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Violencia político-sexual e intelectuales: los manifiestos en la prensa

Political-Sexual Violence and Intellectuals: the Manifestos in the Press

Graciela Carrazco
Universidad Nacional Autónoma de México, México

Violencia político-sexual e intelectuales: los manifiestos en la prensa

Estudios Avanzados, núm. 34, pp. 85-98, 2021

Universidad de Santiago de Chile

Recepción: 30 Diciembre 2020

Aprobación: 30 Mayo 2021

Resumen: El presente artículo tiene como objetivo reflexionar sobre el escaso peso que la violencia político-sexual tiene en el debate público registrados en los manifiestos de las comunidades de intelectuales publicados en la prensa de circulación nacional y dirigidos a las autoridades políticas. Se utiliza como estudio de caso la relación entre las comunidades de intelectuales mexicanos y el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, en el año 2020. Para ello, fue aplicado el método de análisis de contenido cualitativo construido a partir del ensayo Las consideraciones sobre las convocatorias de los hombres de cultura a las autoridades políticas de Norberto Bobbio (1998). Se encontró que, a pesar de los argumentos expuestos, las comunidades de intelectuales son susceptibles de librar una batalla intelectual que se podría convertir en una dicotomía peligrosa al romperse los principios sobre los que se funda la voluntad de convivencia. En México no ha habido una revisión sistemática de esta forma de expresión de los intelectuales.

Palabras clave: violencia político-sexual, intelectuales, manifiesto, prensa nacional.

Abstract: The objective of this article is to ponder on the little weight that political-sexual violence registers in the public debate in the manifestos of the communities of intellectuals published in the national circulating press and addressed to the political authorities. The relationship between the communities of Mexican intellectuals and President Andrés Manuel López Obrador, in 2020, is used as a case study. The qualitative content analysis method constructed from the essay Considerations on the Calls of Men of Culture to Political Authorities by Norberto Bobbio (1998) is used. It was found that, despite the arguments presented, the communities of intellectuals are susceptible to waging an intellectual battle that could turn into a dangerous dichotomy by breaking the principles on which the will to coexistence is based. In Mexico there has not been a systematic review of this form of expression by intellectuals.

Keywords: political-sexual violence, intellectuals, manifesto, national press.

Violencia político-sexual e intelectuales: los manifiestos en la prensa

Introducción

La violencia político-sexual,[1] así como la concentración del poder en el gobierno en detrimento de los demás poderes del Estado y de los estados de la Federación o el deterioro de la administración pública y las instituciones constitucionales asumidas por el Ejecutivo, han preocupado a las actuales comunidades[2] de intelectuales en México.

Una forma histórica de expresión de estas comunidades ha sido la publicación de manifiestos dirigidos a los representantes del Poder Ejecutivo y a la nueva opinión pública, como una forma de declaración legítima, y también a modo de evidencia en tanto tomar partido públicamente sobre los grandes problemas nacionales. En ese sentido, no es novedad que se utilice este canal para abrir espacios de discusión que posibiliten potenciar las reflexiones intelectuales. La iniciativa no ha sido bienvenida por el gobierno federal, particularmente por el presidente; por el contrario, los temas de coyuntura han sido descalificados a pesar de ser de urgente discusión en el país, lo que genera un estancamiento en las dinámicas del discurso nacional para atender las preocupaciones de primer orden.

Para desarrollar el presente argumento este trabajo se estructura en tres secciones: (a) antecedentes de los abajo firmantes. El caso Dreyfus: un fenómeno eterno; (b) manifestaciones de los intelectuales hacia su entorno próximo y las problemáticas del país, y (c) el reclamo de los intelectuales inorgánicos y la respuesta de la élite política ante la violencia político-sexual.

Antecedentes de los abajofirmantes. El caso Dreyfus: un fenómeno eterno

Era 1897 en Francia y, por primera vez, dos comunidades de intelectuales se enfrentarían a través de manifiestos[3] en los medios de comunicación impresos. El capitán judío Alfred Dreyfus había sido condenado, degradado y enviado a la Isla del Diablo, en la Guyana, donde cumplía una pena de deportación a perpetuidad por espionaje desde 1894, por lo que algunos consideraron una sentencia de corte antisemita. A favor de Dreyfus se encontraban los intelectuales de izquierda encabezados por Émile Zola; en contra, los intelectuales nacionalistas, encabezados por Maurice Barrès.

La primera convocatoria para firmar adherencias ocurrió cuando Léon Blum buscó el apoyo de los intelectuales franceses más renombrados, como Maurice Barrès, Émile Zola y Anatole France, entre otros, para reclamar la revisión del proceso. Zola respondió favorablemente al caso y llegó a las oficinas de L’Aurore con su “Carta abierta al presidente Félix Faure”; el editor, George Clemenceau, comprendió que tenía oro molido en las manos, acogió la denuncia de Zola y fue él quien nombró el célebre manifiesto “Yo acuso…”, publicado el 13 de enero en la revista de izquierda de origen belga La Revue Blanche, que supondría el inicio del Caso Dreyfus para todo el país y más allá de sus fronteras.

