Resumen: Se establece un diálogo entre las aportaciones del Buen Vivir, las Epistemologías del Sur, los feminismos decoloniales y las pedagogías feministas. El artículo tiene, por lo tanto, como objetivo principal reconocer los paralelismos entre las cuatro dimensiones y marcar como eje central la construcción de una educación transformadora a partir de dicho diálogo. Para ello, se sigue una metodología cualitativa mediante técnicas de análisis bibliográfico crítico, teniendo como base las publicaciones recientes más relevantes de cada uno de los tópicos señalados. Entre los resultados cabe destacar la necesidad de descolonizar y despatriarcalizar nuestras prácticas de desarrollo, especialmente, centrando la mirada en la educación. Para ello se proponen unas líneas de acción que buscan conectar los pensamientos decoloniales, del Sur y feministas en la educación para una ciudadanía transformadora.
Palabras clave: Buen Vivir, Epistemología del Sur, pedagogía feminista, feminismo decolonial, educación transformadora.
Abstract: This article establishes a dialogue between the contributions of “Buen Vivir”, the Epistemologies of the South, decolonial feminisms, and feminist pedagogies. It has, therefore, as its main objective to recognize the parallels between the four dimensions and to mark as a central axis the construction of transformative education based on this dialogue. A qualitative methodology is followed through critical bibliographical analysis techniques based on the most relevant recent publications on each of the aforementioned topics. As a result, it is worth highlighting the need to decolonize and de-patriarchalize our development practices, especially by focusing on education. To this end, some lines of action are proposed that seek to connect decolonial, Southern, and feminist thinking in education for transformative citizenship.
Keywords: “Buen Vivir”, epistemologies of the South, feminist pedagogy, decolonial feminism, transformative education.
Diálogos entre el Buen Vivir, las Epistemologías del Sur, el feminismo decolonial y las pedagogías feministas. Aportes para una educación transformadora
Dialogues between “Buen Vivir”, Epistemologies of the South, Decolonial Feminism and Feminist Pedagogies. Contributions for a Transformative Education

Recepción: 29 Abril 2021
Aprobación: 22 Agosto 2021
Dialogues between “Buen Vivir”, Epistemologies of the South, Decolonial Feminism and Feminist Pedagogies. Contributions for a Transformative Education
Introducción
El presente artículo se centra en imaginar otro desarrollo posible alternativo al desarrollo hegemónico basado en una perspectiva fundamentalmente economicista que deja a un lado una visión holística, integral y diversa de los pueblos y de su idiosincrasia. Partimos de una doble pregunta: ¿es posible un desarrollo desde el Buen Vivir, el feminismo decolonial y las Epistemologías del Sur?, y ¿estamos educando en ciudadanías críticas capaces de cuestionar los modelos de desarrollo hegemónicos? Para dar respuesta a ambas interrogantes dialogamos con los aportes que surgen desde las Epistemologías del Sur, del Buen Vivir y de los feminismos decoloniales, buscando ejes de acción desde la educación feminista para construir ciudadanías transformadoras.
Tales cuestionamientos surgen de la revisión de los textos de Boaventura de Sousa Santos y de su crítica a la Modernidad occidental, al colonialismo, al capitalismo y al patriarcado como forma de invisibilización y de ausencia de los saberes del Sur Global. Partiendo de esta premisa observamos que el Buen Vivir, el feminismo decolonial y las Epistemologías del Sur tienen elementos en común y proponen alternativas al colonialismo moderno desde la lucha social, la producción de saberes y desde acciones contrahegemónicas y antipatriarcales.
Sumamos las contribuciones críticas de los feminismos decoloniales, siguiendo los trabajos de diversas autoras y autores, principalmente basados en el cuestionamiento de la imposición de saberes, cuerpos, sentires, deseos, acciones desde el eje de la opresión y el privilegio blanco-masculino-occidental y que construyen el desarrollo hegemónico. Las aportaciones de los feminismos decoloniales nos ayudan a revisar el modelo de desarrollo dominante generador de desigualdades y abrir caminos para construir alternativas de ser, hacer, pensar, sentir y vivir desde un eje interseccional.
