El nuevo espíritu del capitalismo: críticas y aportes desde el Sur

The new spirit of capitalism: criticisms and contributions from the south

Pedro Robertt 1
Universidad Federal de Pelotas, Brasil

El nuevo espíritu del capitalismo: críticas y aportes desde el Sur

Aposta. Revista de Ciencias Sociales, núm. 76, pp. 33-56, 2018

Luis Gómez Encinas ed.

Recepción: 18/04/2017

Aprobación: 28/04/2017

Resumen: Con el cambio de siglo se instaló un debate, en el Sur y el Norte del planeta, sobre la propagación de un nuevo espíritu del capitalismo, inspirado en obra de Luc Boltanski y Ève Chiapello, publicada en 1999. Dos años después Sociologie du travail publicaba un dossier, dedicado a esa obra, con dos comentarios cuestionadores y con las respuestas de Boltanski y Chiapello. A partir de algunos de los puntos críticos, realizados a esa obra, iniciamos este artículo. Posteriormente, traemos una revigorización reciente de la discusión, particularmente en Brasil. Elegimos cuatro dimensiones que contrastan las críticas francesas y las investigaciones en Brasil: material empírico; componentes; actores sociales y estatales; y consentimiento. El estudio del nuevo espíritu del capitalismo se presenta, así, como un programa de investigación a ser desarrollado.

Palabras clave: Nuevo espíritu del capitalismo, Francia, Brasil, dimensiones de análisis.

Abstract: With the change of century a debate took place in the South and North of the planet about the propagation of a new spirit of capitalism, inspired by the work of Luc Boltanski and Ève Chiapello, published in 1999. After two years Sociologie du travail published a dossier, dedicated to this work, with two questioning comments and the responses of Boltanski and Chiapello. Taking as starting point some of the criticisms made to this work, we begin this article. Subsequently, we present a recent reinvigoration of the discussion, particularly in Brazil. We chose four dimensions that confront French criticism and research in Brazil: empirical material, components; social and state agents; and consent. The study of the new spirit of capitalism thus presents itself as a research program to be developed.

Keywords: New spirit of capitalism, France, Brazil, analysis dimensions.

1. INTRODUCCIÓN

En el inicio del siglo XXI, científicos sociales discutían la emergencia de un nuevo espíritu del capitalismo que emergía en los países centrales del capitalismo, particularmente en Francia, y en el cual de algún modo se encontraban rasgos semejantes en el Sur del planeta. Esta reflexión estaba vinculada, claramente, a un análisis más amplio relacionado a los procesos de globalización y de acumulación de capital. No sólo estaríamos delante de una nueva fase del capitalismo más globalizado y flexible, sino que también sus dimensiones ideales o morales habrían sido modificadas.

La inspiración, evidentemente, era El nuevo espíritu del capitalismo1, libro de Boltanski y Chiappello (2009), publicado en 1999, que llamaba la atención para un tercer espíritu del capitalismo diferenciado del originalmente propuesto por Weber en su obra clásica, en que la ética protestante aparecía ligada al surgimiento del sistema capitalista. Ese sería según los autores el primer espíritu del “burgués clásico”, al que seguirían el segundo de los “directores” y el tercero de los “managers” o de la “ciudad por proyectos”. Esta discusión estaba asentada en el contexto francés, pero rápidamente ganó repercusión internacional para pensar las dimensiones legitimadoras del capitalismo en otras latitudes, y particularmente en el sur del planeta, como analizaremos más adelante. Ya avanzados en la segunda mitad del siglo XXI, nos preguntamos cuál es la pertinencia teórica y heurística de pensar el capitalismo como siendo amalgamado por este nuevo espíritu, así como nos cuestionamos cuáles son las características que asumen las dimensiones ideales o morales en el sur del planeta.

La propuesta de un nuevo espíritu del capitalismo no estuvo exenta de críticas y es en algunas de ellas –en el contexto francés– que pasamos a detenernos en la primer parte del trabajo. Posteriormente, revisaremos, en una pequeña muestra de trabajos, algunos análisis que se han hecho en el Sur, en su gran mayoría en Brasil. En la parte final conclusiva del trabajo realizamos un ejercicio reflexivo, a partir de los aportes y pistas de estas últimas investigaciones, pretendiendo elucidar algunos de los cuestionamientos realizados al NEC, de Boltanski y Chiapello.

2. EL NUEVO ESPÍRITU DEL CAPITALISMO: CONTRIBUCIÓN Y CRÍTICAS

En el NEC, Boltanski y Chiapello partían de la tesis del capitalismo como un sistema absurdo tanto para los capitalistas como para los trabajadores; a los primeros porque los inserta en un proyecto de acumulación que nunca acaba y a los segundos porque los condena a una situación interminable de expropiación y de subordinación. La cuestión entonces que quedaba por ser respondida era, justamente, qué es lo que hace que esos dos actores adhieran a un sistema que parece castigarlos antes que gratificarlos. La respuesta encontrada por los autores del NEC es que justamente la “movilización” –o dicho de otro modo, el involucramiento– de esos actores principales ocurre gracias a la intervención de las dimensiones ideales asociadas al sistema capitalista, es decir por su espíritu. Ese nuevo espíritu incluía un fuerte cuestionamiento a las organizaciones jerárquicas y burocráticas, así como el desarrollo personal a través de la inserción del individuo en múltiples proyectos.

El análisis propuesto por los autores se apoyaba en un conjunto de textos dirigidos a los cuadros gerenciales (el management), expresión de este nuevo espíritu y vinculado a un capitalismo definido como conexionista, en el que son centrales la organización en red, la flexibilidad y la movilidad. Esos atributos son además los que definen una “cité” por proyectos, que se diferencian de los observados en una serie de otras seis “ciudades” definidas en obra anterior por Boltanski y Thévenot (1991). Cabe destacar también que el nuevo espíritu del capitalismo, para los autores del NEC, es resultado también del “désarmement” de la crítica al capitalismo, en la medida que este habría conseguido incorporar la “crítica” artística tal cual se expresaba en mayo de 1968.

