Aportaciones originales

Estrategias multidisciplinarias para fomentar autocuidado en pacientes con nefropatía temprana*

Multidisciplinary strategies to promote self-care in patients with early nephropathy

Héctor Ramón Martínez-Ramírez
Instituto Mexicano del Seguro Social, México
Aurora Hernández-Herrera
Instituto Mexicano del Seguro Social, México
Ma. de Jesús Gutiérrez-Campos
Universidad de Guadalajara, México
Ana Delia Villegas-Villa
Universidad de Guadalajara, México
Laura Cortés-Sanabria
Instituto Mexicano del Seguro Social, México
Alfonso Martín Cueto-Manzano
Instituto Mexicano del Seguro Social, México

Estrategias multidisciplinarias para fomentar autocuidado en pacientes con nefropatía temprana*

Revista Médica del Instituto Mexicano del Seguro Social, vol. 55, 2, pp. 167-174, 2017

Instituto Mexicano del Seguro Social

Recepción: 23 Marzo 2017

Aprobación: 30 Marzo 2017

Resumen: En México, existe una alta prevalencia de nefropatía temprana que puede pasar desapercibida y deberse a los “modernos” hábitos negativos de un estilo de vida; la inactividad física, la dieta poco saludable, el tabaquismo y el abuso en el consumo de alcohol, asociados al incremento de la prevalencia de sobrepeso y obesidad, diabetes e hipertensión arterial, son las principales causas de enfermedad renal crónica (ERC) en nuestro país.

Para mejorar la atención de los pacientes desde los estadios tempranos de la ERC, es necesario implementar estrategias multidisciplinarias para empoderar al paciente y desarrollar su autoeficacia para llevar a cabo acciones de autocuidado para el manejo de su enfermedad, control de factores de riesgo, promoción de hábitos saludables y modificar conductas de riesgo.

Fomentar el autocuidado constituye un área de oportunidad con potenciales beneficios para reducir la progresión del daño renal y sus complicaciones. El objetivo de este artículo es revisar las principales estrategias multidisciplinarias para fomentar el autocuidado en pacientes con nefropatía temprana en atención primaria.

Palabras clave: Autocuidado, Enfermedades renales, Conductas saludables, Atención primaria de salud.

Abstract: In Mexico, there is a high prevalence of early nephropathy that usually goes unnoticed and may in part be due to the acquisition of “moderns” negative habits a lifestyle from an early age like physical inactivity, unhealthy diet, smoking and alcohol intake abuse associated with the increasing prevalence of overweight and obesity, diabetes and hypertension, leading causes of chronic kidney disease (CKD) in Mexico.

These behaviors are difficult to control by medical intervention alone and may be associated with lack of resources of patients to perform self-care activities and the health care-model predominant in México also may be insufficient to generate healthy behaviors. To improve the care of patients from early stages of CKD, is necessary to implement multidisciplinary strategies to empower the patient and develop their self-efficacy to carry out self-care actions to manage their disease, control risk factors, promotion of healthy habits and modify risk behaviors.

Promoting self-care is an area of opportunity with potential benefits to reduce the progression of kidney damage and complications. The aim of this article is to review the main multidisciplinary strategies to promote self-care in patients with early nephropathy in primary health-care.

Keywords: Self-Care, Kidney Diseases, Health behavior, Primary health care.

Panorama de la nefropatía temprana en atención primaria

La enfermedad renal crónica (ERC) es una epidemia en todo el mundo, especialmente en países en desarrollo, con claras deficiencias para su identificación y manejo oportuno.1,2,3 En México existe una alta prevalencia de nefropatía temprana que generalmente pasa desapercibida,2 y que puede deberse a múltiples causas, como la adquisición de “modernos” hábitos negativos de un estilo de vida desde edades tempranas como factores predisponentes de ERC, tales como la inactividad física, la dieta poco saludable, el tabaquismo y el abuso en el consumo de alcohol, los cuales se han asociado a un incremento en la prevalencia de sobrepeso y obesidad, diabetes e hipertensión arterial, principales causas de ERC en nuestro país.4,5,6,7 Estas conductas de riesgo son de difícil control por la sola intervención de los médicos,8,9 y además con el envejecimiento, la exposición es mayor y junto con la concurrencia de múltiples factores de riesgo se incrementa la probabilidad para el desarrollo y progresión de la ERC.10

