconhecem o vínculo laboral com os trabalhadores e promovem dinâmicas de otimização do serviço que colocam em risco a sua saúde e vida. Diferentes estudos indicam que esta ocupação favorece a inserção dos trabalhadores no mercado de trabalho. As barreiras de género condicionam a participação das pessoas no trabalho e a oferta de trabalho deste serviço inscreve-se nas relações de género e em processos muito persistentes de segregação laboral. Ter uma mota, aprender a conduzi-la, movimentar-se no trânsito urbano, cuidar da sua mecânica, são competências consideradas masculinas. Neste estudo, centramo-nos na trajetória laboral de uma mulher de 37 anos, mãe de um filho e única provedora de um agregado familiar monoparental, licenciada, trabalhadora assalariada formal e entregadora da PedidosYa, uma ocupação que lhe permite complementar o seu rendimento. Inquirimos sobre as motivações para o ingresso na atividade; os recursos que utiliza e, fundamentalmente, analisámos a forma como incorporou competências “masculinas” que lhe permitem desempenhar a atividade e, assim, demonstrar uma transgressão das barreiras de género.
Palavras- Chave: Trabalho em plataforma, Trabalhadores de distribuição, Argentina, Género, saberes de género, Trajectórias laborais.
SUMARIO: Introducción - 1.Aspectos metodológicos - 2.Familia y trabajo: aprendizajes biográficos, transgresiones y resistencias frente a las barreras de género - 2.1. El trabajo de Ernesto - 2.2. Los trabajos de Luisa - 3. La trayectoria laboral de Vanina, también repartidora de
PedidosYa - 4. Una mujer repartidora “arriba de la moto”- 4.1. El ingreso al reparto - 4.2. Poner el cuerpo - 4.3. Manejarse con reglas propias - 5. Reflexiones finales - 6. Bibliografía
Introducción
Los estudios sobre el trabajo mediado por tecnologías digitales y sobre las condiciones laborales en estos nuevos campos de estudios recorren dos grandes narrativas (Paskuale 2017; Reygadas 2020). Una, de corte convencional, destaca las ventajas de las mismas por ser economías innovadoras y colaborativas; de manera coincidente con los discursos de las empresas se subraya que las plataformas digitales (PD) han facilitado la incorporación al mercado laboral de muchos trabajadores y que sin ellas estarían desempleados o subempleados y, además, que brindan empleos con horarios flexibles, dimensión valorada en particular por las mujeres dado que pueden combinar el trabajo remunerado con las labores domésticas y de cuidado. La segunda es una narrativa crítica que subraya que son formas renovadas y agravadas de explotación laboral, que las PD crean empleos precarios, de bajos salarios, en condiciones desfavorables para las y los trabajadores y que en muchos casos implican modalidades de trabajo a destajo. Nuestro trabajo se inscribe en las preguntas y análisis que componen la narrativa crítica o progresista (Paskuale 2017). Fundamentalmente desde el período de la Pandemia la plataformización del trabajo de reparto (Oviedo et al. 2023, Helmond, 2015) adquirió una enorme visibilidad y en los centros urbanos constituye la actividad más habitual dentro de los servicios ofrecidos por empresas como Glovo (que permaneció en el país entre el año 2018 y 2020), PedidosYa (de origen uruguayo y con presencia en alrededor de 15 países de la región) y la empresa colombiana Rappi. A mediados de la década pasada estas empresas encontraron en el país las condiciones óptimas para el desarrollo de sus negocios (De Nido, 2019; Diana Menéndez et al. 2020) y emprendieron el reclutamiento de trabajadores que se insertan en la actividad. Mayoritariamente, lo hicieron en calidad de autónomos, una condición polémica y sujeta a múltiples debates respecto a la precariedad de las condiciones de trabajo y la forma que adopta el vínculo laboral en este colectivo, pero también en actividades como el servicio de transporte de pasajeros a través de aplicaciones (Maurizio y Beccaria 2019; Madariaga et al 2019; López Mourelo, 2020; Pereyra y Poblete 2022; Palermo y Molina, 2022; Diana Menéndez, 2023). Si bien se han presentado diferentes proyectos de ley para darle tratamiento a la desprotección de las y los trabajadores de PD estos han perdido estatus parlamentario (Pereyra y Poblete, 2022); en septiembre del año 2023 el gobierno nacional anunció la pronta presentación ante el Congreso de la Nación de un Proyecto de Ley para darle tratamiento a la desprotección de las y los trabajadores de PD, pero aún no se cuenta con un trámite que le de tratamiento. (Iproap, 2023).
Argentina aún no cuenta con registros oficiales que permitan dar cuenta rigurosamente de la cantidad de personas que prestan el servicio de reparto. De acuerdo a los datos provistos por el Sindicato de trabajadores de reparto de la República Argentina (SiTraRepA) en todo el país suman 70.000 los trabajadores activos de los cuales, 20.000 mensajeros están registrados en Rappi y 35000 en Pedidos Ya. (Portal ProUp,2023).
Diferentes estudios señalan que la población de trabajadores que compone este campo es fundamentalmente joven, con una fuerte presencia masculina y que alcanzan niveles educativos altos (Madariaga et al., 2019; Del Bono, 2020; Mourelo y Pereyra 2020; OIT 2020, 2021; Pereyra 2021). Esta actividad representa para muchas personas su única o principal fuente de ingresos y una proporción menor, por ejemplo, un tercio en el estudio de Haidar et al (2023) se encuentra en situación de pluriempleo, fundamentalmente en el último año en un contexto inflacionario acelerado en el que se deprecian los salarios y las personas se ven empujadas a buscar otras fuentes de ingresos.
La hipervisibilidad de la actividad de reparto en moto y en bicicleta ha contribuido a la transformación del paisaje urbano. Las y los repartidores son identificables porque utilizan los logos de las empresas de PD, cajas y mochilas térmicas; se mueven con apuro apremiados por el tiempo de los retiros y las entregas por calles, avenidas y veredas de las ciudades; utilizan las bocinas de modo preventivo para anunciar sus movimientos; se concentran en grupos en los frentes de los comercios asociados a las apps esperando los turnos para el retiro de pedidos, ocasiones óptimas para que sucedan un conjunto de interacciones.
Las y los repartidores son propietarios de las motos y bicicletas y sostienen con sus propios recursos el mantenimiento y costo de estos bienes: combustible, línea del teléfono; arreglos, caja térmica, seguro de la moto; etc.). Cuando se usa una bicicleta el esfuerzo físico es mayor, se acrecienta el tiempo que insume cada recorrido entre la búsqueda y la entrega del pedido, disminuyen las oportunidades de alcanzar las promociones, bonos y/ o incentivos económicos que las empresas implementan para aumentar la productividad en los horarios de mayor demanda o ante situaciones climáticas adversas, se acota el radio geográfico de prestación del servicio, se realizan menos viajes y se gana menos dinero. Los y las que utilizan motocicletas cuentan en todos estos aspectos con una relativa ventaja, pero tanto la prestación en moto como en bicicleta afecta la seguridad de las personas que prestan el servicio si se consideran los accidentes viales, las ocasiones de robo, experiencias de violencia y acoso callejero, acoso sexual, etc. situaciones estas últimas que experimentan más las mujeres y disidencias que los varones (Micha, Pereyra y Poggi 2022; Hidalgo Cordero, 2020) Por las condiciones de trabajo y los modos de lidiar con ellas, las personas se enfrentan a la construcción de nuevas subjetividades que se inscriben en la preponderancia, aunque no sólo, del uso del cuerpo, de un cuerpo - máquina o cuerpo- prótesis (Oviedo, Canelo, Brossi, Castillo 2023) atrapado en las nuevas lógicas de consumo y en las tecnologías invasivas ligadas al rendimiento laboral (celulares, GPS, movilidad, auriculares, mochilas, logos, sonidos, rankings).
