Resumen: Se hace un repaso a las actividades emprendidas por la Fonoteca de Música Experimental y Arte Sonoro (SONM), una iniciativa documental centrada en la trasmisión y producción de contenidos sonoros creativos. Dicho proyecto se estableció en el Centro Cultural Puertas de Castilla (Murcia, España) a partir de la colección privada del artista y fonografista Francisco López. La plataforma virtual del archivo, visible en la página electrónica sonmarchive.es, resulta de particular interés por su alcance internacional
Palabras clave: documentacióndocumentación,digitalizacióndigitalización,difusióndifusión,artearte,fonotecafonoteca.
Abstract: This paper is a revision of the activities undertaken by the Sound Library of Experimental Music an Sound Arts (SONM), a documentary initiative focused on the transmission and production of creative sound contents. This Project was stablished in the Puertas de Castilla Cultural Center in Murcia, Spain from the private collection of the artist and phonographist Francisco López. The virtual platform of the document storage can be seen on the internet site sonmarchive.es, it is particularly interesting because of its international extent
Keywords: documentation, digitization, diffusion, art, sound archives.
Aguijón
Difusión en línea y preservación del documento sonoro: la fonoteca SONM1
Online diffusion and preservation of sound documents: sound library SONM
Recepción: 22 Enero 2015
Aprobación: 07 Agosto 2015
En años recientes hemos presenciado el auge de las plataformas y repositorios en línea, capaces de albergar gran cantidad de documentación digital para ponerla a disposición del público. El hecho de que ahora sea posible alojar información multimedia en la nube y en servidores remotos de acceso abierto ha fomentado el éxito de estas bases de datos y las ha convertido en elementos fundamentales para la investigación en la universidad (Villanueva, 2012: 28).
Hay repositorios gratuitos y otros tienen carácter comercial, en ambos casos su implementación ha favorecido de manera efectiva la difusión internacional del documento acústico de arte. En este artículo nos adentramos en la Fonoteca de Música Experimental y Arte Sonoro (SONM), un proyecto forjado desde el Centro Cultural Puertas de Castilla, en Murcia, España, a partir de la colección particular del artista y fonografista Francisco López. Particularmente, exploramos las ventajas de su modelo abierto de divulgación y las estrategias que se han seguido para perfeccionar su archivo virtual.
Sobre el proyecto SONM podemos encontrar abundante información dispersa y pocos artículos especializados, de los cuales el más relevante es quizá la entrevista que Pedro Ortuño realizó a Francisco López, publicada en el volumen 7 de la revista académica Arte y Políticas de Identidad, de la Universidad de Murcia. No obstante, la mayor parte de los datos que es posible recabar acerca del tema se encuentra en notas de prensa emitidas por la misma fonoteca, aparecidas en periódicos y revistas culturales, por lo que podemos considerarlas fuentes fehacientes. Asimismo, localizamos información valiosa en blogs y webs dedicados al arte sonoro o a temas de bibliotecología, como festivalesdepop.com, donde Miguel Tébar Almansa ha transcrito entrevistas efectuadas a los organizadores de SONM.
A continuación exponemos la variedad de archivos digitales de documentos sonoros con carácter artístico, dependiendo de sus particularidades y finalidad. De igual forma podrían hacerse distinciones para cada modalidad, en virtud del tipo de plataformas que requieren para su difusión.
a) Mapas sonoros: la primera categoría se refiere fundamentalmente a sitios web que albergan archivos de prácticas artísticas contemporáneas, las cuales exploran el imaginario del entorno acústico. Nos referimos a las acciones creativas de cartografía sonora: soundscape, paisaje sonoro, sound maps, web mapping... Los artistas actuales se han centrado en la creación de estos mapas digitalizados e interactivos por medio de la tecnología Mashup (Martí, 2012).2 De esta forma podemos hallar iniciativas para archivar, a modo de repositorio e interfaz de consulta, un banco de sonidos o paisajes sonoros; así como crear memorias digitales de regiones y territorios con fundamento en los sonidos presentes en ellos (Comelles Allué, 2012: 191).
b) Netlabels: son plataformas que funcionan a modo de sellos discográficos, se originaron para dar salida productiva a discos y grabaciones. Su ámbito de operaciones es virtual y habitualmente son gestionadas por colectivos independientes, de acuerdo con la tendencia generalizada 'hazlo tú mismo' del ámbito del arte sonoro, todo lo cual ha fomentado la creación de nuevos canales de distribución en internet (Comelles Allué, 2012: 197). Por tanto, desde su aparición, las netlabels han favorecido notablemente la divulgación e impacto internacional de obras de fonografía y paisajismo sonoro.