Lo anterior es relevante, ya que estas conductas pueden asociarse con la carencia de recursos de los individuos para llevar a cabo y mantener por sí mismos acciones de autocuidado para conservar su salud y la vida, recuperarse de la enfermedad y/o afrontar las consecuencias de dicha enfermedad.11

En atención primaria pocos pacientes con nefropatía temprana alcanzan las recomendaciones de las guías de la práctica clínica de la ERC para evitar la progresión del daño renal a estadios avanzados de la enfermedad.3,4 Esto puede estar asociado con el modelo de atención en salud predominante en nuestro país, centrado en la enfermedad, con pobre control sobre las enfermedades crónicas como la ERC y sus complicaciones, e insuficiente para generar conductas saludables,12 y en consecuencia es probable que los pacientes asuman un pobre compromiso en el cuidado de su salud. Por lo tanto, para mejorar la atención, es necesario implementar estrategias multidisciplinarias para empoderar a los pacientes para que jueguen un rol más activo en el cuidado de su salud renal.13

El objetivo de este artículo es revisar las principales estrategias multidisciplinarias para fomentar el autocuidado en los pacientes con nefropatía temprana en atención primaria.

Es necesaria la participación activa de los pacientes en el manejo de la nefropatía temprana

En la actualidad, los servicios de nefrología son insuficientes para la atención de toda la población con ERC, por lo que el foco principal de las iniciativas para preservar la salud renal debe ser dirigido hacia la atención primaria, y orientado hacia la urgente necesidad de la detección oportuna y manejo de la ERC temprana.14 Es importante señalar que el éxito de cualquier iniciativa para detener o retardar la progresión del daño renal, requiere promover la participación activa de los pacientes como parte de un manejo integral centrado en la necesidades de las personas, así como fortalecer el autocuidado para el manejo de la enfermedad, controlar los factores de riesgo modificables, promover hábitos saludables y modificar conductas de riesgo.13,14,15 Además, se debe considerar que los pacientes en estadios tempranos de la ERC generalmente son asintomáticos, y en ausencia de signos y síntomas podrían subestimar la importancia de su condición y no lograr la motivación suficiente para realizar acciones de autocuidado en beneficio de su salud y bienestar.

En este contexto, fomentar el autocuidado constituye un área de oportunidad con potenciales beneficios para reducir la progresión del daño renal y sus complicaciones.16,17

Autocuidado

El autocuidado es una conducta aprendida, orientada hacia un objetivo en situaciones concretas de la vida, que puede ser definido como las acciones que realizan las personas sobre sí mismas, hacia los demás o hacia el entorno, para regular factores que afectan su propio desarrollo y funcionamiento, en beneficio de su vida, salud o bienestar.11 La generación de actividades de autocuidado en pacientes con ERC es un problema complejo, en el que intervienen aspectos médicos y emocionales, cambios en el estilo de vida y manejo de morbilidades como la diabetes, hipertensión, hiperlipidemia y la propia ERC. Además, las múltiples condiciones crónicas que a menudo presentan los pacientes con ERC pueden tener un efecto sinérgico sobre el daño renal, lo que significa que existen relaciones e interacciones entre ellas, no solo genético o físico, sino también en el contexto en el que ocurren como la pobreza, la disparidad de recursos de salud, el medio ambiente y la familia, entre otras.18

Mientras que las guías de la práctica clínica generalmente abordan un diagnóstico, la complejidad del manejo de la ERC enfatiza la necesidad de realizar un abordaje integral de los pacientes y de sus múltiples condiciones crónicas.18,19 Estos pacientes requieren de un modelo de atención más adecuado para el cuidado de las enfermedades crónicas que privilegie el empoderamiento de los pacientes sobre su enfermedad.12 Lo anterior, puede explicar, en parte, la poca participación de los pacientes en acciones de autocuidado.

