Artículos de investigación
Recepción: 19 Septiembre 2023
Aprobación: 01 Diciembre 2023
Publicación: 01 Julio 2024
DOI: https://doi.org/10.36677/qret.v26i2.22021
Resumen: La globalización, así como el capitalismo han sido modelos que han sido expandidos y replicados a través del tiempo y fortalecidos con diversas lógicas como la patrimonialización del discurso. Sin embargo, coexisten otras realidades que han sido fortalecidas y protegidas por las personas que las replican, en la Sierra Nororiental de Puebla, México existen diversos modelos alternativos del Ser y Estar, se planteó como objetivo conocer las formas de vida y subsistencia de la cooperativa de mujeres Masehual Siuamej Mosenyolchicauani. Se indagó a través del método etnográfico, acompañado de la observación participante de 2022-2023. Identificando que las 100 mujeres que participan en la organización se encuentran integradas en sus diferentes proyectos. Asimismo, implementan diversos principios de la ESS, y el Buen Vivir, en los cuales la reciprocidad, la equidad y el respeto se ven reflejados en sus prácticas, tanto con sus semejantes como del entorno físico que las rodea.
Palabras clave: Buen Vivir, economía social y solidaria, Cuetzalan.
Abstract: Globalization like capitalism has been a model that has been expanded and replicated over time and strengthened with various logics such as the patrimonialization of discourse. However, other realities coexist that have been strengthened and protected by the people who replicate them. In the Northeastern Sierra of Puebla, Mexico, there are various alternative models of being. The objective was to understand the ways of life and subsistence of the cooperative of women Masehual Siuamej Mosenyolchicauani. It was investigated through the ethnographic method, accompanied by participant observation from 2022-2023. Identifying that the 100 women who participate in the organization are integrated into its different projects. Likewise, they implement various principles of the SSE and Good Living, in which reciprocity, equity and respect are reflected in their practices, both with their peers and the physical environment that surrounds them.
Keywords: Good living, Social and Solidarity Economy, Cuetzalan.
Introducción
Dentro de las lógicas del desarrollo, y su expansión replicada a través de instituciones, tanto nacionales como internacionales, se han diseñado instrumentos para la medición del bienestar social desde una perspectiva economista. Estos indicadores, como el producto interno bruto (pib) per cápita; el índice de Gini, medidor de desigualdad; índices de marginación social u otros, son utilizados para definir el nivel de pobreza de distintas poblaciones. Tal como lo refiere la Oficina Internacional del Trabajo (2018), los pueblos indígenas son los más vulnerables debido a que representan cerca del 15 % de la población total pobre del mundo; de los más de 370 millones de personas indígenas en el mundo, el 80 % se encuentran en Asia y el Pacífico.
Para el caso de México, los pueblos indígenas representan cerca del 10% de la población total, es decir, poco más de 12 millones de personas, mismas que se encuentran en situación de pobreza. La Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares (enigh) señala que siete de cada diez personas hablantes de lengua indígena se encuentran en situación de pobreza, casi duplicando la cifra respectiva para no hablantes (74.9 % frente a 39.4 %); en el caso de pobreza extrema el dato es seis veces mayor (35.6 % frente a 5.6 %) (inegi, 2018). Principalmente, la población indígena se concentra en los estados de Chiapas, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Oaxaca, Puebla, Veracruz y Yucatán.
En ese sentido, el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (coneval) refiere que, para el año 2022, en México, del total de la población en situación de pobreza el 56.8 % se encuentra en el medio rural, siendo un aproximado de 16.6 millones de personas; mientras que, en el ámbito urbano, es de 40.1 %, es decir, 39 millones de personas. Considerando que es en las ciudades en donde habita la mayor parte de la población, la cifra de pobres en el medio rural resulta mayoritariamente alta con respecto a su población. Aunado a ello, en el medio urbano hay un 6.1 % de población en pobreza extrema; mientras que en el medio rural se encuentra un 16.7 % (coneval, 2023).
No obstante, estas mediciones, aunque útiles por su cercanía con la realidad de los pueblos originarios, dejan sesgos que simplifican y limitan elementos intangibles, como las percepciones, cosmovisiones, saberes-hacer y prácticas que no son cuantificadas debido a la carencia del rigor científico. Tal como lo mencionan Cano et al. (2009), la ciencia occidental se ha institucionalizada como vía para llevar el desarrollo a todos los espacios posibles.
El presente artículo está organizado en siete apartados. En el primero se exponen los elementos que dan cuenta sobre ser mujer en la ruralidad mexicana, situación polarizada por indicadores macroeconómicos. Dando continuidad, se retoma la Economía Social y Solidaria (ess) como horizonte a las problemáticas que abaten los espacios rurales. En el siguiente apartado se exponen los métodos y las herramientas que ayudaron a comprender la organización con la que se realiza el estudio. En el cuarto apartado se encuadran parte de los resultados encontrados en el estudio de caso con la Masehual Siuamej Monseyolchicauani, así como su organización e integración. En el quinto apartado se explica cómo es que las mujeres trabajan desde las lógicas de la ess y el Buen Vivir. En el penúltimo apartado, correspondiente a las conclusiones, se exponen tanto las limitantes como los horizontes de la investigación; para finalizar se reconoce a las mujeres de la organización.