El servicio de reparto a domicilio a través de las apps favorece la inserción laboral de los varones. Como analizamos en un trabajo previo (García, 2023) la minoritaria participación de las mujeres en el servicio de transporte de personas a través de apps expresa la generización del trabajo. En esa actividad las mujeres representan una minoría y cuentan, por lo general, con habilidades, herramientas, saberes y experiencias que se consideran propias del mundo vital y laboral de los varones. Son esas herramientas las que contribuyen o animan a las mujeres a insertarse en esa actividad. En este artículo, le vamos a dar continuidad a este argumento, pero esta vez nos concentraremos preferentemente en el proceso de incorporación de esas habilidades, en una serie de aprendizajes remotos que también se movilizan en el trabajo de reparto. Así, buscamos complejizar la caracterización que indica que las barreras de acceso a esta actividad son bajas, en tanto sólo se requiere saber conducir y tener una cédula, poseer moto o bicicleta, un teléfono celular para utilizar la aplicación digital y registrarse en el Régimen de monotributo. De acuerdo al último informe del Ministerio de Transporte de la Nación “Principales indicadores de la Seguridad Vial con Perspectiva de Género en Argentina” del año 2023, en nuestro país 3 de cada 10 licencias de conducir motocicletas corresponde a una mujer. Conducir diversos tipos de automóviles, motos y camiones es un saber asociado con mayor frecuencia a los varones, a quienes se les adjudican atributos como la audacia, la fuerza, la seguridad; pero también el conocimiento de la mecánica. Se tratan todas ellas de representaciones hegemónicas sobre el trabajo femenino y el trabajo masculino que contribuyen a definir saberes, habilidades, roles y espacios propios para unas y otros, delimitando territorios laborales generizados con valorizaciones materiales y simbólicas muy desiguales (Gorban y Tizziani 2018).
Los estereotipos y representaciones hegemónicas ligados a la división sexual del trabajo se producen y reproducen en diversos campos, entre ellos, el mundo familiar y el mundo laboral. En este trabajo nos vamos a detener en las relaciones recíprocas entre ambas esferas al concentrarnos en el análisis y construcción de la trayectoria laboral de una mujer joven que realiza el servicio de reparto a domicilio en moto, a través de la plataforma Pedidos Ya. De este modo, el artículo recorre las relaciones de género en los mundos del trabajo y de la familia (Wainerman 2002), en el espacio productivo y el ámbito reproductivo, conectados por lógicas que diferencian y marcan las jerarquías entre varones y mujeres.
Nos concentramos de la inserción en un campo laboral masculinizado, de una mujer de 37 años, madre de un hijo de 12, a cargo de los cuidados y única aportante a la economía del hogar; trabajadora asalariada, formal y con estudios universitarios. Para conocer acerca de las formas de adquisición de habilidades y aptitudes para el trabajo recorremos su biografía priorizando el análisis de los cruces entre el mundo del trabajo y el mundo familiar. Consideramos que los aprendizajes que se van haciendo a lo largo de la vida, pero en particular, aquellos que se incorporan en los primeros procesos de socialización, mediados por la familia y la escuela, se constituyen en capitales que, combinados representan un pasaporte hacia el mundo social (Jiménez, 1998).
En ese marco nos preguntamos cómo se fue desarrollando la adquisición de las competencias que requiere, entre otros, el trabajo de reparto a domicilio; cuáles fueron las motivaciones y de qué modo se insertó esta trabajadora en la actividad; qué significa para una mujer trabajar sobre una moto en la calle; cuáles son las habilidades incorporadas previamente que le facilitan la tarea y si existen experiencias previas en campos de trabajo masculinizados u otras experiencias familiares, educativas en las que transitó el desafío de transgredir las fronteras generizadas; cuáles son los sentidos que le asigna al carácter independiente que las economías de plataformas difunden como aspectos virtuosos de estas modalidades de trabajo y cómo vincula la actividad del reparto en moto con el resto de sus actividades vitales.
1. Aspectos metodológicos
Este artículo se enmarca en las reflexiones y en continuidad con dos investigaciones colectivas sobre género y economía de plataformas reseñadas en la Introducción del Dossier. Para este artículo en particular se utiliza un corpus de entrevistas en profundidad realizadas entre el mes de febrero y junio de 2024, a Vanina, una mujer repartidora de 37 años que vive con su hijo Lautaro de 12 años. Es profesora universitaria en Historia y docente en escuelas medias. Actualmente se encuentra realizando un posgrado en Filosofía en la Universidad de Buenos Aires. Hace un año comenzó a trabajar como repartidora con la app PedidosYa durante los fines de semana para complementar ingresos de su ocupación principal. Para trabajar se desplaza en moto por el centro de San Miguel, localidad del Conurbano bonaerense donde vive. Además de estas entrevistas, realizamos observaciones de campo, relevamiento de prensa, de foros y redes sociales.
El análisis de trayectorias laborales nos acerca a los itinerarios recorridos por las personas a la vez que, nos permite identificar de qué manera se van construyendo como trabajadores condicionados por sus entornos laborales, personales, familiares, sociales, económicos, políticos. Esta decisión metodológica se inserta en un enfoque retrospectivo que, a partir del diálogo que establecemos en las entrevistas biográficas nos permite reflexionar sobre el pasado de esas personas en el largo plazo (Muñiz Terra, 2012).
Las trayectorias dan cuenta de oscilaciones, inflexiones y espejan los procesos sociales más amplios en los que las experiencias vitales se producen. Cuando se analizan trayectorias laborales se atiende a la línea temporal que las propias personas trazan en sus discursos cuando reponen elementos de sus biografías que consideran relevantes para ilustrar sus carreras laborales. En ese proceso jerarquizan, ordenan, marcan continuidades o saltos, omiten actividades que luego suelen reponer o no, en una línea temporal que las personas construyen sobre su propia historia y acentúan algunas experiencias por encima de otras cuando comparten, en el contexto de la investigación, sus impresiones. De este modo, este enfoque nos invita a acompañar analíticamente la “carrera” que van trazando las personas y a atender toda la secuencia de movimientos, desplazamientos de una actividad a otra (Becker, 2009), trayectorias atravesadas, como señalamos, por condicionamientos estructurales. Al reconstruir la trayectoria laboral de una mujer que trabaja como repartidora en moto, podemos explicar de qué modo, en qué condiciones, con qué herramientas y con cuáles expectativas ella realiza sus tareas en un rubro ocupado fundamentalmente por varones y cómo esto dialoga con lo propio de sus aprendizajes e inserciones laborales previas y las condiciones en que fueron desarrolladas. El perfil de Vanina concuerda con las descripciones sociodemográficas del universo de personas que realizan el reparto a domicilio. Como ya indicamos, las mujeres representan una minoría y por ello se considera una actividad masculinizada, precisamente, es esta caracterización la que nos anima a conocer la experiencia de una mujer que desarrolla la actividad y moviliza, entre otros, saberes asociados al mundo de los varones. Además, las personas que ingresan a la actividad para complementar ingresos de una ocupación principal constituyen alrededor de un tercio; por último, el nivel educativo de trabajadores de reparto es alto, una mayoría ha concluido sus estudios secundarios y, es frecuente que, además, alcancen estudios terciarios y universitarios.
2. Familia y trabajo: aprendizajes biográficos, transgresiones y resistencias frente a las barreras de género
Conocer el recorrido laboral de los padres de Vanina es importante para comprender su propia trayectoria en ese campo y, en ese marco, algunas destrezas que adquirió como integrante de una familia trabajadora cuyas ocupaciones, en general, reflejan desempeños en actividades generizadas. Es un modo de indagar en torno a aquellos saberes no formalizados que las personas incorporan a lo largo de la vida, en diversas esferas en las que transcurre la experiencia y la relación con las demás personas; se trata de aprendizajes biográficos, reconocidos como saberes “no sabidos” (Delory-Momberger, 2020) que desempeñan un papel fundamental en los modos en que una persona se involucra, por ejemplo, con el trabajo y en la manera que se dispone a incorporar nuevos aprendizajes. Cuando abordamos el mundo del trabajo desde una perspectiva de género, uno de los rasgos más sobresalientes en nuestros análisis es que dirigimos la mirada hacia las barreras que separan oficios, actividades, profesiones que han sido configuradas históricamente en torno a la división sexual del trabajo. Sabemos que las barreras que distinguen trabajos para varones y para mujeres se desplazan y aflojan, pero también son persistentes provocándole a las personas que no encajan en las expectativas laborales asociadas al género, dificultades para el acceso al trabajo. Por el contrario, cuando las habilidades que se consideran masculinas o femeninas son apropiadas por las personas más allá de la afirmación del género, traspasar esas fronteras les permite una experiencia diferente.