Alfabetización en salud para el autocuidado

Para que el paciente sea capaz de realizar acciones de autocuidado de manera efectiva es necesario empoderarlo, es decir, que adquiera las habilidades necesarias para vivir de manera satisfactoria con su enfermedad al incrementar sus capacidades para el control sobre su vida y, de manera relevante, llevar a cabo el manejo de su enfermedad.20,21,22 Al respecto, la alfabetización en salud cobra especial relevancia para que el paciente con nefropatía temprana obtenga, procese y comprenda la información básica para el autocuidado de su enfermedad día a día y para la toma de decisiones informadas en situaciones de la vida real.23,24 La evidencia sugiere que la baja alfabetización en salud de los pacientes es uno de los factores que puede contribuir a una rápida progresión del daño renal a estadios terminales de la enfermedad, constituye una de las principales barreras para la eficacia del autocuidado asociada a la falta de concienciación, nivel bajo de conocimiento de la enfermedad y pobre control clínico;23,24 por lo que mejorar esta condición podría ayudar a retrasar la progresión de la ERC.

Educación para el autocuidado

La educación para el autocuidado va mas allá de la transmisión tradicional de la información, debe permitir al paciente preguntar y darle respuestas comprensibles de acuerdo a sus necesidades (creencias, preocupaciones y barreras, entre otras),25 para la concienciación y reflexión sobre su enfermedad.26 La educación es la piedra angular para el autocuidado, ayuda a establecer y mantener una interacción entre el paciente y el profesional de la salud para la toma de decisiones informadas, lo que permite lograr su participación activa en el manejo de la enfermedad, modificar conductas de riesgo y generar acciones de autocuidado.27

Asistir a los pacientes para el fomento de autocuidado es una importante responsabilidad de los profesionales de la salud, incluyendo a médicos, enfermeras, trabajadoras sociales, nutriólogas, entre otros.28 Sin embargo, durante la práctica clínica en atención primaria es frecuente que los médicos con excesivo trabajo y limitaciones de tiempo para otorgar consejería, difícilmente se comprometan para discutir el cambio de conductas de riesgo con sus pacientes. Para hacer frente a esta barrera, cada centro de atención debe decidir sobre las estrategias individuales o grupales y sobre quiénes son los profesionales de la salud más apropiados para que los pacientes realicen acciones de autocuidado.

Estrategias multidisciplinarias para fomentar autocuidado en atención primaria

Las principales herramientas para fomentar acciones de autocuidado son:20,21,29,30,31,32

Estas estrategias no deben considerarse de manera aislada, sino como estrategias integradas, continuas, centradas en los cuidados que requieren los pacientes a largo plazo para prevenir el desarrollo, la progresión y/o consecuencias de la ERC.

Procesos educativos guiados por profesionales de la salud

Los procesos educativos guiados por profesionales de la salud y centrados en las necesidades de los pacientes pueden ayudar a incrementar las habilidades para resolver problemas, mejorar la autoeficacia y apoyar la aplicación de los conocimientos a situaciones reales.20,21,29,30,31,32 Estos procesos incluyen: mejorar la comprensión de la enfermedad, alcanzar comportamientos saludables, disminuir la sintomatología y mejorar los resultados en salud.

Los médicos y el equipo de salud interactúan para identificar y eliminar las barreras, así como para promover la educación del paciente con los recursos disponibles en su centro de atención y en la comunidad. El éxito de estas estrategias, especialmente en pacientes con nefropatía temprana, requiere llevar a cabo interacciones productivas entre el equipo de salud multidisciplinario bien preparado y los pacientes informados y activos.33,34 Además, los pacientes pueden ser apoyados al integrarse en grupos de autoayuda para fomentar el desarrollo de habilidades de autocuidado para mantener su función renal y la propia salud.

