Artículos de investigación

EN DIRECCIÓN A LAS ALTURAS. HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CARACTERIZACIÓN SOCIODEMOGRÁFICA DE ALTOS DE CAZUCÁ, 1976-2015

IN THE DIRECTION OF HEIGHTS. HISTORY OF POPULATION AND SOCIODEMOGRAPHIC CHARACTERIZATION OF CAZUCÁ, 1976-2015

Juan Sebastián López López
Universidad Santo Tomás, Colombia
Eugenio Martín Torres Torres
Universidad Santo Tomás, Colombia
David Esteban Rojas Ospina
Universidad Santo Tomás, Colombia

EN DIRECCIÓN A LAS ALTURAS. HISTORIA DEL POBLAMIENTO Y CARACTERIZACIÓN SOCIODEMOGRÁFICA DE ALTOS DE CAZUCÁ, 1976-2015

Revista Colombiana de Ciencias Sociales, vol. 11, núm. 1, pp. 78-99, 2020

Universidad Católica Luis Amigó

Recepción: 29 Mayo Septiembre 2019

Resumen: En este artículo se reconstruyen los orígenes de Altos de Cazucá como gran asentamiento urbano irregular y se lleva a cabo una caracterización sociodemográfica de sus habitantes, basada en una muestra de 800 registros matrimoniales. La dimensión historiográfica de la investigación se soportó en el análisis de testimonios verbales, prensa y fuentes secundarias, mientras que para la caracterización sociodemográfica se trabajó con el archivo de la Parroquia Jesús Buen Samaritano. El poblamiento de la zona estuvo marcado tanto por la autogestión del territorio como por procesos de lotificación irregular en los que participaron excombatientes de guerrillas y militantes de organizaciones políticas de izquierda. La caracterización socio-demográfica permite evidenciar que Altos de Cazucá fue poblado por migrantes y desplazados internos de otras regiones del país, y que su población posee un perfil de baja escolaridad y trabajo predominantemente informal, con diferenciaciones significativas según sexo.

Palabras clave: Altos de Cazucá, Archivo parroquial, Desplazamiento interno, Marginalidad, Urbanización, Caracterización sociodemográfica.

Abstract: This article reconstructs the origins of Altos de Cazucá as a large irregular urban settlement and carries out a sociodemographic characterization of its inhabitants, based on a sample of 800 marriage records. The historiographic dimension of the research was supported in the analysis of verbal testimonies, press and secondary sources, while for sociodemographic characterization was worked with the archive of the Parish Jesús Buen Samaritano. The population of the area was marked both by the self-management of the territory and by irregular lot distribution processes involving former guerrilla combatants and militants of left-wing political organizations. Sociodemographic characterization shows that Altos de Cazucá was populated by migrants and internally displaced persons from other regions of the country, and that its population has a profile of low schooling and predominantly informal work, with significant differentiations by sex.

Keywords: Altos de Cazucá, Parish archives, Internal displacement, Marginality, Urbanization, Sociodemographic caracterization.

INTRODUCCIÓN

Por encontrarse entre las jurisdicciones de Bogotá y Soacha, Altos de Cazucá requiere de una doble mirada estadística poblacional que contemple las enormes diferencias demográficas y socioeconómicas existentes entre ambas. Por ejemplo, Bogotá como capital nacional tiene nueve millones de habitantes y genera aproximadamente el 30 % del PIB de Colombia. Por su parte, aunque los datos de censo difieren según sean del DANE o del propio municipio, la población de Soacha oscila entre los quinientos mil y el millón de habitantes. Además, al ser uno de los municipios del área metropolitana de la Sabana de Bogotá, las dinámicas de conurbación han hecho de Soacha un importante enclave de la fuerza de trabajo de la capital, así como uno de los receptores principales de población desplazada en el área metropolitana de la capital (Rueda y Sáenz, 2012; Montenegro, 2011). En cuanto al Distrito Capital, durante las últimas tres décadas, su proceso de urbanización se ha caracterizado por presentar un incremento vertiginoso en el número de sus habitantes, que pasó de 4.360.948 en 1986, a 7.412.566 según el censo del DANE de 2018.

El consecuente crecimiento de la capital sobre la sabana ocasionó la expansión del área metropolitana y la integración de los municipios aledaños al Distrito Capital, como ha sucedido con Soacha. Este doble proceso ocurrió tanto a nivel institucional, al convertirse ciertos municipios en localidades y ciudades dormitorios de la ciudad, como en la relación que los municipios vecinos sostienen ahora con las dinámicas de gestión, producción, consumo e intercambio con la metrópoli, creando complejos procesos de conurbación. Así, Cazucá tiene una parte bogotana, donde se encuentra la cabecera parroquial estudiada, y otra localizada en Soacha. Entre ambas jurisdicciones, el contraste en la prestación de servicios públicos es notorio y favorable a la parte aledaña a Bogotá.

La realidad de Altos de Cazucá se encuentra profundamente vinculada a la dimensión urbana del conflicto armado en Colombia. Su compleja ubicación, entre Ciudad Bolívar (Bogotá) y Soacha (Cundinamarca), la ha hecho una especie de zona gris sin doliente o responsable gubernamental directo. En el imaginario nacional, no menos compleja es su historia, marcada por flujos masivos de desplazados que han llegado a constituir anillos de pobreza y criminalidad en torno a la capital del país. Más recientemente, Cazucá ha entrado en el radar de periodistas e investigadores por la práctica abominable de las ejecuciones extrajudiciales (Rojas y Benavides, 2017) y la mal llamada limpieza social (Perea, 2015).