En él, cuestionaba al Estado Mayor completo, al ministro de Guerra, al consejo de Guerra y a los expertos en caligrafía; en resumen, a todos los que habían participado en la condena de Dreyfus y la absolución del comandante Walsin Esterhazy, lo que provocó un escándalo sin precedentes; así, el Caso Dreyfus se convirtió en el asunto Zola.

El 15 de enero Le Temps publicó el primer manifiesto de la historia en la que firmaron miembros de la universidad, hombres de letras, médicos de hospitales, abogados y estudiantes que reclamaban la revisión del proceso de Dreyfus. Entre los primeros firmantes estaban Zola, France y Marcel Proust, entre otros; al día siguiente, la lista la ampliaron Claude Monet, Jules Renad y Émile Durkheim: en total 261 profesores de enseñanza secundaria y superior y 230 hombres de letras y periodistas. Mientras tanto, en las calles resonaban gritos antisemitas, abucheos contra Zola y aplausos en favor del ejército; el caso Dreyfus dividió al país en dos y la prensa revelaba que, con este acto, estaba a punto de nacer una nueva fuerza: la de los “intelectuales”.

A la petición de Blum, Barrès no respondió favorablemente; al contrario, encabezó a los intelectuales nacionalistas y el 1 de febrero entregó un artículo al Journal titulado “La protesta de los intelectuales”, donde escribiría: “todos esos aristócratas del pensamiento hacen alarde de no pasar como la masa vulgar. Se nota demasiado”.

La protesta de los intelectuales de izquierda, que acompañó al grito de Zola, tenía la voluntad de obrar fuera de cualquier consideración política. Aun así, Zola era el blanco de los ataques, pero los mensajes de felicitación y apoyo también estuvieron presentes. El 2 de febrero L’Aurore publicó “Envío a Émile Zola”, firmado, entre otros, por Octave Mirbeau, Laurent Tailhade, Pierre Quillard y Georges Courteline:

Los abajo firmantes, pertenecientes al mundo de las artes, las ciencias y las letras, felicitan a Émile Zola por la noble actitud militante y que ha adoptado en este tenebroso caso Dreyfus, que oculta si no una inequidad, al menos muchas ilegalidades, y que en el juicio reciente del consejo de guerra acaba de ensombrecer más aún. Nos solidarizamos con Zola en nombre de la justicia y la verdad. (Winock, 2010: 42)

Aquí hay dos palabras clave de la disputa intelectual: justicia y verdad. Los intelectuales se han adjudicado ser portadores de estos estandartes. Zola fue condenado por la mayoría del jurado a la pena máxima, un año de prisión y mil francos de multa y se le despojó de su título de oficial de la Legión de Honor. Por tal razón, el asunto Zola y el caso Dreyfus provocó el reagrupamiento de fuerzas intelectuales en dos campos enfrentados.

Del lado de los intelectuales nacionalistas y antidreyfusistas, no solo lideraba Barrès, sino también Ferdinand Brunetière, crítico literario de renombre y decidido adversario de Zola y contrario a toda pretensión de los “intelectuales”. El 15 de marzo publicó el artículo “Después del proceso” en la revista La Reveu des Deux Mandes, donde sostenía que el individuo no existe más que por la sociedad y que la defensa de este exige necesariamente el sacrifico del individuo.

Ante esto, Durkheim, el jefe de la joven escuela sociológica, se sintió desafiado en su terreno, el de los nexos entre el individuo autónomo y la existencia de un orden social y, por ello, respondió con el artículo “El individualismo y los intelectuales”, publicado en la Revue Bleve el 2 de julio. Los dos bandos se enfrentaron violentamente. Pero estar a favor o en contra del caso Dreyfus dependió de varios parámetros: la clase social, el medio familiar y sociocultural, las convicciones religiosas, las ambiciones personales, las afinidades electivas y las influencias amistosas.

Desde entonces,[4] los intelectuales asumen posiciones políticas que dependen de estos parámetros para expresarse a través de manifiestos y exponer problemáticas hacia el entorno próximo o del país en los medios de comunicación, como una forma de apoyo entre los miembros de la comunidad en la búsqueda constante por ser referentes de la defensa de la sociedad.

Manifestaciones de los intelectuales hacia su entorno próximo y las problemáticas del país

Los intelectuales firman manifiestos para cuidar su entorno inmediato; por eso se apoyan entre ellos como defensa del prestigio de sus instituciones. Para hacerlo se presentan como comunidades, entendidas como configuraciones sociales, las cuales suponen una red de relaciones personales y de relaciones entre conceptos o códigos subjetivos que se construyen para la toma de decisiones y para la acción en torno a una situación concreta (Kiewit y Barrantes, 2018). Aunque la mayoría de las veces los firmantes se conocen entre sí en otras ocasiones eso no ocurre; de todos modos los ligan las mismas creencias y principios en torno a determinados temas.

