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Helsinski 1952. Crónicas periodísticas de la participación argentina en los Juegos Olímpicos
Helsinki 1952: Journalistic Chronicles of Argentine Participation in the Olympic Games
Helsinque 1952. Crônicas jornalísticas sobre a participação da Argentina nos Jogos Olímpicos
Helsinski 1952. Crónicas periodísticas de la participación argentina en los Juegos Olímpicos
Educación Física y Ciencia, vol. 27, núm. 2, e327, 2025
Universidad Nacional de La Plata
Recepción: 18 Octubre 2024
Aprobación: 25 Marzo 2025
Publicación: 01 Abril 2025
Resumen: La participación argentina en los Juego Olímpicos disputados en Helsinski fue seguida en detalle por distintos diarios nacionales. Incluso algunos de ellos mandaron reporteros y fotógrafos especiales, los que informaban de forma cotidiana sobre las vicisitudes experimentadas allí. ¿Por qué este evento congregó tantas expectativas? Es menester señalar que el gobierno liderado por Juan Domingo Perón apoyó enfáticamente las diversas manifestaciones deportivas y que la experiencia anterior en Londres en 1948 había resultado positiva, por lo cual el público argentino se encontraba sumamente interesado por estar al tanto de lo que allí pasaba. Por su parte, esta nueva edición tenía la novedad de contar con la asistencia de 21 niños que habían resultado victoriosos en los Juegos Infantiles Evita. Asimismo, un delegado obrero también fue de la partida. Por último, durante la realización de las olimpiadas se produjo el fallecimiento de Eva Duarte de Perón. Todas estas cuestiones hicieron que esta justa deportiva sea un episodio histórico que vale la pena investigar.
Palabras clave: Juegos Olímpicos, Helsinski, Eva Duarte de Perón, Deportes.
Abstract: The Argentine participation in the Olympic Games held in Helsinki was followed in detail by various national newspapers. Some even dispatched special reporters and photographers who provided daily accounts of the events. Why did this event generate such high expectations? It is noteworthy that the government led by Juan Domingo Perón vigorously supported diverse sporting endeavours, building on the positive experience from London in 1948. Consequently, Argentine audiences were keenly interested in staying informed about the proceedings. This edition was also notable for the participation of 21 children who had triumphed in the Evita Children’s Games, alongside a trade union delegate. Additionally, the passing of Eva Duarte de Perón during the Olympics added historical significance to this sporting event, making it an episode worthy of further investigation.
Keywords: Olympic Games, Helsinki, Eva Duarte de Perón, Sports.
Resumo: A participação da Argentina nos Jogos Olímpicos de Helsinque foi acompanhada detalhadamente por vários jornais nacionais, alguns deles chegaram a enviar repórteres e fotógrafos especiais para a cobertura do que acontecia no local. Por que esse evento gerou tantas expectativas? É preciso observar que o governo liderado por Juan Domingo Perón apoiava fortemente os diversos eventos esportivos e a experiência anterior em Londres, em 1948, havia sido positiva, de modo que o público argentino estava extremamente interessado em saber o que estava acontecendo lá. Por sua vez, essa nova edição teve a novidade de contar com a presença de 21 crianças que haviam sido vitoriosas nos Jogos Infantis Evita. Um representante dos trabalhadores também estava presente. Por último, durante as Olimpíadas, Eva Duarte de Perón faleceu. Todas essas questões tornaram esse evento esportivo um episódio histórico que merece ser investigado.
Palavras-chave: Jogos Olímpicos, Helsinque, Eva Duarte de Perón, Esportes.
Introducción
Durante los años en que Juan Domingo Perón fue el presidente argentino el fomento a las competiciones deportivas fue parte relevante de las políticas públicas implementadas. Tanto en el plano amateur como en el profesional, distintos entes estatales se encargaron de poner a disposición de los y las deportistas una variedad de recursos que no eran sólo económicos. La frecuente aparición del primer mandatario en justas deportivas era un componente habitual del apoyo simbólico prestado a las diversas manifestaciones deportivas en general. La publicidad que decía “Perón apoya a los deportes” podía leerse en los modernos estadios construidos en aquel tiempo, del mismo modo que en las páginas publicitarias de revistas especializadas, pero también de interés general. Es menester señalar que esta acción propagandística se condecía con las propias percepciones de la época (Orbuch, 2024).
Por su parte, la organización y el triunfo en relevantes eventos como el Mundial de Basquetbol llevado a cabo en 1950 y los Primeros Juegos Panamericanos en el siguiente año dejaron en claro que la posibilidad de ser el país que albergara en un futuro no muy lejano los Juegos Olímpicos no era una idea descabellada e incluso esa oportunidad se perdió por un voto ante la ganadora candidatura de la ciudad australiana de Melbourne (Torres, 2014). El propio Juan Domingo Perón solía hacer referencia en diversas ocasiones que el lugar de los deportistas argentinos debía estar relacionado a la diplomacia puesto que en las competiciones deportivas el propósito principal no pasaba por triunfar sino por “conquistar un amigo” y esas amistades debían contribuir a fortificar las relaciones entre todos los países del mundo (La Nación, 12 de mayo de 1952).
