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Perfeccionar, actualizar y capacitar al magisterio: los Seminarios de Jefatura de Zona y los Centros de Investigaciones Educacionales (Buenos Aires, 1959-1985)
Propuesta Educativa, vol. 1, núm. 57, pp. 153-156, 2022
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales

Reseñas



Recepción: 26 Noviembre 2021

Aprobación: 10 Enero 2022

La tesis analiza el modo en que se inicia, expande y sistematiza una política de formación permanente para el magisterio de la provincia de Buenos Aires entre los años 1959 y 1985, sentando las bases de un original modelo institucional que mantiene su vigencia hasta el presente.

La política se concreta en tiempos del predominio de las teorías de la modernización y el desarrollo del capital humano, las cuales dialogan con postulados espiritualistas característicos del sistema educativo argentino (Southwell, 1997). La adopción del modelo educativo desarrollista tiene consecuencias importantes para la formación docente, al instaurar una clara división en el trabajo escolar entre los especialistas que producen los saberes científicos y el magisterio que los aplica. Avanza el discurso técnico profesionalizante y surgen los sistemas de perfeccionamiento (Birgin, 1999).

El propósito principal de la tesis es describir y analizar la historia de esta política de formación permanente y su institucionalización a partir de un proceso de investigación que incluye entrevistas semiestructuradas a distintas/os actores del sistema; análisis de libros de actas de los Centros de Investigaciones Educacionales (en adelante CIE) de Almirante Brown y de Avellaneda; consulta de publicaciones pedagógicas provinciales; análisis de documentos normativos e informes producidos por las dependencias gubernamentales; y finalmente, consulta de publicaciones, blogs, micrositios y redes sociales de distintos CIE de la provincia.

En la reconstrucción histórica de la experiencia se destacan dos ciclos de políticas que se concentran en pocos años, pero que tienen continuidad en sus formatos y en sus modelos institucionales durante todo el período estudiado.

El primer ciclo transcurrió entre 1959 y 1961, en tiempos de la gobernación de Oscar Alende, con la propuesta del dictado de Seminarios en cada una de las Jefaturas de Zona en las que estaba dividida la administración de la educación provincial. Se organizan seminarios con el propósito de desarrollar el perfeccionamiento docente, la investigación educativa y la extensión cultural. A partir de la resolución, más de veinte Jefaturas de Zona comenzaron a dictar los seminarios de perfeccionamiento.

El segundo ciclo fue de 1967 a 1969, durante la gobernación (de facto) del general Francisco Imaz, cuando fueron creados los CIE (Circular General N° 43/67), multiplicándose a partir de ese año los centros a lo largo y a lo ancho de la provincia de Buenos Aires. Esta iniciativa es contemporánea a la reforma de la formación de maestras y maestros bonaerenses, incluyendo su paso al nivel terciario. Considerando que dependen de la Dirección de Educación Primaria, prácticamente todas las acciones de perfeccionamiento y actualización que llevaron a cabo estuvieron dirigidas a docentes de ese nivel. Esta situación cambia a partir de la década de 1980 y se consolida en el año 1985, fecha de cierre de la investigación, cuando los CIE pasaron a depender de la recién creada Dirección de Investigación Educativa (en adelante DIE) y se amplió la oferta de formación a docentes de otros niveles y modalidades del sistema educativo provincial.

Si bien la provincia de Buenos Aires había implementado desde los orígenes de su sistema educativo distintos dispositivos de capacitación (conferencias pedagógicas, cursos de verano, institutos de pedagogía), la investigación confirma que el año 1959 marca el inicio de una nueva política de formación en ejercicio descentralizada en los distintos municipios para el magisterio de la provincia, a la que se puede considerar antecesora de las acciones que a partir de entonces y hasta el presente se promueven para las y los docentes bonaerenses. A lo largo de sus más de cincuenta años de historia, los CIE (actualmente denominados “Centros de Capacitación, Información e Investigación Educativa”) se constituyeron en una red de instituciones reconocidas por las y los docentes que buscan continuar su formación una vez recibidos. Este reconocimiento se relaciona con la concreción de su propuesta fundacional, basada en tres grandes objetivos: el perfeccionamiento docente, la investigación educativa y la extensión cultural.

Respecto del perfeccionamiento docente, se observa que las acciones formativas alcanzaron a miles de educadoras y educadores del sistema bonaerense con seminarios, talleres, cursos y cursillos de distintas modalidades y duración. Desde ciclos de tres años hasta cursillos de cuatro encuentros, numerosos dispositivos formaron parte de la oferta que el Estado provincial dispuso para el magisterio, cumpliendo con la demanda del cuerpo de enseñantes y con el derecho al perfeccionamiento consagrado por el Estatuto Docente de 1958. Los referidos ciclos de seminarios de tres años (preseminario, primer ciclo y segundo ciclo) fueron la modalidad preponderante entre 1959 y 1985. En todos los casos, fueron modelos sostenidos desde la oferta como parte de las estrategias que el Estado implementa esperando que los y las docentes sean receptores y receptoras de contenidos en los que predomina la actualización disciplinar, y aspira a que esas acciones se traduzcan en mejoras de la enseñanza (Finocchio y Legarralde, 2006).