En ocasiones piden —a nombre del bien público— que se tomen las medidas necesarias para solucionar lo que ellos consideran un problema; también solidarizan con la exigencia de una distribución más justa del presupuesto; solicitan respeto irrestricto a la autonomía de los distintos órganos, o marcan un alto a la campaña de desprestigio, como apoyo a una situación en particular para ejercer presión ante un tema.

Aspiran, por un lado, a exaltar lo que consideran los puntos favorables de algún miembro de su comunidad y, por el otro, a presentar exigencias a los diversos grupos que pertenecen a la clase política, especialmente a los partidos políticos y a los candidatos a la Presidencia de la República o al presidente mismo.

En ocasiones, en la firma colectiva se dividen en organizaciones y personas. Dentro de las organizaciones se encuentran los institutos, centros de investigación, colectivos u organizaciones y, en el rubro de personas, los intelectuales firman a título personal. A veces esta comunidad se inserta en otras comunidades, pero permanece condensada, no dispersa. La comunidad puede entenderse como la categoría intermedia entre red y grupo; un ejemplo de ello puede ser el que dentro de una comunidad sea posible ubicar tanto relaciones estrechas y cerradas como relaciones más abiertas y laxas.

Así, se adhieren en comunidades para manifestarse ante diversas causas, ya que “la firma de una convocatoria ha sido, con frecuencia, una de las formas en las que muchos de nosotros (los intelectuales) han asumido y expresado públicamente su compromiso político” (Bobbio, 1998: 47). Por su parte, Collins también considera que los intelectuales, además de escribir, se expresan a partir de actividades como el debate, la conferencia, la discusión y, a veces, la manifestación (Collins, 2005).

Por ello, la inclusión de los nombres de intelectuales en diversos manifiestos publicados en periódicos de circulación nacional se ha vuelto una forma de presencia, ya que “la convocatoria ha acabado por convertirse para muchos, irónicamente, en la forma típica de la protesta de los intelectuales” (Bobbio, 1998: 47). Cuando los intelectuales aceptan que su nombre sea publicado también lo hacen para defender problemáticas globales con incidencia local.

Dichas comunidades también asumen posiciones políticas públicas cuando existen coincidencias con algunos movimientos sociales o para convocar a la movilización. Ante una diversidad de problemas el intelectual se alza como “portador de las exigencias de la razón, de la libertad, de la tolerancia, de la comprensión, del amor, de la piedad” (Bobbio, 1998: 48-49). Así, históricamente, los diversos movimientos sociales en el mundo han logrado que las comunidades de intelectuales afines hayan firmado desplegados o que ellos mismos los lideren.

También hacen públicas sus posiciones políticas donde, en algunas ocasiones, apoyan o rechazan abiertamente a un candidato o a un movimiento político. Apelan a la clase política y responden, por esta vía, a manifiestos contrarios a su forma de pensar —aunque a veces, por la premura de la publicación, no se incluyan todas las firmas que tenían que estar y genere reacciones de los excluidos—. También firman para debatir sobre temas de interés nacional propuestos desde organismos internacionales, donde se conjugan personalidades de la academia, cultura, política y sociedad civil.

En ese sentido, siempre es importante que se añadan las firmas de maestros, creadores e investigadores eméritos, así como profesores eméritos, doctores Honoris Causa (nacionales y extranjeros) o Premios Nacionales, y se inserten también en la discusión pública las instituciones educativas, con sus respectivas divisiones, institutos, centros de investigación, directores y coordinadores de diversas áreas y asociaciones. Es decir, se presentan como comunidades identificables con prestigio.

Los intelectuales emplean la fuerza de sus nombres para exponer los problemas con los cuales se sienten identificados ya que “el intelectual tiene el deber de iluminar la opinión pública respecto a los peligros que amenazan la conservación de algunos bienes supremos, a los que la sociedad civil no puede renunciar, [es] el intelectual guardián de los valores supremos” (Bobbio, 1998: 51); firman para dar expresiones de alerta, definir una posición, hacer un llamado a la reflexión, manifestar una preocupación o porque consideran que es una obligación expresar su opinión. También se conforman en comunidades para mostrar el repudio ante acciones o iniciativas de ley enviadas a las instituciones, para demostrar cohesión en torno a la defensa de libertades alcanzadas o ante temas sumamente sensibles.

Bobbio (1989 y 1998) piensa que las comunidades de los intelectuales parecen adecuadas para intervenir en el debate sobre la opresión —las violaciones de los Derechos Humanos (libertad personal, libertad de pensamiento, de prensa o de religión)— a los que los hombres de cultura son particularmente sensibles porque saben que contribuyen a la democracia, que es un conjunto de reglas para solucionar los conflictos sin derramamiento de sangre.

Es posible que poco tiempo después de las publicaciones se hagan explícitas las resonancias con otros manifiestos firmados por iglesias y asociaciones religiosas; especialistas e investigadores; líderes y ministros religiosos; periodistas; representantes de organismo de Derechos Humanos y políticos; en suma, una comunidad intelectual contraria. Cuando los intelectuales firman pueden hacerlo como parte de una asociación o grupo. Normalmente abordan temas de ámbito nacional, aludiendo a la injusticia, en nombre del interés nacional y de la sociedad, para hacer llamados a diversos organismos; pero, sobre todo, firman para ejercer su derecho constitucional de petición y de réplica. Por todo lo anterior, cabe preguntarse si los intelectuales que firman desplegados en periódicos de circulación nacional pueden impulsar un discurso crítico que sea capaz de contrarrestar el discurso público dominante.

El capital simbólico de notoriedad externa (Bourdieu, 2009) de los intelectuales, obtenido a partir del trabajo cotidiano, particularmente en medios de comunicación, parece decir que, para que su discurso sea exitoso ante la sociedad, debe estar a contracorriente del discurso público dominante, pues

quien escribe generalmente publica, y quien publica ya no vive en un ámbito delimitado y protegido del exterior, es decir, en un espacio privado. Con todo, el concepto de intelectual con una importante presencia pública tiene aquí un significado enfático. Se trata de personas que consideran que su profesión consiste en tomar parte en los discursos públicos dominantes en la época, determinando incluso su temática y orientación. (Dahrendorf, 2009: 24)

Los intelectuales que firman manifiestos saben que el discurso es un fenómeno práctico, social y cultural (van Dijk, 2019) directamente vinculado a los temas impuestos en la agenda pública por otras élites —en principio, las políticas—, particularmente en problemas políticos o sociales, aunque en ocasiones buscan dar espacio a otros contenidos fuera de la agenda o bien modificar el ángulo de análisis.

Los manifiestos son un lugar idóneo para obtener un mejor lugar en la posición del discurso y saber quién lo está proveyendo; por ello, se presume que ejercen un impacto en los conocimientos, actitudes e ideologías sociales al tener un espacio de expresión que puede posibilitar o impedir el cambio en una sociedad o, dicho de otra manera, contrarrestar el discurso público dominante. Su discurso pretende aportar un punto de vista diferente de los grandes problemas nacionales e internacionales y, generalmente, están apuntalados desde otros frentes, como los géneros periodísticos informativos y de opinión.

El reclamo de los intelectuales inorgánicos y la respuesta de la élite política ante la violencia político-sexual

Para la comprensión de los manifiestos se utilizó el método de análisis de contenido cualitativo construido a partir del ensayo Las consideraciones sobre las convocatorias de los hombres de cultura a las autoridades políticas (Bobbio, 1998) donde se revisó el título, los firmantes, los destinatarios, el ámbito, el tema y la finalidad. Además de ello, se clasificó en cuatro partes: diagnóstico de la situación, identificación del problema, propuesta de solución y advertencia.

Para la contextualización, se revisaron las reacciones publicadas en los géneros periodísticos de opinión (editoriales, artículos editoriales, columnas de opinión y caricaturas) en nueve periódicos de circulación nacional: La Jornada, Reforma, El Universal, La Crónica de Hoy, El Heraldo de México, La Razón, El Financiero, Reporte Índigo y Milenio Diario durante el año 2020.

Por primera vez en México, un gobierno de izquierda vio publicado un manifiesto firmado por intelectuales que criticaban la gestión del presidente Andrés Manuel López Obrador (AMLO), casi 20 meses después de haber asumido el poder. El papel de los intelectuales en este contexto era un referente de la forma en que el poder ideológico se traduce en el saber. El poder ideológico es aquel que, a través del control de ciertas formas de saber, ejerce una cierta influencia sobre el comportamiento de los demás, incitando o persuadiendo a los diversos miembros de un grupo o de una sociedad para llevar a cabo una acción. Este poder se ejercita con la palabra y, en especial, a través de signos y símbolos, para intentar que se traduzca en un acto que socialice valores y normas para que los diferentes grupos sociales permanezcan unidos; así, el 15 de julio de 2020 se publicó el primer manifiesto de la gestión de AMLO en los siguientes términos (Tabla 1):

Tabla 1. Elementos generales del manifiesto Contra la deriva autoritaria y por la defensa de la democracia
Tabla 1. Elementos generales del manifiesto Contra la deriva autoritaria y por la defensa de la democracia
Fuente: elaboración propia (Reforma, 15/07/2020). Source: own elaboration (Reforma, 15/07/2020).

Esta convocatoria es relevante porque se realiza a partir de sentidos intelectuales (Carrazco, 2019) de esta comunidad, entendidos como aquellos que se relacionan con su pensar, aquellas preocupaciones que van más allá del trabajo académico o personal para dar paso a preocupaciones colectivas y de interés social. Su intención ha sido buscar una discusión pública para contribuir a la reflexión sobre los asuntos que a todos nos competen, pero que pocos pueden expresar en los medios de comunicación masivos y tuvo como finalidad evidenciar la urgencia de un cambio. Se podría afirmar que fue un manifiesto bien estructurado donde se expuso un diagnóstico de la situación, una identificación del problema, una propuesta de solución y, por último, una advertencia (Tabla 2).

