Resumen: Se argumenta que la actitud epistémica (el ethos o stance) del realista científico - i.e., la búsqueda de explicaciones aun conjeturando inobservables, el querer minimizar el universo de los hechos brutos- es incompatible con aquella de un emergentismo fuerte u ontológico que se resigna a dejar como inexplicados y como inexplicables algunos fenómenos de emergencia, por lo que el realismo científico no es compatible con este tipo de emergentismo, uno resignado a la ignorancia. También se argumenta que la actitud realista es la preferible para la investigación científica, pues el realista científico apuesta por seguir investigando, por seguir perquiriendo.
Palabras clave:emergentismoemergentismo,hechos brutos ontológicos;hechos brutos ontológicos;,realismo científicorealismo científico,stancesstances,racionalidadracionalidad.
Abstract: It is argued that epistemic attitude (ethos or stance) of the scientific realist -i.e., the search for explanations even conjecturing unobservables, the goal of minimising the universe of brute facts- is incompatible with the attitude of a strong or ontological emergentist, one that resigns itself to leaving unexplained and as unexplainable some emergence phenomena, hence it is argued that scientific realism is inimical to this to this kind of emergentism, one resigned to ignorance. It is also argued that the realist attitude is preferable for scientific research, since the scientific realist wagers on keeping investigating and inquiring.
Keywords: emergentism, ontological brute facts;, scientific realism, stances, rationality.
¿Es compatible el realismo científico con el emergentismo ontólogico?*
Is Scientific Realism Compatible With Ontological Emergentism?

Recepción: 19 Febrero 2020
Aprobación: 19 Marzo 2020
La negociación ontológica fundamental refleja la tensión perenne entre poder explicativo y riesgo epistémico, entre una ontología abundante y exuberante que promote explicar mucho y una ontología más modesta que promete seguridad epistemológica. Conforme postulamos más maquinaria, esperaríamos poder explicar más -pero es más difícil creer en la existencia de toda la maquinaria
Fuente: (Swoyer & Orilia 2020, traducción mía)1
Los emergentistas están comprometidos con la idea de que en algunos momentos en el curso de la historia natural, surgen propiedades genuinamente novedosas. Desde su punto de vista, ser genuinamente novedoso significa que estas propiedades no son plenamente explicables en términos de lo que las precedió. Entonces las propiedades emergentes son brutas con respecto a los constituyentes previos del universo.
Fuente: (J. Symons 2018)
El emergentismo (defendido por Stuart Mill en el siglo XIX y posteriormente por una serie de filósofos y científicos)2 hace las siguientes afirmaciones:
Una simulación de computadora de un mundo bidimensional, el Juego de la vida de John Horton Conway, discutido por D. Dennet (2008),entre otros, ayuda a ilustrar y aclarar el emergentismo. El mundo de Horton está constituido por un espacio euclídeo, infinito, de dos dimensiones, conformado por células cuadriculares con dos estados: “vivas” o “muertas”. El tiempo en este mundo no es continuo, sino que está cuantizado en unidades discretas, o generaciones, y el estado de todas las células se actualiza simultáneamente, pues la simultaneidad en él es absoluta. Ahora bien, las interacciones de estas células con sus ocho vecinas inmediatas (incluidas las diagonales) están gobernadas por las siguientes leyes “físicas” deterministas:
Cualquier célula muerta con exactamente tres vecinas vivas, renacerá en la siguiente generación, o turno.
Una célula viva con dos o tres vecinas vivas sigue viva en la siguiente generación.
Cualquier célula viva con menos de dos vecinas vivas muere.
Cualquier célula viva con más de tres vecinas vivas muere.
Ahora bien, si dejamos evolucionar a las células de este mundo, descubriremos que después de algún tiempo emergen algunas estructuras o entidades con interacciones causales características. Aquí solo mencionaré dos de ellas: los “devoradores” y los “deslizadores” (estos últimos se desplazan en el plano); cuando un devorador entra en contacto con un deslizador, en general, después de cuatro generaciones, o turnos, solo encontraremos al devorador.
Surge entonces la pregunta: ¿son estas estructuras emergentes epistémicos o emergentes ontológicos? Si quisiéramos explicar y predecir el comportamiento de estas entidades desde la “física” de su mundo (desde las células, sus estados y las leyes que gobiernan sus interacciones), la tarea sería tediosa y laboriosa, pero no parece que sería imposible, aunque por razones pragmáticas es deseable –es intelectualmente más económico y manejable– explicar las interacciones de estas entidades (su comportamiento) desde la “biología” de su mundo y no desde su física (asignando, por ejemplo, a los devoradores “apetitos”, pero esto solo sería una façon de parler, como lo sería asignarle existencia física al centro de gravedad de algún cuerpo.) Mutatis mutandis,
Predecir que alguien se agachará si le arrojas un ladrillo es fácil desde la perspectiva de la [p]sicología popular; pero es y siempre será intratable si tienes que rastrear los fotones desde el ladrillo al globo ocular y los neurotransmisores desde el nervio óptico al nervio motor y así sucesivamente… la ‘[p] sicología popular’ proporciona un sistema descriptivo que permite predicciones altamente confiables del comportamiento humano (y mucho no humano) (Dennet 2008 201).