No obstante, cabe afirmar que Altos de Cazucá es, además, un territorio resiliente. La literatura académica también registra un conjunto valioso de iniciativas socioculturales que buscan hacer frente a los problemas que acosan el territorio (Torres-Carrillo, 2006). Así, por ejemplo, muchos jóvenes buscan en el fútbol, la literatura y la fotografía una forma de narrar y resignificar sus experiencias (Corredor, 2012; Daza-Machado, 2014), mientras que las madres que han perdido a sus hijos por cuenta de las ejecuciones extrajudiciales y el exterminio social llaman a la solidaridad y a la no repetición a través del teatro y la danza (Zamudio-Palma, 2017).

El altísimo grado de contraste con el que Altos de Cazucá figura en la prensa, la literatura académica y el imaginario capitalino justifica, entonces, la necesidad de adelantar una investigación como la que aquí se presenta, orientada a conseguir una mirada panorámica que permita, en últimas, un tratamiento menos coyuntural y un enfoque territorial de sus principales problemáticas. De ahí el vínculo que aquí se busca establecer entre una lectura histórica de sus procesos de poblamiento con una caracterización sociodemográfica que, con datos cuantitativos, permita comprender, al margen de imaginarios ya instalados por medios de comunicación, algunos rasgos compartidos de la comunidad.

MÉTODO

Para la reconstrucción del proceso de poblamiento de Altos de Cazucá se acudió a fuentes bibliográficas, hemerográficas y orales. En lo que respecta a la caracterización sociodemográfica, se utilizaron como insumos las actas matrimoniales consignadas en el Archivo Notarial de la Parroquia Jesús Buen Samaritano, fundada en 1999 por la Arquidiócesis de Bogotá y ubicada en el barrio Santo Domingo en los Altos de Cazucá. Se trata de una muestra extraída de la población católica de Cazucá, ahora perteneciente a la Diócesis de Soacha, erigida en el 2003. El período de estos registros comprende de 1999 al 2015, es decir, desde la fundación de la parroquia hasta la última amonestación consignada en este archivo eclesiástico1.

Las actas matrimoniales cuentan con información fundamental a la hora de caracterizar poblaciones en donde la poca presencia del Estado impide contar con registros públicos fiables. Así, dado que las actas recogen información relativa, por ejemplo, al sexo de cada persona, la fecha y el lugar de nacimiento, el tiempo de residencia, el barrio, el nivel de escolaridad y su ocupación laboral, fueron tomadas como principal repertorio de datos estadísticos para el presente ejercicio de caracterización. A partir del trabajo con las actas matrimoniales se construyó una base de datos compuesta por 400 parejas cuyas identidades se mantienen en absoluto anonimato.

El análisis de muestra poblacional recolectada se llevó a cabo mediante el uso de estadística descriptiva. Paralelamente, se utilizó el análisis de varianza y la prueba chi cuadrado para determinar diferencias estadísticamente significativas entre las características sociodemográficas de los individuos que componen la muestra poblacional. También se recurrió al cálculo del coeficiente Gamma para encontrar posibles asociaciones entre las características estudiadas.

A partir del tratamiento cuantitativo de la información recolectada fue posible esclarecer las características más promitentes de la población que habita esta zona de la ciudad, lo cual aporta información valiosa tanto para un mejor entendimiento de las dinámicas sociales y culturales en Cazucá como para la formulación de políticas públicas con miras a tratar las problemáticas de la zona. Por ende, la presente estrategia metodológica contribuye, desde una perspectiva poco explorada en la bibliografía existente, al entendimiento de las condiciones socioeconómicas de los habitantes de Altos de Cazucá.

RESULTADOS

Los orígenes del poblamiento: entre las lotificaciones irregulares, la autogestión territorial y los liderazgos de izquierda

El poblamiento de Altos de Cazucá está estrechamente vinculado a un proceso de lotificación ilegal que inició a mediados de la década de los setenta. Sin embargo, Cazucá no es uno más de los grandes asentamientos irregulares latinoamericanos. Su singularidad obedece a su nacimiento o "urbanización", directamente vinculado con organizaciones políticas como la Unión Patriótica (UP) y el movimiento guerrillero desmilitarizado M-19, rasgo quizá compartido con otros asentamientos de origen irregular ubicados en las ciudades de Medellín, Cali y Barranquilla, donde también hubo presencia de esas agrupaciones entre la población proveniente del campo debido a la violencia o la pobreza. Otros actores presentes en los inicios de Cazucá fueron: la Central Nacional Provivienda (Cenaprov), la organización "El Poder en Función Social", el movimiento "Integración Nacional", el gubernamental Plan Nacional de Rehabilitación y desde luego las Juntas de Acción Comunal (JAC).

Otro factor destacado es que un porcentaje muy importante de la población es de origen rural, la colectividad más afectada por los conflictos armados y la violencia del narcotráfico, además, a partir del 2000, por la práctica de limpiezas sociales y de ejecuciones extrajudiciales realizadas respectivamente por grupos paramilitares y el Ejército. Como señalan trabajos antes mencionados (Perea, 2015; Rojas y Benavides, 2017), en Cazucá se conjugó la historia reciente de Colombia en su parte más oscura, la violencia con los desplazados, la población más vulnerable que emigró con la intención de resguardarse en Cazucá de la violencia armada y económica existentes en sus lugares de origen.