En marzo de 2001, la revista francesa Sociologie du travail dedicaba un dossier a discutir la obra de Boltanski y Chiapello. Así, dos investigadores dirigían sus comentarios críticos al NEC y los autores de la obra hacían a su vez su defensa o su mea culpa. No pretendemos aquí hacer un balance exhaustivo de las críticas o las defensas del NEC, sino observar algunos puntos neurálgicos en los que se pueda avanzar o superar, desde las investigaciones y la discusión generada en el Sur, a ser traída posteriormente, sobre las dimensiones morales del capitalismo.

Jean Gadrey, que realiza el comentario más extenso y sobre el cuál más nos detenemos, cuestiona si el discurso destinado a los cuadros gerenciales (“cadres”) constituye la forma por excelencia en la cual se encuentra incorporado o, mejor dicho, se difunde efectivamente el espíritu del capitalismo. Debemos recordar que el principal material empírico de estudio de aquella obra consistía en literatura orientada a cuadros gerenciales. En la lectura crítica que hace Gadrey del NEC, el discurso económico aparece con una cierta generalización y estabilidad que lo harían –por ese carácter– insuficiente para involucrar (“engager”) las personas. A partir de allí, Gadrey dirige tres series de críticas: la focalización del análisis en el “management general normativo” así como sobre la categoría de los cuadros gerenciales; y una ausencia de reflexión de las condiciones sociales de producción de ese discurso.

La primera serie de críticas implicaba cuestionar, concomitantemente, el papel subordinado con que aparecía el discurso económico, para Gadrey, en el NEC. Así habría dimensiones, tales como la competitivdad, la producción de riquezas y la satisfacción con el cliente, que de acuerdo con Gadrey, siendo parte del discurso económico, también tendrían la capacidad de movilizar a los trabajadores y que están presente en los dispositivos implementados por las gerencias. Los gerentes, argumenta este autor, leen más esa literatura económica que los manuales del management normativo utilizados como material empírico por los autores del NEC. Además, el liberalismo económico estaría presente en el mundo interno de las empresas. Por otra parte, para Gadrey, el espíritu del capitalismo no se reduce a intentar “movilizar” los trabajadores, de modo a que ellos se involucren en su trabajo. Los individuos son trabajadores, pero también son consumidores, jubilados o ahorristas. La crítica insiste en la necesidad de vincular las directrices que son establecidas desde un management normativo y las reglas que son establecidas desde un discurso neoliberal.

Gadrey dirige aquí su crítica a la ausencia de otros componentes del discurso liberal, tales como la insistencia en criterios financieros que los individuos “deben” llevar adelante, el valor dado al accionista, la externalización generalizada y la desregulación de los servicios púbicos. Esta crítica nos lleva a una dificultad que hemos tenido desde la crítica sociológica en observar cómo se articulan el discurso neoliberal y el del management normativo. Generalmente, sus dimensiones han sido vistas como paralelas, que pueden separarse analíticamente y que tienden a combinarse en cada contexto singular. Sin embargo, y siguiendo el razonamiento de este autor, tal vez falte analizar con mayor exhaustividad cómo ellas se expresan y se amalgaman en el mundo concreto de las empresas.

La crítica de Gadrey a la focalización del nuevo espíritu del capitalismo en el management gerencial normativista y en los cuadros gerenciales parece también contundente. De ese modo, es el conjunto de textos privilegiados, por los autores del NEC, como siendo el centro del espíritu capitalista el que está en cuestión. Si bien en estos textos es donde se encuentran frecuentemente los argumentos morales del capitalismo, para él no se reduciría a esa literatura ese nuevo espíritu, siendo necesario también observar, por ejemplo, los textos de marketing o de recursos humanos. En relación a la literatura dirigida a cuadros gerenciales, Gadrey cuestiona que en el NEC no habría necesidad de “movilizar” a los que no siendo cuadros gerenciales participan igualmente de la organización del trabajo. Queda pendiente aquí como se suscita el consentimiento en el conjunto de los trabajadores. No abordado por los autores del NEC, una gran ausencia de esta obra es justamente saber cómo ese espíritu es incorporado por los trabajadores, que son justamente la mayoría que cotidianamente hace que el sistema capitalista funcione como tal. Otra crítica que Gadrey trae descansa en el hecho de que las empresas que siguen el padrón de la llamada ciudad por proyectos –con características tales como movilidad y flexibilidad son en realidad una minoría, concretamente, para el caso francés se trataría de en torno del 10%.

Yendo para el segundo autor que realiza sus comentarios críticos, Hatchuel apunta también un aspecto que ya vimos en Gadrey. Hatchuel se cuestiona si los textos escogidos por Boltanski y Chiapello representan el nuevo espíritu del capitalismo, a la vez que se pregunta sobre una cierta ambivalencia en que por momentos la “cité par projets” se transforma en una nueva modernidad económica y en otras es apenas literatura gerencial. Habría cierta ambivalencia en por un lado considerar esa “cité” como un nuevo estadio del capitalismo y por otro un régimen de justificación. En ese caso, la pregunta que surge para Hatchuel es si es posible derivar una nueva etapa del capitalismo de un desarrollo conceptual hecho para el management.

Varios cuestionamientos surgieron aquí, de una lectura libre de las críticas dirigidas por Gadrey y Hatchuel al NEC, de Boltanski y Chiapello, para investigar más en profundidad ese nuevo espíritu del capitalismo. Entre ellos, podemos detenernos en cómo se pasa de una literatura gerencial al consentimiento de los trabajadores. Ausente en los autores del NEC, este es un elemento importante, si no queremos caer en una suerte de nuevo mecanicismo que ve a los trabajadores como simples autómatas que repiten lo que les es impuesto desde los cuadros gerenciales. Un segundo cuestionamiento que podemos rescatar es en qué medida hay una cierta concordancia (o por el contrario, una disonancia) entre el sistema económico y su espíritu. Sin caer en una antigua dicotomía entre los componentes materiales e ideales del capitalismo, nos podemos preguntar en qué medida los discursos que son vehiculados desde las gerencias son indicativos de la forma concreta en que efectivamente las empresas se organizan en el mundo capitalista de nuestros días. Un tercer cuestionamiento que surge de este debate tiene relación con las dimensiones que surgen de la nueva literatura gerencial y otras que surgen del discurso económico neoliberal. Si por un lado ambos discursos presentan diversos orígenes y caminos más o menos paralelos, es, justamente, en el mundo de las empresas capitalistas que ellos se pueden encontrar. Precisamos entonces, a nuestro entender, diferenciar mejor qué dimensiones pertenecen a la literatura gerencial y cuáles al discurso neoliberal para solamente después intentar detectar el grado en qué ambos se expresan en lo que llamamos nuevo espíritu del capitalismo. Ello tiene hoy una mayor importancia, pues en las postrimerías de la segunda década del siglo XXI vemos emerger de forma casi explosiva, discursos neoliberales que parecían haber quedado enterrados en el final del siglo pasado, tanto en el Sur como en el Norte del planeta.