Mujeres en el medio rural mexicano
El campo mexicano ha estado en crisis desde mediados del siglo xx, situación que se ha agudizado con el paso del tiempo. La agricultura se insertó en el mercado global trayendo consigo grandes desventajas a la población rural, desarticulando las actividades agropecuarias, en donde la agricultura familiar dejó de ser el soporte de la economía campesina.
Actualmente, los habitantes de las zonas rurales e indígenas participan en una multitud de actividades económicas para complementar los gastos económicos de sus hogares, de tal suerte que el empleo rural en el país “ha pasado de ser esencialmente agrícola a desempeñarse predominantemente en los sectores secundario y terciario” (Carton de Grammont, 2016, p. 53). Pero los problemas económicos no son los únicos que han afectado a los habitantes de las zonas rurales, ya que en los últimos años ha prevalecido el aumento de la violencia generalizada; situación que se agudizó en las zonas rurales por diversos factores como la dispersión poblacional y la desatención a la inseguridad, por mencionar algunos (Chávez, 2017). En ese marco, se han propiciado escenarios con fracturas en la cohesión y organización social, la solidaridad, las Buenas Prácticas de Manejo (bpm) y la no valorización de los saberes-hacer. Llevando a las personas que habitan en el medio rural a un punto de no retorno respecto a su identidad territorial.
Aunado a dichas coyunturas estructurales, se ha propagado un discurso homogeneizador que guía pensamientos y acciones, con un mayor ímpetu desde mediados del siglo xx. Remarcando dicotomías involucradas con cuestiones de dominación civilizatoria del medio urbano sobre el medio rural; delimitando a las ciudades con calificativos como lo moderno, lo civilizado, lo objetivo, lo racional, entre otros; y al campo con lo contrario. Lutz (2017) indica “esta hegemonía subliminal de una civilitas urbana se ha venido manifestando a través de una percepción negativa y sesgada de las poblaciones rurales” (p. 16).
Dentro de los grupos y subgrupos creados en la estratificación social aún coexisten otras minorías que son mayormente abatidas por las lógicas tanto de colonización como de despojo. A pesar de la diversidad existente, el presente estudio se centra en las mujeres indígenas, quienes de acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (inegi), en el año 2020 representaban el 46.7 % del total de la población indígena. Dentro del mismo ejercicio aplicado, se evidenció que existe un mayor rezago educativo respecto a los hombres, con 0.4 % por debajo del promedio de escolaridad; asimismo, resalta un 11.1 % de mayor analfabetismo respecto a la población masculina (inegi, 2022).
Dando continuidad, de acuerdo con el Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres) durante el año 2021, en México, 29.1 millones de mujeres indígenas vivían en situación de pobreza, es decir, el 44.4 % de todas las mujeres residentes del país. Además, cuatro de cada diez mujeres en el país se encontraban en situación de pobreza; para el caso de las mujeres indígenas, siete de cada diez viven en esta condición (Inmujeres, 2021).
Con relación a los datos mencionados, se observa que la pobreza guarda proporciones mayores en la población rural e indígena en comparación con la de zonas urbanas, agudizando en mujeres, al ser un sector con mayor probabilidad de vulnerabilidad. Rhodes (2016) señala que las mujeres son más vulnerables a la pobreza, poseen menos recursos y tienen menos poder de decisión que los hombres, por lo que desde la perspectiva de género el ser mujer rural e indígena trae consigo mayores desventajas.
Por consiguiente, el ser mujer dentro de la ruralidad representa problemáticas estructurales y sistémicas, que se agudizan con el paso de los años. Una arista más, a las agregadas históricamente, es la migración, la cual se da principalmente por el género masculino, lo que provoca que, en mayor medida, las mujeres se queden en los territorios; generando un aumento en su participación económica, situación que no necesariamente implica una mejora para ellas. Incluso, propicia una sobrecarga de trabajo debido a una mayor extensión o intensidad de la jornada laboral, multiactividades, ingresos y condiciones laborales precarias, así como mayor desgaste físico (López y Rojas, 2017). En ese marco, las mujeres que habitan los espacios rurales han diversificado sus actividades económicas, transitando al sector terciario principalmente. Es decir, se han insertado a trabajos asalariados que, en la mayoría de las ocasiones, carecen de las condiciones mínimas de estabilidad laboral, seguridad social, entre otras.
Además de las consecuencias sociales, económicas y estructurales que atraviesan las mujeres indígenas, se adhieren situaciones ambientales relacionadas con los megaproyectos, las tensiones por las tierras rurales y el interés de las mineras trasnacionales (Valladares de la Cruz, 2017). Sin embargo, en la Sierra nororiental de Puebla, existe una creciente defensa del territorio por parte de habitantes del lugar, cooperativas, centros comunitarios y asociaciones. Dichos colectivos han frenado proyectos hidroeléctricos y turísticos que afectan la biodiversidad y bienestar del territorio (Hernández Hernández, 2018; Massieu Trigo, 2017; Sámano Rentería, 2017).