Tabla 2. Análisis de contenido del manifiesto Contra la deriva autoritaria y por la defensa de la democracia
Tabla 2. Análisis de contenido del manifiesto Contra la deriva autoritaria y por la defensa de la democracia
Todos los textos de la tablas expuestas en el presente artículo han sido transcritos literalmente. Fuente: elaboración propia (Reforma, 15/07/2020). All the texts of the tables exposed in this article have been transcribed literally. Source: own elaboration (Reforma, 15/07/2020).

El sentido —en el entendido de ocuparse de “ideas, de reminiscencias del pasado, de definiciones del presente y de imágenes de posibles futuros” (Mills, 1972)— de esta publicación fue evidenciar la responsabilidad de asumirse como la conciencia de su circunstancia, capaces de generar un cambio en su entorno inmediato a corto y mediano plazo debido a la visión analítica, al alcance de su interpretación de los hechos y a la profundidad su conocimiento de los temas que permean la circunstancia política. La respuesta desde la presidencia fue inmediata; por la noche, desde Jalisco, y de manera inusual ante circunstancias como esta, el presidente AMLO respondió con un mensaje en su cuenta de Twitter, titulado “Bendito coraje” (Tabla 3).

Tabla 3. Elementos generales de la respuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador “Bendito coraje”
Tabla 3. Elementos generales de la respuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador “Bendito coraje”
Fuente: elaboración propia con información de la cuenta de Twitter @lopezobrador_ (15/07/2020). Source: own elaboration based on information from the Twitter account @lopezobrador_ (15/07/2020).

Actualmente las redes sociales mediáticas tienen la ventaja de la inmediatez, pero también de lo efímero. La publicación del presidente AMLO fue tan rápida como la circunstancia lo permitió, con la siguiente esquematización (Tabla 4):

Tabla 4. Análisis de contenido de la respuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador “Bendito coraje”
Tabla 4. Análisis de contenido de la respuesta del presidente Andrés Manuel López Obrador “Bendito coraje”
Fuente: elaboración propia con información de la cuenta de Twitter @lopezobrador_ (15/07/2020). Source: own elaboration based on information from the Twitter account @lopezobrador_ (15/07/2020).

Lo habitual en estas circunstancias, en otras partes del mundo, es que sean los intelectuales orgánicos quienes respondan con un contramanifiesto, es decir, los cercanos al poder o que lo atiendan los responsables de comunicación social: nunca un presidente de la república. Este hecho evidenció, por un lado, la debilidad de la fuerza intelectual en el poder y de la oficina de comunicación social de la presidencia; por el otro, un ánimo de control e inmediatez de réplica por parte del presidente que no dio respuesta a los temas planteados, particularmente hacia el movimiento de las mujeres que luchan por la igualdad.

Los intelectuales firmantes, ante este tema, fueron respaldados por un segundo manifiesto al siguiente día, con la intención de fortalecer la repercusión del mensaje enviado y para darle mayor notoriedad ante la fuerza de la respuesta del presidente, respondiendo ya desde el título del manifiesto (Tabla 5).

Tabla 5. Elementos generales del manifiesto No, señor Presidente: usted es el que quiere regresar al Antiguo Régimen
Tabla 5. Elementos generales del manifiesto No, señor Presidente: usted es el que quiere regresar al Antiguo Régimen
Fuente: elaboración propia (Reforma, 16/07/2020). Source: own elaboration (Reforma, 16/07/2020).

El sentido en este segundo grupo de intelectuales fue incidir en el establecimiento de la agenda pública y en la toma de decisiones, en la que el Poder Ejecutivo tenía ventaja, al proponer diferentes ángulos de análisis, establecer nexos entre datos aislados y relacionar acontecimientos pasados con los más recientes para otorgarles perspectivas diferentes. Aquí la estructura del manifiesto cambió al tomar la pregunta lanzada por el Ejecutivo y responderla con argumentos y observaciones, para terminar con una advertencia (Tabla 6).

Tabla 6. Análisis de contenido del manifiesto No, señor Presidente: usted es el que quiere regresar al Antiguo Régimen
Tabla 6. Análisis de contenido del manifiesto No, señor Presidente: usted es el que quiere regresar al Antiguo Régimen
Fuente: elaboración propia (Reforma, 16/07/2020). Source: own elaboration (Reforma, 16/07/2020).

En este escenario comenzaron las reacciones en los medios de comunicación a partir de los géneros periodísticos informativos y de opinión. El caricaturista Hernández (La Jornada, 16/07/2020) hizo representaciones de Enrique Krauze, Héctor Aguilar Camín y Jorge G. Castañeda. Los editoriales también estuvieron presentes; Rayuela apuntaba que “coléricos por haber perdido las canonjías que disfrutaban como intelectuales orgánicos, se lanzan a degüello para recuperarlas” (La Jornada, 16/07/2020).