Ernesto y Luisa son los padres de Vanina. Ernesto se desempeñó hasta su muerte, en el año 2000, como gomero y esa fue su única actividad laboral. A principio de los años setenta se casó con Luisa y tuvo dos hijos, Elías de 52 años y Laura de 49 años. Luego de vivir en la localidad de San Martín compraron un terreno y construyeron su casa en San Miguel en la que nacerá muchos años después Vanina, que tiene de 37 años al momento en que se hicieron las entrevistas. Al frente de la vivienda, Ernesto construyó un galpón para montar su taller de recapado, una especialización en el oficio del gomero que consiste en la reparación de neumáticos de autos, camionetas, camiones lo cual evita a las y los clientes asumir el costo oneroso que demanda la compra de una pieza nueva. Además, como relata Vanina, su padre era propietario de un camión con el cual realizaba el retiro y la entrega de las piezas, se ocupaba de su mantenimiento y los arreglos mecánicos. La carrera laboral de Luisa, la mamá de Vanina, fue más variada. Desde pequeña trabajó con otros miembros de su familia en una fábrica de papel en San Martín, luego de casarse realizó trabajos de costura en su casa para talleres industriales; más tarde dejó la costura y se empleó como trabajadora doméstica desempeñándose en este rubro hasta la jubilación. Al enviudar realizó algunas changas para generar más ingresos en su hogar, entre otras, la limpieza de vidrios en altura, un trabajo que realizan generalmente varones. Los trabajos de sus padres dejaron significativas huellas en la propia trayectoria laboral de Vanina, huellas en las que conviven algunas resistencias, pero también, transgresiones que tensionan los límites entre trabajos de varones y de mujeres, y entre aquello que deben aprender y hacer unos y otras.
2.1. El trabajo de Ernesto
En lo relativo a los trabajos de su padre y a su propio vínculo con el mundo de los vehículos y los motores, afirmaba Vanina:
“V: Yo me crié en una familia de camioneros, entonces toda la vida hubo vehículos y camiones en casa. Mamé eso de alguna manera porque mi viejo cuando arreglaba el camión siempre tenía que tener un asistente, él me decía: -Antes que yo te lo pida tenés que tener la herramienta en la mano- y así aprendí muchas cosas de mecánica, para mí es casi un talento natural, yo veo un tornillo y te digo qué llave tenés que usar. No soy muy partidaria de las genialidades y del talento (…) porque las capacidades las tenemos todos, hay cosas que te gustan más y cosas que te gustan menos y esas cosas que te gustan más las podés desarrollar como un talento si se quiere. Mi hermana es súper coqueta, a ella le gustan otras cosas, las uñas, el pelo y la ropa y yo soy su antítesis (risas).
E. ¿Qué edad tenías cuando estabas en el taller con tu papá?
V: Yo tenía alrededor de 8 años cuando mi mamá ya me dejaba ir al taller con mi viejo, porque cuando era más chiquita iba a todos lados con mi mamá, pero a veces ella se iba a laburar y me dejaba con mi viejo algunas horas.
E: ¿El taller estaba junto a tu casa?
V: Sí, estaba separado, pero adentro del lote, digamos.
E: ¿Cómo era el taller?
V: Tenía todo vidrio en la fachada, montañas de gomas, montañas y montañas y montañas, hacia atrás estaban las máquinas y la parte más sucia, por así decirlo, el piso sucio, por la grasa, había una fosa que después la cerraron, a veces la usaba para hacer algún arreglo. La fosa tenía un olor muy particular, por la grasa. Las máquinas para recapar hacían mucho ruido también”
El taller de recapado es un espacio de trabajo “de varones”, pero Ernesto también en el taller cuida a Vanina entre montañas de gomas y cuando lo hace, también la entrena y le enseña a reconocer herramientas del taller y su uso, es decir, le enseña “cosas de varones”. La niña lo auxilia, cumple sus indicaciones, aprende a identificar las herramientas; incorpora saberes prácticos, se familiariza con todo ello. Sin embargo, la transmisión de habilidades es selectiva y tanto su padre como su hermano se niegan a enseñarle a manejar, a pesar de los pedidos insistentes de Vanina durante su adolescencia.
“E ¿Quién te enseñó a manejar?
V: Yo manejo desde muy jovencita, manejo motos desde los 15 años y mi primer auto lo tuve a los 19 años, desde muy jovencita. Aprendí sola.
E. Pero a alguien mirabas, observabas….
V: Si, claro, uno siempre observa, a alguien tuviste que haber visto para aprender, pero a mí no me enseñaron a manejar por ese mismo machismo, porque ni mi papá ni mi hermano me enseñaron nunca a manejar - déjate de hinchar, ya te voy a enseñar- me decían, pero claramente no era un ámbito para nosotras por eso tuve que aprender sola, por eso a los 15 años me compré a escondidas mi primera moto , para que de mi casa no me echen si me veían con una moto, la escondía en casa de una amiga, salíamos a andar con ella, era una moto chiquita, que no era con cadena sino con correa y había que correr primero para agarrar envión y arrancarla (…) tuve el registro luego, siempre anduve en moto, pero antes era diferente, no te paraba tanto la policía, uno podía andar sin registro sin casco, era otro mundo.
E: ¿Manejas camiones?
V: Manejé cuatro veces en mi vida, un camión 608 Mercedes que es de mi hermano, que tiene acoplado
E: ¿Tenés registro para manejar camiones?
V: No, no tengo registro profesional. Manejé dos veces en mi vida porque le hinché los quinotos a mi hermano para que me deje dar una vuelta y otras dos veces por necesidad porque lo tuve que ayudar, él se descompuso mal y tuve que traer el camión, acercarlo a algunas cuadras, sacarlo de la ruta, sin tener registro profesional, me encantaría tener un registro profesional.”
Desde la perspectiva de Vanina, aquello que su padre le enseñó y aquello que no, está vinculado con el machismo y por eso el que no le haya enseñado a manejar se vincula con los estereotipos de género que designan ámbitos propios para mujeres y varones. En ese marco, enseñarle a manejar no era una prioridad, como, al contrario, sucede generalmente con este aprendizaje en relación a los varones. La etapa vital en que varones y mujeres aprenden a conducir un auto o una moto está permeada por las relaciones de género. Si para los varones esta experiencia funciona como un rito de iniciación y tiene lugar aproximadamente a los 18 años o antes, para las mujeres este proceso se extiende entre los 25 y 45 años (La Caja, 2022). Vanina afirma que aprendió a manejar sola, observando y que tuvo que ocultar que había adquirido una moto chiquita y que la manejaba a escondidas y la ocultaba en la casa de su amiga para que no la echaran de la casa.1 Este ocultamiento si bien sugiere que tenía como objetivo no ser descubierta en una travesura adolescente, también es una transgresión de las barreras de género que indican que las motos y saber manejarlas es cosa de varones.
2.2 Los trabajos de Luisa
La mayoría de los trabajos y empleos que ha realizado Luisa a lo largo de su vida activa se inscriben en actividades feminizadas. Hacia fines de los años cincuenta y cuando era todavía una niña se le asignó la responsabilidad del cuidado de sus hermanos menores. El trabajo doméstico y el cuidado en el hogar constituye para las mujeres de sectores populares una actividad que aprenden a realizar. En la época era común que, además, debieran interrumpir la escolaridad primaria o asumir ambas responsabilidades. Esos inicios son experimentados por muchas mujeres como un destino social de género y de clase que las prepara para el trabajo, adentro y afuera del hogar. Al casarse, Luisa realizó trabajos de costura que contrataban talleres textiles. El trabajo domiciliario es sumamente importante dentro de la industria textil, recluta generalmente mujeres que realizan las tareas en sus propios hogares y sin protecciones laborales. Más tarde, su empleo como trabajadora doméstica en una única casa y con únicos empleadores es un caso más atípico dentro del sector, dado que lo común es que las mujeres realicen recorridos muy variados por el trabajo doméstico remunerado; recorridos en los que es posible identificar momentos de intermitencia, vinculados generalmente con la maternidad; múltiples hogares y empleadores hasta la salida de la ocupación para mujeres trabajadoras domésticas que encuentran nuevas y diferentes inserciones laborales (Gorban y Tizziani, 2018). La casa en la que Luisa trabajaba representa mucho más que un lugar de trabajo. Por un lado, su empleo como trabajadora doméstica no se escinde de los cuidados que brinda a su hija pequeña. Tiene la oportunidad de llevar consigo a Vanina, fundamentalmente en la etapa previa al comienzo de la escuela primaria. Al mismo tiempo, en los relatos de Vanina advertimos que el espacio de trabajo de su madre representa el descubrimiento de recursos materiales y culturales, que la confrontan con nuevos juegos, inquietudes y aprendizajes, entre ellos el gusto por la lectura.