Así, el objetivo de esta publicación será establecer vínculos de pensamiento entre las aportaciones de las Epistemologías del Sur con las propuestas de desarrollo basadas en el Buen Vivir, siempre desde una perspectiva feminista decolonial, que persigue interrogar a las tres corrientes y buscar sus puntos de encuentro, un lugar común que nos permita entender su complementariedad. Además, como objetivo final, y desde este lugar común, el presente artículo invita a descolonizar y despatriarcalizar nuestras prácticas de desarrollo y aportar ciertas líneas de acción que conectan diversas prácticas educativas transformadoras. Tales objetivos surgen al preguntarnos hasta qué punto puede existir relación entre las Epistemologías del Sur, el Buen Vivir y los feminismos decoloniales, y si es posible llevar a la acción este diálogo desde una educación transformadora.
Desarrollamos un análisis crítico y reflexivo partiendo por revisar la literatura afín, para lo cual se consideran publicaciones pertinentes de los últimos años y textos consolidados sobre los temas a tratar. Optamos por un trabajo tipo ensayo crítico pues responde a los principios de la investigación feminista y decolonial (Blazquez et al., 2012) que se defiende en las siguientes páginas y que aporta una mirada rupturista respecto a imposiciones científicas positivistas y uniformes. La educación, el conocimiento y la ciencia no son neutras, interpelándonos hacia una apuesta que explore diversas formas de acceder al conocimiento, analizarlo y transferirlo, siendo coherentes con los principios de las Epistemologías del Sur.
Diálogos entre el Buen Vivir, las Epistemologías del Sur, los feminismos decoloniales y las pedagogías feministas: cuestionamiento de los modelos económicos, sociales y de desarrollo hegemónicos
En nombre del desarrollo, siguiendo los planteamientos de Gilbert Rist (2002), se han impulsado guerras, colonizado países, llevado a cabo labores humanitarias, entre tantos otros ejemplos. En nombre del desarrollo se valoran unos países por encima de otros, se cataloga a unos seres humanos de primera y otros de segunda o tercera, y en nombre del desarrollo explotamos recursos ecológicos, acallamos voces de pueblos originarios e invisibilizamos las voces y saberes diversos.
La perspectiva de la que partimos se ubica en la necesidad de repensar los modelos hegemónicos de economía y desarrollo. Nos alejamos del precepto de la Modernidad como sistema económico, y por tanto social, que ha imperado en el Norte y que se ha intentado imponer en el Sur Global. El modelo dominante de desarrollo se vislumbra a todas luces incapaz para aportar soluciones sólidas a las desigualdades y, por ello, se hacen imprescindibles propuestas alternativas que se configuren como fórmulas políticas y reivindicaciones reales que ofrezcan condiciones dignas para toda la humanidad (Polygone, 2003); políticas sociales, económicas, culturales y educativas, para acercar posturas desde una mirada al mundo que nazca de la justicia social.
Entonces ¿para qué ha servido la palabra desarrollo? Boaventura de Sousa Santos concluye que este término sirve para que algunos pueblos del mundo pasen a llamarse subdesarrollados y para que en nuestro imaginario se coloquen como tal, pero no solo en lo económico sino también en cuanto a sus instituciones, leyes o saberes (de Sousa, 2018b) e incluso para desvalorizar los modos de relación social, de vida y los saberes propios del Sur (Arteaga-Cruz, 2017). Han pasado siete décadas desde que este concepto surgiese oficialmente —y se ha llegado al tal punto en el que el mundo entero está inmerso en el “maldesarrollo” (Demaria et al., 2020).
Sumada a esta imagen se nos impone otra homóloga, sobre la concepción de una situación de crisis permanente, que parece asolar toda posibilidad de cambio o resolución de situaciones que, pareciera, deben permanecer estructuralmente ancladas, sin poder salir de ese modelo del desarrollo cíclico, carentes de alternativa, aunque realmente “no necesitamos alternativas, necesitamos de un pensamiento alternativo de alternativas [...], sobre todo porque un pensamiento que no permite alternativas no necesita de nuestro consenso, necesita solamente de nuestra resignación” (De Sousa, 2018a: 2), y se perpetúa así la concepción de la imposibilidad de otro desarrollo posible.
