Reseña

Rebecca J. Scott y Jean M. Hébrard. Papeles de libertad. Una odisea transatlántica en la era de la emancipación . Bogotá: Universidad de los Andes / Instituto Colombiano de Antropología e Historia, 2015, 292 pp.

Maria Juliana Ramírez-V.
Universidad Nacional de Colombia, Colombia

Rebecca J. Scott y Jean M. Hébrard. Papeles de libertad. Una odisea transatlántica en la era de la emancipación . Bogotá: Universidad de los Andes / Instituto Colombiano de Antropología e Historia, 2015, 292 pp.

Trashumante. Revista Americana de Historia Social, núm. 11, pp. 187-190, 2018

Universidad de Antioquia

J. Scott Rebecca, Hébrard Jean M. Papeles de libertad. Una odisea transatlántica en la era de la emancipación. 2015. Bogotá. Universidad de los Andes / Instituto Colombiano de Antropología e Historia. 292pp.

Papeles de libertad. Una odisea transatlántica en la era de la emancipación es una investigación reconstructiva, que inicia en Senegal y termina en una cámara de gas del régimen nazi. Esta obra nos conduce a través de la esclavitud y la colonialidad del poder, por tres continentes y cientos de registros legales. Es un trabajo denso que explica cómo una familia que huyó del racismo y suprimió su pasado esclavo reelabora su historia e identidad como estrategia ante los poderes jurídicos nacionales; y utilizó a su favor las fisuras del sistema para obtener reconocimiento legal, privilegios jurídicos y, sobre todo, estabilidad económica.

El documento que hizo posible este libro fue un papel hallado por Rebecca J. Scott en el Archivo Nacional de Cuba mientras buscaba datos sobre la guerra de independencia cubana. Se trataba de una carta dirigida al general Máximo Gómez. Ese documento era uno entre cientos, sin embargo, lo que llamó la atención de la autora fue su procedencia: Bélgica. Que su remitente diera información sobre su filiación política e ideológica, y hasta sobre el origen de sus padres, permite visualizar dos cosas: un largo siglo XIX y un documento base para iniciar un rastreo. El remitente era el comerciante Édouard Tinchant, quien le pedía autorización al militar para usar su imagen en la caja de la nueva marca de cigarros que lanzaría al mercado. Este fue el “papel” desencadenante de una investigación histórica que reúne las intenciones de una metodología compleja y la sagacidad en el uso de los archivos. Las menciones que en la carta se hacen de una tal “Rosalie” y el contenido africano de la expresión “Nación Poulard”, con la que se acompañaba siempre este nombre, hacen que Rebecca J. Scott y Jean M. Hébrard reconstruyan desde las conexiones halladas en el escrito de Tinchant la memoria, actuaciones y representaciones de esta familia, gracias al uso de lo que los autores llaman “microhistoria en movimiento”.

Movilidad, desplazamiento, acomodación identitaria y registros legales son los hilos que tejen la historia familiar de los Tinchant; aunque los capítulos no indican el trayecto geográfico recorrido, sí señalan una ruta de transformación identitaria individual o familiar. Cada capítulo inicia en un lugar del mundo y termina en otro; los miembros de la familia cruzaron el Atlántico y el golfo de México en la búsqueda del reconocimiento de derechos civiles y éxito comercial. Al mismo tiempo, intentaron encontrar en Norteamérica legalidad de residencia, trabajo digno y ejercicio ciudadano. Cada traslado revela un problema político, ya sea en Senegal, Haití, Cuba, Estados Unidos, Francia, México, Bélgica o Alemania; como la inestabilidad interna, la reglamentación jurídica cambiante o las dinámicas políticas del sistema mundo. Los “papeles de libertad” se ven reflejados en cientos de menciones a documentos de manumisión, certificados de matrimonio, registros bautismales, recibos de ventas, solicitudes de pasaportes, testamentos, peticiones y demandas judiciales. El estudio deja claro que a finales del siglo XIX ni la libertad, ni el honor, ni la respetabilidad podían ser portátiles, el estatus socio-jurídico de un individuo variaba en cada cambio de jurisdicción.

El principal propósito de este trabajo es reconstruir el movimiento y los trayectos desde ese Caribe dominado hacia la Europa prometedora -y dominadora-. Demostrar cómo los miembros de esta familia estuvieron enfrentándose permanentemente con la reglamentación jurídica cambiante y con las múltiples formas de ciudadanía. Ante la existencia de ese “gran Atlántico” de finales del siglo XIX, cabe la pregunta: ¿por qué es significativo el desplazamiento de esta familia alrededor del mundo y qué consecuencias trae para sus vidas la movilidad socio-cultural? Este cuestionamiento logra identificar dos de los problemas que exponen los autores: la mimetización y la exotización; es decir, las formas de actuación que toma cada miembro de la familia al cambiar de territorio. El primero, un comportamiento semejante al de los miembros de la sociedad de recepción, y el segundo, una conducta de híper exposición haciendo uso ventajoso de su pasado.