“E: ¿Y tu mamá siempre trabajó como empleada doméstica?
V:Mi vieja toda la vida laburó, de chiquita desde los 14 años en fábricas, iba a trabajar con los hermanos y la mamá a fábricas, a una fábrica de papel en San Martín porque ellos son de allí y después cuando se casó estuvo sólo dos años sin trabajar y luego siguió laburando, pero no en fábricas sino como costurera cosiendo para afuera como se decía antes, le traían laburos de fábricas de talleres y cosía y después cuando se mudaron acá a San Miguel que empezaron a hacer su casa propia empezó con el laburo de empleada doméstica. Mi mamá es una mujer que no fue al colegio porque como te dije desde muy chiquita tuvo que salir a trabajar, la sacaron de segundo grado porque tenía que cuidar a los hermanos y después directamente vino el laburo en las fábricas.
V: Mi mamá trabajó como empleada doméstica en una casa de familia durante 25 años. Ella me llevaba a esa casa que tenía una biblioteca gigante; planchaba cerca de la biblioteca y yo me movía por ahí, entonces mi primer contacto con los libros de las nenas fue ese y después ya agarraba cualquier libro para leer. Entonces en casa no había libros más allá de los que pudieron haber dejado mis hermanos cuando hicieron la escuela primaria pero más que eso no, por eso digo que en esa casa yo tuve mi primer acercamiento con los libros.
E: ¿Y vos tenés relación aún con esa familia?
V: No, no tengo relación con ellos. Además, era un horario en el que ellos estaban laburando y los hijos en la escuela entones yo tenía a disposición esa biblioteca porque no había nadie. En la biblio estaban los libros de las nenas y tenían los libros originales “¿Dónde está Wally?” Y como yo era muy chiquitita y no sabía leer aún, mi primer acercamiento fue con ese libro hasta que fui aprendiendo a leer. yo tengo tatuado un Wally (risas). Una casa en Bella Vista muy bonita, con pileta, así que también aprendí a nadar ahí, siempre en los horarios en los que no estaban los patrones”
El padre de Vanina fallece en el año 2000 y ante la reducción significativa de los ingresos Luisa busca, para compensar esa pérdida, changas y como veremos más adelante, Vanina también comienza a trabajar en un comercio en Moreno. Es una etapa muy difícil para la sociedad argentina que atraviesa una crisis económica y de empobrecimiento de la población que tendrá su desenlace a fines del año 2001. En ese contexto Luisa mantuvo su empleo en la casa de Bella Vista y además a lo largo de un año realizó limpieza de vidrios en altura.
V: “Cuando mi papá falleció mi mamá siguió trabajando como empleada doméstica para mantener la casa y hacía como changas. Escuchá esto (por eso yo digo que mi vieja es mi heroína ¿no?) yo estaba todavía en la escuela, necesitaba ayudarme a mí para estudiar, entonces se fue a Retiro y comenzó a laburar haciendo limpieza de vidrios en edificios, así que se colgaba con un arnés de edificios de 30 pisos para hacer un extra. Mi vieja es una gacela, es flaquita, es chiquita y súper ágil. Ahora es una mujer de 73 años y se trepa a la terraza para sacar las hojas del desagüe, mi mamá anda en bicicleta 10 kilómetros por día, es una genia y no le tiene miedo al trabajo, ni a nada”
La alternativa del pluriempleo es más frecuente en la población que se desempeña en puestos de baja remuneración y mayor precariedad laboral. Estas condiciones son más habituales en las mujeres, por ello son quienes, por lo general, buscan sumar nuevos empleos o nuevas fuentes de ingresos. Además de ser representativo de estas situaciones, el caso de Luisa o el tipo de actividad que ella suma a su trayectoria laboral se inscribe en una ocupación típicamente masculina, que, de acuerdo a Vanina pudo desarrollar por algunas de sus destrezas físicas y por su carácter, dado que “no le tiene miedo a nada”. El miedo que menciona Vanina es un atributo que la sociedad le asigna más a las mujeres y como tal se entiende como un impedimento para desarrollar algunas tareas, entre ellas, conducir: motos, autos, camiones, trenes, aviones.
Cuando analizamos los itineriarios de los adultos de esta familia, sus oficios, empleos y el modo en que los desarrollan advertimos las múltiples conexiones entre las dinámicas, las representaciones y las expectativas de las esferas productiva y reproductiva. Esas articulaciones y sus efectos en el trabajo tienen mayor peso cuando las personas están inmersas en actividades por cuenta propia y más aún si estas se desarrollan en el propio hogar, como es el caso de la actividad de Ernesto. Aquí entran en tensión las fronteras entre ambas esferas y con ello los papeles socialmente asignados a hombres y mujeres y los saberes prácticos resultantes de una configuración sexuada del trabajo. El taller de su padre y la casa en la que Luisa trabaja varias veces a la semana representan espacios de trabajo, pero también, ámbitos de cuidados, tiempos compartidos, aprendizajes tácitos y otras veces buscados, y la puesta en acto de un sistema de jerarquías sujeto a negociaciones. Los oficios de Ernesto y de Luisa reenvían a las competencias propias de sus oficios pautados a partir de la división sexual y social del trabajo. Pero también Ernesto cuida a Vanina en el taller, aunque de manera diferente a como lo hace Luisa en la casa de sus empleadores. ¿Cómo se redefinen estas marcas biográficas en la propia trayectoria laboral de Vanina? ¿Cómo impactan en su subjetividad los desafíos transitados por sus padres?
¿Cómo se conjugan el “heroísmo” de su madre con las actitudes de su padre que le enseña, aunque selectivamente, cosas de varones? ¿Qué hace Vanina con esos “saberes no sabidos”? ¿Cómo se desafía el “destino social de género y clase”? ¿Cuáles acontecimientos vitales y de qué manera orientan su trayectoria laboral?
3. La trayectoria laboral de Vanina, también repartidora de PedidosYa
La construcción de trayectorias laborales de modo retrospectivo hace posible recuperar y situar un itinerario de trabajo/s en el largo plazo y mostrar las interrupciones, ingresos a nuevas actividades, superposición de ocupaciones y períodos de no trabajo. A su vez, los cambios están motivados por acontecimientos inscriptos en entramados familiares y en contextos económicos y políticos que explican también las decisiones y los trabajos que las personas realizan. También, esos itinerarios transcurren en espacios singulares que admiten desplazamientos que las personas incorporan como parte de esas experiencias.
¿Cuándo comienza una trayectoria laboral? Para Vanina esto ocurre a los 16 años cuando consigue su primer trabajo en un comercio de la localidad de Moreno y a la par, cursa el último año de la escuela secundaria. Este hecho no es fortuito, sino que coincide con el fallecimiento de su padre en el año 2000 y la necesidad de generar recursos para el sostenimiento propio y familiar. Esa pérdida se constituye en un acontecimiento biográfico que moldea sus primeros tránsitos laborales. En este apartado recuperamos los distintos tránsitos realizados por Vanina desde aquel primer trabajo hasta situarnos en el presente, tiempo en el que ella se desempeña como docente de escuelas medias y complementa ingresos como repartidora a domicilio en moto para la app PedidosYa.
Su primer empleo en un comercio céntrico de la localidad de Moreno, en el conurbano bonaerense, se encuentra a una hora de su casa donde reside junto a su familia. Para ello debe cambiarse de escuela y se inscribe en una cercana a su trabajo al cual ingresa a las 8:00 de la mañana de lunes a viernes, permanece hasta las 12:30, luego parte hacia la escuela y regresa a su trabajo nuevamente a las 17:30 hasta las 21 horas hasta cumplir con el horario pautado.