En virtud de lo expuesto, este artículo buscará indagar en las representaciones aparecidas en los medios de comunicación respecto al rol de los y las deportistas argentinos en tanto embajadores nacionales que debían representar a nuestro país y dejar en alto la bandera nacional. La constante referencia al comportamiento del conjunto de la delegación argentina da cuenta de esta “responsabilidad”, expresada en la despedida que el propio Perón les tributó en la cubierta del barco que realizó la travesía cruzando el Océano Atlántico. Asimismo, estos Juegos contaron con la visita de una veintena de niños que habían sido participantes de los Juegos Evita (Almada, 2021). Su comportamiento y sus sensaciones por estar en un país tan alejado de Argentina, así como la fortuna de poder observar una justa mundial de la talla de los Juegos Olímpicos, será otro de los tópicos presentes en la cobertura mediática. Por último, durante el desarrollo del torneo, llevado a cabo entre el 19 de julio y el 3 de agosto de 1952, se produjo el anunciado y trágico deceso de Eva Duarte de Perón, quien fue homenajeada por personalidades de todo el mundo, y, haciendo foco en la presente investigación, su muerte provocó una conmoción en el mundo del deporte, al que ella había contribuido a incentivar. Es por todas estas cuestiones que los Juegos Olímpicos de Helsinski en el año 1952 constituyeron para Argentina un evento singular.
¿Por qué la cobertura de la prensa fue tan prolífica?
En línea con lo sostenido por Da Orden y Melon Pirro (2007), el análisis de los medios de comunicación durante el gobierno peronista debe considerar dos cuestiones. Por un lado, su imbricación con el apogeo de la sociedad de masas, y por el otro, el reconocimiento que los medios son empresas y por tanto responden a determinados intereses. En el caso de la presente investigación, las fuentes a consultar serán los diarios Democracia, Clarín, La Prensa y La Nación. El primero de ellos fue fundado el 3 de diciembre de 1945 y fue de los pocos medios en apoyar la candidatura de Perón en ocasión de las elecciones del año 1946. Sus fundadores fueron Antonio Molinari, Mauricio Birabent y Fernando Estrada, quienes tenían sólidas vinculaciones con el mundo rural y buscaban capitalizar los positivos efectos de la reglamentación del Estatuto del Peón en favor del naciente partido político (Pelazas, 2012). Conforme avanzaba el proceso político, el diario pasó a formar parte del consorcio de medios peronista que cobijaba en su seno distintos diarios y revistas destinadas a todo tipo de público (Goldstein, 2017).
A su vez, Clarín fue creado por Roberto Noble el 28 de agosto de 1945, quien había sido funcionario del gobernador bonaerense Manuel Fresco en la década previa (Orbuch, 2016). Sivak (2014) explica que su relación con el peronismo antes de las elecciones de 1946 era distante, aunque fue el único medio opositor en reconocer su triunfo, e indaga en las estrategias implementadas por Noble para lograr una coexistencia pacífica con el correr de los años.
Por su parte La Prensa y La Nación eran dos diarios con una tradición previa y promediando el gobierno liderado por Juan Domingo Perón eran percibidos por el gobierno como fuertemente opositores. Ambos eran considerados voceros de las elites y de los grupos de presión más influyentes del país. El primero de ellos, fundado en 1869, había sido expropiado en una fecha reciente como 1951 y otorgado a la Confederación General de los Trabajadores en lo que constituyó un episodio nodal en el escenario internacional y único en la historia argentina. Panella (2013) sostiene que esta acción en la práctica derivó en un silenciamiento de un diario tradicional que se auto percibía como una expresión del pueblo argentino, desde antes de la formación estatal. La Nación fue creado por Bartolomé Mitre en el año 1870 y desde inicios del siglo XX se transformó en el gran educador de las elites priorizando la doctrina por sobre intereses partidarios (Gómez y Salvarredi, 2019). Durante el mandato peronista, entonces, fue de las pocas voces marcadamente opositoras.
Recorriendo estos medios de comunicación, encontramos que las noticias vinculadas a lo acaecido con la preparación de los y las deportistas, el viaje, la llegada, el recibimiento de la comunidad finlandesa, así como las performances en las competiciones tuvieron un amplio espacio, incluso varios días antes de que comenzaran formalmente los Juegos Olímpicos. Es decir, un análisis de los periódicos nos permite acceder a la cotidianeidad de diversos hechos históricos.
