Participación política de las personas mayores: Más allá de ir a votar
Political participation of elderly people. Beyond voting
Participación política de las personas mayores: Más allá de ir a votar
Aposta. Revista de Ciencias Sociales, núm. 79, pp. 164-180, 2018
Luis Gómez Encinas ed.
Recepción: 03/07/2017
Aprobación: 13/03/2018
Resumen: Muy frecuentemente a las personas mayores, una vez que llegan a la edad de jubilación, se las aparta de la actividad pública, de tal manera que quedan excluidas de la misma, y este hecho es más evidente en cuanto a participación política se refiere, donde dicha participación se reduce, en muchas ocasiones, al hecho de ir a votar. No obstante, como consecuencia de una mayor longevidad y de un mayor interés por parte de este colectivo, se está dando un incremento de la demanda de un papel más protagonista en la sociedad. Este estudio trata de reflejar este cambio actitudinal en las personas mayores hacia la participación política, así como de los factores que han intervenido en dicho cambio a partir del análisis de los datos disponibles para España en la Encuesta Social Europea.
Palabras clave: Personas mayores, participación política, modalidades de Participación, Encuesta Social Europea.
Abstract: Very often older people, once they reach the retirement age, are removed from public activity in such a way that they are excluded from it, and this fact is more evident as far as political participation is concerned, where this participation is reduced, many times, to the fact of voting. However, as a result of a greater longevity and a greater interest of this group, there is an increasing demand for a more prominent role in the society. This study tries to reflect this attitudinal change in the elderly towards political participation as well as the factors that have intervened in this change from the analysis of the data available for Spain in the European Social Survey.
Keywords: Older people, political participation, modalities of participation, European Social Survey.
1. INTRODUCCIÓN
Al hablar de participación política muchas veces se aplica una visión muy simplista de la misma, reduciéndola al mero hecho de votar. Sin embargo, el voto solo es una de las muchas modalidades de participación que los y las ciudadanas tienen en sus manos. Al hablar de estas modalidades aceptamos una definición amplia del concepto de participación política, una definición como la que recogía Myron Weiner (1971), quien hacía hincapié en el carácter voluntario de la acción, la cual puede ser organizada o no serlo, así como intermitente o continua, y que se encamina a influenciar en las políticas públicas y en la elección de los líderes políticos. Por tanto, al hablar de participación política, en términos generales nos referimos al conjunto de acciones cuya función es la de influir y que intentan hacerlo dentro del ámbito político.
Atendiendo a esta definición, dentro de las opciones disponibles están, entre otras, el colaborar con un partido político, plataforma de acción u otra organización, firmar una petición en una campaña de recogida de firmas, participar en una manifestación, ya esté esta autorizada o no, etc. Las distintas modalidades de participación difieren entre sí en función del tiempo y el nivel de esfuerzo requerido para su realización, así como de las habilidades e información necesarias para llevarlas a cabo o el conflicto que pueden generar (Somuano, 2005).
A pesar de esta variedad de modalidades, como ya se ha mencionado anteriormente, en no pocas ocasiones en la literatura y en los medios de comunicación se reduce la participación política al hecho de emitir un voto dentro del marco de unas elecciones, quizá porque esta es una actividad sencilla, tanto de realizar como de contabilizar. Y este reduccionismo es más evidente al hablar del colectivo de personas mayores, sobre el que pesa una gran losa cargada de estereotipos, que les señalan como personas retiradas, pasivas y con un reducido papel en la sociedad.
No obstante, en las llamadas sociedades desarrolladas, entre los distintos elementos que las configuran destaca el progresivo envejecimiento poblacional que el porcentaje de personas mayores sea cada vez mayor y que estas demanden un papel con mayor protagonismo. Este hecho es de gran relevancia dentro de España en cuanto que es uno de los países con la población más envejecida. Según las proyecciones del INE de 2016, el peso de las personas de 55 y más años será cada vez mayor en los próximos años, llegando a representar a casi la mitad de la población a partir de la década de los 30.