Aunque no podamos aquí ingresar en todos los detalles de la crítica al NEC y principalmente a la defensa que sus autores realizan, cabe destacar que no todas los cuestionamientos son invalidados por ellos. Boltanski y Chiapello presentan su contraargumento en el dossier de Sociologie du travail citado. Los autores comienzan sosteniendo que en el NEC el análisis empírico no se reduce a una literatura destinada a cuadros gerenciales. En ese sentido, habría, según ellos, cierto grado de injusticia en la crítica realizada por Gadrey, que veremos, más adelante puede ser extendido a Hatchuel. Además, los autores del NEC reconocen que no todas las empresas entran en la “lógica conexionista”, sin embargo eso no significaría que la literatura de management no tenga influencia sobre la organización del trabajo. En esa línea de análisis, el carácter de vanguardia de la lógica conexionista es defendido por los autores del NEC. Además, según ellos, los cuadros gerenciales son remunerados para aprender a mirar desde el punto de vista de la empresa, por lo cual la cuestión del involucramiento de los trabajadores no les resulta ignorada. Sin embargo, los autores del NEC aceptan las limitaciones impuestas por el cuerpo de textos por ellos utilizado, apostando a que nuevas investigaciones incorporen otros registros tales como los artículos de prensa especializada, los libros testimoniales, las declaraciones de grandes dirigentes o aún los escritos más técnicos del management. Es razonable pensar que no es únicamente en los manuales dirigidos a cuadros gerenciales que se encuentra todo el espíritu del capitalismo y así es comprendido por los autores del NEC.

Sobre la crítica de ausencia del discurso neoliberal, Boltanski y Chiapello reconocen que ofrecieron una visión monolítica del mismo y que resta por hacer un análisis de otros registros que no sean los de la ciudad por proyectos. Aquí es preciso ver, a nuestro entender, el neoliberalismo no como un concepto reducido a una política económica (importante pero limitado) sino como un conjunto de elementos que también forman parte de la dimensión moral del capitalismo, entre los cuáles merece destaque el énfasis analítico en el individuo económico responsable de sí mismo.

Respondiendo también a la crítica de Hatchuel, los autores vuelven a insistir sobre el conjunto de textos analizados, con una cierta incomodidad por lo que podríamos llamar de un bajo reconocimiento de un material empírico nada desdeñable y no tan reductor. Al final de su respuesta, a las críticas formuladas por Gadrey y Hatchuel al NEC, afirman:

“Sobre este punto, como sobre otros, es necesario leer El nuevo espíritu del capitalismo como un programa de investigación antes que como una obra totalmente concluida, un llamado a trabajos futuros destinados a prolongar, precisar o negar nuestras proposiciones antes que una suma dogmática y encerrada sobre ella misma” (Boltanski y Chiapello, 2001: 421) 2.

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En la próxima sección pretendemos traer, a modo de ilustración, algunos estudios desde el Sur que muestran como el nuevo espíritu del capitalismo se instala y difunde, tratando de ofrecer pistas que nos conduzcan a responder algunos los impases interpuestos a la hipótesis original sobre la dimensión moral del capitalismo.

3. EL NUEVO ESPÍRITU DEL CAPITALISMO Y ALGUNAS PISTAS DESDE EL SUR

Con base en las reflexiones que se han bosquejado hasta el momento, traemos algunas investigaciones, hechas en su mayoría en Brasil, que muestran las características y el grado de difusión del llamado nuevo espíritu del capitalismo en un contexto no europeo. Como punto de partida, presentamos las siguientes interrogantes: ¿Cuáles son los lugares de difusión del nuevo espíritu del capitalismo aparte de los textos dirigidos al management? ¿Qué actores participan de esa difusión? ¿Cómo aparecen las dimensiones propias de la ciudad por proyectos y de los discursos neoliberales en ese espíritu? ¿Cuánto de la “cité” por proyectos es verificado en los contextos concretos de organización del trabajo en el Sur? ¿En qué medida se encuentra consentimiento, con el nuevo espíritu del capitalismo, en los sectores más subordinados de la organización del trabajo? Otra cuestión, no explorada ni por los autores del NEC ni por los que le son críticos: ¿Cuál es la participación del Estado en la difusión de ese nuevo espíritu? ¿Es un actor que contribuye con tal difusión o mantiene una cierto distanciamiento o visión crítica? Finalmente, ¿qué hallazgos específicos se observan desde un contexto no europeo?

Para intentar responder a estas preguntas, consideraremos las siguientes dimensiones de análisis: el material empírico de difusión, los componentes del nuevo espíritu, los actores sociales y estatales que difunden el nuevo espíritu y el consentimiento de los trabajadores. En la sección de consideraciones finales haremos un balance de estas dimensiones y los hallazgos que puedan aparecer en el espíritu del capitalismo en el sur. Para ello rastreamos estas dimensiones en varios trabajos que forman parte del libro O novo espírito do capitalismo no Sul: paralelismos e contrastes, publicado por la Universidad Federal de Pelotas, Brasil, en 2017.

3.1. LOS INDICIOS EMPÍRICOS DEL NUEVO ESPÍRITU DEL CAPITALISMO

Las críticas dirigidas al carácter limitado del material empírico utilizado en el NEC se justifican cuando se observa los diversos canales, por los cuales el espíritu del capitalismo se disemina. Debemos reconocer que Boltanski y Chiapello veían en los artículos de prensa especializada, en libros testimoniales, en las declaraciones de grandes dirigentes y en los escritos más técnicos del management, lugares desde donde también se difundiría el nuevo espíritu del capitalismo y, por lo tanto, factibles de ser explorados por la investigación sociológica.