A lo anterior hay que agregar las características propias de los asentamientos irregulares. Entre estas destacan: la carencia de títulos de propiedad, la falta de servicios públicos, la proliferación de pandillas y el impacto del narcomenudeo, entre otras. La urbanización de los barrios ocurrió mucho después de la apropiación, e incluso hoy en día ésta depende de la autogestión de los habitantes para asegurar servicios urbanos básicos como: electricidad, agua potable, seguridad2, drenaje y calles asfaltadas (Quijano, 1988). En este proceso, las Juntas de Acción Comunal (JAC), creadas a partir de la Ley 19 de 1958, desempeñaron un papel central al agrupar a los vecinos y permitir trazar una guía de prioridades y estrategias para obtener la prestación de servicios públicos3. Dos de sus características locales son que entre 1980 y 2010 las JAC sumaban 140, y a partir de ellas surgieron otras organizaciones vecinales como la "Fundación para el Desarrollo de los Altos de Cazucá" (Fundac) (Prieto, 2010). Estas también fueron el germen para la creación en 1993 de la cooperativa Ecoopsos, dedicada a la prestación de servicios médicos básicos4. Asimismo, en 1996 a través de Fundac se inauguró el Colegio "Luis Carlos Galán", el aspirante presidencial del partido liberal asesinado el 18 de agosto de 1989 durante un mitin electoral precisamente en la plaza de Soacha (Roa-Suárez, 2009).

Las lotificaciones fueron promovidas por la Central Nacional Provivienda (Cenaprov), una organización civil fundada en 1959 por desplazados y especialmente por militantes comunistas. Su creación fue una respuesta al proyecto gubernamental de las JAC, creadas en 1958. La estrategia de Cenaprov era organizar un movimiento integrado por familias sin vivienda para fundar barrios auto gestionables, adquiridos a través de la ocupación ilegal o la compra comunitaria de terrenos (Naranjo-Botero, 2014). En Cazucá, a mediados de los años setenta, la venta de lotes por especuladores ascendía desde los cien mil hasta los doscientos mil pesos, según la extensión del terreno. El primer barrio promovido por esta central fue el "Julio Rincón" -uno de los líderes fundadores de Cenaprov- y a partir de 1980 se sumaron los barrios de "Villa Mercedes" y el "Minuto de Dios" (Díaz, 2014; Prieto, 2010).

El barrio "Villa Mercedes" merece una especial mención, pues recoge en gran medida las dinámicas de lotificación y de convergencia de diversos actores políticos y sociales que definen el proceso general en Altos de Cazucá. Por un lado, la expansión del barrio "Villa Mercedes" estuvo vinculada al movimiento de la Unión Patriótica (UP), partido político fundado el 28 de mayo de 1985 después del acuerdo de "La Uribe", el 28 de marzo de 1984, entre las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el Ejército del Pueblo (EP) y el Gobierno nacional. Vale destacar a este respecto el asesinato del líder cazuqueño Alirio Tolosa Gamboa, miembro de Cenaprov y viejo activista de la Unión Patriótica, quien fue ejecutado el 24 de septiembre del 2000 (Torres-Carrillo, 2011).

Por otro lado, en lo tocante a los procesos irregulares de lotificación y clientelismo político, comenta Prieto (2010) que en "Villa Mercedes" el principal vendedor de lotes fue Pedro Chacón, promotor al mismo tiempo de los barrios: "Luis Carlos Galán" -primer y segundo sectores-, "Loma Linda", "Los Tres Reyes" y "San Isidro". Con la idea de ampliar su influencia, Chacón fundó una caja de vivienda y se vinculó a la organización "El Poder en Función Social", relacionada con el movimiento "Integración Popular", dirigido por el senador del partido liberal Rafael Forero Fetecua, quizá el político con mayor presencia en Cazucá, donde contaba con un grupo de especuladores para -además de vender terrenos- captar votos y organizar mítines. Su equipo, incluyendo a Pedro Chacón, estaba integrado por: Pedro Sánchez, perseguido por la Policía Nacional y vendedor de lotes en el barrio "Luis Carlos Galán Primer Sector"; Agustín Ospina y José Casallas, fundadores de "Villa Mercedes"; y Jairo Camargo, uno de los promotores del barrio "Luis Carlos Galán Segundo Sector".

Podría decirse, que la fortuna de Rafael Forero Fetecua tuvo su origen en la lotificación ilegal, pues nada más en Cazucá hacia 1990 se le atribuye la venta de 40 mil terrenos. Con el capital obtenido fundó el Banco de los Trabajadores donde se auto prestaba dinero y no pagaba impuestos. El político murió en diciembre de 1994, a los 57 años (El Tiempo, 17 de diciembre de 1994). El final de Pedro Chacón también fue trágico, porque fue asesinado en el barrio "Minuto de Dios" mientras estaba jugando tejo con sus guardaespaldas.

Por otra parte, el 9 de marzo de 1990 se desmilitarizó el Movimiento Guerrillero 19 de abril (M-19) y como parte de las negociaciones, el gobierno prometió, entre otras cosas, crear un fondo para la paz. Esto a través del antiguo Plan Nacional de Rehabilitación (PNR), un programa presidencial reimpulsado en la década de los noventa desde el Ejército para integrar a la población marginada y desmilitarizada (Villamizar, 2017). En Cazucá, el M-19 tuvo dos protagonistas en el liderazgo y la lotificación, éstos fueron Alvaro Arroyo y Jimmy Parra. El primero, conocido durante la contienda como el "Comandante Arturo", impulsó el barrio "El Arrollo" -llamado así en su honor-, donde donó muchos terrenos, ayudó a construir calles e intentó promover una escuela de soldadura eléctrica. A su vez, Jimmy Parra apoyó junto con los vecinos del barrio "Luis Carlos Galán Primer Sector" la introducción del alcantarillado y la tubería (Prieto, 2010). Un segundo barrio promovido por exguerrilleros del M-19 fue el de Santo Domingo, donde se concentraron los comercios más importantes y se estableció la Parroquia Jesús Buen Samaritano.