Federico Berrueto (Milenio, 17/07/2020) señalaba que “el grupo de intelectuales ha dado un paso muy positivo para el debate y la denuncia sobre la regresión autoritaria en curso. Su prestigio y espacio natural son las ideas, no las elecciones y mucho menos los partidos”. Gil Gamés (Milenio, 17/07/2020), por su parte, señalaba los epítetos con los que se refirió AMLO a ellos: neoliberales, neoporfiristas, cómplices del fraude electoral, deshonestos en política y en la vida intelectual y subrayaba que a eso el presidente le llamaba debatir y no difamar. Jairo Calixto Albarrán (Milenio, 17/07/2020) se refería a los intelectuales como “esa extraña tribu” con “ansia de militancia desde la intimidad de tu despacho opositor”.

El columnista Sergio Sarmiento (Reforma, 17/07/2020) reaccionaba a favor del debate democrático, poniendo el énfasis en el problema central que vive el país: “estamos viendo una creciente polarización política que se refleja en una intolerancia cada vez mayor. No es un fenómeno que se limite a México. Otros países están sufriendo la misma tendencia, que ha coincidido con el ascenso de los políticos populistas”.

La caricatura de El Fisgón titulada “Intelectuales ricos, ideas pobres” presentaba a Enrique Krauze con el logotipo del Partido Acción Nacional (PAN) y a Héctor Aguilar Camín con el del Partido Revolucionario Institucional (PRI), y Helguera caricaturizó a Krauze, Camín y a Jorge G. Castañeda en “Protesta de intelectuales” (La Jornada, 17/07/2020).

Rafael Cardona (La Crónica de Hoy, 17/07/2020) señalaba que los intelectuales y los académicos incurrían siempre en los mismos errores: confundían los deseos con las posibilidades; si de verdad se quería formar un bloque ciudadano organizado, la tarea era hacerlo, no enunciarlo ni anunciarlo; “abajo firmar” no era suficiente, se debía hacer política, organizar gente, movilizar, agitar, como lo hizo durante treinta años el actual presidente.

Diego Petersen Farah (El Financiero, 17/07/2020) detalla que con dos cartas arrancaba la carrera hacia el 2021, que apuntaba convertirse en la elección intermedia más intensa y trascendente de los últimos años, más aún que la de 1997, y que las epístolas no habían hecho sino adelantar el tono de lo que sería un largo año de descalificaciones, un año de disputa por la nación donde, paradójicamente, no se iban a discutir qué país se quería, sino qué país no se quería. Por su parte, Javier Solórzano Zinser (La Razón, 17/07/2020) subrayaba que varios de quienes firmaron distinguieron que el presidente, con la habilidad que lo caracteriza, supo trasladar el planteamiento académico —circunscrito a una forma de expresión que para nada es nueva en la democracia mexicana— a un espacio en el que se interpretaría como de oposición de tipo electoral.

Con este escenario, dos días después aparecieron en escena 28 intelectuales autodenominados de izquierda respaldando al presidente; contra todo discurso oficial, olvidaban que ahora eran ellos los nuevos intelectuales orgánicos. La tardía reacción y organización para publicar este contramanifiesto demostró que el presidente no ha tenido una comunidad intelectual estructurada que lo defendiera; pero, al mismo tiempo, dejó en evidencia la conformación de esta nueva élite (Tabla 7).

Tabla 7. Elementos generales del manifiesto En defensa de la democracia y contra las mentiras de ideólogos neoliberales
Tabla 7. Elementos generales del manifiesto En defensa de la democracia y contra las mentiras de ideólogos neoliberales
Fuente: elaboración propia (La Jornada, 17/07/ 2020). Source: own elaboration (La Jornada, 17/07/ 2020).

El discurso estuvo dirigido a una causa indiscutible como la defensa de la democracia y hacia los “ideólogos neoliberales”, uno de los conceptos clave de la administración federal con tintes de descalificación. El contramanifiesto también señalaba elementos coincidentes con el publicado por el Ejecutivo, en tanto su objetivo era hacer énfasis en la confrontación, sin proponer soluciones. Es importante subrayar que para que una idea gane preeminencia debe ser expuesta colectivamente (Tabla 8).

Tabla 8. Análisis de contenido del manifiesto En defensa de la democracia y contra las mentiras de ideólogos neoliberales
Tabla 8. Análisis de contenido del manifiesto En defensa de la democracia y contra las mentiras de ideólogos neoliberales
Fuente: elaboración propia (La Jornada, 17/07/2020). Source: own elaboration (La Jornada, 17/07/2020).

En este contramanifiesto tampoco hubo respuesta ante los problemas planteados en torno al tema de violencia político-sexual expuesta desde el primer momento. Para el fin de semana los mismos firmantes y otros articulistas publicaban su opinión en los medios de comunicación masivos afines a sus filiaciones políticas; así, Pedro Miguel (La Jornada, 18/07/2020) señalaba que los primeros firmantes eran un grupo reducido que emitía algunas calumnias manidas en contra de la Cuarta Transformación (4T) con intenciones nítidamente reaccionarias que en el fondo querían lo mismo que el frente Nacional Anti AMLO (FRENAAA), el naufragio de un proyecto de país. José Fernández Santillán (La Crónica de Hoy, 18/07/2020) apuntaba que AMLO hacía una extrapolarización histórica arbitraria al interpretar la política mexicana del siglo XXI con la lucha entre liberales y conservadores del siglo XIX, que se creía la reencarnación de Benito Juárez y que, a quien no estaba con él, lo descalifica con el epíteto de conservador. Carlos Urdiales apuntaba que como el presidente “ama el debate y la confrontación, más si es electoral […] bendijo la discrepancia y comenzó a repartir adjetivos y señalamientos a sus respetados malquerientes” (La Razón, 18/07/2020).

Carlos Elizondo Mayer-Serra (Reforma, 19/07/2020) escribía que había calificado como defensores del corrupto régimen del pasado a los treinta intelectuales que firmaron un desplegado donde criticaban la centralización del poder, el mal manejo de la pandemia y la erosión institucional, pedían una alianza electoral para tener un país más plural y con contrapesos. David Gutiérrez Fuentes (La Crónica de Hoy, 19/07/2020) señalaba que la carta-desplegado fue promovida por el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) en la que figuraban dos nombres caracterizados por actuar como caciques culturales y buenos negociantes con el Estado benefactor.

En respuesta, se publicó otro manifiesto que convocaba a una comunidad más grande de intelectuales, académicos y empresarios, principalmente, para respaldar a la defensa de la libertad de expresión (Tabla 9).

Tabla 9. Elementos generales del manifiesto En defensa de la libertad de expresión
Tabla 9. Elementos generales del manifiesto En defensa de la libertad de expresión
Fuente: elaboración propia (El Universal, 17/09/2020). Source: own elaboration (El Universal, 17/09/2020).

Esta vez, el sentido intelectual fue demostrar homogeneidad, ya que

se considera que, si los expertos no dicen nada es porque dan su consentimiento, y ese consenso nos da seguridad y nos lleva a incorporar las nuevas verdades al sistema en que almacenamos el saber. En cambio, cuando los expertos discuten, nos volvemos escépticos respecto de la verdad enunciada. Esto quiere decir que no confiamos en los expertos individuales sino en comunidades de expertos autoerigidas. (Wallerstein, 2005: 179)

Tabla 10. Análisis de contenido del manifiesto En defensa de la libertad de expresión
Tabla 10. Análisis de contenido del manifiesto En defensa de la libertad de expresión
Fuente: elaboración propia (El Universal, 17/09/2020). Source: own elaboration (El Universal, 17/09/2020).

Se reforzaba el discurso de la necesidad de atender una problemática desde la Presidencia de la República, en donde la percepción era que la lucha de las mujeres no era un tema prioritario en la agenda política (Tabla 10). Enrique Galván Ochoa (La Jornada, 21/09/2020) escribía que “la lista de los ‘650 intelectuales’ […] forma parte de un listado mayor, solo que la mayoría de los convocados se negó a autorizar que fuera utilizado su nombre. Recibieron por correo electrónico una invitación en la que no aparecía el nombre de todos los ‘abajofirmantes’ y a muchos les pareció sospechosa”.

Por su parte, José Blanco (La Jornada, 22/09/2020) consideraba que los firmantes “fueron oídos y atendidos profusamente durante largas décadas. Innegablemente. Es de ellos que han salido hacia las ondas hercianas calificativos e insultos de un color que nunca se ha permitido el Presidente”. Y Abraham Nuncio (La Jornada, 24/09/2020) señalaba que “quienes descerrajaron el aplauso más franco y estruendoso con el desplegado de los 650 intelectuales (menos sus bajas) fueron los cinco ex presidentes rumbo a un posible juicio por los daños que cometieron contra la nación”.

Mientras tanto, en respuesta al manifiesto anterior, se anunciaba un nuevo texto. La convocatoria se realizó a través de la cuenta de Twitter de Rafael Barajas @fisgonmonero por medio de un formulario de Google en donde “un grupo de ciudadanos promovió este posicionamiento que obtuvo una respuesta inesperadamente amplia. Nuestro documento fue abierto a firmas a las 14:00 horas”. Hablamos de una disparidad en las formas, en los recursos y en el sentido original de la firma de manifiestos, reservados a los hombres de cultura. Ahora se abría una convocatoria ciudadana. Nada más alejado de su origen y propósito (Tabla 11).

Tabla 11. Elementos generales del manifiesto Por la libertad, contra los privatizadores de la palabra
Tabla 11. Elementos generales del manifiesto Por la libertad, contra los privatizadores de la palabra
Fuente: elaboración propia (La Jornada, 20/09/2020). Source: own elaboration (La Jornada, 20/09/2020).

Este contramanifiesto tuvo como propósito demostrar un número descomunal de firmas de “gente común”, en contraposición con el desplegado con 650 adherencias. A continuación, se exponen las partes más representativas del texto (Tabla 12):

Tabla 12. Análisis de contenido del manifiesto Por la libertad, contra los privatizadores de la palabra
Tabla 12. Análisis de contenido del manifiesto Por la libertad, contra los privatizadores de la palabra
Fuente: elaboración propia (La Jornada, 20/09/2020). Source: own elaboration (La Jornada, 20/09/2020).

En este contramanifiesto se aludía a que la lucha de las mujeres es solo una oportunidad para denostar, pero no hubo argumentos que sostuvieran lo contrario. Hugo Aboites (La Jornada, 26/09/2020) sostenía que “el objetivo real del alarmista desplegado no es AMLO, son las comunidades y sus territorios […]. Así, mientras haya un muy dispuesto grupo de 648 (dos ya se deslindaron), profesores universitarios, científicos, intelectuales, seguirán los gritos de alarma. Aunque a otros 28 mil opuestos firmantes no les hagan el menor caso”.

En este contexto, la intención fue tener una mayoría abrumadora de firmantes bajo la idea de impedir superar los números. No se discutió un tema tan relevante, como la lucha de las mujeres en México, como se intentó desde un comienzo. La única posibilidad de contrarrestar esta omisión en el discurso, sin distorsionar el sentido original de los manifiestos, era que los intelectuales firmantes siguieran insistiendo en resaltar el tema en la discusión pública a partir de su capital simbólico de notoriedad externa (Bourdieu, 2009).

Camp (1988) aseguraba que los intelectuales usan sus habilidades para ayudar a los políticos en su ascenso político y aumentar el prestigio de su camarilla; pero, a cambio, demandan beneficios políticos para ellos mismos, dan la apariencia de un equipo homogéneo, leal al presidente en turno; en realidad, es una comunidad de individuos que luchan por el poder. Su conocimiento y su capital simbólico se convierte en producto de cambio con el poder.

Conclusiones

La revisión de los documentos revela varios aspectos destacados en torno a los temas a debatir y los sujetos involucrados en la actual coyuntura política de México. Primero, los resultados mostraron, por parte de la comunidad intelectual, que el tema fue planteado en tres ocasiones en términos de una actitud de desprecio hacia el movimiento de las mujeres que luchan por la igualdad, por parte del presidente; que se ha colocado el tema en el mismo nivel que el dolor de las víctimas por la violencia, los reclamos ambientalistas, la baja asignación a organismos autónomos o la libertad de expresión, entre otros.

Segundo, en cuanto a los desplegados por parte de quienes defienden las posiciones del presidente se observó que lo relativo a género no son objeto de su tratamiento; por lo tanto, se asume, por omisión, que es un tema del mismo nivel que otros.

Tercero, que las acciones del presidente y del gobierno que él encabeza han despertado fuertes críticas en los medios no sólo por parte de los políticos sino de intelectuales y académicos, con la diferencia de que éstos últimos parecen haber tomado el liderazgo ante la virtual ausencia de personajes y propuestas claras de los políticos.

Cuarto, que el presidente se encuentra prácticamente solo en su tarea de convencimiento en cuanto a la exposición de ideas, en el ofrecimiento de argumentos que expliquen y sostengan sus medidas. A diferencia de otros momentos, el jefe del ejecutivo no tiene intelectuales propios, capaces de enfrentar las críticas y sostener un debate de ideas; ante esta carencia, ha sido él quien ha tenido que salir una y otra vez a defender su programa y lejos de hacerlo con ideas, ha mantenido las descalificaciones y las agresiones, precisamente una de las críticas que los intelectuales le han formulado.

Quinto, que los temas expuestos por unos y otros han sido eminentemente políticos, de defensa de las libertades, los riesgos de la intolerancia y el cada vez más temido regreso a formas autoritarias aparentemente superadas con el avance democrático.

En función de la muestra discursiva analizada, se plantea que la violencia político-sexual está invisible y normalizada para el presidente. Es relevante discutir la violencia de género, en sus diferentes tipos, política, sexual, física y psicológica -porque se ha incrementado peligrosamente en los últimos años- ya que no es un tema central en la discusión, apenas propuesto por los intelectuales; pero, por completo ausente en los discursos oficiales. Se vuelve imperativo proponer alternativas de solución para que, desde las esferas de las comunidades de intelectuales, así como desde el Estado y los gobiernos, este gran problema sea atendido.

Bibliografía

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La Razón (2020).

El Financiero (2020).

Reporte Índigo (2020).

Milenio Diario (2020).

Notas

1 Referimos a la violencia de género en sus diversos tipos: física, psicológica y sexual, además de la violencia estructural reproducida por las vías de la discriminación en los campos económico y social entre los status relativos de poder y de subordinación en el espacio jerárquico global (Segato, 2003).
2 Para De Marinis (2017), de acuerdo con la semántica sociológica alemana, la comunidad tiene atributos genéricos asociables a la intimidad, cohesión, unión, colectividad, afectividad, naturalidad, proximidad, irracionalidad, calor, organicidad, autenticidad, consenso, necesidad, bondad, eticidad, virtud, pasión y eternidad, entre otros.
3 Entendidos como escritos en que se hace pública una declaración de doctrinas, propósitos o programas (RAE, 2020).
4 Existen otros manifiestos de suma importancia por discutir; para el caso que nos compete se presenta como referencia el “Manifiesto de la manifestación feminista” del 8 de marzo de 2020, firmado en el marco del Día Internacional de la Mujer en España como punto de inflexión del Movimiento Feminista.
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