D'Avila (2017) encontró en un cuaderno semanal de un gran diario del sur de Brasil, Jornal Zero Hora, la difusión del nuevo espíritu del capitalismo. Tal publicación se difunde en forma impresa en los estados de Rio Grande del Sur y Santa Catarina (en el sur de Brasil) y también en formato on-line. No se trata de una publicación especializada sino un suplemento que acompaña el periódico diario, una vez por semana, constituyendo según la autora una prensa del pop management, es decir, una literatura accesible y de fácil comprensión. Las materias difunden ideales capitalistas con reportajes que relatan testimonios de dirigentes y de líderes empresariales así como incorporan casos de trabajadores “exitosos”. De acuerdo con su investigación, la autora afirma que las prácticas gerenciales son importadas en su mayoría de otros países, como es el caso de los Estados Unidos.

Otra forma de verificar la difusión del nuevo espíritu del capitalismo es en la propagación de determinados tipos de contratos que promueven el carácter individual del trabajo. En Brasil se ha difundido la forma contractual de la llamada “pejotización” (lo que en otros contextos es llamado de empresa unipersonal). El nombre deriva de Persona Jurídica (PJ) y adquiere una forma inclusive adjetivada al hablarse de “trabajador PJ”. Este es llevado a abrir una empresa individual, siendo que muchas veces llega a ser una forma que tienen los sectores capitalistas de ocultar una relación asalariada, teniendo como consecuencia inmediata la pérdida de derechos sociales de los trabajadores. Es el propio espíritu del capitalismo que se transmite de esta forma poniendo el énfasis en un trabajador autónomo, flexible y creativo, entre otros componentes. Juliani Orbem (2017) llamó la atención sobre las luchas que ocurren en el subcampo jurídico del trabajo en Brasil, en que particularmente las empresas defienden através de la promoción de la “pejotización” la idea de un trabajador que hace esa opción por libre y espontánea voluntad.

Los materiales elaborados y trasmitidos pedagógicamente por instituciones llamadas paraestatales como el SEBRAE (Servicio Brasilero de Apoyo as las Micro y Pequeñas Empresas) en Brasil también se encargan de difundir el nuevo espíritu. Tavares, Rodrigues y Barbosa (2017) llaman la atención en cómo los cursos de una entidad definida como “privada de interés público” están en la línea de frente de esa difusión.

Es, especialmente, a través de la noción de ser emprendedor 3, palabra mágica y síntesis de atributos positivos, que se expresa aquí el nuevo espíritu. El SEBRAE desarrollaba, en el inicio de los años 2010 cursos de Microempendedor individual y de aprender a emprender, bajo un rótulo general denominado “Quiero aprender”. Siendo cursos destinados a personas que se iniciaban en las actividades económicas o que poseían pequeños capitales apuntaban a desarrollar un lado empresarial en los individuos.

Estos son algunos vehículos de difusión del nuevo espíritu. El mismo se propaga como vimos por secciones especiales de periódicos (que a su vez recogen testimonios de líderes y ejemplos de “carreras exitosas”), en los propios contratos de trabajo y en los cursos de organizaciones que visten el manto del interés público de su actividad privada, tanto como en los manuales para el management estudiados por Boltanski y Chiapello.

3.2. LOS COMPONENTES DEL NUEVO ESPÍRITU DEL CAPITALISMO EN EL SUR

El capitalismo financiero y global de nuestros días no hace distinciones en términos de sus justificaciones. Por lo tanto, es esperable que encontremos que sean destacados los mismos atributos en los diferentes rincones el planeta.

En empresas estudiadas en el sur de Brasil y también en Uruguay llamamos la atención sobre la difusión de nociones tales como las de un trabajador que colabore, que se comprometa o que se involucre con su trabajo Robertt (2017c).

En su investigación con un suplemento semanal en un diario editado en la ciudad de Porto Alegre y con difusión en dos estados del sur de Brasil, D'Avila (2017) constató como se difundían nociones como las de adaptabilidad, equilibrio emocional, trabajo en equipo, autocontrol, emprendimiento y aprendizaje continuo. Destaca también D'Avila que en ese discurso predominan la idea del individuo como una empresa y de un actuar sobre sí mismo. Llama la atención para esta autora cierta combinación entre valores del nuevo espíritu del capitalismo con valores de proveedor de familia. Dicho de forma más clara, las relaciones económicas aparecen cubiertas por nociones de amistad, compañerismo y afecto. La esfera personal y la laboral se combinan en el llamado pop management.

Tavares, Rodrigues y Barbosa (2017), por su parte, encuentran en la figura del emprendedor atributos como los de la innovación y del individuo heroico, el cual no desiste y se anima a correr riesgos. Aquí, los autores visualizan un ideario neoliberal y ya no más liberal clásico. Es la confrontación competitiva entre empresas y entre trabajadores lo que está puesto sobre la mesa. El trabajador es convertido en un “empresario de sí mismo” que debe ingresar en el mundo competitivo.

Luciana Sieber (2017) avanza su análisis sobre esa figura del emprendedor tan presente en varios de los trabajos, analizados aquí, que tratan del nuevo espíritu del capitalismo en el Sur 4. Afirma, esta autora, como la literatura de gestión ha desarrollado toda una clasificación del emprendedor, de tal modo que podemos encontrar “un ser emprendedor social, étnico, digital, familiar” y la difusión de conceptos como los de “cultura o de educación emprendedora”. Más próximo aún de la conceptualización de los autores del NEC, puede encontrarse en la literatura de gestión empresarial el “espíritu emprendedor”. De forma semejante a las tesis defendidas por Tavares, Rodrigues y Barbosa (2017), esa autora observa como la figura del emprendedor está asociada a la de un individuo con talentos propios, con desarrollo de competencias, con conocimiento técnico y capaz de innovar.

Si seguimos la sugerencia hecha por Gadrey, en su crítica a los componentes morales que encontramos en el NEC, podemos diferenciar que en los estudios a que hacemos referencia encontramos tanto dimensiones que aluden a la “ciudad por proyectos” como a la “ideología neoliberal”. De un lado, compromiso, colaboración, trabajo en equipo y de otro el énfasis en el individuo, en el desarrollo de sus competencias y en la necesidad de ser exitoso en un mundo que lo enfrenta, inevitablemente, a otros individuos. No tenemos –en buena medida, por tratar con pocos estudios– una conclusión definitiva sobre cómo se combinan, se imponen o se subordinan nociones más asociadas a la ciudad por proyectos o la ideología neoliberal. No obstante, podemos arriesgar una hipótesis tendencial: cuando se trata del trabajador en un colectivo laboral, el espíritu del capitalismo tiende a adoptar la forma de la “ciudad por proyectos”; ya en las nuevas formas de trabajo y en las regulaciones contractuales que dejan el individuo sólo (tratando de convertirlo en una empresa) tiende a imponerse la ideología neoliberal con énfasis en el individuo y en su capacidad de competir con los otros.