Este progresivo envejecimiento poblacional se debe en primer lugar a unos bajos índices de natalidad, que, incluso, no permiten el reemplazo generacional, y que son fruto de un cambio sociocultural que, entre otras cosas, reconfigura el modelo de “familia” y su composición como consecuencia de la adaptación que se produce a los ciclos de la vida: alargamiento de la etapa educativa de las personas, retraso en la edad media de incorporación al medio laboral, aplazamiento de la edad de acceso al matrimonio, dilación en la edad de tener el primer hijo/a, etc.
Por otro lado, el envejecimiento poblacional también es fruto de una elevada y ascendente esperanza de vida. Los cambios en la alimentación, la higiene, tanto pública como privada, los avances en el campo de la medicina, el desarrollo del Estado de Bienestar, especialmente a partir de la década de los 80 del pasado siglo, la universalización de la sanidad, el sistema público de pensiones, etc., son elementos que han permitido una mayor longevidad en las y los españoles, pero también una mayor salud y calidad de vida en las nuevas generaciones de personas mayores. Esta mejora en la calidad de vida invita a este colectivo a una mayor proactividad en la vida pública y a un aumento en la demanda de un papel más relevante dentro de la vida social.
Esta demanda de mayor participación en la vida social también se asocia al nivel educativo alcanzado, ya que, “quienes poseen un nivel formativo elevado tienen más facilidad para practicar determinado tipo de actividades y para establecer relaciones en entornos complejos” (IMSERSO, 2011: 304-305). Y, si bien siempre que se analiza la relación entre nivel formativo y edad se destaca que son las personas mayores las que menos nivel de instrucción han alcanzado, según señala Triadó (2013), cada cohorte de edad que llegue a la vejez será más instruida que la anterior.
Y ¿cómo afecta esto a las nuevas generaciones de personas mayores? Al tener nivel de instrucción, la educación que han recibido modifica sus necesidades, demandas, hábitos y disponibilidad para estar activas. Por tanto, podemos considerar, “la variable estudios es un factor discriminante de la disponibilidad para realizar actividades que beneficien a la sociedad y al cultivo de intereses y aficiones” (Rodríguez Cabrero et al., 2013: 89), y que, así pues, va a jugar un papel relevante dentro de la participación política.
No se puede olvidar, además, el contexto histórico de participación política en España. Las personas mayores de hoy han vivido:
una dictadura, en la que se fomentaba la despolitización y desmovilización política democrática, aunque persistían sectores dentro de la sociedad altamente politizados, especialmente en la última etapa del franquismo, así como cauces de participación en la toma de decisiones públicas a través de las “unidades naturales” de la sociedad: la familia, el municipio y el sindicato (Giménez Martínez, 2015);
una transición, donde la cultura de participación política constituía una “realidad inexplorada” para la inmensa mayoría (González Salcedo, 2011);
y los inicios y consolidación de una democracia, en la que se han ido entrelazando momentos de auge y de crisis participativa, así como otros de desafección política, que si bien pueden haber influido en el descenso del uso de algunos tipos de participación política, como el voto, también ha dado lugar a otras formas o modos de participación.
En este artículo profundizará en esta última etapa analizando la participación política “menos convencional”, es decir, aquellas modalidades que van más allá del voto o de la representación de cargos políticos, de las personas mayores residentes en España, describiendo cómo esta ha evolucionado durante el siglo XXI y profundizando en el papel que la educación, junto con otros factores, juegan en dicha participación.
2. ASPECTOS METODOLÓGICOS
Para la elaboración de este trabajo se ha utilizado como fuente los datos disponibles para las personas de 55 y más años que viven en España en las siete primeras ediciones de la Encuesta Social Europea (ESE). Esta encuesta, en la que participan alrededor de 30 países europeos y que desde 2001 se realiza cada dos años, recoge las opiniones, actitudes, atributos y comportamientos sociales y políticos de las y los ciudadanos europeos con el objeto de analizar el cambio y la continuidad que se puedan producir en ellos. La ESE se realiza a una muestra representativa de personas de más de 15 años residentes en domicilios privados en los países que participan. En el caso español, se persigue lograr un tamaño de muestra efectivo mínimo de 1.500 encuestas y para ello se utiliza un muestreo estratificado polietápico, en el que los estratos se obtienen utilizando dos criterios cruzados, el tamaño de hábitat y la Comunidad Autónoma1.
A la hora de analizar la participación política del colectivo objeto de estudio se ha considerado conveniente la confección de un índice que incluya valoraciones subjetivas de las personas así como comportamientos efectivos, variables que han sido graduadas en función del compromiso que conllevan y de su carácter público o privado. De esta manera, se ha creado un Índice de Implicación Política que sigue la siguiente fórmula:
IIP = 10 X (0,075INT + 0,23COL + 0,15MAN + 0,15CON + 0,12INS + 0,04BOI)
Donde:
IIP: Índice de Implicación Política (en la que no se incluye el voto).
INT: Grado de interés en la política.
COL: Haber colaborado con un partido político, una plataforma de acción ciudadana u otra organización o asociación.
MAN: Haber participado en una manifestación.
INS: Haber llevado una insignia o haber firmado una petición en una campaña de recogida de firmas.
CON: Haberse puesto en contacto con un político o con una autoridad.
BOI: Haber boicoteado algún producto.
El análisis que aquí se presenta consta de dos partes: una parte descriptiva de la evolución de la participación política y un análisis de los factores que influyen en la misma. Con el análisis descriptivo se pretende hacer una primera aproximación a la participación política de las personas mayores de manera que podamos tener una idea, lo más exacta posible, de las características y de la evolución de esta participación, y para ello se analizan distintas variables que tratan de abordar el interés, las actitudes y comportamientos ligados a la misma.
Para la segunda parte, el análisis de los condicionantes de la participación, se ha realizado un análisis de regresión lineal donde se ha tomado como variable dependiente el IIP anteriormente mencionado. Se ha optado por esta técnica estadística porque permite la construcción de un modelo que nos permite estudiar el IIP en relación a varias variables independientes a la vez, y la importancia de cada una de estas para determinarlo, e, incluso, hacer un análisis con fines predictivos, aunque esto último no ha sido el propósito del presente estudio.
Otra de las razones por las que se ha preferido realizar este tipo de análisis multivariante es porque con la regresión lineal se evita que se identifiquen correspondencias que realmente están enmascarando otro tipo de relaciones más significativas, y que podrían aparecer en un análisis bivariado.
En nuestro análisis multifactorial se han incluido variables tanto demográficas como variables sobre opiniones y valoraciones para poder determinar la implicación en política por parte de las personas mayores (Tabla 1). Al introducir estas variables en el modelo de regresión se ha vigilado que no se incluyese en el mismo un posible efecto de multicolinealidad, es decir, variables con una alta correlación entre ellas y que podrían suponer una menor precisión en la estimación de parámetros. Para evitar este efecto se ha vigilado el Factor Inflacionario de la Varianza (VIF), lo que ha permitido asegurar que dicha multicolinealidad no se da en el modelo creado.
3. EVOLUCIÓN DE LA PARTICIPACIÓN POLÍTICA DE LAS PERSONAS MAYORES
Al hablar de participación política en España suele destacarse, entre otras particularidades, los bajos niveles existentes para el conjunto de la población. En el caso de las personas mayores, dichos niveles son todavía más bajos (IMSERSO, 2008; Rodríguez Cabrero et al., 2013). No obstante, no es la edad la que nos permite explicar la baja intensidad de la participación política en nuestra sociedad. Sobre esta cuestión volveremos más adelante al analizar los factores que intervienen en la participación política, pero baste señalar por el momento lo que ya apuntaba Imanol Zubero (2014) al indicar que los bajos niveles existentes en las personas mayores no se explican tanto por la edad como por la situación socioeconómica, el capital social, el nivel educativo o el género.
Analizando el interés que genera la política en las personas mayores se puede observar cómo a principios del siglo XXI el mismo era reducido. Solo una de cada cinco personas manifestaba bastante o mucho interés. A su vez, con el transcurso de los años, especialmente tras la aparición de la crisis económica, se puede apreciar cómo el mismo interés ha aumentado hasta casi alcanzar el 40% de personas mayores que declaran tener interés en política, lo que supone un incremento superior al 85%.
También se puede advertir cómo, efectivamente, los niveles de interés de las personas mayores son más bajos que el de la población en general. No obstante, atendiendo al periodo analizado, se puede apreciar cómo hasta el 2013 se ha producido una convergencia casi total entre los dos grupos, y aunque para el último dato, el de 2015, se aprecia de nuevo cierto distanciamiento, no se puede afirmar que el mismo sea la tónica dominante para los próximos años.
Este incremento observado en el interés por la política puede asociarse a un aumento en la consideración popular de que la política tiene un impacto real en la vida de las y los ciudadanos (Botella, 2015), así como a la mayor dedicación en la agenda pública a temas relacionados con la política (desconfianza institucional, casos de corrupción, etc.), lo cual conlleva un mayor seguimiento de la política a través de los medios de comunicación.
En cuanto a los comportamientos políticos, al tomar cada modalidad individualmente, se puede apreciar una misma evolución que el interés hacia la política. Se observa cómo, tras la entrada en la crisis económica, junto con los consiguientes impactos que ésta ha tenido en el Estado de Bienestar, todas las modalidades han aumentado considerablemente en los últimos 15 años, llegando en muchos casos a duplicarse, siendo las modalidades más predominantes en la actualidad la participación en recogida de firmas, la colaboración con alguna organización o asociación y la asistencia a manifestaciones.
Por otro lado, analizando las distintas modalidades en conjunto, se puede apreciar un comportamiento cíclico de las mismas. A pesar de este comportamiento, se observa cómo para el periodo analizado, el porcentaje de personas, tanto de la población en general como del colectivo de personas mayores, que toma parte en alguna modalidad de participación política es superior al interés mostrado hacia la política.
Por último, nuestro IIP confirma los principales resultados vistos hasta el momento:
Existe un nivel bajo de implicación política por parte de la población española que se hace más evidente en el colectivo de personas mayores.
En los últimos 15 años ha habido un considerable aumento de la implicación política de las personas mayores, especialmente tras la crisis económica, que ha provocado una relativa convergencia con respecto a la población en general, si bien los últimos datos, aunque siguen apuntando hacia a un aumento en la implicación en los próximos años, señalan un cierto estancamiento en la convergencia entre los dos colectivos.
4. FACTORES DE LA PARTICIPACIÓN E IMPLICACIÓN POLÍTICA DE LAS PERSONAS MAYORES
Analizando la literatura sobre el tema, se pueden distinguir dos conjuntos de factores que intervienen en la participación política de las personas. Dentro del primer grupo se pueden incluir una serie de factores relacionados con las características sociodemográficas de la población. Como señala Somuano (2005), distintos estudios han señalado cómo la edad o el género juegan un papel importante en la participación política, de tal manera que, en el caso de la edad, el interés por la política aumenta con los años, mientras que, en relación género, se ha encontrado que los hombres, al menos en las democracias de Europa Occidental, los hombres son más activos. Esta relación entre edad y/o sexo con la participación política también ha sido cuestionada, señalándose cómo estas variables enmascaran otros factores que juegan un papel más principal en relación con dicha participación.
Junto a estas variables, el IMSERSO (2008), también señala la influencia de las circunstancias poblacionales, señalando las limitaciones de participación dentro de las zonas rurales, o de la educación, de tal manera que, al igual que para Rodríguez Cabrero et al. (2013) y Almond y Verba (1963), a mayores niveles de formación es de esperar que se dé un mayor interés hacia la actividad política.
José Eduardo Jorge et al. (2013), que también vinculan la participación política a la educación, se preguntan si, al estar el nivel de instrucción y el nivel socioeconómico estrechamente relacionados, la relación que se puede observar entre educación y participación no encubre una relación más directa entre estatus y participación. Estos mismos autores concluyen que si bien también existe una relación entre nivel socioeconómico y educación, entre las personas de un mismo estatus, las que tienen un nivel de instrucción mayor participan más en el ámbito político.
Otro conjunto de factores a tener en cuenta en el análisis de la participación política son los sociopsicológicos, en los que se integrarían distintas variables que abordasen las opiniones y valoraciones hacia el contexto político e individual en relación a la cuestión política. Dentro de este segundo grupo, la literatura, como nos recuerdan Sorribas y Brussino (2017), apunta a factores como la creencia de tener capacidad de influenciar el curso de los acontecimientos políticos, la confianza en la política, etc. Temkin y Flores-Ivich (2017) también han señalado la relación entre las formas de participación y la satisfacción individual con la vida. Este conjunto de opiniones y valoraciones viene determinada por un contexto sociopolítico que generan una serie de estímulos políticos que sirven de motor hacia la participación política de los individuos (Fernández de Mantilla, 1999).