“V: Yo entré a los 16 años a laburar ahí. Iba a la escuela secundaria, ya había terminado el segundo año del Polimodal. A los 17 empecé el tercer de la secundaria (el último año) entones ese año lo hice laburando en el local, empecé en verano, entré como para cubrir los francos y después me quedé. Todo el último año del secundario lo hice trabajando ahí. Estaba desde la mañana, y al mediodía me iba al colegio y volvía a las 5 y media de la tarde y seguía laburando hasta las 9 de la noche. Bueno, esos comercios que se llamaban Todo por 2 pesos fueron mutando con el tiempo, nada valía ya 2 pesos y eran polirubro, tenían librerías, bazar, eran una cadena y yo laburaba en el depósito y también un tiempo como repositora, fui cajera, pero lo que más me gustaba a mí era trabajar en el depósito, porque no me gustaba trabajar con la gente, atender a la gente”
Esta inserción laboral se prolongó durante 8 años. En ese comercio desarrolló diferentes actividades: repositora, cajera y distintas tareas en el depósito del comercio. Al terminar la escuela dedicó dos años únicamente a su trabajo porque la decisión de continuar estudiando en la Universidad la tomó tiempo después. Ingresó a la Universidad porque como señala, tuvo la oportunidad de estudiar muy cerca de su casa, es una Universidad Pública y tiene muy buenas referencias de la Universidad Nacional de General Sarmiento por sus profesores de la escuela secundaria y por conocidos. Durante la carrera continuó trabajando en el local de Moreno y renunció cuando se recibió de Profesora Universitaria de Historia en el año 2009.
Los inicios en la docencia de la escuela media significaron para Vanina la posibilidad de
concentrarse en su profesión.
“V: Dejé el comercio cuando enganché mis primeras horas y me di cuenta que con eso me cagaba de hambre, pero ya había renunciado. Entonces hablé con el dueño para ver si me podía dar en concesión mercaderías así que los fines de semana me armaba un puesto en la feria de la Ruta 23, en Moreno. Fui una de las primeras puesteras ahí, nos organizamos con un grupo de puesteros que no queríamos pagarles a los dueños del predio de enfrente, nos fuimos a ese campo, empezamos con machetes a cortar el pasto y armamos la feria.
E: ¿Y en tu puesto qué vendías?
V: vendía artículos de bazar, después enganché las devoluciones de Pan Bimbo y empecé a trabajar con eso también en el puesto y en otras ferias. Uno de mis tíos laburó muchos años en Bimbo y le pregunté, porque yo veía gente vendiendo el pan de devolución (el que está cerca del vencimiento). Me consiguió el número de la persona que se encargaba de eso en la fábrica y me dieron la concesión para San Miguel y Moreno, se ganaba bien en ese tiempo, pero es como todo, tuvo un auge y luego decayó. Me río mientras voy relatando todo esto, voy haciendo un recorrido de mi vida y la verdad es que es un tango.
E: Pero es un tango interesante, hay tangos tremendos.
V: Y, pero cuando uno nace en una familia de trabajadores, pobre, se nace con el no en la frente, entones hay que decir que sí, lo que te lleva al sí es el trabajo, el esfuerzo”
Como podemos advertir sus primeros pasos por la docencia se realizan a la par de una actividad por cuenta propia, vendedora en una Feria popular. Mientras tanto, pudo ir accediendo a mayor cantidad de horas docentes en diferentes escuelas y en año 2012 nace Lautaro. A partir de aquí también asume las responsabilidades del cuidado de su hijo y si bien cuenta con la ayuda de Luisa, su madre, quien la acompaña en estas tareas, hasta la actualidad, Vanina es la única proveedora del hogar monoparental que conforma con su hijo, aspecto que fragiliza la realidad económica en los hogares monoparentales con jefatura femenina y refuerza las desigualdades de género.
“Todos los nietos son grandes porque mis hermanos son mucho más grandes que yo entonces mi hijo Lauti es el bebé de la familia y mi mamá lo adora. Hoy lo llevé a su casa y ella le estaba haciendo unos arreglos a un pantalón que le compró y era grande y estaba esperándolo con pizzas caseras.”
La inserción en la docencia fue gradual de modo que el acceso a mayor cantidad de cursos y mayores ingresos se fue dando con el tiempo. En la docencia en el nivel medio registra una antigüedad de 12 años y esta es su principal fuente de ingresos los cuales complementa desde hace un año trabajando como repartidora para PedidosYa. De este modo combina un empleo estable, asalariado, registrado y calificado con el trabajo de reparto en moto.
“V: Los viernes trabajo en la escuela desde las 15: 00 a las 21: 00 en el aula; salgo de la escuela y me voy directamente a San Miguel y me conecto. Yo sólo trabajo los fines de semana, viernes a la noche, sábado y domingo. Generalmente cuando ya estoy terminando te revoleo el pedido en el medio de la calle porque ya estoy podrida, llega la noche y estoy muy cansada, termino a la 1 o 1 y media y ahora que hace frío es peor.”
Podemos señalar algunos aspectos singulares que están presentes a lo largo de esta trayectoria laboral. En primer lugar, la relación entre ocupación y educación porque es un vínculo constante y se inicia en la adolescencia cuando Vanina consigue su primer empleo al tiempo que cursa el último año de la escuela secundaria; es más habitual la relación entre educación y trabajo en los tránsitos por la educación universitaria la combinación entre trabajo y estudios universitarios. También es interesante señalar que en general, cada inserción laboral se suma a una preexistente poniendo en evidencia la insuficiencia de los ingresos y los límites que tiene, como en el último tramo de esta trayectoria, la inserción formal en un trabajo calificado, estable, protegido pero insuficiente para una trabajadora, único sostén en un hogar monoparental.
4. Una mujer repartidora “arriba de la moto”
¿Cuáles son las motivaciones para ingresar a la actividad de reparto y cómo describe las condiciones de trabajo una mujer repartidora? Ambas dimensiones fueron abordadas por la literatura especializada pero aquí, desde un enfoque biográfico retomamos estos aspectos inscribiéndolos en una trama individual, familiar, social e histórica. Las motivaciones que están en el origen de la inserción laboral son individuales, pero también se inscriben en lazos sociales y las condiciones de trabajo se experimentan en diálogo con expectativas e itinerarios laborales previos, tanto propios como aquellos recorridos por quienes conforman sus entornos más próximos. En este apartado nos vamos a concentrar en las motivaciones del ingreso y la permanencia de Vanina en esta actividad; en la dimensión corporal del trabajo de reparto en tanto exige un compromiso constante durante la movilidad y, por último, en las representaciones relacionadas con la autonomía o el carácter independiente en esta ocupación singular.
Desde hace un año Vanina trabaja como repartidora en moto a para PedidosYa. De lunes a viernes trabaja en escuelas y en el programa FINES2 y hace reparto los viernes, sábados y domingos por la tarde y hasta las 24:00 hs. Cuando puede, duplica las jornadas durante los fines de semana. El radio en el que se desplaza es la zona céntrica de la ciudad de San Miguel por considerar que allí se siente más segura y porque, además, está a pocos minutos de su casa y de su hijo de 12 años, lo cual contribuye a conciliar el trabajo y los cuidados. Trabajar haciendo reparto a domicilio y, además, en el turno noche es una actividad que Vanina puede realizar:
conoce la ciudad, maneja una moto y puede organizarse con el cuidado de su hijo.
“E: ¿Y vos cómo organizás el trabajo de profe y el de repartidora con la organización de tu casa, el cuidado de tu hijo?
V: Mirá, yo tengo un nene de 12 años, hablé con él y le dije: - mirá hijo, mamá se metió en un par de problemas para poder hacer esto que hicimos en casa y para poder cambiar el auto así que voy a necesitar que me ayudes- Entonces empezó a hacer algunas tareas de la casa, ordenarse la pieza, hacerse la cama, le enseñé algunas cositas en relación a la cocina para que él pueda hacerse la merienda o calentar comida en el microondas. Tuvo que cambiar algunos hábitos y mi pareja actual también me puede cubrir con Lautaro, ir a buscarlo al club, o mi vieja los fines de semana. Lo bueno es que estoy solo en San Miguel entonces si me llama porque necesita algo yo me pauso y en 5 o 10 minutos llego a casa.”
Podemos afirmar que Vanina estaba familiarizada previamente con las PD. Dos sobrinas de 25 y 18 años y un sobrino de 27 ya trabajan con aplicaciones de reparto y de transporte de personas. Además, tiempo atrás y por un breve período de dos meses trabajó brindando en moto el servicio de transporte de personas para Didi y allí se enfrentó a los estereotipos de género y a las actitudes de sospecha por ser una mujer al volante.
“V: y me pasaba que cuando me veían llegar decían: - ¡Uh! Es la primera vez que me subo a una moto con una mujer y yo no les contestaba nada, pero cuando se bajaban les decía: ¿Y, se notó mucho la diferencia? Se reían.”