3.3. LOS ACTORES QUE DIFUNDEN EL NUEVO ESPÍRITU DEL CAPITALISMO

Siguiendo la terminología de Gadrey, la cuestión que se plantea en esta parte es cuáles son las condiciones sociales de producción de ese discurso. En el presente momento, podemos traer una descripción de algunos de los agentes que producen, renuevan y divulgan el nuevo espíritu del capitalismo. La variedad, el diferencial grado de participación, su radio mayor o menor de influencia sólo puede ser determinado a partir de investigaciones de mayor alcance y profundidad. Sin embargo, podemos a partir de algunos estudios intentar bosquejar aquí quiénes son algunos de esos mitopoietas (fabricantes de mitos, según Weber en el análisis de las religiones) 5 que difunden el nuevo espíritu.

Es claro que los sectores empresariales desde sus diversos lugares son impulsores centrales del nuevo espíritu del capitalismo. La confrontación con los jueces del trabajo, observada por Orbem (2017) es prueba de ello. Retomando la clasificación histórica presentada por los autores del NEC, Orbem argumenta que en cuanto los jueces del trabajo defienden el segundo espíritu del capitalismo, que tenía como elemento fundacional las protecciones sociales, los sectores empresariales que actúan en favor de la “pejotización” están inmersos en el tercer espíritu del capitalismo.

Los mitopoietas incluyen, también, consultores de diversas trayectorias que luchan por ocupar un espacio desde el cual puedan difundir el nuevo espíritu del capitalismo. Las formas de participación en ese espacio son múltiples, desde páginas de internet, realización de conferencias, publicación de libros en formato impreso o digital, hasta intervenciones personalizadas y en empresas. Entre esos consultores, Bruno Casalotti (2017) ha investigado la modalidad del couching. Según este autor, el couching se ha expandido desde los años 1990 en el mercado de capacitación y en el mercado editorial, incluyendo tanto áreas de la administración como a los sectores inferiores de la sociedad, y organizándose además en entidades tanto fuera como dentro de Brasil. El couching es ofrecido como un servicio personalizado de especialistas, en el que se verifica, según Casalotti (2017), la movilización de un léxico psicologizante que apunta a la subjetividad del individuo y a las posibilidades que este tiene de desarrollar su voluntad.

Sieber (2017) también describe diversos actores que participan de la difusión del discurso del emprendedor, tales como medios de comunicación, literatura de autoayuda y el propio medio académico. Las propias universidades, a través de diferentes cursos, adhieren a ese ideal emprendedor. El desempleo, constante amenaza para el trabajador, es posible de ser enfrentado así con carreras específicas, en las cuales el individuo no sólo incorporaría una formación técnica mas también una disposición o un conjunto de competencias para convertirse en un empresario, tema no desarrollado por la autora.

Un elemento interesante que surge de este recorrido, por diferentes estudios, es que la difusión del nuevo espíritu del capitalismo tiene una mulitiplicidad de actores que incluye tanto a la sociedad civil como al Estado. En Brasil, el SEBRAE como ya fue mencionado antes tiene un papel relevante en esa difusión. La capacitación de los individuos, “ávidos” por convertirse en emprendedores, es el foco de este organismo que capta recursos de las empresas, con base en la normativa legal. Existe una normativa jurídica, específica, que permite que recursos de origen privado sean destinados a fomentar el sujeto emprendedor. En otras palabras, el capitalismo se organiza con apoyo del Estado para difundir los discursos y prácticas que responsabilizan al individuo por su inserción y suerte en la actividad económica.

Citando a Lima (2010), Sieber (2017) argumenta que ese discurso acompañó también las reformas del Estado en los países de América Latina, incluyendo programas de privatización de empresas estatales, planos de despidos incentivados para trabajadores, y de crédito para pequeños empresarios. En el caso del Brasil, la autora constató que, en las primeras décadas del siglo XXI, la acción estatal estuvo dirigida fuertemente a difundir ideas y prácticas emprendedoras. En 2013, fue lanzado inclusive un informe que llevaba por título “Voces de la nueva clase media”, incentivando el ser emprendedor en las clases populares, elaborado por una Secretaría vinculada al Poder Ejecutivo con colaboración de otros organismos estatales, además del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD). En el inicio de ese informe se llega a proponer una Política Nacional del ser emprendedor.

Es razonable pensar que fomentar, desde el Estado, pequeñas y medias empresas es una forma de buscar combatir altas tasas de desempleo; y que esta preocupación no significa una adhesión acrítica a la dimensión moralizante del capitalismo. Sin embargo eso suele también mostrar que el espíritu del capitalismo invade todas las esferas de la sociedad, especialmente, a partir de uno de sus caballitos de batalla preferidos: el ser emprendedor. Cabe reflexionar, en el final de esta sección que entre los agentes del estado existen algunos que no acompañan el discurso dominante de desarrollo de las capacidades y competencias individuales. Mientras el Poder Ejecutivo y otros agentes situados en universidades, muchas veces públicas, forman parte de los agentes divulgadores del ser emprendedor, la rama laboral del poder judicial brasileño ha resistido, oponiéndose a la llamada “pejotización”, y llegando en algunos casos a caracterizarla como fraude. Esta oposición al avance del tercer espíritu del capitalismo (anteponiéndole el anterior espíritu, vinculado a las protecciones sociales) lleva, según la visión del sector judicial laboral del Estado, al pasaje (muchas veces coercitivo) del trabajador asalariado y subordinado al individuo autónomo y sin derechos sociales garantizados.