Los estudios basados y centrados en los indicadores económicos brindan una parcialidad de la realidad total de los espacios rurales, ya que existen percepciones, símbolos, lenguajes y creencias que no pueden ser tangibles. Desde dicha lógica, la organización Masehual Siuamej Mosenyolchicauani es considerada como un referente, ya que las mujeres indígenas que la integran se han fortalecido dentro y fuera de sus territorios (física y geográficamente); a través de la colectividad y la cohesión social han enfrentado las problemáticas que acontecen en sus entornos inmediatos y que les perjudican como mujeres indígenas. Sin embargo, esta búsqueda del bienestar ha sido acompañada por una noción distinta, desde lo que en la academia y otros espacios se denomina como el Buen Vivir y la ess, las cuales son compatibles con el cuidado y preservación de su entorno. Cabe aclarar que estas categorías son la base teórica para esta investigación.
La ESS como referente alternativo para los espacios rurales
La Economía Social y Solidaria (ess) se conceptualiza de acuerdo a su nivel de aplicación, orientación de análisis u objeto de estudio. No obstante, en su ejecución se coincide que es un medio para subsanar o sanar las diversas problemáticas, sociales y económicas de los espacios donde es aplicada. La Red Intercontinental de Promoción de la Economía Social Solidaria (ripess) menciona que la ess surge como alternativa ante el modelo de producción capitalista, ya que tiene la finalidad de co-crear espacios de arraigamiento y pertenencia para quienes la implementan; asimismo, recomienda que sea en su ejecución comunal y cooperativa (ripess, 2015). La ess se describe como una forma de organización de la vida económica, de lo local a lo global. Es una forma ética, recíproca y cooperativa de consumir, fabricar, financiar, sustituir, comunicar, educar y expandir que desarrolla una nueva forma de pensar y vivir.
La ess tiende a transformar desde a) valores de cooperación y solidaridad; b) seguridad alimentaria y empoderamiento de los pequeños agricultores; c) cobertura universal de salud; d) desarrollo económico local; e) satisfacción plena de las necesidades de todos como eje de la creatividad tecnológica y la actividad económica; f) el bienestar y el empoderamiento de las mujeres; g) la transición de la economía informal al trabajo digno; h) la ecologización de la economía y la sociedad; i) la búsqueda de una relación de intercambio respetuosa con la naturaleza; j) las ciudades sostenibles y la liquidaciones; y k) finanzas transformadoras (Bouchard y Lévesque, 2010; Dubcová et al., 2016).
Castelao (2016) menciona que, la ess contribuye a la generación de empleo, inclusión social y desarrollo de las comunidades. Su injerencia se ve reflejada desde la lógica del Buen Vivir, bienestar, desarrollo democrático, responsabilidad individual y colectiva que parte de algunos países (Bolivia, Ecuador, Perú, y Canadá). Por otra parte, a la ess se le conoce por algunos sinónimos de acuerdo a los espacios geográficos de actuación como: economía del trabajo, economía popular, economía plural, economía informal (Bouchard y Lévesque, 2010; Castelao, 2016; Dubcova et al., 2016).
Aunado a ello, algunos de los principios que se plantean en la ess son: solidaridad, ética, procesos de desarrollo territorial solidario e integral, gestión participativa, comunalidad, redistribución, reciprocidad, gobernanza, democracia, humanismo, subsidiariedad, creatividad, desarrollo humano, cooperativismo y autogestión (Bouchard y Lévesque, 2010; Castelao, 2016; de Abreu et al., 2019; Dubcová et al., 2016; ripess, 2015).
La ess tiene un efecto multi y transdisciplinario (experiencia de cada territorio y cada crisis), por lo que es considerada como una alternativa y un modelo de referencia para aminorar las crisis del campo mexicano, las cuales se han agravado desde mediados del siglo xx, complejizándose con el paso del tiempo. A pesar de las inclemencias para los espacios rurales, se han creado movimientos que han brindado soporte a la movilización y la organización de campesinos, cobrando fuerza desde finales de la década de los sesenta del mismo siglo, tal como lo refiere Martínez Borrego (2005), con la creación y coordinación nacional del movimiento campesino emergente surgieron diversas organizaciones campesinas que buscan la coordinación orgánica, el intercambio de experiencias, el apoyo mutuo y una vinculación con otras fuerzas populares.
Por tanto, dichas formas de organización y coordinación en el medio rural han surgido como una oposición al régimen; reclaman y exigen el cumplimiento de sus derechos básicos, pero también se presentan como mecanismos de apertura para la participación social. Lutz (2017) señala que es un llamado a la organización para asegurar el bienestar social bajo un contexto de descentralización administrativa y reducción de las prerrogativas del Estado.