Lejos de connotaciones religiosas, el nombre de Santo Domingo se refiere al lugar del campamento guerrillero donde en 1990 el M-19 firmó su desmovilización para transformarse en un partido político -la Alianza Democrática Movimiento 19 de abril-, bajo la dirección de Carlos Pizarro León Gómez, "Carroloco", otro candidato presidencial asesinado el 26 de abril de 1990 por los paramilitares (Villamizar, 2017). Alvaro Arroyo y Jimmy Parra, como al menos 91 militantes exguerrilleros, también fueron asesinados; arroyo en la Cárcel Modelo en Bogotá y Jimmy Parra en el barrio Santo Domingo5.

Los líderes de las Juntas de Acción Comunal (JAC) tampoco estaban exentos de la violencia. En 1999, Luis Alfonso Casallas y Ciro Alberto Rincón denunciaron ante la prensa nacional tres amenazas para Cazucá: la continuidad de la venta inescrupulosa de terrenos sin acreditación legal y sin importar sus inminentes peligros por deslizamientos de tierra; el rumor de la existencia de guerrilleros activos en los barrios; y el creciente descontento de la población por la indiferencia del gobierno, lo que culminó con la toma de la autopista sur el 31 de agosto de ese año. En el 2000, otros cuatro líderes comunitarios denunciaron la presencia en Cazucá de las Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), el grupo paramilitar más importante organizado en 1997 a partir de la unión confederada de las Autodefensas Campesinas del Magdalena Medio, las Autodefensas del Casanare y el Bloque Central Bolívar. Su tarea era combatir a guerrilleros, militantes de izquierda y líderes comunitarios para asegurar el monopolio del negocio de los narcóticos, captar rentas públicas y apropiarse de tierras estratégicas para el desarrollo de proyectos agroindus-triales, forestales y mineros (Salinas y Zarama, 2012). En este orden de ideas, Cazucá era de su interés debido a la presencia de líderes de diversas afiliaciones y por su creciente población, la mayoría joven y con pocos estudios y oportunidades.

Las ejecuciones de los cuatro líderes antes mencionados ocurrieron en el 2001. El primero fue Ciro Alberto Rincón (el 5 de junio); Rincón era presidente de la junta del barrio "Luis Carlos Galán Segundo Sector", vicepresidente de la escuela pública localizada en el barrio de Santo Domingo y una persona clave en la unión de las JAC para la obtención de lotes y la instalación de mangueras para distribuir agua potable (Prieto, 2010). El segundo asesinado fue Luis Alfonso Casallas (el 17 de julio), era el presidente en "Villa Mercedes". El tercero, José Cogua (el 12 de agosto) también presidente en el barrio "La Isla" y finalmente Jairo Rivera (el 27 de mayo de 2003), presidente en el barrio "Los Robles" (Torres-Carrillo, 2011). Otro líder que sufrió reiterados intentos de asesinato fue José Uribe, presidente en el barrio de Santo Domingo, además de uno de los impulsores de la introducción del agua en el barrio "Luis Carlos Galán Primer Sector" y fundador de una organización en pro de los ancianos, que no prosperó. Uribe salvó su vida porque después de un último atentado su familia lo sacó de Cazucá envuelto en una sábana como si éste fuera un cadáver (Prieto, 2010)6. Otros dirigentes amenazados fueron: Antonio Ardila y Vicente Caballero, fundadores de los barrios "Mirador" y "Los Balcanes"; Manuel Arango y José García, líderes de "Villa Mercedes" y vinculados a Cenaprov.

Caracterización sociodemográfica

A partir del análisis de la información recolectada -800 registros-, se corroboró la existencia de una realidad de extrema marginalidad y exclusión en Cazucá, propia de las zonas periféricas de las megaciudades latinoamericanas. Esta realidad es patente a través de los tópicos que se presentan a continuación.

Edad y procedencia de la población

Las estadísticas descriptivas correspondientes a las primeras cinco categorías analizadas se presentan en la Tabla 1. La primera categoría se refiere al año de nacimiento de la muestra poblacional de las 800 personas emigradas a Cazucá. Los años extremos son 1929 -mínimo- y 1999 -máximo-, lo que proporciona un rango de 70 años existente entre ellos.

Tabla 1
Estadísticas descriptivas de las cinco categorías presentes en el archivo parroquial de Cazucá, 1999-2015.
Estadísticas descriptivas de las cinco categorías presentes en el archivo parroquial de Cazucá, 1999-2015.
Fuente: elaboración propia con datos del registro parroquial de la parroquia Jesús Buen Samaritano.

Asimismo, los datos referentes al lugar de origen dan cuenta que la mayor proporción de la población analizada proviene de regiones distintas al Distrito Capital, sumando un 81.20 %, a diferencia del 19.80 % originaria de Bogotá. Esto en consonancia con las dinámicas de la migración rural/urbana características del proceso de urbanización y poblamiento de las metrópolis latinoamericanas y en particular del caso bogotano. Lo mismo ocurre en la tendencia a la concentración de la migración rural/urbana en zonas marginales de la capital, tal y como se corroboró en Cazucá (Vélez et al., 2014).