3.4. EL CONSENTIMIENTO DE LOS TRABAJADORES AL TERCER ESPÍRITU DEL CAPITALISMO

El NEC, de Boltanski y Chiapello, fue un movimiento inicial que permitía ver uno de los lugares desde donde se difundían las justificaciones del capitalismo en el momento del cambio de siglo. Hacer una comparación de la literatura dirigida al management, entre dos períodos distanciados por tres décadas, tendía a mostrar que las dimensiones morales del capitalismo estaban cambiando. Sin embargo, la obra sólo consideró uno de los polos de la relación entre capitalistas y trabajadores, el del discurso de los primeros.

Aún precisamos un programa de investigación amplio que nos muestre efectivamente en que grado y de qué forma se difunde el nuevo espíritu del capitalismo. Gadrey dirigía una crítica fuerte al NEC, cuando llamaba la atención que la “ciudad por proyectos” abarcaba apenas un 10% de las empresas francesas. Ese argumento puede, con toda propiedad, ser trasladado al contexto de los países del Sur. Los países latinoamericanos ofrecen, ciertamente, una variedad enorme de experiencias laborales en los que difícilmente encontraremos, de forma pura, la tipología de espíritus del capitalismo diseñada por Boltanski y Chiapello. Estos últimos, a su vez, defienden que no se trata de una medida cuantitativa, el espíritu del capitalismo estaría en los sectores de vanguardia y no necesariamente en todos los sectores de la economía. Aunque esta respuesta parezca convincente, queda por preguntarnos nuevamente, con Hatchuel, si el espíritu del que hablamos representa (o no) una nueva etapa del capitalismo.

Para aclarar el debate mencionado habría que optar por dos caminos, no necesariamente sucesivos: contrastar los discursos justificadores con las prácticas organizacionales efectivas; y observar en qué medida los discursos justificadores del tercer espíritu del capitalismo son incorporados por aquellos que cotidianamente hacen marchar al sistema capitalista. En este ítem encontramos las mayores dificultades. Pocos son los estudios que consiguen captar en qué grado y de qué manera el espíritu del capitalismo está difundido o, dicho de otra manera, qué condiciones le son más propicias para su desarrollo. A pesar que observemos, por ejemplo, que los medios de comunicación difunden un ideario neoliberal o de la ciudad por proyectos, eso no significa que haya una recepción irreflexiva. Lo mismo puede decirse de la literatura dirigida al management. Los cuadros gerenciales se especializan en la difusión del espíritu del capitalismo, mas eso no garantiza que sus subordinados (ahora transformados discursivamente en “colaboradores”) mantengan una actitud absolutamente pasiva.

En una comparación entre dos empresas, una en Uruguay y otra en Brasil, en el inicio del siglo XXI, constatamos (Robertt, 2017c) que el grado en que los trabajadores se sentían parte de la empresa era variable, siendo prácticamente inexistente en la primera y en torno de la tercera parte de ellos en la segunda. De todos modos, fue constatado que la empresa brasileña fomentaba una mayor participación en la organización del trabajo que la uruguaya junto con una adhesión mayor al nuevo espíritu del capitalismo. En ambos casos, no se verificaba tampoco la extensión de una ciudad por proyectos de acuerdo con los presupuestos de Boltanski y Chiapello. En otro estudio, en un polo de la industria naval (Robertt, 2017b) en el sur de Brasil, constatamos, en años recientes que seis de cada diez trabajadores se definían como colaboradores. Ese resultado nos pareció altamente llamativo, considerando además el fuerte grado de inestabilidad y de precarización laboral en ese sector. Sin embargo, en un cuadro general de aceptación de la colaboración, encontrábamos que esta avanzaba más sobre trabajadores adultos, casados, que ejercen tareas menos taylorizadas (tal vez más cerca de la ciudad por proyectos), situados en puestos de dirección, que participan más de la sociabilidad en la empresa (por ejemplo, compartiendo el almuerzo) y de los cursos de capacitación actitudinales (por ejemplo, para el desarrollo de competencias) ofrecidos, y en los no sindicalizados. Eso nos mostraba también, un panorama más diverso, dentro de una industria concreta, que el sugerido por el lenguaje de las “cités”. Al interior de una realidad laboral es posible observar zonas más y menos próximas a la ciudad por proyectos, siendo en las primeras que se encontraría el lugar para la diseminación del nuevo espíritu del capitalismo.

Finalmente en un estudio en el sector de Tecnologías de la Información, en Brasil, Marcos Valle (2017) encontró una organización en red en que los trabajadores se presentaban como empresas individuales, y como actores responsables por el emprendimiento y por su propio perfeccionamiento. En ese sector, Valle (2017) detectó un aumento de la “pejotización” así como que los trabajadores adquieren la visión de ser parte integrante de un área estratégica. Para el autor, la lógica de redes y de proyectos definen el sector de tecnologías de información.

El consentimiento de los trabajadores, al nuevo espíritu del capitalismo, precisa aún de un análisis más profundo y extenso. Los ejemplos que trajimos en esta sección son evidentemente insuficientes para llegar a afirmaciones conclusivas. Sin embargo, esos pocos casos parecen indicarnos que cuando se visibilizan elementos de la ciudad por proyectos, como una organización menos taylorizada o en red es más factible que aflore el nuevo espíritu del capitalismo.

4. CONSIDERACIONES FINALES

Boltanski y Chiapello reconocen que el NEC debe ser visualizado como un programa de investigación más que como una obra acabada. Este artículo se sitúa justamente en esa línea propositiva. El nuevo espíritu del capitalismo sigue mostrándose como una ideología que justifica un sistema económico. En su cara colaborativa y emprendedora se transforma en una doxa del capitalismo, un principio dado no discutido, que tiene como cara oculta el desempleo de largo plazo y la precarización instalada hoy férreamente en las propias sociedades capitalistas 6. Además, ya no es tan nuevo y puede ser visto cotidianamente en los medios de comunicación y en los discursos gerenciales que se multiplican en las empresas, en las redes sociales y en múltiples y diversas publicaciones.

Nos propusimos en este artículo hacer, de algún modo, un balance del nuevo espíritu del capitalismo en el Sur, a partir de investigaciones llevadas adelante en Brasil. Algunos de los cuestionamientos hechos por autores franceses, a dos años de producida la obra que inspiró este artículo, nos fueron útiles como punto de partida para observar algunas de las características que asume el nuevo espíritu del capitalismo en el Sur. Para ello, consideramos algunas dimensiones de análisis que emergían de aquellos cuestionamientos, tales como el material empírico por el cual el nuevo espíritu del capitalismo se da a entender y se difunde; su contenido conceptual; los actores que participan de esa construcción y el grado en que los trabajadores aceptan ese contenido.