Grupos de autoayuda

Son foros en donde los individuos comparten un problema o situación similar, ventilan emociones y sentimientos, intercambian experiencias y se brindan apoyo mutuo.31 Integrar a los pacientes en grupos de autoayuda puede contribuir a aumentar sus capacidades para la toma de decisiones, promover la participación activa en las acciones de autocuidado y ayudar a aumentar la motivación en la búsqueda de soluciones de problemas comunes (falta de control metabólico, hipertensión, sedentarismo, dieta poco saludable, tabaquismo y adherencia al tratamiento).35,36,37,38

Los pacientes pueden adquirir experiencia en acciones de autocuidado inspirados en modelos de líderes de la comunidad y mejorar sus habilidades para la vida cotidiana, así como aumentar su capacidad para reinterpretar los síntomas y para distinguir el malestar debido a enfermedad u otras causas.15,31 Estos grupos también incrementan la autoconfianza de los pacientes y promueven cambios a comportamientos saludables, identificación de redes de apoyo familiar, social y en el equipo de salud. Los efectos positivos de la utilización de este tipo de grupos se han demostrado en pacientes con nefropatía temprana.33 La preservación a largo plazo de los comportamientos saludables puede ser apoyada por los recursos adicionales de la comunidad, como grupos de Alcohólicos Anónimos, Neuróticos Anónimos, Comedores Compulsivos Anónimos, Clubes de diabetes, y Clínicas de tabaquismo, entre otros.15

Entrevista motivacional

Es una estrategia diagnóstica terapéutica que puede ser llevada a cabo por cualquier profesional de la salud entrenado. Su principio fundamental es el respeto al paciente, a sus creencias, se centra en las necesidades que requieren los pacientes con el objetivo de incrementar la motivación (reflexión intrínseca) para lograr y mantener el cambio de conducta, en la cual el equipo de salud actúa como facilitador.29,30

La evidencia muestra que la entrevista motivacional es efectiva en diversas situaciones que son relevantes en la ERC, incluyendo el manejo de la diabetes,39 incremento de la actividad física,40 pérdida de peso,41 y mejoramiento de hábitos dietéticos,42 con potenciales efectos sobre un mejor pronóstico de los pacientes con ERC.30,39,40,41,42

Al inicio de la entrevista motivacional es necesario crear un ambiente de aceptación, comprensión, confianza y cooperación mutua en donde no haya juicios, distorsiones o malos entendidos, sino una escucha sana y previa solicitud de permiso al paciente para introducir un tema, por ejemplo: ¿Quiere que hablemos de su peso?

Enseguida explorar los motivos de preocupación y dirigir la atención hacia ello, provocando que el paciente empiece a pensar sobre sí mismo y su conducta. En esta fase sirven técnicas de apoyo narrativo: ¿Qué dificultades tiene para bajar de peso? Posteriormente, haga una búsqueda de opciones para el cambio, se deben explorar las propias motivaciones del paciente para el cambio con preguntas abiertas y reflexivas: ¿Qué opciones cree tener para bajar de peso?, ¿Qué otras cosas cree que puede hacer? Al finalizar se debe realizar un resumen de lo dicho por el paciente y preguntarle si es correcto: ¿Le he comprendido bien? ¿Eso era los que trataba de decirme? Será entonces posible asumir el compromiso para el cambio y formular un plan de acción específico.28,29,30

Plan de acción

Una de las acciones más importantes que debe realizar el equipo de salud, junto con el paciente, para prevenir o detener la progresión del daño renal, es elaborar un plan de acción que fomente el autocuidado y procure la modificación de las conductas de riesgo.13,21,28,29,30,32 El plan de acción se convierte en una guía de discusión entre el equipo de salud y el paciente, en el que este último participa para determinar sus metas, identificar los pasos, eliminar barreras y obtener los recursos necesarios para lograrlas. El equipo de salud debe apoyar en la elaboración y ejecución del plan de acción para establecer metas claras y factibles de alcanzar, cuyo objetivo será reducir y en su caso, controlar factores de inicio y progresión del daño renal.

Así, será necesario estar atento a los reportes de motivación y autoeficacia de los pacientes para reevaluar y lograr mantener el cambio de conductas saludables a largo plazo.28,29,30,32 Se requiere esfuerzo y contacto frecuente entre el equipo de salud y el paciente, con el fin de lograr los objetivos de capacitación y las metas establecidas, evaluar los progresos y enseñar las herramientas para resolver problemas cotidianos.

El enfoque debe ser individualizado, tomando en consideración aspectos culturales, situación económica, creencias, preocupaciones, barreras y conocimientos del paciente. La participación del equipo de salud (trabajadora social, educador en diabetes, nutrióloga, enfermera, acondicionador físico, entre otros,) debe ser considerada para evaluar las capacidades (emocional, visual, funcional y cognitiva) de los pacientes y sus demandas para la generación de autocuidado.

A continuación se muestra un caso real problematizado y los pasos a seguir para identificar las conductas de riesgo que se asocian a falta de autocuidado, las necesidades de los pacientes para modificar una conducta de riesgo y como elaborar un plan de acción para iniciar el autocuidado para el control de los factores de riesgo modificables y retardar la progresión de la ERC.

Caso clínico

Mujer de 63 años con diabetes mellitus 2 e hipertensión arterial sistémica, con 25 y 2 años de evolución respectivamente y ERC en estadio 2 de reciente diagnóstico. Sedentaria, se automedica diclofenaco 100 mg cada 12 horas por dolor de pies, fuma 10 cigarrillos al día, no lleva dieta. Toma los fármacos que “le indica su médico” pero desconoce para qué sirven, conoce las complicaciones de la diabetes (por experiencias de otros pacientes); se realiza glucosa capilar solo cuando se siente mal. La comunicación con su esposo es deficiente y buena con sus hijos, solo convive con una vecina y ocasionalmente sus parientes la visitan.

Paso 1. El profesional de la salud identifica conductas de riesgo

La paciente presenta varias conductas de riesgo que se asocian a la falta de autocuidado, y sería muy difícil manejarlas de manera simultánea. Se recomienda que el paciente y profesional de la salud seleccionen una conducta de riesgo del interés del paciente y de acuerdo al perfil profesional iniciar por la que sea más factible de modificar.21 En el ejemplo, la paciente eligió iniciar por modificar la conducta de sedentarismo (figura 1).

Selección de la conducta de riesgo para el autocuidado
Figura 1
Selección de la conducta de riesgo para el autocuidado

Paso 2. Evaluar necesidades de los pacientes para modificar la conducta seleccionada

Se recomienda utilizar la entrevista motivacional para indagar creencias, barreras y preocupaciones, permite una comunicación interactiva entre el paciente y profesional de la salud y tomar un acuerdo para negociar un plan de acción específico para cumplir con una meta establecida y lograr el cambio (figura 2).29

Pasos para la comunicación interactiva entre paciente y profesional de la salud
Figura 2
Pasos para la comunicación interactiva entre paciente y profesional de la salud

Paso 3. Elaborar un plan de acción

Con la guía del profesional de la salud, el paciente elabora un plan de acción individualizado para el aprendizaje de una nueva conducta saludable,13,28 como por ejemplo elaborar un programa para iniciar e incrementar la actividad física (cuadro I).

Plan de acción para el ejercicio
Cuadro I
Plan de acción para el ejercicio

Finalmente, se debe enfatizar que la aplicación de diversas estrategias para el fomento del autocuidado pretende que los pacientes, a través de diversos procesos educativos, adquieran las herramientas necesarias para su empoderamiento y desarrollar su autoeficacia, con el fin de que lleven a cabo acciones de autocuidado para el manejo de su enfermedad, control de factores de riesgo modificables, e incrementen la probabilidad de éxito para iniciar y mantener cambios de conductas saludables a largo plazo. La figura 3, muestra una propuesta participativa para lograr la interacción (productiva) entre el equipo de salud preparado y el paciente informado para fomentar autocuidado en pacientes con nefropatía temprana.

Estrategia participativa para el autocuidado de la salud
Figura 3
Estrategia participativa para el autocuidado de la salud

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Notas

* Declaración de conflicto de interés: los autores han completado y enviado la forma traducida al español de la declaración de conflictos potenciales de interés del Comité Internacional de Editores de Revistas Médicas, y no fue reportado alguno que tuviera relación con este artículo.

Información adicional

Link PubMed: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/29697238

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