Es decir, la psicología popular y sus ítems (actitudes proposicionales y otros contenidos mentales) son pragmáticamente indispensables y, mientras no exista suficiente evidencia de que su explicación es imposible, habría que tratar estas propiedades y estados mentales como emergentes de carácter epistémico, con una actitud agnóstica con relación a su posible carácter de emergentes ontológicos.
Recapitulando lo dicho hasta aquí en términos de hechos brutos diríamos que el emergentismo ontológico o fuerte sostiene que existen propiedades emergentes que han de ser aceptadas como hechos brutos ontológicos, es decir, como hechos brutos inexplicables tout court, mientras que para el emergentismo epistémico o débil las propiedades emergentes son meros hechos brutos de carácter epistémico, hechos que carecen de explicación conocida, aunque son en principio explicables.7 Se han aducido como posibles ejemplos de hechos brutos emergentes de carácter ontológico los qualia y los estados cuánticos entrelazados, así:
Frecuentemente se ha hecho notar que una de las características distintivas de los estados cuánticos es la inclusión de estados no separables para sistemas compuestos, la propiedad que Schrödinger denominó “entrelazamientos cuánticos.” … Pero lo que me parece un poderoso argumento en favor de la existencia de estas propiedades emergentes es que estos entrelazamientos cuánticos son la fuente de fenómenos microscópicos que son directamente observables. En concreto, las transiciones de fase que dan lugar a la superconductividad y a la super fluidez del helio son un resultado directo de estados no separables (Humphreys 2008 122).8
Los entrelazamientos cuánticos, sin embargo, serían un hecho bruto ontológico, solo si, por ejemplo, todas las explicaciones vía variables ocultas quedasen descartadas, pero las teorías de variables ocultas (los enfoques de “onda piloto”), son un programa de investigación vigente, aún después de los experimentos que corroboraron las violaciones de las desigualdades de Bell, así,
La mecánica Bohmiana proporciona una física sencilla que da cuenta de todos los experimentos9 en un espacio-tiempo no relativista … Dado que el enfoque de la onda piloto es sencillo, que no tiene dificultades conceptuales y que recupera el contenido de la receta cuántica en un escenario no relativista ... (Maudlin 2019 171).
De modo que puede ser precipitado declarar el entrelazamiento cuántico como un hecho bruto fuerte u ontológico y sería prudente optar, al menos, por el agnosticismo sobre si es explicable o no.
Los diversos realistas –y en particular el realista científico– se caracterizan por buscar reducir el universo de hechos brutos, incluso si esto implica incurrir en riesgos epistémicos, al conjeturar entidades inobservables o metafísicas. Desde luego, si el realista ha de ser uno científico, los explanans hipostasiados no deben ser ad hoc, es decir, deben permitir hacer predicciones novedosas y al menos algunas de estas nuevas predicciones deben ser empíricamente exitosas. Esta actitud contrasta con la del emergentista fuerte que opta por un mayor número de hechos brutos, si esto le ahorra riesgos epistémicos y le otorga un menor número de entidades científicas inobservables.
Este contraste de actitudes queda ejemplificado con el viejo debate entre realistas representativos (Locke) y fenomenalistas (Hume y Mill) Así, el fenomenalista reducía el mundo, los objetos materiales, a sus sense data, dejando inexplicada la causa y el origen de estos sense data, concebidos como hechos brutos. Para Mill, los objetos materiales no son otra cosa que “posibilidades permanentes de sensaciones” (citado en Bonjour 2009 126). En contraste, el realista representativo buscaba explicar los sense data y conjeturaba la existencia de objetos extramentales como su mejor explicación y causa: las experiencias sensoriales “son producidas por causas exteriores” (Locke, citado en Bonjour 2009 120). Bonjour nos dice,
El punto de vista de Locke, de que nuestra experiencia sensorial subjetiva y las creencias que adoptamos en base a ella, constituyen una representación de mundo material externo, una representación que es causada por ese mundo y que estamos justificados en creer que es al menos aproximadamente correcta, es una versión de la posición más general conocida como realismo representativo o representacionismo (2009 125).