Una de las principales críticas dirigidas al NEC fue la limitación del material analizado, reducido en buena medida a la literatura especializada para cuadros gerenciales. Efectivamente, un recorrido por diversos estudios en Brasil mostró que el espíritu del capitalismo se propaga por diversos medios, que no se agotan, con seguridad, en los que aquí fueron registrados. Materiales producidos semanalmente por la prensa diaria (D'Avila, 2017) se encargan de difundir el nuevo espíritu del capitalismo de forma accesible e incluyendo tanto reportajes con dirigentes y líderes empresariales como relatos de trabajadores que tuvieron una “carrera exitosa”. La proliferación de contratos laborales que individualizan al trabajador (incluyendo, el pasaje de la esfera del derecho laboral para la del derecho civil), muchas veces obligándolo a renunciar a una relación asalariada, también son otro modo en que esa difusión se realiza (Orbem, 2017). Cursos organizados por entidades que hacen el puente entre el estado y el capital, también se cuentan entre los principales canales para la propagación del nuevo espíritu, principalmente a través de la noción de ser un emprendedor (Tavares, Rodrigues y Barbosa, 2017; Sieber, 2017). El capitalismo no ahorra medios para su divulgación y otros pueden ser revelados por investigaciones, en diversos contextos, como algunos sugeridos por los propios autores del NEC, u otros, aún inexplorados, como es el caso de las instituciones universitarias.

El contenido conceptual del nuevo espíritu del capitalismo parece simple, directo y fácil de ser asimilable. Al final, los individuos precisarían responsabilizarse por sí mismos para tener un presente y futuro exitosos, además de ser colaborativos con el capital. Ser autónomos y comprometidos con el capital es el imperativo categórico del nuevo espíritu. En empresas estudiadas en el sur de Brasil y también en Uruguay, llamamos la atención sobre la difusión de nociones tales como las de un trabajador que colabore, que se comprometa o que se involucre con su trabajo (Robertt, 2017c). A partir de la crítica de Gadrey, comenzamos a percibir que el nuevo espíritu del capitalismo tiende a incorporar tanto dimensiones de la llamada ciudad por proyectos como del discurso neoliberal. Las primeras remeten más a nociones como movilidad, flexibilidad y movilidad; ya las segundan apuntan al individuo colaborador y responsable de sí mismo, que se expresa, paradigmáticamente, en el segundo caso, en la noción de ser emprendedor. Nuevas investigaciones podrán avanzar en cómo se insertan esas dimensiones en diferentes contextos, mas los estudios presentados aquí nos permitieron formular la hipótesis de que en las empresas capitalistas el espíritu del capitalismo tiende a legitimarse a partir de nociones advenidas más de la ciudad por proyectos, mientras que en las actividades económicas en que el individuo se encuentra (o es llevado a estar) aislado, tiende a prevalecer el discurso neoliberal. Hablamos de tendencias, pues, por ejemplo, el trabajador dentro de las empresas también es llamado a ser responsable de sí mismo y autónomo en su tarea.

De las diversas investigaciones surge que así como el espíritu del capitalismo se difunde por diferentes vías también existen múltiples propagadores. El capitalismo proporciona un espacio amplio para mitopoietas que lleven adelante la nueva profecía. A pesar de su fuerte irrealismo, los discursos no se cansan de llover sobre mojado insistiendo en que está en los individuos tener un futuro laboral exitoso. Cualquier investigación seria mostraría que esos mismos individuos saben cuán difícil es, por ejemplo, obtener un empleo si no se tiene una red de contactos que lo posibilite. Aquí registramos diversos agentes propagadores del nuevo discurso como los propios sectores empresariales, los varios tipos de consultores –ejemplificados en la la literatura del couching–, los medios de comunicación y la literatura de autoayuda. Las investigaciones a que hicimos referencia, en este artículo, nos llevan a destacar dos hallazgos que nos llamaron la atención: la participación estatal en la difusión del nuevo discurso y el campo jurídico laboral como un lugar de resistencia al tercer espíritu del capitalismo. El primero puede ocurrir directamente a través de universidades públicas (lo que no excluye las universidades privadas) que implementan cursos que promueven los valores, ideales y creencias del nuevo espíritu, así como por medio de entidades, que con un pie en el estado y otro en las empresas (el caso del SEBRAE), se constituyen en actores centrales del lado neoliberal del nuevo espíritu, principalmente en la idea fija del ser emprendedor.

Aquí se abre un campo enorme de investigación que tiene su antecedente en la reflexión recuperada por Sieber (2017), con base en Lima (2010), sobre el hecho de que las reformas económicas neoliberales en América Latina se han acompañado del discurso sobre el sujeto emprendedor. Sin embargo, el Estado no es monolítico, y ese es otro importante hallazgo, que surge de la resistencia, de sector laboral del poder judicial brasileño, a los llamados contratos “PJ”, cuando sirven, apenas, para encubrir (fraudar) una relación asalariada, teniendo como consecuencia la pérdida de derechos adquiridos por los trabajadores (Orben, 2017). El Estado es un lugar también de disputas en el que algunos pueden defender el nuevo espíritu del capitalismo y otros cuestionarlo, aunque la mayoría parezca estar situada en el primer polo. Eso hace que pueda ocurrir que consultores transiten entre las esferas privada y pública, como es registrado por Falero (2017). El espíritu del capitalismo en su nueva faceta no tiene prerrequisitos para elegir los lugares en los cuáles se presenta y expande, lo que hace que sus propagadores también puedan hacer su trabajo en las brechas que se les abren (o son abiertas por ellos) en el estado o en la sociedad civil.