Muchos de los documentos que presenta Papeles de libertad, como los certificados matrimoniales de parejas interraciales, muestran que el criterio de clasificación social se hacía desde una valoración y uso de la apariencia física. Esos serían, entonces, símbolos y no atributos en sí mismos, signos externos de una condición mucho más profunda. Allí entraría a jugar un papel esencial lo que Verena Stolcke llama el “color legal”, pues este constituía una forma alternativa para determinar la condición racial de una persona, la cual siempre vendría unida a un documento como un libro bautismal donde se indica la condición social del menor y la condición racial de los padres, ambos datos proporcionarían en un futuro el “origen racial” del bautizado. Este origen era el medio que permitía el reconocimiento de la condición social de un individuo y revelaba su grado de vinculación con la esclavitud y con la negritud, lo que relaciona a la división social del trabajo con el racismo, por lo tanto, no se trata de una condición meramente biológica.

Papeles de libertad como estudio investigativo intergeneracional y de dimensión atlántica pone en evidencia el significado de ciudadanía en el siglo XIX enfrentándolo a dos formas de entender el racismo y el color: la legalidad y la realidad. Una de las más interesantes problemáticas del libro descansa en la utilización del fenotipo como principio de clasificación social. Las sociedades decimonónicas descritas en el texto dividían a los individuos en dos grandes grupos: los de origen europeo y los de origen africano; así se gestionaba el criterio de distinción por apariencia física. Sin embargo, en ese periodo el mestizaje -que fue elevado en lugares como Cuba- hacía ya muy complicado establecer límites verificables entre algunos grupos raciales. Teniendo en cuenta esto, se puede decir que la intención de los autores al estudiar la vida de algunos sujetos, en particular desde una perspectiva transnacional de las guerras y las revoluciones, amplía y problematiza la producción de saber sobre la esclavización y la libertad en el mundo atlántico. En este sentido, al preguntarse sobre la ciudadanía de los individuos llamados “libres de color” en las sociedades esclavistas y post-esclavistas, la investigación permite se dinamice el debate mediático y académico sobre los efectos del colonialismo en relación con la ciudadanía, la “raza” y la xenofobia, en los contextos norteamericanos y europeos actuales, principalmente.

Historiadoras como Lara Putnam, Rebecca Scott y Kristen Block han fortalecido las estrategias metodológicas en el campo conocido como “historia atlántica”, a través de la implementación de la microhistoria. Al privilegiar las historias de vida de las “personas del común”, en lugar de los grandes personajes, estructuras o escenarios. Esta propuesta teórico metodológica procura obtener una visión más profunda del funcionamiento de procesos que tal vez no son visibles en otros niveles, por lo que no solo resulta novedosa, sino muy polémica, en especial en las discusiones académicas que cuestionan sus alcances y limitaciones, con respecto a la inferencia y a la especulación en las investigaciones históricas de tipo reconstructivo.

Los estudios de las autoras mencionadas pretenden nutrir los análisis históricos elaborados sobre este enorme espacio geográfico, al otorgarle relevancia a los silencios que han encontrado en el proceso de búsqueda de fuentes. Las investigaciones microhistóricas señaladas utilizan la historia de vida como herramienta para la comprensión de problemas más amplios, como lo son: la transmisión de ideas en los periodos coloniales, independentistas y de formación de Estados nacionales; los efectos de los momentos de paz o de guerra en diferentes contextos históricos y geográficos; la transhistoricidad de la relación “jerarquía social-categorías raciales”, entre otros. En el caso de Papeles de libertad la “microhistoria en movimiento” es empleada para demostrar la capacidad de agencia de las personas del común, al otorgarles conciencia política, problematizar sus procesos de reconocimiento y representarlas como partícipes de la esfera pública a través de la reapropiación de lo legal. Este “movimiento” entra a complejizar la aplicación de la microhistoria, pues la unidad de espacio se amplía según la trayectoria que siguen los personajes. Las interpretaciones y reflexiones de Scott y Hébrard ayudan a la comprensión del texto que a veces es difícil de seguir por no llevar una narración lineal ni cronológica, sino un juego de escalas temporales y rizomas analíticos

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