c) Fonotecas: Actualmente se aprecia una creciente predisposición por parte de museos e instituciones hacia la instauración de este tipo de repositorios, pues fomentan la difusión de los documentos y colecciones conservadas. En esencia, una fonoteca es una biblioteca digital de archivos sonoros que tiene como fin servir de recurso público para que los usuarios de internet tengan acceso a los materiales patrimoniales (Tébar Almansa, 2012). En este tipo de plataforma de proyección virtual se catalogaría SONM.
SONM es una iniciativa archivística dirigida a la difusión y producción de contenidos sonoros creativos. De libre acceso, se fundó en octubre de 2010 en el Centro Cultural Puertas de Castilla, en Murcia, España. La documentación que atesora -material audiovisual, discos, fanzines y otras publicaciones- fue organizada inicialmente con piezas recopiladas a lo largo de treinta años por el artista Francisco López, y supone en sí una valiosa fuente de investigación en el campo de la creación y experimentación sonora (Ortuño, 2012: 213).3 Desde el principio se estableció como un archivo documental físico, pero también como una plataforma virtual cuyo fin es la divulgación, la investigación y la promoción del sonido como expresión cultural de la contemporaneidad.4
De acuerdo con la concepción de Francisco López, las siglas SONM remiten al sonido del mundo (Tébar Almansa, 2012). Para el fonografista, favorecer la difusión de las creaciones sonoras presentes en la colección, así como otros materiales generados ex profeso, constituye la filosofía cardinal del proyecto (Espejo, 2012).5 De esta forma, la fonoteca se ha ocupado de preservar y catalogar su gran acervo de información, para finalmente digitalizarlo de modo que sea públicamente accesible para su escucha en línea (Ortuño, 2012: 214). Es así que SONM, por medio de su plataforma virtual, ha buscado proyectarse globalmente como espacio de conexión entre los diferentes investigadores y artistas, salvaguardando su pluralidad sociocultural, su heterogeneidad cosmopolita. El objetivo de la fonoteca ha sido desde un primer instante construir un catálogo modélico de publicaciones y erigirse como archivo de referencia universal en materia de preservación, consulta, audición en línea, investigación e impulso de actividades sonoras experimentales (Galindo, 2011: 86).
La fonoteca se inició a partir de la colección privada de Francisco López, la cual constaba en ese entonces de alrededor de 5000 obras de arte sonoro y música experimental. López acumuló este material durante tres décadas como resultado del intercambio personal dentro de redes internacionales colaborativas (Ortuño, 2012: 214).6 En la actualidad, SONM mantiene esta política de relaciones, de manera que los fondos se expanden y actualizan constantemente (Tébar Almansa, 2012). Hoy, el archivo está constituido por más de 9000 referencias, habiéndose incorporado obras de nuevas generaciones de creadores, así como adquisiciones de artistas con trayectoria acreditada.
El conjunto representa un elenco variopinto y universal. Se estima que en la fonoteca hay representados alrededor de 10 000 artistas de todo el mundo (Tébar Almansa, 2011). Gran cantidad de las piezas archivadas son ediciones limitadas y de carácter independiente, obras descatalogadas y minoritarias (Ortuño, 2012: 214). Especialmente encontramos trabajos propios de la experimentación artística de los últimos años del siglo XX, música de la escena underground, y un amplio abanico de manifestaciones sonoras independientes: ruidismo, turntablism, glitch, música concreta, improvisación y prácticas de paisaje sonoro. Los documentos conservados van de la era analógica hasta la digital, en su catalogación se ha intentado conformar la selección a partir de una narración historicista. En cuanto a formatos físicos originales presentes en el archivo hallamos discos de vinilo, casetes, minidiscos, DVD, CD... Los soportes han variado con el tiempo y el desarrollo tecnológico, pero destaca el hecho de tratarse en su mayoría de aquellos formatos en los que los artistas han realizado sus producciones independientes de cara al intercambio no comercial (Ortuño, 2012: 217).