Al margen del nacionalismo implícito en este tipo de competiciones que procura medir el éxito de los países involucrados, del auge del deporte y del fomento proporcionado por el gobierno nacional, cabe señalar que el interés por saber e informarse de las cosas que sucedían a nivel mundial tenía un recorrido en la sociedad argentina, que por otro lado habían conformado el mercado periodístico más grande América Latina (Cane, 2007). En efecto, las noticias internacionales ostentaban un destacado sitio en todos los diarios de la época, y en general estas noticias ilustraban sus portadas. En el caso de los Juegos Olímpicos de Helsinski, se trató de un evento global que reunió una importante participación argentina. Entre los motivos que podrían explicar el interés por este tipo de noticias no había que desdeñar “la simple curiosidad, la intención de estar al corriente sobre las cosas del mundo, como un rasgo idiosincrático de una cultura mediática que, desde finales del siglo XIX, había hecho del consumo informativo de las noticias internacionales uno de sus pilares” (Sánchez, 2018, p. 32). Puesto que los ritmos que los flujos mediáticos impusieron en la vida cotidiana de millones de ciudadanos y ciudadanas, el crecimiento de la prensa generó que surgiera un proceso que podría ser denominado como la “civilización del periódico” que alteró de forma radical las apreciaciones y representaciones del mundo (Sánchez, 2024). Asimismo, la participación argentina en las anteriores olimpiadas había sido auspiciosa ya que el representativo nacional quedó en el lugar 13 de un total de 59 países. En Helsinski se sumaron 10 naciones más, dado que, entre otros países, Alemania, Japón y la Unión Soviética volvieron a participar y el sitio que ocupó Argentina fue el 19.
Cabe señalar que esta participación fue seguida con tanta atención por el público en general, que incluso el noticiero cinematográfico Semanario Argentino dispuso que un cameraman viaje hasta la lejana Finlandia para poder filmar todos los entretelones de tan relevante evento (La Nación, 20 de julio de 1952). Asimismo, también fue de la partida el famoso relator deportivo Luis Elías Sojit, del mismo modo que el relator José María Muñoz (Democracia, 15 de junio de 1952).
Rumbo a Helsinski
Respecto a la partida de la delegación argentina rumbo al continente europeo, formada por 123 miembros de los cuales solamente 8 eran mujeres, hay que destacar que, si bien el grueso de la misma llegó a la capital finlandesa por medio de una embarcación que cruzó el Océano Atlántico, los medios y tiempos de llegada fueron diversos. Por caso, los maratonistas estuvieron con más de un mes de antelación en Helsinski, arribando el día 11 de junio de 1952. Se trató del equipo compuesto por los atletas Delfo Cabrera, Reynaldo Gorno y Córsico Fernández, quienes viajaron acompañados por el entrenador Francisco Mura (La Prensa, 12 de junio de 1952).
Ese mismo día partió desde Buenos Aires la embarcación que mayor cantidad de deportistas llevaba en su interior, bautizada Le Maire, quien recibió la visita del presidente Juan Domingo Perón. Por cierto, esta selección en cuanto a la antelación con la que debía llegar cada atleta se hizo “en base a la conveniencia técnica de cada especialidad” y con la finalidad de familiarizarse con tiempo en la ruta que sería escenario de las carreras (Democracia, 3 de julio de 1952).
Es relevante hacer referencia a que, más allá de los diversos días de salida rumbo a Finlandia, los deportistas se encontraban entrenando de forma diaria e incluso concentrados alejados de sus familias. Es por ello que los jugadores de básquet, por intermedio de gestiones efectuadas por Rodolfo Valenzuela, contaron con una televisión para amenizar las largas horas en la concentración sita en el estadio de River Plate (La Nación, 15 de mayo de 1952).
El día 3 de julio de 1952 viajaron por vía aérea las cuatro integrantes de la posta femenina de 4 x 100, que se habían impuesto en mayo de ese año con récord sudamericano en un evento desarrollado en Buenos Aires. Ellas eran Lilian Buglia, Lilian Heinz, Gladys Erbetta y Ana María Fontán. En el mismo avión fueron de la partida los nadadores y los waterpolistas.
También por vía aérea viajaron el 5 de julio Ana María Schultz, la única nadadora que componía la delegación, Rómulo Dragui y Eduardo Julio Sanguinetti, del equipo de pentathlón moderno; Casimiro González Triller, entrenador del seleccionado de basquetbol y Ernesto Lastra designado juez por la Federación Internacional de Basketball Amateur. Acompañaron en el mismo vuelo, la madre de la nadadora y los relatores deportivos Washington Rivera y José María Muñoz. El 9 de julio viajaron por avión los equipos de basquetbol, natación y ciclismo junto a entrenadores y preparadores físicos (Clarín, 5 de julio de 1952).
La cobertura periodística dio cuenta de otras cuestiones novedosas. Por caso, en un suelto titulado “Llevará a Helsinski la Bandera Nacional un trabajador argentino” (La Prensa, 3 de julio de 1952), se puede acceder a los entretelones que originó la decisión de llevar a la justa deportiva a un representante del mundo del trabajo. El secretario general del sindicato de la Unión Trabajadores de Entidades Deportivas y Civiles (UTEDCY), Manuel Evaristo Reyno, fue el elegido para viajar a Finlandia, y con tal motivo se celebró un acto. Allí, hizo uso de la palabra el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT), José Espejo. Para el titular de la CGT, los trabajadores eran “lo más sublime que tenía la patria, y se les debe dar todo, porque ellos dan todo por ella” (La Prensa, 3 de julio de 1952). Cabe mencionar que, a tono con la raigambre obrera del diario, La Prensa fue el único medio que hizo referencia a este viaje e incluso ya lo había anticipado en su edición del 13 de mayo de 1952 cuando publicó una nota titulada “Otro gesto de Eva Perón: por primera vez un trabajador del deporte integrará la delegación olímpica argentina”. Allí se señaló que el viaje de Reyno fue realizado merced a una petición de la señora Eva Duarte de Perón (La Prensa, 13 de mayo de 1952).