Atendiendo a estos dos grupos de factores, se ha realizado una regresión lineal con el objeto de determinar los factores que entran en juego en la implicación política de las personas mayores.
Del análisis realizado se puede observar cómo para este colectivo es la valoración de la propia capacidad para participar en política el factor más determinante (con un coeficiente Beta estandarizado de 0,315) a la hora de incidir en el grado de implicación política. Por tanto, dentro de las variables sociopsicológicas es la valoración de la propia capacidad la que juega un papel más importante, seguido de la valoración personal que se hace sobre la facilidad existente dentro del contexto social para participar en política, y de la insatisfacción con respecto a la labor del gobierno, variable que explicaría en parte el comportamiento cíclico de las modalidades de participación política tomadas en conjunto.
Por otro lado, dentro de este grupo de factores, el resto de variables no ha alcanzado un nivel de significación estadística suficiente como para poder afirmar que afectan directamente al grado de participación política.
En cuanto a las variables sociodemográficas, los años dedicados al estudio es la variable que más afecta al IIP (con un coeficiente de Beta estandarizado de 0,220), seguido del nivel de ingresos del hogar y de la zona de residencia, siendo las zonas urbanas, por las mayores opciones disponibles de participación existentes, las que mayor IIP obtienen.
Por el contrario, tanto el sexo como la edad dentro del colectivo no han mostrado una relación significativa que nos permita asegurar que dichas variables influyen en el IPP. Si bien es cierto que dicha relación aparece en análisis bivariados, no ocurre lo mismo al introducir la variable en un análisis multivariante como el realizado en este estudio, en el que la relación desaparece por existir otras variables, como el nivel de estudios o el estatus socioeconómico relacionadas con la edad y el sexo, pero que explican mejor el comportamiento político.
5. CONCLUSIONES
Analizando los datos disponibles de la ESE para España, se ha podido observar cómo la participación en política de las personas mayores, dentro de las modalidades “menos convencionales”, si bien se encuentra en unos niveles bajos, incluso más bajos que la población en general, ha experimentado un aumento significativo en los últimos 15 años, especialmente tras la crisis económica. Dentro de las distintas modalidades de participación, el colectivo de personas mayores ha mostrado una mayor predisposición hacia actividades como son la recogida de firmas, la colaboración con alguna organización o asociación y la asistencia a manifestaciones.
También se ha podido constatar cómo, a pesar de esta tendencia al alza en la participación, al considerar en conjunto las distintas modalidades de participación, se ha apreciado un comportamiento cíclico que responde a situaciones concretas dentro del contexto social y político.
En cuanto a los factores determinantes del nivel de participación e implicación, dentro del grupo de variables sociopsicológicas, la valoración de la propia capacidad para participar en política se ha mostrado como la más determinante, mientras que dentro del grupo de variables sociodemográficas es la educación (años dedicados a la formación) la que toma dicho papel.
Teniendo en cuenta estas dos variables y la tendencia al alza de la participación y la implicación política, se podría deducir que la población de personas mayores está inmersa en un proceso lento pero constante de empoderamiento gracias a su cada vez mayor nivel educativo, que, junto a otros aspectos, como el estatus socioeconómico o las facilidades existentes para participar en política, le ha permitido ser más consciente de sus capacidades y, por tanto, tener un papel más activo dentro del contexto social y político.
Por último señalar, al contrario de lo que parte de la literatura sobre el tema ha afirmado, que no se ha podido constatar que la edad o el sexo jueguen un papel importante en los niveles de participación política, sino que son otros factores, como el nivel educativo o el socioeconómico, los que estarían detrás de la correlación que análisis bivariados reflejan con respecto a la relación entre la edad/sexo con la participación.
6. BIBLIOGRAFÍA
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Notas
Notas de autor
Información adicional
Formato de citación: Dabbagh Rollán,
V.O. (2018). “Participación política de las personas mayores: Más
allá de ir a votar”. Aposta. Revista de Ciencias Sociales, 79,
164-180, http://apostadigital.com/revistav3/hemeroteca/dabbagh5.pdf