Para los 800 registros, el periodo de emigración es de 1976 a 2015 lo que equivale a un rango o periodo de 39 años. Este cálculo estadístico coincide con el inicio de la lotificación irregular en Cazucá. La media del año de llegada es 1999, el pico del gran éxodo forzado que vivió Colombia entre 1997 y 2004. En cuanto a 1976 como rango mínimo, se identificaron a tres personas: un hombre y dos mujeres. Dos de ellos se casaron años después y en sus trámites matrimoniales testificaron que en Cazucá llevaban "viviendo toda la vida". En el rango máximo -2015- tan solo emigraron dos matrimonios formados por: Karina Vargas, con 27 años, y Kimel Córdoba, con 25 años; Susana Garzón con 53 años y Edwin Escallón, con 60 años.

Se consignaron además 66 registros de menores de 18 años: 47 mujeres y 19 hombres. Entre las mujeres, las edades mínimas de emigración fueron las siguientes: de 2 años -dos casos-, de 3 años -un caso- y de 8 años -dos casos-; cinco en total. Mientras que para los hombres las edades fueron: de 1 año -un caso-, 5 años -un caso- y de 8 años -dos casos-; en total cuatro. Esta sutil diferencia numérica presente entre el total de mujeres y hombres aumenta en los años de la adolescencia -entre los 14 y 17 años- donde: con 15 años de edad emigraron cuatro mujeres, con 16 años, 11, y con 17 años también 11, sumando 26 mujeres. Esto en contraste con los ocho varones que llegaron entre los 10 y 13 años de edad. Esta disparidad permite sospechar que el arribo de las mujeres ocurrió en compañía de sus familias, a diferencia de la mayoría de los hombres que quizá llegaron solos entre los 18 y 21 años. Así lo constatan los 30 muchachos que entre esas edades emigraron a Altos de Cazucá. La media de 29 años comprende 34 registros, divididos por mitad entre mujeres y hombres

En la figura 1 se presenta la sexta categoría perteneciente a la distribución de la población según sus departamentos de origen. El primer departamento de procedencia es Tolima, con el 24 % del total; el segundo es Bogotá, con el 19.8 %. Le siguen Cundinamarca, con el 13.6 %; Boyacá, con el 13.10 %; Santander, con el 7.50 %, y otros, con el 15 %. Del Tolima, la población salió de 35 municipios -de un total de 47- y de dos congregaciones -La Aurora y Herrera- pertenecientes a las municipalidades de Cunday y Rioblanco. Aunque es muy probable que el número de congregaciones sea mayor, pero en los registros notariales solo se indicaron en casos aislados. En la muestra, los años de la emigración tolimense comprenden de 1986 al 2015 y destacan los municipios de Ortega con 20 personas, Chaparral y Natagaima con 18, e Ibagué con 14.

Departamentos de origen de la población estudiada (1999-2015).
Figura 1
Departamentos de origen de la población estudiada (1999-2015).
Fuente: elaboración propia con datos del archivo de la Parroquia Jesús Buen Samaritano.

Con respecto al sexo hay una cierta igualdad numérica, por ejemplo: de Ortega emigraron 20 personas, 9 mujeres y 11 hombres; de Chaparral y Natagaima 18 personas respectivamente, 9 y 9; y de Ibagué 14, 5 y 9. El origen bogotano de los primeros habitantes de Cazucá en términos generales agrupa a la población más joven de la muestra. En cambio, del Tolima emigró el grupo más numeroso de adultos mayores con nueve casos, a diferencia, por ejemplo, de Cauca, de donde entre 1989 y 1999 llegaron ocho personas entre 23 y 33 años.

Asimismo, en los 57 registros de la media de la muestra poblacional -1999- se identificó la emigración procedente de 11 departamentos y el distrito capital. En ellos, Bogotá es igualada por el departamento de Tolima con 11 personas, seguidos por Boyacá con 10, Cundinamarca con 8, Santander con 5, Huila con 4, el Valle del Cauca con 2 y Caldas, El Meta, Quindío y El Atlántico respectivamente con 1.

Niveles de escolaridad

La población examinada evidencia un precario nivel de educación formal, pues sólo el 13 % de la muestra posee título de bachiller. La categoría primaria completa concentra un 34.5 % de la población total examinada (ver la Tabla 3). Este porcentaje es muy inferior a las cifras del país, donde el nivel de cobertura de la educación prescolar concentra al 81.5 %, la educación primaria el 89.8 %, la educación secundaria un 78.6 % y la educación terciaria el 56.4 % de los respectivos grupos de edades de escolaridad (CEPAL, 2017). Estos porcentajes evidencian una situación de profundo rezago, exclusión y marginalidad entre los feligreses de la parroquia, tal y como se presenta en la Tabla 2.

Tabla 2
Nivel de escolaridad en mujeres.
Nivel de escolaridad en mujeres.
Fuente: elaboración propia con datos del registro parroquial de la parroquia Jesús Buen Samaritano.

Tabla 3
Nivel de escolaridad en hombres.
Nivel de escolaridad en hombres.
Fuente: elaboración propia con datos del registro parroquial de la parroquia Jesús Buen Samaritano.