Como se aprecia en la figura 1, la visita del primer mandatario a la Dársena 2, dique 2 de Puerto Nuevo para despedir a los y las deportistas fue un momento que daba cuenta de las expectativas puestas en juego respecto a la futura participación nacional. Ese 11 de junio de 1952, Perón llegó acompañado por el presidente de la Confederación Olímpica Argentina, Rodolfo Valenzuela, por su secretario privado, Juan Duarte y por el edecán de servicio teniente coronel Jorge Passicot (La Nación, 12 de junio de 1952). Esta acción por parte del presidente fue considerada por los deportistas como un “grande y valioso estímulo” (Clarín, 12 de junio de 1952).
Perón recorrió detenidamente las instalaciones de la nave, interesándose particularmente por las dependencias reservadas a los atletas así como las que utilizarían los niños que tuvieron destacada actuación en los torneos infantiles Evita y que fueron parte de la delegación como veremos a continuación.
En su despedida, fue “objeto de vivas simpatías por los atletas, dirigentes y público allí estacionado” (La Nación, 12 de junio de 1952). Incluso durante el viaje, el presidente de la delegación, Domingo Peluffo,1 le mandó al primer mandatario un mensaje de salutación, extensivo a Eva Duarte de Perón, en el que le agradeció todas las comodidades puestas a disposición por el Estado nacional y resaltó el espíritu reinante a bordo, compuesto de patriotismo y camaradería (Clarín, 15 de junio de 1952).
El involucramiento de Perón con el desempeño de los deportistas argentinos en los Juegos Olímpicos fue tal que asistió en reiteradas ocasiones a ensayos previos a su partida. Fue el caso de su visita a la sede Jorge Newbery del club Gimnasia y Esgrima de Buenos Aires. El 30 de junio de 1952, en compañía de Rodolfo Valenzuela fue a observar los entrenamientos de Ricardo Heber, quien se desempeñaba en jabalina; Estanislao Kocourek en 110 metros con vallas; Ingebord Mello e Ingebord Pfuller en lanzamiento de bala y disco; Lilian Buglia, Ana María Fontán, Enrique Beckles, Gerardo Bonnhoff, Romeo Galán y Mariano Acosta en postas de 4 x 100 y Gladys Erbetta en saltos (Clarín, 1 de julio de 1952). Por cierto, estas actitudes le valieron elogios al presidente argentino por parte de periodistas extranjeros. Geraldo Romualdo da Silva en un diario de Brasil señaló que el barco en el que viajaban los deportistas argentinos es un “verdadero estadio flotante en el que no falta nada, ni los elementos del entrenamiento completo, ni el personal de servicio, ni la comodidades y alimentos especiales requeridos, para que la representación alcance el mayor éxito posible” (Jornal de Esportes, 4 de julio de 1952).
Además de los deportistas, fueron de la partida personal auxiliar, médicos, kinesiólogos y delegados deportivos. La Aeronáutica, por intermedio de su ministro contribuyó con la delegación nacional con el envío de una camioneta rural Institec, modelo Justicialista para facilitar el traslado de los atletas argentinos (Clarín, 12 de junio de 1952).
Las peripecias de lo sucedido a bordo del vapor Le Maire tuvieron una amplia cobertura. Por ejemplo, a través de numerosas fotografías se trató de dejar en claro para todo el universo lector la seriedad y el profesionalismo de los y las atletas seleccionados para representar al país, “preparación metódica para conservar el estado atlético y vida sana, ha sido la norma imperante a bordo” (Democracia, 2 de julio de 1952).
Otra cuestión que puede vincularse al nacionalismo que se exacerba en este tipo de competiciones es que la delegación, mientras se encontraba en pleno viaje, debió recordar fechas emblemáticas para la construcción del Estado Nación (Lionetti, 2005). Por caso, el 20 de junio, día de la bandera nacional puesto que se homenajea el deceso de Manuel Belgrano que fue su creador, fue motivo de mención en las crónicas periodísticas. El Diario Democracia, hizo referencia a este importante suceso histórico y recordó al universo lector que “estamos navegando en este magnífico transporte de la armada argentina, donde hemos instalado un trozo de nuestra querida patria lejana en el espacio” (Democracia, 1 de julio de 1952). En esa relevante efeméride, que coincidió con la llegada a la brasilera ciudad de Recife, toda la tripulación se formó en cubierta junto al mástil de honor. Ocupó un espacio protagónico el presidente de la delegación, el Doctor Domingo Peluffo, quien junto al Comandante del Le Maire izó el pabellón nacional. A continuación, todas las personas presentes entonaron las estrofas de Aurora y quien tomó la palabra fue un oficial de la nave “exaltando el significado de la jornada” (Democracia, 1 de julio de 1952). Las canciones patrias prosiguieron con el Himno Nacional y con A mi bandera.
Luego de la emoción experimentada por todas las personas, fue el turno de la distensión. De ese modo, se llevaron a cabo una serie de competencias marineras en la que participaron los boxeadores, los luchadores y los pesistas, quienes hicieron gala de “gran estado físico” (La Prensa, 1 de julio de 1952).
El 21 de junio fue otro día emotivo cuando la embarcación cruzó la línea del Ecuador. Como es sabido, en el mundo de los marineros el hecho de atravesar esa línea está cargado de connotaciones especiales y es por eso que se realizan rituales y conmemoraciones. Cabe mencionar que todos ellos se llevaron adelante con un “derroche de sana espiritualidad” (Democracia, 1 de julio de 1952).
Una persona, quizás un miembro de la tripulación o alguno o alguna de los y las deportistas, se disfrazó como el Rey Neptuno y emitió un breve discurso “con la seriedad que me caracteriza cuando quiero decir algo en serio” (Democracia, 1 de julio de 1952). Sus palabras estuvieron imbuidas de patriotismo y de referencias a la tierra argentina. Asimismo, se hizo un especial agradecimiento al gobierno nacional quien posibilitó los recursos para que la travesía sea posible y se llevara a cabo con el máximo de las comodidades disponibles puesto que “lleváis contraído un compromiso, procurad no defraudar a quienes no han escatimado nada para que podáis llegar” (Democracia, 1 de julio de 1952). Luego de esta alocución, los aplausos fueron sostenidos y el rey Neptuno devolvió el mando al capitán de corbeta Sanguinetti.
Llegada a Helsinski
La embarcación arribó a la costa finlandesa el 8 de julio, momento en el que fueron recibidos por una multitud de curiosos y periodistas. El presidente de la delegación, Peluffo, se encargó de brindar declaraciones a la prensa haciendo referencia a su optimismo respecto a la participación argentina. Respecto a la celebración de la independencia nacional, se repartió un programa que hacía referencia a las actividades planificadas a tales efectos. A las 8 de la mañana estaba previsto izar la bandera a bordo del Le Maire; a las 9.30 se haría entrega de la bandera donada por Juan Domingo Perón (con la que desfilaría el combinado nacional) y a las 10 se realizaría un homenaje al mariscal Manmerheim, héroe nacional finlandés.
La nota del diario Democracia, titulada “El Conjunto Argentino, verdadera atracción en Finlandia, celebró jubiloso la Fiesta Patria”, brinda información sobre numerosos aspectos como la recepción hecha por los locales al combinado nacional y el festejo del día patrio en suelo finlandés. En la misma se hace mención a la presencia del ministro argentino Juan Gaviola, Eric Von Frenckell, presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos, Avery Brundage, el vicepresidente del mencionado ente, numerosos delegados deportivos fineses y la delegación argentina que habría de representarnos en la justa deportiva.
En la ceremonia tomó la palabra Von Frenckell quien hizo hincapié en la importancia que tenía para su organización que todos los deportistas del mundo se llevaran positivos recuerdos para sus hogares e hicieran amistades duraderas. Su discurso se tornó poético cuando sostuvo que “sí todos los participantes que hablan lenguas distintas, emplearan durante la competencia el idioma del corazón, el éxito de los Juegos Olímpicos estaría asegurado” (Democracia, 10 de julio de 1952). El doctor Domingo Peluffo respondió en nombre de la delegación argentina, que para todos ellos y ellas era un honor celebrar el día patrio en un suelo tan distante de su lugar de origen, pero que lo hacían felices porque el respeto demostrado por el conjunto de la ciudadanía finesa era el mayor logro que se podían llevar de recuerdo hacia la Argentina. “Repetidas expresiones en honor de la Argentina y Finlandia dieron término a la ceremonia entre efusivas demostraciones con los delegados finlandeses” (Democracia, 10 de julio de 1952).
Una vez instalados en Kapryva, según la perspectiva de los medios de comunicación, la delegación argentina fue una de las atracciones por parte de los locales, quienes “concurren a presenciar sus entrenamientos y a cada salida de los argentinos se arremolinan a su alrededor los cazadores de autógrafos” (Democracia, 10 de julio de 1952). Según se lee en la nota, Delfo Cabrera era el más requerido a la hora de estampar su firma, ya que, al haber sido el ganador de la popular prueba de la maratón en los anteriores Juegos Olímpicos desarrollados en Londres en el año 1948, su fama trascendía las fronteras.
Otro recuadro en el mismo sentido, subraya que los atletas tuvieron su primer gran triunfo que era el hecho de haber conquistado las simpatías del público local. Allí, se hizo un repaso de lo acontecido el día anterior con la presencia de las autoridades del Comité Olímpico Internacional, el encargado de negocios de la Argentina, miembros del consulado nacional, periodistas, autoridades civiles y militares, atletas argentinos que ya estaban hace días preparándose y numeroso público (Democracia, 10 de julio de 1952).