Si un énfasis en la búsqueda de explicaciones es característica del ethos del realista científico10, entonces el realismo científico será incompatible con un emergentismo ontológico o fuerte, un emergentismo que argumenta que hay algunos hechos brutos emergentes inexplicables. El realista argüirá que de la carencia hasta ahora de explicación para estos hechos no se sigue la imposibilidad de explicarlos y que, por lo tanto, estos hechos deben ser considerados meramente como hechos brutos epistémicos y que debemos seguir buscando la explicación de aquellos que sean importantes para nosotros. Una búsqueda que, por otro lado, es racional, pues está respaldada por una historia de algunos éxitos explicativos de otrora hechos considerados como inexplicables, tales como los éxitos explicativos de la química, de la biología molecular, de las neurociencias, de la astrofísica, etc.11
La búsqueda realista de explicaciones, su afán por minimizar o reducir el número de hechos brutos, puede estar motivada por un deseo de entendimiento o comprensión del mundo. Al realista no le basta con hacer predicciones confiables y controlar algunos aspectos del mundo, él también quiere asomarse al interior de la caja negra, vía abducciones falibles y puestas a prueba con experimentos y observaciones; procede con fe en la razón humana y con esperanza de que esta investigación sin fin le otorgue algunos éxitos, como de hecho ya parece haberlo hecho. Es un optimista epistémico.
El realista tiene como ideal epistémico el entendimiento factual del mundo (y presupone la inteligibilidad del mundo), ideal que si no es plenamente alcanzable, al menos parece aproximable, dado los aparentes éxitos explicativos que hasta ahora ha logrado nuestra ciencia. Nuestro héroe puede seguir esforzándose en aproximarse más y más a su anhelado ideal en tanto que no exista un impedimento, un umbral no se pueda rebasar, para este proceso aproximativo. De existir el umbral, si el realista ignorase su existencia, bajo estas condiciones su meta, de ser una valiosa, es racional, pues metas valiosas y aproximables, sin límite conocido alguno, aun si son estrictamente inalcanzables, son metas racionales;12 por ejemplo, Bonjour (2009) argumenta que la concepción cartesiana del conocimiento (una concepción que requiere que el sujeto crea sin duda alguna una proposición en un momento dado t, que la creencia sea verdadera y que el sujeto tenga una justificación en t que garantice la verdad de su creencia) puede entenderse como un ideal epistémico, un ideal inalcanzable, o rara vez alcanzado, pero que es aproximable, un ideal que es epistémicamente valioso, pues permite eludir los contraejemplos Gettier y evitar imprecisiones sobre la justificación epistémica requerida por una creencia.
El realista considera, por defecto, los diversos hechos brutos como hechos brutos epistémicos,13 salvo que supiese que la carencia de explicación se debe a una imposibilidad metafísica, salvo que supiese que tienen un carácter ontológico. Siendo la ciencia una empresa diacrónica, abierta en el tiempo y en desarrollo, algunas explicaciones requerirán de nuevas teorías, pues nuestra ciencia está lejos de ser completa; y el realista puede proceder aceptando al menos tácitamente el principio de razón suficiente como
… una heurística metodológica, más que un principio metafísico [y esto] es simplemente adoptar una actitud escéptica cuando alguien sugiere que no hay explicación para algún evento o fenómeno… el optimismo acerca de la posibilidad de investigación es una buena política (Symon 2018 194).
La actitud del emergentista ontológico, en cambio, se ha descrito como que
Es epistemológicamente virtuoso reconocer ignorancia … trabajar dentro de nuestras posibilidades cognitivas y abstenerse de satisfacer aparentes necesidades de explicación con entidades extra (Wyss 2018 230).
Podríamos calificar esta actitud de timorata o, en afán caritativo, de prudente, así: “La idea de emergencia … alienta una actitud de resignación que sofoca la investigación científica” (Hempel & Oppenheim 2008 65).
Aunque desde luego en el afán de explicar hechos brutos habrá que evitar el peligro de caer en las explicaciones ad hoc y las seudoexplicaciones, como aquella que se le adjudica a Hegel14 de por qué solo podían existir siete planetas en el sistema solar (Neptuno el octavo se descubrió 15 años después de su muerte).
Al final, cuál de las dos actitudes reseñadas adoptar parece que estará dictado por preferencias estéticas y accidentes de temperamento, pues subyace a este disentimiento una diferencia de valores epistémicos, y los debates de valores suelen incurrir en petición de principio en contra del oponente, o cerrarse estipulando como superior el valor favorito, lo que recuerda los diálogos de sordos kuhnianos.15
Un par de ejemplos de hechos brutos importantes para nosotros y que carecen de una explicación aceptada por la generalidad de la comunidad científica son:
https://revistas.unbosque.edu.co/index.php/rcfc/article/view/3236/2803 (pdf)