Metodología
Para el trabajo de investigación se implementó el método etnográfico. La etnografía ofrece bondades que otros métodos de investigación no, ya que se centra en las formas de habitar, pensar, imaginar, actuar, y dar significado a las acciones de los actores a investigar. Es decir, es el método que se impregna, entra al mundo de los actores para conocer, describir y comprender su realidad. Se hizo uso de las herramientas propias de dicho método como la observación participante, para conocer las prácticas y los significados de las mujeres que integran a la Masehual Siuamej Mosenyolchicauni, es decir, de qué manera el significado de estas prácticas cobra sentido para ellas (Restrepo, 2016).
Asimismo, se trabajó con el método de estudio de caso para identificar procesos, conductas, acciones, significados y condiciones dentro de la organización. La ventaja de los estudios de caso es que no se limitan en creatividad y originalidad. Sin embargo, dicha bondad, se convierte en desventaja por ser calificados como poco claros y superficiales. Giménez y Heau (2014) señalan las paradojas de los estudios de caso: por un lado, gozan de larga data en las ciencias sociales debido a que sus orígenes están fincados en las proposiciones de grandes sociólogos y estudiosos de tales ciencias. Por otro lado, son arduamente criticados por ser considerados poco fiables científicamente. Aunado a ello, dicha paradoja se profundiza cuando se tiene en cuenta que gran parte de los conocimientos del mundo empírico se generaron a partir de estudios de caso, por lo que no se puede negar y perder de vista su importancia para la ciencia (Giménez y Heau, 2014).
Entre los instrumentos utilizados se implementaron: diario de campo y aplicación de entrevistas semiestructuradas, las cuales fueron grabadas para su posterior transcripción y conservación fiel de la información. El trabajo de campo y de acción se realizó de 2022 a 2023 con algunas de las integrantes de la cooperativa, mediante diversas visitas a la organización de mujeres.
El estudio se realizó en el estado de Puebla, México, específicamente en el municipio de Cuetzalan del Progreso, el cual se ubica en la parte oriental de la Sierra. Es el tercer centro económico, político y social más importante de esta zona, después de Teziutlán y Zacapoaxtla. Sus límites son: al sur con los municipios de Libres, Ocotepec, Cuyoaco y Tepeyahualco; al este con los estados de Hidalgo y Tlaxcala; al oeste con Veracruz, al norte con Veracruz e Hidalgo (imagen 1).
Contexto de la cooperativa Masehualsiuamej Mosenyolchicauani
Cuetzalan ha sido un espacio de resistencia con diferentes matices en su ejecución; resultado de ello es la forma en que se han preservado las lenguas indígenas. El 64 % de la población, es decir 29,261 habitantes, hablan náhuatl y una minoría habla totonaco. En el contexto de identidad territorial, Masehual Siuamej Mosenyolchicauani en náhuatl significa mujeres indígenas que trabajan juntas o que se apoyan. Esta organización nace en 1985 siendo parte de la Cooperativa Agropecuaria Regional Tosepan Titataniske, la cual tiene una relevancia dentro y fuera de la región.
Las mujeres al formar parte de la cooperativa de Tosepan se percataron que no estaban siendo incorporadas en la toma de decisiones dentro del proyecto ni en la parte financiera; aunado a ello, eran minimizadas por el hecho de ser mujeres, lo que las llevó a tomar la decisión de separarse de Tosepan en 1990. Después de un año de esfuerzos y de trabajo colaborativo, reinician su organización de manera independiente, constituyéndose legalmente como Sociedad de Solidaridad Social (sss), teniendo como principal objetivo que las mujeres integrantes tengan acceso a una vida digna, a través de la creación de fuentes de empleo, la difusión y conservación de su cultura indígena, así como la generación de recursos propios para cubrir gastos cotidianos y mantener su autonomía (Masehual Siuamej Mosenyolchicauani, 2016).
Para el año 2022, la organización agrupaba a cien mujeres indígenas de origen náhuatl, de seis juntas auxiliares del municipio de Cuetzalan del Progreso: San Andrés Tzicuilan, San Miguel Tzinacapan, Cuauhtamazaco, Xiloxochico, Pepexta y Chicueyaco. Cabe destacar que, desde su constitución ética y legal, su prioridad han sido las mujeres que integran el proyecto. Sin embargo, con el paso de los años, las condiciones de género han permitido que los hombres se incorporen, en ese mismo año, había cuatro socios varones, esposos e hijos de ellas.
Cabe mencionar que, desde su creación, la organización ha sido liderada y gestionada por mujeres. La idea inicial de la cooperativa fue la comercialización de artesanías, sin embargo, con el paso de los años su proyecto fue ampliándose para sumar ideas e iniciativas, una de ellas fue el ecohotel: Taselotzin, reflejo de la bioarquitectura, ya que mezclan ideas heredadas por sus antepasados combinadas con las necesidades de los turistas.
De igual manera, el hotel funciona como un espacio para asambleas, comercialización de artesanías, encuentros turísticos (Tejiendo nuestras vidas) y la generación de emprendimientos herbolarios de la organización. Esta ha transitado a espacios de reflexión, los cuales han permitido reapropiarse tanto de sus cuerpos como de los espacios que habitan. Esto ha dado impulso y fortaleza a otras iniciativas co-creadas como: la Casa de la Mujer Indígena (cami) y la publicación del libro Hilando nuestras historias: El camino recorrido hacia una vida digna.