Si bien todos los periódicos le dedicaron una extensa cobertura al evento, el Diario Democracia se destacó por sobre el resto no solo en la cantidad de espacio otorgado, sino en el entusiasmo y el fervor puesto de manifiesto en sus páginas. Incluso contó con una columna de opinión que narraba los sucesos en Helsinski escrita por la deportista Elsa Irigoyen llamada Apuntes Olímpicos y en la que aparecía una foto de la representante argentina y su firma al final de sus opiniones. En la primera de ellas, Irigoyen menciona el honor que significaba para el deporte nacional la posibilidad de ser de la partida en este evento de primer nivel internacional codeándose con los ases mundiales y aplaudiéndolos sin “retaceos, como auténticos admiradores de la calidad” (Democracia, 22 de julio de 1952). Allí quedó en claro su rol de preminencia en la delegación en tanto ella era presidenta del Ateneo Deportivo Evita Perón (Orbuch, 2017). En su crónica cuenta que a bordo de la camioneta justicialista, “que constituye la sensación de los finlandeses y extranjeros que se han congregado en esta pequeña y simpatiquísima Helsinski” (Democracia, 22 de julio de 1952), tuvo la oportunidad de apreciar el desempeño de un alto número de deportistas argentinos recorriendo los numerosos estadios en que se llevaban a cabo las justas deportivas. Lo hizo en compañía de Domingo Peluffo y del tesorero de la Confederación Argentina de Deportes, Juan Rodríguez Roselli.
En otra de ellas, la atleta hizo referencia a la alegría presente en la delegación argentina en ocasión de la obtención de la primera medalla de oro ganada por los remeros Tranquilo Capozzo y Eduardo Guerrero. Irigoyen contó que hubo un brindis con champaña argentina y se pidió por el pronto restablecimiento de la salud de Eva Perón, quien moriría días después en plena competencia. En la misma columna mencionó que estaba muy conforme con el entrenamiento personal que había realizado y que consideraba que tenía chances concretas de figurar en los primeros sitios de la clasificación (Democracia, 24 de julio de 1948). Asimismo, hizo referencia a los buenos augurios que le deseaba al atleta brasilero Adhemar Ferreira Da Silva, un conocido deportista que había sido de la partida en los Juegos Panamericanos de 1951 y también salió en la tapa de la revista deportiva El Gráfico, en lo que pareció un gesto vinculado a la diplomacia deportiva (Rein, 2017).
En referencia a la medalla dorada obtenida por el dúo Capozzo y Guerrero, las crónicas enfatizaron el apoyo brindado tanto por Juan Domingo Perón como por Eva Duarte. Del mismo modo, se hizo hincapié en lo que significaron estos Juegos como empresa colectiva del deporte argentino, puesto que el bote con que actuaron ambos laureados deportistas fue cedido por el Club de Regatas de San Nicolás (Democracia, 23 de julio de 1948).
Democracia dejó en claro que la prioridad del equipo argentino que nos iba a representar en todos los deportes pasaba por hacer amistades y por lograr que el público finlandés exclame: “¡que buena gente trae la Argentina!” (Democracia, 19 de julio de 1952).
Los únicos privilegiados
Otro aspecto novedoso del viaje lo constituyó la participación de 21 niños que habían ganado diversas competiciones en los Juegos Evita. Entre ellos se encontraban los 11 integrantes del equipo de fútbol Evita Estrella de la mañana y otros 10 jóvenes que habían triunfado en diversas disciplinas2. “El viaje de estos niños, es una iniciativa de Eva Perón” (Clarín, 12 de junio de 1952). El conjunto de fútbol era rosarino y se había formado con el nombre de Morning Star en el año 1946. Según cuentan las crónicas periodísticas, el intendente rosarino Celio Spirandelli fue quien sugirió anteponer el nombre Evita (Clarín, 11 de junio de 2022), y la propia Eva Duarte de Perón fue quien propuso argentinizar el nombre (Blanco, 2016). Cabe señalar que el resto de los niños provenían de todo el país y su comportamiento fue seguido con detalle por las crónicas periodísticas. Estos chicos, según la cobertura mediática, eran tratados como “nuestros hermanos y ese es el tratamiento de todos y cada uno de los que viajamos en el Le Maire” (Democracia, 1 de julio de 1952).
En la parada de la ciudad costera de Recife los niños se dieron un cálido baño de mar y con posterioridad tomaron la merienda en una reconocida confitería de la zona. Allí, llamaron la atención de todo el público presente “por la simpatía que irradian” (Democracia, 1 de julio de 1952). En la citada aparición del Rey Neptuno, este personaje dirigió un mensaje a los chicos que habían sido de la partida e hizo referencia a lo relevante que era que sigan involucrados en el deporte, puesto que ese era un sitio acorde para llevar a cabo una vida mejor en el presente, y sobre todo, en el futuro (La Prensa, 2 de julio de 1952).
Una vez en Helsinski, los medios de comunicación se ocuparon de registrar cada uno de los momentos en que los niños estuvieron presentes. Por caso, apenas arribó la nutrida comitiva, un periódico tituló “La delegación argentina tuvo el primer gran triunfo: los atletas y los niños del Evita conquistaron las simpatías” (Democracia, 14 de julio de 1952). Cabe mencionar que estos niños estuvieron alojados en un sitio distante a unos 20 kilómetros de la capital finlandesa llamado Gránkula. Allí se encontraban rodeados de vegetación, con un gran parque y un amplio lago donde practicaban natación y remo, dado que les facilitaron un bote para su uso exclusivo (La Prensa, 14 de julio de 1952). Asimismo, en ocasión de los festejos por el día de la independencia, se señaló que todos sus integrantes fueron de la partida en los festejos y tuvieron un hondo comportamiento patriótico puesto que el capitán del equipo infantil de la Fundación Eva Perón dio “un ¡hurra! que fue coreado por el resto de sus compañeros” (Democracia, 10 de julio de 1952). La cobertura se encargó en reiteradas ocasiones de dejar en claro que los niños fueron tratados en todo momento como los hermanos menores de los y las atletas que viajaron a los Juegos Olímpicos, “que los atendieron en todo momento con gran cordialidad haciéndolos activos participes en las sesiones de entrenamientos” (Democracia, 12 de julio de 1952). El micro que la fundación benéfica puso a disposición de los niños para que se trasladen por las calles finlandesas fue un gran aliado a la hora de acortar las distancias e incluso aparecieron en los medios numerosas fotos en los que en algunos casos aparecen las grandes y más populares figuras de la delegación argentina como Delfo Cabrera y Reinaldo Gorno.
Se lee en la portada de Democracia que “El benjamin de estos únicos privilegiados, Horacio Fleurquin, pequeño campeón de saltos ornamentales del Campeonato Argentino de Natación Infantil Evita, es despedido tiernamente por sus progenitores” (Democracia, 23 de julio de 1952).
Otro ejemplo de las actividades realizadas por los afortunados viajeros se aprecia en la publicación de una foto en el Diario Clarín. La misma muestra a dos jugadores concentrados alrededor del tablero en el marco de un torneo de ajedrez que ellos mismos denominaron ¡Viva Evita!, siendo el ganador del trofeo Héctor Conde.
El deceso de Eva Duarte de Perón
Como mencionamos, la muerte de la esposa de Perón ocurrió en medio de la participación argentina en los Juegos Olímpicos de Helsinski. A lo largo del viaje, su presencia acompañó de un modo u otro a los y las deportistas nacionales. En un inicio, es decir en medio de la travesía que implicaba cruzar el Océano Atlántico, su nombre resonó en los agradecimientos por las comodidades en las que viajaron rumbo al país europeo. También hicieron extensivo su beneplácito los niños que concurrieron a la capital finlandesa, puesto que esa idea se correspondía con una iniciativa de la esposa de Perón y la fundación que llevaba su nombre quienes procuraron que “su viaje y estada sea placentera y provechosa” (Democracia, 14 de julio de 1952).
Empero, la muerte pese a que era anunciada, constituyó un cimbronazo y una perdida eterna (Gayol, 2023). Por ello, los y las deportistas estuvieron “con el ánimo entristecido ante la desgracia sin par” (La Prensa, 29 de julio de 1952). Eva Duarte era una entusiasta colabora e impulsora de todos los deportes y además era la presidenta honoraria del Comité Olímpico Argentino.
Antes de confirmarse la triste noticia, existieron una serie de misas impretatorias a la que asistió una nutrida parte de la delegación nacional. Una vez producida la desaparición de la ilustre referente argentina, se llevó a cabo un oficio religioso al que asistió toda la delegación olímpica, personal de la representación diplomática en Finlandia, miembros de la colectividad de nuestro país y altos funcionarios del gobierno finlandés, quienes “siguieron con honda tribulación el servicio litúrgico (La Prensa, 28 de julio de 1952).
Delfo Cabrera fue una de las pocas personas que aceptó hablar con el conjunto de los periodistas presentes y señaló que “para quienes admirábamos a Eva Perón, su muerte no puede hacer menos que sumirnos en la más profunda de las congojas” (La Prensa, 29 de julio de 1952). También fue de la partida la delegación infantil, quienes se manifestaron tristes y consternados por el deceso de la “benefactora de la niñez argentina” (Democracia, 29 de julio de 1952).
La Prensa mencionó que en el oficio religioso hubo una nutrida concurrencia de deportistas extranjeros que habían sabido del apoyo brindado por Eva Duarte de Perón a todas las manifestaciones sociales, culturales y deportivas. Democracia señaló que atletas de los 70 países participantes se hicieron presentes en el sitio en el que se hospedaban los y las deportistas argentinos para llevar sus condolencias (Democracia, 27 de julio de 1952). Por su parte el presidente de la delegación, el doctor Peluffo procedió a izar la bandera argentina a media asta y dispuso que los y las participantes llevaran de allí en más un crespón negro en honor a la ilustre fallecida.
Las señales de duelo y respeto se sucedieron. Por caso, previo al inicio del cotejo de basquet entre Argentina y Brasil, el capitán del combinado nacional, Oscar Furlong; el presidente de la Federación Francesa de Basquetbol, un jugador canadiense, otro soviético y el señor Von Frankell, presidente del Comité Organizador de la Olimpiada leyeron en sus respectivos idiomas este sentido mensaje:
La República Argentina está de duelo. Su pueblo y su gobierno están agobiados por la pérdida que representa el deceso de la señora Eva Perón. Con la ilustre desparecida perdemos uno de los apoyos más entusiastas y activos del deporte en Sudamérica. (Democracia, 28 de julio de 1952)
A continuación, se guardaron 2 minutos de silencio en la memoria de Eva Duarte de Perón.