Como hemos señalado en los apartados previos, saber conducir una moto es el resultado de un aprendizaje. Vanina aprendió a manejar, a escondidas, en su adolescencia.
“V: Yo ahora tengo una moto chiquita y están asociadas a las mujeres porque tienen caja semiautomática, es más fácil pasar el cambio, no tiene embrague, bah, sí tiene embrague, si apoyás el pie sin pasar el cambio y acelerás, ese es el embriague. Tuve una moto más grande, una 250, para manejarlas son iguales pero, obvio, no es lo mismo manejar un autito, un 147 que como mucho te levanta 120 km por hora que manejar una cherokee que puede ir a 300 km por hora , uno tiene dirección mecánica y otra tiene dirección hidráulica, una tiene caja automática y el otro no, hay diferencias y sin embargo, por más que el auto tenga una asistencia diferente para agarrar una curva, una curva es una curva, vos tenés que saber agarrarla igual, por más que vayas en un auto de alta gama o no. Con la moto pasa lo mismo.”
4.1 El ingreso al reparto
En Argentina las condiciones laborales y salariales de las y los trabajadores docentes han sufrido a lo largo de las últimas décadas procesos de deterioros muy importantes. Cuando la dedicación docente se amplía hasta desarrollarse a lo largo de toda una jornada y aun así el salario no es suficiente para cubrir los gastos de un hogar, actividades como las del reparto a través de app representan oportunidades cuya flexibilidad satisface los objetivos de las personas. La referencia en torno al carácter flexible de esta ocupación es un rasgo fundamental en la inserción de Vanina quien identifica el reparto como la única posible. Primero, en términos de conciliación con las tareas de cuidado en tanto elige el radio de trabajo manteniendo la cercanía con su hogar y con su hijo. Segundo, porque a diferencia de otras posibles inserciones en combinación con la principal, en este caso ella logra coordinar armoniosamente los tiempos de trabajo entre su actividad docente y el reparto a domicilio. Por último, esta ocupación le permite contar con ingresos inmediatos y con ello resuelve las urgencias económicas que se le van presentando.
“E: ¿Por qué elegiste este trabajo para complementar tus ingresos y no otra actividad? V: Primero porque es un horario de noche. Yo arranco a las 9 de la noche y termino a las 12:30. En ese horario no podés enganchar otro laburo que no sea ese, sí, por ahí de camarera. En otros trabajos tenés que trabajar entre 6 y 8 horas entonces yo no podría mantener el otro trabajo, en ese sentido digo que me da mayor flexibilidad horaria., tengo acá turnos de 3 o 4 horas. Yo elegí el turno de la noche porque durante el día trabajo en colegios, trabajo en los tres turnos, a la mañana, a la tarde y vespertino.”
Con su salario docente, a Vanina le resultaba imposible pagar sus cuentas, cubrir los pagos de la tarjeta de crédito, saldar las cuotas de un auto y pagar los materiales que compró para hacer arreglos en su casa. Por el modo en que organiza sus tiempos de trabajo con la aplicación y los ingresos que genera, proyecta continuar medio año más trabajando como repartidora.
“V: Hace 8 meses que trabajo por las noches en Pedidos Ya, en verano hice más turnos, ahora sólo trabajo en el turno noche y en San Miguel porque vivo cerquita, solamente me muevo en San Miguel centro. Empecé por la situación económica, ¿no?, por los sueldos, no hace que falta que te explique nada, cuál es la situación de los docentes, estoy con unos gastos extraordinarios en casa porque compré un auto y tengo que terminar de pagarlo, me faltan 9 cuotas, tuve que refinanciar tarjetas porque me cebé, como dicen los chicos, comprando materiales y cosas para la casa y se me hizo un choclo, por eso, pienso estar arriba de la moto, por lo menos, 6 meses más.”
La motivación principal de la permanencia en la actividad continúa siendo, como al comienzo, la necesidad de complementar ingresos. Sin embargo, tiempo después Vanina afirma que “ya no tiene la soga al cuello” y sigue haciendo repartos, para sostener otro tipo de gastos como regalos a su madre y una computadora para su hijo, posibilidad que, al igual que otras y otros trabajadores con motivaciones idénticas o diferentes, sólo encuentra en esta modalidad de trabajo.
“V: Hoy tengo muchas horas en la escuela, tengo más laburo, si bien los sueldos de los profes de la escuela secundaria están atrasados por la inflación, eso sigue siendo así, pero ya me saqué la soga del cuello (…) sigo sosteniendo esto sin la necesidad apremiante. Este fin de semana trabajo porque le quiero regalar a mi vieja la minipimer; en junio es el cumple de mi nene y todo lo que vaya haciendo en PedidosYa de acá hasta el 30 de junio es para comprarle una computadora nueva. Entonces voy con otra predisposición, trabajar con el peso en la espalda de la mochila y de saber que tenés que garantizar el plato de comida no es igual a trabajar con el peso de la mochila y ganar dinero para algo que no es una necesidad básica, entonces para mí en estos meses cambió eso.”
4.2 Poner el cuerpo
Trabajar repartiendo en moto o bicicleta representa para el cuerpo una exigencia muy importante. La expresión llevar el peso de la mochila en la espalda es utilizada más arriba de modo metafórico, pero también da cuenta de un acarreo y de una atadura entre el cuerpo, la moto y la mochila par quienes realizan el servicio. Ese compromiso corporal es constante, cuando portan la mochila, cuando buscan hacer equilibrio para que el contenido que trasladan no se derrame, cuando conducen, pero a la vez prestan atención al tránsito, a las señales y a los mensajes de la aplicación, cuando se accidentan. El sistema de bonos que las empresas de reparto implementan para aumentar los ritmos de trabajo e incrementar la cantidad de entregas en el menor tiempo posible es, desde el punto de vista de Vanina un aspecto que lleva a las y los trabajadores a exponer su vida. Los relatos que continúan aluden a sensaciones que sólo pueden experimentar quienes realizan el trabajo.
“V: Lo que pasa es que, si vas con mucho peso atado a la moto, cuando doblás se puede desequilibrar el peso y te caes, entonces te lo pones como mochila y eso hace que vos con tu propio peso equilibres, hagas contrapeso.
(…) Para doblar con la moto te tenés que tirar, la moto tenés que llevarla firme, en el sentido que cuando doblas, cuando manejas, no podés hacerlo con una sola mano, no podés boludear, tenés que tener la moto firme (…) por eso yo digo que la 110 incluso es más peligrosa que las motos grandes, no tiene la misma estabilidad, menos las scooters que no tienen estabilidad, motos que la gente dice “de mina” pero en ciertas ocasiones son más peligrosas que una moto grande (…)
La experiencia de explotación que tenés en este trabajo te lleva a exponer tu vida. Hace algunos meses dejé un pedido cerca de la estación de tren y antes de cruzar las vías, encuentro a un muchacho tirado al costado del cordón, lo atropelló un colectivo, me acerqué porque pensé que podía ser mi sobrino (…) Después mi sobrino me dijo, estamos de luto, se murió un compañero de Didi. Es que tanto en Didi como PedidosYa vos tenés que hacer tantos viajes para garantizarte tanta plata, por ahí te falta un viaje para lograr ese objetivo y por eso los pibes van a las corridas a dejar o a buscar a ese cliente antes que termine el horario y puedan cumplir con el bono (…)
Por ejemplo, para decirte un número, más de 5 pedidos, un bono de 3mil pesos más lo que ganas haciendo esos 5 pedidos. Si haces 8 pedidos, son 4mil, si hacés 10 pedidos son 5mil y después hay unos bonos imposibles, de 24 pedidos tanta plata y en un rango horario. Yo tengo la costumbre que cuando hay bono, laburo el bono, pero trato de ponerme un límite, un objetivo posible porque yo entiendo que mi vida vale más que pagar una tarjeta de crédito.”
En las expresiones de Vanina la actividad de reparto se sitúa en una experiencia de explotación que puede gestionar privilegiando su vida y no exponiéndose a los riesgos que el sistema de bonos promueve en las y los repartidores que, en el afán de cumplir objetivos quiméricos comprometen su salud y la vida. Ella puede tomar distancia y situar el reparto en un espacio de trabajo complementario que no abandona porque le genera beneficios y gestiona cuidándose.
4.3 Manejarse con reglas propias
En el análisis del trabajo de reparto se van entramando las condiciones laborales muy complejas que involucran el cuerpo y la vida con la posibilidad que tienen las personas de generar ingresos más o menos de modo inmediato y también soportes simbólicos que contribuyen a sostener la participación de las y los trabajadores en este campo. La libertad y flexibilidad son percepciones recurrentes y reenvían a una experiencia de soberanía en la propia organización del trabajo. No se trata de una soberanía plena, pero en ella se acentúan aspectos como no estar bajo la subordinación directa y próxima de otras personas, poder discontinuar los tiempos de la jornada laboral - situación que las mujeres vinculan con los cuidados - y, por último, las ideas de autonomía, libertad y flexibilidad suponen trabajadores que se valen por sí mismos y por ello se encuentran desvinculados de soportes institucionales, políticos, estatales, etc.
“V: Pero más allá de eso tenés una experiencia de libertad que no la tenés en otros espacios, un cierto margen de libertad, horarios flexibles no sé, elegir tus horarios, eso no lo tienen el resto de los trabajos Yo, por ejemplo, llego a la escuela y tengo que tener cierta vestimenta, hablar de cierta manera, no puedo decir malas palabras, si la directora me llama la atención tengo que decir - sí dire, disculpe- Y yo en Pedidosya me manejo con reglas propias; por ejemplo el otro día entregué un pedido en el country y el tipo me hacía señas para que me acercara y yo le dije que no iba a hacer con la motito 50 metros más, no, que se acerque y reciba el pedido. O que te den una propina de 20 mangos y yo les digo -No, tomá, esto es una miseria- O tener discusiones, bueno, en otro lado viste que el cliente siempre tiene la razón, bueno, acá no. Nunca es nada grave. Yo nunca tuve problemas y me manejo con mis reglas, ¿no? Hay lugares a los que no quiero ir y no voy; la ropa que te podés llegar a poner, yo voy cómoda porque tengo que trabajar en moto, parece que no, pero son ventajas en comparación con otro tipo de laburos. Quien trabajó 12 horas en un comercio como me pasó a mi cuando era piba o mucha gente que laburó en fábricas, con un patrón todo el tiempo atrás tuyo mirando lo que estás haciendo y lo que no, contándote el tiempo para comer, para ir al baño, acá tenés la posibilidad que te pausás y listo Yo sé que hay castigos, pero en todos los laburos de los cuentapropistas paso algo así, si un día no salís a trabajar no vas a tener dinero. A mí me dicen _vos estás loca ¿vas a comprar la tranquilidad que te da trabajar en el aula, la seguridad de un aula con la calle? - pero para la cabeza a veces es menos estresante manejar en la calle que laburar con 20 pibes.”
El carácter independiente del trabajo que se promueve desde diferentes plataformas digitales requiere ser analizado considerando el tipo de PD, la relación de las personas con el trabajo estándar o empleo típico asalariado; el género, los niveles salariales promedios asociados a los trabajos tradicionales, la especificidad de las trayectorias laborales de las personas, la relación de dependencia económica con la plataforma que puede ser muy estrecha o más laxa cuando se complementan ingresos; todas estas variables reenvían a experiencias muy particulares (Purcell y Brook, 2020) y necesitan ser consideradas en el análisis del fenómeno de las plataformas. Cuando analizamos la inserción de Vanina y sus reflexiones en torno a esta idea de independencia y libertad ella acentúa aspectos concretos que van complejizando y otorgándole mayores sentidos a la relación que establece con su trabajo complementario. Los horarios flexibles aluden a la percepción de una mayor libertad para gestionar el tiempo, decidir si trabajar más o menos, retirarse antes o no presentarse a trabajar. Desde su perspectiva estas actitudes tienen lugar tanto en las dinámicas de las PD como también en otras ocupaciones y modalidades de trabajo, por ejemplo, cuando el trabajo está inscripto en el cuentapropismo. Así, ausentarse del trabajo, llegar tarde, retirarse antes o pausarse conlleva un sistema de sanciones en las PD y también fuera de ellas en actividades que millones de personas realizan en Argentina; sanciones que las y los trabajadores adjudican a su propia conducta.
5. Reflexiones finales
El servicio de reparto a domicilio a través de las apps alcanzó enorme visibilidad en los centros urbanos, fundamentalmente desde la pandemia en el año 2020. Para muchas personas y sobre todo jóvenes, que no pueden hallar otros trabajos representa una oportunidad para generar ingresos y para que ya tienen empleo, el reparto es un modo de complementarlos. En este campo predominan relaciones laborales precarias, las empresas reclutan a las personas para prestar el servicio de reparto en calidad de socios emprendedores que se gobiernan a sí mismos o son sus propios jefes; desconocen la relación laboral con las y los trabajadores y promueven dinámicas para optimizar el servicio a través de un sistema de bonos o premios económicos que ponen en riesgo la salud y la vida de las y los repartidores. Además, distintos estudios muestran que el reparto a través de apps es una actividad que favorece la inserción laboral de los varones y que las mujeres constituyen una minoría. Estos últimos rasgos muestran que es una ocupación permeada por barreras de género. Tener una moto, contar con una cédula, haber aprendido a conducirla, moverse en el tránsito urbano, ocuparse de su mecánica, son, entre otras, habilidades que la sociedad les asigna a los varones. Al mismo tiempo, las mujeres y disidencias que sí ingresan a la actividad y se desplazan tanto en bicicleta como en moto sufren el acoso y la violencia callejera; evitan los horarios nocturnos y cuando las tienen, las responsabilidades del cuidado les restringen participar de las franjas horarias más redituables (García, 2023). Las barreras de género condicionan la participación de las personas en el trabajo. En ese marco, la oferta laboral de las PD se inscribe en las relaciones de género y en procesos de segregación laboral muy persistentes.
En este trabajo nos propusimos reconstruir la trayectoria laboral de Vanina, una repartidora en moto para PedidosYa, madre de un hijo de 12 años con quien compone un hogar monoparental, es la única proveedora del mismo, es profesional universitaria, trabajadora calificada y asalariada formal que complementa ingresos con esta ocupación. Nos interesó fundamentalmente conocer con qué motivaciones se incorpora a una actividad masculinizada; con qué recursos lo hace; cómo incorporó habilidades “de varones” y dar cuenta con ello de una transgresión de las barreras de género.
La incorporación de habilidades y de saberes prácticos supone un proceso de largo plazo que se inicia en la niñez y en el cual su familia, en particular, sus padres ocupan un lugar muy importante y por ello en este trabajo comenzamos el análisis incluyendo algunos fragmentos de sus recorridos laborales. De esta forma señalamos las múltiples relaciones que conectan el mundo del trabajo y el mundo familiar y los cruces, tensiones y negociaciones entre esas esferas y sus imbricaciones en la vida cotidiana. Las ocupaciones que mayor tiempo desempeñaron los padres de Vanina expresan la división social y sexual del trabajo: el empleo doméstico remunerado para ella y el recapado de neumáticos en un taller /gomería para él. Sin embargo, la carrera de su madre muestra un mayor número de ocupaciones y cuando fallece su marido, complementa ingresos trabajando como limpiadora de vidrios en altura en edificios de la Ciudad de Buenos Aires, ocupación que para Vanina convierte a su madre en una heroína, que no le tiene miedo a nada. El taller de recapado de neumáticos es contiguo a la vivienda familiar de modo que para esta familia los límites que separan la vida doméstica y la ocupación del padre de familia son exiguos. El taller representa un lugar de trabajo, pero también de cuidados que su padre brinda a su hija cuando queda a su cuidado. En ese espacio le asigna responsabilidades, el cuidado de las herramientas, le enseña sus usos y la entrena para que las reconozca y pueda asistirlo en sus tareas. De esa manera esta niña aprendió algunas habilidades que los varones implementan también cuando trabajan. En la adolescencia, Vanina aprendió a manejar, a escondidas, porque no pudo lograr que su padre le enseñara y para ella esto se debe a una actitud machista. Estos aspectos que recuperamos aquí muestran trayectorias generizadas, pero al examinarlas a la luz de las dinámicas familiares arrojan una lectura más compleja que escapa a las simplificaciones. Las trayectorias laborales se inscriben en la división social y sexual del trabajo, también en las dinámicas familiares y en su transcurrir suceden deslizamientos a veces buscados otras, de manera contingente que corren y debilitan las barreras de género.