De particular interés es el archivo virtual SONM, visible en el sitio sonmarchive.es. Mediante esta plataforma a modo de base de datos se difunde públicamente el catálogo de la fonoteca, organizado de acuerdo con estándares internacionales de bibliotecología. Este archivo virtual se podía consultar ya desde 2011, si bien fue en mayo del siguiente año cuando se presentó oficialmente en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
La página electrónica sonmarchive.es constituye un centro de documentación virtual y un eficaz instrumento de conocimiento. La página está disponible en español y en inglés. Para consultar la información los usuarios han de registrarse, con lo cual tienen acceso al material digitalizado (Espejo, 2012).7 Las obras se pueden escuchar pero no descargar, puesto que la intención de la plataforma es ser un sitio de audición en la red de piezas de arte sonoro seleccionadas.
La misión del repositorio es facilitar la divulgación de los materiales digitalizados de la colección, pues es obvio que, en relación al colectivo de interés, pocas personas podrán acudir a Murcia a consultar el archivo físico (Ortuño, 2012: 220). En este sentido, la tarea de catalogación y digitalización previa al desarrollo de la plataforma ha sido exhaustiva. Cada referencia incluye todo tipo de información textual y visual, datos minuciosos de los artistas, discos y pistas (Tébar Almansa, 2012). Esta labor de registro es una actividad continua, puesto que se siguen recibiendo contribuciones de creadores de todo el mundo. Efectivamente, SONM promueve vivamente que los artistas se involucren en el proyecto, facilitando el envío de materiales para su publicación y difusión.8
El archivo virtual busca consolidarse como base de referencia internacional en donde estudiosos y curiosos puedan localizar recursos de interés. En suma es un punto de encuentro, o como señala el propio Francisco López: "un soundcloud de música experimental" (Tébar Almansa, 2011). Atendiendo a las cifras es posible advertir su capacidad de repercusión en la comunidad global de fonografistas, pues actualmente existen alrededor de 5000 usuarios registrados y se consigna una media de 40 000 visitas al mes desde los más diversos lugares del planeta (Carrillo, 2014: 35).
Desde sus comienzos, la fonoteca ha desarrollado en sus instalaciones un intenso programa cultural dirigido a la dinamización y promoción de la creatividad sonora. Así, podemos encontrar exposiciones, audiciones, instalaciones sonoras, conciertos, performances, ciclos de cine; además de actividades de carácter formativo, tales como talleres, seminarios de investigación y colaboraciones con entidades educativas.9
Estas iniciativas se centran especialmente en la difusión de los fondos de la fonoteca, dando a conocer las obras precursoras de la música experimental y el arte sonoro atesoradas en el archivo (Tébar Almansa, 2012). Entre las instalaciones realizadas podemos señalar Footsteps, homenaje a Christian Marclay, - incluida dentro de la muestra Noosfera Sonora, dentro de las celebraciones del décimo aniversario del Centro Cultural Puertas de Castilla-, que recreaba la ejecutada por Marclay en 1989, donde se utilizaron 3500 discos de vinilo para recubrir el suelo de la sala (La Culturería. Revista Cultural de Murcia y Agenda Cultural, 2013). Asimismo podemos destacar la instalación sonora Camera lucida, realizada por el colectivo Optofónica, que sirvió para abrir la programación de SONM en 2011 (Agencia EFE, 2011). En ella, ondas sonoras se transfiguraban en señales luminosas en virtud del fenómeno de la sonoluminiscencia.
Por otra parte, también se han realizado películas y programas de radio, a lo que se suma la edición de publicaciones y material discográfico. Podemos mencionar al respecto la presentación que en 2012 se hizo en Estampa. Feria de Arte Múltiple Contemporáneo de un CD recopilatorio con las composiciones creadas por los artistas sonoros que habían trabajado en SONM hasta 2011 (La Culturería. Revista Cultural de Murcia, s/f).
Dentro de las actividades presenciales de la fonoteca resulta de notable relevancia el programa Artistas en Residencia. Consiste en invitar a un artista o grupo de artistas experimentados de preeminencia internacional a las instalaciones de SONM, con el fin de que produzcan un trabajo a partir de los fondos del archivo. A los artistas se les solicita la realización de tres actividades: un concierto, un seminario (que a veces es la presentación de sus inquietudes y líneas de investigación creativa), y finalmente una instalación sonora o un podcast (Espejo, 2012). Se incentiva el ejercicio de selección, remezcla y confección de nuevas combinaciones con los materiales del archivo para generar nuevos podcasts (sesiones de escucha) editados por ellos mismos, los cuales se difunden gratuitamente desde la página electrónica de la fonoteca y en programas de radio.