En relación con la escolaridad femenina, tres de las mujeres que nacieron en la década de los años treinta encabezan las categorías de: sin estudios, primaria incompleta y primaria completa. La tolimense Camila Cano, al igual que otras 12 mujeres, no recibieron estudios. Estas representan el 3.60 % de las mujeres de la muestra, el 9.00 % de los 800 registros y el 46.70 % del nivel general de escolaridad. 3 de aquellas 13 mujeres emigraron respectivamente de Bogotá y el Valle del Cauca, 2 del Tolima y Santander, y 1 de Boyacá, Meta y Caldas. Sus edades durante el momento del trámite parroquial oscilaron desde los 62 años de Camila Cano hasta los 22 años de la caldense Wendy Restrepo.

En cuanto a la primaria incompleta para las mujeres corresponde al 18 % del género, el 9 % de la muestra y el 49 % del grupo de escolaridad. Los varones que no terminaron su primaria sumaron 72 -el 18,5 % del género, el 9,2 % de la población y el 50,7 % del grupo de escolaridad-.

Con la primaria completa se consignaron 110 mujeres, quienes representan el 33.2 % de los 400 registros femeninos, el 16.6 % de la población total y el 46.6 % de la escolaridad. Vale destacar que entre 1990 y 2001 emigraron 11 niñas, pero ninguna siguió estudiando, como pasó con las mujeres adultas.

La primaria la concluyeron 129 hombres, es decir, el 37,7 % del género, el 18,9 % de la población y el 53,3 % de la muestra con algún grado de escolaridad. La relación por edades la encabezan: Juan Giraldo, llegado de Risaralda con 76 años; Horacio Bonilla, de Cundinamarca, con 61 años; Abelardo López, de Boyacá, también con 61 años; y Calixto Castellanos, nariñense de 60 años. Los menores de edad fueron 5, de los cuales solo Johsman Peña es probable que haya finalizado su primaria en Cazucá; el resto lo hicieron en sus lugares de procedencia. Johsman emigró del Meta en 1996 con 10 años, los otros eran adolescentes entre los 15 y 16 años.

Las mujeres con el bachillerato incompleto sumaron 89 casos, o sea, el 21,6 % del total, el 10,8 % de la muestra y el 50,3 % de la población con algún grado de escolaridad. En este grupo no se registró ninguna adulta mayor pero sí 14 menores de edad entre los 10 y 17 años. Las mujeres con el bachillerato completo fueron 82: el 21,1 % del total, el 10,5 % de la muestra y el 59,4 % de la población con escolaridad. De ellas 12 llegaron como menores de edad -8 adolescentes y 4 niñas-.

Al igual que las mujeres, la mayoría de los hombres que estudiaron el bachillerato incompleto y completo son de generaciones más jóvenes nacidas en los años ochenta y noventa. Las principales excepciones fueron: Julián Murcia, que llegó en 1997 con el bachillerato incompleto, y Rogelio Vargas, en 1994 con el bachillerato completo y 55 años.

En total emigraron 83 hombres con el bachillerato incompleto: el 21,3 % del total de hombres, el 10,7 % de la muestra total y el 49,7 % de la escolaridad. En contraste, solo 56 varones lo terminaron antes de emigrar, lo que corresponde al 14,4 % del total de hombres, el 1,2 % de la muestra y el 40,6 % de la población con escolaridad su éxodo data de 1981 al 2015 y entre los 139 registros con estudios de bachillerato se encontraron diez menores de edad, seis con estudios inconclusos y cuatro finalizados. Entre estos últimos quizá los únicos que estudiaron en Cazucá fueron: William Castro, que terminó su bachillerato y emigró en 1994 con 1 año de edad, y Reinel Lozada que no lo terminó y llegó en 1995 con 8 años. Los adolescentes con bachillerato completo fueron 11, 8 mujeres y 3 hombres. La población con pregrado agrupa el porcentaje más bajo de las categorías de escolaridad y no existen diferencias estadísticamente significativas entre hombres y mujeres, pese a que el número de hombres con pregrado es ligeramente mayor (16 y 10 respectivamente).

Con respecto a las posibles diferencias asociadas al sexo y al nivel de escolaridad, la prueba chi cuadrado -que mide la diferencia entre frecuencias observadas y frecuencias esperadas- revela la inexistencia de diferencias en los niveles de escolaridad entre las mujeres y los hombres. A su vez, el coeficiente Gamma -que mide la asociación entre variables ordinales y nominales- muestra la carencia de una asociación estadísticamente significativa entre el sexo y el nivel máximo de escolaridad alcanzado. Los resultados de las pruebas se presentan a continuación:

Tabla 4
Pruebas de chi-cuadrado escolaridad/sexo y coeficiente GAMMA escolaridad/sexo
Pruebas de chi-cuadrado escolaridad/sexo y coeficiente GAMMA escolaridad/sexo
Fuente: cálculo propio con datos del registro parroquial de la parroquia Jesús Buen Samaritano.

Por otra parte, los bajos niveles de educación formal registrados coinciden con los altos niveles de trabajo informal desempeñado. Ambos factores indican marginalidad y una probable inmovilidad social dado que, en las sociedades contemporáneas, tanto la titulación académica como la adquisición de capital económico son los mecanismos más efectivos en el proceso de ascenso social (Bello y Bonilla, 2005).

También, al comparar el nivel educativo con la edad aproximada mediante el análisis de varianza, fue posible determinar la existencia de una relación inversamente proporcional, en tanto que a medida que se incrementa la edad disminuye el nivel educativo, lo cual ayuda a respaldar la tesis de la inmovilidad social de la población de Cazucá, tal y como se presenta a continuación:

Promedio de edad para cada nivel educativo (factor).
Figura 2
Promedio de edad para cada nivel educativo (factor).
Fuente: elaboración propia con datos del registro arroquial de la parroquia Jesús Buen Samaritano.