En cuanto a la investigación educativa, durante más de veinticinco años, la condición para aprobar los seminarios fue la presentación de trabajos monográficos con investigaciones realizadas en las aulas y escuelas donde se desempeñaron las y los docentes cursantes. Además, desde los CIE se llevaron a cabo distintos análisis y diagnósticos distritales y regionales acerca de actividades de lectoescritura, implementación de nuevos diseños curriculares y otras acciones, que ofrecieron insumos relevantes para los niveles intermedios y las autoridades del sistema educativo.

En relación a la extensión cultural, uno de los aspectos más visibles de los centros fue la tarea de sus bibliotecas pedagógicas. La densa red de instituciones permitió a estudiantes y docentes acceder a bibliografía pedagógica actualizada. Además, otras actividades resultaron también muy significativas y cumplieron el mandato de la extensión cultural: ciclos de charlas y conferencias de especialistas en educación, talleres a cargo de escritores, conciertos, presentación de libros, muestras artísticas, concursos literarios, eventos que convocaron a docentes y a la comunidad educativa en torno a los CIE y que fueron definiendo su identidad como instituciones destacadas de la cultura local.

Hacia mediados de la década de 1980 se consolida el dispositivo institucional. La investigación permitió dimensionar algunos aspectos cuantitativos de las citadas políticas. La cobertura de la oferta de perfeccionamiento llegaba a toda la provincia a través de 111 centros y 28 extensiones (sedes temporales en distritos con pocos servicios educativos o, por el contrario, más de una sede en distritos con alta demanda) que atendían a aproximadamente 16.000 seminaristas (entre un 20 y un 30% del magisterio provincial). A esto se deben agregar los asistentes a los cursos cortos, los usuarios de los servicios de la biblioteca y los y las participantes de las actividades de extensión cultural (Dirección de Educación Primaria, 1984).

Esta solidez institucional contrasta con la impugnación al modelo pedagógico desarrollista, devenido tecnocrático y autoritario con las dictaduras de 1966 y 1976. Los nuevos tiempos políticos trajeron cambios profundos en la formación permanente del magisterio y de la docencia bonaerense en general. Señalamos dos de los procesos que marcan el cierre del ciclo de políticas analizado. En primer lugar, la creación de la DIE en el año 1985. Se decidió poner bajo su órbita la gestión de los CIE, que dejaron de pertenecer a la Dirección de Educación Primaria, confirmando la apertura a otros niveles educativos que se había iniciado tímidamente a finales de la década de 1970. En segundo lugar, se adoptó una medida más asociada con la renovación de los modelos pedagógicos de la formación docente permanente. Acompañando al cambio que implica depender de la DIE, se decidió dejar de dictar los seminarios y reemplazarlos por talleres. Esto implicaba recuperar la tradición de educadores latinoamericanos como Paulo Freire e Iván Núñez, y también la experiencia que venía llevando a cabo en ese tiempo Graciela Batallán con sus “talleres de educadores” en el ámbito de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires (Pineau, 2012). Volviendo a los CIE, los asesores pasaron a denominarse “maestros coordinadores de taller”. Lejos de los postulados tecnicistas y conductistas, la nueva propuesta se fundamenta en argumentos muy distintos a los que tradicionalmente sostuvieron al perfeccionamiento, buscando recuperar el protagonismo del y la docente, reconociendo sus saberes, sus tareas y considerando a los talleres como espacios de creación y co-formación. El constructivismo y los talleres inauguran otro tiempo. Se cierra desde los fundamentos pedagógicos el ciclo iniciado en 1959, aunque continúa su formato institucional.

Bibliografía

● Birgin, A. (1999) El trabajo de enseñar. Buenos Aires: Troquel.

● Finocchio, S. y Legarralde, M. (2006) Modelos de formación contínua en América Latina. Buenos Aires: Centro de Información de Políticas Públicas.

● Pineau, P. (2012) “Docente “se hace”: notas sobre la historia de la formación en ejercicio” en Birgin, A. (comp.) Más allá de la capacitación. Debates acerca de la formación de los docentes en ejercicio. Paidós: Buenos Aires.

● Southwell, M. (1997) “Algunas características de la formación docente en la historia educativa reciente. El legado del espiritualismo y el tecnocratismo (1955-1976)” en Puiggrós, A. (dir.) Dictaduras y utopías en la historia reciente de la educación argentina (1955-1983). Buenos Aires: Galerna.

● Dirección de Educación Primaria (1984). Funcionamiento y actividades de los Centros de Investigación Educativa (C.I.E.). La Plata.

Notas de autor

* Pablo Bana es Magíster en Ciencias Sociales con Orientación en Educación, Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales, sede Argentina; Profesor y Licenciado en Historia, Universidad de Buenos Aires; Profesor de Historia Social General, Universidad de Buenos Aires; Profesor de Historia Argentina del siglo XX, I.S.F.D 41; Coordinador de la Especialización Docente de Nivel Superior en la Enseñanza de la Construcción Histórica, Social y Cultural de las Identidades Bonaerenses, Dirección Provincial de Educación Superior, Argentina. E-mail: pablobana@gmail.com






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