Frente a propuestas iniciales de desarrollo basadas en la modernización, la industrialización y la acumulación de capitales, que sitúan a los países del Norte frente a los del Sur Global, surgen propuestas y alternativas en las que el desarrollo pone la atención, además de los aspectos económicos, en la mejora de las condiciones sociales, políticas y/o culturales. Desde estas perspectivas se rechaza la necesaria dependencia jerárquica de unos países frente a otros, se apuesta por el desarrollo de capacidades y libertades, así como de mayores oportunidades de los sujetos y se proponen, desde enfoques que buscan la armonía con la Naturaleza, la economía local, la diversidad cultural o la calidad de las relaciones humanas, alternativas a las concepciones tradicionales del desarrollo.
El objetivo, por tanto, será promover el desarrollo orientándose a un proceso de cambio social, económico, político, cultural, tecnológico, etc. que, surgido de la voluntad colectiva, requiere la organización participativa y el uso democrático del poder de los miembros de una comunidad. El desarrollo, así entendido, crea condiciones de igualdad que abren más y mejores oportunidades de vida al ser humano para que despliegue todas sus potencialidades y preserve, para las generaciones futuras, el acceso y buen uso de los recursos, el medio ambiente natural y el acervo cultural (CONGDE, 2014).
Desde esta perspectiva queremos señalar el Buen Vivir y las Epistemologías del Sur porque ambas tienen en común la oposición a la Modernidad, el cuestionamiento del capitalismo, el reconocimiento de la pluralidad de saberes y el rechazo al patriarcado y al poder dominante. A su vez, se presentan complementarias a los feminismos decoloniales. De ahí que el punto de partida de este texto se base, una vez centrada la idea de crítica al desarrollo hegemónico, en articular y establecer un diálogo entre el Buen Vivir, las Epistemologías del Sur, los feminismos decoloniales y las pedagogías feministas, entendiendo que pueden mirarse de frente en una simbiosis que genere complementariedad.
Buen Vivir como otro desarrollo posible
El Buen Vivir es un concepto en construcción, complejo y vivo que parte de ideas alternativas a las concepciones tradicionales de desarrollo. Nace de sociedades empobrecidas, olvidadas o excluidas, como una plataforma de discusión de propuestas alternas a los modelos anteriores, de debate político (en el sentido más amplio del término) hacia la libertad para todas las personas y como propuestas que sean asumidas por la sociedad (Gudynas y Acosta, 2011).
El Sumak Kawsay o Buen Vivir surge de los pueblos indígenas, sobre todo de Bolivia y Ecuador, de la lucha de los invisibles frente a los modelos dominantes con el objetivo de apostar por una alternativa al desarrollo tradicional. Este nuevo enfoque huye del énfasis en aspectos económicos, en el mercado, en la obsesión del consumo, el bienestar como ingreso económico/material o del mito del progreso continuado (Gudynas, 2011) con la singularidad de considerar a la Naturaleza como “un ser vivo y como objeto de cuidado o sujeto de derechos” (Arteaga-Cruz, 2017: 911). El principio inspirador del Buen Vivir es el equilibrio entre los sujetos y la comunidad, entre comunidades y pueblos en armonía con la Naturaleza, un objetivo de armonías y equilibrios que persigue reproducir la vida y no el capital (Demaria et al., 2020). Rechaza la visión antropocéntrica del mundo en la que el ser humano es superior a la Naturaleza y concibe esta como objeto del modelo social del Buen Vivir.
Llevando el modelo a dimensiones concretas y de gestión factible, Larrea (2015) plantea seis dimensiones básicas para evaluar el proceso del Buen Vivir en Ecuador que resultan de utilidad para entender de qué elementos se nutre: