La principal motivación de Gloria Vergara y Ociel Flores para coordinar Hermenéutica de la literatura mexicana contemporánea fue crear un espacio de diálogo que reuniera a diversos estudiosos, tanto nacionales como extranjeros, que aportaran su punto de vista respecto de distintas obras de las letras mexicanas. Su trabajo ofrece un amplio panorama de perspectivas de interpretación y plantea la exégesis como un vínculo entre el texto, la comunidad a la que pertenece y la que lo adopta; sus valores artísticos y estéticos, y los procesos miméticos que se llevan a cabo durante la lectura; todo con la finalidad de que el lector pueda hacerse una idea de cómo una obra puede ser abordada desde esta teoría.
Debemos partir de que la hermenéutica es la rama de la filosofía que se encarga de la interpretación de los textos. Alrededor de ella giran las dos partes que componen la obra de Gloria Vergara y Ociel Flores. En la primera, se plantean los principios establecidos por Hans-Georg Gadamer, Paul Ricœur y Roman Ingarden. Aquí podemos leer las reflexiones de Luis Eduardo Gama Barbosa, Enrique A. Eguiarte Bendímez y Gloria Vergara; mientras que en la segunda parte, se entabla un diálogo que discute las aplicaciones de las teorías hermenéuticas en ciertas obras elegidas por los autores invitados a colaborar en esta publicación.
El primer capítulo del libro nos acerca a la propuesta de Gadamer de la mano de Gama Barbosa. En estas páginas se expresan las ideas del filósofo alemán, las cuales sostienen que todo texto tiene sentido mientras se le dé una interpretación. Asimismo, el autor enfatiza que una obra artística es un objeto intelectual que no pide, sino exige ser interpretado. La exégesis se vuelve infinita puesto que si el texto logra sobrevivir al paso del tiempo renueva sus interpretaciones constantemente y encuentra un sentido diferente en cada cultura e individuo, sin perder su esencia. Posteriormente, en “La triple mímesis en Paul Ricœur”, Eguiarte Bendímez retoma el concepto al que el título del capítulo hace alusión y expone cada una de las etapas que lo componen. Basado en la noción aristotélica de ‘mímesis’, la cual se define como una imitación de la naturaleza con fines artísticos, Ricœur sostiene que un texto nace de un artificio específico que un individuo decidió plasmar desde su propia visión, para después construir un objeto interpretable por alguien más. La mímesis termina cuando ese texto es comprendido por otros individuos para quienes, a su vez, adquiere un sentido particular. Por su parte, en “El arte y la vida: los mecanismos de la memoria en la reconstrucción del objeto estético”, Gloria Vergara habla sobre la noción de ‘memoria’ en San Agustín y Paul Ricœur, y la define como un aspecto que ordena los rasgos semánticos, simbólicos y temporales que surgen entre el accionar humano y la narratividad de la experiencia práctica. Después analiza el papel de
la memoria en la propuesta semántica de Roman Ingarden, y complementa la interpretación que el teórico polaco hace de un texto literario con la experiencia de un lector.
Este primer apartado puede ser útil como guía de consulta en relación con las temáticas que se abordan a lo largo de cada uno de los capítulos posteriores, en los cuales el análisis literario y hermenéutico marca la pauta de lectura. También puede ser un punto de partida para quien se interese en conocer, consultar o confirmar los preceptos dictados por los tres teóricos más sobresalientes de la hermenéutica: Gadamer, Ingarden y Ricœur.
En el segundo apartado, encontramos un conjunto de ocho artículos en donde podemos apreciar aplicaciones teóricas en diversas obras de la literatura mexicana contemporánea. Los textos que aquí se incluyen son: “‘El cántaro roto’: más allá del silencio”, de Ociel Flores; “De Julio Torri: un manuscrito de ‘La bicicleta’ y otros hallazgos de arqueología textual”, de Elena Madrigal Rodríguez; “Cristóbal Nonato y el proyecto político-identitario de Carlos Fuentes”, de Christian Sperling; “Efectos imantados: un viaje por la novelística de David Toscana”, cuya autora es Ada Aurora Sánchez; “El cronotopo del umbral: hacia una hermenéutica de la temporalidad en Estridentópolis”, de Alberto Rodríguez González; “Pasajes al inframundo en la narrativa de Amparo Dávila”, de Lidia García Cárdenas; “Tres mujeres: una Inés Arredondo”, análisis de Cecilia Colón, y “La hermenéutica de Roman Ingarden en ‘El faisán’ de Beatriz Espejo”, de Jesús Leticia Mendoza Pérez.
Ociel Flores abre esta segunda parte del libro al tratar los temas de la existencia, la traición y los mundos imaginados y terrestres presentes en la poética de Octavio Paz. El autor lleva a cabo un análisis simbólico del poema “El cántaro roto” y ofrece un aporte que relaciona el cántaro con la nostalgia de la cultura original perdida de México. Christian Sperling examina los personajes y discursos en Cristóbal Nonato, de Carlos Fuentes, y los compara con la realidad mexicana de la década de los ochenta. Para esto, toma en cuenta especialmente los sistemas económico, político y social que prevalecían en dicha época.
Encontramos también la propuesta de análisis hecha por Elena Madrigal Rodríguez, quien estudia diez manuscritos de Julio Torri desde la filología de Serge I. Zaïtzeff y los principios de Gadamer. Ada Aurora Sánchez aborda a David Toscana desde una revisión que comprende sus novelas: Las bicicletas (1992), Estación Tula (1995), Santa María del Circo (1998), Duelo por Miguel Pruneda (2002), El último lector (2004), El ejército iluminado (2006) y Los puentes de Köningsberg (2009). En estos textos, la autora analiza el papel de la decadencia de los protagonistas y los contrastes que existen en el mundo que crea a los personajes femeninos y masculinos. Sánchez toma como pauta la violencia con la que se desarrollan sus vidas.
Alberto Rodríguez González retoma la categoría del cronotopo establecida por Mijaíl Bajtín, con la cual pretende encontrar la base de la hermenéutica de la temporalidad en la literatura mexicana de los años veinte, específicamente en la poesía del estridentismo. Las escaleras y espacios presentes en las obras de Amparo Dávila son el objeto de estudio de Lidia García Cárdenas, con base en los presupuestos teóricos de Yuri Lotman y Gaston Bachelard.
Cecilia Colón estudia el papel histórico de las mujeres en distintos cuentos publicados por Inés Arredondo. En este apartado se habla de la personalidad, sentimientos y emociones que presentan los personajes femeninos de la escritora y los cambios que sufren a lo largo de sus historias. El libro cierra con una revisión que Jesús Leticia Mendoza Pérez hace de “El faisán”, de Beatriz Espejo, desde la hermenéutica de Roman Ingarden, donde estudia las representaciones de las mujeres a principios del siglo XX.
En cada uno de los artículos mencionados se puede apreciar un profundo dominio de las propuestas que Paul Ricœur, Gaston Bachelard, Roman Ingarden, Mijaíl Bajtín y Yuri Lotman establecieron para el análisis hermenéutico, por lo que en cuanto a contenido teórico se refiere, el libro y sus colaboradores exigen que el lector conozca, al menos, las nociones básicas de esos estudiosos para seguir puntualmente los análisis presentes en esta obra.
El valor agregado de esta publicación es la idea que propone en torno a la interpretación de algunas de las obras poéticas y narrativas más representativas de la literatura mexicana contemporánea, sin caer en clichés y aportando un gran bagaje conceptual como sustento. Los capítulos presentes no sólo ofrecen una visión hermenéutica de nuestras letras, sino que enriquecen los textos tratados al ampliar el mundo de posibilidades interpretativas que cada uno puede tener. Se confirman de esta manera la universalidad de algunas obras mexicanas, según los preceptos de Gadamer, y la riqueza significativa de las manifestaciones literarias.
Por último, se debe mencionar que Hermenéutica de la literatura mexicana contemporánea debe su existencia a la colaboración entre la Universidad Autónoma Metropolitana, unidad Azcapotzalco, y la Universidad de Colima, así como al apoyo financiero aportado por la División de Ciencias Sociales y Humanidades de la UAM-Azcapotzalco y el proyecto Conacyt “Hermenéutica y ciencias sociales”.
Notas de autor