Por su parte, cuando nos concentramos en la trayectoria laboral de Vanina, volvemos a encontrarnos con múltiples itinerarios, al igual que la trayectoria de su madre; inserciones que comienzan en la adolescencia, superposición de empleos y actividades por cuenta propia que ella sostiene a la par de sus estudios secundarios primero y de su carrera universitaria después. Acercarnos y conocer esos itinerarios nos permitió ver de qué modo esta carrera laboral va tomando una forma propia como resultado también de acontecimientos significativos que moldean esa experiencia laboral como la muerte de su papá, el ingreso a la universidad y la maternidad. Su título universitario hizo posible el acceso a un trabajo asalariado estable y formal, pero estas condiciones resultaron insuficientes en coyunturas económicas y familiares que le exigen desafíos mayores como el de sumar, en el último año la actividad del reparto a domicilio.
Por último, abordar el trabajo de reparto desde la perspectiva de una trabajadora nos permitió recuperar la fuerza de esos primeros saberes generizados sin los cuales esa inserción se vuelve más ajena, lejana, menos asible. Pero también, conocer la experiencia laboral de Vanina y su trabajo de repartidora o el modo en que ella problematiza esta ocupación nos devuelve otros registros de la actividad. Vamos a recuperar aquí cuatro aspectos.
Uno de ellos refiere a la flexibilidad y autonomía como un valor y una motivación que, por lo general, las y los trabajadores recuperan como aspectos virtuosos del trabajo en las PD. Desde su perspectiva estos elementos también son valorados positivamente, de hecho, en un período de encrucijada económica, depreciación del salario docente y de imposibilidad de complementar ingresos con otra tarea porque tiene ocupadas todas las horas del día en su actividad docente, el reparto le abre una oportunidad única, un ingreso semanal, una organización del tiempo, la conciliación con los cuidados y un margen de aplicación de reglas propias que varían entre qué pedido entregar o no, qué vestimenta utilizar, qué actitud de los clientes no aceptar. Señalamos en la introducción de este artículo que el mismo se inscribe en un enfoque crítico que discute con la narrativa convencional que destaca un conjunto de ventajas de las PD, entre ellas, la flexibilidad horaria, rasgo al que preferentemente las mujeres le otorgan un sentido positivo en tanto les permite combinar el trabajo remunerado con las labores domésticas y de cuidado. Al respecto, en el análisis que presentamos pudimos dar cuenta de este aspecto en tanto la protagonista de esta trayectoria laboral enfatiza que el trabajo en la PD facilita en su vida cotidiana y laboral la conciliación con los cuidados y con el trabajo principal.
De este modo, la flexibilidad es repuesta como un aspecto virtuoso, pero, en un conjunto más amplio y complejo de características que sitúan nuestro análisis en un enfoque crítico que señala en particular a esta ocupación en el marco de formas renovadas y agravadas de explotación y precarización laboral.
Un segundo aspecto está vinculado con las barreras de género y de qué modo éstas alcanzan en su actividad a la trabajadora. Desarrollar el trabajo de reparto en una moto en el marco de los obstáculos que enfrentan las mujeres para ingresar a esta ocupación ilustra una transgresión. Sin embargo, los desplazamientos para desarrollar su trabajo están limitados por la búsqueda de seguridad y por ello sus recorridos se circunscriben en general a un radio céntrico en el que se siente más segura; además esta decisión está relacionada con los cuidados hacia su hijo del que necesita estar cerca y si es necesario pausarse y llegar rápidamente hasta su casa.
En tercer lugar, es frecuente desde una perspectiva crítica señalar que las y los trabajadores están sujetos a un sistema de sanciones y de control del algoritmo en tanto detecta cuando las y los repartidores se pausan o no se conectan a la aplicación. Al respecto, Vanina señala que por fuera de las PD las y los trabajadores que se desempeñan en el cuentapropismo están habituados históricamente a las consecuencias económicas que tiene el ausentarse del trabajo o no cumplir con el mismo, de allí que el trabajo en las PD y esta modalidad de control no representa una novedad y no los interpela como un mecanismo novedoso. Por último, el reparto en moto es una ocupación que le exige a las y los trabajadores un enorme compromiso de sus cuerpos que resultan entrelazados con las motos, las mochilas y la atención en la aplicación. En particular ella señala de qué modo el sistema de bonos o recompensas económicas de las PD lleva a las y los trabajadores a exponer sus vidas y en ese sentido las PD los deshumanizan en un marco de absoluta desprotección laboral.
Para terminar estas reflexiones finales, incluimos un fragmento de una conversación con Vanina en el que describe un encuentro fugaz en un semáforo entre ella y un compañero repartidor, podemos considerarla como una interacción pasajera que le restituye la humanidad que el sistema les sustrae a estas y estos trabajadores.
“V: Anoche (miércoles) a las 22:30 hs venía de trabajar del colegio, porque tuve FINES, que entre paréntesis tuve una clase hermosa así que salí muy contenta. Llegué a San Miguel, pasé a comprar unas empanadas para llevarle a mi nene, me crucé con un pibe de PedidosYa y cuando nos paramos en el semáforo, nada, también habría podido mirarlo y seguir mi camino, sin embargo, subí el visor del casco y le dije: -Amigo ¿Cómo viene la mano hoy? ¿Hay laburo? - Él me contestó: -Más o menos, hay laburo, pero está medio parado. Nos despedimos con un bocinazo y seguimos, no puedo ser indiferente, a pesar de venir de mi otro laburo, contenta con mi trabajo, pero no puedo ser indiferente a ese pibe de mochila que cruzo, es un compañero. Le tengo que preguntar cómo está, cruzar unas palabras, interpelarlo, es un compañero.”
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Infobae (6/07/2017) Mujeres y motos: las dos ruedas ya no son sólo masculinas. https://www.infobae.com/autos/2017/07/06/mujeres-y-motos-las-dos-ruedas-ya-no-son-solomasculinas/
La Caja (2023) Movilidad con Perspectiva de Género: sólo 28% de las licencias emitidas son de mujeres https://100seguro.com.ar/movilidad-con-perspectiva-de-genero-solo-28-de-laslicencias-emitidas-son-de-mujeres/
Página 12 (13/09/2023) El pibe rappi y el reino de Milei https://www.pagina12.com.ar/587555el-pibe-rappi-y-el-reino-de-milei
AIL Agencia de información laboral (8/03/2021) Las mujeres que trabajamos en plataformas digitales también somos trabajadoras. ¡Únete a nuestra lucha! https://ail.ens.org.co/opinion/lasmujeres-que-trabajamos-en-plataformas-digitales-tambien-somos-trabajadoras-unete-a-nuestralucha/
Diario Efecto (abril 2024) https://diarioefecto.com/2024/04/04/jueves-marcha-justicia-porcamilo-san-miguel/
La Razón (23/10/2022) «Riders»: mapa de la regulación para plataformas de reparto en el mundo. https://www.larazon.es/economia/20221023/j2q5rhnhr5d4niqm2ufuebuiim.html
Informes
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La Caja (2022) Movilidad con Perspectiva de Género. Disponible en https://seguros.lacaja.com.ar/prensa/novedades/nuevos-datos-en-la-investigacion-realizada-porla-caja-sobre-movilidad-con
OIT (2020) Delivery en pandemia: el trabajo en las plataformas digitales de reparto en Argentina Nota técnica. http://publicaciones.srt.gob.ar/Publicaciones%20Ext/A064.pdf
OIT no está el año EL TRABAJO EN LAS PLATAFORMAS DIGITALES DE REPARTO EN ARGENTINA El modelo de negocio http://oit.org/wcmsp5/groups/public/---americas/---rolima/---ilo-buenos_aires/documents/publication/wcms_767050.pdf
OIT Mourelo Elba (2020). El trabajo en las plataformas digitales de reparto en Argentina: Análisis y recomendaciones de política Resumen ejecutivo https://webapps.ilo.org/wcmsp5/groups/public/---americas/---ro-lima/---ilobuenos_aires/documents/publication/wcms_759901.pdf
OIT (2021) Perspectivas Sociales y del Empleo en el Mundo El papel de las plataformas digitales en la transformación del mundo del trabajo file:///C:/Users/mgarc/Downloads/wcms_823119.pdf
Ministerio de Transporte de la Nación (2023) Principales indicadores de seguridad vial con perspectiva de género en Argentina. Reducción informe “Seguridad Vial con Perspectiva de Género https://www.argentina.gob.ar/sites/default/files/2018/12/ansv_informe_indicadores_seguridad_v ial_perspectiva_genero_marzo_2023.pdf
Notas