Para los artistas residentes tener la oportunidad de viajar y ampliar conocimientos sobre el universo sonoro en una fonoteca de estas características es determinante para el despertar de su inspiración. Por otro lado, los asistentes a sus charlas y talleres disfrutan de la oportunidad de conocer experiencias de primera mano, valiosos consejos y saberes vivenciales imposibles de localizar en libros. Al programa Artistas en Residencia se han vinculado creadores tales como el colectivo Chop Shop, Maurizio Martinucci, Marc Zeier y un largo etcétera procedente de hasta diecisiete países (Carrillo, 2014: 35).
Paralelamente existe otro programa llamado Investigadores en Residencia, en el cual los invitados realizan una obra teórica, un ensayo relativo a prácticas sonoras experimentales. En ambos programas de residencia los invitados conviven en las instalaciones por un periodo variable de tiempo, aunque en el caso de los artistas suele ser de una semana. En general, por medio de estas iniciativas se pretende hacer detonar el potencial del archivo, enfocándolo a la teoría y praxis contemporáneas. La intención es enfatizar el valor de la colección como generadora de ideas y creaciones sonoras (Espejo, 2012).
La fonoteca SONM, en su conjunto constituye un sistema integral para afrontar la preservación y difusión de un archivo documental de sonidos. Su capacidad colectora contribuye a ampliar su expansión y proporciona un punto de encuentro a la comunidad de creadores internacionales, facilitando el acceso libre a las obras en formato digital, en lo que sería un modelo de evolución técnica del proceso de compartición e intercambio tradicional en el campo del sonido experimental. Esa actitud inclusiva, expansiva, de actualización, de accesibilidad para la escucha abierta universal del material del archivo, convierte a la fonoteca en una institución sin parangón en el mundo de la documentación de arte sonoro.
De hecho, SONM siempre ha buscado convertirse en un referente global en su área, y para ello ha promovido la colaboración activa, invitando a creadores e investigadores a que participen, ya sea mediante el envío de documentos o mediante el programa de residencias. El proyecto se ha colocado en el centro de las iniciativas, creando lazos y estimulando relaciones de sinergia entre los diferentes actores que tienen relevancia en el ámbito de la música experimental y el arte sonoro. Así mantienen vivazmente su actividad, buscando repercutir en su entorno inmediato e internacionalmente por medio de líneas de actuación dinámicas e innovadoras. Continuamente se ponen en marcha talleres presenciales y cursos en línea, al tiempo que se prevé la edición de una revista digital y reediciones de textos clásicos de experimentación sonora (Martínez, 2015: 29).
Como reflexión final quisiéramos recalcar el valor de cada fonograma, las entidades mínimas que componen la obra sonora. Hemos de considerar con valor patrimonial este tipo de información, en la medida en que voces y sonidos son, en última instancia, testimonio antropológico de naciones y culturas. La era digital ha permitido que la definición tradicional de fonograma como registro de sonido fijado en un soporte que permite su reproducción sea sublimada al punto que el almacenaje en el espacio virtual hace posible que ese formato o dispositivo electrónico sea ampliamente variable. Es así que proyectos como SONM se convierten hoy en un instrumento cardinal de difusión de archivos documentales sonoros en línea, que facilita a la comunidad internacional la recuperación de estos documentos. A lo largo de este repaso por la plataforma SONM nos damos cuenta de la importancia que podría adquirir un repositorio similar en instituciones de educación superior. Este modelo de archivo virtual complementado con la actividad real, resulta susceptible de aportar resultados positivos en el ámbito didáctico, de docencia e investigación. Su valor podría apreciarse en relación con todo tipo de contenidos audiovisuales experimentales, como películas, fotografías y grabaciones relativas a experiencias docentes, entre otros muchos materiales. En definitiva, no hay duda de que las universidades están advirtiendo la importancia de las plataformas digitales para la difusión de su producción académica. Sin duda, ello supone un factor estratégico para potenciar la divulgación de documentos sonoros, sobre todo considerando la óptima vinculación que podría establecerse con la sociedad en general.
Agradezco a Susana López, coordinadora de la Fonoteca de Música Experimental y Arte Sonoro (SONM).