Tabla 5
Resultados del análisis de varianza.
Resultados del análisis de varianza.
Fuente: elaboración propia con datos del registro parroquial de la parroquia Jesús Buen Samaritano.

Trabajo y ocupación

En términos de los tipos de trabajo, la mayoría de la población registra actividades que pueden catalogarse como empleo informal y de extrema precariedad. Las categorías más recurrentes se presentan en la tabla 6:

Tabla 6
Ocupaciones y tipos de trabajo desempeñados por mujeres.
Ocupaciones y tipos de trabajo desempeñados por mujeres.
Fuente: elaboración propia con datos del registro parroquial de la parroquia Jesús Buen Samaritano.

Como se evidencia en la tabla 7, la prueba chi cuadrado para la medición de la asociación de estas variables revela diferencias estadísticamente significativas existentes entre los tipos de trabajo realizados por hombres y mujeres. Además, el coeficiente de contingencia muestra una asociación relativamente intensa entre ambas variables:

Tabla 7
Pruebas de chi-cuadrado ocupación /sexo y coeficiente de contingencia ocupación/sexo
Pruebas de chi-cuadrado ocupación /sexo y coeficiente de contingencia ocupación/sexo
Fuente: elaboración propia con datos del registro parroquial de la parroquia Jesús Buen Samaritano.

La distribución del sexo según el tipo de trabajo muestra una división sexual del trabajo profundamente arraigada a los papeles tradicionalmente adjudicados a hombres y mujeres. Las categorías "hogar/ama de casa" y "empleada doméstica" que representan el 31.6 % y el 3.6 % de la muestra, corresponden a labores ejercidas en su totalidad por mujeres. Análogamente, las categorías "obrero" y "servicios de vigilancia", que corresponden a la actividad laboral del 19.8 % y el 8.8 % de la población total, son desempeñadas en un 91 % y en un 99.2 % por hombres.

En la categoría hogar-ama de casa se contaron 234 casos, poco más de las 400 mujeres. Este subgrupo equivalente al 100,0 % dentro del tipo de trabajo, al 64,2 % del sexo y al 32,1 % de la muestra, disminuye proporcionalmente a partir del grado de estudios. Así, de las 13 mujeres sin estudios, 10 son amas de casa; de las 193 con primaria, 145 se dedican al hogar; de las 153 con estudios de bachillerato, 82; y de las diez con pregrado, ninguna. Las décadas de nacimiento también son indicativas en la disminución numérica de esta actividad, su práctica disminuye proporcionalmente conforme avanzan las décadas. Si bien las mujeres más jóvenes tienden a realizar actividades diferentes al trabajo doméstico, la división sexual del trabajo producto de los roles tradicionales de género sigue diferenciando las ocupaciones de hombres y mujeres de manera rígida. Paralelamente, ningún hombre afirmó dedicarse a las labores domésticas.

Los obreros superaron exponencialmente a las obreras con 93 casos -el 91,1 % del tipo de trabajo, el 36,5 % del género y el 18,3 % de la muestra-. El subgrupo está integrado por: 32 trabajadores de la construcción, 31 obreros industriales, 13 albañiles, 9 contratistas, 4 carpinteros, 4 jornaleros agrícolas y 1 piquero o minero del carbón. La construcción no solo concentró la más baja escolaridad masculina con cuatro registros sin estudios, sino también los extremos en edades con 4 menores de edad y 2 adultos mayores, aunque el récord lo conserva el carpintero Juan Giraldo con los 76 años que tenía cuando emigró en el 2008.

Los obreros industriales tienen la mayor diversidad laboral con: fundidores, torneros, soldadores y pintores, cuya escolaridad no excede la primaria y el bachillerato incompletos, lo que explica su reducida especialización industrial. Los cuatro jornaleros agrícolas -procedentes de Boyacá y Cundinamarca- ocupan un lugar especial no solo por dedicarse a una actividad imposible de practicar en Altos de Cazucá, sino también debido a sus edades adultas y baja escolaridad (no superaban la primaria): 2 con 50 y 55 años respectivamente; 1 con 43 años y otro con 33 años. Un caso similar es el del piquero del carbón, el boyacense Ramiro Gómez, que emigró en 1999 con 38 años y la primaria incompleta. Los 5 podrían contabilizarse entre los desempleados.

El efecto de diferencias entre sexos sigue siendo fuerte en ocupaciones como los servicios de vigilancia, en la pertenencia a instituciones como la Policía o el Ejército y en la categoría de obrero, donde los hombres son quienes mayoritariamente se dedican a este tipo de trabajos.

Mención aparte merece la categoría de vendedor ambulante o informal, que tiene una proporción más equilibrada de hombres y mujeres, dado que este es el tipo de ocupación principal realizado por personas sujetas a condiciones de exclusión y marginalidad. Sin embargo, las diferencias de género tienden a decrecer, pero no a desaparecer, en tanto el trabajo realizado es catalogado como formal. En sincronía con lo anterior, las categorías de servicios de aseo, empleados formales y profesionales son aquellas en donde la proporción de hombres y mujeres tiende a igualarse.

CONCLUSIONES

En gran parte de las fuentes secundarias consultadas sobre la historia y actualidad de Altos de Cazucá se tiende a representar a la zona como un lugar extremadamente marginal, donde predominan la violencia, la pobreza extrema y la falta de oportunidades. No obstante, también hay un buen número de literatura académica que señala cómo, además del conflicto social y la falta de oportunidades, en Cazucá tienen lugar importantes experiencias de resiliencia, empoderamiento y reivindicación colectiva. Habría que notar, en cualquier caso, que más allá de los casos examinados y las conclusiones sobre lo que define a Altos de Cazucá, en la literatura consultada predomina un tipo de análisis fundamentalmente cualitativo y particularizante.

Sobre el entendido de que se requería una aproximación más general, más cercana al dato cuantitativo y capaz de sortear la poca presencia del Estado, traducido en datos poco fiables, en la presente investigación se optó por dos estrategias. La primera, acudir a fuentes secundarias para dar los primeros pasos de lo que sería una historiografía del proceso de poblamiento de la zona, enfatizando en los principales liderazgos y sus alcances urbanísticos, legales y políticos.

La segunda, trabajar con el archivo parroquial de la zona y usar los registros matrimoniales para acceder a datos fiables sobre el lugar de procedencia, el nivel de escolaridad y la situación laboral de una comunidad que puede ser representativa.

Respecto a la historia de los liderazgos y los procesos de lotificación que se desarrollaron en Altos de Cazucá desde los años setenta del siglo pasado, resalta el protagonismo de excombatientes de grupos guerrilleros y militantes de partidos de izquierda. Su papel fue decisivo a la hora de conducir a un número importante de desplazados y migrantes internos a los extramuros de Bogotá e iniciar con ellos una suerte de proceso colonizador. La constatación de que en tal procedimiento se usaron a discreción mecanismos legales e ilegales, sobre todo en lo que atañe a la lotificación del territorio, merece, para futuras investigaciones, una interpretación más robusta a la luz de un contexto urbanístico ciertamente más amplio, que involucre casos similares.

El análisis de los registros matrimoniales que se tomaron como muestra permitió evidenciar que la gran mayoría de quienes habitan en Altos de Cazucá no provienen del Distrito Capital (Bogotá) y que su media de llegada, el año 1999, coincide con el pico del gran éxodo forzado que vivió Colombia entre 1997 y 2004. Además, se encontraron precarios niveles educativos entre la población examinada, los cuales afectan de manera indiscriminada tanto a hombres como mujeres. Las actividades económicas más frecuentes pueden calificarse como trabajos informales y precarios.

También fue posible evidenciar la reproducción de los roles de género tradicionalmente adjudicados a hombres y mujeres, existiendo diferencias muy marcadas entre los tipos de trabajo que se ejercen. Esto indica que en Altos de Cazucá se presenta una doble segmentación de la población, socioeconómica y cultural. Sus pobladores no solo presentan características socioeconómicas típicas de los cinturones de marginalidad de las grandes ciudades latinoamericanas, como el origen rural y un bajo grado de escolaridad, sino que sus roles también se segmentan según sean hombres (obtener ingresos) o mujeres (cuidar del hogar).

El perfil sociodemográfico presentado en este artículo constituye un obstáculo considerable para la movilidad social ascendente y la superación de la marginalidad, lo que coincide con la evidencia de una prolongada permanencia de la población examinada en Altos de Cazucá. En vista de lo anterior se considera que el conocimiento del perfil sociodemográfico de la población, sumado a la consideración de los orígenes y desarrollo del poblamiento de la zona en cuestión, constituye un insumo importante para la generación de políticas públicas con miras a superar la condición de marginalidad de su población y formular nuevas rutas de investigación en aras de comprender de manera integral la realidad del territorio.

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Notas

1 La información notarial de 2016 a la fecha se localiza en la oficina parroquial.
2 En las etapas iniciales ante la ausencia de la Policía, un grupo de vecinos creó un comité de seguridad responsable de investigar la identidad de "ladrones, matones o estafadores". Si a estos se les descubría delinquiendo, "se les amarraba a un batalón de sujetar ganado", ubicado en el barrio "Luis Carlos Galán Primer Sector", donde se les castigaba. Si reincidían, entonces "se les amarraba un letrero en la espalda y otro al frente que decía: yo soy un ladrón", pero si volvían a ser sorprendidos "aparecían botados en los potreros" (Prieto, 2010, p. 13).
3 Este proceso se debe al presidente Alberto Lleras Camargo (1958-1962) y su objetivo era la promoción de "la cooperación de los vecinos de cada municipio para la construcción de carreteras, puentes y caminos vecinales, viviendas, mejorar escuelas, administrar aguas...", ver especialmente el artículo 23.
4 La creación de esta y otras cooperativas fue posible gracias a recursos proporcionados por el Banco Mundial para el establecimiento de 220 asociaciones comunitarias prestadoras de servicios de salud que a partir de la Ley 100 se integraron al Sistema General de Seguridad Social.
5 Tampoco se pudieron datar las fechas de sus asesinatos.
6 Se desconoce la fecha exacta.
7 No se completó el número total de 800 frecuencias absolutas porque los registros faltantes no proporcionan información al respecto.
Forma de citar este artículo en APA: López-López, J. S., Torres Torres, E. M., y Rojas Ospina, D. E. (enero-junio, 2020). En dirección a las alturas. Historia del poblamiento y caracterización sociodemográfica de Altos de Cazucá, 1976-2015. Revista Colombiana de Ciencias Sociales, 11(1), pp. 78-99. DOI: https://doi.org/10.21501/22161201.3244
CONFLICTO DE INTERESES Los autores declaran la inexistencia de conflicto de interés con institución o asociación comercial de cualquier índole.
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