La organización opera bajo una lógica de horizontalidad interna en la que tienen una Asamblea General (figura 1), la cual funge como un órgano de representatividad. En dicha asamblea se eligen a las representantes de los comités comunitarios; también se discuten los asuntos de operatividad de la organización, así como los problemas o dificultades a los que se enfrentan día con día, la rendición de cuentas de cada proyecto e informes financieros, evaluaciones, planeaciones, salida o entrada de socias, cambios en la mesa directiva de la sociedad —estos se realizan cada dos años—, entre otros asuntos generales, por lo que deben de estar presentes todas las socias en estas reuniones.
La ESS en la Masehual Siuamej Mosenyolchicauani un proyecto en construcción
De acuerdo con Vargas (2012), cualquier fenómeno social físico debe tener una expresión territorial, no obstante, también el territorio se entiende como un espacio compuesto por elementos que van más allá de lo geográfico. En ese sentido, el término es más amplio que el de espacio físico, ya que combina el medio físico natural y el ordenado o humanizado, incluyendo a las personas que se apropian de él. Bajo dicha perspectiva las mujeres se han organizado para buscar el bienestar social de sus integrantes, así como en la transformación de su posición familiar y en la comunidad.
Para entender cómo las mujeres de la organización comprenden, apropian y generan el bienestar social, es necesario alejarse de las conceptualizaciones meramente económicas del desarrollo, en donde este, es entendido como crecimiento económico, bajo los esquemas de la teoría económica neoclásica relacionado a variables cuantitativas por medio de indicadores de desigualdad, pobreza, y medición del pib, entre otros. Además, dicha noción de desarrollo privilegia los fundamentos del crecimiento industrial urbano sobre lo rural, aumentando así las brechas de desigualdad y no resolviendo problemáticas urgentes de la población que habita en el campo.
Es por ello que, se plantea la ESS como horizonte para comprender las cualidades propias de la organización y su impacto a nivel comunitario. Las mujeres de la Masehual Siuamej operan bajo una lógica distinta a la noción capitalista de acumulación, se orientan en la maximización de sus propias capacidades en beneficio de todas y para su comunidad desde lo que el entorno mismo les provee.
Una conceptualización que recupera tales elementos es la ideal de El Buen vivir, Sumak kawsay (quechua) y con el Suma qamaña (guaraní). Que, en términos generales, significan la vida en plenitud. Esta perspectiva es una alternativa del desarrollo debido a que se plantea como una forma de organización económica social y cultural distinta al modo de vida occidental. En donde la producción está orientada hacia los valores de uso (Cardoso-Ruiz et al., 2016).
Cabe mencionar que, la idea del Buen vivir es un proyecto en construcción, no una conceptualización única y unívoca de determinado lugar, comunidad o pueblo originario. Si bien, se ha ligado con el pueblo quechua y los guaraníes, principalmente, esta noción es recuperada por el pensamiento de los pueblos del Abya Yala.
Entre los elementos que componen la idea del Buen Vivir se encuentran: la armonía y el respeto a la naturaleza; la procuración de la libertad; la felicidad; la reciprocidad; el festejo en comunidad; y la colectividad. Asimismo, significa saber existir y cohabitar bajo una lógica de respeto en la que se tiene en cuenta la cosmovisión y los otros distintos modos de vida (Cardoso-Ruiz et al., 2016).
Con respecto a las integrantes de la Masehualsiuamej Mosenyolchicauani, el buen vivir se expresa como:
[...] Me encanta este espacio de naturaleza, yo soy muy amante de las plantas, de los árboles y de los animales, entonces me encanta estar en este lugar pero siempre me gusta lo que hago, cuando hacía mis artesanías me encantaba el bordado, yo nunca lo vi como un trabajo pesado, yo siempre lo vi como un arte y que tenía que tener creatividad para hacerlo, con mi corazón, con amor, y siempre les decía a mis compañeras, hagan las cosas con amor para que les salgan bien. (R. Villa, comunicación personal, julio de 2022)
Con respecto a la idea de comunidad y lazos de reciprocidad de la ess:
[...] Aquí la gente crece sabiendo de organización, en la comunidad siempre se organiza, una mayordomía pues tiene que tener organización, tiene que haber coordinación, tiene que haber participación, ayuda de todos, solidaridad, y ¿quiénes lo hacen?... la gente indígena, la gente coyome esa no quiere desembolsar de su dinero, la gente que chilla a su dinero y la gente más pobre, de escasos recursos es la que lo da todo, entonces yo siento que, por eso, que la gente que nace y crece sabiendo de organización comunitaria tiene diferentes formas de integración. (R. Villa, comunicación personal, julio de 2022)
Coraggio (2016) menciona que la solidaridad, desde la ess, es un valor moral supremo en el que se reconoce a los otros, velando por el interés propio. Pero también a cooperar, a sumar recursos y responsabilidades, a proyectar colectivamente. Oulhaj y Juárez (2019) señalan que este valor se aprende y construye en el desarrollo de su curso de acción, pues las mujeres refieren que dentro de la organización han aprendido y se han beneficiado más allá de lo económico:
[...] La organización por medio de las reuniones de estar aquí, fui entendiendo y pude leer español y náhuatl mejor, pero gracias a la organización aprendí que cuando era yo chica, aquí siento que aquí fue en donde termine de estudiar. Aquí conforme fui escuchando las pláticas y como que ya más o menos aprendí el español. [...] Aquí fue donde terminé de estudiar, y doña Mari les dio clase a las demás señoras. [...] Aquí entendí que hay que tener paciencia, hay que llevarse bien y todo eso, todo lo aprendí aquí. [...]. Hasta siento que me desahogo aquí, veo a mis amigas y hasta siento que se me olvida la tristeza, las otras cosas y eso me ha servido muchísimo. (Y. Salvador, comunicación personal, julio de 2022)
[...] Aquí en la organización aprendí muchas cosas, aprendí, de que anteriormente yo no hablaba, yo no platicaba ahora ya medio platico, me daba como pena, miedo. (M. E. Tornero, comunicación personal, enero de 2023)
Las integrantes de la organización expresan que, la vida de las mujeres que se integran mejora, por lo que para ellas es importante que se sumen a esta u otra organización:
[...] Lo que he escuchado de las compañeras y que creo que también aplica para mí, es que la organización ha sido como una escuela más ¿no?, en donde no te dan un título, pero te dan mucha experiencia de a como eres por dentro, porque eres más humana, y porque pues siempre piensas en el otro, lo que puede afectar al otro y lo que puede beneficiar al otro también. (G. García, comunicación personal, diciembre de 2022).
[...] Era el objetivo de la organización ¿no?, su nombre lo dice es una organización de mujeres que se apoyan entre todas y hay muchas compañeras que ya están grandes, ya son gente que ya no puede venir, que ya no puede salir a vender, que a veces ya no pueden hacer sus artesanías, si se integran más compañeras, pues la organización puede seguir creciendo, puede seguir desarrollándose más, y tal vez tengamos más gente que pueda salir a las ventas. (O. Ignacio, comunicación personal, julio de 2022)
De acuerdo a los principios de la ESS que plantean Bouchard y Lévesque (2010); Castelao (2016); de Abreu et al. (2019); Dubcová et al. (2016) y ripess (2015), estos se ven plasmados en los cursos de acción y proyectos de la organización Masehual Siuamej Mosenyolchicauni. Como en la elaboración de artesanías, que expresa el trabajo organizativo, es representativo para las mujeres ya que con dicha iniciativa comenzaron su organización en el año de 1985.
En la actualidad, participan socias artesanas de las seis comunidades (figura 1). En total, son cien integrantes del proyecto artesanías, en donde 47 son tejedoras en telar de cintura, 12 tejedoras en fibra de jonote y 41 son bordadoras.
Las mujeres realizan artesanías como: rebozos, rebozos antiguos con teñido natural (denominados así por ser elaborados con técnicas y materiales distintos a los actuales), huipiles, huipiles antiguos de hilaza de algodón con bordados en las puntas y blusas tradicionales de pepenado. Con el paso de los años, han innovado en sus productos, incorporando: vestidos, camisas, diademas, pulseras, aretes, manteles, colchas, cojines, morrales, cubrebocas, entre otros. Así mismo, realizan la cestería de fibra de jonote (fibra que recuperan de la corteza del árbol del mismo nombre) como huacales, revisteros, maceteros redondos y de medialuna, bolsas, canastas, pantallas para lámpara, morrales, servilleteros y carteras.
Una de las problemáticas sociales es la pérdida de los diversos saber-hacer. Sin embargo, como lo mencionan Oulhaj y Juárez (2019) se pueden retomar como un valor de aprendizaje, el cual es construido en el desarrollo de su curso de acción. Las mujeres del grupo que elaboran artesanías, las refieren como producto de las enseñanzas de las abuelas y madres; así mismo, forman parte de su cotidianidad, en principio para realizar prendas de vestir para ellas mismas:
[...] Yo sé hacer el telar de cintura desde los 7 años y el tejido de jonote porque me casé en una familia de artesanos y ahí pues tejemos lo que es la fibra, lo que es mi fuerte ahora y pues también sé bordar, pero con poca dificultad, por la vista, pero también por el tiempo, pero sí sé bordar y algunas otras artesanías. Yo hago servilleteros, también artesanías de macramé y un poquito de costura. El telar mi mamá me lo enseñó y la fibra mi suegra (E. Arroyo, comunicación personal, julio de 2022).