Aún nos resta saber más cuál es el consentimiento de la parte baja de la sociedad sobre el nuevo espíritu del capitalismo. Muchas veces tiende a darse por sentado que los discursos, ya sean de la ciudad por proyectos o ya sean neoliberales, son simplemente absorbidos por los sectores subordinados. ¿Cómo hablar en “engagement” si no consultamos a los supuestos “involucrados”? Y como vimos es por cierto una ausencia del NEC, que se ocupó privilegiadamente de los discursos dirigidos hacia el management. Algunas pistas surgen en algunas investigaciones, pero justamente por su poca expresión resultan más indicios que argumentos conclusivos. Si el 10% de las empresas francesas se situaban en la ciudad por proyectos, en el inicio del siglo XXI, es probable que ese porcentaje sea aún menor en un continente como el latinoamericano donde prevalecen y se combinan sistemas de organización del trabajo tayloristas, fordistas y post-fordistas con situaciones semejantes a lo que se podría llamar de esclavitud moderna. Las investigaciones que hemos realizado o analizado tienden a mostrar que es donde la ciudad de proyectos se implementa (con flexibilidad, movilidad, etc.) en donde el espíritu del capitalismo más se disemina. Pero ese lugar tiende a ser no una empresa o una industria en su totalidad, sino una región de un universo económico. O puede ser una área económica, como la de tecnología de la información, en que predominan individuos aislados en que se difunden más fácilmente las ideas y valores asociados al ser emprendedor. Cuando el modelo de organización no responde a una ciudad por proyectos y sin embargo difunde su espíritu (como puede encontrarse en variadas empresas, en Brasil y en América Latina en su conjunto), este adquiere el papel de ideología pero ya no como justificación sino como ocultación. Es el caso de un sistema taylorizado de trabajo caracterizado por concentrar el conocimiento en los cuadros gerenciales en que, sin embargo, estos llaman a los trabajadores de colaboradores.

Nuevas investigaciones precisarán profundizar las formas y grados diferentes en que se expanden las dimensiones morales del capitalismo, que como los autores del NEC llamaron la atención, en el final del siglo pasado, actúan como un régimen de justificación de un sistema económico que, paradojalmente, aflige sus actores más de los que los gratifica. En el final de la segunda década del siglo XXI, vuelven a revigorizarse desde los discursos políticos y económicos las dimensiones neoliberalizantes de la economía –que como argumentamos aquí, siguiendo a Jean Gadrey– también forman parte del espíritu del capitalismo en el Norte y en el Sur. Esa de por sí representa más una razón para seguir investigando las idas y vueltas de las dimensiones morales y justificativas del capitalismo.

5. BIBLIOGRAFÍA

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D’Avila, A. P. F. (2017). “O surgimento de uma nova normatividade: o conteúdo compensatório dos discursos gerenciais na imprensa pop”, 85-109, en Pedro Robertt, Ana Paula Ferreira D'Avila, Pedro Lisdero, Renata Brauner Ferreira (Eds) O novo espírito do capitalismo: paralelismos e contrastes, Pelotas. Editora da UFPel.

Falero, A. (2017). “Sobre especialistas, empreendedores e subjetividades controladas. Uma abertura para a discussão a partir do 'novo espírito do capitalismo'”, 29-60, en Pedro Robertt, Ana Paula Ferreira D'Avila, Pedro Lisdero, Renata Brauner Ferreira (Eds) O novo espírito do capitalismo: paralelismos e contrastes, Pelotas. Editora da UFPel.

Gadrey, J. (2001). “Nouvel esprit du capitalismo et idéologie néo-libérale” en Dossier: Nouvelles technologies de l'information et de la communication. Sociologie du travail num 43, 389-402.

Hatchuel, A. (2001). “Le nouvel esprit du capitalisme: grandeurs et limites d'um spiritualisme dialetique” en Dossier: Nouvelles technologies de l'information et de la communication. Sociologie du travail, num 43, 402-409.

Lima, J. C. (2010). “Participação, empreendedorismo e autogestão: uma nova cultura do trabalho?” Sociologias, Año 12, núm. 25, 158-198.

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Sieber. L. (2017). “O discurso e o exercício do empreendedorismo no contexto das classes populares”, 291-315, en Pedro Robertt, Ana Paula Ferreira D'Avila, Pedro Lisdero, Renata Brauner Ferreira (Eds) O novo espírito do capitalismo: paralelismos e contrastes, Pelotas. Editora da UFPel.

Tavares, L. F. ; Rodrigues, M. S.; A, M. S. Barbosa. (2017). “O SEBRAE e a produção discursiva do indivíduo empreendedor de si mesmo”, 235-264, en Pedro Robertt, Ana Paula Ferreira D'Avila, Pedro Lisdero, Renata Brauner Ferreira (Eds) O novo espírito do capitalismo: paralelismos e contrastes, Pelotas. Editora da UFPel.

Valle, M. J. (2017). “Empreendedorismo e flexibilidade nos trabalhadores das tecnologias da informação no Brasil: algumas tendências recentes”, 173-193, en Pedro Robertt, Ana Paula Ferreira D'Avila, Pedro Lisdero, Renata Brauner Ferreira (Eds) O novo espírito do capitalismo: paralelismos e contrastes, Pelotas. Editora da UFPel.

Notas

1 En adelante cuando hagamos referencia a la obra El nuevo espíritu del capitalismo de Luc Boltanski y Ève Chiapello utilizaremos la sigla NEC.
2 Traducción libre del autor.
3 En Brasil, es utilizado por los diversos actores sociales y políticos el substantivo “empreendedorismo” que no tiene traducción en español.
4 Para este tema, recomendamos especialmente el texto de Falero (2017).
5 Concepto recuperado por Bourdieu (2014: 239).
6 Desarrollamos el concepto de doxa colaborativa en trabajos recientes (Robertt, 2017a; Robertt, 2017b).

Notas de autor

1 Pedro Robertt posee Graduación en Sociología por la Universidad de la República del Uruguay (1990), con Maestría en Sociología por la Universidad Estadual de Campinas y Doctorado en esa área de conocimiento en la Universidad Federal de Río Grande del Sur, los dos últimos estudios cursados en Brasil. Actualmente es Profesor Asociado del Instituto de Filosofia, Sociologia y Política de la Universidad Federal de Pelotas. Sus investigaciones abordan el capitalismo globalizado y flexible, los procesos de reestructuración empresariales, y de flexibilización y precarización del trabajo, así como las dimensiones morales del capitalismo. También desarrolla reflexiones e investigaciones teóricas sobre epistemología y metodología de las ciencias sociales.

Información adicional

Formato de citación: Robertt, P. (2018). “El nuevo espíritu del capitalismo: críticas y aportes desde el Sur”. Aposta. Revista de Ciencias Sociales, 76, 33-56, http://apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/probertt.pdf

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