Las repercusiones periodísticas en lo que respecta al mundo del deporte siguieron en los medios consultados, en los cuales se hizo un repaso no sólo por el apoyo a los Juegos Evita, sino por el acompañamiento efectuado a los y las deportistas extranjeros. Allí se recordó que, en ocasión de la organización de los Primeros Juegos Panamericanos, Eva se involucró personalmente con la finalidad de lograr que el conjunto de las delegaciones provenientes de otros países pueda ser hospedada en las mejores condiciones. Por ello puso a disposición del comité organizador diversos Hogares de Tránsito y el Hogar San Martín e intercedió ante Perón para que habilitara con la misma finalidad el edificio que en El Palomar poseía el Colegio Militar de la Nación (La Prensa, 30 de julio de 1952). Otros diarios mencionan que incluso las comodidades gozadas fueron destacadas por diversos atletas estadounidenses quienes señalaron que allí estuvieron mejor atendidos que “en el hotel más lujoso de su país (Democracia, 30 de julio de 1952)”.
Como se aprecia, el panegírico en aquello vinculado al ámbito deportivo fue potestad de Democracia y La Prensa, los diarios más cercanos al gobierno, y este también tenía referencias a Estados Unidos, en otro capítulo más de la puja por la hegemonía regional mediante el deporte (Orbuch, 2020).
Conclusiones
Los Juegos Olímpicos disputados en Helsinski en el año 1952 fueron un acontecimiento singular en el que se condensaron una serie de sucesos relevantes en la historia argentina y que son ilustrativas acerca de las políticas públicas implementadas en materia deportiva en Argentina en el lapso que fue desde 1946 hasta 1955.
Como se apreció, los recursos económicos puestos a disposición por el Estado fueron cuantiosos, lo que redundó en cómodos traslados sea por vía marítima o aérea a Finlandia. Esta situación originó incluso el elogio de medios extranjeros. También los recursos simbólicos fueron palmarios puesto que Juan Domingo Perón se hizo presente en la despedida de la embarcación que surcó las aguas del Océano Atlántico, del mismo modo que frecuentó entrenamientos de los y las deportistas que se encontraban preparando para los Juegos Olímpicos.
Todas estas cuestiones fueron narradas por la prensa, que se transformó en un vehículo a través del cual millones de argentinos y argentinas se interiorizaron de las vicisitudes ocurridas respecto a la preparación de los y las atletas, del festejo de efemérides en suelo lejano, de sus rendimientos, así como de noticias de color vinculadas a la delegación infantil que pudo observar una justa tan relevante en persona. En este tratamiento mediátmico, Democracia se erigió como la voz oficial y fue quien más información y fotos publicó en su periódico día a día. La Prensa, recientemente expropiada a su antiguo propietario y entregada a la CGT para su manejo, realizó hincapié en la figura del representante obrero y analizó los Juegos desde una mirada menos efusiva y nacionalista. Clarín siguió las vicisitudes de lo sucedido en Helsinski, aunque de una manera supuestamente más objetiva, a tono con el ideario del diario (Sivak, 2014). Por último, La Nación, a tono con su política editorial, llevó adelante una cobertura más alejada de la exaltación nacionalista y más despojada del tono pasional presente sobre todo en Democracia. Por cierto, estas diferencias se profundizaron en ocasión del deceso de Eva Perón, episodio que demostró una vez más, las diversas miradas en torno a un hecho histórico.
Fuentes periodísticas
Apoyo de Perón a los deportes. Journal do Esportes, 4 de julio de 1952.
Cuentan con una televisión deportistas. La Nación, 15 de mayo de 1952.
El Conjunto Argentino, verdadera atracción en Finlandia, celebró jubiloso la Fiesta Patria. Democracia, 10 de julio de 1952.
El Jefe de Estado habló ante deportistas de Sudamérica. La Nación, 12 de mayo de 1952.
Gran cordialidad reina a bordo del Le Maire. Clarín, 15 de junio de 1952.
Hoy viajará parte del equipo olímpico. La Nación, 11 de junio de 1952.
La delegación argentina tuvo el primer gran triunfo: los atletas y los niños del Evita conquistaron las simpatías. Democracia, 14 de julio de 1952.
Llevará a Helsinski la Bandera Nacional un trabajador argentino. La Prensa, 3 de julio de 1952.
Los maratonistas rumbo a Helsinski. La Prensa, 12 de junio de 1952.
Otro gesto de Eva Perón: por primera vez un trabajador del deporte integrará la delegación olímpica argentina. La Prensa, 13 de mayo de 1952.
Preparación a conciencia. Democracia, 3 de julio de 1952.
Un cameraman viaja a Finlandia. La Nación, 20 de julio de 1952.
Viajan a Helsinski. Clarín, 5 de julio de 1952.
Referencias
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Notas
Información adicional
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