[...] Sé bordar, sé tejer con el telar de cintura, me enseñó mi madrina que vive por Chicueyaco, dice mi papá, si quieres aprender le voy a decir a tu madrina que te enseñe. Me enseñó a tejer los hilos, a saber, cómo hacerlo, no sabía cómo tejerlo, ni avanzaba como hacerlo (risas). (J. Diego, comunicación personal, julio de 2022)
En la actualidad, las ventas de artesanías se realizan principalmente dentro del ecohotel Taselotzin, en ferias, y por medio de redes sociales, principalmente, Facebook, lo que refieren como reflejo de la incorporación de mujeres más jóvenes, quienes son recepcionistas. Dentro del hotel, se gestionan las finanzas relacionadas con el control de acopio, inventarios, registro de materias primas, entre otras actividades relativas a las artesanías; además de ser el enlace para pedidos y reparto.
Las artesanías, desde una lógica economicista, son poco rentables debido al tiempo invertido en la elaboración de cada bordado; sin embargo, Diego (2001) refiere a que la producción va más allá del valor económico, pues esta desempeña un papel fundamental para la sobrevivencia diaria. Si bien los ingresos son limitados, estos se invierten para cubrir necesidades inmediatas y complementarias al ingreso familiar (Zapata y Suárez, 2007):
[...] Pues lo hago porque con eso completo mis gastos, o sea si me sale una blusa por muy cansada que llegue yo, debo hacerla, porque ya con eso me ayudo a todo lo que tengo que comprar. (J. Diego, comunicación personal, julio de 2022)
[...] Nos compran nuestras cositas acá y con eso nos vamos ayudando. (J. Chepe, comunicación personal, julio de 2022)
Uno de los factores que ha generado nuevas oportunidades dentro de la cooperativa, es que han buscado apoyo de instituciones y otros colectivos para continuar con la comercialización de sus productos. Además, han estado en constantes capacitaciones. La apertura que han tenido dentro y fuera del territorio ha sembrado cuestionamientos referidos a su forma de vida; derechos educativos; acceso a la educación, salud, alimentos y a una vida libre de violencia.
Dichos planteamientos las llevaron a emprender un proyecto integral que diera respuesta a sus necesidades, por lo que continuar solamente con las artesanías limitaba sus proyecciones:
[...] Nos acompañamos mucho en el camino, cuando empezamos la organización de mujeres ya en Tosepan de artesanas, caminábamos mucho, no había transporte, entonces en ese caminar pues nos encontramos, yo me encontré con ellas, ellas se encontraron conmigo, y entre ellas también, como mujeres, con una condición de vida específica, en donde los derechos de las mujeres no eran respetados, no éramos tomadas en cuenta, se violaban todos los derechos que tú puedas conocer: económicos, sociales, políticos, culturales, ambientales, sexuales (suspiro). Entonces en esas conversaciones grandes que teníamos, nos íbamos dando cuenta de eso, de esa gran problemática en común que tenemos todas las mujeres, no nada más las mujeres de aquí de la Sierra. (O. Pastrana, comunicación personal, enero de 2023)
Dentro de sus caminares, y al concientizar las situaciones por las que eran sometidas, deciden no depender de financiamientos externos y tener autosuficiencia para su sostenibilidad como organización, es por lo que deciden crear el ecohotel Taselotzin (lugar de plantitas tiernas), resultando ser un proyecto que ha generado empleo para algunas de ellas e incluso a otros integrantes de sus familias.
[...] Lo del hotel surge como una necesidad para poder tener recursos propios de la organización, y para poder, pues también generar empleo y que pudiéramos dar el servicio desde lo que somos: como mujeres indígenas [...] La idea fue algo compartido entre nosotras, lo que pasa que en ese tiempo en Cuetzalan no había muchos hoteles, cuando llegaba la gente no había dónde hospedarse, entonces lo vimos como una oportunidad de que nuestro grupo pudiera tener ese servicio y ofrecerlo. (R. Villa, comunicación personal, julio de 2022)
Para el año de 2022 el ecohotel contaba con doce habitaciones, cinco cabañas, dos albergues, capacidad aproximada para 85 personas. Además, un restaurante, dos oficinas, dos salones para reuniones, dos áreas de lavado y planchado. Los principios de ESS retomados en la ejecución, incorpora la Masehualsiuamej Mosenyolchicauni al entorno físico como un ser que tiene que ser preservado y respetado, la infraestructura física del hotel es en su mayoría bioconstrucción, asimismo, tratan los residuos que se generan. Retomando a Sánchez Torres y Aguilera Prado (2014), se pueden entender los ejercicios de la cooperativa como una parte de gestión ambiental puntualizada en el conocimiento de la naturaleza. Es decir, contemplando las cosmovisiones de la sociedad: la Masehual Siuamej busca mantener activa la sabiduría tradicional en las labores agrícolas y en el cuidado y balance con la naturaleza (Azamar y Ríos, 2020).
Por otro lado, los aportes de las sabidurías ancestrales-sagradas resultan compatibles con la noción del Buen vivir porque parten de una concepción distinta al pensamiento dominante y hegemónico. El cual se nota en otro de los proyectos, la herbolaria tradicional, que por una parte es reflejo de los aprendizajes ancestrales que adquirieron de sus madres y abuelas, además de ser una alternativa de medicina tradicional. Una de las aristas importantes, tanto en la ESS como en los proyectos de investigación e incidencia, es la praxis, la cual desarrolla diversas habilidades cognitivas en otros productos dentro de los emprendimientos.
Las artesanas con el paso de los años comenzaron a diversificar sus artesanías y productos herbolarios pasando a la producción de tinturas naturales: tlachichinola —mousonia deppeana—; llantén —plantago mayor—; calahuala —campyloneurum angustifolium—; zapote blanco —casimiroa edulis—; borraja —borago officinalis—; flor de azahar —citrus aurantiifolia—, cebolla morada —allium cepa—; chaya —cnidoscolus aconitifolius—; ajo —allium sativum—; muicle —justicia spicigera—; rosa de castilla —rosa gallica—; malva —malva—; mozote —bidens pilosa—; y menta —mentha—. Aunado a ello elaboran jabones corporales a base de sábila —aloe barbadensis miller—; manzanilla —chamaemelum nobile—; limón —citrus limon—; tepezcohuite —mimosa tenuiflora—; romero —salvia rosmarinus—; avena —avena sativa—; miel de abeja —apis mellífera— y zapote mamey —pouteria sapota—.
Las mujeres de la organización, con el paso de los años y la experiencia de sus proyectos, se han percatado de que el territorio de Cuetzalan y sus juntas auxiliares han sido resignificadas, tanto interna como externamente, ello desde una lógica no esencialista, sino más bien, como referente de cohesión social, así como de emprendimientos colectivos. Las mujeres al darse cuenta de ello inician el proyecto Tikijkiti Tonemilis (Tejiendo nuestras vidas), el cual tiene como propósito extender servicio de hospedaje en los hogares de las socias para que los visitantes puedan conocer, de manera puntual y a través de la experiencia vivida, la realidad de las mujeres indígenas.
En 2015, dicho proyecto fue presentado en la Asamblea General de la cooperativa, al ser aprobado por las integrantes se definieron tres ejes rectores de la iniciativa: i) intercambiar experiencias y dar a conocer la forma de vida; ii) contar la historia de la organización y mostrar el proceso de elaboración de artesanías; iii) realizar recorridos a los visitantes para dar a conocer las comunidades.
En ese marco, los proyectos de la organización no tienen como finalidad la acumulación de capital, sino la búsqueda de fines sociales. Se observa dentro de la práctica que, las mujeres actúan con base en la solidaridad y no en la competencia, además de beneficio para todas (Oulhaj, 2019). Ejemplo de ello, es en los ingresos obtenidos en los diversos proyectos, cada año se obtiene un margen de utilidad, el cual es distribuido desde la equidad y participación de cada una de las socias.
Conclusiones
Las estructuras sociales son enmarcadas por herencias sociales, culturales, simbólicas, económicas, políticas, entre otras. Sin embargo, se ha planteado a lo largo de la patrimonialización del discurso que solo existe una vía, la cual tiende a ser excluyente y homogénea, teniendo como resultado la desvalorización de los seres humanos y un fortalecimiento de la crisis civilizatoria en el transcurso del siglo xxi.
A pesar de las grandes problemáticas sociales y estructurales, a las que se enfrentan tanto el norte como el sur global, aún existen y persisten iniciativas como Masehual Siuamej Mosenyolchicauni, brindando la posibilidad de otros horizontes donde la colectividad, reciprocidad, equidad, redistribución y otros principios de la ess son implementados por sus integrantes, quienes se orientan en la maximización de capacidades en beneficio de y para su comunidad, siempre desde lo que el entorno mismo les provee.
Los diferentes proyectos que han realizado, desde su separación de Tosepan, demuestran que, si bien la población indígena es la más vulnerable, y más aún las mujeres, han sido agentes de cambio en sus comunidades, producto de la colectividad. La ess alcanzó a vislumbrar una parcialidad de la visión del colectivo. Sin embargo, se abrieron brechas para plantear al Buen Vivir desde la cosmovisión indígena del totonacapan.
Agradecimientos
Arroyo, E., julio de 2022, comunicación personal, Entrevista trabajo de campo M.S.M
Arroyo, E., julio de 2022, comunicación personal, Entrevista trabajo de campo M.S.M
Chepe, J., julio de 2022, comunicación personal, Entrevista trabajo de campo M.S.M
Diego, J., julio de 2022, comunicación personal, Entrevista trabajo de campo M.S.M
García, G., diciembre de 2022, comunicación personal, Entrevista trabajo de campo M.S.M
Ignacio, O., julio de 2022, comunicación personal, Entrevista trabajo de campo M.S.M
Pastrana, O., enero de 2023, comunicación personal, Entrevista trabajo de campo M.S.M
Salvador, Y., julio de 2022, comunicación personal, Entrevista trabajo de campo M.S.M
Tornero, M. E., enero de 2023, comunicación personal, Entrevista trabajo de campo M.S.M
Villa, R., julio de 2022, comunicación personal, Entrevista trabajo de campo M.S.M
Referencias
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